LA CONSTRUCCION DE UNA CAPACIDAD DE INTELIGENCIA EN EL SENO DE LA UNION EUROPEA* Antonio M. Díaz Fernández Universidad de Burgos [email protected] Facultad de Derecho C/ Hospital del Rey s/n 09001 Burgos Óscar Jaime Jiménez Universidad de Navarra [email protected] Este paper analiza las necesidades de inteligencia que Europa tiene para garantizar su seguridad y cómo las está afrontando. Para esto se hará un breve repaso a cómo se ha abordado esta necesidad a lo largo de las últimas décadas y la importancia del 11-S como punto de inflexión. Se realizará un análisis de las diferentes evoluciones estructurales y normativas que entonces surgen y cómo los atentados de Madrid y Londres suponen sendos empujes en la senda trazada. Finalmente se analizará la posibilidad de establecer una política europea de inteligencia y, como culminación de la misma, una futura Agencia Europea de Inteligencia. 1. INTRODUCCIÓN. 2. COOPERACIÓN EN INTELIGENCIA: UNA VIEJA COSTUMBRE EN EUROPA. 3. LA NECESIDAD DE INTELIGENCIA PARA EUROPA. 4. EL 11-S: UNA LLAMADA DE ATENCIÓN PARA LOS EUROPEOS. 5. ATENTADOS DE MADRID Y Este paper tiene como base el proyecto de investigación “Hacia una política europea de inteligencia: ¿reto comunitario o interestatal?, financiado por el Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado y en el que también participan los profesores Miguel Revenga, Óscar Jaime y Rafael Martínez. * 1 LONDRES. 6. ¿NECESITA EUROPA UNA POLÍTICA DE INTELIGENCIA?. 7. LA CREACIÓN DE LA AGENCIA EUROPEA DE INTELIGENCIA. 8. CONCLUSIONES. 9. BIBLIOGRAFÍA. 1. INTRODUCCIÓN. La Unión Europea se enfrenta en estos últimos años a un escenario muy cambiante. Por un lado, los cambios producidos en el escenario internacional, muy especialmente en Europa Oriental y el Mediterráneo, que han variado las relaciones de poder entre los Estados y le han supuesto nuevos retos y amenazas. Por otro, un proceso de integración complejo de diez nuevos socios que ha mostrado la urgencia de adoptar nuevos instrumentos jurídicos y modificar la estructura de la Unión para hacerlo viable. Y por último, la nueva situación internacional que se dibuja con la aparición de un terrorismo global. En el proceso de toma de decisiones y la consiguiente aplicación y supervisión de las políticas públicas, cualquier decisor político necesita información y, en esto, la Unión Europea no es una excepción. Es decir, al igual que sucede a los gobiernos de los Estados miembros todo el entramado institucional de la Unión necesita estar suficientemente informado para poder tomar las decisiones adecuadas en cada momento. Las necesidades a las que debe hacer frente la UE son aquellas que, entre otras, se desprenden de las operaciones de gestión de crisis, el posicionamiento ante foros internacionales, la política exterior de la Unión o el ejercicio de la diplomacia preventiva. Pero su catálogo de cometidos no queda aquí. El cada vez mayor ámbito de acción de la UE y el creciente proceso de comunitarización de algunas políticas genera nuevas demandas de inteligencia como la necesaria para abordar la lucha contra el terrorismo, el crimen organizado, los movimientos migratorios descontrolados... Puede entenderse que para dar cumplimiento a toda esta complejidad de tareas, la Unión Europea no puede limitarse, ni estar supeditada, a la información que puedan recibir las Instituciones y Organismos de la Unión Europea de los diferentes Estados miembros de forma puntual y no planificada. Por este motivo, si la Unión Europea ha de velar por los intereses que estos Estados le han asignado necesita ser capaz de proveerse de la mayor y más precisa cantidad de información posible, o al menos poder analizar aquella disponible bien a través de sus propios medios bien con la colaboración de los Estados miembros; una dicotomía entre posicionamientos comunitarizados o intergubernamentales habitual en el proceso de construcción europeo. 2 Müller-Wille (2004) hablaba de que la UE requería cinco tipos de inteligencia (militar, interior, protección civil y humanitaria, economía y político-diplomática). Si bien este paper se centra en aquella necesaria para garantizar la seguridad de los ciudadanos contra el terrorismo y la grave criminalidad. Estas amenazas estaban confinadas en el tercer pilar de la Unión, sin embargo, la caída del Muro y sobre todo los atentados de septiembre de 2001 han mostrado cómo es necesaria una aproximación común; se impone de esta forma un análisis de los instrumentos y estructuras desarrolladas para gestionar estas necesidades de seguridad. 2. COOPERACIÓN EN INTELIGENCIA: UNA VIEJA COSTUMBRE EN EUROPA. Aunque pudiera parecerlo a tenor del esfuerzo desplegado tras los atentados del 11 de septiembre la cooperación europea en inteligencia no se inaugura en 2001 sino que siempre ha existido. Lo que el 11-S sí provoca es una escalada de la cooperación interestatal en la agenda europea y, además, al plantearse la necesidad, mejor dicho, la obligación de comunicarse y cooperar, se desmorona la falsa imagen de contienda continuada entre los espías de los diferentes Estados europeos. Por hacer un breve recorrido ilustrativo, en el siglo XIX, el servicio de inteligencia de la Alemania Imperial cooperó muy estrechamente con sus contrapartes egipcias y otomanas aunque no es hasta la Primera Guerra Mundial cuando se produce una evolución importante en la naturaleza del espionaje1. Hasta ese momento, éste se consideraba una actividad legítima, una muestra más de la soberanía del Estado. A partir de entonces pasa a considerarse una actividad agresiva contra los otros Estados. Será a mediados de la década de los cincuenta del siglo pasado, tras dos guerras mundiales, cuando se adopta un marco más estable de cooperación y se abandonan los acuerdos basados en necesidades puntuales, y construidos en base a relaciones personalistas. La Segunda Guerra Mundial representa un evidente punto y aparte. Tras la rápida ocupación nazi, muchos miembros de los servicios de inteligencia de diferentes países escaparon a Londres donde desarrollaron una potente colaboración con los servicios británicos mostrando, quizá por primera vez, cómo unos intereses comunes podían hacen trabajar de forma conjunta a inteligencias de diferentes países. No en vano, la entrada de los norteamericanos en la guerra en 1941 supuso un incremento de este intercambio de información2. Por tanto, Véase Shlomo Sphiro (2001) “Intelligence Media and Terrorism”, en The Journal of Intelligence History, vol.1, nº 1, págs. 21-35. 2 Véase Michael Handel (1994) Intelligence and Strategy in the Second World War, Londres. 1 3 no es descabellado afirmar que la relación angloamericana es el germen de la cooperación europea y mundial contemporánea en materia de inteligencia. Finalizada la guerra, esta privilegiada relación se formaliza y, en 1947, se firma el acuerdo UKUSA (nombre que recibe por las siglas de los dos socios fundadores United Kingdom y United States of America); posteriormente Canadá, Australia y Nueva Zelanda se convertirían en miembros del acuerdo3. Su objetivo era regular el intercambio de inteligencia de señales (SIGINT) obtenida por medios técnicos dividiendo para ello el mundo en diferentes sectores y quedando cada miembro encargado de recopilar información sobre el sector asignado. Inmerso en la guerra fría, los norteamericanos fueron quienes financiaron estas actividades y desempeñaron el liderazgo del proyecto. La existencia de este acuerdo fue negada durante toda la guerra fría;, sin embargo, sentó las bases para una cooperación multinacional en temas de inteligencia (Richelson, 1995). También en aquella relevante década de los cincuenta, pero en esta ocasión en el marco de la incipiente OTAN, se desarrollan diversos mecanismos para el intercambio de información, la mayoría de naturaleza militar. La Organización Atlántica supuso un foro donde intercambiar información con el elemento diferencial de que se contaba con un personal permanente e instalaciones para hacer disponible esta información a pequeños Estados que no tenían capacidades, conocimiento o recursos suficientes como para conocer, en aquellos momentos, qué ocurría más allá del Muro. No obstante, la retirada de Francia en 1965 redujo el nivel de esta cooperación y disminuyó la importancia que ésta tenía dentro del marco de la OTAN. Todo esto, unido a los escándalos que surgen por casos de espionaje en diversos países europeos, alteró aquella generosidad informativa y provocó una dinámica, que continuará hoy en día y que explica por qué los pequeños Estados reciben poca inteligencia de las grandes organizaciones. Es durante esta época cuando se consolida en el seno de la OTAN la cooperación en pequeños grupos de trabajo informales donde se recibe información en base al principio de “need to know”, esto es, no suministrar toda la información disponible sino según la necesidad de saber que se tenga, algo que ha permitido mantener esta función de intercambio de inteligencia viva dentro de la OTAN al tiempo que se conservaba el secreto de redes y procedimientos aunque, no obstante, a costa de los Estados pequeños. Para un desarrollo de estos acuerdos véase Nicky Hager (1996) Secret Power. Nelson, Nueva Zelanda, Craig Potton y Jeffrey T. Richelson; Desmond Ball (1985) The Ties that Bind. Intelligence Co-operation Between the UKUSA Countries. United Kingdom, the United States of America, Canada and New Zealand. Sidney, Allen & Unwin. 3 4 Pero estos marcos generados durante una grave contienda bélica, o bien más institucionalizados en torno a una gran alianza militar, no han sido los únicos marcos existentes de cooperación en inteligencia. Patrocinado por los servicios de inteligencia de Israel, Turquía e Irán, y posteriormente Etiopía, se establece el acuerdo conocido como TRIDENT o “Tratado de la Periferia”. El objetivo de este acuerdo era proporcionar cooperación en inteligencia contra el naciente nacionalismo árabe. El Reino Unido jugó un importante papel ya que no quería ver reducida su influencia en la zona tras la pérdida del canal de Suez y, por su parte, los turcos e iraníes querían gozar de mayor influencia por lo que cooperaron intensamente con servicios de inteligencia de diferentes Estados europeos (Melman, 1979; Cockburn y Cockburn, 1991). Formalmente ningún Estado europeo formaba parte de él. Sin embargo, no resulta anómalo dado que, como en otros muchos aspectos y conflictos durante los tensos años de la guerra fría, los Estados europeos jugaban sus bazas en las partidas mediante su influencia en territorios coloniales o en países satélites. Ya con la participación de Estados europeos nace el KILOWATT. Acuerdo que reunía a los servicios de inteligencia de Reino Unido, República Federal Alemana, Italia, Francia, Bélgica, Holanda, Suiza, Dinamarca, Noruega, Irlanda e Israel y por el que se buscaba intercambiar información sobre el terrorismo palestino y también sobre el naciente y activo terrorismo internacional4. Pero también se han generado acuerdos de tipo más político como el Grupo de Trevi o el Club de Berna. Trevi se gesta oficialmente en la reunión de los ministros de Justicia e Interior de las Comunidades Europeas de junio de 1976. Su origen estuvo en el incremento de la actividad terrorista en Europa y en la consiguiente necesidad de establecer un marco formal para encauzar la cooperación entre las policías de los Estados miembros en el combate contra el extremismo, el radicalismo y el terrorismo internacional. El acuerdo llevó a establecer un organismo multinacional dentro de la Comunidad pero no se configuró como parte de su estructura por lo que la Comisión no tenía ningún tipo de potestad sobre ella para coordinar o incitar a la cooperación policial en temas específicos de interés común y contra amenazas comunes (Woodward, 1993). Por su parte, el Club de Berna representa también un importante marco de cooperación entre las agencias de seguridad internas de la Europa occidental. Aunque carecía de un secretariado o un staff permanentes es sin duda un sólido marco de cooperación para compartir objetivos e intereses comunes. El Club opera de modo informal mediante reuniones de los máximos responsables de los Ver Shlomo Sphiro (1995) European-Mediterranean Intelligence Co-operation: A Hidden Element in Regional Security, RIEAS Working Paper. 4 5 servicios de seguridad en diferentes localidades y organizado por turnos por cada Estado. En sus últimos tiempos, Berna ha lidiado con un amplio abanico de problemas de seguridad interna como el terrorismo, inmigración ilegal y crimen organizado transfronterizo (Sphiro, 2001) y aunque no sean especialmente útiles sí tienen una gran importancia política ya que muestra cómo puede desarrollarse la cooperación (Lefebvre, 2003:537). En resumen, diferentes formatos de acuerdos que se han sucedido a lo largo de la Historia y que pueden englobarse en tres tipos esenciales: acuerdos multilaterales, cooperación multilateral y cooperación bilateral como veremos a partir de ahora. 3. LA NECESIDAD DE INTELIGENCIA PARA EUROPA. Antes de comenzar a analizar la realidad y el futuro de la cooperación europea en materia de información/inteligencia es necesario contar con alguna definición operativa de la misma. En primer lugar hay que intentar hacer alguna distinción entre los conceptos de información e inteligencia. De forma muy somera podemos indicar que la información es cualquier dato no procesado mientras que la inteligencia sería esa información evaluada tras seguir el ciclo de la inteligencia, esto es, tras ser evaluada, procesada e integrada con otras (Godson, 1985; Díaz, 2001a). Ser sometida a este proceso de elaboración no significa, como pudiera presuponerse, que la inteligencia sea un instrumento de mayor calidad que la información sino que cada una responde a necesidades diferentes y la utilidad es algo que marca cada consumidor concreto. Si nos centramos en el tipo de apoyo a la decisión que requieren diferentes consumidores nos podemos encontrar con que existen al menos tres grandes necesidades que se cubren con sendos tipos de necesidades: la inteligencia militar, la inteligencia estratégica y la información policial o criminal (Díaz, 2005). A su vez, si contemplamos los medios a través de los cuáles la obtiene podemos dividir entre aquellas que generan inteligencia de fuentes humanas (HUMINT), señales (SIGINT), óptica (MASINT), electromagnética (ELINT), comunicaciones (COMINT), acústica (ACOUSTINT) y abiertas (OSINT) residiendo su valor en la su cercanía al sujeto que la genera y su integración con otras de forma que reduzca el nivel del incertidumbre con el cual el decisor político toma sus decisiones. Como sucede con cualquier otro decisor la inteligencia que requiere la Unión es de tipo estratégico y de tipo operativo. Con respecto a la primera, en la Recomendación 707 de la UEO se dice que el terrorismo y las numerosas crisis regionales tras la caída del Muro han demostrado la necesidad de mejor inteligencia5. Distinguiría entre dos Asamblea de la Unión Europea Occidental. Recomendación 707, “The new challenges facing European intelligence – reply to the annual report of the Council”. DOC A/1775, de 4 de junio de 2002. 5 6 tipos de inteligencia: la que cubre aspectos políticos, sociales y económicos y que tienen como misión proporcionar a los gobiernos con un alto volumen de información concerniente a las esferas domésticas y externas, y su objetivo sería controlar amenazas como el crimen organizado, inmigración ilegal o terrorismo internacional. El segundo tipo es la inteligencia de defensa que se dirige a contribuir a la prevención de crisis internacionales para asesorar a los gobiernos y define ésta como el material básico esencial para los gobiernos. Es decir, estamos ante un documento que entiende la inteligencia en su dimensión estratégica. Pero la Unión también requiere de inteligencia más operativa y de información bruta, de datos sin necesidad de que éstos sean procesados. No tanto para la toma de decisiones políticas, sino para el desarrollo adecuado de alguna de las funciones de la Unión y de los organismos de los Estados miembros y para el desarrollo de operaciones concretas. Sin embargo, en los textos más recientes, se produce una confusión importante al definir “información pertinente” como la inteligencia relacionada con delitos de terrorismo que afectan o pueden afectar a dos o más Estados miembros6. No obstante en muy pocos documentos de la UE podemos encontrar referencias a qué se entiende por información o por inteligencia y las que existen realizan una sistemática confusión entre ambos conceptos. Así, en una Comunicación del Consejo de junio de 2004 se explicita una definición de información como el ADN, huellas dactilares, balística, información sobre matrículas de vehículos, números de teléfonos o datos mínimos para la identificación de personas7. Esta definición sería adecuada si no fuera porque continúa diciendo que, salvo indicación contraria, “datos” o “información” significaría “datos, información e inteligencia”; es decir, una mezcolanza en la que no se realizan distinciones que sirvan para hacerlas operativas. En esta misma Comunicación la inteligencia se entiende como la ayuda a las autoridades competentes en la ejecución de sus tareas estratégicas u operativas de prevención y lucha contra el terrorismo y la delincuencia grave u organizada y las amenazas que representan. Esta definición se ajustaría a lo que teóricamente está Propuesta de Decisión del Consejo relativa a la transmisión de la información resultante de las actividades de los servicios de seguridad e inteligencia referentes a delitos de terrorismo. COM (2005) 695 final, 22 de diciembre de 2005. 