La subjetividad en el comportamiento negativo socialmente

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E
L
La subjetividad en el
comportamiento negativo
socialmente
MIGUEL ÁNGEL CASTILLO
l control social se traduce como una
maquinaria aceitada que tiene como
espacio principal el empleo, dirigido con
mayor fuerza para aquellos sujetos que han
retado a las instituciones y que se encuentran fuera de los centros de trabajo, por lo
que subjetivamente son considerados
como desorganizados, improductivos,
desocupados y por lo tanto potencialmente
delincuentes. El comportamiento socialmente negativo es al final de cuentas un
grupo muy simbólico que está subjetivamente degradado y para ello se estructura
todo un control jurídico como un parámetro del funcionamiento de una maquinaria aceitada. Entender a este tipo de
comportamientos implica acceder a su
subjetividad, lo que devela que en algunas
formas de desviación no aparezcan las
drogas, el alcohol, el crimen organizado
entre otros, ya que institucionalmente se
afirma que el delito se deriva del embrutecimiento del sujeto, pero una lectura más
real nos demuestra que parte de un sistema
social criminal.
EL COMPORTAMIENTO NEGATIVO socialmente es visto como algo que tratamos
de evitar, de prohibir cualquier contacto con sus actores, de excluirlo de
nuestro ámbito social; sin embargo, también debemos aceptar que
sentimientos de ese tipo están muy adentro de nosotros mismos. Para definir
al criminal es necesario tomar en cuenta factores objetivos y subjetivos.1
Pero cabe preguntarse ¿quiénes son los criminales? La primera reflexión
me lleva a pensar que es aquel sujeto que pasó de la pulsión al acto. Pero
1
Desgraciadamente siempre aparece la figura del delincuente como un ser pobre, vulnerable,
con grandes limitantes psicológicas, con facciones antropológicas de subdesarrollo. No sería más
justo ver ahí al presidente de la República, a los senadores, a los diputados, a los funcionarios, a
los grandes empresarios defraudadores fiscales, entre muchos otros.
ANUARIO DE INVESTIGACIÓN 2005 • UAM-X • MÉXICO • 2006 • PP. 868-883
LA SUBJETIVIDAD EN EL COMPORTAMIENTO SOCIALMENTE NEGATIVO
dicho acto se traduce a una voluntad deliberada, cuya intención es atentar
contra alguien o contra sus propiedades materiales.2
Gilberto Aceves Navarro,
De la serie de las máscaras No. 9, 1989
La psicología jurídica se preocupa por estudiar
sujetos donde prevalecen actos de tipo antisocial
preferentemente, sin embargo, su objeto de estudio
no queda reducido a ese fin dado que tal concepto
es muy amplio y no se limita al infractor de las
normas, también interviene en el análisis de los
procesos de criminalización los cuales determinan
y señalan equivocadamente a los pobres como la
clase social que más delinque [Castillo, 2004].
Profundizar en los elementos subjetivos es un fin primordial que
demanda salir de un esquema tradicional, el cual utiliza manejos de
clasificación, terminando con las prácticas de etiquetamiento.
Es necesario que esta área de la psicología se oriente a la investigación
del crimen y la delincuencia, buscando rebasar la dicotomización de
criminales y no criminales, de delincuentes y no delincuentes, de buenos
y malos, utilizando los estudios de personalidad e historias de vida como
el punto de partida para llegar a modelos de intervención alternativos.
Para conocer a este tipo de sujetos es necesario analizar su medio social,
su dinámica familiar, su posición social, su medio laboral y su cultura.
Para tal efecto se requiere de la interacción y convergencia de las Ciencias
Sociales.
Estudiar y analizar aspectos de relevancia social como pueden ser:
delincuencia de los poderosos (delitos de cuello blanco, ecológicos,
etcétera), su regulación jurídica, su aspecto legislativo, así como el daño
social que producen se requiere de un trabajo y enfoque interdisciplinario
en la investigación.3
2
Sabemos que los procesos de criminalización parten de las clases dominantes, las cuales
determinan que los delincuentes se encuentran y se generan en los sectores más desfavorecidos
de la sociedad, logrando con esto evitar la mirada y la culpabilidad de actos sociales negativos a
los sectores poderosos.
3
Tradicionalmente el comportamiento negativo socialmente se mira como un producto
patológico de una deficiente socialización, por lo que queda fuera del consenso.
