Casa Nacional de las Letras Andrés Bello Andrés Bello se lo llevó la Revolución CARMEN BRITO AROCHA Andrés Bello se lo llevó la revolución Carmen Brito Arocha w w w.c a s a be l l o.gob.v e Mercedes a Luneta Parroquia Altagracia Apdo. 134. Caracas. 1010. Venezuela Telfs: 0212-562.73.00 / 564.58.30 William Osuna Daniel Molina Fundación Casa Nacional de las Letras Andrés Bello Presidente Director Ejecutivo Jennifer Ceballos Coord. de Prod. Editorial ©Carmen Brito Arocha Caracas, Venezuela 2015 Andrés Bello se lo llevó la revolución Jennifer Ceballos Eliseo Morales Jorge Alexander Arocha V. Ana María Olivo Ánghela Mendoza Diagramación / Diseño de portada Ilustración de portada Edición de texto Corrección y transcripción de textos Diseño de colección Dep. Legal: ifi60520158003531 ISBN: 978-980-214-374-0 Andrés Bello se lo llevó la revolución Andrés Bello se lo llevó la revolución Nociones elementales Obra dirigida a esa persona amiga que alguna vez se ha preguntado: ¿Quién fue Andrés Bello? ¿Por qué se fue de Venezuela? ¿Por qué no regresó...nunca? Agradecimiento Al equipo por gestiones diligentes en pro de la presente obra: Alfieri y Alejandro Arocha Brito; María Cova de Arocha e Indira Pérez de Arocha. Dedicatorias A doña Ana Antonia López de Bello. En homenaje a su espera dolorosa ante la ausencia eterna de su hijo Andrés. A mi madre, doña Ángela de Brito, por haberme dado a conocer a temprana edad el nombre de Andrés Bello a través de la ORACIÓN POR TODOS. A todas las madres que día a día bendicen la presencia o bien el recuerdo de sus hijos. La autora Andrés Bello se lo llevó la revolución Me atrevo a decir que de la niñez, la adolescencia y de la juventud de Andrés Bello, la mayoría, aquí, en Caracas, y en todas partes no sabe nada. La afirmación la hizo don Joaquín Edwards Bello, bisnieto del sabio caraqueño, el 7 de agosto de 1947 en la publicación chilena La Nación. Pareció como si el poeta Andrés Eloy Blanco asumiera el eco de aquellas palabras capaces de provocar casi el bochorno de guante arrojado al rostro. El 21 de octubre de 1947, en su condición de Presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Andrés Eloy propuso aprobar la edición completa de sus obras; a título de rendírsele merecido homenaje a don Andrés Bello, y acotó: “uno de los mejores tesoros espirituales del país”. Paralelamente se hizo sentir la recomendación del Patronato Pro Estudios Andrés Bello, en aras de una “nueva etapa de la evolución del Bellismo en Venezuela”. A la aprobación por parte de la Asamblea se sumaría el Decreto Presidencial firmado por don Rómulo Gallegos y refrendado por el Ministro de Educación Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa. Entre el veinticinco de noviembre y el primero de diciembre de 1951 se celebraría la Semana de Bello en Caracas dentro de un riguroso marco de reconocimientos al humanista venezolano. Se habían desempolvado archivos, salieron a relucir páginas, aparecieron libros, se habló de retratos; desde lo alto y hondo de incontables armarios surgía Andrés Bello. Con tal vigor, con tanta fuerza llenó espacios que, en justicia a don Edwards Bello, habría de concedérsele toda la razón en cuanto a aquellas vehementes afirmaciones. 13 Carmen Brito Arocha Se han publicado numerosas obras de Andrés Bello y acerca de Andrés Bello. Se han celebrado congresos alrededor de esta figura estelar de América. Ha habido trascendentes acuerdos internacionales abanderados bajo el nombre de Andrés Bello, tal como el Convenio Andrés Bello. (La Organización del Convenio Andrés Bello de integración Educativa, Científica, Tecnológica y Cultural, es un organismo internacional, intergubernamental). En voz de Manuel Felipe Rugeles: “es Andrés Bello una bandera de la patria”, por extensión Patriarca de las Letras Americanas, nacido en Caracas el 29 de noviembre de 1781. Entendemos que a Bello se lo haya mostrado inmerso en un mar de cátedras, porque después de todo, él fue un señor catedrático con luz propia. Entendemos que el estudio de su obra sea tarea de eruditos, filólogos, filósofos, internacionalistas, jurisconsultos, docentes, periodistas y cuantos se hagan presentes sobre materias que fueran del dominio de este sabio caraqueño. Sin embargo, nuestra observación desearía hacerse presente, asimismo, humildemente, sobre el particular en una variante: mientras Bello se nos escurre entre las heredades de su genio, cientos de conciudadanos se preguntan sencillamente: “¿Quién fue Andrés Bello?, ¿Por qué se fue de Venezuela y no regresó…nunca?”. Ello nos hace pensar un poco en nuestro “caletrazo” en los bancos escolares, aludiendo a la misión diplomática que en 1810 cumpliría en Londres don Andrés Bello, de donde no regresó jamás. Chen Yongyl, catedrático en la Universidad de Beijing, nos dice: “Ninguno de los que en China aprendemos y estudiamos la lengua castellana desconoce 14 el nombre de Andrés Bello. (...) la gramática de Bello es un libro de lectura y consulta obligatoria para todos nosotros” –agrega. Hemos querido invocar las palabras del ilustre catedrático para indicar lo bueno que sería si en la tierra de Andrés Bello se pudiese decir lo mismo –y no solo con relación a la Gramática. Necesario es que se haga familiar, principalmente entre las nuevas generaciones, la esencia de su ejemplaridad, de su ser personal tan poco dado a repetirse. Presentar al hombre en la grandeza de su modestia no desmerece en nada al “salvador del castellano en América”. En tres lugares, cada uno distante del otro, discurrió la vida del humanista caraqueño. Veintiocho años y medio vivió Bello en Caracas; diecinueve años en la ciudad de Londres y treinta y seis en Santiago de Chile. De la estancia de Bello en su ciudad natal, hoy están a nuestro alcance conocimientos de sumo interés, en buena parte gracias a los hermanos chilenos Miguel Luis y Gregorio Víctor Amunátegui Aldunate. Don Pedro Grases, reconocido estudioso de la obra de Andrés Bello, ha puesto de relieve, ¡enhorabuena!, la singular dedicación de estos hermanos, queridos discípulos de don Andrés en Chile. Memorias recogidas por ellos mediante habilidad de reporteros, y muy pícara habilidad, luego de largas conversaciones con el maestro “como quien no quiere la cosa, salían corriendo para la casa” a escribir cuanto les hubo contado o, mejor, cuánto ellos habían “sacado” y de esta guisa poner rápidamente todo en su santo lugar, de modo que como él lo dijo (Andrés Bello), quedara escrito, hasta conseguir mediante esa fuente de primera mano “el tubazo”, lo que sería la primera biografía del sabio venezolano. 15 Carmen Brito Arocha Al paso del tiempo, Juan Vicente González y Arístides Rojas principalmente, vendrían a ser aquí en Venezuela especie de “apóstol” de Andrés Bello. Tal cual fuera reseñado por la historia Daniel Florencio O’Leary, “evangelista” del Libertador. Tarea dura la de recabar información o testimonios para mañana o pasado… Entre unas y otras versiones acerca del Andrés Bello en la Caracas de entonces nos fijamos la presencia esbelta, pulcra del mozo saliendo de su casita de detrás del convento de La Merced, día tras día, rápido el paso, rumbo al trabajo, en afable intercambio de saludos por todo el trayecto. ¡Quién no conoce por estos predios a Andrés Bello!; siempre formal, de vuelta a casa, ya al encuentro de los amigos, ya hacia el Samán de La Trinidad; cuando no hacia el Anauco… Hasta que, de pronto, nunca más volvieron a sentirse sus pasos calle arriba, calle abajo. Aquella presencia ligera desapareció por completo de la ciudad. Sólo seguiría vigente, eternamente, como paradigma de las bellas personas de la época. ¿Por qué se fue de Venezuela Andrés Bello? El libro que ahora tienes en tus manos esperamos contribuya a responder esta pregunta. Por aquellos días la información apareció en la Gazeta de Caracas el 8 de junio: Simón Bolívar, Luis López Méndez y Andrés Bello viajarían a Londres en misión diplomática. Respecto de Bello, la ausencia de este muchacho, porque en esencia eso era todavía Andrés Bello, se la ha etiquetado de sentimiento poético familiar (su drama en sí), cuando no de trauma severo. Sin que pueda negarse en este sentido que el desarraigo repentino y definitivo de su lugar de origen, donde habitó desde su niñez, debió dejarle huella imperecedera. 16 Andrés Bello se lo llevó la revolución Yo me transporto con mi imaginación a Caracas, os hablo os abrazo; vuelvo luego en mí; me encuentro a millares de leguas del Catuche, del Guaire y del Anauco, de Sabana Grande y de Chacao, etc. etc. Todas esas imágenes fantásticas se disipan como el humo, y mis ojos se llenan de lágrimas. Cartas, cartas, cartas. Pasemos la página. Gracias. La autora 17 18 Andrés Bello se lo llevó la revolución Cuadro genealógico 1 Nació en Caracas, 1781 Murió en Santiago de Chile, 1865 1: Casó en segundas nupcias con Luis Pérez, de Valencia del Rey. Tuvieron descendencia, que no figura en este cuadro. 2: Tuvo dos hermanos: Bernardo e Isabel. 3: Tuvo once hermanos: Rosalía del Carmen, Juana Antonia, María Lucía, José Francisco, José Antonio, Lucas, Juana Antonia, José Julián, Antonio Eugenio, Dominga Josefa y Pedro Pablo. 4: y once hermanos: María Rosalía, José Ambrosio, Isabel Antonia, Francisco Javier, Manuel Antonio, Juana Gregoria, Ángel Francisco, Bárbara Vicencia, Agus Cuadro genealógico reproducido de: Boulton Alfredo, El solar caraqueño de Andrés Bello. (1978) Caracas. Ediciones Fundación La Casa de Bello. tín María, Ramona y Antonia Natividad. En los diversos documentos los nombres varían algo: así, a la primera se la llama a veces Rosalía, simplemente, y otras María del Rosario; a José Ambrosio se le menciona con frecuencia como Ambrosio José, etc. En cuanto a Ana Petrona (nombre que aparece en su partida de bautismo) unas veces se la llama Ana, otras Ana Petronila, y otras Ana Antonia, aunque es indudable que se trata de una sola persona. 5: Hemos logrado identificar las partidas de bautismo de los siguientes hermanos suyos: Ana Josefa, José de los Santos. José Eusebio de Jesús, María de los Santos y María del Rosario. Se sabe que tuvo por lo menos otros dos llamados Florencio y Carlos. 1 Cuadro genealógico reproducido de: Boulton Alfredo, El solar caraqueño de Andrés Bello. (1978) Caracas. Ediciones Fundación La Casa de Bello. 19 Carmen Brito Arocha Andrés Bello se lo llevó la revolución CAPÍTULO 1 VIVENCIAS EN CARACAS Carmen Brito Arocha Andrés Bello se lo llevó la revolución Andrés de Jesús María y José Bello López Nace en Caracas el 29 de noviembre de 1781. Su nombre evoca la presencia de la Sagrada Familia y en verdad es hijo de un hogar de hondo fervor religioso. Son sus padres don Bartolomé Bello y Bello y Doña Ana Antonia López Delgado. Don Bartolomé Bello es abogado y músico; compositor de música sacra de amplios méritos dentro del mundo musical de la época. Por espacio de varios años se ha desempeñado como catedrático del seminario de Caracas. En la Real Audiencia llega a ejercer la profesión de abogado.2 Doña Ana Antonia López vive entregada a los quehaceres hogareños; es hija del notable pintor, escultor y dorador 2 Se ignora la fecha exacta del nacimiento de don Bartolomé de la Luz Bello y Bello, padre de don Andrés Bello. Se sabe que don Bartolomé nació en Caracas cerca de 1750. Fue designado Músico de la Tribuna de la Santa Iglesia Catedral el 28 de junio de 1774, por estar dicho Bello bien instruido así en el canto como en los instrumentos. Y por hallarse vacante una de las plazas de música de dicha iglesia. También era compositor don Bartolomé, se formó musicalmente bajo la dirección del maestro Ambrosio Carreño (ascendiente de Cayetano Carreño y Teresa Carreño). Se hallaba “cursando canto de órganos” con el maestro Carreño cuando fue nombrado para la plaza vacante ya mencionada. Se devengaba poco sueldo en estos cargos. Don Bartolomé cantaba en todas las actividades religiosas que tenían lugar en la iglesia. Aparte de ello debía tocar algún instrumento si la ocasión lo requería. En 1787 don Bartolomé se vio precisado a presentar su renuncia. No había nacido su primer hijo (Andrés), cuando don Bartolomé recibió en la Real y Pontificia Universidad de Caracas el título de bachiller en Leyes el 11 de noviembre de 1780. El Cabildo Metropolitano iba a extenderle posteriormente permiso a objeto de que se trasladase a Santo Domingo donde permanecería hasta recibirse de abogado. En 1785, ya de regreso en Caracas, ejercerá como profesional del Derecho en la Real Audiencia. 23 Carmen Brito Arocha don Juan Pedro López y de doña Ana de La Cruz Delgado.3 La casa de los abuelos está situada detrás del Convento de La Merced, en esquina que debe su nombre al pintor Juan Pedro López. Aquí en esta casa de los abuelos nació Andrés Bello. Hay un patio de frondosos árboles; hay granados y limoneros. Entre las pinturas del famoso abuelo figura la Inmaculada Concepción. Contemplando la Virgen rodeada de querubines entre nubes, alguno podría hacerse la pregunta: 3 De ascendencia canaria. La casa de los abuelos de don Andrés Bello. Dibujo de Eliseo Morales Andrés Bello se lo llevó la revolución ¿Cuántas veces no habrá estado el abuelo tentado –y acaso no lo habrá hecho– de pintar a su pequeño nieto Andrés en algunas de esas figuras que hoy tanto admiramos? 4 Una familia canario - venezolana. Ana de La Cruz Delgado, abuela materna de Andrés Bello, nació en Tenerife. Los demás ascendientes eran, asimismo, oriundos de las Islas Canarias. Sobre el particular dice David Fernández W: (...) “el hecho de que los ocho bisabuelos de Andrés Bello sean canarios por los cuatro costados, es una noticia que enorgullece a los canarios”.5 La Inmaculada Concepción. Pintura de Juan Pedro López. Se encuentra en la Santa Iglesia Catedral de Caracas 4 Boulton, Alfredo, (1978). El solar caraqueño de Andrés Bello. Caracas. Ediciones Fundación La Casa de Bello (en la actualidad: Casa Nacional de Las Letras “Andrés Bello”) p.41 5 Fernández W., David, Los antepasados de Bello 25 Carmen Brito Arocha Arte desde el zaguán hasta el corral Un corral inmenso, lleno de árboles frondosos, habitado por pájaros cantores y una temperatura deliciosa configuran el ambiente ideal para el revoloteo de la inspiración. Nada de particular tendría entonces que en la modesta casona de los Bello - López se reuniese a menudo gente vinculada al mundo de la música, colegas de don Bartolomé Bello, músico de la Iglesia Catedral. Las temporadas pascuales, los días de la Semana Mayor y demás festividades religiosas son ocasiones propicias para la realización de rigurosos ensayos. A su vez don Juan Pedro, el pintor, de más tiempo atrás se instalaría con su arte al aire libre de reclamarlo su musa, en medio del aroma de enramadas, de naranjos y granados en flor ¡en fin, una primavera en casa! Música, cantos, partituras, pinceles, colores, arcilla… Bueno, el arte desparramado por toda esta casa. Entretanto Andrés: Posiblemente serviría de público de cuando en cuando, escuchando el piano, la flauta, observando a los señores en las distintas interpretaciones. En resumen, acurrucado en el hábitat que iba empapando su sensibilidad. ¡El abuelo pinta los santos del cielo! ¿Lo gritará alguna vez frente a figuras sacras surgidas de las manos del abuelo artista? … 26 (…)“el patio y corral y todos los pormenores de la casa en que tú y yo nacimos y jugamos y nos dimos de puñetes algunas veces” 6 Andrés será el mayor de ocho hermanos: Andrés, Carlos, Eusebio, Florencio, Josefa, Dolores, Rosario y María de Los Santos. A la edad de seis años, poco más o menos, se considera que Andrés Bello inició sus actividades escolares, asistiendo a la llamada Academia de don Ramón Vanlosten. La afición del niño por la lectura se haría notar bien pronto. Delicado, pulcro, ordenado. Absorto en las páginas. ¿Pensará Andrés en la magia de las letras?, ¿habrá notado, acaso, que las letras son amigas íntimas del propio entendimiento de él? Al parecer su entendimiento y las letras se comunican. Las letras cuentan cosas. Para que su imaginación y las letras conversen, Andrés abre constantemente los libros. Escuela. Dibujo de Eliseo Morales 6 Don Andrés Bello en carta a su hermano Carlos, fechada en Santiago de Chile 30 de diciembre de 1856. 27 La vida es sueño mamá. Dibujo de Eliseo Morales Andrés Bello se lo llevó la revolución ¡La vida es sueño, mamá! Cierto día Andrés ve en una tienda de Caracas unos cuadernos o especie de folletos, los cuales atraen su atención La vida es sueño, se lee en uno de los títulos, en otro No hay burlas con el amor. 7 Luego de adquirirlos, Andrés se presenta singularmente alegre, entusiasmado ante la madre, mostrándole los cuadernillos: ¡La vida es sueño, mamá! Le dice gozoso, mientras le enseña los escritos. La joven madre queda admirada. Emocionada y sonriente lo besa en la frente. Y a los pocos días lo oye recitando los versos de Calderón. Ana Antonia ahora sí que no sale de su asombro. 8 En familia se habla acerca de la inteligencia de Andresito. Fray Ambrosio López, uno de los tíos, se ocupará muy seriamente de que a su sobrino comience a impartirle clases de gramática castellana y de latín el reconocido latinista Fray Cristóbal de Quesada. 