7 Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo sobre la mejora del acceso a la información por parte de las autoridades encargadas de garantizar el cumplimiento de la ley. COM (2004) 429 final, de 16 de junio de 2004, p. 5. En su artículo 3a) se indica que información es aquello que se recoge en el Anexo II de la misma norma. Con respecto a este último término, el informe explicativo de la Decisión del Consejo sobre la mejora de la cooperación policial entre los Estados miembros de la Unión Europea, especialmente en las fronteras interiores y que modifica la Convención Schengen establece que “datos personales” significa cualquier información relativa a una persona identificada o identificable, en particular con referencia a un número de identificación o a uno o más factores específicos de su identidad física, psicológica, mental, económica, cultura o social. COM (2005)317 final, de 18 de julio de 2005. 6 7 aceptado aunque tenga una clara orientación de lucha contra la delincuencia. Es fácil por lo tanto, desde un primer momento, comprobar cómo desde la Unión, y también la UEO, se tiene clara la diferencia entre datos, información e inteligencia como producto elaborado y sobre todo la clara orientación que tienen para el combate contra las amenazas del terrorismo y el crimen organizado8. Sin embargo, esta Comunicación se complementa con una posterior Decisión Marco que define “información e inteligencia” como “todo tipo de información o datos existentes, recabados, elaborados y analizados o no, que puedan ser utilizados en una investigación penal o en una operación de información criminal para prevenir, localizar o investigar un delito o una actividad delictiva” 9. Esto incluiría: “i) la información e inteligencia en registros o ficheros conservados por los cuerpos de seguridad competentes, ii) la información conservada por otras autoridades en registros o ficheros a los que los cuerpos de seguridad tienen acceso directo o indirecto, iii) la información sobre titulares de números de teléfono, teléfono móvil, télex, fax, direcciones de correo electrónico o suscripciones a sitios web contenidos en guías o listas conservadas por operadores de telecomunicaciones, iv) la información sobre personas y mercancías conservada pro empresas de transportes, v) cualquier otra información o inteligencia recabada, elaborada, analizada o no, obtenida en el marco de una investigación penal o de una operación de información criminal, o que pueda ser obtenida sin recurrir a medidas coercitivas.” Por lo tanto de nuevo nos encontramos con una evidente imprecisión terminológica al entremezclar información con inteligencia cuando corresponden a productos claramente diferenciados. Asumiendo esta confusión lo que con toda claridad “Un mejor acceso a los datos, la información y la inteligencia facilitará la actividad represiva en cada Estado miembro y en la UE con el fin de prevenir y combatir el terrorismo y otras formas de delincuencia grave u organizada, así como las amenazas que representa. El valor añadido aparecerá cuando se analicen metódicamente los datos para producir una inteligencia de primera clase. Con el fin de fundamentar el sistema represivo europeo basado en la inteligencia, deberían adoptarse normas mínimas para los sistemas nacionales que permitan realizar evaluaciones de amenaza compatibles a escala europea”. Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo sobre la mejora del acceso a la información por parte de las autoridades encargadas de garantizar el cumplimiento de la ley. COM (2004) 429 final. 16 de junio de 2004, p. 8; Asamblea de la Unión Europea Occidental. Recomendación 707, “The new challenges facing European intelligence – reply to the annual report of the Council”. DOC A/1775 de 4 de junio de 2002, puntos 26 y 55, y Consejo de la Unión Europea, Coordinador Contraterrorismo “Provisional findings of the two “peer evaluation” mechanisms affecting the Union´s fight against terrorism”, 26 de mayo de 2004, págs. 5-7. 8 Decisión Marco sobre la simplificación del intercambio de información e inteligencia entre los cuerpos de seguridad de los Estados miembros de la Unión Europea, en particular en relación con delitos graves, incluidos los actos de terrorismo. DOC 10215/04, de 4 de junio de 2004. 9 8 apreciamos es que el caudal informativo que produce, recibe o emplea la Unión tiene la pretensión de ser empleado en la lucha contra el crimen más que con una visión estratégica tal y como se concibe el trabajo de los servicios de inteligencia. Esta inteligencia criminal se dividirá, a su vez, en estratégica y operativa (o táctica). La primera de ellas estudiaría cuáles son las amenazas y los delitos que hay que afrontar y la operativa ofrecerá asesoramiento táctico sobre cómo abordarlos y priorizarlos. El comisario de Justicia e Interior Antònio Vitorino ha manifestado que la inteligencia criminal puede ser definida como la “inteligencia designada para el uso de los cuerpos de aplicación de la ley” o más explícitamente como “la información obtenida, explotada y protegida por los servicios de investigación y en base a la cual se toman decisiones y apoyo a investigaciones criminales”; además la inteligencia estratégica en la UE debe permitir a cada Estado miembro conjugar sus prioridades estratégicas para combatir la amenaza terrorista en línea con las de otros Estados miembros 10. Pero también es necesario el desarrollo de capacidades de inteligencia operativas compartidas, proporcionando información sobre amenazas específicas en un lugar y momento determinados. Esta visión de Vitorino es muy importante ya que, como hace la Comunicación de junio de 2004, entrega a la inteligencia un papel relevante en la “detección precoz de amenazas a la seguridad y de los delitos y para la condena y el castigo de los culpables”11. El subdirector de Europol, Willy Bruggeman, ha salido al paso de estas disquisiciones avanzando que, en lo que concierne a la policía, “los procesos de información están empezando a formar el núcleo de la organización, desarrollo debido, parcialmente, a las estrategias de prevención por parte de las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley y al impacto generalizado de los ordenadores. De hecho, diversos análisis de gestión han descrito a las organizaciones encargadas de hacer cumplir la ley como los sistemas en los que es más esencial un método eficiente de adquirir, presentar y transmitir la información para una eficaz toma de decisiones y para tener éxito en la ejecución de sus tareas” (2002a:216). Para él, la falta de reflexión sobre la misma tiene como consecuencia que no haya intercambio entre fuerzas policiales y de inteligencia, sobre todo, porque nunca se ha definido ni prestado suficiente atención al trabajo policial proactivo. En definitiva, la necesidad de información e inteligencia es una realidad para la Unión en sus diferentes dimensiones de prevención y gestión de Testimonio de Antònio Vitorino, comisario de Justicia e Interior de la UE ante la Cámara de los Comunes. Comité para la Unión Europea. After Madrid: the EU´s response to terrorism. Report with Evidence, 5th Report Session 2004-05. 11 Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo sobre la mejora del acceso a la información por parte de las autoridades encargadas de garantizar el cumplimiento de la ley. COM (2004) 429 final, de 16 de junio de 2004 10 9 crisis, diplomacia preventiva o seguridad, sin embargo, es difícil encontrar una definición operativa de la misma. 4. EL 11-S: UNA LLAMADA DE ATENCIÓN PARA LOS EUROPEOS. Como indicaba, la cooperación en materia de información e inteligencia se ha ido fraguando lentamente en el entramado comunitario y cómo un buen número de iniciativas ya estaban, si no adoptadas, al menos pergeñadas con anterioridad a los atentados del 11-S (Cardona, 1992:252; Den Boer y Monar, 2002:21 y Catalina, 2006:9) aunque también hay autores que no dan carta de naturaleza a esta cooperación hasta tiempos más recientes (Messervt-Whiting, 2004:83). Sin embargo, los ritmos de adaptación no eran todo lo adecuado que se requería. Es por esto cómo los diferentes atentados que se producen a partir de septiembre de 2001 marcan con claridad los estadios que habrá de vivir la cooperación en materia de inteligencia. Tras la conmoción de los atentados a ambos lados del Atlántico se produce un intenso desarrollo de los mecanismos de cooperación. El 19 de septiembre la Comisión presentó dos propuestas de Decisión Marco del Consejo: una sobre la lucha contra el terrorismo, que tiene por objeto aproximar las legislaciones de los Estados miembros en materia de delitos y penas en este ámbito, y otra sobre la Orden de Detención Europea y los procedimientos de entrega de personas entre Estados miembros que prevé un nuevo sistema que sustituya a los mecanismos actuales de extradición basado en el principio de reconocimiento automático o casi automático de las decisiones judiciales de detención tomadas en otro Estado miembro. Con diversas enmiendas, estas propuestas recibirían el dictamen favorable del Parlamento Europeo el 20 de noviembre. En la primer ocasión que tuvieron de verse juntos, durante el Consejo extraordinario de Gante de 19 de octubre de 2001, se decidió incorporar la lucha contra el terrorismo a la cooperación policial acordado en el Tratado de Ámsterdam y el Consejo de Tampere. Estas reuniones e iniciativas culminaron en la reacción más contundente y concreta a los atentados contra los Estados Unidos. El 21 de septiembre y a propuesta de Alemania se celebra un Consejo Europeo extraordinario para reafirmar la solidaridad de la UE hacia los Estados Unidos y durante el cual se aprueba el Plan de acción contra el terrorismo12. La presidencia de turno belga agrupó todas las tareas en un Plan de Acción de la Unión con más de 70 medidas individuales que desde entonces está siendo constantemente actualizada. Además de los proyectos judiciales y de política interior, estas medidas individuales incluyen tareas de política exterior, 12 http://www.europarl.eu.int/summits/pdf/bru_fr.pdf 10 transporte y financieras relativas a la guerra contra el terrorismo como por ejemplo la estabilización de la situación en Afganistán. Muchas de las medidas de este Consejo Europeo extraordinario no están estrictamente diseñadas contra el terrorismo aunque sí pueden tener una cierta influencia en el mismo; sin embargo, otra cuestión a analizar es su excesivo coste en materia de derechos y libertades13. De este Consejo Europeo surge el compromiso de que “los Estados miembros compartan con la Oficina Europea de Policía (Europol) sistemáticamente y sin retraso, toda la información útil relativa al terrorismo”14. Por su parte, un día antes, y también reunidos en sesión extraordinaria, los ministros de Justicia e Interior habían elaborado unas conclusiones relativas a la mejora de la cooperación judicial, policial y entre los servicios de información y seguridad del Estado, la lucha contra la financiación del terrorismo así como medidas de protección de las fronteras enfatizando la necesidad de la cooperación entre los servicios de inteligencia de los Estados miembros15. Se decidió establecer dentro de Europol, y por un período inicial de seis meses, un Grupo de Trabajo Contraterrorista (GTC) al cual los Estados miembros están invitados a “designar a oficiales de enlace de la policía y los servicios de inteligencia especializados en la lucha contra el terrorismo”16. Esto último era un importante logro ya que el primer ministro belga Guy Verhofstadt se lamentó tras los atentados de que durante los dos años anteriores había intentado establecer una política antiterrorista empleando Europol sin alcanzar resultado alguno17. Por su parte, al Club de Berna se le solicitó que guiara a los expertos contraterroristas de Europol formando un grupo de consulta de los directores de los departamentos contraterroristas que habrían de reunirse trimestralmente. Este mandato incluye las siguientes tareas18: Recopilar de forma adecuada toda la información e inteligencia relevante concerniente a las amenazas actuales. Analizar la información colectiva y llevar a cabo análisis estratégicos y operativos. Realizar un borrador de un documento de amenazas basado en la información recibida. Actualizar el directorio de competencias, habilidades y conocimiento experto en contraterrorismo. http://www.statewatch.org/news/2004/mar/sw-analysis.pdf Conclusiones y Plan de Acción para el Consejo Europeo Extraordinario, de 21 de septiembre de 2001, http://ue.eu.int/eu/Info/eurocouncil/index.html, parágrafo 3. 13 14 Consejo de Justicia e Interior de 20 de septiembre de 2001, DOC SN 3926/6/01 REV 6. Véase sobre todo el apartado “Cooperation between police and intelligence services”. 15 Consejo de Justicia e Interior, 20 de septiembre de 2001, DOC SN 3926/6/01 REV 6. http://www.eupolitix.com 18 Conclusiones y Plan de Acción para el Consejo Europeo Extraordinario, de 21 de septiembre de 2001, http://ue.eu.int/eu/Info/eurocouncil/index.html, parágrafo 10. 16 17 11 Otra de las medidas que brotan al albur de los atentados es la Decisión 2003/48/JAI del Consejo, de 19 de diciembre de 2002, relativa a la aplicación de medidas específicas de cooperación policial y judicial en la lucha contra el terrorismo de acuerdo con el artículo 4 de la Posición Común 2001/931/PESC19 y que marca el inicio de una importante y aún inconclusa etapa que tendrá su continuación con la iniciativa sueca de mejorar el intercambio de información e inteligencia y que trataremos en el siguiente epígrafe20. La persistencia de la amenaza terrorista y la complejidad del fenómeno requieren mayores intercambios de información. El ámbito de aplicación de los intercambios de información debe extenderse a todas las etapas del proceso penal, incluidas las condenas penales, y a todas las personas, grupos o entidades que sean objeto de una investigación, de un proceso, o de una condena por un delito de terrorismo. Sin embargo, la conciencia de la necesidad de incrementar este intercambio ha llevado a que el Consejo adopte la Decisión 2005/671/JAI, de 20 de septiembre de 2005, relativa al intercambio de información y a la cooperación sobre delitos de terrorismo. En su consideración 5ª se establece que “dado que los objetivos de la presente Decisión no pueden ser alcanzados de manera suficiente por los Estados miembros y, por consiguiente, debido a la necesaria reciprocidad, pueden lograrse mejora a nivel de la Unión, ésta puede adoptar medidas de acuerdo con el principio de subsidiariedad. De conformidad con el principio de proporcionalidad, la presente Decisión no excede de lo necesario para lograr estos objetivos.” Su artículo 2 indica que cada Estado miembro designará entre sus servicios policiales un servicio especializado u otras autoridades responsables del cumplimiento de la ley, que, de conformidad con la legislación nacional, tendrá acceso a toda la información pertinente relativa a las investigaciones criminales por delitos de terrorismo, recabará esa información y la remitirá a Europol. Es cierto que los atentados del 11-S hicieron caminar muy aceleradamente el tercer pilar pero también se intentó trasladar el combate antiterrorista al segundo pilar. Esto lleva a Fernández Sola (2003:3) a sostener que si bien los problemas exógenos suponen un significativo impulso en la PESD, por sí sólo, no desencadenan en cambios institucionales. Así, en el Consejo Europeo de Sevilla en junio de 2002 se adoptó una declaración sobre la contribución de la PESC, incluida la PESD, a la lucha contra el terrorismo, que ha permitido avances sustantivos en cuestiones como la Posición Común 2003/402/PESC del Consejo de 5 de junio de 2003 por la que se actualiza la Posición Común 2001/931/PESC sobre la aplicación de medidas específicas contra el terrorismo y se deroga la Posición Común 2002/976/PESC, DO L 16 de 22 de enero de 2003, pág. 68. 20 Esta iniciativa se recoge en el Programa de la Presidencia Sueca (primer semestre de 2001), pág. 19. 19 12 cooperación en materia de inteligencia, la evaluación común de la amenaza planteada por el terrorismo, la confección de un catálogo de medios y capacidades militares disponibles para la protección de la población civil y de las fuerzas de la UE contra los efectos de ataques terroristas y la elaboración, en el contexto de la cooperación con la OTAN, de un inventario de medios y capacidades para la protección civil así como reforzar la política común de emigración y asilo21. En línea con los objetivos de la política biométrica acordada por los ministros de Justicia e Interior del G8 en mayo de 200322, el Consejo Europeo de Tesalónica llamaba a “una aproximación coherente […] en la Unión Europea en identificadores biométricos o datos biométricos que pueda llevar a soluciones armonizadas de documentos para nacionales de terceros países, pasaportes de ciudadanos de la UE y los sistemas de información (Visa Information System y SIS II)”23. A finales de septiembre de 2003, la Comisión adoptó dos borradores de Reglamentos requiriendo a las autoridades de los Estados miembros para que integren identificadores biométricos (incluyendo huellas dactilares que permitan búsquedas en las bases de datos) dentro de cada visa o permiso de residencia emitido para un nacional de terceros países24. La Comisión propuso también la introducción de identificadores biométricos dentro de los pasaportes de los ciudadanos comunitarios que será presentado a finales de 2003 con vistas a cumplir la fecha límite marcada por el gobierno norteamericano25. Este aspecto aún por desarrollar plenamente se ha visto relanzado tras el descubrimiento en agosto de 2006 de una trama terrorista en el Reino Unido que pretendía hacer explotar diversos aviones comerciales en pleno vuelo. 5. ATENTADOS DE MADRID Y LONDRES. La amenaza se materializó en territorio europeo una mañana del mes de marzo de 2001 avocando a la Unión a centrar sus esfuerzos en inteligencia a la seguridad pública. Precisamente tres días antes del 11-M, Javier Solana había finalizado un informe interno en el que se identificaban tres grandes carencias en los esfuerzos Declaración del Consejo Europeo sobre la contribución de la PESC, incluida la PESD, en la lucha contra el terrorismo. Anexo V de las Conclusiones de la Presidencia, SN200/02, Sevilla, 21 y 22 de junio de 2002. 