El Mercurio - Economía y Negocios - Noticia, 2 de septiembre de 2006 ¿Réquiem para la regla del 1%? Existe consenso en que la meta es exagerada en un país que casi no tiene deuda pública. La Presidenta Michelle Bachelet se comprometió durante la campaña electoral a mantener la meta fiscal de 1% del PIB de superávit estructural, que en términos simples supone ahorrar en tiempos de bonanza para estar protegidos en períodos de "vacas flacas". Lo hizo como una señal de responsabilidad con la salud de las cuentas públicas, en un momento en que se pensaba que el precio del cobre volvería pronto a un nivel en torno a US$ 1 la libra. Sin embargo, dicha meta parece hoy superada por los hechos. ¿Vale la pena mantenerla tal como está? "Creo que a la larga es inevitable cambiarla. Un superávit de 1% del PIB, que puede haber sido razonable en los primeros años, ha pasado a ser algo exagerado en una economía que no tiene deuda pública", precisa el economista de la Universidad Católica, Rodrigo Vergara. Una opinión similar tiene el economista Hernán Cheyre, quien enfatiza que la meta de superávit de 1% se justificó en su momento, sin embargo, en las actuales circunstancias, en que el endeudamiento neto del sector público es incluso negativo, no se justifica desde una perspectiva de largo plazo que el fisco continúe ahorrando. Ambos economistas son partidarios de bajar gradualmente la meta del superávit estructural a cero, en un período de tres años. El ex decano de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Joseph Ramos, también tiene una opinión similar. "El fisco no tiene que ahorrar para siempre, eventualmente deberíamos reducir ese valor". Sin embargo, considera que no sería conveniente modificarlo ahora, dado el compromiso que realizó Michelle Bachelet respecto a no variarlo en su período, "pues aparecería cediendo a presiones", opina. Para el economista de Expansiva y académico de la Universidad de Chile, Óscar Landerretche, es prudente mantenerla, dada la inminente reforma previsional, pero no descarta desviaciones transitorias en el futuro. "Me parece, eso sí, que es posible concebir una desviación transitoria de la regla en alguno de los próximos años, cuando se decida abordar la reforma educativa en serio y se necesiten recursos para solventar los costos fijos asociados a ella". No obstante, enfatiza que cualquier desviación de la regla fiscal debiera estar respaldada por un consenso político importante; a lo menos, dentro de la Concertación. "Por lo demás, la meta de 1% es una meta de esta administración. Es enteramente concebible que, en el próximo gobierno de la Concertación, nos coloquemos una meta de balance estructural, por ejemplo. Creo que es perfectamente posible imaginarlo", señala.