9 Para fortuna de Andrés a todo lo anterior se une el lugar tan propicio que le asignan las circunstancias: la Biblioteca del Convento de Nuestra Señora de La Merced. Le basta cruzar la calle, franquear algún par de puertas para sentirse a sus anchas en ese recinto de paredes forradas de vitrinas llenas de libros, cuyos lomos lucen letras color de oro. Lugar donde el silencio mismo es toda una oración 7 Obras del sacerdote y escritor español Calderón de la Barca 8 Versión nuestra basada en la referencia hecha por Arístides Rojas en Infancia y juventud de Bello. Primer Centenario del nacimiento de Bello 9 Lucas Guillermo Castillo Lara cita a Amunátegui en Nuevos Elementos Documentales sobre Fray Cristóbal de Quesada, maestro de Bello. Primer Congreso del Bicentenario. p. 161 29 Carmen Brito Arocha de paz; donde las horas son blandas, suaves, calladas, cual hechas sólo para el susurro, olorosas a incienso. Hay más, Fray Cristóbal de Quesada es el bibliotecario del Convento de La Merced y permite que su pequeño vecino y lector permanezca por largos ratos encariñándose con los libros. ¿Una biblioteca para él sólito? ... Ratoncito... ¿quieres queso?... El maestro y el discípulo se entendieron a las mil maravillas (refiere el biógrafo Amunátegui). Fray Cristóbal notó pronto que no tomaba su trabajo en vano, su alumno, dotado de una inteligencia sobresaliente, y de una aplicación incansable, escuchaba sus explicaciones con atención y las entendía con rapidez. La enseñanza fue muy atractiva (continúa el biógrafo) cuando vino el caso de traducir. El Padre Quesada se iba deteniendo en cada pasaje notable para hacer que Bello se fijase en las calidades del estilo o en la naturaleza de los pensamientos. No limitándose a las simples reglas de la gramática, le enseñaba prácticamente, y sobre el modelo mismo puede decirse, las de la composición, los vicios en que suelen incurrir los escritores, el modo como los han evitado los hombres de talento. No descuidaba nada, ni el lenguaje que analizaba con facilidad, ni las ideas que juzgaba con discernimiento. Hacía sus lecciones simultáneamente extensivas a la gramática y a la literatura, a la letra y al espíritu. 10 10 Amunátegui: “El padre Quesada había adquirido la fama de ser uno de los más consumados latinistas que se conocieran, y de seguro, el primero que hubiera a la fecha en Venezuela. Era, no un gramático adocenado de esos, como había, que sabían las reglas de Nebrija y traducían chapuceramente a Cicerón y a Virgilio, sino todo un letrado de gusto cultivado y exquisito, que comprendía las bellezas de los clásicos y los saboreaba. Grande admirador de esos autores selectos, se deleitaba leyéndolos y experimentaba un entusiasmo fervoroso por producciones de cuyos primores era apreciador muy competente.” 30 Andrés Bello se lo llevó la revolución Don Quijote de La Mancha. De Eliseo Morales Pasado un tiempo muere Fray Cristóbal de Quesada. Para entonces Andrés ha avanzado de tal modo en los estudios que por sí solo traduce el latín. Seguirá cultivando las letras. Y nada de lecturas especiales para niños. A los doce años lee El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, del español Miguel de Cervantes Saavedra. 11 En opinión de eminentes bellistas la lectura del Quijote probablemente despertara en el niño Andrés Bello singular atención por el estudio del idioma castellano y del aprendizaje en general de cualesquiera otras lenguas. 11 Miguel de Cervantes Saavedra (Alcalá de Henares 1547-Madrid 1616) Autor de la obra cumbre de la literatura española: El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, entre su numerosa producción literaria que contempla todos los géneros: novelista, poeta, dramaturgo, etc. La primera parte del Qujote se publicó en 1605 y la segunda y parte final, en 1615. 31 Carmen Brito Arocha Latinidad Superior A los quince años de edad Andrés Bello comienza estudios de latinidad superior en el Seminario Santa Rosa de Lima. Su educación quedará ahora bajo la dirección del notable Presbítero José Antonio Montenegro. El primer día de clase deja en el nuevo alumno una anécdota que lo hará recordar para toda la vida a sus compañeros de cuarto año de latín. Resulta que en el aula los compañeros de Andrés se dirigen al profesor encargado de dictar la clase. A la chita callando, los muchachos piden al profesor que someta a prueba las aptitudes del recién llegado, poniéndolo a traducir del latín al castellano determinada lectura. La dicha lectura al parecer los puso a ellos, en su momento, a rogarles a todos los santos a que los ayudasen en la traducción. Así se hizo. El grupo está en conocimiento de las excelencias del nuevo, es decir Andrés, vale decir de su fama de estudioso. “Mas, ríen por lo bajo, pensando en la cara que pondrá cuando se dé por vencido. Bien lejos de eso, el nuevo empieza a traducir tal cual si estuviera leyendo en el idioma de su mamá, es decir el castellano… 12 Al final… viejos y nuevo... ¡encantados!” Andrés le ha tomado gusto al hecho de poder expresarse en dos lenguas. ¿Podría, asimismo, aprender el francés? Le atrae la posibilidad. Don Luis Ustáriz, hermano de José Ignacio, condiscípulo de Andrés, le regala una gramática animándolo en la nueva disposición. 13 De igual manera Andrés se va a interesar en 12 Versión nuestra sobre anécdota recogida por Amunátegui de labios de su maestro Bello. 13 Sambrano Urdaneta, Oscar. (1995). Cronología de Andrés Bello 1781 – 1865, p 9: Amunátegui: Entre los discípulos con quienes Bello trabó amistad en el Colegio de Santa Rosa, había uno llamado José Ignacio Ustáriz, que pertenecía a una de las familias de Caracas más conspicuas por el linaje y por el caudal. Don Luis y don Javier Ustáriz, hermanos mayores de don José Ignacio, en especial el primero, tenían el cetro literario del país, ambos eran poetas, grandes favorecedores de los devotos de las musas. 32 Andrés Bello se lo llevó la revolución el dominio del inglés. Su dedicación por dominar a fondo las diversas asignaturas lo convierte en un alumno aventajado y de disciplina poco usual. En el Seminario Santa Rosa de Lima se hace acreedor a un premio por una composición y por una traducción del latín al castellano. El público presente le tributa gran ovación. A un año de haber iniciado estudios superiores de latín sorprende hallar a Andrés impartiendo clases particulares a jóvenes de su edad; entre estos adolescentes se encuentra Simón Bolívar Palacios, quien desea mejorar sus conocimientos en geografía y en bellas artes. Aquí, en el aula de la Academia de Matemáticas 14, en la propia casa de este niño rico, Simón Bolívar, ocupa cada cual su puesto 15. Pese a ser tan jóvenes no llega a establecerse entre ambos ese grado de confianza traducido en confidencias pueriles, muchachadas. Al alumno Simón, a los quince años, le infunde demasiado respeto el maestro Andrés, (de diecisiete) 16. 14 Academia de Matemáticas establecida en 1798 por Fray Francisco Andújar en la casa de los Bolívar Palacios 15 El maestro Andrés y el alumno Simón, cada cual en su puesto. Jamás podrían imaginar el puesto que a cada uno le reservaba la historia: “El mayor hombre de armas y el mayor hombre de letras de la América española, Simón Bolívar y Andrés Bello” (reflexión del notable polígrafo español Marcelino Menéndez y Pelayo) 16 Refiere Amunátegui: “Bolívar, dotado de talento extraordinario pero de muy escasa educación, aprendió bajo la dirección de Bello muy pocos conocimientos geográficos”. Agrega: Uno de los muy raros que dio a Bello por honorario algo más que buenas palabras fue Bolívar, quien le obsequió un traje completo, esto es un pantalón y una casaca de paño” Pérez Vila, Bolívar y Bello, sus relaciones hasta el fin de la Misión en Londres. En: Fundación La Casa de Bello; Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés Bello. (1980 - 1981) Bello y Londres: Segundo congreso del bicentenario. Caracas Ediciones de la Fundación La Casa de Bello. p. 448. 33 Carmen Brito Arocha Pronto tomarán rumbos diferentes. Simón, una vez egresado de la Academia de Milicias de los Blancos de Aragua, viajará a Madrid, a continuar estudios. Andrés seguirá estudios en la Real y Pontificia Universidad de Caracas, en donde se imparte a los estudiantes de bachillerato filosofía, geometría, álgebra, física experimental, teología y otras importantes materias. ¡Juventud! Edad encantadora17 ¡Juventud! De Eliseo Morales Esa edad encantadora como la evoca Andrés Bello la vivirá en su ciudad natal, Caracas. Inolvidable ciudad “dó la primera luz abrió los ojos”, y que bien merece su nota aniversario en este 1800. El 25 de julio, día del Apóstol Santiago, Patrono de España, en el año 1567, el español don Diego de Losada de Quiroga fundó la ciudad de Caracas, a mil metros sobre el nivel del mar. Ya había librado muchos enfrentamientos con los nativos del lugar, los indios Teques, que tenían como cacique de su tribu al valeroso indio Guaicaipuro. Luego de un año de confrontaciones, Guaicaipuro organizaba unir a distintas tribus para enfrentar al enemigo una vez más, cuando le tendieron una emboscada, rindiendo así su vida, en defensa de su territorio. Los nativos llamaban al valle Taramaina, en donde abundaba por todos los caminos y parajes la yerba “pira” o “caracas”. Los indígenas acabaron dando a su comunidad el 17 34 Bello, Andrés. en el poema “El proscrito”, escrito en Chile. Andrés Bello se lo llevó la revolución nombre Caracas18. Y con esta denominación pasaría a ser conocida la ciudad que en principio se denominara Santiago de León. Al norte alzábase el imponente cerro Wuaraira Repano, de unos 2.664 metros de altura, que haría además de formidable lindero, separando a Caracas de lo que más tarde sería la ciudad litoral La Guaira, fundada por Diego de Osorio en 1587. Por costumbre el cerro pasaría a ser llamado Cerro de Ávila, en alusión a Gabriel de Ávila, Alférez Mayor de Campo, quien hiciera extensos sembradíos en la serranía. Acompañó a don Diego de Losada en su expedición a América. La ciudad de Caracas seria surcada por cuatro ríos, no caudalosos: Caroata, Catuche, Guaire y Anauco. Al crearse la Capitanía General de las Provincias Unidas de Venezuela, en 1777, Caracas se convertiría ese mismo año en Capital de la Capitanía General, por Real Cédula del Rey Carlos III. Año 1800 El joven Andrés Bello ama la naturaleza. De ahí que no dude en sumarse a la excursión al Ávila o Silla de Caracas para la cual invitan nada menos que los exploradores Alejandro de Humboldt y Aimé Bonpland; geógrafo y naturalista alemán el primero, médico y naturalista francés el segundo. Ambos de visita en Caracas, una de las tantas escalas de sus viajes por el mundo, 18 2 de enero de 1800: El cerro el Ávila y sus célebres excursionistas “El aura respirad de la montaña” De Eliseo Morales Caracas sería la capital de Venezuela a partir de 1830. 35 Carmen Brito Arocha tomando apuntes sobre la flora, la fauna, los ríos y cuanto estimen de rigor a sus intereses científicos que arrojarán obra extraordinaria: Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente. A los dieciocho años es natural que Andrés Bello experimente sus vivencias como cosas novedosas y vibre de inquietudes, además, frente a cuanto gire en torno de un universo de conocimientos. En el explorador alemán de treinta y un años no sería extraño que admirase una especie de enciclopedia humana, interesándole muy especialmente su compañía. De su parte Humboldt llegaría a tomar muy en cuenta la preparación del joven caraqueño. Lamentablemente en esta mañana de excursión del dos de enero no logra el joven Bello coronar la cima del monumental cerro de Caracas. A mitad de camino se sintió fatigado y hubo de volver sobre sus pasos. A pesar de ello debió disfrutar cuando menos de ráfagas heladas y del fresco olor de la montaña. “El aura respirad de la montaña” 19, escribiría más tarde. Cerro Ávila..Croquis de Alexander Von Humboldt. 20 Nadie antes había ascendido al Ávila. Por eso, hoy la ascensión constituyó todo un acontecimiento en Caracas. Una fiesta animada por los cohetes lanzados desde la cumbre por el propio Humboldt... 19 Bello, Andrés. (1826).Silva: “La agricultura de la zona tórrida”. Biblioteca Americana. Londres. 20 Croquis del cerro Ávila de Alejandro de Humboldt. De la colección privada de Guillermo Zuloaga. Tomado de Retrato hablado de Venezuela. Cuadernos Lagoven Tomo I. 36 Andrés Bello se lo llevó la revolución El joven explorador alemán aspiraba medir la altura del cerro.21 Y lo hizo. Estudió, además, tanto la vegetación como el terreno. El Ávila, sin embargo, no calificó entre las cimas más altas del mundo. Los exploradores descenderían el cerro gratamente impresionados por la bondad del paisaje y del clima. ...¡Temperamento tan del cielo, que sin competencia es el mejor de cuantos tiene América, pues además de ser muy saludable, parece que lo escogió la primavera para su habitación continua, pues que en igual templanza todo el año, ni el frío molesta , ni el calor enfada , ni los bochornos del estío fatigan, ni los rigores del invierno afligen! ... Décadas atrás de ese modo escribió sobre el clima de Caracas José de Oviedo y Baños22 . (Algunas citas sobre el tema) Galanteada gente de Caracas por notables visitantes Ornato de Caracas son sus mujeres, encantadoras, suaves, sencillas, seductoras. —Francisco Depons. 21 Uslar Pietri, A. (1964) Valores humanos. Biografías y evocaciones. Caracas – Madrid. Edime. p. 156 22 Oviedo y Baños, José. Historia de la Conquista y Población de la Provincia de Venezuela. 37 Carmen Brito Arocha Notables por la belleza de sus rasgos, por la riqueza de sus trajes, por la elegancia de sus modales por sus talentos para la danza y la música. Conde de Segur. No ofrece la sociedad placeres muy vivos y variados, pero se experimenta en el seno de las familias ese sentimiento de bienestar que inspira una jovialidad franca y la cordialidad unida a la cortesía de los modales (...) una decidida predilección por la música. Humboldt. El año 1800 ha traído especiales alegrías al joven Andrés Bello. Aparte de haberse visto en la grata compañía de los exploradores Humboldt y Bonpland, se prepara para recibir a mitad de año su título de bachiller en Artes. En la Real y Pontificia Universidad de Caracas, fundada en el año 1721 por el Rey de España Felipe V, el señor Rector, doctor Joseph Vicente Machillanda le hace entrega del preciado título el día 14 de junio. El nuevo bachiller en Artes es aplaudido doblemente por haber resultado ganador del primer premio de la clase experimental de Física . Aún no ha cumplido los diecinueve años de edad.23 23 El documento sobre los premios consigna lo siguiente: A los premios que ofreció y entregó el señor Rector Juan Vicente Echeverría, Examinador Sinodal y Cura Rector de la Catedral para los estudiantes de la misma clase de Elocuencia que mejor tradujesen un autor latino de propiedad y elegancia algún fragmento castellano, se presentaron don José María Lanz, don Andrés Bello, don José Félix Blanco y don Valentín Silvestre Guereta, don José Cebados y don Francisco Rodríguez, y examinados por el señor doctor don Gabriel José Lindo, maestro José María Terreros, maestro Juan de Dios Echarri y el bachiller don Mariano Talavera, fueron aprobados y se asignó el primer premio de diez fuertes a don Andrés Bello y el segundo de seis, por suerte a don José María Lanz, don José Félix Blanco, don Francisco Rodríguez y don José Zeballos y don Valentín Garmendia. Tomado de: Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés Bello. (1979). Bello y Caracas: Primer congreso del bicentenario. Caracas Ediciones de la Fundación La Casa de Bello p. 170. 38 Andrés Bello se lo llevó la revolución Grado de bachiller en Artes 24 Caracas y Junio 11 de 1800 Mediante que no hay impedimento y que este pretendiente se haya examinado y aprobado, comparezca a recibir el grado y tomar posesión de él. Proveyólo el señor Rector y lo firmó, De que certifico. Dr. Machillanda D. Agustín Arnal Secretario En el mismo día, mes y año lo dice a la parte y también a los Bedeles, D. Arnal Secretario En la ciudad de Caracas a catorce de Junio de mil y ochocientos el señor Rector Doctor D. Joseph Machillanda graduó de Bachiller en Artes a d. Andrés Bello colocándolo en el primer lugar de los del concurso. Y habiéndolo puesto en posesión no hubo quien se la contradixese de lo que fueron testigos los mismos examinadores entre otras gentes y de ello certifico. D. Agustín Arnal Secretario. 24 Fundación Casa de Bello. (1978). El grado de bachiller en Artes de Andrés Bello. Caracas. 39 Carmen Brito Arocha Autodidaxia noble campo abierto a las carreras Andrés Bello intenta seguir estudios de Derecho. Más tarde se decide por la carrera de Medicina. No obstante acabará pasando el tiempo fuera del ámbito universitario debido a carencias económicas, se ha comentado sin mayor precisión. Arístides Rojas, por su parte, ha especificado razones 25. Sin embargo, lo importante es que el joven Andrés no abandona la lectura. No aparta sus libros. No desestima ningún material de consulta a su alcance. ¡No hace a un lado la excelsa compañía de la poesía! Su fama de joven culto, físico agraciado, y correcto proceder crece sola y por su cuenta, como crece la hierbita en las junturas de las calles empedradas de esta Caracas de los techos rojos26 … casas de altas ventanas, de zaguanes amplios, abiertos al buen trato. ¡Adelante! Los Bolívar, los Ustáriz, los Tovar, y las demás familias amantes de amenas reuniones en sus casas, invitan. Celebran, tocan el piano, recitan. A veces. sssiii chtiii sssst… se habla de política. El joven Bello en calidad de invitado hace gala de su presencia… ¡de poeta! 27 25 Al respecto de por qué no continuó Bello en la universidad dice Rojas: “Incorporado a los estudios de derecho y de medicina que se abrían en la misma universidad había comenzado con entusiasmo, cuando cartas de su padre, que para aquella época era Fiscal de Real Hacienda de Cumaná, le hicieron desistir del estudio profesional. Fue el caso que su padre le suplicaba que aceptara cualquier carrera antes que abogado, lo que despertó en Bello el deseo de buscar su vida con su trabajo, y bastarse en el desempeño de sus deberes” 26 Caracas, la ciudad de los techos rojos, imagen heredada de la fijación poética del bardo caraqueño Juan Antonio Pérez Bonalde (1846 - 1892), unida eternamente a la memoria de la Caracas colonial. 27 Pedro Grases: “El lugar generalmente propicio para que su nombre y sus escritos fuesen conocidos en la sociedad caraqueña, habrá sido la famosa tertulia de los Ustáriz, adonde concurría Bello, introducido seguramente por su condiscípulo José Ignacio. 