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LA SUBJETIVIDAD EN EL COMPORTAMIENTO SOCIALMENTE NEGATIVO
El análisis del comportamiento negativo socialmente requiere explicar
fenómenos de difusión masiva, cuyo objetivo es moldear y controlar actitudes,
así como también penetrar en el análisis de la fotografía y del discurso en la
prensa escrita, aspectos que aunados al análisis psico y sociológico vierten
resultados antes no explorados por la criminología tradicional.
Aquí el argumento consiste en que los medios de comunicación han
insuflado en la población un respeto por la propiedad y un aborrecimiento
del crimen que han penetrado en todas su capas. No hay duda de que los
medios de comunicación masiva efectivamente tratan de difundir mensajes
de esa clase [Taylor, 1981:107].
Socialmente se requiere analizar el funcionamiento de los órganos de
control, opresión y dañicidad social que algunos delitos pueden generar
en la estructura social, aspectos que complementan un marco de la
investigación criminológica moderna.4
Para tal efecto es necesario también profundizar
en la organización del sistema socio-político, así
como aportar los elementos básicos de una teoría
del Estado que ayude a recorrer la “cortina del
poder”, aspectos que logran develar los ilegalismos
y la delincuencia en la administración de justicia. 5
Los elementos de orden económico están muy Gilberto Aceves Navarro,
vinculados a los deseos y motivaciones de los De la serie de las máscaras No. 2, 1989
sujetos, en los países en vías de desarrollo, dicho proceso parece relacionarse
esencialmente en la generación de comportamientos socialmente negativos.
A medida que la globalización ha controlado los sistemas económicos
en la mayoría de los países, la brecha entre las clases se ensancha; hemos
visto, como trabajadores universitarios, que las condiciones de trabajo y
derechos logrados se han perdido paulatinamente, esto indica que por
medio del Derecho se somete violentamente a la clase asalariada a los
4
La dominación legal ha obligado no sólo a encarar un enfoque más extenso, sino también
a que el objeto de estudio sea más significativo.
5
La evaluación de las normas legales y de su moralidad implícita en nuestra sociedad, la cual
criminaliza comportamientos surgidos de la contradicción de su economía política.
VIOLENCIA Y COMPORTAMIENTO SOCIAL
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LA SUBJETIVIDAD EN EL COMPORTAMIENTO SOCIALMENTE NEGATIVO
intereses de la burguesía, es muy claro desde esta postura explicar la conducta
humana, ya sea antisocial o no, conforme a la posición que el individuo
ocupe en la estructura de clase de la sociedad en que viva. 6
Regresando a la criminalidad, los que pertenecen a las clases dominantes
podrán violar a voluntad las leyes, mientras que las clases desfavorecidas
estarán sujetas a sanción.
Por tal motivo, analizar cómo influye en la población para que la gente
crea que unos delitos son más graves que otros y por qué a algunos se les
aplica la ley y a otros no, además de cuestionar cómo funcionan los órganos
de control social son aspectos temáticos de interés en la actualidad y
concretamente para la psicología jurídica.
¿Por qué el sujeto se vuelve delincuente?7 Desde la subjetividad este
sujeto adquiere muchas variantes, una de ellas es su capacidad de pasar al
acto que lo hace ser diferente a los demás, es decir, ¿por qué otros sí logran
reprimir pulsiones agresivas? Si para describir este proceso, planteamos
que el sujeto ha sido víctima de sus deseos inconscientes, que no pudo
controlar, sublimar o desplazar según las normas y reglas de su medio
social. ¿Sería esto la subjetividad del sujeto? En términos dinámicos tal vez
se explica de esta forma, pero la subjetividad no se expresa totalmente de
esa manera. Aquí se plantea en relación al otro, con base en el hecho, al
significado que representa el haber realizado tal comportamiento, en otras
palabras, al sujeto de la subjetividad. Esto último es lo que hace al sujeto,
es lo que hace entender su existencia. ¿Pero cómo llegar a ella? Por medio
del lenguaje, de su discurso, de sus actos, de su goce, de su placer; eso que
no se mide, que es simbólico; la palabra la hace aflorar y nunca cesa, hace
del hombre un sujeto hablante y lo constituye sólo a partir del otro.
¿Desde cuándo es sujeto de la subjetividad? Desde antes de nacer el “otro”
ya lo espera, sean padres, familia, sociedad, Estado, escuela, religión. Sólo
devendrá en sujeto cuando atraviese en calidad de objeto del otro.
