E T A P A S EN EL T RA B Al O DES EDGARDO 1M BOL 1Z A el 6 N H., ROLLA Desde que el símbolo es una abstracción cuya función es operante en el área de las representaciones mentales aún en ausencia del objeto (lo que lo distingue de signo () de señal) surge de por sí la relación que existe entre símbolo y posición depresiva reiS1veUa. A su vez esto último significa integración y síntesis de una serie de componentes: percepción temporal y espacial del objeto, percepción y evaluación del daño inferido al mismo (real o fantaseado), predominio de la culpa depresiva sobre la culpa persecutoria (en caso contrario predomina el miedo a la retallación), y ejecución del acto reparatorio (fase motora). Conspira contra esa secuencia y la síntesis de la misma, o sea contra el logro de una posición depresiva resuelta, la propia condición intrínseca del símbolo: la calidad de sustituto eficaz, en las representaciones mentales, de la presencia real del objeto. Esto implica que para que se conforme adecuadamente el símbolo debe haber existido un objeto en la re.alidad pM'c61ltllal del individuo, que éste haya comprobado la calidad objetal de "presente y ausente"; y ya en pleno trabajo de elaboración cie la posición depresiva, superar la privación (pérdida) del objeto; que como sabemos implica la reparación de los daños infrigidos a causa del odio emergente de aquella privación. Si la angustia proveniente de la incertidumbre que emerge de la etapa transicional de objeto real a símbolo, o sea la aceptación de la privación, resultara muy incrementada por factores que no consideraremos en este momento, el trabajo de simbolización puede verse distorsionado o detenido. En este caso entran a funcionar interjuegos psíquicos sobre las percepciones sensoriales del yo, cuyo resultado son las defensas que conocemos como negación, condensación, desplazamientos, o racionalización. Pensamos haberlos enumerado en un orden decreciente ,de gravedad como síntoma, o sea de lo más desintegrante y arcaico a lo' más compatible a la evolución del sujeto. La transición de este objeto real, presente, a símbolo, presupone una anterior relación del yo ron el objeto a través de vectores que aseguren un vínculo continuado y con una carga de afecto cuyo balance dé un amplio margen favorable a ]0 ,positivo. Las interrupciones vinculares o sus distorsiones hacen ese balance favorable a lo negativo y perjudican el trabajo de estructuración del yo; -de acuerdo al nivel alcanzado ese trabajo puede retomarse o presentarse la necesidad de comenzar de nuevo toda la tarea (posteriormente, compulsión repetitiva). Sostuvimos en otro trabajo que lo que se estructura es la funeionalidad del yo (yo fun- 71 ETAPAS EN El, 1'.RABAJO DE ,SIMBOLIZACIÓN cional ) sobre los elementos que se ,le dan naturalmente en el yo corporal. Este último es innato y sobre él obran las series complementarias correspondientes a lo heredado, mientras que el yo funcional es el resultado de un aprendizaje y sobre él obran además de las series complementarias anteriores las correspondientes a la situación social en que ha de desarrollarse elindividuo (conjugado madre-hijo, situación triangular, situación grupal familiar, etc.). Queremos señalar especialmente en esta ocasión la diferencia fundamental que existe entre el trabajo que construye un símbolo en base a la experiencia que provee una relación objetal concreta y el trabajo de simbolización que habrá de efectuar el yo en la construcción de símbolos sobre una relación objetal abstracta. En otras palabras, la diferencia que existe entre las simbolizaciones correspondientes a la relación con el "pechomadre" y a la relación con el "pene-padre". Nos proveen material para estasconceptualizaciones la observación del curso de psicoanálisis de psicóticos, individuos que regresionaron (o reactivaron) a etapas primitivas del idesarrollo, evidentemente porque con lo logrado no pudieron adaptarse a la convivencia por carecer de modalidades cronológicamente adecuadas y tuvieron que adaptarse a subsistir "al lado de otros" (vivir en transferencia). En otras palabras, al no haber elaborado simbolizaciones, la dependencia de la presencia de los objetos necesarios impedía la ausencia aún transitoria de los' mismos; el afecto que emerge es el odio y la fase motora se traduce en manifestaciones agresivas, destructivas, que son seguidas por un intenso temor a la retaliación (culpa persecutoria) y el consecuente retiro autístico como primer paso hacia la destrucción del vínculo. Hemos ya señalado que la modalidad fóbica significa en el caso del psicótieo, un paso ele progresión ya que el vínculo no es destruí do sino "alargado",. siendo la distancia un escudo protector del mismo y de] objeto; nos eximimos aquí de relacionarlo con fases evolutivas. Pensamos que en la secuencia que se acepta para la conceptualización de objeto total: pezón-pecho-madre 'buena o madre mala, madre buenamala, faltan algunos elementos que la harían totalmente condicente con la conceptualización" escena primaria". Por lo menos en cuanto a los aspectos temporales de dicho concepto, 10 cual sería bastante. Esa integración objetal puede ser en un momento el comienzo de la posición depresiva del niño pero pronto su capacidad perceptiva sensorial le llevará a diferir el proceso de esa posición depresiva, ya que el objeto puede continuar siendo imparcial para el niño mientras no tenga la imagen de los padres eonjugados ; conjugados pero no confusos. Sería en este momento que se instalan los rudimentos de la coneeptualización "escena primaria", que será buena o mala en función de Ia dimensión temporal; queremos significar en función de la cantidad de tiempo que dicha pareja dé al niño para que éste valúe la percepción sensorial, perciba su angustia ante la doble sensación de integración objetal y miedo a la segregación de sí mismo, odio y destrucción del objeto "escena primaria-padres conjugados" (ya EDCARDO H.'ROLLA 72 sea en la fantasía o por medio de actos mágicos), convalescencia de ese instante psicótico, reanudación del vínculo, trabajo de diferenciación o desglose de las partes componentes de ese-objeto total" escena primaria", culpa depresiva y por fin. reparación. Pensamos que ahora también va a producirse como resultante del propio progreso, una nueva situación. de gran dificultad para la continuación del desarrollo procesal del niño. De resultas de su experiencia concreta con el pecho el niño pudo construir sus símbolos sobre el chupeteo de su dedo o del chupete, con aportación de percepciones sensoriales reales (kinestésicas, visuales, táctiles, gustatorias, etc.) ; esto mismo conforma por supuesto una especial calidad en la aportación que a esa formación de símbolos contribuye la protofantasía inconsciente. Pero si el objeto total "escena primaria" fué desglosado durante el trabajo de diferenciación, en la fase de reconstrucción a través de la formación simbólica, este mismo trabajo denunciará al niño su carencia de elementos mnésieos con respecto al componente "padre" y otra vez aparecerá la inoperancia final del trabajo reparatorio. Esto debe ser sentido o vivido por el niño como un defecto propio de carencia, aumentando de por sí la. desesperanza y debe corresponder a lo que en múltiples oportunidades nos manifiestan a través de expresiones como éstas: "no llego a comprender lo que usted me dice, es algo muy difícil para mí, debe ser que mi inteligencia no me da, es mi incapacidad la que me impide aprovechar todo lo que usted me da". En el esfuerzo con que se intenta compensar esta presunta insuficiencia o incapacidad, se reactivan mecanismos ya casi no usados o se incrementan enormemente mecanismos actuales; así comprendemos la relación que existe entre avidez, voyerismo, masoquismo, celos, envidia, sadismo, mordedora melancólica, etc. Todo esto creemos, en esa secuencia expresada. Volviendo a la aportación que hace la protofantasía inconsciente en la construcción de los .simbolos, tenemos que aceptar que cuando un individuo ha conseguido edificar sus símbolos con respecto al pene del padre, consigue reconstruir reparatoriamente a la pareja y estará en condiciones de legal' a sus hijos a través de las fantasías inconscientes genéticas tal adquisición lograda. Esto no quiere decir que haya una especie de suerte echada en cuanto a una generación nueva respecto a la anterior, ya que las variantes deben ser infinitas en relación a las combinaciones posibles, tanto más si tenemos en cuenta que para las mismas leyes mendelianas de la herencia biológica se han ampliado bastante las primitivas formulaciones. Dijimos que para el trabajo de elaboración completo del impacto producido por la integración del objeto total "escena primaria" necesita el niño un tiempo sirlje qua. n011,;; de lo contrario la pareja