40 Andrés Bello se lo llevó la revolución Catuche y saman Usualmente el joven Andrés Bello sale de casa por las tardes echando a andar sin ninguna prisa por calles aledañas. Paseandito, paseandito se va acercando a la ribera del río. (…) Del puro Catuche al margen, propicios los cielos quieran que, más felices, no escuches tristes lamentos de guerra; antes, de alegres zagales las canciones placenteras, y cuanto más sus suspiros y sus celosas querellas. 28 De ahí a un paso está el samán de La Trinidad. Frondoso tapasol amigo que hace también de bienhechor paraguas en días lluviosos. Tan igual que al río Catuche el joven Bello sabe halagar mediante su poesía al frondoso amigo. 28 Publicada en Rojas Hermanos. 1881. De ahí derivan las demás ediciones. En O. C. III, p. 28-29. La fecha de composición es insegura. Miguel Antonio Caro, siguiendo a Arístides Rojas, la sitúa en los primeros años del siglo. Se da también la fecha entre 1806 y 1808. 41 Carmen Brito Arocha (…) Dicen que el dulce Dalmiro, Dalmiro aquel que las selvas y de estos campos los hijos no sin lágrimas recuerdan compró de un agreste joven tu amenazada existencia; en este alcor, estos valles, viva su memoria eterna.29 ¡Estudiantes! ¡Amigos! ¡Amigos! “Época dichosa de nuestra juventud” 30. “La edad más feliz de la vida” 31. “La época más feliz de mi vida” 32. 29 Al comentar esta poesía dice Arístides Rojas (Rojas Hermanos, 1881, p. 75): El samán a que se refiere este romance es el mismo que existe en el barranco del río Catuche, al este del puente de la Trinidad, en Caracas, lugar predilecto de los paseos vespertinos de Bello en los primeros años del siglo. El padre de este árbol, de que habla el poeta, es el coloso vegetal llamado Samán de Güere, que aún se conserva en los valles de Aragua, cerca de la laguna de Valencia, y del cual habla Bello en sus fragmentos del poema América. 30 Andrés Bello en carta a su hermano Carlos, fechada en Chile: 30 de Diciembre de 1856. 31 Carta a Pedro Gual, 14 de Agosto de 1824. 32 Carta a Antonio Leocadio Guzmán, Septiembre de 1864. 42 Andrés Bello se lo llevó la revolución “Edad encantadora” 33. “La época más feliz de nuestra vida” 34 Acá, a la sombra del samán se reúnen Andrés y sus amigos Agustin Loinaz, Ignacio Ustariz, José Luis Ramos y otros muchos jóvenes estudiosos, románticos, artistas. Comparten sus sueños, sus esperanzas en medio de este paraje fresco. Horas, momentos, inolvidables días. Brillante juventud, prometedora juventud ¡colmada de sueños! “Extiende, samán, tus ramas sin temor al hado fiero” El samán, a su sombra, ¡acaso se inspirarían cuántas fantasías! Por la textura de la puerilidad, por el pícaro y pudorosísimo humor el presente dialogo de Andrés Bello, luce envuelto en juvenil pañuelo celosamente guardado. ¡Amigos!. De Eliseo Morales Tirsi: Quisiera amarte, pero... Clori: ¿Pero qué? 33 Del poema “El proscrito” escrito en Chile. 34 Carta a Agustín Loynaz. 13 de Octubre de 1826. 43 Carmen Brito Arocha Tirsi: Clori: Tirsi: Clori: Tirsi: Clori: Tirsi: ¿Quieres que te lo diga? ¿Por qué no? ¿Y si te enojas? No me enojaré Pues bien, te lo diré Acaba, dímelo Quisiera amarte, Clori, pero sé... Clori: ¿Qué sabes, Tirsi? Tirsi: Que a otro enamorado, el domingo pasado juraste eterna fe. Clori: No importa, a ti también la juraré.35 Mis deseos ¿Sabes, rubia, qué gracia solicito cuando de ofrendas cubro los altares? No ricos muebles, no soberbios lares, ni una mesa que adule el apetito. 35 Ugarte Chamorro, Guillermo: “Los personajes del Diálogo ya habían aparecido en uno de los más apreciables poemas que, en sus años juveniles, Bello compuso en Caracas. La Égloga que, mirando a Virgilio cantó los amules pastoriles de, justamente, Tirsis y Clori y cuyos primeros versos decían: ‘Tirsis habitador de/ Tajo umbrío/ con el más vivo fuego amaba/ a Clori, que, con rústico desvío/ las tiernas ansias del pastor pagaba’. Tomado de: Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés Bello. (1981). Bello y Chile: Tercer congreso del bicentenario Caracas Ediciones de la Fundación La Casa de Bello. pp. 455-456. (Diálogo, considerado diálogo teatral, lo presentó Miguel Luis Amunátegui, por primera vez en la Revista del Pacífico. ( 1860). Chile) 44 Andrés Bello se lo llevó la revolución De Aragua a las orillas un distrito que me tribute fáciles manjares, do vecino a mis rústicos hogares entre peñascos corra un arroyito. Para acogerme en el calor estivo, que tenga una arboleda también quiero, do crezca junto al sauce el coco altivo. ¡Felice yo si en este albergue muero; y al exhalar mi aliento fugitivo, sello en tus labios el adiós postrero! 36 …A veces el joven poeta prefiere estar a solas consigo mismo. ¿Qué estará escribiendo ahora? ¿Escribirá sobre sus amores de estudiante? ¿Estará escribiendo ahorita sus deseos...? 36 Bello, Andrés. (1981). Obras completas, poesías, vol. I, Caracas, La Casa de Bello, p. 7. En su juventud caraqueña, Bello escribió un soneto titulado “Mis deseos”, donde le habla a una amada. El poema data posiblemente de los últimos años del siglo xviii o los primeros años del siglo xix, y fue publicado en España, entre 1820 y 1823, con el pseudónimo de Th. J. Farmer. 45 Carmen Brito Arocha Aquélla, la primera mujer que la memoria siempre retiene A.B. Amor de primavera. Cupido tenaz en unir las almas, acercó la del joven caraqueño a la de la bella cumanesa. Era ésta esbelta, de faz y cuerpo helénicos y por ello la galantería social le puso el nombre de La Griega. En la pila bautismal su nombre fue María Josefa Sucre. Y en los entroncamientos ilustres de la familia fue hermana de Antonio José de Sucre. Antonio Álamo.37 El amor prendió en su pecho de adolescente. La llama eterna del primer afecto. Y en su vida luminosa y prolongada el recuerdo de la gentil poetisa María Josefa Sucre, perduró como algo muy dulce y delicado. Alberto Sanabria.38 37 Álamo, Antonio. (1952). María, Ana, Isabel y Andrés. Primer libro de la Semana de Bello en Caracas. Caracas. Ediciones del Ministerio de Educación. pp. 283, 264. 38 Sanabria, Alberto. Recuerdo de don Andrés Bello. p. 281. (…) “La bella joven hermana del inmaculado Mariscal, cuando regresaba a la patria en unión de su hermana Aguasanta y varios sobrinos pereció en un naufragio. 46 Andrés Bello se lo llevó la revolución La niña era un dechado de gracia y perfecciones, entre las cuales a la hermosura se añadía el talento. Estuvo profundamente enamorado de la hermana del Mariscal Sucre. Amunátegui.39 Una “miniatura que representa a María Josefa Sucre”. De acuerdo a la referencia sobre el retrato o miniatura que se conservaba en casa de Agustín Loynaz, idealizamos nuestra versión de aquella niña de grandes ojos negros, que sería interpretada a la vez por la propia inspiración del dibujante venezolano Eliseo Morales. 39 Planchart, Enrique. (1884 - 1953) Bello, Arístides Rojas y la familia Loynaz. En: Grases, Pedro. Antología del Bellismo en Venezuela. p. 281: Miguel Luis Amunátegui recordó que una noche de baile en casa de don Andrés Bello, éste le refirió emocionado la novela de su primer amor. Fue en Cumaná, una niña de grandes ojos negros, de espíritu vivaz e inquieto, hábil en toda clase de labores y aficionada a componer versos, quien despertó aquel sentimiento; se llamaba María Josefa y era hermana del que luego fue Gran Mariscal de Ayacucho. –Estuve profundamente enamorado– decía el maestro”. (…)” Allá. en la pequeña casa de Curamichate, debajo del retrato del coronel Loynaz, el primer amigo de Bello, está la miniatura que representa a María Josefa Sucre, su primer amor. Ana Josefa Sucre. De Eliseo Morales 47 En el año 1789 don Bartolomé Bello recibió el nombramiento de Fiscal de la Real Hacienda del Tabaco. A partir de entonces se trasladó a la ciudad de Cumaná, donde ejercería sus funciones. La ocasión se prestó para que la familia Bello López estrechase relaciones con numerosas familias de la población oriental. Andrés Bello comienza a trabajar A los veintiún años de edad, noviembre de 1802. Ha pasado a ser Andrés un oficinista. No obstante, en su nueva condición de hombre de trabajo estará siempre presente su disciplina de estudiante impenitente. Acucioso. Constante. Cualquier actividad le servirá de ejercicio; cualquier tarea le parecerá buena como lección; cualquier error le servirá de plana para enmendar. Respetuoso de sí mismo; respetuoso de sus deberes; respetuoso de sus obligaciones públicas empieza a darse de lleno con la vida. Andrés Bello hacia el trabajo. De Eliseo Morales 48 Andrés Bello se lo llevó la revolución A trabajar Don Pedro González Ortega, Oficial Mayor de la Capitanía General de Venezuela, dirigió el día 5 de noviembre (1802) al Capitán General, don Manuel de Guevara Vasconcelos, una carta acerca del joven Andrés Bello, aspirante al recién creado cargo de Oficial Segundo en las oficinas de la Capitanía, carta en donde hacía resaltar el talento y la preparación del caraqueño. Para la plaza de Oficial Segundo propongo, en primer lugar, a Don Andrés Bello, que ha seguido la carrera de estudios en la Universidad y se ha dedicado por su particular aplicación al de la bella literatura con tan ventajoso éxito que la opinión pública y la de los inteligentes le recomiendan como sujeto que tiene las cualidades necesarias para ser útil al Real servicio en esta carrera, aun en cualquiera otra que se le destinara. Don Andrés Bello ha hecho progresos tan ventajosos en las materias a que se ha aplicado que me permitirá V.S. me lisonjee del acierto de su elección si se sirviere aceptar mi propuesta. He visto varias obras de su aplicación ya traducidas de autores clásicos, y ya originalmente suyas, aunque de menos consideración, en que se reconoce un talento nada común, unas ideas que reúnen a su extensión la circunstancia de un discernimiento ventajoso.40 El nombramiento se hizo efectivo. Así es cómo se inicia en su carrera de funcionario público don Andrés Bello, Oficial Segundo de la Capitanía General 40 Morón, Guillermo. La generación de Bello. Esquema para una investigación Bello y Caracas. Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés Bello. (1979). Bello y Caracas: Primer congreso del bicentenario. Caracas Ediciones de la Fundación La Casa de Bello. p. 103. 49 Carmen Brito Arocha de Venezuela. La evaluación del joven Bello hecha por don Pedro González Ortega llama la atención, habida cuenta de la responsabilidad asumida, en su condición de Oficial Mayor, ante el Capitán General al hacer tan cabal presentación de un futuro empleado que, supuestamente, habría de gozar de mucha confianza. Se desempeña Andrés Bello en las funciones de la Capitanía General cuando llega a Venezuela la expedición de Francisco Javier Balmis, portadora de la vacuna contra la viruela. Es 20 de marzo de 1804. Descubrió la vacuna el médico británico Edwards Jenner en 1796. El Rey de España Carlos IV, a través de la expedición Balmis, envía a las posesiones del reino en América el llamado “fluido benefactor”.41 Dias, noches y madrugadas de fiesta por la llegada de la vacuna El contagio de la viruela es amenaza de muerte, por tanto, la vacuna salvadora desencadena un verdadero Día de Gracia con su noche y su madrugada, ¡días, noches y madrugadas! Se arrojan al viento mil multiplicadas gracias de parte de los habitantes de las distintas regiones. De sol a sol se celebra la llegada de la vacuna salvadora. Conforme al acontecimiento en beneficio de la salud pública, el poeta Andrés Bello participa en diversas actividades o programaciones emanadas de la Capitanía General. Escribe Oda a la vacuna, con dedicatoria a Manuel Guevara y Vasconcelos, Gobernador y Capitán General de la provincia de Venezuela. 41 50 El 20 de marzo de 1804 llegó a Venezuela la vacuna contra la viruela. Andrés Bello se lo llevó la revolución Bello escribe acerca de la viruela: (Segmentos) De horrores y miserias, este contagio impío que tus hijos devora, esas viruelas cuyo agudo filo por todas partes lleva el luto, el exterminio y en soledades vastas deja tus territorios convertidos.42 43 Viéronse de repente señalados de hedionda lepra los humanos cuerpos, y las ciudades todas y los campos de deformes cadáveres cubiertos. No; la muerte a sus víctimas infaustas jamás grabó tan horroroso sello; jamás tan degradados de su noble belleza primitiva, descendieron al oscuro recinto del sepulcro. 42 Bello, Andrés. Venezuela consolada. 43 Poema original encontrado en 1880 entre los papeles de Juan Vicente González que poseía Antonio Leocadio Guzmán. Se publicó por primera vez en las Poesías de Andrés Bello, preparadas por Miguel Antonio Caro, Madrid, 1882. El motivo central del drama, la vacuna contra las viruelas, induce a pensar que es poco posterior a 1804. 51 Humanidad, tus venerables restos, la tierra las entrañas parecía con repugnancia abrir para esconderlos.44 Aquí espira el anciano sin el pequeño alivio de que cierre siquiera sus fallecientes párpados el hijo. Allí noto que arrojan al hoyo confundidos en espantosa mezcla con cadáveres yertos cuerpos vivos.45 Se nombra la Junta Central de Vacuna en Caracas. Su misión será la de desarrollar un plan de vacunación que abarque todo el territorio, de donde pueda resultar favorecida completamente la población. El Capitán General Manuel de Guevara Vasconcelos pone empeño en que se cumpla a satisfacción el programa.46 A mediados de ese mismo año, 1804, muere en la ciudad de Cumaná don Bartolomé Bello el 25 de julio. Permaneció largos años en la población oriental 44 Bello, Andrés. “A la vacuna”. Poema en acción de gracias al rey de las Españas por la propagación de la vacuna en sus dominios, dedicado al señor Don Manuel de Guevara Vasconcelos, presidente gobernador y capitán general de las provincias de Venezuela. 45 Bello, Andrés. Venezuela consolada. 46 La Casa de Bello, (1979). Dos textos de Andrés Bello en la Junta Central de Vacuna. Caracas 1807 - 1808. (Por decreto del 13 de noviembre de 1807, el Capitán General don Juan de Casas designó a Andrés Bello Secretario Interino de la Junta. A partir de entonces aparecen actas de reuniones de la organización hasta el 9 de abril de 1808 firmadas por el Secretario Andrés Bello) pp. 7,8 y 9 52 Andrés Bello se lo llevó la revolución ejerciendo el cargo de Fiscal de la Real Hacienda del Tabaco. Se cuenta que en su condición de músico nunca descuidó el ejercicio en este sentido. Reconocido compositor de música sacra, la Misa del Fiscal llegó a ser famosa entre la feligresía cumanesa, que de este modo se fijó en la memoria de los fieles una de las obras de don Bartolomé Bello. La viuda doña Ana Antonia López posteriormente se vería en la necesidad de solicitar una ayuda de las autoridades españolas dada la situación de pobreza en que quedaron ella y su numerosa familia. Expediente en que doña Ana López madre de don Andrés Bello, solicita una pensión por vía de limosna por la muerte de su esposo. Año 1804. 47 Dirijo a V.E. informada la adjunta instancia en que Da. López expone a S.M. los buenos servicios su difunto marido el Fiscal de Real Hacienda de esta ciudad don Bartolomé Bello el corto sueldo que obtuvo mientras vivió. La deplorable situación en que ha quedado por su muerte y el crecido número de sus hijos pidiendo A S.M. se digne concederla una pensión por vía de limosna, para que V.E humillándola a los pies del Trono, se sirva inclinar la piedad del Rey a la gracia que sufre esta pobre viuda muy acreedora por sus virtudes e indigencias a la Soberana consideración y protección de V E. Dios Guarde a V.E. muchos años. Cumaná septiembre 17 de 1804 Exmo. Sr. Juan Manuel de Cajigal , rubricado , Exmo. Sr Dr. José Antonio Caballero 47 Archivo general de Indias, Sevilla, Audiencia de Caracas. Legajo 95. Este documento fue localizado por el Dr. Ildelfonso Leal. Tomado de Bello y Caracas. Primer congreso del Bicentenario, p. 42) 53 Carmen Brito Arocha Transcurridos dos años de la desaparición de don Bartolomé Bello, la familia hace planes para dedicarse a la agricultura. Unos más, unos menos trabajarían la tierra. Mediando este propósito presentan una solicitud ante las dependencias debidas a objeto de que se les conceda una parcela para sembrarla de café. En representación de su señora madre, de sus hermanos y en su propio nombre Andrés Bello dirige la solicitud de tierra en agosto de 1806. Se concede a la familia quince fanegadas de tierra para una pequeña siembra. En el sitio del Helechal a los dieciséis días del mes de diciembre de mil ochocientos seis, en presencia de mí el Comisionado del Cabildo de estos Naturales, de los infrascritos testigos y de otras varias personas, el agrimensor don Manuel Tirado expuso que las quince fanegadas de tierra pedidas por don Andrés Bello se comenzaron a medir en el lindero del poniente de la posesión de don Joseph Francisco Paúl, al lado derecho del camino Real que va para Santa Lucía, donde se fijó el primer punto. Más adelante se expresa: …habiendo introducido por la mano yo el Comisionado al dicho don Andrés Bello en la enunciada posesión de tierras, en la que arrancó hierbas, cortó ramos, esparció tierra en señal de haber aprehendido jurídicamente la tenencia y posesión del terreno sin contradicciones de don Joseph Paúl y de los Naturales que para este efecto fueron citados previamente; lo que pongo por diligencia firmó conmigo y mis acompañados. 48 48 54 Pinto C. Manuel_______________________________________________ Andrés Bello arrancó hierbas, cortó ramos, esparció tierra. De Eliseo Morales Andrés Bello comisario de guerra: De Eliseo Morales Andrés Bello se lo llevó la revolución ¿¡Un criollo, comisario de guerra!? El nombramiento causó conmoción en Caracas (1807) Los funcionarios públicos en la provincia se desenvolvían bajo cierto orden jerárquico ante las autoridades españolas. Ser comisario de guerra en lo civil equivalía al grado de teniente coronel en las milicias, pero únicamente en calidad de mención honorífica. Es el caso de Andrés Bello. La distinción sorprendió por no ser costumbre concedérsele a un natural de la Provincia o de los llamados “criollos”. El hecho era algo nunca visto en la administración pública en 1807.49 Bolívar, allá y aquí junto a sus antiguos maestros 1807.