¿En qué consiste la dignidad del ser humano?

¿En qué consiste la dignidad del ser humano?
Por Isaú Chávez
Usado con permiso
Dios quiso, al crearnos, hacernos con una dignidad innata, porque lo hizo pensando en sí
mismo.
¿Qué es la dignidad?
Es la cualidad de ser digno, deriva del objetivo latino “digno” y se traduce por valioso, hace
referencia al valor inherente del ser humano en cuanto a ser racional, dotado de libertad y
poder creador. Wikipedia.
La dignidad es intrínseca a la persona humana en razón de lo que es específico de su naturaleza:
su ser espiritual. Esta dignidad es más que moral, más que ética, más que psicológica: es
constitutiva del ser humano y su naturaleza es ontológica.
La dignidad no consiste en nuestros honores sino en el reconocimiento de merecer lo que
tenemos.
Aristóteles
Por causa del pecado perdimos la dignidad delante de Dios
Es decir, perdimos ese derecho con que fuimos creados de poder estar en comunión con Dios,
de podernos comunicar con él sin ningún estorbo, fuimos destituidos de su presencia.
Pablo dice: Por cuanto todos pecaron están destituidos de la gloria de Dios. Romanos 3:23
El profeta Isaías dice: Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida,
hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite. 1:6
¿Cómo se puede hacer honor a esa dignidad con que fuimos creados?
a) La dignidad se relaciona con nuestra vocación
Esto tiene que ver con la vocación que Dios puso en el ser humano, es decir que Dios nos hizo
con un propósito. En la medida que el hombre y la mujer entiendan cuál es su verdadera
vocación, podrán así vivir con dignidad en esta tierra. Génesis 1.28.
Dios tiene un plan para cada uno de nosotros. Cada ser humano es único e irrepetible. Cada
persona ha sido creada para dar un aporte a la historia y es tarea de cada persona descubrir
qué es lo que Dios ha puesto en ella para darlo a los demás.
Isaías 1:2; dice: Crié hijos y los engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí.
b) La dignidad tiene que ver con el respeto por uno mismo y por los demás
El cuidado de nuestro cuerpo, como nos alimentamos, el descanso, la recreación, el
evitar consumir licor, drogas, el respeto a nuestra pareja, el buen trato a los hijos. Todo
esto tiene que ver con la dignidad. Nunca intentar un daño contra nuestra propia vida y
la de los demás, por causa de la dignidad con que fuimos creados. Valemos tanto para el
Señor que debemos cuidar de nuestro ser.
¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?, si alguno
destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois
vosotros, santo es. I Corintios 3: 16-17.
La dignidad es el respeto que una persona tiene de sí misma y quien la tiene no puede hacer
nada que lo vuelva despreciable a sus propios ojos.
Concepción Arenal
Como cristianos tenemos que vivir con dignidad
Pablo dijo: Yo pues preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que
fuisteis llamados. Efesios 4:1
Para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y
creciendo en el conocimiento de Dios. Colosenses 1:10.
c) La dignidad tiene que ver con nuestro servicio a los demás
El servicio a otros nos da dignidad, dejamos de pensar egoístamente y nos enfocarnos en las
necesidades de los infortunados, los más vulnerables. Eso es hacer honor a nuestra vocación.
De Jesús dice la Biblia: Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, si no para servir y dar su
vida en rescate por muchos. Marcos 10:45.
Jesús fue muy claro al decir: Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué
será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres. Mateo
5:13.
Conclusiones
Si hemos sido creados con dignidad, debemos procurar vivir siempre con dignidad, para dar
honor al creador de la vida.
El pecado nos hizo indignos delante de Dios, pero gracias al sacrificio de Cristo, hemos
recuperado esa dignidad.
Mostremos siempre respeto por nuestra vida y la de los demás, ya sea los que forman parte de
nuestro círculo familiar, como los que están fuera de este.
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Busquemos formas de servir a otros, ya sea en cosas pequeñas o grandes, que puedan hacer la
diferencia para estas personas a las que servimos.
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