quedará no integrada y por ende quedará desintegrado el yo, que ,dicho sea de paso es justamente lo que evita más tarde un fóbico con su huída permanente. y si consideramos .que los símbolos correspondientes al pene del padre deben ser construidos sobre abstracciones y no sobre experiencias COl1- 73 ETAPAS EN EL TRABAJO DE !SIMBOLIZAOIÓN cretas, no es difícil entender que la mayor parte de ese tiempo necesario será el creado en la institución de instrumentaciones y técnicas adecuadas para una real valorización de las abstracciónes. Ninguna percepción sensorial contribuye a plasmar lo aportado por la protofantasía, de ahí que la avidez y el voyerismo tiendan a "ingerir", "devorar", el pene paterno. Podríamos decir que si el niño en esos instantes cronológicamente hablando, podría movilizarse en base a movimientos dirigidos en base a su musculatura estriada, se acercada a la pareja y se contactaría directamente con el pene del padre. Y de nuevo, no es..difícil aceptar de que la imposibilidad de esa acción ha de producir en el niño una vivencia de "incapacidad", y si recordamos de que la vida difícilmente continúa si no se produce la descarga de la energía generada, de no producirse la acción directa tienen que entrar en juego los mecanismos vicariantes. No.pudiendo funcionar el sistema nervioso de relación y su efector el músculo estriado, junto con la hipervoracidad y el voyerismo, se sobreestimularán las funciones del sistema neuro-vegetativo y sus efectores: las glándulas y el músculo liso.'l'enemos con toda claridad la visión de una constelación en movimiento: falta de experiencia concreta para la construcción de los símbolos, sentimientos de incapacidad, .refuerso de los instintos parciales tales como el voyerismo, el masoquismo, la avidez; correspondencia del yo corporal a esa situación psíquica a través de la sobre-estimulación del muro-vegetativo, glándulas y musculatura lisa; celos, envidia; resultante psicosomática tal como asma, eczema, perturbaciones gastro-intestinales (posteriormente úlcera gastro-duodenal o colitis ulcerosa) ; a través de ello readmisión real del sujeto entre los miembros de Ia pareja o de lo contrario decadencia o muerte. Por otro lado también podernos señalar aquí que ciertos elementos de expresión afectiva, después de todo simplemente fenoménicos tales como la homosexualidad o la angustia de castración genital, que se suelen .sindicar como causales, pueden ser también considerados elementos de refuerzo en la constelación, en vez de motivaciones. Como ilustración de este parágrafo, no tenemos algo mejor Que recomendar la lectura del caso Juanito, de los historiales de Freud. La situación es universal tanto para la niña como para el niño; para ambos el pene del padre es una abstracción, por lo menos durante la etapa del desarrollo; por lo tanto como conceptualización en el proceso de construcción de símbolos (maduración) nuestra idea vale sin consideración dc sexos. En el material de pacientes psicóticos el padre aparece como el depositario del odio emergido mucho más como objeto, directamente sindicado como causa de la perturbación, oue como objeto de desplazamiento para no dañara la madre; esto es pasible de ver ,en la transferencia ya que el terapeuta personaliza los roles de ambos miembros de la pareja. Tal vez en este punto es, cuando rnás coincidimos con Abadi que postula de que el padre ayudaa. nacer. Recuerdo que un paciente solía tener un .estríbillo para sus momentos de negación maníaca: "tortita de manteca para mamá que da la. teta, tortilla de cebada para papá que no da nada". EDGARDO H. 'ROLL4- 74 En la oportunidad de este trabajo, sólo quisiéramos añadir antes de finalizar que debemos tener en cuenta que el escalonamiento gradual y cronográfico es ineludible en el camino de la progresión, y que ciertamente tal escalonamiento es también ineludible en el camino de la regresión. Significamos que si en el proceso de desglose y tentativa de reparación el que insume más tiempo para ser reparado es el padre, muchas veces este proceso queda incompleto y exige desplazamientos; en el despeño regresivo que significa el fracaso incompatible con el progreso de la simbolización, también el primero en ser reparado en las fantasías del enfermo tiene que ser el padre. Correspondería al período de homosexualidad en la conducta y emasculación que presenta un esquizofrénico en los primeros estadios