- Regresa Simón Bolívar de su viaje por Europa, adonde marchó sumido en la desesperación tras la inesperada muerte de su esposa doña María Teresa Rodríguez del Toro y Alaiza, acaecida en Caracas a tan sólo ocho meses de haberse celebrado la boda. Hombreado, desenvuelto se muestra el caraqueño en la plenitud de sus veinticinco años a cumplirlos pronto. Le vendrán muy bien mil y una noches de tertulias, de reuniones en medio de salones, de corredores ¡y hasta de patios familiares, a la luz de la luna! Cuanto ha pensado durante su larga ausencia no dejará de convertirlo en tema de interés, ¡y de cuánto ha visto, ni se diga! Que vio a Napoleón Bonaparte aclamado por multitudes no dejará de contarlo. Y por supuesto, bajo la influencia de tales evocaciones tampoco dejará de 49 Grases, P. Andrés Bello, humanista caraqueño. Cuadernos Lagoven. Segunda edición. 57 Carmen Brito Arocha recordar y de mencionar el encuentro en Europa con su maestro de la infancia don Simón Rodríguez, junto a quién contempló la ciudad de Roma desde unas ruinas en las colinas de Monte Sacro, jurando ante la venerable presencia del maestro dedicarse en cuerpo y alma a luchar por una patria libre. El otro antiguo maestro, el de la adolescencia, don Andrés Bello, como quiera que suele ser contertulio en estas amenas reuniones de los Bolívar, tendrá oportunidad de leer para beneplácito de la concurrencia sus traducciones de la Eneida de Virgilio, y Zulima, de Voltaire. En medio de relevantes cosas anecdóticas, además de futuros inquietantes, ocurre que, por esos alrededores, entre gallos y medianoche parece que anda suelta el ánima en pena de la revolución. Ha dicho Manuel Pérez Vila: “En el estudio de la historia a veces es útil considerar también lo que no sucedió, al lado de lo que ocurrió realmente.” 50 Una cara bien fea Napoleón. Quita y pone reyes Si el nombramiento de Andrés Bello como comisario de guerra causó conmoción en Caracas, ¡qué no causaría los colosales acontecimientos que han tenido lugar en la metrópoli! Manuel Godoy, valido del monarca Carlos IV y quien dirigía la política de España permitió a Napoleón Bonaparte penetrar con sus tropas en Portugal. 50 Pérez Vila, Manuel. Andrés Bello y los comienzos de la imprenta en Caracas. En: Bello y Caracas. Primer Congreso del Bicentenario. 58 Andrés Bello se lo llevó la revolución En Aranjuez se produce un motín, el 19 de marzo de 1808, y por presión del pueblo español el rey Carlos IV se vio forzado a abdicar a favor de su hijo Fernando, Príncipe de Asturias. Napoleón, quien se fingía amigo de España, al frente de su ejército se apodera de la península. La familia real es trasladada a Bayona. Aquí en Francia, Fernando VII es forzado a abdicar, a fin de que a Napoleón le sean traspasados los derechos sobre España y las Indias. Bonaparte hace prisionero en Bayona a Fernando. Y nombra rey de España a su hermano José Bonaparte. José Bonaparte Rey de España. España se alza en armas Las noticias llegan a Caracas: El Capitán General Juan de Casas recibe al enviado de las nuevas autoridades asentadas en la metrópoli, el capitán francés Pablo de Lamanon. En la entrevista estará presente Andrés Bello, como intérprete, dado su conocimiento del idioma francés. Asimismo leerá las graves informaciones en el Times de Londres, periódico enviado desde la isla de Trinidad a la Capitanía General. Tales circunstancias permiten a Bello ser el primer criollo en enterarse ampliamente de los sucesos acaecidos en España. Si bien en ocasiones se han producido en las Provincias Unidas de Venezuela intentonas en contra de la dominación española, incluyendo las expediciones mirandinas, la posibilidad hoy de que la otra cara de la moneda sea la dominación napoleónica, la gente ve en ésta una cara bien fea. Napoleón Bonaparte 59 Carmen Brito Arocha 1808- Recurso informativo Ante la gravedad de la situación surgen posiciones respecto de medidas urgentes a tomar en la Capitanía General. Don Juan de Casas acordó editar un vocero destinado a informar en torno a los sucesos en España, y que a la vez sumase opiniones favorables sobre los derechos de Fernando VII en la recuperación del trono. Tras reuniones urgentes con el intendente Juan Vicente Arce, procede Juan de Casas a encargar a la isla de Trinidad la máquina impresora. El 23 de septiembre arriba al Puerto de La Guaira la fragata norteamericana “Fénix”, portando su preciada carga. A bordo los dueños: Mateo Gallaher y Jaime Lamb, más tres esclavos tipógrafos, que operarían la máquina. En Caracas el invento de Juan Gutemberg.51 El 24 de octubre apareció la Gazeta de Caracas. Andrés Bello, egresado de la Real y Pontificia Universidad de Caracas con el grado de bachiller en Artes; que redacta informes de diversa índole en la Capitanía General; que domina varios idiomas parecería entonces muy natural el hecho de asumir como redactor de la Gazeta de Caracas. Circunstancialmente se dan juntos, el primer periodista y el primer periódico caraqueños. Primicia que correspondería a la historia recoger.52 51 Pérez Vila. Ob. cit. 52 Héctor García Chuecos halló en los Archivos de la Capitanía General un documento del 8 de enero de 1809, carta dirigida por Josef Montenegro al Capitán General Juan de Casas. Federico Álvarez en El periodista Andrés Bello. p. 21., recoge la siguiente información: a pesar de los más vivos esfuerzos –le informaba entonces– no he podido inclinar a varios sujetos de instrucción y literatura que hay en esta ciudad capital a que, aceptando el cargo de redactor de la Gazeta por el tiempo que pueda durar la indisposición de don Andrés Bello llenase los deseos de V.S. en esta parte. El 28 de diciembre de 1938 García Chuecos publicó en el diario El Universal de Caracas, el artículo Recuerdos de Andrés Bello revelando lo relativo a Andrés Bello como primer redactor de la Gazeta de Caracas. 60 Andrés Bello se lo llevó la revolución Entre el 24 de octubre de 1808 y el 15 de abril de 1810 se publicarán cincuenta y nueve números ordinarios y quince extraordinarios, informa Federico Álvarez, en El periodista Andrés Bello. En mayúsculas apareció en la página 2 de la Gazeta de Caracas: “¡PRIMERO MORIR QUE ACEPTAR EL YUGO DE NAPOLEÓN!” Más que una advertencia parecía un grito de guerra. Hombre amante de cuanto signifique conocimientos Andrés Bello se le para enfrente a esa máquina que traga papel y arroja letras de molde. En cierta manera se ponía a tono con la era de la revolución maquinista. Sabe que todo lo bueno que se aprende es útil y que, todo lo útil que se aprende es bueno. Sus escarceos en la Gazeta no serían en justicia dentro del periodismo cosechadores de alabanzas (ni siquiera él mismo los sacaría a relucir), simplemente asoman el simbolismo de los “pinitos”, que, pese a tropezones enseñan a correr. De compleja diversidad el material ofrecido en la Gazeta, proveniente de la metrópoli tanto como de otros lugares y por supuesto información nacional. Muchos de los textos debían traducirse. Anuncios de guerra, cuando no de paz. El tema anti bonapartista, era de rigurosa aparición. De esta suerte la Gazeta de Caracas abordaba lo internacional, sin menoscabo de dedicar espacios a recetas de buena mesa, de fricciones contra la gota, notas sociales, ventas de propiedades, solicitud de esclavos que se daban a la huida, etc. etc. Constreñido dentro de esta línea de trabajo es de considerar la inquietud de Bello por “picar más alto”, tomando en cuenta sus indubitables inclinaciones 61 Carmen Brito Arocha hacia las bellas letras, por ejemplo, y en general hacia todo cuanto significase papel preponderante en derredor de otras vías de su personal interés. Pero no dejaba de “resultarle un ejercicio importante dentro de los acontecimientos”. Ahora, lo cierto es que sería asunto de imaginarse al novel periodista frente a una imprenta a su disposición. Pronto estuvo dedicado a preparar Calendario Manual y Guía Universal de Forasteros para el año 1810 (Calendario de la Capitanía General). Proyecto que no alcanzó el desarrollo deseado. El Calendario llevaría incluido “Resumen de Historia de Venezuela” del mismo Bello. Además de dedicarle tiempo a otra obra suya en preparación: Análisis ideológica de los tiempos de la conjugación castellana.53 A mediados de 1809 comienza Andrés Bello a darle forma a un nuevo proyecto editorial, junto con el políglota de origen italiano Francisco Isnardy. Se trata de El Lucero. La revista aparecería bajo el patrocinio del Real Consulado de Comercio de la Capitanía General. El prospecto anuncia una amplia gama de temas. Por supuesto completamente diferente a La Gazeta de Caracas. Con fecha 28 de noviembre de 1809. El Real Consulado felicitaba a los promotores del proyecto, que: “(...) debía contribuir a la ilustración y utilidad de los habitantes de Venezuela. ¿Alumbrará El Lucero?”. 53 Análisis ideológica de los tiempos de la conjugación castellana, obra de Andrés Bello publicada en Chile en 1841. Bello expresó en la ocasión: “Me he determinado a sacar esta obrita de la oscuridad en que hace más de treinta años la he tenido sepultada”. Tiempo después – en 1893 – el polígrafo español Pelayo, estudioso de la obra de Bello, manifestó: “Análisis ideológica de los tiempos de la conjugación castellana, que, con ser trabajo de sus primeros años, anterior a su viaje a Inglaterra (si bien no publicado y sin duda con grandes enmiendas, hasta 1841) no deja de ser el más y original profundo de sus estudios lingüísticos”. El análisis de Pelayo acentúa la idea acerca de la preparación de Andrés Bello ya a los veintiocho años. 62 Andrés Bello se lo llevó la revolución A finales de 1809 Andrés Bello pasa a ocupar el cargo de Secretario y Oficial Mayor de la Capitanía General, sucediendo en el puesto a don Pedro González Ortega. Primer libro escrito en Venezuela En Resumen De La Historia De Venezuela resalta la frescura con que Bello describe porciones de la campiña venezolana. Destaca, además, en la importante relación el señalamiento sobre una agricultura próspera. De Resumen de la Historia de Venezuela Andrés Bello Apenas se conoció bien el cultivo y la elaboración del añil, se vieron llegar los deliciosos Valles de Aragua a un grado de riqueza y población de que apenas habrá ejemplo entre los pueblos más activos e industriosos. Desde La Victoria hasta Valencia no se descubriría otra perspectiva que la de la felicidad y la abundancia, y el viajero, fatigado de la aspereza de las montañas que separan a este risueño país de la capital, se veía encantado con los placeres de la vida campestre, y acogido en todas partes con la más generosa hospitalidad. Nada hallaba en los Valles de Piragua que no le inclinase a hacer más lenta su marcha por ellos: por todas partes veía alternar la elaboración del añil, con la del azúcar; y a cada paso encontraba un propietario americano o un arrendatario vizcaíno, que se disputaban el honor de ofrecerle todas las comodidades que proporciona la economía rural. A impulsos de tan favorables circunstancias se vieron salir de la nada todas las poblaciones que adornan hoy esta 63 Carmen Brito Arocha privilegiada mansión de la agricultura de Venezuela. La Victoria pasó rápidamente de un mezquino pueblo formado por los indios, los misioneros, y los españoles que se dispersaron en las minas de Los Teques, a la amena consistencia que tiene actualmente: Maracay, que apenas podía aspirar ahora 40 años a la clasificación de aldea, goza hoy todas las apariencias y todas las ventajas de un pueblo agricultor, y sus inmediaciones anuncian muy lejos al viajero el genio activo de sus habitantes. Turmero ha debido también al cultivo del añil y a las plantaciones de Tabaco del Rey los aumentos que le hacen figurar entre las principales poblaciones de la gobernación de Caracas, Guacara, San Mateo, Cagua, Güigüe y otros muchos pueblos aún en la infancia deben su existencia al influjo del genio agrícola protector de los Valles de Aragua; y las orillas del majestuoso Lago de Valencia que señorea esta porción del país de Venezuela, se ven animadas por una agricultura que renovándose todos los años provee en gran parte a la subsistencia de la capital de esta privilegiada nación de la agricultura de Venezuela.54 Revolución sin tiros, 19 de abril de 1810 El rechazo a una dominación napoleónica se ha expandido con fuerza en las provincias americanas. Aparte de venir sintiéndose bastante pesada ya desde hace rato la propia dominación española... El 19 de abril de 1810 tiene lugar en Caracas un movimiento revolucionario que destituye al Capitán General don Vicente Emparan (asumió el cargo a comienzos de 1809). 54 Bello, Andrés. (1978). Resumen de la historia de Venezuela. Caracas. Ediciones Fundación Casa de Bello. 64 Andrés Bello se lo llevó la revolución EXTRAORDINARIO. ESTABLECIMIENTO DE NUEVO GOBIERNO EN ESTA CAPITAL. En la ciudad de Caracas á dies y nueve de Abril de mil ochocientos diez se juntaron en ésta Sala Capitular los Señores que abajo firmarán y son de los que componen éste Muy Ilustre Ayuntamiento con el motivo de la función Eclesiástica del día de hoy Jueves Santo, y principalmente con el de atender a la Salud pública de este Pueblo que se halla en total horfandad, (sic) no sólo por el cautiverio del Señor Don Femando Séptimo, sino también por haberse disuelto la Junta que suplía su ausencia en todo lo tocante a la seguridad y defensa de sus dominios invadidos por el Emperador de los Franceses y demás urgencias de primera necesidad , a consecuencia de la ocupación casi total de los Reynos (sic) y Provincias de España, de donde há resultado la dispercion (sic) de todos o casi todos los que componían la expresada Junta, y por consiguiente el cese de sus funciones. Y aunque según las últimas ó penúltimas noticias deribadas (sic) de Cádiz parece haberse sustituido otra forma de Gobierno con el título de Regencia , sea lo que fuese de la certeza ó incertidumbre de este hecho, y de la nulidad de su formación, puede exerser (sic) ningún mando ni jurisdicción sobre éstos Países por que ni ha sido constituido por el voto de éstos fieles habitantes, quando (sic) han sido ya declarados no colonos sino partes integrantes de la Corona de España, y como tales han sido llamados al ejercicio de la Soberanía interina, y a la forma de la constitución Nacional, ni que pudiese prescindirse de esto, nunca podría hacerse de la impotencia en que ese mismo Gobierno se halla de atender a la seguridad y prosperidad de estos territorios , y de administrarles cumplida justicia en los asuntos y causas propios de Suprema Autoridad.55 55 Acta del 19 de abril. Documentos de la Suprema Junta de Caracas. Ediciones del Concejo Municipal de la ciudad de Caracas, con motivo del 150 aniversario del 19 de abril. Se ha respetado en todas sus formas la redacción del documento. 65 Carmen Brito Arocha 66 19 de abril de 1810. De Juan Lovera. 19 de abril de 1810 – El Capitán General, don Vicente de Emparan, se dirige a la Catedral a cumplir con los oficios religiosos, es Jueves Santo. Francisco Salias lo conmina volver a Cabildo Andrés Bello se lo llevó la revolución Se organiza la Junta Suprema de Caracas Conservadora de los derechos de Fernando VII. A sangre y fuego defender los derechos del Rey. Lo destacó la Gazeta de Caracas: “PRIMERO MORIR QUE ACEPTAR EL YUGO DE NAPOLEÓN”. El primer amigo que después de consumada la revolución visita la casa de Bello es Sata y Bussy, quien vestido de militar se apresuró a ir a la casa de su compañero para informarle de todo lo sucedido. Después llegaron Roscio, los Ayala, Ramos, Ustáriz y demás amigos inequívocos del simpático poeta, porque la casa de éste estuvo siempre frecuentada por los hombres más notables de la colonia.56 Arístides Rojas 1826-1894 56 Grases, Pedro. (1981) Antología del Bellismo en Venezuela. p 69 Cita a Arístides Rojas: “Andrés Bello y los supuestos delatores de la revolución.” 