22 Declaración final de la reunión de los ministros de Justicia e Interior del G8 en París, 5 de mayo de 2003. http://www.g8.fr/evian/english/home.html 23 Consejo Europeo. Conclusiones de la Presidencia, Tesalónica, 19 y 20 de junio de 2003. 24 Propuesta de la Comisión sobre identificadores biométricos para las visas y permisos de residencia para nacionales de terceros países. Documento IP/03/1289, de 24 de septiembre de 2003. 21 Éste es un tema aún no resuelto. Véanse los actuales desarrollos en DOC 15000/05 de 25 de noviembre de 2005, DOC 10540/06, de 14 de junio de 2006 en los que se habla de la falta de poderes del Consejo para introducir esta obligación. El anexo del DOC 8943/1/06 titulado “Mínimos estándar de seguridad para tarjetas de identidad para viajeros expedida por los Estados miembros” propone unos mínimos con el objetivo de ser aceptados por todos los Estados miembros. 25 13 antiterroristas: algunos Estados miembros no había implementado acuerdos de la Unión tales como la orden de detención europea, había carencia de recursos para jugar un papel significativo en la lucha contra el terrorismo y la coordinación entre los funcionarios de la Unión trabajando en campos policiales, asuntos exteriores y políticas de defensa era muy pobre. No es así extraño que tras los atentados, la Comisión Europea en su reunión de 18 de marzo de 2004 confeccionara un Plan de Acción en respuesta a los atentados terroristas en Madrid con el objetivo de realzar la coordinación operativa y la cooperación y que formula con claridad los puntos clave que la Unión contempla para el tema de la inteligencia que, en esencia, representa el mea culpa por lo no avanzado desde el 11-S26. Se muestran las carencias que hasta entonces existían y se presentan a su vez los elementos que a partir de entonces van a diseñar el creciente proceso de cooperación en inteligencia. La posterior Declaración del Consejo Europeo sobre el combate al terrorismo del 25 de marzo de 2004 reafirma esta voluntad de avanzar en el camino trazado y sobre todo, con los instrumentos ya existentes. Se plantea el desarrollo de instrumentos legales que favorezcan el intercambio de información ante los problemas “legales, técnicos y prácticos que dificultan el intercambio entre los Estados miembros”27. Por una parte se centra en establecer un nuevo mecanismo de coordinación en el que Europol y Eurojust deben implicarse plenamente. Estructuralmente estamos hablando de implicar a organizaciones como Europol y el compromiso de los Estados de ayudarla con información a través, posiblemente, del Grupo de Trabajo Contraterrorista creado el 25 de marzo. También implicar a Eurojust y al Grupo de Trabajo de Jefes de Policía (GTJP). La coordinación política deberá venir del interior de la Comisión a través de una red liderada por los directores generales de Justicia e Interior y de Relaciones Exteriores supervisado por sus comisarios y el presidente de la comisión que se encargará de engrasar esta coordinación. En el plano de la coordinación, el Consejo Europeo de marzo de 2004 acordó que el Coreper tuviera un papel mucho más importante en la coordinación de los pilares en la lucha contraterrorista algo en lo que la información ocupa un destacado papel. Por otra, camina la Unión en su visión hacia un mayor intercambio de información basado una visión comprensiva sobre la metodología de este intercambio que va a ser la base de esta dinámica en la que no entraré y, por último, mejorar el MEMO/04/66, European Commission action paper in response to the terrorist attacks on Madrid, Bruselas, 18 de marzo de 2004. 27 Nota del Coreper al Consejo. Informe al Consejo Europeo sobre la implementación de la Declaración sobre el combate del terrorismo. DOC 10009/3/04, de 11 de junio de 2004. 26 14 almacenamiento y explotación de las bases de datos. El gobierno sueco sale a la palestra proponiendo que las agencias policiales pudieran acceder a información e inteligencia entre las agencias de seguridad de otros países a un nivel no diferente al que se aplica entre agencias nacionales agencias policiales bajo condiciones no más estrictas que aquellas que funcionan entre las agencias del mismo Estado28; este relevante principio de “acceso equivalente”, y que ya había sido objeto de interés durante su presidencia de turno de la Unión en el primer semestre de 2001, aún habría de tener más recorrido29. El 6 de abril de 2004 la Unión encarga a Javier Solana que estudie cómo mejorar la cooperación entre los Estados miembros y en el seno de la Unión para que, en el plazo de seis meses, haga una propuesta. Ese mismo mes Francia, Irlanda, Suecia y el Reino Unido propone la aproximación de las legislaciones de los Estados miembros relativas al almacenamiento de datos de comunicaciones y hablan de la posibilidad de establecer una Política Europea de Información e Inteligencia30 y se comienza a hablar de establecer unos Puntos Nacionales Centrales de Contacto (PNCC) de los que posteriormente se hablaría en el Programa de La Haya. Toda esta toma de conciencia sobre lo deficiente de la cooperación en información e inteligencia fraguó en la propuesta de Decisión Marco del Consejo de 4 de junio de 2004, sobre la simplificación del intercambio de información e inteligencia entre los cuerpos de seguridad de los Estados miembros de la Unión Europea, en particular en relación con delitos graves, incluidos los actos de terrorismo 31. Para alcanzar un intercambio se hace fundamental “el acceso rápido a una información e inteligencia fiables y actualizadas para que los cuerpos de seguridad puedan prevenir, localizar e investigar con éxito delitos y actividades delictivas, en particular en una zona en la que se han suprimido los controles en las fronteras interiores y de nuevo apela a procedimientos formales, estructuras administrativas obstáculos jurídicos. Puesto que el terrorismo y otras actividades delictivas graves se cometen de forma clandestina, es necesario controlarlas, e intercambiar con especial rapidez la información sobre los sospechosos”. Secretaría de Consejo. DOC 6888/1/05 CRIMORG 20 REV1 LIMITE, de 19 de abril de 2005. Decisión Marco sobre la simplificación del intercambio de información e inteligencia entre las autoridades policiales de los Estados miembros de la Unión Europea, en particular en referencia a los graves crímenes incluido los actos terroristas. DOC 10215/04 y 10215/04 ADD 1, de 4 de junio de 2004. 30 Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo sobre la mejora del acceso a la información por parte de las autoridades encargadas de garantizar el cumplimiento de la ley (Política de información de la UE). COM/2004/429 final, de 16 de junio de 2004. 31 Propuesta de Decisión Marco del Consejo sobre la simplificación del intercambio de información e inteligencia entre los cuerpos de seguridad de los Estados miembros de la Unión Europea, en particular en relación con delitos graves, incluidos los actos de terrorismo. DOC 10215/04, de 4 de junio de 2004. A efectos de su gestación, véase la Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo “Hacia el fortalecimiento del acceso a la información por parte de las fuerzas policiales”. DOC 10745/04 ENFOPOL 77, de 22 de junio de 2004. 28 29 15 Pero ahí no pararon las iniciativas. A la hora de hacer más operativo una Comunicación al Consejo y al Parlamento europeo se busca crear una Política Europea de Información que permitiría optimizar el acceso a la información, garantizar el empleo de estos datos facilitando una acción coordinada para prevenir o investigar el terrorismo32. Aparece aquí el principio de “acceso equivalente” que significa que las agencias policiales pudieran acceder a información e inteligencia entre las agencias de seguridad de otros países a un nivel no diferente al que se aplica entre agencias nacionales agencias policiales bajo condiciones no más estrictas que aquellas que funcionan entre las agencias del mismo Estado. Estas normas establecen qué tipos de datos, metodología de recogida… En abril de 2005 de produce la aprobación del borrador33, y, en mayo de 2006, el Supervisor Europeo de Protección de Datos realiza un dictamen en el que puntualiza algunos aspectos como cuáles serían las autoridades competentes, el peligro de la transmisión de estos datos a países fuera del marco de la Unión, la ausencia de control democrático por parte del Parlamento Europeo y la ausencia de control judicial34. Mientras esta propuesta de Decisión Marco seguía su proceso de aprobación, el Consejo Europeo de 4 de noviembre de 2004 aprobó un nuevo programa para el desarrollo de un área de Libertad, Seguridad y Justicia en la Unión conocido como el Programa de La Haya que establece la agenda en el campo de la Justicia e Interior para los próximos cinco años35. Un área que se inauguró en Ámsterdam en 1999 cruzando los pilares primero y tercero y proporcionando un programa coherente para la acción de la Unión en materia de asilo, inmigración, policía, cooperación judicial en temas criminales y cooperación judicial en materia civil y de familia. Éste fue uno de los proyectos más discutidos de Ámsterdam por la erosión que podía suponer de las soberanías nacionales y la entrada de la UE en temas como asilo o policía36. Allí se recomienda la interoperabilidad de las bases de datos y la designación de unos Puntos Nacionales Centrales de Contacto (PNCC) para el intercambio internacional de 32 COM (2004) 429 final, de 16 de junio de 2004. Conferencia de primavera de las Autoridades de Protección de Datos, Cracovia (Polonia), 25 y 26 de abril de 2005. https://www.agpd.es/upload/Internacional/swedish.proposalfinal %20version%20-%20adopted.pdf 34 Dictamen del Supervisor Europeo de Protección de Datos sobre la propuesta de Decisión Marco del Consejo sobre el intercambio de información en virtud del principio de disponibilidad. COM (2005) 490 final, de 17 de mayo de 2006, punto 48. 33 Consejo Europeo. Conclusiones de la Presidencia, 4 y 5 de noviembre de 2004. DOC 14292/04, pág. 27-28. http://ue.eu.int/uedocs/cmsUpload/EU_4.5-11.pdf 36 La House of Lords también elaboró informe relativo a estos programas en la subcomisión “Law and Institutions y Home Affairs”. 35 16 información que implica a las unidades de Europol, Sirena (Schengen), Aduanas e Interpol y ya propuesto en otros documentos anteriores37. En su punto segundo (consolidación de la seguridad) el programa de La Haya se dedica a la mejora del intercambio de información. Se sostiene que el Consejo entiende que es necesario un planteamiento innovador del intercambio transfronterizo de información policial. Por este motivo se establece que a partir del 1 de enero de 2008 el intercambio de información deberá regirse respecto al principio de disponibilidad, lo que significa que, en todo el territorio de la Unión, un funcionario de policía de un Estado miembro que necesite información para llevar a cabo sus obligaciones pueda obtenerla de otro Estado miembro y que el organismo policial del otro Estado miembro que posea dicha información la facilitará para el propósito indicado, teniendo en cuenta el requisito de las investigaciones en curso en dicho Estado. Y se vuelve de nuevo a insistir en el control en el que eso debe hacerse. Y fuera de la Comisión Europea también se han producido ciertos avances. El 15 de marzo de 2005, el G5 decidió en una cumbre informal en Granada crear una base de datos conjunta de los sospechosos de actividades terroristas y establecer un único punto de contacto por el robo o pérdida de explosivos, armas o sustancias nucleares, radiológicas, biológicas o químicas susceptibles de ser utilizadas en atentados terroristas. El 15 de abril de 2005 se reunieron Europol y el Sitcen para informarse de sus planes sobre el combate terrorista. Pero poco después tiene lugar un acuerdo entre diferentes Estados miembros muy significativo a nuestros efectos. El 27 de mayo de 2005, Bélgica, Alemania, España, Francia, Luxemburgo, Holanda y Austria firman en Prüm (Alemania) un Tratado relativo a la profundización de la cooperación transfronteriza, en particular en materia de lucha contra el terrorismo, la delincuencia transfronteriza y la migración ilegal. Entre otras cosas, este Tratado introduce medidas para la mejora del intercambio de información sobre ADN y huellas dactilares. El Tratado está abierto a la adhesión de cualquier Estado miembro de la Unión Europea y las partes contratantes tienen como objetivo incorporar las disposiciones del Tratado al marco jurídico de la Unión Europea38. Los atentados de julio de 2005 en Londres no hacen más que confirmar la necesidad de encontrar en la UE el marco para garantizar nuestra seguridad. En julio de 2005 el comisario Antònio Vitorino afirmaba que “escaseando el compartir información, la verdadera llave maestra de la lucha conjunta contra el terrorismo” no Sobre estos PNCC véase el informe del Parlamento británico “HM Customs and Excise and the European Police Office” (EUROPOL) (PAC 97-98/434). Report by the Comptroller and Auditor General. 38 Secretaría del Consejo, “Tratado de Prüm”. DOC 10900/05, de 27 de mayo de 2005. 37 17 es posible ningún sistema de seguridad europeo efectivo39; no es así de extrañar que la Comisión sugiriese la máxima expansión del intercambio de información sobre terrorismo y especialmente el desarrollo de bases de datos de personas y organizaciones sospechosas de terrorismo y la confección de un dossier europeo de personas condenadas para finales de 2004. La Unión continúa trabajando en medidas que ya han sido aprobadas o propuestas en ocasiones anteriores como son la inclusión de pasaportes biométricos para reforzar el control de las fronteras, la adhesión de los Estados al Plan de Acción y especialmente a la orden de detención europea y a los equipos de investigación conjuntos, facilitar la formación conjunta de miembros de policía y equipos de emergencia y, finalmente, fortalecer las capacidades de la Unión para combatir el financiamiento y lavado de dinero. Sólo dos meses después de las contundentes declaraciones del comisario Vitorino se producen los primeros resultados. La Decisión Marco del Consejo 2005/671/JAI de 20 de septiembre de 2005 establece que los Estados miembros transmitirán información a Europol y Eurojust referente a investigaciones, procesamientos y condenas penales correspondientes a delitos de terrorismo40. Esta Decisión también prevé que un Estado miembro pero no se refiere específicamente a los servicios de seguridad e inteligencia que también desempeñan un cometido esencial en la prevención del terrorismo en el marco de sus actividades de recogida y producción de inteligencia para preservar la seguridad nacional. En la propuesta de Directiva del Parlamento Europeo al Consejo Europeo y del Consejo sobre el intercambio de información y cooperación relativo a amenazas terrorista se establece que dada la importancia de los datos de tráfico para la prevención, investigación, detección y enjuiciamiento de delitos graves, como el terrorismo y la delincuencia organizada, según demuestran la investigación y la experiencia práctica de varios Estados miembros, existe la necesidad de asegurar que los datos tratados por proveedores de comunicaciones electrónicas al ofrecer servicios públicos de comunicaciones electrónicas o redes públicas de comunicación se conservan durante un determinado periodo de tiempo41. Y un mes después ve la luz una propuesta de Decisión Marco relativa a la protección de datos personales tratados en el marco de la cooperación policial y judicial en materia penal que desarrolla el principio de disponibilidad apuntado en el Programa de Declaraciones del Comisario de Justicia e Interior. IP/04/425. DO L 253, de 29 de septiembre de 2005, p. 22. 41 Recomendación del Parlamento Europeo al Consejo Europeo y al Consejo sobre el intercambio de información y cooperación relativo a amenazas terrorista COM (2005) 438 final, de 21 de septiembre de 2005, punto 11. 39 40 18 La Haya42. Se debía a la petición que el Consejo de Justicia e Interior había realizado el 13 de julio en su Declaración sobre la respuesta de la UE a los atentados de Londres. Cuando sea aprobada se mejorará la cooperación garantizando el respeto de los derechos fundamentales en la Unión Europea, especialmente el derecho a la intimidad y a la protección de datos personales, con vistas a la aplicación del principio de disponibilidad, y evitará que el intercambio de información pertinente entre los Estados miembros se vea obstaculizado por la existencia en ellos de niveles diferentes de protección de datos. En el mes de noviembre se produce otra Decisión del Consejo sobre el intercambio de información extraída de los archivos penales que pretende cerrar el sistema de intercambio y control de los delincuentes43. La Decisión busca mejorar la operatividad de los mecanismos existentes para transmitir información sobre condenados. Se establece que cada Estado miembro deberá designar a uno o más autoridades centrales para recibir y enviar esta información. En caso de una condena en un Estado miembro, la autoridad nacional debe informar a la contraparte de cuyo Estado es nacional el condenado. La Presidencia finlandesa de la Unión iniciada el 1 de julio de 2006 vuelve a dejar claro que para luchar contra el terrorismo y prevenir la radicalización y el reclutamiento es necesario un mejor intercambio de información entre las fuerzas policiales y las autoridades judiciales44. Reaparece una vez más el principio de disponibilidad para iluminar esta relación de la que dice debe convertirse en la piedra angular del intercambio de información para principios de 2008 sin descuidar la debida atención a la protección de datos que este intercambio puede generar antes de aplicar este principio. Finalmente se reproduce el compromiso de impulsar la cooperación operativa a nivel de la Unión y en cuya base está una buena relación entre Europol y Eurojust45. 6. ¿NECESITA EUROPA UNA POLÍTICA DE INTELIGENCIA? Propuesta de Decisión Marco del Consejo COM (2005) 475 final, de 4 de octubre de 2005, relativa a la protección de datos personales tratados en el marco de la cooperación policial y judicial en materia penal. 