de su regresión psicótica. El trabajo de reparación del padre puede ser conseguido en las fantasías de la regresión neurótica que permite pasar al trabajo de reparación de la madre; completado así el objeto total" escena primaria.", el individuo prosigue la convivencia hasta que un nuevo stress repita la situación. Saltear ola etapa de reparación del padre y enfrascarse en la reparación de la madre sólo es posible psicóticamente, el esquizofrénico consigue al fin esa infortunada trasgresión de términos a través de los intrincados interjuegos psíquicos de privaciones sensoriales; en cierto modo discrepamos con Fairbairn cuando sostiene que el esquizofrénico destruye con su amor, chupando. Creemos que no destruye al objeto ni siquiera tiene tal vivencia, o en último caso tal intención ; el esquizofrénico dentro del monstruoso, borramiento del tiempo y de sus límites que ha conseguido en la forma a través de lGS 'mecanismos señalados anteriormente, aspira a que el pecho que succiona sea inagotable, en verdad indestructible, a fin de poder cimentar una experiencia que supla su falta de relación concreta con el pene. Esto debe ser la ecuación simbólica que postula Hanna Segal y debe .ser lo que Klein nos muestra como la "igualdad" pecho-pene. Como también aquello de buscar el pene paterno dentro del (a través del) vientre de la madre. El "hocico" del esquizofrénico demostró ser en nuestros pacientes el componente no verbal de un mensaje que en algún momento de su tratamiento el enfermo consigue verbalizar , dicho en las palabras de un paciente: "tanto me va ha hablar usted de mi alOcicoque al final va a conseguir que desde aquí lo toque con los la.bios, no se enoje si lo huelo". y en relación con la. adicción del niño al chupeteo del pulgar o del chupete debe tener un significado equivalente: carencia y sentimiento de gran necesidad simultáneos de elementos perceptuales para la' construcción de los simbolismos del pene-padre; quitar bruscamente el chupete a un niño y no proveerle de la. compensación de su necesidad a través de aportaciones (y también simbólicas) para que construya sus símbolos paternos, puede dar lugar a una estructuración posterior de neto corte maníaco depresivo o "psicosollláti.~o", estructuras ambas muy lábiles frente al pánico de la psicosis. El padre ausente, el padre pasivo, el padre esqnizofrenizante, toma así sentido en cuanto signifiearía un padre que no ha dado los elementos suficientes para que el niño estructure sus símbolos 75 ETAPAS EN EL TRABAJO DI, SIMBOLIZACIÓN "pene-padre". Como superyo en cuanto a objeto total es, sin duda alguna, .el equivalente de la "escena primaria-padres conjugados" internalizados corno objetos total y en ese caso superyo "bueno", por el contrario una internalización parcial o fragmentaria dará bases para un objeto super-Yo "malo". El mecanismo de disociación y fragmentación, el splitting, esto es básicamente un mecanismo de segregación de un superyo que por incompleto es sentido como cuerpo extraño. Recordemos la necesidad imperiosa que tiene el psicóticode mirarnos y que su tratamiento no puede ser llevado a cabo hasta muy reconstruída su personalidad sino sentado frente a frente, la posición recostada en el diván le produce una intensa ansiedad y seguramente actitudes agresivas de hecho. El hocico y la mirada son la no verbalización de sus necesidades, y el. terapeuta depositario del superyo "escena primaria" incompleta; el trabajo del terapeuta será pues reconstruir toda la primitiva escena fracasada, al par que producir en el enfermo, a' través de la comprensión, un sentimiento ele tranquilidad y capacidad de espera que le permitan reinternalizar .ahora simbólicamente esta llueva "escena primaria-padres conjugados.superyo-objeto total" reconstruído. ' Los mecanismos paranoides de segregación de un superyo incompleto significan a la par segregación de las partes del yo, que se consiguen a través de Ia- pérdida de la percepción de límites como dijimos por combinaciones de privaciones sensoriales. Un psicótico como un ulceroso o un asmático son hambrientos crónicos de la escena primaria completa; completada con los simbolismos correspondientes al pene del padre que no se habían formado. En razón a la brevedad, dejamos para otro trabajo la exposición de material de pacientes psieóticos .que creemos muestra claramente el fun.damento de esta presente teorización.