6
Se pretende caracterizar a los comportamientos negativos dentro de un orden social
consensual y monolítico y en los márgenes de la sociedad, cuando una verdadera lectura del
fenómeno sostiene la existencia de una diversidad de valores en todos los sectores sociales.
7
El comportamiento humano en general se considera potencialmente basado en el libre
albedrío, donde lo negativo socialmente hace uso de su libertad para sí mismo ignorando o
eludiendo la intervención de la sociedad.
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LA SUBJETIVIDAD EN EL COMPORTAMIENTO SOCIALMENTE NEGATIVO
Por otra parte, la política de lo criminal para
el jurista no es otra cosa más que aplicar los
principios legislativos en el Código Penal. En
cambio, para la psicología jurídica es el estudio
de los procesos de exclusión, represión y
prevención que tienen por objeto la aplicación
de las normas establecidas legalmente.
Gilberto Aceves Navarro,
El avispón rojo, 1981
En México la política de lo criminal se
fundamenta en la dogmática penal,
centrándose en la incriminación legal, de ahí que el procedimiento penal
sea un factor básico en ella.
La política de lo criminal, de esta forma, puede considerarse como una
función excluyente del Estado, más que una estrategia sistemática de la
reacción anticriminal.8
Por está razón se puede decir que la política de lo criminal maneja los
niveles legislativo, ejecutivo y judicial.
Nivel Legislativo: en este nivel se ubica a los legisladores. La base que
sustenta su creación radica en buscar y crear las leyes que permiten mantener
un ordenamiento social que controla la conducta de los individuos.
Nivel Ejecutivo: aquí se encuentra todo el aparato federal encabezado
por el presidente o gobernador. Surgen las iniciativas de reformas que una
vez aprobadas por legisladores se ponen en marcha.
Nivel Judicial: las diversas procuradurías; federal y estatales entran en
acción en las situaciones apremiantes.
A lo anterior le agregamos la política penitenciaria que maneja discursos
enfocados a la prevención del crimen mediante la readaptación del sujeto,
sin embargo, la realidad nos da otra lectura, es opinión pública que antes
de todo principio reeducativo, pasan los represivos.9
Aquí se encuentran los consejos tutelares, casas de orientación,
reclusorios, penitenciarias, etcétera. Piezas esenciales en el arsenal punitivo
8
Para una orientación del derecho penal y de la doctrina del delito según los principios
constitucionales, véase, sobre todo, F. Bricola (1974).
9
Hoy se podría llamar política del control social, que se traduce en la creciente detención y
sobrepoblación de las cárceles en México y donde la administración carcelaria nunca ha logrado
financiar su propio funcionamiento derivado de las ganancias de trabajo de los reclusos.
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LA SUBJETIVIDAD EN EL COMPORTAMIENTO SOCIALMENTE NEGATIVO
que tienen como único objetivo: el acceso a la humanidad. Dando con
esto el nacimiento a un nuevo poder de los niveles anteriores.
Este tipo de instituciones tienen su base en una forma simple: la
privación de la libertad. Tal pareciera que su función técnica es la detención
legal, encargada de un suplemento correctivo, es decir, una “empresa”
encargada de la modificación de los individuos y que la privación de la
libertad permite hacer funcionar en el sistema legal con resultados
totalmente contrarios y dudosos.10
La criminología tradicional apoya muchos de estos postulados, ya que
estudia la etiología del delito y la personalidad del delincuente. Al explicar
el delito busca las causas en el terreno biológico, psicológico y jurídico. En
muchos casos en forma fragmentaria y determinista.
¿Existe una base biológica en la conducta criminal? En el terreno biológico
los antecedentes de Lombroso11 y su teoría del criminal nato abrieron
muchas vertientes.
Benigno di Tullio en Roma apuntaba que los delincuentes presentan
alteraciones funcionales del diencéfalo. A principios del siglo XX se habló
de las biotipologías: picnicomorfo ciclotímico, leptomorfo esquizotímico,
atletomorfo apileptoíde y el displástico. Por los años treinta también se
realizaron tipologías endocrinas: la glándula tiroides, el timo, las
suprarenales y las gónadas.
Todas estas hipótesis buscaron la posibilidad de la existencia de cierta
predisposición hacia el crimen de tipo biológico, incluso hoy en día la biología
molecular y la neuropsicología parecen tener promesas alentadoras.12
La crítica a esta postura radica principalmente, en que los resultados de
mayor anormalidad biológica en criminales y enfermos mentales en sus
investigaciones puede ser producto de la internalización o prisionalización,
10
La legalidad de las cárceles se define únicamente por sus normas y la conducta de las
autoridades.
