Matrimonio y familia

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EL
MATRIMONIO,
Y LA
FAMILIA
ÍNDICE:
1º EL MATRIMONIO ROMANO
2º LA FAMILIA ROMANA
3º LAS CLASES SOCIALES
El matrimonio romano
Situación conyugal socialmente reconocida que producía ciertos efectos jurídicos en el ámbito del derecho
romano. En la antigua Roma, existía matrimonio legítimo cuando un hombre y una mujer que hubieran
alcanzado la pubertad y reuniesen las indispensables
condiciones legales, convivían con apariencia conyugal honorable.
La institución del matrimonio romano poseía un carácter más social y jurídico y se componía de dos
elementos esenciales: la affectio maritalis, o voluntad de comportarse recíprocamente como marido y mujer,
evidenciada en el hecho de la convivencia, y el honor maritalis, que distinguía el matrimonio de ciertas
uniones estables como el concubinato. El matrimonio romano era una institución del ius civile y, por lo tanto,
aplicable únicamente a los ciudadanos romanos, que exigía los siguientes requisitos: capacidad natural
determinada por la madurez sexual de los contrayentes; capacidad jurídica, o ius conubium, que suponía que
los cónyuges estaban en posesión del status libertatis y del status civitatis; y consentimiento manifestado en la
recíproca voluntad de los cónyuges de permanecer unidos en matrimonio. La consecuencia jurídica más
importante del matrimonio, en el ámbito del derecho de familia, era que los hijos habidos dentro de él
permanecían bajo la autoridad del pater familia.
La familia romana
Es la célula social por excelencia, fundada en las creencias religiosas (culto de los dioses manes).
Inicialmente, se confunde con la "gens". La autoridad absoluta pertenece al jefe de la familia, el pater
familias.
Este poder se llama patria potestas y no tiene límite, ya que el padre de familia tiene derecho de vida y muerte
sobre todos los miembros de la familia, incluyendo a algunos "clientes" y a los esclavos.
El matrimonio es, en general, religioso (consiste en hacer adoptar a la esposa la religión familiar del marido).
Pero existe también una forma no religiosa, que se efectúa mediante la compra de la esposa (la coemptio).
La esposa del pater familias, la matrona, no tiene ningún derecho; está íntegramente sometida a la autoridad
del marido y, a la muerte de éste, a la del hijo mayor.
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El hijo lleva el apellido de familia de su padre (nomen); se le da, además, un nombre (praenomen) y un
sobrenombre (cognomen). El sobrenombre suele tener un carácter hereditario. Por ejemplo, el orador y
político Cicerón, se llamaba Marco (nombre) Tulio (apellido) Cicerón (sobrenombre).
En el caso de que el niño sea adoptado (trámite muy frecuente en Roma cuando no se tenían hijos) se le añade
un sobrenombre suplementario, que recuerda generalmente a la familia de la cual procede.
La mayoría de edad civil se consigue a los 17 años; el joven, entonces, viste la toga blanca de los adultos
(llamada toga virilis), pero sigue sometido a la autoridad paterna.
No se podría terminar de hablar de la familia, sin hacer un alto antes en la sociedad romana, lo cual nos
servirá para definir claramente lo que el concepto de familia en roma.
Las clases sociales
Cuando las tribus de pastores nómadas se instalan en el monte Palatino son, seguramente, algunos centenares.
Pero, bajo el Alto Imperio, Roma contará con una población de un millón de habitantes (cifras extremas
propuestas: entre 500.000 y 1.600.000). Es evidente que la estructura de la sociedad romana varió al mismo
tiempo que la ciudad; por ello es necesario estudiarla en su evolución histórica.
Desde 212 d. de J.C. (Edicto de Caracalla), la ciudadanía romana se hace extensiva a todos los hombres libres
del Imperio.
Junto a los hombres libres se encuentra la enorme masa de esclavos y los antiguos esclavos liberados, los
libertos. Todos estos individuos viven y trabajan en Roma o en las provincias del Imperio.
Por lo general, vivían menos años que los hombres, y que la longevidad era sensiblemente más importante en
el campo que en las ciudades (en particular, en Roma).
Las estructuras sociales primitivas: "gens" tribu, curia.
Los pastores nómadas indoeuropeos estaban divididos en clanes (gens), análogos al genos de los aqueos. El
jefe de la gens era el familiar varón más viejo, el pater.
La gens no sólo comprendía a todos los miembros de una misma familia (con las ramas colaterales de
sobrinos, hijos de sobrinos, etc.), sino también a personas extrañas a la gens, que eran llamados clientes. El
lazo que unía a cada cliente con el pater se llamaba la fides ("fe", acto de confianza recíproca).
Los primitivos clanes romanos formaban tres tribus: los Ticienses, los Ramnes y los Luceres. Cada tribu se
dividía en curias, que podían equipar a 100 guerreros. Cada una de ellas estaba representada por diez patres en
la asamblea del pueblo.
Había, pues, en total, 300 patres (los patres conscripti o senadores) y un "ejército" virtual de 3.000 hombres
(más 3 escuadrones de 30 jinetes, un escuadrón por tribu).