43 Decisión del Consejo 2005/876/JAI de 21 de noviembre de 2005 sobre el intercambio de información extraída de los archivos penales. 42 Agenda preliminar para la presidencia finlandesa de la Unión Europea del segundo semestre de 2006. http://www.eu2006.fi/the_presidency/en_GB/presidency_agenda/_files/75429538661335079/default/pre liminary_agenda.pdf 45 Un repaso sobre las actividades de la Comisión en la lucha contra el terrorismo y fija la lista de tareas pendientes puede verse en MEMO/06/323, de 11 de septiembre de 2006. 44 19 “Es inconcebible que los servicios de inteligencia sean la última y única área no afectada por el proceso de integración europea”46. Así se manifestó el Parlamento Europeo con anterioridad a los atentados contra los Estados Unidos a raíz de la investigación de la red de escuchas Echelon. Años antes, en 1998, Alessandro Politi, uno de los pioneros en el estudio de este tema, ya veía claro los pasos que habría de seguir una Política Europea de Inteligencia (PEI) cuya inexistencia denunciaba la Eurocámara. El primer paso sería la creación de grupos de trabajo ad hoc para estudiar los problemas a medio plazo, un centro conjunto de entrenamiento de analistas estratégicos y el incremento de la cooperación en amenazas no tradicionales con el establecimiento de un mecanismo cooperativo como podría ser Europol. En un momento posterior y más ambicioso, Politi indicaba que se establecería una red de gestión de crisis y especialización de trabajo entre estadounidenses y europeos. Una sucesión de condicionantes muy similar sigue manteniéndose en la actualidad cuando se habla de profundizar en la cooperación europea en inteligencia (Coosemans, 2004:23-49). Para este autor aparece en lugar preeminente la necesidad de contar con una voluntad política fuerte. En segundo lugar, el establecimiento de estructuras de cooperación realistas y eficaces. En tercero, definir las necesidades de la UE en materia de inteligencia; por otro lado, la necesidad de una aproximación diferenciada (Humint, Osint…); y, finalmente, pero no por esto menos importante, la necesidad de garantizar el control democrático de los servicios de inteligencia a nivel europeo. Nada diferente a lo que otros han propuesto si bien con matizaciones. El Parlamento británico recomienda seguir cuatro principios para alcanzar esta cooperación: confianza en la inteligencia humana, conciencia de que inteligencia y política van intrínsecamente unidos, importancia de la ética y, finalmente, la necesidad de que la UE tenga capacidades conjuntas accesibles a todos47. Por su parte la Unión también ha indicado los cinco principios básicos que conducirían al desarrollo de esta política como son la solidaridad entre los Estados miembros de la Unión, naturaleza voluntaria de las contribuciones de estos Estados, clara comprensión de la amenaza terrorista y pleno uso de los análisis de amenazas disponibles, coordinación entre pilares en apoyo del común objetivo de la Unión de combatir el terrorismo, colaboración con socios relevantes, naturaleza complementaria de la contribución de la PESC con respecto a las responsabilidades de los Estados miembros en la lucha Informe del Parlamento Europeo sobre la existencia de un sistema global de interceptación de comunicaciones privadas y comerciales (Echelon). DOC A5-0264/2001, de 11 de julio de 2001. 47 House of Lords. European Union Committee. Informe con testimonios “After Madrid: the EU´s response to terrorism”, 5th Report Session 2004-05. 46 20 contra el terrorismo y el consiguiente respeto a la propiedad y efectividad de las mismas48. Este necesario recurso a las capacidades exteriores de la Unión ha supuesto que más recientemente, Weisse (2006) haya perfilado el camino a seguir por los Estados miembros para desarrollar y potenciar sus capacidades en lo relativo a: Alcanzar una concepción global sobre la obtención de inteligencia operativa y estratégica. Crear una Agencia Europea de Inteligencia con el establecimiento de sus funciones y responsabilidades y la introducción de una “Arquitectura de Inteligencia Común” basada en unos requisitos revisados de la OTAN. Su estatus sería similar al de Europol pero sin poder influir en las agencias nacionales policiales o de justicia. Dividir las responsabilidades entre los órganos de la UE/OTAN, plantillas y naciones de acuerdo con sus responsabilidades y funciones y, posiblemente, áreas de interés. Potenciar la distribución a tiempo de inteligencia e información UE/OTAN y las naciones participantes dentro de la organización durante el proceso de planeamiento y ejecución de las operaciones. Fusionar toda la inteligencia relevante y disponible de la UE/OTAN y las naciones participantes para crear a tiempo una imagen conjunta y común. Desarrollar sus propias capacidades en el campo de la “Network-Centric-Warfare”. Por lo tanto, se puede concluir que en vistas a un necesario incremento en la cooperación en información e inteligencia, desde hace años y desde diferentes esferas, se plantean caminos muy similares. Esto no indica que deban concluir en la misma dirección y ni tan siquiera que deba alcanzarse como tal una Política Europea de Inteligencia, algo que requiere de una fuerte voluntad política. Pero sí muestra que indefectiblemente hay elementos como conciencia global de la necesidad de esta cooperación, cierta homogeneidad en las estructuras nacionales en lo que respecta a sus métodos, legislación..., responsabilidad operativa sobre los servicios nacionales, desarrollo de estructuras y no utilizar estos argumentos para escapar del obligado control del poder legislativo nacional y europeo, que permean en todos los posicionamientos. Por lo tanto, como decía Villadsen, los expertos no dudan sobre la consecución de esta política sino sobre cómo se producirá su desarrollo (2000:81). Este proceso de podría componer de cuatro fases. Fase 1: Conciencia de su necesidad y voluntad política para su construcción. “Conceptual Framework on the European Security and Defence Policy (ESDP). Dimension of the fight against terrorism”, aprobado en el Consejo de PESC, 22 de noviembre de 2004, pág. 4. 48 21 Como punto de partida debe alcanzarse un alto y amplio consenso sobre su necesidad. La crisis de los Balcanes de los años 1991-92 y la falta de asesoramiento a tiempo y compartido llevó a una divergencia de criterios y a una nefasta gestión de esta crisis que avergonzó a Europa y a los europeos. Esto supuso un deterioro de la imagen de la Unión enfatizado por la necesidad de esperar a la intervención de los Estados Unidos para la resolución del problema. Pero este sentimiento, que no era igualmente sonrojante para todas las capitales europeas, se ha homogeneizado bruscamente tras los atentados del 11-M que muestran cómo el territorio de la Unión es un objetivo claro de los terroristas. Si la reacción a la insuficiencia es la no cooperación mal se camina ya que el primer requisito es la conciencia de la incapacidad para abordar un problema por sí mismo. Por esto son motivadoras las declaraciones del canciller Gerhard Schröeder tras la atrocidad de Madrid cuando afirmó que “los europeos están comenzando a comprender que son mutuamente interdependientes y que Europa no es sólo un área de libertad, seguridad y justicia, sino también un área donde los europeos se enfrentan amenazas comunes y donde ninguno puede asumir que puede escaparse por sí mismo a costa de otros”49. Esta reflexión política es esencial ya que sería demoledor que, tras un devastador atentado terrorista, se descubriese que algún servicio europeo disponía de información que podría haber ayudado a su desactivación. En uno de estos primeros documentos sobre la consecución de una política común en inteligencia, Charles Baker (2001) concluía que “la confianza en el desarrollo de una política europea de inteligencia sólo puede venir de los políticos, generando un nivel de acuerdo para hacer esto posible, tal y como hemos extraído de sus declaraciones públicas. Esto puede ser el principio pero, esperanzadoramente, no el final de una política europea de inteligencia”. También Politi (1998) llamaba a salir de esta dimensión nacional, no mediante la imposición sino a través del convencimiento de que es necesario un planeamiento conjunto porque serán luego los respectivos servicios nacionales los encargados de poner en práctica esta PEI. Aunque una cosa es ser conscientes de lo rentable de una colaboración y otra bien diferente la necesidad de un trabajo conjunto para confeccionar un catálogo de amenazas para fijarles objetivos a las diferentes estructuras de seguridad estatales y europeas. El intercambio de conocimiento es el primer paso para negociar visiones, crear e implementar políticas comunes y generar y usar posibles sinergias en la lucha contra las amenazas comunes (Müller-Wille, 2004). El profesor Herman indicaba que “los Estados guían a los demás hacia percepciones comunes a través del intercambio 49 Declaraciones del Canciller Gerhard Schröeder recogidas en Die Zeit, nº 14, de 25 de marzo de 2004. 22 de inteligencia y del diálogo […] La educación mutua y también la promoción hacia la acción común simplemente teniendo una base común de conocimientos de inteligencia favorece decisiones consensuadas” (1996:217). Para esto “compartir conocimiento es el primer paso para negociar puntos de vista, para configurar e implementar políticas y hacer uso de las posibles sinergias en la lucha contra estas amenazas”, como indica Müller-Wille (2004:13). Diagnóstico similar ha realizado Javier Solana en su European Security Strategy de diciembre de 2003 cuando afirmaba que “asesoramientos comunes sobre las amenazas es la base para acciones comunes y esto requiere de mejoras en el intercambio de inteligencia e información entre los Estados miembros”. Por esto la necesidad de establecer una Política Europea de Inteligencia vendría condicionada por la resolución de una cuestión previa: ¿cuál sería el objeto de dicha política?. La primera vez que se plantea esta pregunta por parte de la Asamblea de la UEO la respuesta es clara: servir de bagaje técnico para la PESC50, algo que han continuado defendiendo con insistencia otros autores al sostener que debería servir para homogeneizar y estandarizar evaluaciones e información que lleguen a la elite europea como condición indispensable para alcanzar una identidad de defensa y una política exterior común (Dolan, 1997; O´Brien, 2001:23 y Podolsky, 1998 y 2004). Sin embargo, la difuminación de los pilares saca a la luz una realidad superior: la aparición de importantes y polimorfas fuentes de riesgo para los ciudadanos de la Unión. Por esto, si a mediados de la década de los noventa podía ser adecuado este argumento de la PEI como soporte técnico a la PESC hoy en día se antoja claramente insuficiente. Se busca por lo tanto un marco más amplio e “incluso se habla de desarrollar un ‘modelo europeo de inteligencia’ para tratar asuntos como los productos, servicios y acciones de información coherentes de los órganos nacionales y comunitarios que actúan en el ámbito de la justicia, libertad y seguridad, la sincronización de las evaluaciones nacionales de riesgos conforme a una metodología común apoyada por estudios sectoriales de vulnerabilidad, la producción de información cuantitativa y cualitativa por el sector privado y otros datos relevantes de las estadísticas europeas sobre la evolución de la delincuencia. Un elemento clave del modelo será la evaluación europea de la amenaza que representa la delincuencia organizada, que efectuará Europol conforme al programa de La Haya y basándose en evaluaciones nacionales sincronizadas”51. Informe de 1996 del Comité de Defensa de la Unión Europea Occidental “European Intelligence Policy”, Documento 1517, Asamblea Unión Europea Occidental, 13 de mayo de 1995. 51 Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo “Desarrollo de un concepto estratégico para hacer frente a la delincuencia organizada”, COM (2005) 232 final, de 2 de junio de 2005, punto 9. 50 23 Por estos motivos una Política Europea de Inteligencia pasa necesariamente por tener, al menos, una faceta que aborde aquellos requerimientos que plantea la amenaza terrorista52; de hecho, la European Security Strategy manifiesta la necesidad de una acción concertada de Europa contra el terrorismo. Aunque la intensa presión terrorista no debe llevar a los políticos a pensar que únicamente la coordinación debe reducirse a la lucha contraterrorista y el intercambio de inteligencia a conocer y desactivar estas redes. Ésta es sólo una de las amenazas a las que se enfrenta Europa por lo que un mayor y ambicioso ámbito de referencia para la PEI es ya indudable. De hecho, hace casi una década un grupo de expertos se reunió con el objetivo de realizar una tarea prospectiva y contempló la necesidad de profundizar en la mejora de la cooperación más allá del intercambio de información para el mantenimiento de la ley y el orden y profundizar en el intercambio de inteligencia teniendo en cuenta las amenazas emergentes53. Pero sin duda hay otro objetivo para los servicios de inteligencia que es informar de acciones políticas. Y este planteamiento también lo comparte la Unión desde hace años: “el posterior desarrollo de la PESC no es el factor que lidere una mayor cooperación entre los servicios de inteligencia de la Unión. Más allá, la integración económica en el seno de la Unión requerirá una mayor y más intensa cooperación en el campo de la captación. Una política económica conjunta por parte de la Unión implica una percepción conjunta de la realidad económica en el mundo más allá de la Unión Europea. Una posición conjunta en las negociaciones de comercio en el marco de la Organización Mundial del Comercio o con terceros países llama a una protección conjunta de las posiciones negociadoras. Las fuertes industrias europeas necesitan protección conjunta contra el espionaje económico que viene de fuera de la Unión”54; y no perdamos de vista que el Consejo de Lisboa estableció como uno de sus objetivos situar a Europa dentro del dinamismo y la competitividad de la economía mundial. Estamos sin duda ante una dinámica diferente de la que supone contemplar exclusivamente a la inteligencia como apoyo del político contra las amenazas; una aproximación que Solana (2004a) siempre ha tenido meridianamente clara. Establecido que hay conciencia de la necesidad de una posible PEI y sobre qué tipos de inteligencia habría de centrarse deberemos pasar a ver cómo y quién sería European Commission action paper in response to the terrorist attacks on Madrid, MEMO/04/66, de 18 de marzo de 2004, pág. 6. 53 Conclusiones del Meeting of legal experts from the European Intelligence Services, Gruges, 23-25 de septiembre de 1998. 54 Informe sobre la existencia de un sistema global de interceptación de comunicaciones privadas y comerciales (Echelon). Parlamento Europeo. DOC A5-0264/2001, de 11 de julio de 2001. Punto 12.1 52 24 responsable de fijar esa comunidad de intereses y amenazas. Rudner deja claro que el riesgo de la cooperación en inteligencia no es sólo el servir información a los gobiernos aliados sino que la inteligencia compartida puede ser manipulada y dirigida a determinar e influir la dirección de la política (2004:213). Por esto es necesario contar con un consenso político como requisito previo para poder definir la agenda e identificar posibles formas de evolución de estos objetivos. Como ve bien Arteaga (2002:4), algunos actores son más sensibles que otros y viven la cooperación a diferente ritmo e intensidad dependiendo de su capacidad y posición, pero esta mera constatación también muestra la necesidad de la cooperación. Y esta percepción diferenciada no sólo es de las elites nacionales sino que incluye a los órganos de la PESC, el Sitcen o la Uppat que son muy diferentes entre ellos; en una palabra, la integración funcional intergubernamental no siempre sigue la misma lógica de las instituciones. Pero sobre todo, aunque se creen estas estructuras, esta cooperación habrá de fundamentarse en una cultura alternativa que deberán desarrollar los actores de alto nivel. Esta realidad lleva a Politi (1998) a sostener que “la política europea de inteligencia necesita ser un asunto altamente formalizado e institucionalizado”. Para materializarlo, Becher (1998) habla de la posibilidad de establecer un grupo amplio de expertos seleccionados por los países de la UE y la UEO con amplio bagaje y que no provengan del gobierno o la administración. Algunos autores están proponiendo la creación de un Comité de Seguridad Europea (CSE) con la misión de asesorar a los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión sobre materia de seguridad cuyo presidente rotaría entre el Alto Representante y el presidente de turno del Consejo de Justicia e Interior. Con reuniones, al menos mensuales, informaría al Consejo Europeo en sus reuniones y su papel sería muy útil para coordinar las políticas de seguridad internas y externas de la Unión (Keohane y Townsend, 2003). Fase 2. Armonizar las diferentes estructuras nacionales. Asumida la primera fase hay que pasar a buscar el cómo llevar a la práctica esta Política Europea de Inteligencia. En esto tienen un papel destacado y preferente las diferentes estructuras nacionales ya que sin duda alguna la seguridad seguirá recayendo en manos de los Estados miembros. En consecuencia, favorecer su cooperación pasa porque las diferentes inteligencias nacionales vivan un proceso de europeificación de algunos de sus mecanismos de colaboración y respuesta como una condición necesaria para alcanzar este fin que implica, como vimos en el capítulo 2, un acercamiento en dimensiones como la estructural, la cultural o la jurídica. 