11
Ezequías Marco César Lombroso nació en Verona, Italia, sus primeros estudios demuestran
una fuerte inclinación a los aspectos históricos y clásicos, médico que en 1897 publica la edición
definitiva del hombre delincuente.
12
Actualmente no se puede afirmar que factores hereditarios sean explicativos en la génesis
del delito, sin embargo, la aportación importante de las escuelas biológicas nos obliga a considerar
cómo ciertos elementos de esta índole pueden influir en la conducta criminal.
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LA SUBJETIVIDAD EN EL COMPORTAMIENTO SOCIALMENTE NEGATIVO
es decir, que el estar privado de la libertad en pésimas condiciones acarrea
serios problemas y trastornos que no presentan los sujetos libres.
En el terreno psicológico se busca descubrir los móviles ocultos en los
lugares más recónditos de la mente humana. Los psicólogos analizan
elementos dinámicos que van desde lo inconsciente hasta lo consciente:
la agresividad, la frustración, la impulsividad, los sentimientos de culpa y
muchas otras cosas.13
Aunque en forma muy determinista las características psicológicas
básicas de análisis para poder explicar el comportamiento humano son
síntoma, agresión, proyección, defensa y simbólica.14 También desde lo grupal
es un extraviado, emergente y portavoz de una problemática familiar.
1. Es un síntoma, ya que expresa una problemática intrapsíquica,15 que ha
puesto en desequilibrio la estructura de su personalidad. Se sabe que a
nivel psicológico toda conducta tiene una policausalidad muy compleja,
que se deriva de distintos contextos o múltiples relaciones. Sin embargo,
el psicoanálisis afirma que la conducta antisocial está motivada
especialmente por las innumerables frustraciones a sus necesidades
internas y externas que debió soportar el individuo, tales como el
complejo de Edipo,16 la carencia real de afecto, entre otras.
¿Qué es un síntoma? Sabemos comúnmente que el síntoma es un
trastorno que hace sufrir y que remite a un estado de enfermedad, es
la expresión de dicho estado. Pero en psicoanálisis, el síntoma se nos
muestra de otro modo, no sólo como un trastorno que hace sufrir; es
13
Los psicólogos buscan descubrir los móviles ocultos en las regiones más recónditas de la
psique humana y con base en esas explicaciones han aportado notables conocimientos y técnicas
nuevas de intervención.
14
La teoría freudiana gira alrededor de la sexualidad, por lo que todo acto humano, sea
delito o comportamiento antisocial, tiene un significado sexual.
15
Un aporte importante del psicoanálisis es el descubrimiento del inconsciente y del aparato
intrapsíquico, donde el consciente es la representación que se halla presente en la conciencia y el
inconsciente son las representaciones latentes que se hallan contenidas en la vida anímica.
16
El delincuente puede ser un sujeto que no resolvió su problema edípico (proceso de la
infancia donde se desea sexualmente a la madre y se odia al padre) que al no superarse el sujeto
puede desarrollar una mala estructuración de su personalidad que lo conduzca a la acción u
omisión de una conducta delictiva.
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LA SUBJETIVIDAD EN EL COMPORTAMIENTO SOCIALMENTE NEGATIVO
sobre todo un malestar que se nos impone, más allá de nosotros y nos
interpela [Nasio, 1998:17].
2. Es una conducta agresiva,17 dado que de esta manera ataca al grupo, las
instituciones y la comunidad, que en la mayoría de las veces le han negado
su aceptación, afecto y comprensión. La privación psicoafectiva provoca
en el sujeto formas y sentimientos agresivos hacia una sociedad que le ha
sido castrante y frustrante en la gratificación de sus necesidades. Por otra
parte, abusar del delito entra en un proceso obsesivo de destrucción, con
lo cual hace sufrir a todas las personas que afectivamente dependen de él
y principalmente a todas aquellas que representen para él la autoridad, el
Estado y la dominación.
3. La antisocialidad en el terreno individual se utiliza como una proyección,18
que funciona como mecanismo de defensa del Yo, ayudándolo a
mantener la integración ante los conflictos psicológicos que le implican
siempre ambivalencia.
4. La conducta antisocial es una defensa,19 porque tiene la finalidad de resolver
las tensiones producidas. Se tiene la fantasía en algunos casos que de esta
manera los problemas se resuelven muy fácilmente. Generalmente es
una conducta defensiva para mantener el equilibrio, logrando a través de
éste un cierto ajuste, pero sin resolver el conflicto, es en sí, un medio para
no caer en la dispersión de su personalidad.