67 Carmen Brito Arocha Simpático poeta, (Andrés Bello) Andrés Bello, imagen inspirada en un retrato realizado en Londres por Lucio Ribas 68 A juicio de Arístides Rojas; reservado, esquivo, tímido; a juicio de otros… La personalidad de Andrés Bello luce enmarcada por una mesurada jovialidad a la que animan modales dignos y el atractivo de una bien cimentada cultura, induciendo ello sin artificios a un singular don de gente. La ordinariez vería en Bello un objeto inasible a sus caprichos. No hay nada que revele en Andrés Bello el amigote de labia envolvente, ni el talentoso presumido, menos todavía al petimetre de facturas caras ni baratas. La manera tan peculiar suya de no abrirse en demasía a la confianza ni excederse en tomar aquella que se le brinda le asignan un aire de superior serenidad, que hasta él mismo ignora y que a los ojos de los demás lo hace aparecer distante. Por mostrarse prudente tanto en las propias convicciones como celoso de la consideración que guarda al comportamiento ajeno infunde respeto y simpatía. Dista de asumir posiciones de rebeldía, de arrebatos. Lejos de ser “señorito mantuano” hijo de algún gran cacao (como suele decirse de los ricos hacendados de la provincia), es sabido que hubo de dejar los estudios para ayudar a su familia y ayudarse a sí propio económicamente. A los dieciocho años mereció de don Luis Ustáriz concepto enaltecedor: “Por lo que respecta a la conducta es la mejor que puede darse, siendo todo público y notorio, pública y voz fama” (2 de mayo de 1800). Han transcurrido los Andrés Bello se lo llevó la revolución años conservándose inviolable la alta estima nacida entre el caballero Ustáriz y el joven don Andrés Bello, siendo coherente con las palabras de Ustáriz la notable presentación que del mismo mozo hiciera don Pedro González Ortega al Capitán General de Guevara Vasconcelos (1802); como vimos en páginas anteriores. “A partir de 1802 no se producirá en Caracas ningún acontecimiento cultural y público en la Capitanía General hasta 1810 en donde no esté visible la mano y la presencia de Bello” (apunta Pedro Grases).57 Andrés Bello pareciera haber dejado las horas cabalgar en surco limpio, en hábitat abonado desde los años primarios. Y demasiado temprano se ha hecho insensible a lo vano. Espiritualmente pareciera hallarse estructurado en modo superior a gente de su misma generación. Mas, no por la visión despejada, equilibrada con que le sea muy suyo palpar lo cotidiano y en igual medida lo trascendente subestima ni sobrestima lo uno ni lo otro. Fría actitud, si se quiere, que responde a muy hondos niveles de apreciación. Veintiocho años y cuatro meses cuenta en edad para los actuales días de 1810. En líneas generales las evidencias hablan de un individuo adaptado al medio en que le ha correspondido desenvolverse de acuerdo a sus necesidades o género de vida; de formación ceñida a los principios y sanas costumbres que pudieran tener asiento durante la época en la ciudad de Caracas. No da muestras de ser un resentido social, mucho menos de persona dispuesta a defender a voz en cuello intereses personales; no posee bienes de fortuna; no es dueño de esclavos; a lo sumo identificado con el entorno cultural de una sociedad dada a los buenos aires de civilización se integra espontáneo a su llamado; no es político y los políticos buscan su compañía; pese a ser reservado; nadie osa llamarlo burócrata engreído, por decir menos; casi ocho años lleva en la administración pública, personaje respetable ya en la gentil ciudad de Caracas; trabajando y 57 Grases, Pedro. (1981). Antología del Bellismo en Venezuela. Caracas. Monte Ávila Editores. 69 Carmen Brito Arocha aprendiendo, porque eso sí es lo suyo, aprender; abriendo y cerrando gavetas, pero, ¡ojo!, concienzudamente; allí dentro se tejen y entretejen unos cuantos hilos nada más y nada menos que del imperio español y su coloniaje en América. Europa y América. De una u otra forma el Oficial Mayor acopia información de este y de estotro lados del Atlántico; sobre la estructura político-social de las provincias, sobre las relaciones comerciales nacionales e internacionales; sobre educación, salud y en general cuanto abarque la organización de la Capitanía General el Oficial Mayor estará en cuenta. ¡Fuera de España las manos del emperador de los franceses! Bello vota por la causa. Pero no vocifera. Porque es persona de muchas lecturas los grandes acontecimientos políticos de los últimos tiempos le permiten avizorar cambios, factibles de producirse en relación al imperio español y sus dominios. La liberación de los esclavos en Haití, por Toussaint Louverture, la guerra de independencia de Estados Unidos, la Revolución Francesa , y sin ir más allá en distancia ni en tiempo vemos cómo en la Provincia de Venezuela se hicieron sentir los movimientos de José Leonardo Chirinos y de Manuel Gual y José María España , aunque de menor resonancia el primero, y a propósito de José María España , cuando ocurrió el cruento desenlace del proceso en su contra, siendo Bello ya adolescente es posible que presenciara el ajusticiamiento de José María España. En la Plaza Mayor de Caracas; gran agitación también causaron las invasiones de Francisco de Miranda en 1806; de otra parte, sabe Bello que la influencia de los llamados “hombres de la ilustración” no se detendrá. Seguirá horadando lo mismo que gota de agua sobre roca en cada pueblo donde el hombre haya oído hablar de los derechos del hombre. Él, por su parte, identificado desde niño con los clásicos: hace tiempo habrá aprendido de Horacio: “¡Qué falta hace gritar, además de afirmar!” Esta posición suya le gana adeptos, contrario a lo que pudiera pensarse. 70 Andrés Bello se lo llevó la revolución Con su soneto A la Batalla de Bailen celebró el triunfo de España contra el enemigo, en 1808. Rompe el león soberbio la cadena, con que atarle pensó la felonía, sacude con noble bizarría sobre el robusto cuello la melena. La espuma del furor sus labios llena a los rugidos que indignado envía el tigre también en la caverna umbría y todo el bosque atónito resuena El león despertó, ¡temblad, traidores! Lo que vejez creísteis fue descanso; Las juveniles fuerzas guarda enteras. Perseguid alevosos cazadores, a la tímida liebre, al ciervo manso. ¡No insultéis al monarca de las fieras! Ruge, altivo, el cachorro. No se ha destetado de la Madre Patria. 71 Caraqueños, otra época empieza 58 Así las cosas... los activistas del movimiento del 19 de abril, llámense patriotas, llámense revolucionarios nombran a don Andrés Bello Oficial Primero de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Se trata de un nuevo Gobierno representado por una Junta Conservadora de los derechos de Fernando VII. De frente contra el invasor francés. El coronel Simón Bolívar y don Luis López Méndez son comisionados para viajar urgentemente a Inglaterra en misión diplomática, a fin de solicitar ante esa Corte el apoyo necesario conforme a las acciones políticas tomadas recientemente en Caracas. Los comisionados se dirigen al Secretario de Relaciones Exteriores, jurista Juan Germán Roscio, pidiéndole incorpore a la misión al oficial Primero de la Secretaría, don Andrés Bello. El doctor Roscio contesta a los señores Comisionados: Señores: Don Simón Bolívar Y don Luis López Méndez: La Suprema Junta, teniendo en consideración los motivos que V.S.S. alegan en su oficio de ayer para pretender que los acompañe en la Comisión a Londres el Comisario de Guerra don Andrés Bello, Oficial Primero de la Secretaria de Relaciones Exteriores, Ha condescendido con su Estancia y lo comunica a V. S. S. para su inteligencia. Dios guarde a V. S. S. Muchos años.59 58 González, Juan Vicente. “Don Andrés Bello fue el autor de la primera canción patriótica: Caraqueños, otra época empieza”. 59 Ediciones de la Presidencia de la República. (1971) Juan Germán Roscio. Escritos representativos. Homenaje a 150 años de su muerte. Caracas p. 9. 72 Juan German Roscio. Dibujo de Carmelo Fernandez Andrés Bello, Simón Bolívar, Luis López Méndez. Dibujo de Eliseo Morales Concedida por el doctor Juan Germán Roscio la solicitud de los Comisionados, Andrés Bello viajará como Auxiliar o Secretario de la primera Misión (así denominada) de Venezuela con destino a Inglaterra presidida por el coronel Simón Bolívar. Se ausentará de Caracas Andrés Bello en la confianza de que habrá de regresar muy pronto. De este modo se abre un paréntesis en su hoja de servicios en la ciudad que lo vio nacer hace veintiocho años y medio, (¿cerrará el paréntesis?). Procurará dejar en orden lo relativo al recurso económico que cubriría durante tiempo prudencial las más perentorias necesidades de su querida madre. 6 de junio: Con esta fecha dejo prevenido a los Ministros de Real Hacienda de esta ciudad, abonen por las cajas a su cargo a Doña Ana López, madre del Oficial Primero de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Don Andrés Bello, la mitad del sueldo de 800 pesos que disfruta como tal. (Firma Francisco de Berríos)60 60 74 El documento se encuentra en el Archivo General de la Nación. Andrés Bello se lo llevó la revolución Última mirada Desde el carruaje que los conduce fuera de la ciudad, mientras se lo está llevando la Revolución, Andrés Bello dirige una última mirada a Caracas desde el camino de La Guaira. Es el genuino sentimiento del poeta cuyos ojos acarician el paisaje. Íntimamente estaría despidiéndose de su amada ribera del Anauco. Tú, verde y apacible rivera del Anauco para mí más alegre que los bosques idalios y las vegas, hermosas de la plácida Páfos, resonarás continuo, con mis humildes cantos; y cuando ya mi sombra sobre el funesto barco visite del Erebo los valles solitarios, en tus umbrías selvas y retirados antros erraré cual un día. Tal vez abandonando la silenciosa margen de los estigios lagos.61 61 Bello, Andrés. El Anauco. 75 Carmen Brito Arocha Esas verdades inscritas en versos, verdades que de algún modo tocaron vivencias del caraqueño Andrés Bello, a partir del momento en que la embarcación rompa las olas y se abra como flor la espuma se le volverán... ¡y siempre más allá, en alta mar, o en Londres!, o más allá de ¡no sé dónde!... ¡quién sabe!... se le volverán pura nostalgia... “¿Y qué es nostalgia? Nostalgia es querer extender brazos y manos para alcanzar algo y asir solamente recuerdos.” 63 62 Última mirada a caracas desde el camino de La Guaira A partir de hoy comenzara a latir en el corazón de Andrés Bello. Naturaleza da una madre sola y da una sola patria…64 62 Andrés Bello: “Todas las verdades se tocan”. Del discurso inaugural de la Universidad de Chile el 17 de diciembre de 1843. 63 Herrera Campíns, Luis. Tomado del discurso pronunciado durante la inauguración del Cenotafio a la memoria de don Andrés Bello en el Panteón Nacional de Caracas el 29 de noviembre de 1961. 64 76 Bello, Andrés. El proscrito. Canto III. Poesía escrita en Chile. Última Mirada a Caracas. Dibujo de Eliseo Morales Carmen Brito Arocha Andrés Bello se lo llevó la revolución CAPÍTULO 2 CARTAS, PÁRRAFOS, ETC Carmen Brito Arocha Las cartas, esas palomas mensajeras de papel ¡Con que Andrés Bello está en Londres! ¡¿Así que Andrés Bello continua en Londres?! Viene a ser la manera más usual o repetitiva de iniciar sus comentarios aquellos amigos de Bello, bien al conocer de su ausencia y del destino que lo condujo a la capital inglesa, bien al extrañarles el hecho de no saberlo de regreso. Así las cosas, ni esperanzas de topárselo a la vuelta de alguna de las familiares esquinas caraqueñas por estos días de 1810. Solo mediante travesías de largas semanas en buenas embarcaciones se arriba al puerto de la Guaira procedente de Inglaterra o viceversa. ¡A esperar las cartas! Las cartas ¡Cartas de Andrés Bello! ¡Al fin sabremos de Andrés! Carta para don Andrés Bello. Fragmentos de lo imposible de compartir con él mediando la distancia. ¡Ah! Las cartas de Andrés Bello. Las Cartas. Dibujo de Eliseo Morales 81 Carmen Brito Arocha Vendrán a ser auténticos documentos sobre sus venturas y desventuras lejos del lar nativo. El espacio en ausencia de su presencia física, lo llenaran las cartas. Fidedignos trozos autobiográficos de sus horas allá en la lejanía. Extensas misivas, quizá; o breves, o sólo cortos párrafos… Esos inequívocos fragmentos escritos de don Andrés Bello merecen ser leídos en la confianza de que tal cual brotaron de su espíritu, de su estado de ánimo en determinado momento; de sus vivencias, en su puño y letra. Las cartas dirigidas a don Andrés Bello acreedoras son, igualmente, del mayor celo y del más diáfano respeto. ¡Llego el correo! En la misma carta de Roscio a Bello, unas líneas sobre encargos y recomendaciones: Traiga aunque sea un compendio de la actual legislación inglesa, y alguna gramática y diccionario anglo hispano, Ítem otros libritos de importancia. Memorias a los compañeros. Consérvese usted. Luego una recomendación en particular: Ilústrese más para que ilustre a su Patria Roscio. 1 1 82 Ediciones de la Presidencia de la República. (1971). Op. cit. Roscio a Bello. Primera carta enviada a Londres por Juan Germán Roscio a don Andrés Bello. Carmen Brito Arocha Respecto de esto último, tal cual si Roscio le encomendara un mandado de vida o muerte, Bello sería capaz de cumplirlo al pie de la letra, ilustrándose tanto, que, a los muchos títulos de Excelencia que pudiera recibir en la vida bien podría añadírsele uno más, hablando familiarmente: Símbolo del que acata buen consejo. ¡LLEGÓ EL CORREO! ¡Y de vuelta para Londres! Caracas, 24 de septiembre de 1810 (párrafo) Mi estimado Bello y compañero: Anoche recibimos los oficios de 3 y 4 de agosto, números 2 y 3, con la mayor efusión y alegría. Por La Martinica supimos que ustedes habían llegado el 10 de julio, pero hasta anoche habíamos carecido de sus letras. Roscio Los Comisionados de la Junta Suprema de Caracas Son recibidos a mediados de julio en la ciudad de Londres por Lord Richard Wellesley, Ministro de Relaciones Exteriores ante la Corte de Su Majestad Británica. Los Comisionados presentarán una solicitud de apoyo al movimiento político suscitado en Caracas el 19 de abril del presente 1810. Sería la primera entrevista de cinco a efectuarse en base a dicho objetivo. El día 9 de septiembre se celebraría la última de las reuniones pautadas. Cumplidos 84 Andrés Bello se lo llevó la revolución los compromisos en general en torno de la materia: a juicio de Bolívar el encuentro con la representación del gobierno británico no resultó exitoso, aun cuando tampoco significó el fracaso total de la misión venezolana. En virtud de la alianza de Inglaterra con España, Gran Bretaña no ofrecería ayuda a las provincias americanas bajo el propósito de una separación de la Madre Patria. Mas, tampoco figuraría dentro de las elementales normas de la diplomacia del reino de S. M. B. hacer a un lado por completo a diputados que en representación de las dichas provincias, pisando ya el terreno internacional, expusieran tan severas y absolutas resoluciones. De manera que el Ministro Wellesley no incomoda las relaciones anglo-hispanas recibiendo con carácter oficial a los diputados venezolanos (los ha recibido en Aspley House, residencia particular) y deja abiertos los canales para futuras conversaciones.2 El Ministro Wellesley, en síntesis, encontró una salida bastante salomónica al espinoso asunto. Entre tanto el curso de la historia y el destino de los hombres van tejiendo sus hilos. Los Comisionados visitan en Londres la casa número 27 de Grafton 3 Street. Vive allí el general venezolano Sebastián Francisco de Miranda. Los compatriotas agotarán el buen decir en efusivo tropel, es de suponer, ante el momento histórico que los congrega en este año 1810. 2 Fundación La Casa de Bello; Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés Bello. (1980 - 1981) Bello y Londres: Segundo congreso del Bicentenario. Caracas Fundación La Casa de Bello. 3 En la actualidad el inmueble figura bajo el señalamiento Grafton Way, número 58. En el año 1978 la nación venezolana lo adquirió en virtud de la significación histórica que representa. 85 Carmen Brito Arocha “Mi casa aquí es y será siempre el punto fijo para la independencia y libertades del Continente Colombiano”. – Gral. Francisco de Miranda. 4 Los pormenores del movimiento del 19 de abril en Caracas son cartas sobre la mesa del general Miranda. ¡Llegó la hora! Su humanismo formado a través de pueblos, de gentes tanto del nuevo mundo como del viejo mundo; de vivencias plenas de romanticismo preclaro de ilustración, de la experiencia de haber tomado parte en los grandiosos movimientos independentistas de los Estados Unidos y de Francia, más la de todos sus pasos encaminados durante años a lograr la independencia hispanoamericana, todo ello junto con los sesenta años que lleva sobre sus espaldas, aspira ponerlo a los pies de Venezuela. ¡Un cuadro de Próceres! ¡Regalo de Caracas a la Libertad! En 1781, don Juan Vicente Bolívar escribió al famoso paisano general Miranda pidiéndole propiciar un movimiento revolucionario en la provincia de Venezuela... “a la menor señal nos encontrará pronto para seguirlo como nuestro caudillo hasta el fin y derramar la última gota de nuestra sangre en cosas honrosas y grandes”. Prometía don Juan Vicente. 4 86 Archivo del General Miranda. T. XXIII, p. 368. Andrés Bello se lo llevó la revolución En el presente es su hijo, el coronel Simón Bolívar, quien se encuentra cara a cara con Miranda haciéndole de viva voz la proposición de viajar a Caracas para ponerse al frente del movimiento político que arrancó el 19 de abril en Venezuela. En cuanto a Andrés Bello no dejará de sentirse un tanto sobrecogido en presencia del general, entre otras cosas porque, siendo ya funcionario de la Capitanía General, el Gobierno de Venezuela puso precio a la cabeza de Miranda, 30.000 pesos, debido a las expediciones independentistas del Precursor por costas de Venezuela, Ocumare y Coro, en 1806…“Cosas veredes, Sancho”. ¡Con que este era... el peligroso Miranda!, (cualquiera lo pensaría). Ahora se encuentra Andrés Bello en presencia de un personaje extraordinario. ¡Sorpresas te da la vida! Han transcurrido apenas cuatro años de aquellas incursiones del Precursor. Posiblemente todavía sigue igual de cómo lo recuerda el joven norteamericano John Edsall en: Memorias de un recluta de la expedición de Miranda. Cuenta lo siguiente: Francisco de Miranda, Simón Bolívar, Andes Bello, y Luis López Méndez. Dibujo Eliseo Morales 87 Carmen Brito Arocha El primer ser extraño que vi ya en la travesía, fue un hombre de seis pies de estatura (1,80 mts), metido en una roja bata de mañana y en zapatillas. Hubiera podido ser calificado de robusto, a no ser por su palidez; su cabello tenía la blancura de la plata. Ha sido la persona más inquieta que yo haya conocido: al hablar movía constantemente las manos y los pies. 5 Nacimiento entre pañales de olas… Continente Colombiano. De una carta leída y adquirida en Jamaica nació en Francisco de Miranda una especie de justiciera admiración por Cristóbal Colón. La carta la dirigió el Almirante genovés en sus horas de desgracia al Rey de España, Fernando el Católico: Si esta generación es demasiado envidiosa o endurecida para llorar por mí, sin duda aquellos que van a nacer lo harán, cuando se les diga que Cristóbal Colón, con su propia fortuna, el peligro de su vida y la de sus hermanos, con poco o ningún gasto de la corona de España, en veinte años y cuatro viajes, rindió mayores servicios que jamás hombre alguno haya rendido a Príncipe o Reino... 6 5 Masur, Gerhard. Simón Bolívar. (1987). Caracas. Ediciones de la Presidencia de la República. Academia Nacional de la Historia. Capítulo Juventud. p.26. (En nota a pie de página Masur cita a Robertson, W.S. Life of Miranda. Vol. I. p. 28. 