Retraso desleal en la reclamación del montante restante de la

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PRÁCTICA DE CONSUMO
Retraso desleal en la reclamación del montante restante de la deuda tras la
adjudicación de la vivienda ejecutada
En la SAP Ciudad Real de 17 enero 2011 (JUR\2011\119331) se estudia el caso de una
ejecución hipotecaria llevada a cabo en el año 1994 a causa del impago de un préstamo
bancario. El banco acreedor se adjudica la vivienda ejecutada por el 75% del tipo fijado
para la subasta, de acuerdo con la legislación vigente en aquel momento, de forma que
queda una parte de la deuda sin satisfacer. No obstante, ni el banco originariamente
acreedor ni su sucesor jurídico la reclama durante catorce años, hasta que en 2008 se
interpone una demanda por el importe pendiente de cobro.
En ambas instancias se desestima la petición. La Audiencia Provincial razona que al
haber pasado catorce años desde que la vivienda ha ingresado en el patrimonio del
acreedor es imposible que éste no haya obtenido una rentabilidad suficiente de la misma
que le permitiese cubrir la deuda en su totalidad. A diferencia de una adjudicación a un
tercero, en cuyo caso el acreedor ejecutante sólo recibe el valor nominal de la venta, el
banco al adjudicarse la vivienda la ha recibido con toda potencialidad económica
inherente. A juicio de la AP, defender lo contrario llevaría a un enriquecimiento injusto
de la entidad bancaria. De hecho, la sentencia afirma que al ejercitar una acción de
responsabilidad universal del deudor, el acreedor tiene la carga de probar el destino final
del bien y la rentabilidad obtenida del mismo. Dice la sentencia que es imposible que
durante catorce años el inmueble urbano haya permanecido en el patrimonio del
demandante sin rendirle beneficio alguno.
Por otro lado, la Audiencia Provincial también señala que el lapso de tiempo
transcurrido supone que la ejecución de la acción en este momento sea abusiva. La
inactividad del acreedor durante catorce años creó una confianza legítima en el deudor
de que el derecho no se iba a ejercitar. Por tanto, la pasividad del titular de derecho
supuso un acto equívoco que indujo al obligado a creer razonablemente que no se le iba
a reclamar el montante restante, aunque formalmente la acción no estaba prescrita
todavía.
Karolina Lyczkowska
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