El gemelo - Colegio Antilen de Rengo

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El gemelo
H
ace 30 años yo tenía 19 igual que mi hermano Dan. Dani como le decía mi
mamá. Éramos gemelos, idénticos de físico pero no de personalidad. Siempre
iba un paso delante de mí, le iba mejor con las mujeres, mejor en las notas,
hasta era el favorito de papá. Pero no hasta esa noche, esa noche en la que todo se
desmoronó, nuestra vida nunca fue la misma. Mejor empiezo desde el principio.
Era la noche del baile de graduación. Yo fui con mi novia, la recuerdo. Su nombre era
Bárbara. Era rubia, alta y muy flaca. Nunca me gustó, estaba con ella solo para tener con
quien ir al baile. Bueno me estoy desviando mucho. Llegamos al baile en el auto de papá,
ella se bajó pero yo no quería y entonces me dijo:
-¿Qué ocurre Tom?
-No lo sé, después de lo que paso con Dan no me dan ganas ni de verlo a la cara.
Hace 2 años mi novia me engaño con Dan, y no era la primera vez que lo hacía. En fin,
Bárbara me abrazó y me pidió un cigarrillo. Los dos nos bajamos del auto para ir a un lugar
más privado. Fue cuando apareció Dan, me vio desde el techo de la escuela. No me
pregunten que hacia allí, se supone que estaba bailando con su novia. Se me acercó
rápidamente para preguntarme que hacía fumando, como si él nunca lo hiciera. Me llevó
dentro para conocer a su novia. Su nombre era Jenny, era bastante bonita pero no de mi
gusto. Me dejó hablando con ella, hablamos bastante rato hasta que nos dimos cuenta de
que Dan y Bárbara no estaban. Los buscamos por toda la escuela hasta que llegamos al
techo. Ahí estaban los dos besándose, se separaron en cuanto los vimos. Jenny arrancó
llorando, yo me acerque y golpee a Dan tan fuerte que apenas se pudo levantar. Bárbara
empezó a llorar e intentó detenerme pero no pude, no pude pensando que no era la única
vez que me hacía esto. Él lo sabía pero no le importaba, yo solo seguí, golpeándolo hasta
deformarle la cara. La verdad no me enoje con Bárbara, ella no me interesaba. Así que
cuando vi que Dan ya no podía ni mover la boca me detuve, no sé porque lo hice, tuve que
seguir pero me detuve.
Después de eso me fui del baile, me fui de la casa. No quería volver a saber de Dan ni de
mi familia.
Veinte años después me enteré que se casó con Jenny y que tuvieron dos hijos, Carolina y
Miguel. Entonces fue cuando empecé a planear mi venganza. Busque su dirección. Lo
seguía todos los días, a él y a su querida esposa. Supe que ellos se odiaban.A veces me
escondía en su patio y los escuchaba hablar, más bien pelear, gritarse. Ella estaba cansada
de su alcoholismo, él por otra parte, seguía convencido de que ella lo engañaba. No sé si era
cierto pero si me lo preguntan, no creo. Yo la seguía todo el día.
No paraba de pensar en el momento en que los asesinaría. Llenar las paredes de su gran
casa con sangre. Apuñalar cada parte de su cuerpo hasta que el cuchillo ya no tuviera filo o
hasta que ya no quede cuerpo alguno que apuñalar. Sé que estarán pensando, ¿Por qué
matar a Jenny o sus hijos, si la única persona que me había hecho daño era Dan? Es simple,
sabía que no era necesario hacerlo rápido, podía disfrutarlo. Controlarlos como marionetas,
ya tenía un gran plan. No tenía que asesinar a nadie ¿Por qué hacerlo? O bueno igual tenía
que matar a alguien, solamente a uno. No fue difícil decidir. Como ya deben sospechar
planeaba empezar con Dan, solo tenía que recostarme en el suave pasto que tienen en su
patio y esperar, ¿esperar qué? Bueno que empiece la diversión.
En la mañana de ese día, cuando los niños fueron a la escuela y sus queridos padres al
trabajo, entré a su casa. No sabía cómo era por dentro pero a primera vista era horrible pero
muy grande. Subí las escaleras directo a la habitación de Dan. Lo que hice fue dejar un
sostén, ¿Por qué? Si se supone que Jenny era la infiel. Quería que Dan pensara que su
esposa era lesbiana, no era necesario, solo lo hice para divertirme. Me escondí dentro de la
casa esperando que llegaran. Todos llegaban casi a la misma hora, nunca supe por qué.
Llegaron tuve que esperar un poco, Jenny fue a la cocina a preparar un té. Dan se recostó en
el sillón y prendió la televisión, los niños estaban en sus habitaciones, nunca salían de ahí.
Después de unas cervezas Dan fue a su habitación. Cuando abrió la puerta vio el sostén. No
lo dudo y bajo a la cocina a pedirle explicaciones a Jenny. Pero surgió algo, algo
inesperado. Jenny creyó que Dan la engañaba y viceversa. No paraban de discutir, ninguno
de los actuaba. No sabía si debía yo salir a terminar el trabajo, pero entonces, Dan estaba
bajo los efectos del alcohol, y sumado a que pensaba que su esposa la engañaba, tomó un
cuchillo y apuñalo a Jenny en el corazón. Entonces salí de mi escondite -que por cierto era
abajo del sillón- y con mi propio cuchillo apuñale a Dan, murió al instante. Sus hijos
bajaron rápidamente no pensé, tomé mi arma y les dispare y llegaron ustedes.
-Bueno señor. Le agradecemos su declaración, pero eso no lo salvará. Lamento decirle esto
pero no lo podemos ayudar.
-Bien… gracias de todos modos abogado, pero no buscaba quedar libre, es mejor la prisión
-Si usted lo dice…
Fin
Benjamín Antonio Becerra Faúndez.
7 año A
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