Los padres conscriptos elegían un jefe: el rex (rey), cuya insignia era la lanza (hasta). Los padres formaban la
clase de los patricios. Esta clase se opuso a los que ya ocupaban el terreno antes de la llegada de los colonos
nómadas y que instalados, sin duda, primitivamente en el monte Aventino, constituían la clase de los
plebeyos.
Estos últimos estaban en inferioridad política y social, ya que las asambleas del pueblo (los comicios) sólo
agrupaban a las curias (llamadas comicios curiados).
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Bajo la dominación etrusca, Roma se convirtió en una ciudad rica y floreciente. El rey Servio Tulio, según la
tradición, fue el refundidor de un sistema social caracterizado por una doble división:
− División de la ciudad en cuatro barrios, las tribus territoriales, el pertenecer a una tribu no dependía del
nacimiento, sino del lugar donde se habitaba.
− División de los ciudadanos (patricios o plebeyos) en cinco clases, según su fortuna (al principio, los
patricios, que eran los más ricos, sin duda, constituían la primera clase; pero más tarde también se incluía en
ella a numerosos plebeyos).
En el siglo III a. de J.C., después de los progresos políticos realizados por la plebe, el número de tribus ha
llegado a 35. A las cinco clases corresponden grupos de 100 hombres, las centurias (hay, en total, 193).
Al principio, parece ser que se trataba de un grupo de 100 guerreros; en la época en que nos situamos, son
grupos electorales (cada centuria cuenta por una voz). La representación electoral es favorable a la primera
clase (la más rica), como lo demuestra la división siguiente:
Primera clase
18 centurias ecuestres (orden de los caballeros)
70 centurias comunes
Segunda, tercera, cuarta y quinta clases
100 centurias
Artesanos, músicos, etc.
4 centurias
Proletarios
1 centuria
Total 193 centurias
En el siglo II, después de la desaparición de la clase media, sólo quedan en Roma dos clases: los ricos
(senadores y caballeros) y los pobres. Bajo el Imperio, el orden senatorial comprende, no sólo elementos
salidos de la antigua nobleza, sino también hombres nuevos, hasta entonces apartados de la vida política y de
las magistraturas. La ley distingue a las personalidades importantes (honestiones) de la gente sencilla
(humiliores).
División de la clase acomodada
− El orden senatorial integraba a los propietarios rurales, a los hombres llegados de las provincias y a los
caballeros (lo que es nuevo: bajo la república estaba prohibida cualquier actividad comercial a los senadores y
a los magistrados, y los caballeros constituían, como ya se sabe, una clase de comerciantes).
La nobilitas desapareció, en provecho de los recién llegados, que no tenían tradición política y que estaban
completamente entregados al régimen imperial (era necesaria una fortuna mínima de un millón de sestercios
para pertenecer al orden senatorial).
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− El orden ecuestre alcanzó su apogeo bajo el Imperio. Sus filas se abrieron a los recién llegados, y resulta
difícil precisar cómo está compuesta esta clase: Existen los que llevan el anillo de oro, insignia de su poder, y
que tienen derecho a un caballo público; la burguesía municipal, los publicanos encargados de las funciones
administrativas y de recuperar los denarios del Estado, como sus homólogos al final del Imperio, y los
conductores.
Los romanos eran una clase de gente enriquecida, sin prejuicios políticos y dispuesta a sostener la política de
los emperadores (se necesitaba una fortuna mínima de 400.000 sestercios para pertenecer al orden ecuestre).
− En las provincias, aquellos cuya fortuna llegaba a 50.000 sestercios formaban el orden de los decuriones.
Era el orden de los pequeños advenedizos de provincias, de los artesanos acomodados, de los militares que
habían acumulado un peculio, etcétera.
Especial atención merece Bajo Imperio ya, que forma parte de un gran cambio en sociedad romana, ya
presentido en la época clásica. Junto a los senadores, a los caballeros y a los decuriones, figuran innumerables
funcionarios militares o civiles que aumentan las filas de los favorecidos por la fortuna.
Cuando el cristianismo se desarrolla, surge un nuevo cambio social, que será luego conservado por los
bárbaros y que marca el punto de partida de la sociedad medieval.
La sociedad romana tiende a dividirse en categorías profesionales, en castas más o menos jerarquizadas: las
funciones se hacen hereditarias (se es panadero de padre a hijo, mercader de padre a hijo, etc.). En esta época
aparece una importante clase, constituida por hombres dedicados a la actividad agrícola: Los colonos.
No son esclavos, sino individuos que gozan de ciertos derechos civiles, aunque están sometidos a una
restricción capital: el colono está vinculado a la tierra que cultiva; no puede dejarla, ni romper el contrato de
colonat, que lo liga al propietario; es servus terrae (siervo de la gleba; es decir, esclavo de la tierra que
cultiva).
Estos colonos prefiguran a los siervos de la Edad Media.
Bibliografía.
Enciclopedia Espasa Calpe.
Enciclopedia Interactiva de Consulta (Historia Antigua) Editorial LectusVergara.
Libro de texto de Latín 2º Editorial Magisterio Casals.
Enciclopedia Planeta.
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