5. Uno de los elementos más importantes en el análisis de la conducta
antisocial es su carácter simbólico,20 dado que las motivaciones parecen
surgir de significantes, por lo que el sujeto no se da cuenta conscientemente
de su problema, recurriendo a justificar y racionalizar su comportamiento
delictivo.
17
El sujeto delincuente desencadena su agresividad, en el paso al acto, a diferencia del
neurótico que por lo general lo imagina, pero jamás llega a consumarlo.
18
Psicoanalíticamente se dice que los actos delictivos son cometidos porque se hallan
prohibidos y porque a su manifestación se enlazan alivios psíquicos.
19
La defensa es de tipo psíquico, logrando el sujeto mantener la armonía y estabilidad
emocional mediante una conducta antisocial.
20
El sujeto puede sufrir de un penoso sentimiento de culpa cuyo origen se desconoce, motivo
que lo lleva a cometer la falta, logrando reducir con ello la tensión a la que estaba sometido.
VIOLENCIA Y COMPORTAMIENTO SOCIAL
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LA SUBJETIVIDAD EN EL COMPORTAMIENTO SOCIALMENTE NEGATIVO
[...] el significante es una categoría formal, no descriptiva. Importa poco
lo que designa [...] el significante es siempre la expresión involuntaria
de un ser hablante. Un gesto cualquiera sólo será significante si es un
gesto inoportuno e imprevisto, realizado más allá de toda intencionalidad
y saber consciente [...] un significante está desprovisto de sentido, no
significa nada y por lo tanto no entra en la alternativa de ser explicable
o inexplicable [Nasio, 1998:23].
Es un extraviado, ya que mientras el sujeto normal consigue reprimir
las tendencias destructivas y agresivas o desplazarlas a lo socialmente
aceptado, el llamado delincuente fracasa en su intento por hacerlo.
En cuanto a la familia, es un grupo que funciona como sistema de
equilibrio: inestable o seguro, funcional o disfuncional; estructurado entorno
a la diferencia de roles y sometido a un interjuego interno y extragrupal la
familia es portadora de ansiedad y conflicto. La estructura familiar y las
actividades desplegadas por ella contribuyen esencialmente a determinar la
naturaleza específica de la conducta delictiva, de ahí que se la considere
emergente, exponente y consecuencia de las tendencias del grupo.
El grupo es un espacio indispensable para la comprensión de los procesos
colectivos; es justamente a través del dispositivo grupal que se pueden
elucidar algunos de los elementos que dan forma a los modos de
constitución y organización de la subjetividad. Desde esta perspectiva,
el grupo aparece como un campo de articulación entre las estructuras
psíquicas y las sociales [Soto, 2002:191].
Es un portavoz del sistema imperante porque es el resultado de una serie
de contradicciones políticas y económicas, que ponen a los desfavorecidos
entre la espada y la pared, entre lo bueno y lo malo, es decir, entre morir o
sobrevivir a costa de lo que sea.
El delincuente es un utilísimo chivo expiatorio —que se envía como
blanco de la sensación de injusticia de los oprimidos— y constituye un
blanco realista, en el sentido de que a menudo actúa efectivamente contra
los intereses de clase, aunque no lo es en el sentido de que su “villanía”
empalidece confrontada con los poderes que existen [Taylor, 1981:112].
VIOLENCIA Y COMPORTAMIENTO SOCIAL
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LA SUBJETIVIDAD EN EL COMPORTAMIENTO SOCIALMENTE NEGATIVO
El tercer terreno es el derecho penal,21 la comprobación del hecho y la
aplicación de la pena respectiva son elementos básicos para calificar a un
sujeto de delincuente, es decir, jurídicamente un delincuente es aquel sujeto
responsable penalmente de un acto socialmente negativo.
El delito es una conducta definida por los códigos legales y sancionado
por las instituciones de justicia penal, sin embargo, es necesario resaltar
que esta conceptualización del delito no refleja la realidad de un régimen
jurídico basado en el poder y en los privilegios, admitir esta forma de
entender el delito significa aceptar la ficción de que la ley es neutral.
La investigación criminológica tradicional explica desde los anteriores
tres terrenos el comportamiento humano considerado como delito.
Convirtiendo a este último en un concepto muy abstracto y aislado de su
contexto normativo de poder, donde se agrupan las conductas más dispares
sin relación entre ellas de ningún tipo. Asimismo, el delincuente es un
concepto atomizado determinado en su conducta por causas de diversa índole,
que tiene como pauta común la culpabilidad por el hecho realizado.