6 Salcedo Bastardo, José Luis. Bello y los simposiums de Grafton Street. En: Fundación La Casa de Bello; Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés Bello. (1980 - 1981) Bello y Londres: Segundo congreso del Bicentenario. Caracas Fundación La Casa de Bello. p. 431. 88 Andrés Bello se lo llevó la revolución Impactó a Miranda la suerte del Descubridor del Nuevo mundo De ahí que hiciera Miranda un culto de la memoria de Colón. De ahí que, en postrer honor al marino genovés, a modo propio, bautizara el Continente Colombiano. De ahí que sus escritos los recogiera en Colombeia. De ahí que fundara en Londres el periódico El Colombiano. De ahí que soñara con una unión de pueblos bajo el nombre de Colón. Y de ahí nació Colombia. En su obra Resumen de la Historia de Venezuela, Andrés Bello enfatiza que, no lleva la América el nombre de Colón “por una de esas vergonzosas condescendencias con que la indolente posteridad ha dejado confundir el mérito de la mayor parte de los hombres que la han engrandecido”.7 Simón Bolívar glorificará la odisea del marino italiano llamándolo Padre del Nuevo Mundo. 8 7 Bello, Andrés. (1978). Resumen de la Historia de Venezuela. Caracas. Ediciones Fundación La Casa de Bello. p. 17 8 Romero Martínez, Vinicio. Agenda histórica de Venezuela. 13 de julio. Proclama del Libertador dirigida al pueblo de Guayaquil, 1822, al unirse Guayaquil a Colombia: Terminada la guerra de Colombia ha sido mi primer deseo completar la obra del Congreso, poniendo las provincias del sur bajo el escudo de la libertad, de la igualdad y de las leyes de Colombia… vosotros sois colombianos de corazón porque todos vuestros votos han sido por Colombia y porque de tiempo inmemorial habéis pertenecido al territorio que hoy tiene la dicha de llevar el nombre del padre del Nuevo Mundo. Por Marga Millán Fernández 89 Carmen Brito Arocha Largos años dedicó el genovés al proyecto de navegación que marcaría un hito en la historia, antes y después de Colón. Anduvo de un país a otro presentando sus planes ante reyes; ante hombres de poder económico; frente a hombres de mucho saber; presentó planos de navegación; aguardó promesas. No desmayó en el empeño, hasta lograr tras marcadas insistencias el apoyo de los reyes de España, Fernando e Isabel. ¡Y nació entre pañales de olas un nuevo mundo, un día llamado 12 de octubre de 1492! Y pensar que diez años antes, en 1482, Colón le ofreció el proyecto al rey don Juan II de Portugal. La segunda parte de la odisea ¡todavía anda en pañales! En la carta dirigida al Rey de España, leída por Miranda, se quejaba el Almirante de sus endurecidos contemporáneos y auguraba que generaciones futuras si llorarían la suerte corrida por él. En cierta medida le falló entonces la capacidad previsiva al viejo lobo de mar. Ayer, hoy y mañana la humanidad fue, es y seguirá siendo la misma. ¿Qué podemos decirte, amigo Colón? El Descubrimiento no quedó en el baúl de los recuerdos, sino en la gaveta del presente. ¡Y, vaya que te has metido en un embrollo! Don Simón Rodríguez, hombre sabio nacido en tu nuevo mundo ha escrito sobre ti: “Colón, el bueno, el virtuoso italiano no vino a matar gente, pero le abrió las puertas a unos asesinos creyéndolos cristianos”. 9 Indescriptible la emoción que embargaría al recio navegante en momentos de hacerse a la mar con sus tres carabelas y una tripulación ansiosa. No se trata de sagaz aventura hasta contemplar el beso horizontino entre la mar y el cielo. 9 Guevara, Arturo. (1977). Espejo de justicia. Caracas. Ediciones del Consejo Rector de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez. p. 489. 90 Andrés Bello se lo llevó la revolución Remontando olas, desafiando vientos, partiendo tinieblas, contando estrellas, abrazando soles... ¿Será redonda la tierra? Eternamente seguirá siendo hermoso capítulo en la novela de los mundos. En Historia Iberoamericana, edición 1983, p. 84, del catedrático Manuel Rodríguez Lapuente, hallaríamos ajustada síntesis del portentoso proyecto de navegación de Cristóbal Colón: “Supo consagrar su vida a esa idea y en aras de ella sacrificarlo todo y arrostrar no sólo el peligro sino la humillación y la miseria. Por ello, más que un genio, Colón es un héroe.” De los Comisionados será Simón Bolívar el primero en regresar a Caracas. Lo hace en compañía del joven francés Pedro Antonio Leleux, librero amigo de Miranda, frecuentado por el general en busca de libros para su biblioteca. Ha viajado el señor Leleux en carácter de Secretario de Bolívar. Cuando al final de año, en diciembre, Miranda arribe a La Guaira, Bolívar y Leleux acudirán a recibirlo. Permanecerán en la residencia de Grafton Street don Andrés Bello y don Luis López Méndez, por gentil invitación del señor de la casa. Doña Sara Andrews, madre de Leandro y Francisco, hijos de Miranda, tendrá generosas atenciones para con los distinguidos huéspedes. En el tercer piso de la hermosa residencia se encuentra la biblioteca del general. Eventualmente el recinto podría servir de sitio de trabajo a Bello. De nuevo una biblioteca para él solito, como quien dice. Desde luego no quedaría exento de asombro en cuanto empezara a palpar cada uno de esos lomos y sus respectivos títulos. En esta biblioteca extraordinaria de Miranda obtendría Andrés Bello recursos aún para aprender el idioma griego, si así lo decidiese. De momento le preocupan las palabras de su mamá, en carta del mes de mayo de 1811… Yo, hijo mío, pasando muchos trabajos..., me acuerdo que así lo anunciaste... 91 Carmen Brito Arocha ¡Trescientos años de calma! Por el fechado de la carta de doña Ana Antonia quiere decir que ha transcurrido un año desde la partida de los emisarios a Londres, lapso en que las ideas políticas han experimentado cambios profundos en diversos sectores de la población venezolana. Si nada se quiere saber de los Bonaparte por usurpadores, tampoco interesan Carlos IV ni Fernando VII, reyes que son y no son. El día 3 de julio Simón Bolívar presenta la situación de esta manera en la Sociedad Patriótica: “¿Qué nos importa que España venda a Bonaparte sus esclavos o que los conserve si estamos resueltos a ser libres? ¡Que los grandes proyectos deben prepararse en calma! ¡Trescientos años de calma! ¿No bastan?” 10 El 5 de julio de 1811, el Presidente del Congreso Nacional Juan Antonio Rodríguez Domínguez, declara solemnemente la Independencia absoluta de Venezuela. Juan Germán Roscio y Francisco Isnardy redactarán el Acta. 11 No presencia Andrés Bello el nacimiento de la patria en calidad de república soberana. Amigos suyos lamentarán la ausencia del compatriota en la ocasión de producirse tan estelar hecho histórico. A un año de ausencia Bello está ansioso por regresar a Caracas. Escribirá emotivas cartas a su querida madre. 10 Bolívar, Simón. Discurso pronunciado en la Sociedad Patriótica el 3 de julio de 1811. 11 El libro número veinte de las Actas del Congreso fue hallado por el historiador Francisco González Guiñán el 23 de octubre de 1907 en casa de doña María de Navas Spínola, en la ciudad de Valencia. Reunido el Congreso Nacional el 2 de marzo de 1812 en dicho recinto, se presume que a la llegada de las tropas realistas a Carabobo, fueron expuestos al descuido los preciosos documentos en medio de la precipitación, huyendo de la ferocidad del enemigo. 92 Andrés Bello se lo llevó la revolución Querida madre: Es indecible el ansia que tengo de regresar al seno de mi familia, y entre otros motivos, por la consideración de la estrechez, en que las circunstancias de esa provincia habrán puesto a usted, y por la imposibilidad en que me encuentro de atender a ello desde aquí, pues no tengo medios de que disponer. Considero que mi regreso será pronto y seguramente no estaré más de seis meses sin ver a usted. Entretanto un poco de paciencia, que tras estos días no puede menos de venir un tiempo mejor, más tranquilo y feliz. Tengo presentes todos los encargos que se me han hecho y no me iré sin ellos como pueda. Deseo que Carlos me escriba individualmente el estado de las cosas en ésa, pues probablemente tendré tiempo de recibir una o dos cartas suyas, después de la llegada de ésta a Caracas. Yo no he tenido enfermedad alguna desde que deje a Caracas, antes por el contrario, me siento más fuerte y con mejor salud que nunca. Los catarros que solía padecer se me han retirado enteramente, y solo me repite de cuando en cuando el dolor de cabeza, pero de ningún modo con la frecuencia que en Caracas, y no dudo que si estuviera en Inglaterra un año más, conseguiría librarme para siempre de esta pensión… En fin, por la experiencia de 16 meses, creo poder asegurar que este clima me conviene mucho mejor que el de Caracas, y que la navegación es una de las cosas que me hacen más provecho. Por tanto, espero que mi residencia en Inglaterra me habrá Imagen figurada de la madre leyendo carta del hijo ausente. De Eliseo Morales. 93 Carmen Brito Arocha producido a lo menos el beneficio de mejorar mi constitución.12 Memorias a Florencio, Eusebio, Carlos, Josefina, y demás de ésa, a mis tías, y a todos mis amigos. Queda de usted su afectísimo hijo Andrés. Se anuncia el pronto regreso de los comisionados (Segmento del mensaje) Caracas, 10 de marzo de 1812 Mi amado Bello: Por las casas de relaciones mercantiles de Watson hemos dirigido cuanto ustedes necesitan para lo que deben, para sostenerse en esa corte hasta su retirada, que se aproxima. Roscio.13 Frente a tan buenas nuevas, Andrés Bello se dispondría a hacer maletas. De primero los encargos, tal vez… “no me iré sin ellos, como pueda”, prometía en carta a la madre. Pero... dieciséis días después del anuncio oficial, el 26 de marzo a las 4 y 7 minutos de la tarde se abre la tierra...en Venezuela. ¡Terremoto! 12 Esta carta de Bello a su progenitora, doña Ana Antonia López, no llegó a sus manos. Interceptada junto con otras misivas se envió el paquete de correspondencia a España, siendo rescatada la encomienda ciento cincuenta años después. La carta fue fechada en Londres el 30 de octubre de 1811. 13 94 Ediciones de la Presidencia de la República. Juan Germán Roscio… Op. cit. p.99. Andrés Bello se lo llevó la revolución ¡Jueves Santo! Los fieles desbordaban los templos. Caracas, Barquisimeto, Yaracuy, El Tocuyo, Mérida y otras poblaciones son sacudidas por el fuerte sismo. Se calcula diez mil muertos sólo en Caracas. Todo el que podía andar andaba como loco. A las ruinas del templo de San Jacinto trepó Bolívar. “¡Si la naturaleza se opone a nuestros designios lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca!” –Gritó. José Domingo Díaz, médico venezolano y furibundo enemigo de los revolucionarios, escribiría después, que, él también se encontraba en medio de las ruinas del templo, cuando Simón Bolívar lo enfrentó con aquellas impías y extravagantes palabras, queriendo significar que nada ni nadie los detendría en la revolución. Lo escrito, escrito está, y así fue cómo lo recogió la historia. A dos meses del terremoto Desde su Cuartel General en La Victoria: el generalísimo Francisco de Miranda, quien se encuentra al frente de las tropas republicanas, nombra a Juan Tyler y Tomás Molini comisionados encargados de sustituir en Londres a López Méndez y a Andrés Bello. Don Antonio Muñoz Tébar, Secretario de Estado y de Relaciones del Gobierno de la Unión Venezolana, asumirá la comunicación oficial. Oficio del 3 de junio de 1812... De nuevo grave imprevisto Reunido Miranda con algunos compañeros, entre ellos don Pedro Gual, se le anuncia que un posta lo solicita con urgencia, y el general sale a ver qué pasa. En vista 95 Carmen Brito Arocha de que tarda en volver, Gual va en su busca y llega a la Secretaría. Fermín Toro narra lo que sigue sobre aquellos momentos: Al entrar en ella pudo darse cuenta (Pedro Gual) de que algo anormal ocurría. El Generalísimo Miranda se paseaba inquieto de un extremo a otro de la pieza. Juan Germán Roscio se daba fuertes golpes con los dedos de una mano en la otra. Espejo, cabizbajo y absorto, estaba sumido en profundas cavilaciones. Sata y Bussy, a su vez, permanecía de pie, inmóvil, junto a la mesa de su despacho. Gual refiere (después): Lleno yo del presentimiento de una calamidad inesperada me dirijo al general: Y bien – le dije – ¿qué hay de nuevo? Nada me contestaba a la segunda pregunta… 14 Fermín Toro La insistencia de Pedro Gual instó al general Miranda sacarse de uno de los bolsillos un papel diciéndole por única respuesta: “Venezuela está herida en el corazón”. El parte se refería a la pérdida de Puerto Cabello. La defensa de tal plaza estaba a cargo del coronel Simón Bolívar por órdenes del Generalísimo. El día 25 de julio en la población de San Mateo los republicanos firman un Acta de Capitulación ante el jefe español Domingo Monteverde. 14 96 Don Pedro Gual. Homenaje en el Bicentenario de su nacimiento. p.9. Andrés Bello se lo llevó la revolución ¡Se pierde la República! El Archivo de Miranda. Aun en medio de los terribles sucesos de la Capitulación, el Generalísimo piensa en sus papeles. Apuntes, impresos, manuscritos que, entre tantas valiosas razones para querer preservarlos envuelve el hecho de ser fiel diario de su vida. Papeles de los cuales no se separa jamás. Imparte instrucciones a su edecán y amigo Pedro Antonio Leleux (quien ha permanecido junto a su superior y amigo en todo momento) a fin de que marche en el acto a Caracas y le ponga a salvo su archivo. Todavía el 28 de julio insiste en los recados confiando en oficiales como Carlos Soublette, quien a su vez se dirige a Leleux en donde se encuentre: Mi querido Leleux...(transmite Soublette) el general me manda te escriba recomendándote de nuevo que sus papeles y mapas que están en los cofres los empapeles bien y los hagas transportar inmediatamente a La Guaira y remitirlos en el bergantín Watson que está próximo a hacerse a la vela para Curazao, que éstos los dirijas y los recomiendes a la casa Robertson y Belt con particular encargo para que los conserven en su poder: y será necesario que pasases tú mismo a La Guaira para que todo esto se ejecute con el mayor arreglo y seguridad como asunto que tanto le importa. Procederán igualmente encajonando los libros que quedaron en Caracas, para transmitirlos en otra ocasión, si fuere necesario. Valencia, 28 de julio de 1812. 15 Los violentos acontecimientos y sus secuelas sobre la marcha habrían condenado los documentos Mirandinos a la desaparición absoluta. Lo más probable. 15 Verna, Paul. (1982): Pedro Antonio Leleux. El francés edecán, secretario y amigo de confianza de Miranda y de Bolívar. Cali, Colombia. Comité Ejecutivo del Bicentenario de Simón Bolívar. p.115. 97 Carmen Brito Arocha Tal como lo pensó el Generalísimo, Leleux sería el hombre indicado para ponerle a buen recaudo esas pertenencias. Las haría llegar a Curazao, de donde pasarían a Inglaterra. La diligencia en ese entonces del edecán francés Pedro Antonio Leleux salvó para la historia los documentos Mirandinos.16 En la madrugada del 31 de julio el general Francisco de Miranda es hecho prisionero en La Guaira. En su carta a Nicholas Vansittart, amigo de Miranda, Leleux afirma que en la acción participó el Gobernador Militar de La Guaira Coronel Manuel María de Casas. No menciona Leleux la participación de Bolívar ni de otros oficiales en el hecho. “¡Bochinche! ¡Bochinche! ¡Ustedes no saben si no es hacer bochinche!” Fue el comentario despectivo del Generalísimo, a modo de increpar a aquéllos que lo conminaban a dar la cara y rendir cuentas por la Capitulación. Bolívar y Montilla están presentes. Más tarde Bolívar terminaría en una embarcación averiada rumbo a Curazao gracias a un salvoconducto conseguido por el amigo Francisco Iturbe. En la isla busca a Leleux y le pide ayuda. Permanecerán juntos. ¿Y los otros ?...En calidad de un saco de monstruos remitiría Monteverde a España a los patriotas que hizo prisioneros en su primer día en Caracas, el primero de agosto: “Presento a V.M. esos ocho monstruos, origen y raíz primitiva de todos 16 Pedro Antonio Leleux nació en Calais, Francia; el 10 de noviembre de 1781 (diecinueve días mayor que Andrés Bello). Murió en su país de origen el 14 de enero de 1849. Obedeciendo la última orden del glorioso jefe al que tuvo el honor de servir púsole a salvo su Archivo en Curazao, adonde arribó Leleux con los papeles Mirandinos, se le incautaron los mismos aunque gracias a que fueron enviados a Inglaterra por las autoridades de la isla quedaron a salvo de eventual destrucción o de una pérdida definitiva. Permanecieron por espacio decien años en la isla británica. Correspondió el hallazgo al historiador y diplomático venezolano Caracciolo Parra Pérez a cuyas gestiones para el rescate de éste tesoro histórico se debe el que hoy reposen en la Academia Nacional de la Historia los 63 tomos empastados de Colombeia. En homenaje a Cristóbal Colón creó Miranda el nombre de Colombia y su admiración por el idioma griego lo llevó a componer la terminación “eia”, Colombeia. 98 Andrés Bello se lo llevó la revolución los males de América. Que se confundan delante del trono de V.M. Que reciban el castigo que merecen sus crímenes.”17 ...Y rumbo a Cádiz partieron en la goleta “Fernando VII”, Juan Germán Roscio, Juan Pablo Ayala, Francisco Isnardy, Antonio Zea, Juan Paz del Castillo, Manuel Ruiz, Juan Barona y el canónigo José Cortés Madariaga. Pocas Colecciones de documentos pueden compararse en valor histórico sobre el continente Americano, o aun sobre Europa con los archivos de Miranda. Salvador de Madariaga Las noticias navegan a todo vapor! ¡Miranda prisionero!