25 Este recurso a los instrumentos nacionales es muy visible en el caso de la amenaza terrorista. El propio Javier Solana (2004b) sostiene que el primer objetivo de la inteligencia debe ser encontrar a los terroristas, prevenir sus acciones y perseguirlos después de que nos ataquen y esta clase de inteligencia operacional es evidentemente mejor desarrollada a nivel nacional. En su parcela, Den Boer (2001a:259) deja claro que las diferencias entre las estructuras policiales y judiciales son tan amplias que aun queda tiempo para que se armonicen. También indica que los cambios producidos en las autoridades de investigación y enjuiciamiento no están directamente relacionados con los impulsos realizados desde la Unión, aunque sin duda han influido en ellos (2001a:271). Pero hay que ser claros. En el actual sistema intergubernamental de toma de decisiones los Estados miembros son reticentes a aceptar las influencias de arriba abajo desde la UE. Con respecto al ámbito de la inteligencia, cada Estado ha generado su inteligencia en torno a la organización de la comunidad de inteligencia nacional y del tipo de amenazas que debía afrontar, algo que depende también de en qué momento histórico se generó su sistema de inteligencia (Díaz, 2006a). No todas las comunidades de inteligencia están constituidas de la misma forma y por lo tanto no todas las agencias tienen una contraparte con la cual comunicarse y colaborar; además, en algunos países existe una rivalidad y un solapamiento entre diferentes agencias. Las diferencias en los servicios de inteligencia y de seguridad de los diferentes Estados no son, por lo tanto, un obstáculo menor a la hora de desarrollar una verdadera cooperación. Algunos avances como los realizados por los Estados Unidos tras el 11-S para simplificar sus agencias pueden ser una ayuda al disminuir el número de actores, sin embargo no ha eliminado los problemas de cooperación entre agencias como ponen de manifiesto Keohane y Townsend (2003), Podolski (2004) o Chalk y Rosenau (2004). Winn (2003) ha demostrado cómo el proceso de europeificación en el área de Justicia e Interior y de la Política Exterior y de Seguridad se produce desde el nivel comunitario al nacional y viceversa, o dentro-fuera como él la denomina; aunque posiblemente la dimensión de cooperación policial sea en la que con mayor claridad se ve esta aproximación (Den Boer, 2001b:37). Podría decirse que el proceso de la europeificación de la inteligencia será similar al vivido por la PESC que supuso cambios al nivel nacional originado por presiones y nuevas oportunidades que generaba el proceso de integración; ahora, el terrorismo, podría convertirse en esa variable explicativa, sin olvidar, como sostiene Radaelli, que este proceso debe ser visto como “algo a ser explicado, no algo que explica” (2004:2). 26 Los gobernantes van a exigir a sus agencias mayor y mejor inteligencia ante un escenario cada día más complejo. Es un hecho que hay mucha más información disponible, clasificada y no clasificada, de la que cualquier agencia de inteligencia puede procesar tanto por sí misma como si participa en un acuerdo o intercambio bilateral. Además, como la propia Eurocámara ha manifestado, “esta cooperación representa ventajas profesionales, financieras y políticas”55 difíciles de acometer individualmente. Pero la propia Comisión Europea es consciente de las dificultades estructurales presentes. El contraterrorismo ocupa parcelas que están en la base de la soberanía estatal y además cubre un amplio espectro de actividades y agencias más allá de la policía por lo que la cooperación no es tan fácil y los Estados se muestran muy reacios a dar poderes a la Unión. La Comisión sostenía, aproximándose bastante a la plural realidad que supone hacer generalizaciones sobre sistemas de inteligencia tan diversos y pertenecientes a contextos políticos y tradiciones burocráticas tan diferentes, que los Estados miembros que tradicionalmente se han visto confrontados con amenazas terroristas internas han desarrollado servicios de inteligencia dentro de la policía, encontrándose éstos en la vanguardia de la lucha antiterrorista 56. En estos países es habitual que las estructuras de inteligencia de la policía tengan que hacer frente a amenazas terroristas, mientras que los servicios de inteligencia tradicionales centran más su atención en las amenazas externas para la seguridad nacional. Por el contrario, en los Estados miembros que no tienen antecedentes de terrorismo interior, la responsabilidad de recopilar, analizar y difundir los datos de inteligencia en la lucha contra el terrorismo es responsabilidad de los servicios de seguridad e inteligencia. El establecimiento a nivel europeo de cuerpos policiales y el incremento del papel de la Comisión y, en alguna medida, del Parlamento Europeo, se dirige hacia una mayor aproximación supranacional para tratar con el crimen organizado trasnacional. De esta forma, la Unión ha empezado a trabajar en una importante armonización de ciertos aspectos sustantivos y procedimentales de la ley criminal (Colvin, 2002). Asimismo, la combinación de nuevos programas de formación y foros para el intercambio de buenas prácticas y la aproximación de la ley penal está mostrando una gradual europeificación de la lucha contra el crimen transfronterizo, inexistente cuando en 1993 nace el tercer pilar. Junto a la europeificación funciona una especie de socialización de los profesionales que ven cómo disponen de nuevos medios y los integran en sus trabajos en aquellos niveles inferiores donde la Informe sobre la existencia de un sistema global de interceptación de comunicaciones privadas y comerciales (Echelon). Parlamento Europeo. DOC A5-0264/2001, de 11 de julio de 2001. Punto Z. 56 Comunicación de la Comisión al Parlamento “Reforzar la cooperación policial y aduanera en la Unión Europea”. COM (2004) 376 final, de 18 de mayo de 2004. 55 27 cooperación es muy importante por ser la más eficaz; se recorre así el camino hacia el proceso de cambio cultural en las organizaciones de inteligencia que demanda MüllerWille (2006a). La diseminación de información puede producirse bien entre agencias nacionales y agencias UE, bien entre agencias de la UE, bien entre agencias de la UE con otros cuerpos UE y autoridades nacionales o bien entre agencias UE y agencias de terceros países. Por esto resulta esencial armonizar las clasificaciones de seguridad para facilitar la cooperación y acercar a los diferentes sistemas nacionales. En este sentido, un mes después de los atentados de Madrid, Francia, Irlanda, Suecia y los Estados Unidos proponen la aproximación de legislaciones en lo referente al almacenamiento de datos, llamadas de teléfono, Internet y reducir la diferencia entre las legislaciones para incrementar la cooperación prejudicial entre los cuerpos de seguridad57. Sin duda poco y mucho ha cambiado del planteamiento de Longo (2001) estableciendo dos ejes para entender el modelo cooperativo dentro de la Unión: cooperación judicial y policial y aproximación de procedimientos y leyes penales. Ésta es la dinámica para acercar a las diferentes estructuras nacionales y hacerlas trabajar de forma conjunta. El listado de puntos que deben centrar esta fase de aproximación entre las inteligencias nacionales lo aporta el documento final de la Cumbre de los ministros de Justicia e Interior del G8 celebrada en Sea Island (Washington) el 11 de mayo de 200458. Allí se apunta que los Estados deben continuar mejorando el intercambio de información e inteligencia sobre las actividades, capacidades, planes e intenciones de los terroristas. Para favorecer este efectivo y eficiente intercambio de información, así como la protección apropiada de información e inteligencia de seguridad nacional en procesos penales, los Estados deben: Adoptar los mecanismos legales y operativos que permitan un intercambio seguro de inteligencia entre y en el interior de las comunidades de inteligencia y con las fuerzas del orden y el sistema judicial. Adoptar medidas legislativas o establecer mecanismos operativos que permitan que la información e inteligencia de seguridad nacional sea usada en el enjuiciamiento de terroristas al tiempo que se protege tal información, incluidos los métodos de obtención y las fuentes. Borrador de Decisión Marco de retención de datos procesados y almacenados en relación con la provisión de servicios o datos de comunicaciones electrónicas públicamente disponibles con fines de prevención, investigación, detención y persecución de crimen y ofensas criminales, incluido el terrorismo. DOC 8958/04, de 28 de abril de 2004. 58 http://www.g7.utoronto.ca/summit/2004seaisland/index.html 57 28 Adoptar medidas legislativas o establecer mecanismos operativos para garantizar que la inteligencia recibida es usada de la forma adecuada y acordada. Maximizar el uso de los canales existentes para el intercambio de información, mejorarla cuando sea necesario y explorar el uso de canales adicionales. Revisar cuando sea necesario los resultados para detectar los problemas que puedan surgir y resolverlos. Garantizar que en todas las medidas anteriores se da el debido respeto a las libertades civiles y los principios fundamentales del Derecho. Fase 3. Crear una comunidad europea de estructuras de seguridad e inteligencia. El establecimiento del espacio de libertad, seguridad y justicia representa posiblemente el primer paso coordinado para crear una comunidad de estructuras hacia un fin. Al realizar un balance de éste, la Comisión Europea manifestó que “los logros alcanzados son consecuentes”; si bien de forma muy realista indicaba que “con todo, el grado de ambición inicial se ha visto limitado por dificultades de carácter institucional y, a veces, también por un insuficiente consenso político. La política del paso a paso ha sido la única opción posible para progresar. Para la Comisión, establecer el espacio de libertad, seguridad y justicia ha sido una prioridad estratégica a la que también han contribuido varias políticas de la Unión”59. Dificultades de carácter institucional, descoordinación de varias políticas e insuficiente consenso político se vislumbran así como los principales obstáculos para la configuración de esta comunidad. La cooperación en contraterrorismo es compleja porque no es un área bien definida sino que está compuesta por toda una serie de políticas que van más allá de las autoridades de fronteras, policía, inteligencia o seguridad. La Presidencia española de la Unión durante el primer semestre de 2002 segmentó la lucha contra el terrorismo involucrando a diferentes partes del Consejo: Asuntos Generales, Ecofin, conjunta Justicia e Interior/Ecofin, Transportes y Telecomunicaciones y Defensa. Esto obligó a hacer una lectura en términos de combate antiterrorista de cualquier medida que a partir de entonces se tomara. Esta forma de gestionar la lucha contra la criminalidad ya había sido denunciada contundentemente por el Alto Representante. Solana se quejaba de que “la continuada diversificación de las actividades del Consejo, incluido el establecimiento de estructuras civiles y militares de gestión de crisis, en un ambicioso Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento Europeo. Espacio de Libertad, Seguridad y Justicia: balance del programa de Tampere y futuras orientaciones. COM (2004) 401 final, SEC (2004) 680 y SEC (2004) 693, de 2 de junio de 2004, pág. 5. 59 29 programa de trabajo acordado en Tampere para crear un área de libertad, seguridad y justicia confirma la tendencia hacia la creciente segmentación del trabajo con el presente riesgo de contradicción, incoherencia e ineficiencia”60. Podríamos sin duda volver a la ya clásica afirmación de Cohen et al. (1972): el proceso político de la Unión puede mostrar las mejores galas de una coalición estable transnacional y en el peor mostrar aspectos del garbage can model. Es complejo configurar una comunidad de inteligencia europea en torno al contraterrorismo ya que ésta es un “área política concurrida que da cobijo a una multiplicidad de actores que puede que no estén todos buscando los mismos objetivos políticos lo que es muy ineficiente y lleva a la duplicación” (Den Boer, 2003) y la separación en pilares había forzado en alguna medida la duplicación de instrumentos persistente hoy en día. Quizá por esto el informe del Parlamento británico afirme que precisamente “en un área donde la claridad de roles y responsabilidades es vital nos encontramos cómo la estructura dentro de la Unión Europea para combatir el terrorismo es compleja y confusa”61. Por todos estos motivos es “esencial crear una genuina comunidad de inteligencia europea [y] lo que es más, esta comunidad debería ser capaz de extenderse en un futuro a toda la comunidad transatlántica” 62. Pero para crear esta comunidad hay que comprender que no se está ante una obligación sino ante un compromiso moral63. La UE no es un poder estatal y son las diferentes policías y agencias quienes finalmente realizan el trabajo. Por esto la Declaración sobre la lucha contra el terrorismo afirma con rotundidad que el objetivo es que sean los Estados los que dirijan la acción ya que son quienes tienen los recursos; algo que ha sostenido Solana (2004a) al declarar que “la parte operativa de la inteligencia la hacen mejor los servicios nacionales”. Por lo tanto hay gran conciencia de que para realizar estas operaciones habrá que acudir a la cooperación bilateral más que a la comunitaria. Para esto el siguiente paso sería distribuir tareas conforme a capacidades operativas y de información de los diferentes servicios nacionales. Los Estados deberían aportar personas, información clasificada, imágenes y recursos; por esta razón no tiene sentido alguno que las estructuras comunitarias tiendan a replicar estructuras que ya existen en los Estados miembros. Sin embargo, esto no evita que a través de Informe del Secretario General/Alto Representante al Consejo Europeo “Preparing the Council for Enlargement”, DOC 9518/01, de 7 de junio de 2001. 61 House of Lords. European Union Committee. Informe con testimonios “After Madrid: the EU´s response to terrorism”, 5th Report Session 2004-05. 62 Recomendación 763 de la Asamblea de la UEO “The fight against international terrorism: defence aspects”. Documento A/190014, de 14 de junio de 2005. 63 Manifestaciones de Javier Solana durante la reunión ministros de Justicia e Interior, Luxemburgo, 8 de junio de 2004. 60 30 instrumentos jurídicos e iniciativas políticas, la Unión Europea pueda hacer mucho para ayudar a las autoridades nacionales a actuar conjuntamente, como indicaba el coordinador antiterrorista de la UE64. Establecer esta coordinación y distribución de responsabilidades y cometidos no es sencillo. Hace una década, Hebenton y Thomas hablaban ya de la existencia de un “espacio policial abarrotado” (1995:40), algo que es mucho más evidente en el tema de la inteligencia de los diferentes Estados. Así que cierta convergencia debe conseguirse ya que son las autoridades nacionales, regionales y locales quienes deben implementar todas estas medidas algo que Kassim et al. (2000) ven como la tendencia habitual en otras muchas políticas europeas. La rápida sucesión de acuerdos y regulaciones ha supuesto una dificultad para profundizar en ellas por lo que no se ha consolidado la coordinación operativa transfronteriza con un paralelo control judicial y democrático. Ninguna agencia de inteligencia puede saberlo todo y no sólo por una cuestión del tamaño del servicio o de recursos, ya que pequeñas estructuras pueden proporcionar muy buena inteligencia humana. Tampoco nadie duda de que los beneficios de la cooperación son indudables puesto que nos permite tener acceso a lugares a los cuáles por diversos motivos les está vetado a algunas agencias, rellenar huecos, reducir costes operacionales y reemplazar relaciones diplomáticas. Pero los potenciales riesgos son también evidentes aunque recubramos esta cooperación de un compromiso dentro del marco de la Unión Europea y de esa dimensión moral de la que hablábamos. Aparecen así la seguridad y la confianza como los problemas que deben solventarse para conseguir esta comunidad de inteligencia europea. La falta de seguridad es algo que ha cambiado mucho en los últimos años. Hoy en día las relaciones se guían por la necesidad de una cooperación global y no como durante la guerra fría cuando ésta era guiada esencialmente por la ideología. Pero ni la conciencia de su utilidad ni declaraciones políticas son suficientes como para salvar con éxito estos obstáculos. El ministro irlandés de Interior, Michael McDowell que presidía la reunión de Bruselas del consejo de ministros de Justicia e Interior de la Unión apuntaba muy bien los problemas cuando afirmaba: “necesitamos algo que funcione y sabemos que estamos hablando de intercambiar información secreta, pero hay que mejorar la confianza mutua; se necesita generosidad y confianza.”65 Gijs de Vries. “Contribution to the hearing by the subcommittee on Europe of the Committee of International Relations”, U.S. House of Representatives, 14 de septiembre de 2004, págs. 7-8. 64 Nota de Prensa. Consejo Extraordinario de Justicia e Interior. DOC 11116/05 (Presse 187), de 13 de julio de 2004. 