Desde este enfoque tradicional la norma juega un papel importante,
dado que cae en el terreno del deber ser, ya que implica y exige un patrón
compartido por la sociedad en forma obligatoria. Todo aquél que no la
cumpla pasa a formar parte, casi en forma automática, de las filas de los
antisociales y, por lo tanto, de los marginados.22 De ahí la importancia de
que en la actualidad la psicología jurídica busque hacer una lectura más
objetiva, partiendo paradójicamente de la subjetividad del sujeto antisocial.
De esta manera, ¿cómo llega a ser sujeto antisocial? Si la subjetividad se
construye a través del otro, ese otro, es la propia norma o ley con todas sus
instituciones ¿Y cuáles son sus características? Que su ejercicio y aplicación
preferentemente protegen lo que la minoría dominante quiere que se proteja.
Desde esta perspectiva, las instituciones de readaptación social siguen
siendo las cárceles, centros de marginación y, a la vez, maquinaria poderosa
que impone una nueva forma al individuo que es considerado como
extraviado, pervertido o delincuente.
21
Es el estudio de las normas penales, donde se dice qué conductas son castigadas, la pena
que le corresponde y las reglas para su aplicación.
22
A este mecanismo se le conoce como la distancia social y tiene como objetivo limitar los
contactos que pueden tener los sujetos “normales” con los etiquetados como delincuentes.
VIOLENCIA Y COMPORTAMIENTO SOCIAL
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LA SUBJETIVIDAD EN EL COMPORTAMIENTO SOCIALMENTE NEGATIVO
Así, el Estado puede disponer de la libertad de las personas y del tiempo
del detenido. La prisión no es un taller, es una máquina que los ocupa con
el fin de llenar su tiempo, donde el cuerpo se controla, haciendo que lo
absorban las buenas ideas y las malas se alejen. La ficción jurídica radica en
que el trabajo no representa la libre sesión de una fuerza de trabajo, sino
un artificio que se supone eficaz en las técnicas de corrección, lo cual en la
realidad se ha comprobado que es un rotundo fracaso.
La psicología jurídica se preocupa por estudiar sujetos donde prevalecen
actos de tipo antisocial preferentemente, sin embargo, su objeto de
estudio no queda reducido a ese fin, dado que tal concepto es muy
amplio y no se limita al infractor de las normas, también interviene
en el análisis de los procesos de criminalización los cuales determinan
y señalan equivocadamente a los pobres como la clase social que más
delinque [Castillo, 2004].
La subjetividad se impone sobre la clara objetividad, la primera representa
todo un sistema simbólico de valores que no son apreciados en el discurso
manifiesto, donde muchas veces su comprensión requiere de un modelo de
intervención cualitativo, donde lo tradicional no tiene acceso.
La subjetividad requiere de una misión diferente, que no consista
solamente en aclarar los determinismos psicológicos, sino que tampoco
desprecie sus articulaciones con los procesos político-sociales.
¿Cómo acceder? Es más complicado de lo que aparenta, de ahí su
importancia en el terreno del comportamiento socialmente negativo,
aunque sabemos que representa lo más íntimo del sujeto, esto no indica
que es totalmente producida por él. La subjetividad, por lo tanto, es una
estructura meramente social, generada por un proceso social, es decir, los
sentimientos, los pensamientos y los valores son construidos desde
situaciones sociales.
¿Entonces lo objetivo no es real? Parten del mundo real, pero eso no
significa necesariamente que sea lo objetivo del hecho, al contrario, se
busca acceder a datos que van más allá de eso, es decir, llegar a significados
que porta el sujeto social y que a veces quedan en simples reconocimientos
de elaboraciones personales.
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LA SUBJETIVIDAD EN EL COMPORTAMIENTO SOCIALMENTE NEGATIVO
Pichon Rivière hablaba y utilizaba el concepto de latente, mientras que
Lacán planteaba el término de imaginario, hoy en día se postula el de
subjetividad, sin embargo, todos hacen referencia a significaciones con
fundamento en procesos político-sociales más amplios.
Si bien es cierto que una investigación cualitativa toma en cuenta
procesos psicoanalíticos, éstos no representan la totalidad en la explicación
de la subjetividad, recordemos que hablamos de un sujeto social, construido
desde procesos sociales, donde no impera algún determinismo psíquico.