¡¡Se perdió la república!! Dada la caída de la Primera República, don Luis López Méndez y don Andrés Bello, que formaron parte de la primera misión diplomática hispanoamericana llegada a Londres, quedan en la capital inglesa en calidad de “refugiados” o, peor, varados en el bote de las circunstancias. ¡Guerra! La idea estremece. ¿Cuánto durará la guerra? Pedro Antonio Leleux 17 Gabaldón Márquez, Joaquín. Francisco Isnardy. (1973). Caracas. Publicaciones del Ministerio de Educación. p. 65. 99 Carmen Brito Arocha En cuanto a Bolívar y Leleux, logran arrancar de Curazao en el mes de octubre, rumbo a Cartagena, hartos pero de miseria. No bien pisar tierra neogranadina Bolívar expide a Pedro Antonio Leleux una constancia de su participación al lado de los patriotas en la lucha independentista, en condición de primer edecán del Cuerpo Nacional de Ingenieros. 18 Bolívar agarra las riendas A casi seis meses del acabose de Puerto Cabello, llevando a cuestas la rabia por la burla que hiciera Monteverde de la capitulación, Bolívar se siente más corajudo que nunca. Dará muestras de aquello que advertiría Pablo Morillo: “Bolívar es más temible en la derrota que en la victoria”. El 15 de diciembre lanza el Manifiesto de Cartagena, en donde explica las causas por las cuales se perdió en Venezuela la Primera República. Logra que se le nombre comandante del frente militar de Barrancas. Al mando de un puñado de hombres prestos para la lucha abraza la tamaña empresa de limpiar de realistas el Magdalena, río arriba, río abajo. En Cúcuta derrotó las fuerzas comandadas por el español Correa. Y tiene en la mira 18 Verna, Paúl. (1982) p.45. Del certificado expedido a Pedro Antonio Leleux por Simón Bolívar en Cartagena el 5 de noviembre de 1812: Los infrascritos certifican del modo más conforme y auténtico que el ciudadano Pedro Antonio Leleux sirvió en el ejército de Venezuela con el empleo de Primer Capitán del cuerpo nacional de ingenieros con el talento y valor militar que lo distingue y recomienda entre los oficiales de su cuerpo, y para su satisfacción y resguardo le damos el presente certificado en Cartagena el 5 de noviembre de 1812, Segundo de la Independencia. El certificado presenta las firmas de Simón Bolívar, Coronel Ayudante General del ejército de Venezuela; del Teniente Coronel de comandante de cazadores L.B. Chatillón y de Miguel Carabaño, Comandante de infantería. 100 Andrés Bello se lo llevó la revolución Miranda en la Carraca. De Arturo Michelena 101 Carmen Brito Arocha a Venezuela ¡para invadir! José Félix Ribas, Antonio Ricaurte, Atanasio Girardot, Rafael Urdaneta, Luciano D’Eluyar son algunos de los valientes llamados más tarde a merecer la Orden de los Libertadores. Por su parte Pedro Antonio Leleux no se duerme en espinas ni en laureles. Ha demostrado ser individuo hábil. Por algo Miranda y Bolívar se trajeron de Londres al librero francés. Ha llegado Leleux con tan buen pie a Nueva Granada que se lo ha encargado de la Secretaría de Guerra del Departamento de Cartagena, haciéndose acreedor de la mayor confianza del Presidente del Departamento, don Manuel Rodríguez Torices. 19 Para los meses abril - mayo (entrado 1813) está Leleux recibiendo correos de su amigo el coronel Simón Bolívar quien desde Cúcuta le encarece ayuda, (urgentemente). Yo espero que usted –(escribe Bolívar en carta del 7 de abril) – hará todos los esfuerzos que estén en su poder para que me vengan los refuerzos que he pedido para marchar a Venezuela y sobre todo se me den órdenes positivas por parte del Gobierno para que pueda yo libertar a aquella benemérita República en caso que no lo esté. ¡Necesita armas, hombres, pertrechos! 19 102 Verna, Paúl. (1981) Op. cit.: Manuel Rodríguez Torices, natural de Cartagena era uno de los más ilustres patriotas de la Nueva Granada y fue uno de los primeros en dar a Cartagena el grito de la independencia. Nacido el 24 de mayo de 1788. Fue diputado de la Convención Legislativa del Estado de Cartagena. En marzo de 1812 resultó electo Presidente y Gobernador hasta el año 1814. Posteriormente ocupó la Presidencia de las Provincias Unidas de la Nueva Granada. Rodríguez Torices cayó prisionero junto con Camilo Torres. No contaba aún los veintinueve años cuando fue mandado a fusilar por Pablo Morillo en la Plaza Mayor de Bogotá el 5 de octubre de 1816. Prestó ingentes servicios a Simón Bolívar en los tiempos que iniciaba su campaña libertadora el héroe venezolano. También Francisco José de Caldas, llamado “el sabio Caldas”, fue fusilado el 29 de octubre del mismo año. Andrés Bello se lo llevó la revolución (...) ¡haga usted cuanto esté de su parte, mi querido Leleux por conseguir esta orden formal! Haga usted mi Querido Leleux, repito, lo posible por la consecución de esta orden – (El día 5 de mayo envía nuevo correo). Leleux no deja en la estacada a los amigos. Bolívar va a pertrechar su ejército, y con Dios y Orden por delante saldrá en campaña. San José de Cúcuta, 5 de mayo de 1813. Mi querido Leleux: Recibí la apreciable de V. fecha 1º del pasado al regreso de Santo Domingo; 20 cuyo viaje yo ignoraba , y no dudo haya sido causado por un gran motivo cuando el Presidente se desprendió de V. para enviarlo a una expedición tan aventurada donde habría poco que conseguir y muchos peligros: en fin, yo celebro infinito que V. esté ya de regreso para que coopere en cuanto esté a su alcance, a efecto de que se me den órdenes por ese Gobierno para marchar a Venezuela, si no con todas las tropas de Cartagena, al menos con todas sus armas y municiones que me obligo yo a pagar en especie o en valor luego que hayamos logrado echar a los tiranos. Haga V. cuanto esté de su parte, mi querido Leleux, por conseguir esta orden formal, pues aquí a más del tiempo que perdemos , nos consumimos ya, sin tener que gastar ni que perder; y lo que es peor pervirtiendo el espíritu de las tropas con subversiones infames , no tanto contra mí como contra la expedición que suponen desesperada; siendo en extremo fácil en las presentes circunstancias, y de ningún modo imposible: pero como las pasiones deciden más veces que la razón, en esta oportunidad la ambición, la cobardía y la envidia lo han hecho todo, pues mi 2º, el Coronel Castillo ha tomado el empeño 20 Se trata de Haití, antigua Saint Domingue, parte francesa de la isla de Santo Domingo. 103 Carmen Brito Arocha de aumentar los obstáculos que tenemos para redimir a mi patria, porque ve que esta expedición no se le debe confiar y él desea mandar en jefe. Haga V. mi querido Leleux, repito, lo posible por la consecución de esta orden, que acaso ya llegará tarde, mediante la lentitud con que siempre vienen los bienes, al paso que los males aumentan con rapidez. Muestre V. ésta a mis amados amigos los caraqueños, y adiós hasta que nos veamos. Salud y libertad. Simón Bolívar. 21 Desde Cúcuta, el 14 de mayo de 1813 parten Bolívar y su ejército en Campaña Admirable. Los pobladores de los estados andinos Táchira, Mérida, Trujillo aclaman el ejército que galopa mientras ofrece ¡libertad, libertad!... En Trujillo, en la madrugada del 15 de junio, de 1813... Simón Bolívar, a solas, toma papel y pluma. Y amanece declarada la ¡Guerra a Muerte! Un hito en la Guerra de Independencia. Finaliza en los siguientes términos la terrible proclama: “¡Españoles y canarios!, contad con la muerte aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de América. ¡Americanos!, contad con la vida aun cuando seáis culpables.”22 21 Verna, Paúl. (1981) Op. cit. pp. 111 - 113 22 “Este decreto fijó para siempre a los defensores de la república bajo sus banderas y contribuyó a crear las virtudes militares en los ejércitos de Bolívar” –Vicente Lecuna. 104 Andrés Bello se lo llevó la revolución Germán Roscio a Andrés Bello (junio 29,1810): (… ) Ilústrese más para que ilustre a su patria. ¡Quién lo diría! En el día a día reciente Roscio se encuentra preso, o quizá desterrado ¡en fin!, o tal vez huyendo. Creía en aquel entonces el eminente personaje de la Junta Suprema que el joven poeta Andrés Bello, auxiliar de la Misión que viajó a Londres, estaría de regreso muy pronto. En el presente Andrés Bello vive rumiando pobrezas. Al tiempo que los más agudos pensamientos acuden a su mente y pese a ligeros entusiasmos que logran fortalecer su espíritu; a Bello lo desploma entre un intervalo y otro la idea aciaga de haber sido incluido, por parte de las autoridades de Caracas, entre aquellos que no podrán regresar a Venezuela. Su desamparo en Londres... ¡Terrible! ¿Qué estará pasando en Venezuela?, ¿qué en Caracas? ¡La familia! Íngrimo, desconcertado, se plantará en una esquina cualquiera. Mirará calle arriba y calle abajo, gentes rubias abrazadas a sus abrigos sin importarles un bledo algún viandante solitario. ¡Ah! ...las amigables calles de Caracas, con su neblina sutil. Las esquinas de Caracas, tan acogedoras para el saludo breve, amistoso. ¡El Ávila! ¡Cerro Ávila! Los ríos, la Plaza Mayor, las iglesias. Las campanadas de la Catedral. La Universidad. El Samán. Los amigos. ¿Qué es de todo esto? ¡Ni rastros! ¡Ah, el terremoto! Lo que no se tragó lo destruyó. Pero cuesta borrarlo. Imágenes, ruidos, sonidos, olores colores. Siguen pintados ahí en la retina. Siguen clavados ahí en los oídos. Permanentes en el olfato. El diario trajín de la casa detrás del Convento a las oficinas de la Capitanía General. ¡Ah, las sonrisas de las gentes de Caracas!, ¡Ahora…! 105 Carmen Brito Arocha Allá va Andrés Bello, envuelto en la espesa niebla! Lejos muy lejos de ti mismo, lejos de todo lo que amas y has amado, rogando que tu patria no se acabe nunca, pidiendo a tus amigos que te protejan del olvido, que te digan que volverás un día y que ese día está a la vuelta de la esquina. Pedro Shimoshe (Poeta ecuatoriano, en el tema del inmigrante) Se encuentra perdido en la ciudad vasta y extraña en un medio que desconoce con pocas relaciones y sin recurso. Carlos Pi Sunyer 23 ¡Allá va Andrés Bello, envuelto en la espesa niebla! “¡Abrígate bien, hijo mío! ¡Que Dios te bendiga!” Le gritaría Ana Antonia desde la puerta de calle si lo viese. (Pensara él, a lo mejor) Mientras que, Horacio, aquel amigo de la antigüedad, le mandará saludos. Recuerda en las calamidades conserva ecuánime el alma, en lo prospero, contra insolente alegría atempérala. 23 Pi Sunyer, Carlos. Andrés Bello en Londres. (1951). Primer Libro de la semana de Bello en Caracas. Ediciones de Ministerio de Educación. p. 183. 106 Andrés Bello se lo llevó la revolución Andrés Bello ¿refugiado? Hoy por hoy el poeta Andrés Bello es testigo y parte de la revolución pro independencia de Venezuela, llamada a fusionarse en el ideal Mirandino. Independencia y libertad de todo el continente hispano-americano. Lo que ni aun siquiera se le hubiese ocurrido a Bello pensar es que su misión a cumplir lo encallaría en la cuna de la Revolución Industrial del siglo XVIII o Siglo de las Luces, la llamada revolución maquinista. Si bien, con relación a la posición de emigrantes o de refugiados que habrían de asumir en la capital inglesa, debió de ser una gran suerte tanto para Bello como para su compañero López Méndez el poder servir de guías, en cierto modo, de tanta gente que por ese tiempo derivó hacia Londres por razones políticas o por cualesquiera causas inherentes a cambios que se adelantaran en sus respectivas regiones de origen. Y de acuerdo al informe de Arístides Rojas: “Bello fue el alma del círculo americano que para esa fecha se hallaba en Londres.” 24 24 Rojas, Arístides. Antología del Bellismo en Venezuela. p. 70: En el London Coffee House se reunían con frecuencia Michelena y Zabala, mexicanos: García del Río, Francisco Rivas Galindo, López Méndez, Rocafuerte y otros: Irisarrí y Egaña por Chile. Agrega Arístides Rojas, que Andrés Bello se constituiría con el tiempo en el presidente de la Junta, debido especialmente a su carácter ponderado además de serle reconocido por sus compañeros sus conocimientos en materia de negocios públicos, siendo capaz de inclinar en favor de Colombia las opiniones de la prensa inglesa, logrando hacerse de una reputación que le sirvió más tarde de escalón en la carrera diplomática. Bello en la niebla. Dibujo. C.A 107 Carmen Brito Arocha En buena hora nacieron y se consolidaron amistades en la casa del café en Londres. Oportuna para los compatriotas venezolanos esa oleada de emigrantes traducida en un puñado de amigos, y para todos en general, porque entre unos y otros ayudaríanse a superar álgidos momentos, doblemente difíciles en un país extranjero. En el London Coffee House, un café y algunas palmaditas de amigo en la espalda sabrían a gloria. ¡Luego, cada cual a lo suyo, a entrarle de lleno a las actividades en la capital inglesa! Londres se encontraba en un período de transformación urbanística como resultado de la revolución industrial que se había iniciado en Inglaterra en el último tercio del siglo XVIII. Para esa época la población de Londres era aproximadamente de un millón de habitantes. Bello fue testigo de la transformación de un país de artesanos en un país de industriales.25 En el mismo orden de ideas de maquinismo, de transformación de una ciudad en vorágine de adelantos, continuarán los testigos de excepción venidos de ultramar compartiendo el día a día. Se encontraran en Londres cuando aparezca el primer ferrocarril del mundo.26 En todo momento la perspicacia de Bello, integrada a las diarias vivencias sigue atenta el comportamiento del ciudadano inglés, del hombre como ser 25 Rojas Armando. El círculo diplomático latinoamericano en el tiempo de Bello en Londres. (1981) En: Fundación La Casa de Bello; Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés Bello. (1980 - 1981) Bello y Londres: Segundo congreso del Bicentenario. Caracas Fundación La Casa de Bello. Tomo I. p. 487. 26 Círculo de Lectores. Biblioteca familiar Enciclopedia de los inventos. p. 96. “Desde el 26 al 27 de septiembre de 1825 se inauguró el primer tramo ferroviario en Inglaterra entre Stockton y Darlington. El ferrocarril se convirtió en el ícono de la revolución industrial.” 108 Andrés Bello se lo llevó la revolución indivisible, común y corriente, que anda y lleva y trae su paquete de inquietudes debajo del brazo, lo mismo que los demás mortales. En Inglaterra el tiempo es una renta – (dirá más tarde) –, un tesoro, un objeto inapreciable. Los ingleses no economizan su dinero; pero son avaros del tiempo. Parece que hasta la pronunciación de la lengua inglesa se ha calculado para el ahorro del tiempo. Voltaire tenía razón de decir que los ingleses ganaban dos horas al día más que nosotros, comiéndose las sílabas... Los ingleses hablan poco; y su modo de hablar es como de prisa, su lenguaje se compone en gran parte de monosílabos, dos de los cuales se funden muchas veces en uno: es un idioma de abreviaturas; una taquigrafía de palabras. Sastre salva a Andrés Bello de la “cárcel de deudores” Un mensaje de José María Bianco White a Andrés Bello, enviado a la dirección 6th Poland Street, permite conocer con precisión el domicilio del destinatario para aquel momento. Por cierto que habita también en el sector Mr. George Newport, sastre de profesión, quien, conforme a evidencias, su solidaridad para con Bello rebasa los simples gestos de amistad. Tanto que: “Fue ese señor que salvó a Bello de la cárcel de deudores (...) Estas cárceles figuraban en la vida del Londres de la época, y la amenaza de las consecuencias de cualquier deuda ha de haber sido una pesadilla para el pobre Bello”. Por siempre, gracias, al sastre bondadoso. A dichas cárceles se refiere Miriam Blanco Fombona como costumbre “tan inglesa y tan salvaje”. Al extremo de que en cualesquiera otras épocas posteriores resultarían inconcebibles tales prácticas, o semejantes “hoyos infrahumanos”. Por una deuda minúscula cualquier persona podía permanecer encarcelada 109 Carmen Brito Arocha de por vida. Los reclusos, por deudas, eran echados en aquellos calabozos junto con criminales de toda laya. Si los “deudores” contaban con la ayuda de familiares que aportaran unos dos chelines al día lograban un cuarto solo; algunos presos podían considerarse afortunados de poder dormir en “repisas o bancos”, el resto, revolcado en el puro suelo; cocinaban en los mismos cuartos; las riñas eran constantes, al igual que las enfermedades. La mugre y los hedores quedan a la imaginación. A juicio de Miriam Blanco Fombona: “Andrés Bello fue casi víctima de esta costumbre tan inglesa y tan salvaje.” Bello cederá a la opción desesperada de dirigirse al Consejo de Regencia de España Acogiéndose al beneficio de la amnistía proclamada en Caracas y sancionada plenamente por el supremo Gobierno de España. Expondrá cuál era su posición en la Capitanía General de Venezuela en tiempos que precedieron a los sucesos del 19 de abril de 1810. Ruega se le conceda permiso para regresar “a cualquier parte de los dominios de su Majestad.” Es el rasero exacto de la angustia en que pudiera hallarse. Capaz de arrojarse al suelo implorando se le hiciese regresar a tierra venezolana. Argumenta sobre sus ocupaciones en la Secretaría de Gobierno de la Capitanía General: (...) donde había desempeñado los deberes anexos a su empleo a satisfacción de los capitanes generales don Manuel de Guevara y Vasconcelos, don Juan de Casas y don Vicente Emparan; que verificada la revolución de Caracas, continuó en la expresada Secretaría, que se incorporó entonces con la de la Junta revolucionaria; y 110 Andrés Bello se lo llevó la revolución que habiendo ésta determinado enviar una comisión a Londres, cerca del Gobierno de S.M.B., fue elegido el suplicante para servir de secretario a las órdenes de los diputados don Simón de Bolívar y de don Luis López Méndez. Se refiere seguidamente a las circunstancias en que se estableció la segunda Junta (1810): (...) “eran tales que pidieron fácilmente la opinión aun dé los más fieles.” ¡Qué bueno! ...