65 31 A pesar de esta clara voluntad política del ministro irlandés, en el mundo de la inteligencia se dice que “no hay servicios de inteligencia amigos sino servicios de inteligencia de Estados amigos” o, como Smith ha acuñado más elegantemente, “la inteligencia es un juego para ser jugado contra todos los que llegan, y ningún partenariado o relación amistosa otorga inmunidad a ninguno de ellos” (1996:235). Por lo tanto para alcanzar esta comunidad deben generarse ciertas garantías y eliminar ciertos condicionantes que suavicen las reticencias existentes (Tabla 5). Por todos estos motivos, las agencias nacionales de inteligencia que colaboran en el marco de Europol y otras agencias europeas sólo proporcionan inteligencia depurada. Pero aunque el acceso a inteligencia bruta será casi nulo y sólo se compartan análisis y asesoramientos, éstos serán muy beneficiosos para persuadir a las autoridades nacionales de que impulsen la colaboración con otros Estados. Tabla 1. Condicionantes para alcanzar la cooperación en inteligencia entre Estados. Aspectos estatales que afectan a la cooperación Diferencias en percepciones de amenaza y Aspectos que Aspectos que generan reticencias favorecerán la en las agencias cooperación las Preocupación por Ganancias en reducción una posibles revelaciones y de costes y ampliación de los el compromiso de las de conocimiento sobre objetivos de la política fuentes. exterior fijados a más áreas. los respectivos servicios de los Estados. Modificaciones distribución en global regional de poder. la Temor a que tomen Institucionalización de o acciones con base a la mecanismos de inteligencia recibida y cooperación que que vaya en contra de conduce a condicionar y los intereses del Estado canalizar su actividad. que la remitió. El escaso respecto a los Temor a revelar errores Desarrollo Derechos Humanos para o vacíos algunos de los Estados inteligencias participantes. verían la en una sus dependencia mutua. que luz de si no no hubiese esta voluntad 32 de compartir. Dejar de Condicionantes ser el Presión motivados por la relevante al perder el pública. diferencia en el monopolio la opinión de ordenamiento jurídico y conocimiento estructura de de una zona. administrativa. Dudas respecto a que la Ninguno quiere perder Mejora de la eficiencia. información no caerá en las manos de países. Potencial uso relaciones terceros privilegiadas con los Estados Unidos. diferente Los pequeños Estados Se aporta un valor del para que se entrega podrán tener el miedo añadido al producto que la inteligencia. de ser infiltrados por por sí sólo grandes potencias generar. Los Estados se resistirán Existe una especie de Situaciones al cambio institucional espíritu de cuerpo que emergencia puede de y graves que pueda comportar la hace que sólo se fíen crisis. cooperación conlleva si altos para su soberanía. esto de lo que ellos obtienen costes pero hace difícil que los agentes necesitan vean que información de otros para hacer su trabajo. Fuente: Elaboración propia. La cooperación sigue siendo claramente intergubernamental y liderada por los diferentes Estados aunque no se puede dudar del claro incremento de la colaboración supranacional desde los tiempos de Trevi (Occhipinti, 2004:238). Los servicios de inteligencia han preferido la cooperación formal a la informal ya que aquélla les proporciona una mayor protección y una base para un intercambio igual (quid pro quo) (Lefebvre, 2003:536-37). Esta situación se produce, por una parte, porque como sostiene Bures (2006:72), la cooperación bilateral sigue siendo la predominante y, por otra, porque los servicios de inteligencia son conscientes de que las imposiciones de sus gobiernos o la UE son más costosas que la colaboración de geometría variable que ellos desarrollan. Por su parte, los gobiernos nacionales están de acuerdo con la 33 necesidad de cooperar pero parece que son reticentes a la hora de entregar poderes a los organismos comunitarios. Bruggeman (2002b) sí cree que efectivamente se empieza a generar esta cooperación y comienza a vivirse un fuerte incremento del intercambio de información; sin embargo para mantenerlo en un deseado alto nivel habrá que otorgar garantías en tres momentos: los métodos de recogida de información, las fuentes de información y la confidencialidad permanente de los datos después del intercambio, como ya había apuntado Richelson (1990). La información no fluye en el éter de forma desordenada sino que, para que sea eficaz, debe transmitirse a través de ciertos canales y cumpliendo ciertos requisitos. Dentro de esta comunidad que pretende gestarse, todas las agencias deben estar comunicadas de una u otra forma y debe existir tanto a nivel nacional como comunitario suficiente capacidad para controlar este almacenamiento y difusión de datos. Antes del 11-S había una gran prevención en lo que concernía a la acumulación y acceso a información por parte de los servicios de inteligencia, algo en lo que influían las organizaciones de protección y garantía de las libertades civiles; sin embargo, a partir de entonces tanto uno como otro fenómeno se han desarrollado, pero con cierto desorden. Como indica Bruggeman, la duplicación de estructuras que existe tiene un claro inconveniente al provocar un almacenamiento redundante de información, vislumbrándose esenciales acuerdos como Schengen para mantener la cooperación policial bajo completo control político (2001:285). Tras el 11-S los Estados han realizado indicaciones expresas a sus servicios de inteligencia para que se coordinen interna e internacionalmente (Aus, 2003); pero sin conseguir armonizar estas informaciones será muy difícil hablar de una coordinación de servicios con diferentes poderes a nivel europeo (Bruggeman, 2002a:225). Un intento de recopilación de estas bases de datos de las que estamos hablando podría ser el siguiente: Europol Information System (EIS): intercambio de información entre los Estados miembros y terceros países para colaborar en investigaciones en temas criminales. Europol Analysis System: permite a los analistas autorizados a almacenar datos y explotar la información relevante de patrones criminales y relaciones que puedan establecerse. Europol Index System: permite a los usuarios autorizados verificar si los datos incluidos en el Europol Analysis System sobre su Estado miembro, y sólo se confirma su existencia no su contenido. Eurodac: asiste en la gestión de las múltiples peticiones de asilo a través de la comprobación de huellas dactilares y facilita la aplicación de la Convención de Dublín. 34 Customs Information System (CIS): incrementa la efectividad de la cooperación así como los procedimientos de control de las diferentes autoridades aduaneras. Customs File Identification Database (FIDE): su objetivo es permitir que las autoridades nacionales responsables para llevar a cabo las investigaciones aduaneras identifiquen a las autoridades responsables de llevar a cabo tales investigaciones en otros países. Europol Secure Communication Network (ESCN): proporciona infraestructura técnica para dar apoyo al intercambio encriptado de datos e información de voz entre Europol y las respectivas unidades nacionales. European Anti-Fraud Office (OLAF): fortalece los medios contra la prevención del fraude y combate de la corrupción y cualquier otra actividad irregular incluyendo conductas impropias en las instituciones europeas. Anti-Fraud Information System (AFIS): gestionado por OLAF, asiste en la prevención, investigación y persecución de operaciones que están en la base de la vulneración de las legislaciones de aduanas a través de un procedimiento más rápido. Europol INFOEX/Liaison Network: sistema empleado para el intercambio de información entre las oficinas de enlace y las oficinas de Europol. Por esta pluralidad, es perentoria una red que interconecte a todas las organizaciones que potencialmente pudieran ser interesantes, algo que es una quimera ante una complejidad administrativa tan grande como la que muestran los Estados desarrollados como aquellos pertenecientes a la UE. Sin embargo aunque su existencia no implicara que automáticamente se intercambiase información ni que abarcase a todas las posibles, esta red sí sería un precipitante. Para Den Boer (2002:151) el modelo de intercambio de inteligencia presente en la actualidad en la Unión tiende a la centralización como método de coordinación. Esta situación habrá de generar cierta desconfianza que se verá atenuada por ciertas formas de descentralización como la regionalización y la creación de unidades especializadas que mantendrán la inteligencia sensible cerca de las fuentes. Se presentan así diferentes retos para que este flujo de información sea eficaz: establecer una agencia que las coordine y la estandarización de procedimientos66; alcanzar una mínima homogenización de legislaciones en temas como la conservación de datos sobre comunicaciones, y, por último, definir método, formato y contenido de las transmisiones amén de la difícil misión de alcanzar la cooperación con terceros Por ejemplo, el Plan de Acción para combatir el Crimen Organizado se habla en primer lugar de crear órganos nacionales para coordinar el intercambio de información y algunos Estados efectivamente lo han creado. 66 35 Estados, los Estados Unidos o la OTAN; retos, algunos de los cuales, ya se están acometiendo. La Comisión Europea ha tomado cartas en el asunto llamando a la interoperabilidad de las bases de datos de la Unión y motivado, entre otras cosas, por la discusión que tuvo lugar durante el Consejo Europeo de 2002 que sacó a la luz el elevado número de diferentes bases que eran usadas por las fuerzas del orden. Con el objetivo de precisar cuántas en concreto existían y evitar en un futuro su superposición, la Comisión Europea encargó a un grupo ad hoc bajo el mandato del comité del artículo 36 que realizase un informe que se finalizó en mayo de 2003. En él se concluye que el solapamiento existe pero que es limitado y enfatiza la ausencia de enlaces entre ellos identificando tres posibilidades para fortalecer las sinergias entre los diferentes sistemas67: 1) fusionar los diferentes sistemas y establecer un único sistema europeo. 2) mantener el status quo y crear nuevos sistemas sólo conforme a necesidades claramente identificadas. 3) desarrollar la interoperabilidad de los sistemas. La Comisión Europea se ha mostrado favorable a esta tercera opción. Considera que aunque no hay necesidad de establecer una base de datos centralizada para mejorar el acceso a la información disponible sí es necesario facilitar la interoperabilidad entre los sistemas de datos existentes. Además comparte la falta de deseo de crear nuevos organismos que se refleja en el Programa de La Haya cuando declara que “sólo deberán crearse nuevas bases de datos europeas centralizadas sobre la base de estudios que hayan demostrado su valor”68. Por lo tanto, las bases de datos nacionales deberán seguir existiendo pero se hace necesario alcanzar una efectiva interrelación. Sin embargo, surgen dificultades debido al entorno en que debe aplicarse el principio de disponibilidad al que ya nos hemos venido refiriendo y que está en la base de este intercambio: la organización heterogénea de policía y Poder Judicial en los Estados miembros, con controles y equilibrios diferentes. la inclusión de diversos tipos de información sensible como es el ADN o las huellas dactilares. las diferentes formas de acceso de las autoridades competentes a la información pertinente, incluso dentro de los Estados miembros. 67 68 DOC 8857/03 LIMITE JAI 118. Declaración sobre la lucha contra el terrorismo adoptada el 25 de marzo de 2004, DOC 7906/04, pág 8. 36 la dificultad de garantizar que la información procedente de otro Estado miembro se interprete correctamente debido a las diferencias lingüísticas, de sistemas técnicos y de ordenamientos jurídicos. la necesidad de incluir este principio de disponibilidad en el extenso mosaico existente de disposiciones legales sobre intercambio de información policial y judicial entre los distintos países. Fase 4. Estableciendo estructuras en la Unión. Siguiendo la dinámica de estas fases queda claro que una posible Política Europea de Inteligencia no puede ser un mero conjunto de acuerdos más o menos informales de relaciones e intercambio de información. Las estructuras que habría de generar la UE en esta cuarta fase se agrupan en torno a dos opciones. Por una parte, como veremos en el siguiente epígrafe, la posible creación de una Agencia Europea de Inteligencia en un estadio final y, por otra, la entrega a la Unión de un claro rol coordinador de las estructuras nacionales y comunitarias existentes, un rol que puede ser de coordinación política o ejecutivo. Por lo tanto es necesario e importante distinguir nítidamente entre los dos planteamientos: cooperación supranacional en inteligencia y la creación de una estructura formal dentro del entramado comunitario que desempeñé sus propias tareas de inteligencia, especialmente en el plano operativo. Tanto el Consejo Europeo de Tampere como el 11-S han supuesto un ímpetu decisivo para el crecimiento de las estructuras institucionales ya que la Unión vive con toda crudeza el importante vacío que tiene en materia de seguridad. Reorganizar la seguridad interior para Europa y transferir las nuevas competencias al nivel de la UE sin duda no es la última respuesta a la cuestión de cómo proteger la población civil europea de manera efectiva. Sin embargo, estas medidas al menos han institucionalizado la seguridad interior como una preocupación a largo plazo de la Unión, crea instituciones dedicadas al desafío, proporcionan una forma más racional y efectiva de aproximarla, y garantiza que este asunto no cae o se sale de la agenda política en tiempos de relativa calma (Dalgaard-Nielsen, 2004:178). El Consejo Europeo así como otros muchos actores nacionales y comunitarios han manifestado en diversas ocasiones su preferencia por dotar de contenido a los acuerdos previos antes que en profundizar en la vía institucional. Pero sobre todo dejan claro que la coordinación supranacional debe complementar y no reemplazar a la coordinación intergubernamental. Así que el papel que deben asumir estas organizaciones europeas no es el de suplir a las nacionales ni duplicar su trabajo sino 37 el de fomentar la participación entre las nacionales, algo que en todos estos años nadie ha puesto en duda (Oberson, 1998; Browne, 2006). Esto supone la potenciación de las estructuras existentes, la eventual creación de alguna nueva y, como último estadio, la posible creación de una Agencia Europea de Inteligencia que ya hemos indicado. Sea cuál sea el camino es necesario realizar muchos desarrollos. Como indicaba el objetivo 3 del Plan de Acción contra el terrorismo “un número de instrumentos existen ya en la Unión para mejorar la cooperación operativa y la coordinación. Sin embargo están mal empleados, la ratificación de convenciones es lenta y los instrumentos están pobremente empleados y/o pobremente concebidos por las fuerzas del orden y las autoridades judiciales en algunos Estados miembros”; exactamente la misma redacción del informe preparado por el equipo de Solana antes del 11-M, a tenor de lo declarado por éste al Financial Times. Una agencia central es útil si produce algo que no se puede generar a nivel nacional o si se transfiere la responsabilidad de cierta forma de inteligencia a la Unión sean estas responsabilidades operativas o de coordinación. Müller-Wille concluye que lo que la UE necesita son agencias de inteligencia más poderosas y con una mayor cooperación con las nacionales y esa cooperación debería realizarse fuera de las Instituciones europeas (2004:45). Asumido que el principal enfoque va a ser entregar a la Unión un papel de coordinación debemos comprender que ésta se produce de dos formas diferentes. La coordinación horizontal que no necesita de una cabeza a nivel europeo y basada en acuerdos de geometría variable y la vertical que sí requiere de bien un órgano político bien un órgano administrativo de coordinación. La estructura actual de la Unión permite conjugar ambos tipos de coordinación y de hecho es la que se va a producir como muestra la Tabla 2 para el área de Justicia e Interior. La dimensión horizontal ha sido ya tratada en los apartados anteriores por lo que el interés se centra ahora en analizar la cooperación vertical a través del papel que diferentes órganos pueden jugar. Tabla 2. Tipos de colaboración en seguridad interior de la UE. Aparien cia Colaboración vertical Colaboración horizontal Europol Schengen OLAF Acuerdos bi y 38 instituci onal Nivel de coopera ción Eurojust multilaterales Grupo de Trabajo Formal Predominantemente Elaboración de políticas informal, Estratégico Elaboración de políticas Semioperativo Intercambio de información Cooperación operativa Actores Políticos nacionales transfronteriza Políticos y altos Altos funcionarios funcionarios nacionales (Directores generales, regionales y locales y secretarios generales, profesionales (policía, diplomáticos de Coreper) oficial, inmigración y aduanas a nivel local y Objetivo Búsqueda centralizada de regional) Aproximación inteligencia, objetivos de descentralizada a la alto nivel (crimen seguridad interior, organizado, terrorismo) flexibilidad, foco en la bajo el principio de cooperación regional en subsidiariedad Fuente: Den Boer (2004:4) seguridad Con anterioridad a la cadena de atentados masivos que se inician en 2001 el enfoque que se proponía era, en lo institucional, fortalecer las aproximaciones orientadas según el problema y las aproximaciones horizontales intrapilar quedando los grupos de trabajo cross-pillar dentro de las estructuras del Consejo, especialmente en lo que respecta al Grupo mulitidisciplinario sobre el crimen organizado y, con respecto al papel de liderazgo, el Comité Estratégico y el Comité del Artículo 36. En segundo lugar, se dirigía a clarificar la relación del Grupo de Trabajo de Jefes de Policías (GTJP) con los con los grupos de trabajo del Consejo en el tercer pilar (Ehrentraut, 2001:35). Anderson publicaba en 2002 que la cooperación entre servicios de seguridad en Europa tienen lugar en tres niveles: bilateral, el desempeñado por el GTC y Europol, así como a través del Sitcen (2002:37); sin embargo las evoluciones producidas a través de diversos comités, la creación de la figura del coordinador 39 antiterrorista y el potencial papel que pueda jugar el GTJP comporta que su análisis sea ahora incompleto. Con luz propia ha evolucionado el Centro de Situaciones; de hecho, en la cumbre europea de marzo de 2004 se anunció el mayor papel que debería de jugar en el campo de asesoramiento sobre amenazas69. Incluso Solana y De Vries propusieron que se incorporaran al Sitcen miembros de los servicios de inteligencia de los Estados miembros de forma que esta organización se transmutase en una capaz de crear análisis y asesoramientos completos de amenazas a la seguridad interior y exterior de la Unión, sobre todo en el tema del terrorismo70, e incluso se habló de la posibilidad de incluir miembros de la CIA estadounidense. Desde inicios de 2005, miembros de los servicios de seguridad europeos y expertos de los servicios de inteligencia analizan conjuntamente la amenaza terrorista siendo la primera vez que los decisores políticos europeos tiene una visión integrada de esta amenaza. El producto del Sitcen de distribuye a otros órganos comunitarios, estatales y parte de la estructura de la PESD. No hay agencias nacionales que abarquen todo el planeta que es donde se encuentran las necesidades de la PESC y las existentes lo hacen para sus propias necesidades de política exterior. Por este motivo, los Estados miembros pueden llegar a suministrar la inteligencia que favorece sus posiciones siendo el riesgo del Sitcen de ser desinformado alto. Por esto, como en el caso de las ADM de Irak, es necesario contrastar aunque quizá sin llegar como dice el adagio que se le atribuye a Ronald Reagan: “Confianza, pero verificándolo”. Por este motivo este organismo ha ser capaz de crear análisis y asesoramientos completos sobre amenazas a la seguridad tanto interna como externa de la Unión, en particular en el campo de la amenaza terrorista71. El coordinador antiterrorista es otra figura que nace para auxiliar al Alto Representante y ante la conciencia de que en un “área donde la claridad de papeles y responsabilidades es vital encontramos cómo las estructuras dentro de la Unión para el combate de terrorismo es complejo y confuso”72. Su designación no ha sido la solución para la cooperación entre los servicios policías del tercer pilar y la Declaración del Consejo Europeo sobre el combate del terrorismo, 25 de marzo de 2004, Anexo I, Objetivo 7. 