EVALUACIÓN DEL LENGUAJE EN ALUMNOS GRAVEMENTE AFECTADOS Alburquerque Martí, María Isabel; Bailly- Baillière Cabanas, Verónica; Esparza Pedreño, Mª Dolores; Vera García, Mª Dolores Colegio Público de Educación Especial Primitiva López El trabajo que presentamos es el resultado de una larga reflexión acerca de la evaluación del lenguaje en alumnos gravemente afectados y su intervención. Se plantea un protocolo de evaluación cualitativa que recoge las distintas conductas que conforman los prerrequisitos del lenguaje. Cada habilidad viene desglosada de tal forma que los ítems de evaluación están secuenciados siguiendo las pautas de desarrollo infantil. La evaluación se llevará a cabo a partir de las conductas naturales que presenta el alumno para darles un significado comunicativo. De este modo la evaluación establecerá el punto de partida para la intervención teniendo en cuenta dichas conductas. ANTECEDENTES Nos situamos en un Colegio de Educación Especial que atiende a alumnos con necesidades educativas graves y permanentes, con el fin de intervenir en el ámbito de la comunicación y el lenguaje. En el momento de la evaluación de los alumnos nos enfrentamos a dificultades ya que no encontramos pruebas editadas que tengan en cuenta la diversidad de formas comunicativas que puede presentar cada uno de nuestros alumnos. Así como tampoco aparecen recogidos los prerrequisitos del lenguaje desglosados en los pasos evolutivos que conllevan a su consecución. Por ello el objetivo ha sido unificar tanto criterios de valoración previos al lenguaje así como criterios de intervención en el ámbito de la comunicación y el lenguaje, teniendo en cuenta las distintas formas de interacción con el medio físico, social y afectivo que les rodea. ESTRATEGIAS Y ACTUACIONES Una vez planteado el problema, se realizó un Grupo de Trabajo por parte de tres maestras del CPEE Primitiva López y una del CPEE Enrique Viviente coordinado por el CPR de Cartagena-La Unión., con el fin de realizar una prueba de evaluación del lenguaje para niños gravemente afectados, que diera respuesta a las dificultades que se nos planteaban. El protocolo está diseñado con el propósito de descubrir en nuestros alumnos las habilidades previas al lenguaje necesarias para el desarrollo del mismo. No perseguimos una valoración cuantitativa, ya que ésta no nos aporta las claves de intervención con niños más gravemente afectados, sino más bien pretendemos el diseño de una valoración cualitativa enfocada a ser un punto de partida indiscutible en la intervención desde el ámbito de la comunicación y el lenguaje. No pretendemos evaluar lo que no puede hacer nuestro alumnado ni cuántos puntos dista de la media. Nuestro objetivo es una prueba consensuada que valore en positivo sus capacidades, a la vez que de forma desglosada nos permita marcar los próximos objetivos a trabajar con ellos teniendo como línea base sus propias habilidades. El propósito de nuestro trabajo ha sido indagar en las pautas de desarrollo normalizado en cada una de las facetas del aprendizaje humano. Consideramos que todas ellas se encuentran interrelacionadas y que cada una de ellas juega un rol importante en la adquisición y desarrollo del lenguaje. Para ello se ha seguido una línea de trabajo que ha consistido en una revisión bibliográfica en la que se ha repasado tanto el desarrollo en las primeras etapas del niño, como escalas de desarrollo y pruebas de evaluación de lenguaje estandarizadas. A partir de aquí se han analizado aquellas cuestiones que consideramos más decisivas para la adquisición del lenguaje y esto es lo que ha sido el punto clave en la selección y secuenciación de los ítems a valorar. Así mismo, se ha intentado desglosar al máximo cada habilidad en los pasos o subprocesos intermedios que sirvan como andamiaje en la construcción de aprendizajes con una funcionalidad comunicativa. RESULTADOS La prueba que presentamos consiste en la definición de los diferentes aspectos que vienen a constituir las conductas previas del lenguaje. El inicio de la evaluación parte de un repertorio de conductas tales como el llanto, la mirada, la oralización, etc, que presente el alumno de forma espontánea con la intención de darle un significado comunicativo y funcional. Cada conducta a evaluar se presenta en una tabla diferenciada. Cada tabla contiene los ítems de evaluación, de tal modo que se presentan secuenciados y acompañados de la clave de