¿Qué representa la subjetividad? Permite entender cómo el sujeto, por
medio del lenguaje conforma estructuras referentes que indican
resignificaciones de sus experiencias, en otras palabras, se puede apreciar
cómo el sujeto ha integrado sus conocimientos, valores y percepciones en
relación al mundo que lo rodea y cómo han influido para la manifestación
de conductas socialmente negativas.
De esta forma tomamos un sujeto histórico y dinámico que construye
su historia personal con el momento en el que se desenvuelve. Esto es lo
que hace diferentes a los sujetos, ya que una experiencia similar tiene un
significado diferente, es decir, el esquema construido depende de la historia
personal de cada sujeto y de la relación que tenga con su medio.
De ahí que si varios sujetos realizaron un acto criminal formalmente
idéntico, eso no indica necesariamente que sus significados representen lo
mismo, por lo tanto, la resignificación está en función de sus propias
historias personales.
¿Por lo tanto, cómo pueden ser reconstruidos los significados?23 Debido a
que son experiencias personales y que refieren algo íntimo, cada sujeto
puede hacerlo mediante su propia palabra. Por lo tanto, el delito va más
allá del conjunto de acciones que se describen como objetivas y reales, el
delito queda fragmentado si no hay una reconstrucción de las vivencias
que provocaron el acontecimiento.
Pero, ¿siempre hay que desconfiar de la palabra de un delincuente? En el
terreno judicial nadie cree lo que un sujeto manifiesta dentro de su proceso
penal, mucho menos el Agente del Ministerio Público; desconfía
totalmente de la palabra del sujeto indiciado, no puede considerar verdadera
23
Detrás de todos los significantes y a pesar de su carácter sin sentido, el psicoanálisis encuentra
un sujeto.
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LA SUBJETIVIDAD EN EL COMPORTAMIENTO SOCIALMENTE NEGATIVO
su declaración de los actos registrados, atribuyéndole falsedad y deformación
a su discurso, siempre cuestiona y siente que un sujeto en esas circunstancias
tiende a mentir de manera intencional.
Pero si en verdad las preguntas, el cuestionario o el interrogatorio partiera
de un análisis profundo de hacia dónde queremos llegar, se puede
estructurar un sistema de preguntas que guíe al sujeto a expresarse
ampliamente sobre el comportamiento negativo.
Al respecto P. Bourdieu y otros señalan la falsa neutralidad de las técnicas:
En tanto no hay registro perfectamente neutral no existe una pregunta
neutral [...] El cuestionario más cerrado no garantiza necesariamente
la univocidad de las respuestas por el sólo hecho de que someta todos
los sujetos a preguntas formalmente idénticas. Suponer que la misma
pregunta tiene el mismo sentido para sujetos sociales distanciados
por diferencias de cultura pero unidos por pertenecer a una clase, es
desconocer que las diferentes lenguas no difieren sólo por la extensión
de su léxico o su grado de abstracción sino por la temática y
problemática que trasmiten [1975:63-64].
Por lo anterior, se determina que la palabra de un sujeto delincuente
genera incertidumbre principalmente en los Ministerios Públicos, debido a
que desconocen el problema de la significación diferencial de sus preguntas.
Por lo tanto, a veces un cuestionario generado sin el debido cuidado dentro
de un interrogatorio penal, se convierte más en un instrumento ideológico
que funciona como artefacto de un instrumento judicial.
¿Entonces cómo no dudar de la palabra de un probable responsable? La
técnica reclama no basarse en una sola respuesta, hay que profundizar,
provocar al sujeto para que genere una serie de asociaciones, se confronte,
devele contradicciones, amplíe su producción y permita la comprensión
de elementos significantes en su discurso.
¿El sujeto siempre busca la felicidad? Se puede decir que sí, pero siempre
genera obstáculos para no alcanzarla, y el delito puede interpretarse como
una forma de buscarla. El psicoanálisis dice que es una felicidad modesta
y que nos contentamos con muy poco, debido a que la felicidad encontrada
concretamente es una satisfacción lograda con muy pocos medios.
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LA SUBJETIVIDAD EN EL COMPORTAMIENTO SOCIALMENTE NEGATIVO
¿La conducta socialmente negativa satisface el deseo del individuo? El deseo
nunca se satisface por la simple razón de que hablamos y mientras hablemos,
estamos inmersos en un mundo simbólico, donde todo adquiere muchos
sentidos, por lo tanto, nunca se logra la satisfacción del deseo, ya que en el
camino a la satisfacción, el pronunciar una palabra o realizar un acto, de
inmediato se dan una variedad de equívocos dando paso a una gama de
malentendidos.