70 Consejo Europeo de Bruselas de los días 17 y 18 de junio de 2004, Conclusiones de la Presidencia, pág. 3; Resumen de las conclusiones de Javier Solana. Consejo de Justicia e Interior de 8 de junio de 2004, SO 6159/04; Declaración del Consejo Europeo para el combate terrorista, 25 de marzo de 2004, Anexo I, objetivo 7 y Consejo Europeo. Coordinador Contraterrorista, “Working structures of the Council in terrorism matters-Options paper”, 25 de mayo de 2004, pág. 4. 71 Consejo Europeo de Bruselas, 17 y 18 de junio de 2004. Conclusiones de la Presidencia, pág. 3. Resumen de las conclusiones de Javier Solana. Consejo de Justicia e Interior, 8 de junio de 2004, SO159/04; Consejo de la Unión Europea, Coordinador contraterrorista, Paper “Working structures of the Council in terrorism matters-Options”, de 25 de mayo de 2005, p. 4. 72 http://www.publications.parliament.uk/pa/ld200405/ldselect/ldeucoms/53/53.pdf 69 40 cooperación en inteligencia en el marco de la PESC, las unidades del Secretariado General y el EMUE. No obstante, sí puede ayudar a crear ciertos mecanismos y de hecho las recomendaciones de De Vries se encaminan no sólo a coordinar el sistema de la Unión sino a proponer cómo racionalizar las instituciones y comités existentes. Es por lo tanto necesario una mayor dirección superior a las diferentes partes y actores involucrados. Con claridad parece que la Comisión está dispuesta a aceptar un papel mucho más destacado en el combate contra el terrorismo en todas las dimensiones de prevención, preparación y respuesta, sin embargo, su tiempo y su estructura no lo favorecen. El Coreper ha de monitorizar el progreso de esta Estrategia europea contra el terrorismo con seguimientos regulares y actualizaciones por parte de la Comisión y el Coordinador contraterrorista, pero lamentablemente el Coreper no tiene tiempo para coordinar esta tarea tan importante. Los canales no oficiales siempre han sido clave en la coordinación de la política europea (Peters y Wright, 2004:161) y si esta comunicación se realiza entre Estados miembros o a través de la Unión eso es algo que los Estados han decidido siempre. Pero como bien apunta Duke (2006) se están generando necesidades de inteligencia en la Unión que van más allá de lo que la colaboración bi o multilateral pueden aportar. Se han propuesto algunas fórmulas para coordinar a grupos como el COTER o el GTC73; así por ejemplo Lugna (2006:122) habla de un Comité Contraterrorista entre pilares de alto nivel presidido por el GTC que podrá hacer propuestas al Coreper. Sin embargo no podemos olvidar que los grupos de trabajo son idóneos para resolver cuestiones técnicas pero quedan los problemas políticos para el nivel ministerial (Nilsson, 2002:9). Por lo tanto Direcciones generales como la de Justicia e Interior y la de Relaciones Exteriores deben mantener una mayor coordinación interna de todos los aspectos de la actividad institucional relacionada con el terrorismo y adoptar un mayor peso político74. Se evitarían así problemas de coordinación, que también se producen a nivel nacional, a la hora de acordar los objetivos políticos para ser alcanzados a nivel europeo75; si bien Arteaga (2004:11) teme que los Estados puedan verse desplazados por estos grupos a la hora de, por ejemplo, establecer las cláusulas de cooperación y asistencia. Consejo de la Unión Europea, Coordinador Contraterrorismo “Provisional findings of the two “peer evaluation” mechanisms affecting the Union´s fight against terrorism”, 26 de mayo de 2004, p. 7. Consejo de la Unión Europea, Coordinador Contraterrorista “Working structures of the Council in terrorism matters- Options paper”, 25 de mayo de 2004, pág. 2. 74 European Commission action paper in response to the terrorist attacks on Madrid, MEMO/04/66, 18 de marzo de 2004, apartado “Internal coordination within the commission needs to be fostered”. 75 Informe del Secretario General al Coreper, DOC 7177/04, de 8 de marzo de 2004. 73 41 Para superar esta complejidad institucional también se ha sugerido ir más allá y que la Unión crease un cuerpo interinstitucional, una especie de European Security Committee (ESC) (Keohane, 2005:20). Su papel sería asesorar a los jefes de Estado y de Gobierno en materia de seguridad y la presidencia se alternaría entre el Alto Representante y el presidente del consejo de ministros de Justicia e Interior. Compondrían también este comité el Coordinador antiterrorista, el jefe del EMUE, el director de Europol, el comisario de Justicia e Interior y el responsable del Sitcen, pudiendo el presidente solicitar la presencia de otros funcionarios que se considerase de interés. El Comité se reuniría al menos una vez al año e informaría al Consejo Europeo en las cumbres cuatrimestrales. El ESC tendría como papel identificar y cuantificar las amenazas, y sugeriría a su vez posibles respuestas. El autor entiende que así los jefes de Estado y de Gobierno tendrían más fácil el adoptar medidas comunes al existir un diagnóstico común. El ESC confiaría en el Sitcen para obtener información y, si bien no es una panacea, sí serviría para coordinar las políticas internas y externas (Keohane et al., 2004). Ésta es una idea que ya se discutía por ciertos círculos políticos y académicos y que parece haber cuajado en el Comité de Seguridad Interior que propone el artículo III-261 de la futura Constitución Europea. Sin embargo el texto constitucional va mucho más allá de lo que este autor imaginaba al entregársele capacidades de coordinación operativa, a lo que hay que unirle el papel que pueda jugar el GTJP, si bien es cierto que desde mayo de 2003 los cinco grandes han emprendido operaciones multilaterales. Precisamente el aspecto operativo es algo que ha coleado en muchos análisis realizados en los últimos años. Afirmaba De Vries que “los mecanismos habituales de cooperación de la Unión estaban guiados por la legislación y ciertas decisiones de carácter político, sin embargo, en los últimos años y, sobre todo tras los atentados de Madrid, la Unión ha entregado responsabilidades adicionales e incrementado su naturaleza operativa”76. La coordinación operativa de los títulos IV del TCE y del VI del TUE es más necesaria tras el final del período de transición del 1 de mayo de 2004 y sobre todo lo será tras la entrada en vigor del Tratado Constitucional que diluirá mucho más la compartimentalización entre pilares. El papel de la Unión en materia contraterrorista no será ejecutivo (dirigiendo el trabajo de las agencias nacionales) pero su papel operativo (coordinando las agencias a través de las fronteras) continuará creciente. Hay muchas voces que quieren Conferencia “The European Union and the fight against terrorism” impartida por Gijs de Vries en el Centro para la Reforma Europa, 19 de enero de 2006. 76 42 entregar a Europol un papel más predominante en esta área, pero también en otras. Europol debería transformarse en un auténtico centro de inteligencia antiterrorista en el que tuviera cabida la creación de una base de datos común sobre terrorismo (personas, incidentes, indicaciones, operaciones, etc.) sustituyendo el sistema de información a través de los funcionarios de enlace. Por ejemplo, la Recomendación del Consejo relativa a la constitución de equipos multinacionales para la captación de información sobre terroristas (joint intelligence teams)77 debería sustituirse por un instrumento jurídicamente vinculante que permitiera a los servicios de inteligencia (independientemente de si son estructuras policiales o no) y a Europol trabajar conjuntamente. “Los Estados miembros necesitan proporcionar a Europol la información y la inteligencia que necesita para hacer su trabajo adecuadamente, en particular, en el área de la prevención e investigación de los ataques terroristas. Los Estados miembros deben considerar su deber de entregar al GTC de Europol toda la información operativa, no sólo la limitada y filtrada inteligencia técnica y estratégica”78; algo que de lo que ya se quejaba Müller-Wille (2004:35) y que explicaba por qué a su juicio Europol no podía alcanzar un puesto central en el entramado informativo de la Unión. Alcanzar este papel también se lograría fortaleciendo el sistema de información de Europol. Permitiría que periódicamente se realizasen evaluaciones estratégicas y operativas. Estas últimas estarían a disposición del GTJP que contaría así con los mejores conocimientos tácticos para prevenir o combatir las amenazas o los delitos, incluso el terrorismo, según las prioridades establecidas por el Consejo. Para todo ello, a corto plazo, los servicios de inteligencia de los Estados miembros deberían reunirse mensualmente para discutir sus evaluaciones estratégicas y operativas nacionales. La información resultante se cotejaría para elaborar evaluaciones estratégicas de la UE, por ejemplo, bianuales, y evaluaciones operativas mensuales. Toda esta primera etapa estaría fundamentada en la información en materia criminal a la que Europol y las autoridades de los Estados miembros tengan legalmente acceso con arreglo a la legislación vigente. A más largo plazo, los servicios nacionales de inteligencia podrán empezar a producir información recurriendo a los sistemas analíticos normalizados79. Recomendación del Consejo de Justicia e Interior, de 13 de junio de 2002. “Non-confidential Europol report on terrorist activity in the European Union from October 2002 to October 2003”. DOC 15877/2/02, de 3 de diciembre de 2003. 79 Los métodos son el análisis de resultados, los modelos delictivos, los mercados ilegales, las redes de delincuencia, los riesgos (que se utilizan como herramienta de gestión en sí), los perfiles diana (llamados a menudo “definición de perfiles”), los perfiles de negocios delictivos y las tendencias demográficas y sociales. 77 78 43 La calidad de la inteligencia y la importancia de Europol aumentarían sustancialmente puesto que los datos y los procedimientos serán más europeos. Actualmente el debate institucional europeo muestra, por una parte, el incremento de la colaboración entre las fuerzas de seguridad y el cuerpo judicial que, inicialmente, tenían menos experiencia que el militar en cooperación extensiva. Sin embargo las líneas de trabajo están acercándose no para establecer una CIA europea sino claramente dirigidas a fortalecer Europol y consciente de que la cooperación en inteligencia continuará siendo informal80. Sin embargo el papel de liderazgo que Europol pueda llevar a cabo en la colaboración vertical no está tan claro. Su aportación es limitada no por incapacidad de sus oficiales o de falta de recursos sino por un déficit conceptual. A diferencia de otros organismos, los suministradores de inteligencia a Europol son similares a sus principales consumidores (las agencias nacionales). La inteligencia que entra en Europol no es procesada y enviada a otro grupo de consumidores sino reenviada a los propios Estados. Por este motivo no puede aligerar a las agencias nacionales produciendo algo que no hacen éstas. Al no depender de Europol no pueden achacarle a ésta fallos en su seguridad, así el incentivo de las agencias nacionales para suministrar inteligencia a Europol es limitado por lo que de nuevo el intercambio a nivel bilateral se convierte en el recurso. Por otra parte, policía, y muy particularmente los servicios de inteligencia de los Estados miembros, consideran con frecuencia que Europol carece de la capacidad de ejercer el liderazgo en este terreno y que su sistema de intercambio de información es demasiado rígido. Por todos estos motivos parece que Europol, a pesar de tener capacidad legal, no ha querido adoptar un papel central en la coordinación de la lucha contra el terrorismo posiblemente por la falta de confianza en ella; esto es algo que también se desprende de algún contundente informe81. Además no se le ha querido entregar poderes de investigación82. Motivos más que suficientes como para que su propio director hable de que este organismo no está preparado para ser un FBI europeo ya que no tiene poderes ejecutivos y por lo tanto no es adecuado poner demasiadas expectativas en este cuerpo (Storbeck, 2000:186), algo que comparte Occhipinti (2003:236). 80 81 Ver www.statewatch.org/news/2004/mar/10eu-intel-centre.htm House of Lords. Europol´s role in fighting crime, 5th Report, 2002-03, HL Paper 43 House of Commons European Scrutiny Committee “The EU´s Justice and Home Affairs work programme for the next five years”. Twenty–eighth Report of Session 2003–04, Report, together with formal minutes. Ordered by the House of Commons to be printed 14 July 2004. 82 44 En consecuencia, si una agencia no toma el liderazgo la posibilidad de que diferentes comités acaben proliferando es alta. Europol no ha sido de momento capaz de reclamar el liderazgo en parte porque las fuerzas policiales y los servicios de seguridad e inteligencia no comparten información con ella y, en parte, porque los servicios estadounidenses no le entregan el marchamo de agencia de nivel. Una muestra de la falta de seriedad con la que los propios europeos se han tomado a veces a esta agencia es que entre junio de 2004 y febrero de 2005 la dirección estuvo vacante por disputas entre Francia y Alemania que querían colocar a su candidato. 7. LA CREACIÓN DE LA AGENCIA EUROPEA DE INTELIGENCIA. La idea de una organización de inteligencia a nivel europeo no es nueva. Ya en los primeros años de la década de los sesenta algunos oficiales de la OTAN plantearon la necesidad de establecer una forma más coordinada de compartir inteligencia en Europa. No obstante los intereses durante la guerra fría eran muy diversos y diferencias de opinión entre Estados Unidos y Francia abortaron esta idea. Los pilares, en diferentes proporciones, niveles e intensidades han conseguido la obtención de cierta inteligencia y generado algunos instrumentos más sofisticados que otros. Pero a pesar de los a veces interesantes resultados de la división del trabajo en estas tres áreas no ha dejado de plantearse la necesidad de organizar un servicio propio de inteligencia. Recién desplomado el Muro ya había autores que propugnaban la creación de una Organización de Inteligencia de la Comunidad Europea. Su papel, decían, sería el de coordinación pasando del análisis de la información suministrada por otros organismos y servicios de inteligencia extranjeros a posteriormente realizar su propia captación de información, según las versiones más arriesgadas (Donath, 1993:16); algo que, sin mayor sentido ni desarrollos, Nomikos (2005) ha pretendido seguir defendiendo en la actualidad. Tras los atentados de Madrid resurge el tema de la Agencia Europea de Inteligencia, esta vez de manos de los belgas, y como bálsamo de Fierabrás para resolver todos los problemas de coordinación que la Declaración del Consejo Europeo de 25 de marzo de 2004 denunciaba. Justo antes de los atentados de Madrid, y con la vista puesta en los atentados de 2001 contra los Estados Unidos, el primer ministro de Bélgica Guy Verhofstadt retomó la idea de establecer un servicio de inteligencia europeo. Pero finalmente el proyecto sería liderado por la Presidencia austríaca que intentó el establecimiento de una “agencia europea de inteligencia que tendrá capacidad para 45 adquirir la información necesaria para los asesoramientos ante las amenazas” 83. Si bien es cierto, como sostiene Jochen Thies (2004:57), que no todos los colaboradores del primer ministro austríaco estaban de acuerdo con la creación de este servicio de inteligencia a nivel europeo. A partir de la intensidad que cobran estas propuestas se manifiestan dos posiciones claramente diferenciadas. Por una parte los pequeños Estados quienes, conscientes de su falta de capacidad para hacer frente a todas las necesidades de inteligencia que tienen, buscan externalizar sus problemas de seguridad en la Unión Europea; una dinámica muy propia de la construcción europea, sobre todo en materia de seguridad y política exterior como ha apuntado Torreblanca (2001). No olvidemos que la europeificación tiene una parte de transferencia de problemas y otra de convergencia de políticas y, éstas dos vertientes reflejan, conducen y refuerzan un único proceso de europeificación que aquí se percibe. Por otra parte los grandes Estados, con suficientes capacidades de inteligencia como para, en principio, abordar sus necesidades, no se han manifestado muy favorables a compartir sus arcanos con Estados menores y a pagar su factura de seguridad. Así pues sólo quedaba abierto el camino hacia la cooperación y, a esta opción por la cooperación antes que por la creación de un órgano, sí se unieron voces destacadas de las instituciones comunitarias. Javier Solana propuso tras los atentados de Madrid que “deberíamos fortalecer las capacidades del Consejo para el análisis de inteligencia en lo relativo al terrorismo [pero] no estableciendo una CIA europea” (2004a). El Comisario Vitorino, al igual que otros como el ministro francés del Interior Sarkozy, secundó este planteamiento y apostó por fortalecer las soluciones existentes antes que establecer una nueva agencia84. Finalmente el Consejo Europeo en su sesión de 19 de febrero de 2004 rechazó con claridad el establecimiento de una CIA europea; aunque siempre habrá voces como la de Gerhard Schröder que han manifestado que “no debe descartarse del todo de cara al futuro” (Thies, 2004:57). Por lo tanto, como resume Occhipinti (2004:181), tras los atentados no se produjo una precipitada creación de nuevas formas de cooperación sino que se aceleró el desarrollo de medidas largamente planeadas en lo relativo a la cooperación policial y judicial que llevaban años larvándose. Tras los atentados de Londres de 2005 se reproduce la dinámica. A lo largo de una rueda de prensa celebrada el 10 de julio de 2005, el director general de Justicia e Interior, Jonathan Faull sostiene que hay que continuar con lo que existe antes que 83 84 Sesión del Consejo del Justicia e Interior, de 19 de febrero de 2004. BBC news, 19 de marzo de 2004. 