z ,O z ~ O L Ley construye un ex tenso marco jurídico de protección que une a todos 1 s poderes públicos, los in stitucionales re lacionados con los menores, a los padres, familiares y al conjunto de la poblaci ón. Esta Ley percibe a los menores como seres activos, creativos y con posibilidades de modifi ca r su entorno social y personal, y de parti cipar en la búsqueda de sati sfacc ión de sus necesidades. De los derechos que recoge esta ley en su Título 1 podemos destacar el del derecho a l honor, a la intimidad y a la propi a imagen. Se refuerza la protecc ión de este derecho al regul ar e l tema de intromi sión i legítima a cualqui er utili zac ión de su imagen o su nombre en los medios de comunicac ión que pueda impli car menoscabo de su ho nra o reputac ión, o que sea contrari a a sus intereses. Se enun cia el Derecho de los menores a buscar, recibir y utili zar la informació n adecuada a su desarrollo, siendo obligación de los padres y tutores y de los poderes públi cos, velar para que esta información sea veraz, plural y respetuosa con los principios constitucionales. El derecho del menor a la libertad de ideología, conciencia y reli gión, impli ca la responsabilidad para los padres y tutores de cooperar para que e l menor eje rza esta libertad de modo que contribu ya a su desarrollo integral. Mu y importante es el Derecho de Partici pación de los menores en la vida social, cu ltural, artística y rec reativa de su entorno, y e l derecho de asoc iac ión , que compre nde tanto el derecho a formar parte de éstas como a promover las Asociaciones infantiles y ju veniles, así como a parti cipar, promover y cancerar, con e l consentimiento de los padres. re uni ones públicas y manifestaciones pacíficas. El Derec ho a la libertad de ex presión se extiende a la publi cación y difu sión de sus opini ones, a la edi ción y predicció n de medios de difu sión y al acceso a las ay udas que las Administraciones Públicas establezca n con tal fin, debi endo ser la ley la que seña le las restricciones al ejerc icio de este derecho. El derecho a ser oído se ha desarroll ado ampliamente en relac ión con la legislatura vigente. El me nor puede, entre otras cosas, solicitar protección y tute la de la Entidad Públi ca, poner en conocimiento del Mini sterio Fiscal aquellas situaciones que cons idere atentatorias con tra sus derechos, presentar quejas ante e l defensor del pueblo y so li citar directamente recursos soc ia les ante las Administraciones Públi cas. La Ley reconoce también derechos a los menores extranjeros que se encuentran en nuestro país, haci endo referencia a aque llos menores que están en situac ión de riesgo o baj o la g uarda o tutela de la Entidad Pública, aunque no resid ieran legalmente en España. El Título 11 , introduce una nueva fi gura en la situación de riesgo. Antes de ll egar a la situación de desamparo, los Servic ios Soc iales que trabajan normalmente con estas familias, saben que existe una situación que la Ley denomin a de ri esgo y que debe tener una transcendencia jurídica, prec isa- Los menores como seres activos, creativos y con posibilidades de modificar su entorno social y personal 3 Educación Soc ial I 7 mente para posibilitar la actuac ión de estos Servicios Sociales locales, para ev itar que se produzca el desamparo. Son situaciones en las que las medidas propias de la situación de desamparo, fund amentalmente la asunción de la tutela del niño o la niña por la Comunidad autónoma y, consiguientemente el ejercicio de su guarda y la separación de la convivencia habitual con la fa milia, no son las más adecuadas. En las situaciones en las que el menor se encuentra en desamparo, no es posible la permanencia de este con su famili a, pues ell o impide el ejercicio de derechos fundamentales, como es en muchos casos, el derecho a la integridad física y moral. La Ley deja claro cuál es el efecto de la tutela ex-Iege, estableciendo que como consecuencia de su asunción se suspende la patria potestad a la tutela ordinari a. Inmediatamente a la asunción de la tutela se recoge el deber de informar cl ara y adecuadamente a los padres o a los responsables del menor, no sólo del hecho de la intervención admini strativa, sino también de sus causas, para que también ell os puedan hacer velar sus intereses. Respecto a la guarda, tanto cuando es asumida a sol icitud de los padres , como cuando se deri ve de una situación de tutela, se clarifica su ejercicio. Y así, el texto explica que se lleva a cabo mediante el acogimiento residencial o el acogimiento familiar. Finalmente, la regulación de la adopción ha merecido un Capítulo importante en la Ley. La Convención de las Naciones Unidas impone el compro mi so de velar para que el niño que haya de ser adoptado en otro país goce de salvaguarda y normas equi valentes a las ex istentes respecto de la adopción en el país de origen. Y con este enfoque, se ha regulado la adopción internacional y la intervención pri vada, con el fin de facilitar, sin ánimo de lucro, la adopción. Por un lado, para fac ilitar, agilizar trámites y señalar las vías adecuadas y, por otro, absorber las garantías precisas para salvaguardar los derechos de los niños. La nota más destacable en la modificación que se ha realizado en el Código Civil es la inclusión de la idoneidad de los adoptantes para el ejercicio de la patria potestad . La Ley contempl a, asimismo, la acreditación de las Entidades que realizan funciones de medi ación en adopción internacional. Debe tratarse de Entidades sin ánimo de lucro, que tengan como finalidad de sus estatutos la protección de los menores y estén dirigidos por personas cualificadas por su integridad moral y su experiencia en este ámbito. Con estos contenidos, incluimos los principios que han inspirado el Convenio de La Haya de Protección de Menores y Cooperación en materi a de Adopción Internacional, para que, mediante la colaboración e ntre los países de los adoptantes y los niños que pueden ser adoptados, se ofrezcan a éstos las garantías necesari as de respeto de sus derechos, situándolos además en un ni vel de regulación jurídica del fenómeno de la adopción de niños extranj eros, similar a los países de nuestro entorno. Víctor Sancha Director de Programas. Dirección General del Menor y la Familia. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales Educación Social 3