¿Qué repercusiones genera la represión sexual? En un sentido amplio se
presume que limita las fuerzas de rebelión, al inhibirse la curiosidad y el
pensamiento sexual se engendra un proceso de inhibición general del
pensamiento y de la facultad crítica, buscando este tipo de control forjar
sujetos adaptados a la autoridad. Los resultados puede ser el miedo a la
libertad, por lo que se puede concluir que la represión sexual es una
estrategia de la reacción política.
¿El sistema de control social es una maquinaria aceitada? Por supuesto que
sí, pero no con base en los cuerpos policíacos, aunque éstos pueden estar
presentes como un último recurso, realmente la maquinaria se concentra en
las instituciones, mismas que crean subjetividades con contenidos que
mantienen fuertemente vivos las normas y los valores imperantes, donde
todo sujeto tiene muy bien introyectados los mecanismos permanentes y
actualizado el pago por manifestar un comportamiento socialmente negativo.
El enorme estigma de la cárcel que se traduce finalmente en desempleo,
marginación, aislamiento asociados a la pobreza, de donde resulta que el
verdadero espacio donde se da el control social es el empleo.
Este proceso es un mecanismo denominado distancia social y genera
una producción de sujetos desiguales, quienes atravesados por una
intervención estigmatizante del sistema punitivo son desfavorecidos en su
interacción social, disminuyendo sus contactos con los miembros de su
comunidad y con sus propias familias.
[...] la cárcel representa, en suma, la punta del iceberg que es el sistema
penal burgués; representa el momento culminante de un proceso de
selección que comienza aun antes de la intervención del sistema penal
con la discriminación social y escolar, con la intervención de los
institutos de control de la desviación de los menores, de la asistencia
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LA SUBJETIVIDAD EN EL COMPORTAMIENTO SOCIALMENTE NEGATIVO
social, etcétera. La cárcel representa generalmente la consolidación
definitiva de una carrera criminal [Baratta, 1993:175].
¿Existe un sistema social criminal? La corriente sostiene que el Estado
existe para mantener el orden social, por lo que la ley es un conjunto de
reglas establecidas por consenso. La postura crítica señala que el estado es
creado por la clase que dispone del poder para defender sus intereses
particulares y que el sistema jurídico es un instrumento generado para
asegurar los intereses de la clase dominante.
El orden jurídico beneficia a la clase gobernante en el curso mismo
de la dominación de las clases gobernadas. Y cabe añadir que el
sistema jurídico impide que las clases dominadas adquieran
poder24 [Quinney].
Por lo tanto, sí existe un sistema social criminal al que Manero y Villamil
llaman Estado delincuente:
[...] la inseguridad y la violencia delincuencial no pueden atribuirse
a estatutos de pobreza, ni se distribuyen de acuerdo con el grado de
desarrollo de diferentes países [...] De acuerdo con estos análisis,
todo apunta más bien a sociedades con fuertes y crecientes diferencias
sociales. Cuando el abismo entre las clases ricas y poderosas y las
clases subalternas aumenta, también aumentan la violencia y la
delincuencia25 [1998].
Finalmente, la subjetividad en el comportamiento socialmente negativo
reúne los efectos de los procesos de criminalización a que se ven sometidos
los llamados delincuentes, quienes padecen de rechazo y marginalidad
sociales; son sujetos indeseables, donde la mirada, el contacto, el hablar, el
sentir pareciera que les ha sido arrancado.
La subjetividad de tales individuos está estructurada a partir del lugar
que ocupan socialmente y se organiza en torno a la forma en que perciben,
24
En el libro de Criminología crítica de Ian Taylor (1981:244).
Citado en “Perspectivas para la elucidación de la violencia institucional”, Anuario de
Investigación 2002, p. 203.
25
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LA SUBJETIVIDAD EN EL COMPORTAMIENTO SOCIALMENTE NEGATIVO
sienten y accionan sobre su realidad. Se expresa, por
lo tanto, con comportamientos que socialmente no
son aceptados, manifestando actitudes de rechazo a
las normas y valores, provocando toda una gama de
riesgos para la población que está consensada.
Estos sujetos se encuentran atravesados por las
instituciones que les han dado sentido, que los han
instituido y sustentado, convirtiéndolos en actores
socialmente negativos.
Gilberto Aceves Navarro,
Felipe II (azul), 2000
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