observación para facilitar el registro de la conducta a observar. Los prerrequisitos que evalúa la prueba son: - Intencionalidad comunicativa. Percepción y discriminación visual. Percepción y discriminación auditiva. Atención. Imitación. Expresión corporal y facial. Juego. Asociación. Anticipación. Memoria. Cada tabla se divide en tres columnas. La primera expresa la definición de la conducta a observar, la segunda es para la recogida de observaciones por parte del profesional y la tercera es la clave de observación, la cual propone ideas de qué hacer para que la conducta aparezca. A su vez se presentan diferenciadas por colores en función del repertorio de conductas que pueden presentar los niños de forma espontánea. Al inicio de cada tabla, se presenta una orientación de los recursos materiales y espaciales que se necesitan. Previo a la evaluación, es aconsejable realizar una entrevista con padres o tutores legales, para conocer la forma en que el alumno se relaciona e interactúa con su entorno más cercano, así como sus motivaciones e intereses por objetos y juguetes. De hecho es aconsejable realizar la evaluación de ciertas conductas con la madre, o persona más cercana, ya que los resultados pueden variar en función de quien interactúe con el alumno y de los objetos que se utilicen dependiendo de si son de su apego o no. Por ello, es necesario prever los objetos que se van a utilizar con cada alumno, las situaciones y las personas que van a participar, siempre teniendo en cuenta que debemos partir de sus conductas espontáneas. Vamos a ver como se plantea la evaluación a través de un ejemplo, como puede ser la intencionalidad comunicativa. INTENCIONALIDAD COMUNICATIVA Los ítems de este apartado corresponden a los prerrequisitos y conductas relacionadas con las funciones comunicativas de petición, rechazo y declarativa. Este apartado lo valoramos en situaciones cotidianas: desayuno, interacción con la madre y juego con objetos y con el terapeuta. Sería muy recomendable grabar las situaciones de interacción del niño con la madre para valorar las reacciones del niño y la comunicación que establece con ella tanto para pedir como para rechazar: situación de juego con canciones, juguetes propios, títeres, retirada del juego, ofrecer actividad que no le guste, momento del desayuno o comida. Materiales: El desayuno que le guste. Objetos de juego luminosos, sonoros y manipulativos: pelota luminosa, títeres… Juegos rituales o de interacción como “el carnicero”, “misi gatito”, etc. Desayuno del niño. RECURSOS COMUNICATIVAS OBSERVACIONES CLAVES DE OBSERVACIÓN Muestra interés por las personas. Observar si mira, sonríe, se dirige o se acerca al adulto en situación de interacción como por ejemplo hablarle, cantarle, tocarle, juegos de interacción o rituales Muestra interés por objetos. Observamos si mira, se dirige o toca un objeto (pelota luminosa y sonora) Deja de llorar ante la presencia del adulto (Petición de interacción social, de objetos o de acciones) Le preguntamos a la madre. Cuando obtiene consuelo por parte del adulto sin que sea una llamada de atención. Llora ante el adulto para conseguir su atención. En esta fase está aprendiendo a anticipar cuando la secuencia se repite muchas veces “llorar = el adulto me atiende”. Si llora ya es capaz de anticipar. Llora para que se repita una actividad que ha cesado. Realizar una actividad que le gusta (darle de comer, juegos rituales) y cesar para provocar la demanda por parte del niño para que se repita. Llora como rechazo a la actividad propuesta por el adulto. Vocaliza ante la presencia del adulto para conseguir su atención. En estos cuatro apartados consideramos vocalización a cualquier emisión oral que realice voluntariamente. Vocaliza ante el adulto para conseguir un objeto o una actividad concreta. Vocaliza para que se repita una actividad que ha cesado. Vocaliza como rechazo a la actividad propuesta por el adulto. Utiliza vocalizaciones para dirigir la atención del oyente con el propósito de observar conjuntamente un objeto o evento. (Hacer comentarios, Función declarativa) Mira la cara del adulto en interacción. Mira al objeto que quiere conseguir. Alterna mirada objetoadulto en interacción. Al hablarle, cantarle, en juegos de interacción o con marionetas. Observamos si mira al juguete o alimento que no puede alcanzar. Utilizaremos juegos con marionetas o juegos de interacción. Se dirige al objeto que quiere