46 inventarse nada ya que no estamos ante “un nuevo desafío político sino un continuo desafío político”85. De hecho, Jack Straw, el ministro de Asuntos Exteriores británico manifestó dos días después ante el Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo que “no hay necesidad de una nueva estructura dentro de la UE para el intercambio de inteligencia [ya que] lo que se necesita es fortalecer la cooperación en este campo”86. Por su parte, su compañero de gabinete y responsable del área de Interior David Blunkett decía que “la prioridad debe ser implementar las medidas antiterroristas ya existentes y acordadas tras los atentados terroristas del 11-S. No necesitamos nuevas instituciones. En lo que estoy interesado es en una contundente acción práctica. Dejémonos de rodeos y estemos seguros de lo que hacemos y que pongamos en práctica aquello que predicamos en casa”87. La posición de la UEO es mucho más convencida en pos de una estructura de inteligencia común que la que tienen la elite comunitaria y algunas elites nacionales. La Asamblea de la UEO sostiene que mirando al largo plazo es necesario establecer una inteligencia europea con una estructura permanente88, siguiendo muy de cerca lo planteado por Becher quien unos años antes había redactado un documento sobre el tema para la UEO. En primer lugar, esta “estructura permanente” definiría una Política Europea de Inteligencia, preparada y acordada al más alto nivel, esto es, por el Consejo Europeo. Habría de establecer una alta autoridad europea de inteligencia responsable de su gestión bajo la dirección del COPS teniendo, no obstante, los Estados la responsabilidad de definir políticas nacionales de inteligencia armonizadas. Por otra parte esta autoridad debería tener disponible a una Agencia Europea de Inteligencia –aún por establecer– y que sería la responsable de la recolección, síntesis y diseminación de inteligencia de los distintos servicios de los Estados miembros. Este documento sugiere la importancia de contar con estructuras de inteligencia similares ya que esto facilitaría una armonización total siendo lo ideal el establecimiento de una “Alta Autoridad Nacional de Inteligencia” en cada país. Los recursos habrían de ser complementarios, capaces de trabajar conjuntamente y sus actividades coordinadas, al menos en parte, por esta Agencia Europea de Inteligencia. En este planteamiento de la UEO se pueden percibir las teorías de algunos responsables políticos, y también académicos, de reflexionar sobre este futuro 85 Véase artículo “UK calls special EU anti-terror council”, en http://www.euroactiv.com http://www.europarl.eu.int/news 87 Agencia France Presse, 19 de marzo de 2004. 88 Asamblea de la Unión Europea Occidental. Recomendación 707, “The new challenges facing European intelligence – reply to the annual report of the Council”. DOC A/1775 de 4 de junio de 2002, puntos 111113. Véase también el Documento A/1783, de 3 de junio de 2002, p. 79, sobre las necesidades generadas de esta inteligencia en las operaciones desarrolladas en la guerra contra el terrorismo y en Afganistán. 86 47 realizando un paralelismo entre la UE y los Estados federales como hacen personalidades tan destacadas como Fortescue (2004), quien había sido director general de Justicia e Interior de la Comisión Europea. Finalmente para la UEO es necesario establecer una verdadera “Oficina Europea de Imágenes” expandiendo el Centro de Satélites de Torrejón al tiempo que éste debería realizar tareas tanto civiles como militares como ya había propugnado Heisbourg (2000) y por la que los franceses siguen apostando (Rudner, 2003). Pero aunque hemos visto cómo el rechazo hacia este tipo de estructura fue contundente tras las propuestas efectuadas a raíz del 11-M, incluidas las de la propia UEO, esta organización ha continuado manteniendo su disposición y firme convicción para alcanzarla. Para la Asamblea la lucha contra el terrorismo es un desafío para toda Europa. Por esto considera que a pesar de las reticencias de algunas autoridades nacionales con respecto a la posibilidad de crear una Agencia Europea de Inteligencia y los argumentos contrarios a su utilidad, tales propuestas deben ser reexaminadas con un espíritu constructivo. Por esto recomienda que el Consejo invite a los miembros de la UEO como miembros de la UE y la OTAN a mejorar y fortalecer la cooperación contraterrorista y continúen examinando la posibilidad de establecer en el futuro una agencia europea de inteligencia contra el terrorismo89. Es cierto que de momento la cooperación informal ha generado ciertos buenos resultados por lo que quizá la creación de esta agencia no se vea tan necesaria. Los mecanismos de intercambio y cooperación que se han sucedido desde inicios de los años setenta han permitido compaginar cooperación con bajos niveles de apertura. Pero es importante diferenciar los mecanismos de cooperación en inteligencia o incluso integración (en el campo de los análisis y evaluaciones) de la creación formal de una estructura implicada en sus propias tareas de inteligencia, especialmente operativas. Como indicaba Clutterbuck “el principal valor de Trevi es probablemente su papel en el desarrollo de los contactos y la confianza entre los oficiales de policía e inteligencia”; sin embargo, como continúa señalando, son, “además de bilaterales, inconsistentes en el tiempo por lo que esta organización de inteligencia podría permitir hacerlas más permanentes” (1990:121). Por esto aunque las elites nacionales y comunitarias han dejado meridianamente claro que de momento no hay lugar para esta Agencia Europea de Inteligencia nos planteamos cómo podría ser ésta amén de nuestros razonamientos y las voces que apuestan por ella. La AEI debería ser una agencia independiente y no Resolución 775 adoptada por la Asamblea el 7 de diciembre de 2005 en su 10ª sesión. Documento A/1914. 89 48 parte de ningún otro organismo y el catálogo de potenciales consumidores sería algo que Comisión, Consejo y Parlamento habrían de establecer. Las funciones que se le atribuirían dependería de qué visión se tenga de esta AEI. Los debates giran en torno a si sería un centro de intercambio y fusión de inteligencia o bien obtendría sus propios datos y haría su búsqueda ad hoc (Anderson, 2001). Aunque en la actualidad el análisis y la síntesis que se realiza a nivel central es incipiente (Müller-Wille, 2003a), todo indica que se convertiría en un centro de fusión. Pero junto al papel que haya que tener el Sitcen y Europol, algunos autores van más allá en sus propuestas. Weisse (2006) sostiene que la búsqueda de inteligencia en todas sus formas continuará siendo puramente una prerrogativa nacional, al menos en el corto y medio plazo, y amén del refuerzo de las capacidades satelitales comunes. Sin embargo entiende que para que se produzca un apoyo estratégico y operativo para las operaciones militares o de mantenimiento de la paz habría de crearse una agencia de inteligencia con un estatus similar a Europol pero sin poder para influir sobre las agencias policiales y de justicia de los Estados miembros. No debería obtener inteligencia en el interior de la Unión, y establecería lazos de colaboración con otras agencias y acuerdos internacionales. Esta agencia supondría la introducción de una arquitectura común de inteligencia basada en las necesidades revisadas de la OTAN; unos planteamientos para los cuales la elite europea aún no tiene ni un hueco en su agenda. La obtención de información a través del proyecto Galileo (un proyecto de 30 satélites que funcionará plenamente en 2008), junto al centro de Satélites de Torrejón recopilará datos para la elaboración estratégica por parte de la AEI. Esta posibilidad parece que ya empieza a ser empleado. Por ejemplo, tras la aparición de la noticia de la existencia de centros de detención secretos de la CIA en algunos países europeos el Consejo de Europa solicitó fotos al centro de satélites de Torrejón para comprobar la veracidad de dichas informaciones90. De las pocas reflexiones que se producen tendentes a la creación ex novo de una agencia se refieren al establecimiento de una Agencia Espacial Europea que obtuviese inteligencia aunando los esfuerzos y coordinando la inteligencia obtenida por los Estados miembros. El actual Centro de Satélites, aunque no tiene capacidades exclusivas, sí produce algún tipo de inteligencia que los Estados miembros no pueden producir en el nivel nacional. Si bien los instrumentos espaciales son necesarios para la seguridad colectiva en Europa no existe una conciencia Europea de los beneficios de contar con sistemas espaciales comunes; algo que habría plantearse si la UE quiere 90 El País, 29 de noviembre de 2005. 49 tener su propia política exterior algo que el creciente papel internacional de la Unión y la necesidad de complementarse con las capacidades de los Estados Unidos hace que estas capacidades no permiten desdeñar (Bensahel, 2003:51)91. En conclusión, de momento parece que sería demasiado ambicioso y no seguiría ninguna lógica la creación de una agencia de inteligencia, compartir los arcanos del poder, cuando, por ejemplo, ni siquiera se ha creado la figura del ministro de Asuntos Exteriores de la Unión previsto en la Constitución Europea. Por otra parte, de momento, la cooperación informal ha funcionado razonablemente bien sin tener que introducir cambios legales ni cesiones en una parcela tan sensible. 8. CONCLUSIONES. 1.- La cooperación en materia de inteligencia siempre ha existido entre los países de la Unión Europea, si bien sobre todo en amenazas más que en potencialidades. Los diferentes acuerdos que desde los años setenta se han venido producido –el más relevante el de Trevi– han supuesto la base para una cooperación que necesariamente se ve incrementada con los atentados del 11 de septiembre contra los Estados Unidos. Estos atentados suponen un punto de inflexión que se refuerza con los atentados de Madrid y que implican una evolución desde los mecanismos informales iniciando un proceso de institucionalización de la cooperación. 2.- El combate contra el terrorismo –un fenómeno cuya lucha engloba a multitud de áreas y actores– ha puesto de manifiesto la ineficacia de la separación de las políticas de la UE por pilares. Por esto con la creación en Maastricht del Espacio de Libertad, Seguridad y Justicia se comienza a caminar en la difuminación de los pilares que vería su culminación en Ámsterdam y pondrá su colofón con la aprobación de la Constitución Europea. Surge de forma clara la necesidad de encontrar mecanismos verticales de coordinación, amén de los horizontales más o menos desarrollados, que en la actualidad están desarrollando grupos como el Coter o el Grupo de Trabajo Contraterrorista. 3.- La selección de las fórmulas más adecuadas para desarrollar la cooperación en información e inteligencia no se ha separado de aquella que hasta ahora había Para un análisis detallado de la seguridad en el espacio véase Space and Security Policy in Europe, European Space Agency e Instituto Affari Internazionali, Roma, noviembre de 2003. Carl Bildt, Jean Peyrelevade, Lothar Spath, “Towards a Space Agency for the European Union,” Informe para el director general de la ESA del año 2002. Jean-Jacques Dordain, “Ágenda 2007”, 26 de septiembre de 2003; Jean-Jacques Dordain, “Foreword,” ESA Bulletin, noviembre de 2004 y Jean-Paul Poncelet, Anabela Fonseca-Colomb y Guilio Grillo, “Enlarging ESA?” ESA Bulletin, noviembre de 2004. 91 50 caracterizado la historia del proyecto europeo. Antes que el establecimiento de instrumentos supranacionales se ha dejado al compromiso intergubernamental el logro de los avances al ritmo adecuado. Continúan los Estados miembros y sus estructuras administrativas siendo la base del proceso de construcción europeo sobre todo porque serán ellas sobre quienes recaiga el componente operativo, algo que la Unión parece no estar ni en deseo ni en capacidad de absorber. 4.- La creación de una Política Europea de Inteligencia como punto que englobe a las diferentes iniciativas y prácticas que se han ido gestando a lo largo de las últimas tres décadas es incuestionable. Lo que debemos saber es cómo y quién llevará el liderazgo porque su necesidad es clara. Todo indica que serán Europol y Eurojust los grandes pilares. Se percibe de esta forma cómo muchos de los avances en esta área provendrán no de las clásicas necesidades de inteligencia, sino que busca comenzar a caminar en la amenaza criminal hasta ahora no objeto de la atención de la cooperación europea en inteligencia y relegándose la inteligencia de tipo estratégico a los ámbitos de la PESC y de la gestión de crisis. 5.- Lograr esta política requiere de un fluido intercambio de información. Para favorecer la confianza y la seguridad se han asentado dos principios: el de acceso equivalente y el de disponibilidad. Conforme al primero aquellos habilitados de una agencia podrán acceder a las bases de datos en condiciones no más estrictas que para las agencias nacionales, algo que no sería posible si no hubiera igualdad de formatos y de traducciones. Por otra, la disponibilidad que permite que en todo el territorio de la Unión, un funcionario de policía de un Estado miembro que necesite información para llevar a cabo sus obligaciones pueda obtenerla de otro Estado miembro y que el organismo policial del otro Estado miembro que posea dicha información la facilitará para el propósito indicado, teniendo en cuenta el requisito de las investigaciones en curso en dicho Estado. 6.- La creación de una Agencia Europea de Inteligencia que venía siendo reclamada desde hace más de una década ha sido descartada. Reactivada su petición con los atentados de Madrid el posicionamiento de los diferentes actores ha sido muy claro. Los grandes países de la Unión confían en sus capacidades por lo que no pretenden crear una gran agencia que esencia duplicaría sus capacidades nacionales y que serviría para dar apoyo a los países pequeños. Estos, por su parte, reclaman este tipo de agencia, muy conscientes de su incapacidad para garantizarse su seguridad en un 51 escenario tan complejo. Finalmente las instituciones comunitarias han optado por seguir profundizando en la cooperación intergubernamental y en los instrumentos existentes que en crear nuevos órganos y capas en la estructura de la Unión. 7.- La Constitución Europea cuya aprobación final aún colea viene a profundizar en la línea de cooperación marcada. Se disuelve la estructura en pilares y se refuerza las agencias Europol y Eurojust a las que se les entrega un papel que va más allá del intercambio de información para permitirles iniciar investigaciones. Se favorece la dinámica de que sean los Estados miembros quienes pongan los medios y se coordinen para operaciones concretas. Finalmente, se comienzan a crear figuras con un claro papel coordinador y orientador en el campo de la política exterior y seguridad y en el de la seguridad interior. Para lo primero se configura un ministro de Asuntos Exteriores de la Unión y para lo segundo un Comité de Seguridad Interior. Habrá por lo tanto que esperar para ver cómo estos organismos se relacionan con el Sitcen, de momento el principal llamado a convertirse en el centro del sistema de inteligencia de la UE y si la coordinación queda a nivel técnico, sobre todo aprovechando el intercambio de información, o algún órgano político complementa este rol fijando objetivos y prioridades. 9. BIBLIOGRAFÍA. ANDERSON, Malcom (2001) What Future for Counter-Terrorism as an Objective of European Police Co-operation, European Monographs, vol. 40, Aspen, pp. 227-240. ANDERSON, Malcom (2002) “Trust and Police Co-operation”, en Malcom Anderson y Joanna Apap (eds.) Police and Justice Co-operation and the New European Borders, La Haya, Kluwer, pp. 35-46. 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Investigador visitante del Centro de Estudios de Seguridad del King´s College (Londres) y profesor visitante en el Brunel Centre for Intelligence and Security Studies de la Universidad de Brunel (Londres) y del Centro de Estudos de Segurança e Estratégia de la Universidade Independente de Lisboa. Premiado en 1997 y 2003 por el ministerio de Defensa español por sus investigaciones sobre seguridad. Es profesor del curso de experto universitario en “Servicios de Inteligencia” de la UNED y del programa de doctorado “Análisis y prevención del terrorismo” de la Universidad Rey Juan Carlos. Su última publicación es Los Servicios de Inteligencia españoles. Desde la guerra civil hasta el 11-M. 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