mirando alternativamente al adulto, para que éste se lo proporcione (gestos deícticos). (Pedir) Deja de mirar al adulto para finalizar la interacción (Rechazo) Utiliza la mirada para dirigir la atención del oyente con el propósito de observar conjuntamente un objeto o evento. (Hacer comentarios, Función declarativa) Utiliza gestos deícticos para conseguir acciones (Ej. Ser cogido en brazos, acercarse al adulto para jugar, etc.) Señala el objeto que quiere. Señala objetos o personas con el objetivo de realizar acciones Utiliza gestos naturales para pedir objetos o acciones. Utiliza gestos simbólicos para pedir objetos o acciones. Utiliza emisiones orales para pedir. Deja de mirar un objeto cuando no le interesa. Utiliza su cuerpo para rechazar al adulto, al objeto o la acción propuesta. Dice no gestualmente. Utiliza gestos para dirigir la atención del oyente con el propósito de observar conjuntamente un objeto o evento. (Hacer comentarios, Función declarativa) A la hora del desayuno colocar su desayuno dentro de su campo visual pero lejos de su alcance. Utiliza su propio repertorio como respuesta a la interacción con el adulto. (Hacer comentarios, Función declarativa) En el ejemplo podemos observar que se evalúa desde el interés por personas y objetos hasta la anticipación de actividades pasando por las relaciones de causa-efecto. De esta forma el protocolo nos va a indicar, por un lado, la habilidad que presenta el alumno y por otro, muestra el siguiente objetivo a trabajar. Consiguiendo, en una misma herramienta, encontrar el momento evolutivo en el que se encuentra el alumno, así como planificar la intervención con él, ya que partimos del peldaño en el que se encuentra para ir avanzando en función de los logros. En la tabla que se muestra aparecen diferenciadas las distintas conductas comunicativas que el niño pueda ofrecer de forma natural en sus respuestas (llorar, vocalizar, mirar y utilizar gestos). Lo importante no es cómo lo haga, ya que en su caso cada uno utilizará los recursos de los que dispone. CONCLUSIONES Se ha pretendido elaborar un protocolo de lenguaje que respondiera a las necesidades que planteábamos: - Poder dar respuesta a la diversidad del alumnado escolarizado en un Centro de Educación Especial en el ámbito de la comunicación y el lenguaje. - Realizar una evaluación de las conductas previas al lenguaje recogidas en un mismo documento de forma que aparezcan desglosadas y secuenciadas siguiendo los hitos de desarrollo infantil. - Presentar una evaluación en positivo que recoja de forma cualitativa las habilidades que manifiesta el alumno de forma natural. - Ser el punto de partida de la intervención ya que facilita el diseño de los objetivos. Tras la experiencia de llevar a cabo la evaluación en alumnos con diferentes necesidades especiales, hemos observado: - Es esencial conocer el repertorio conductual espontáneo del alumno, que se especifican en los apartados de Conducta y de Intención Comunicativa. - No es necesario pasar toda la evaluación a cada alumno, ya que lo que nos interesa es encontrar habilidades en nuestros alumnos que establezcan el punto de partida de la intervención. - El desglose de los ítems sigue la secuencia del desarrollo evolutivo, pero tenemos que tener en cuenta que el desarrollo de algunos de nuestros alumnos no es lineal sino que presenta alteraciones. Para plantear la intervención seguimos el desarrollo normalizado para evitar la aparición de lagunas o plantear objetivos sin que estén afianzados los peldaños anteriores en su evolución. - A la hora de realizar las Adaptaciones Curriculares Individuales no nos planteamos comenzar por el currículo ordinario para ir descendiendo en los distintos niveles de concreción curricular hasta llegar a la individualidad. Al contrario, lo que hacemos es partir de lo que el alumno puede hacer y de lo que necesita para posteriormente adecuar el currículo a los objetivos que nos planteamos con cada uno de ellos. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Bluma, S.; Shearer, M.; Fronhman, A. y Hilliard, J. Guía Portage de Educación Prescolar. Madrid: TEA. Cortázar Díaz, M. Apuntes para la evaluación del juego simbólico. Extraído el 16 de diciembre de 2009 de http://www.astait.org/j_simbolico.htm Damián, M. (2005). Estimulación Temprana para Niños con Síndrome de Down. Manual de Desarrollo del Lenguaje. Méjico D. 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