¡Bello no miente! Sí hizo sentir entonces su posición frente a la invasión napoleónica a España. De absoluto rechazo, por supuesto. Igualmente vigoroso fue su poema A la Batalla de Bailen, triunfo, de España contra Francia en 1808. Y probablemente bajo orgullo de mayúsculas debió de publicar en la Gazeta: ¡PRIMERO MORIR QUE ACEPTAR EL YUGO DE NAPOLEÓN! La naturaleza de las cosas, como habría dicho el propio Bello, terminó moviendo a todos o a casi todos el tablero... Los activistas de la revolución de abril pactaron abiertamente apoyo irrestricto a Fernando VII y apenas meses más tarde, los muy afectos a Fernando cerrarían filas en la declaración independentista. El eco de la lealtad fernandista se esparcía desde el rocío hasta el sereno. Vale decir de día y de noche. Juramos, gritaba sin saber que lo desconocería pronto, que aunque las abrasadas arenas del África lleguen a cubrir las fértiles campiñas de Aragua y el Tuy, o las sangrientas manadas de los tigres de Francia devoren los cadáveres de sus habitantes, el nombre de Venezuela y de Fernando habrá de durar mientras haya sobre el Ávila una flor capaz de sostener una abeja. (Gaceta de Caracas, 11 de mayo, núm. 97.) 111 Carmen Brito Arocha A propósito, es bueno señalar las expresas indicaciones de la Junta Suprema en 1810 a los Comisionados acerca del inviolable apoyo a la monarquía, por si acaso se llegaran a producir encuentros con el general Francisco de Miranda:27 (...) Miranda, el General que fue de la Francia (dicta la Junta Suprema) maquinó contra los derechos de la Monarquía que hemos tratado de conservar, y el Gobierno de Caracas, por las tentativas que practicó contra esta provincia en el año de 1806 por la Costa de Ocumare y por Coro ofreció 30.000 por su cabeza. Nosotros consecuentes en nuestra conducta debemos mirarle como rebelado de Fernando VII y bajo esta inteligencia si estuviese en Londres, o en otra parte de las escalas o recaladas de los Comisionados de este nuevo Gobierno, y se acercase a ellos, sabrán tratarle como corresponde a estos principios, y a la inmunidad del territorio donde se hallase; y si su actual situación pudiese contribuir de algún modo, que sea decente a la Comisión, no será menospreciado. 28 Absolutamente claro y definitorio. Se preveía la “emancipación de su país de todo Gobierno en España, salvo el de Fernando VIl”. Los caballeros de la Comisión no “menospreciaron”, en absoluto, al rebelado contra Fernando VII. La sola presencia del viejo general los cautivó. La afabilidad de que hizo gala al compartir con sus jóvenes paisanos, presentándolos 27 Salcedo Bastardo, J. L. Los simposiums de Grafton Street. En: Fundación La Casa de Bello; Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés Bello. (1980 - 1981) Bello y Londres: Segundo congreso del Bicentenario. Caracas Fundación La Casa de Bello “Miranda reorientó a la misión y la radicalizó hacia una franca dialéctica a favor de la revolución independiente”. 28 Mendoza, Cristóbal. (1962). Las primeras misiones diplomáticas de Venezuela. Caracas. Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. Sesquicentenario de la Independencia. Tomo I, p. 130. (Cit. por Salcedo Bastardo) 112 Andrés Bello se lo llevó la revolución a buenos amigos; llevándolos a visitar sitios e instituciones de interés dentro del conglomerado londinense, enmarcaba la bonhomía de un gran señor. Tanto así que, en unánime acuerdo los Comisionados determinaron dirigirse a la Junta Suprema de Caracas mediando para la repatriación del ilustre compatriota, precursor de los grandes ideales de emancipación de la patria. El 3 de octubre (1810) redactó Andrés Bello la carta que sería firmada por López Méndez. Bolívar ya había emprendido viaje de retorno. Líneas de la carta: …Única persona a quien podíamos consultar con franqueza. (…)hemos observado su conducta doméstica, su sobriedad, sus procederes francos y honestos, su aplicación al estudio, y todas las virtudes que caracterizan al hombre de bien y al ciudadano.(...)¡Con que oficiosidad le hemos visto dispuesto a servirnos con sus luces, con sus libros, con sus facultades, con sus conexiones! 29 En cuanto llegó a Caracas el Precursor propició ciertos cambios en la Sociedad Patriótica de Agricultura y Economía, creada por la Secretaría de Estado de la Suprema Junta el 14 de agosto de 1810. Asociación destinada fundamentalmente a asuntos relacionados con el comercio y en especial al desarrollo de la agricultura. El Dr. Francisco Espejo, miembro influyente de la agrupación, secundando las ideas de 29 Pérez Vila. En: Fundación La Casa de Bello; Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés Bello. (1980 - 1981) Bello y Londres: Segundo congreso del Bicentenario. Caracas Fundación La Casa de Bello. p. 455 : De éste importante documento sólo se conoce el borrador, escrito de puño y letra de Bello como todos los demás de la misión y con correcciones de su propia mano. El borrador fue microfilmado en el Archivo Nacional de Colombia por la Fundación John Boulton de Caracas. 113 Carmen Brito Arocha Miranda,30 dirigió el curso de las cosas hacia el interés de hacer llegar al pueblo el mensaje independentista. Y flamante surgió la Sociedad Patriótica. En sus ámbitos, el 3 de junio de 1811, Simón Bolívar pronunció un discurso. En modo vibrante lanzó la reflexión: “¿trescientos años de calma, no bastan?” Volvamos a Bello y su carta a la Regencia de España… No obtuvo contestación. Corren los días, los meses, los minutos, sin parar un segundo. ¡Ley universal! La ansiedad propiamente dicha se desespera bajo el látigo de la tiranía del tiempo. A Bello debe de consumirlo la desesperanza de volverse a ver en Caracas. ¿Cómo explicar el desconcierto de ver todo extraño alrededor de día y de noche? El sentimiento de orfandad es lacerante. Para 1814 ya no habita en la casa de Miranda,31 ¡ningún calor de hogar en torno suyo! Ha venido hospedándose en habitaciones modestas, por cuanto carece de recursos para colocarse en sitios confortables. Si bien, el mal tiempo no puede ser penuria inacabable. En algún momento surgirá ese algo que incita a la reconciliación con la vida. Y los alrededores de nuevo se iluminan. Está Andrés Bello en la flor de la vida, ¡treinta y tres años! En medio de tantas tribulaciones, ¡quién dice que la dicha es un disparate! El caraqueño se 30 H. N. M. (1962). Historia de Venezuela. Para la Enseñanza Primaria. Ilustrada con 22 mapas y 72 grabados. Colección La Salle. Caracas. Librería Escolar. p 112 31 Blanco Fombona de Hood, Miriam. El Londres de Andrés Bello. En: Fundación La Casa de Bello; Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés Bello. (1980 - 1981) Bello y Londres:… Op. cit. p.82: De la casa de Miranda, Bello pasó a la región de Somers Town, que fue además el distrito favorecido por tantos otros hispanoamericanos y otros refugiados extranjeros, como la colonia francesa. La historia de Somers Town Tan ligada a la nuestra, es por consecuencia, parte de nuestra historia, ya que el más grande intelectual de nuestros hijos vivió, se casó, enviudó y fue padre de familia allí. 114 Andrés Bello se lo llevó la revolución ha prendado de una chica en Londres. Ella, la elegida, es una señorita de apellido irlandés y su nombre completo se oye bonito como de muchacha de algún cuento, Mary Ann Boyland. Mary Ann es de origen humilde, y no ha cumplido los veinte años cuando, en mayo de 1814 se convierte en esposa de aquel joven , apuesto e inteligente y que vino de tan lejos a compartir con ella el amor. La otra pasión No por el arrobo sentimental que ahora lo embelesa abandonará Andrés Bello su pasión por las letras. Si “es puerta de luz un libro abierto” 32 la Biblioteca del Museo Británico abrirá al humanista caraqueño cientos de ellas, que habrán de constituirse en soporte firme de su disciplina de autodidacta. Sabrá franquear cada puerta seguro de no extraviarse. Es un veterano de la lectura. Y cuánto más habrá de satisfacer sus apetencias siendo que domina cuatro lenguas: latín, castellano, francés, inglés y llegará a perfeccionarse de tal modo en el estudio del griego que impartirá en Londres clases en este idioma. A partir de 1814 aparecerá registrado el nombre de Andrés Bello, unido al Reader’s ticket, entre los asiduos lectores de la Biblioteca del Museo Británico. Llevará a cabo minuciosa investigación en muchos de esos libros que pasarán por sus manos, como sus profundas investigaciones sobre el legendario Rodrigo Díaz de Vivar o cuanto conduzca al Poema del Cid Campeador. 32 Frase que hizo carrera… “Es puerta de luz un libro abierto”. Generaciones tras generaciones la han repetido, no sólo frente a las páginas de un libro en determinado momento, sino por igual en afortunados escritos de sabia orientación. Del poeta Elías Calixto Pompa (1834 – 1887) natural de Guatire, región mirandina de Venezuela. 115 Carmen Brito Arocha Sus visitas al Museo Británico forman parte de su diario vivir sin dejar de lado otros deberes. Ha logrado reunir un grupo de alumnos interesados en recibir clases de castellano y de latín. Traduce originales de libros por encargo, entre tantas de las ocupaciones que su preparación le permite. Ello sumado a las nuevas obligaciones hogareñas. Museo Británico, Great Russel Street. Londres 116 Andrés Bello se lo llevó la revolución Amanecerá y veremos... A fuerza de paciencia, a punta de ingeniárselas cada día hasta llenar la página en blanco para sobrevivir. A costa de grandes virtudes, en fin, Bello viene afrontando el exilio. Confiado en que de un momento a otro tendrá su vuelta a la patria. Lucha por esta ilusión. Aun cuando son tiempos en que ilusiones o esperanzas afloran, se mantienen... o se desvanecen, de acuerdo al plomo y los lanzazos en los campos de Venezuela ahora ensangrentados. Amanecerá y veremos... Y amanece lloviendo en Caracas el 7 de julio de 1814. ¡De estampidas otra vez! Bolívar emprende la emigración a Oriente, tratando de salvar a la población del feroz José Tomás Boves. Gente del ejército, hombres, mujeres y niños, ancianos huyen despavoridos. A pie, en bestias, como sea. ¡Se pierde la República! Varados seguirán los queridos amigos en Londres. Para rato. La pintura que me hace Galguera de Caracas es sumamente horrorosa y la idea que ha dejado en mi espíritu me hace estremecer incesantemente. Aquel país desapareció ya. Y sólo lo habitan hombres convertidos en fieras.33 33 Sambrano Urdaneta, Oscar. (1995) Op. cit. 117 Carmen Brito Arocha Aterrado se percibe Luis López Méndez al pasarle por escrito el comentario al compañero Andrés Bello. El informante de la noticia, José Vicente Galguera, se encuentra en Londres, en calidad de emigrado de Venezuela. Ha llegado contando las atrocidades cometidas por Boves en territorio venezolano. Así las cosas, se diría que Galguera huyendo de Boves no le bastó la emigración a Oriente, y vino a parar la carrera en la isla británica. De antología esta anécdota galgueriana. Sin embargo bastaría montar en páginas las noticias que corren en este año 1814 para convenir en que la guerra es a muerte, y que... se pelea, se corre o se encarama. Vicente Salias, considerado desde los albores de la revolución autor de la letra del Gloria al bravo pueblo, en virtud de la inminente arremetida de Boves contra Caracas, optó por dirigirse a Las Antillas. Apresado por una embarcación española en las inmediaciones de La Guaira, poco después sería fusilado en Puerto Cabello el 17 de septiembre de ese terrible año 1814. En el apéndice de esta obra ofrecemos información de data reciente sobre la canción patriótica Gloria al bravo pueblo, Himno Nacional de Venezuela, tema por demás TRASCENDENTE. ¡Viene Boves! Emigración a Oriente. Infelizmente no era la inocentada de meterles miedo a los niños con “el coco”. Daniel Florencio O’Leary, edecán del Libertador, llegó a recabar informaciones para sus Memorias sobre José Tomás Boves. Verdaderamente de terror cada anécdota. Veamos: Un día le presentaron en su marcha un anciano enfermo y descarnado, único habitante del pueblo de donde habían huido los demás al saber su llegada. Después de algunas preguntas, a las que el anciano respondió con dulzura y veracidad, le mandó decapitar. Al instante salió de entre sus filas un joven que frisaba en los quince años, y postrándose de rodillas ante el bárbaro: 118 Andrés Bello se lo llevó la revolución –Os ruego, señor, por la Santísima Virgen, que perdonéis a este hombre, que es mi padre, salvadle y seré vuestro esclavo. –Bien, dijo el monstruo sonriendo, al oír las súplicas fervientes del joven Para salvar su vida dejarás que te corten la nariz y orejas sin un quejido. –Sí, sí, respondió el infeliz. Os doy mi vida pero salvad la de mi padre. El muchacho sufrió con admirable serenidad la horrible prueba. Visto lo cual Boves mandó que lo matasen junto con el padre por ser demasiado valiente y por temor que se convirtiera también en insurgente. Cada cabeza es un mundo. Quién sabe si Andrés Bello hubiese preferido refugiarse en cualquier mogote de algún campo lejano, desde donde pudiera arrancar a correr calzado o “pata en el suelo”, en lugar de verse como hoy en una porción de tierra rodeada de agua por todas partes, viviendo en carne viva la lección del libro primario. Si bien, no pudiendo abandonar la isla valiéndose de sus pies, se valdrá de sus manos escribiendo y escribiendo para contar cuanto haya de contar sobre su necesidad de librarse de la sensación de vivir a medias, como quien no sabe nunca si se va o si se queda. ¡Puras quimeras! Andrés bello suplica se lo ayude regresar a América Carta dirigida al Secretario del Gobierno Federal de Cundinamarca (Párrafos) Londres, 8 de febrero de 1815 La Junta establecida en Caracas a consecuencia de la revolución de 1810, se sirvió agregarme a la diputación enviada al Gobierno Británico en junio del mismo año. 119 Carmen Brito Arocha Desde el mes de julio siguiente que llegué a Londres con los diputados del Gobierno de Venezuela D. Simón Bolívar y D. Luis López Méndez, subsistí ocupado en varios trabajos y encargos, primero a las órdenes de ambos, y luego a las de D, Luis López Méndez, hasta que ocupada Venezuela por las tropas del Rey bajo el General Monteverde, expiraron nuestras funciones con el Gobierno de que dimanaban. Fácilmente se hará usted cargo de las dificultades en que debió envolverme tan inesperado trastorno. Encontréme en un país extranjero donde los artículos de subsistencia son carísimos, y sin ninguna esperanza de recibir auxilios pecuniarios de mi país nativo, asolado por los terremotos y la guerra civil, y sujeto a un gobierno que acaso había puesto mi nombre en la lista de proscripciones. Mi trabajo personal era el único arbitrio de subsistir que me había dejado la fortuna y a él recurrí sin repugnancia, esperando que si continuaba la esclavitud en Venezuela alguno de los Gobiernos Americanos, atendidas las causas que me habían traído a Inglaterra, se dignaría acoger mis servicios y suministrarme lo necesario para trasladarme a su territorio. Los negocios de Venezuela tomaron poco después un aspecto que parecía dar motivo a más lisonjeras esperanzas; pero éstas han sido desmentidas del modo más doloroso por la reocupación y la completa desolación de Caracas bajo las fuerzas del sanguinario Boves. En tales circunstancias creo que me es permitido volver los ojos a Cundinamarca, como un país estrechamente ligado al mío por relaciones naturales y políticas; como el único de donde me será posible saber la suerte de mi desgraciada familia y por ventura aliviarla, y en una palabra, como mi patria adoptiva. No le molestaré a usted con la pintura de mi situación. Las dificultades que me rodean cesarán con mi traslación a Nueva Granada; pero ésta no puede efectuarse sin los socorros que ese Gobierno se digne conceder a un servidor de la causa de América, a quien una larga residencia en países extranjeros, un mediano conocimiento de las lenguas, y 120 Andrés Bello se lo llevó la revolución diez años empleados en destinos y comisiones públicas pueden proporcionar algunos medios de hacerse útil. Este es el objeto que me hace molestar la atención de usted suplicándole tenga la bondad de elevar mi solicitud al Supremo Gobierno Federal, con mis fervorosos deseos de emplearme en su servicio, y mis votos por su prosperidad y gloria.34 El día 30 de mayo del mismo año 1815 nace el primer hijo del matrimonio Bello Boyland. Andrés Bello, quien recuerda de manera constante a sus hermanos, tan distantes para el momento, desea que su primogénito ostente el nombre de los tres, es decir de sus tíos. Por eso el recién nacido es llevado a la pila bautismal bajo el nombre de Carlos Eusebio Florencio. En el barrio de Somers Town, sector habitado por gente humilde, el joven esposo de Mary Ann añorará una de aquellas casonas solariegas de Caracas, en donde gustaría de recrear algún día su amor, levantando una familia adorable. La correspondencia dirigida al Secretario de Gobierno de Cundinamarca no cumplió su objetivo, ya que el correo fue interceptado por autoridades españolas. La desazón de Bello debió de ser inmensa al comprobar al paso de los días que no le llegaba contestación ninguna. ¿Qué hacer? De nuevo la misma pregunta: –¿no habrá más alternativa que la de continuar en el brumoso Londres? Una señera ocasión para devanarse los sesos. 34 Tenreiro, Salvador. (1979). Caracas en el epistolario de Bello. Caracas. p. 13. 121 Carmen Brito Arocha St Aloysius Chapel 1850. Boceto por Joseph Swain. En esta iglesia fueron bautizados varios de los hijos de don Andrés Bello 122 Andrés Bello se lo llevó la revolución Gracias. Argentina El Gobierno de Argentina conoció de la difícil situación en que se encontraban en la capital inglesa los venezolanos Andrés Bello y Luis López Méndez. Acordó una medida de socorro que les permitiera cubrir al menos por un año sus más urgentes necesidades. Don Manuel Sarratea, Encargado de Negocios de Argentina en Londres, asumió la responsabilidad de llevar a cabo la solidaria acción. ¡Gracias, Argentina! Bello seguía valiéndose de sus manos, escribiendo y escribiendo, se había dirigido por escrito a las autoridades del Río de La Plata exponiéndoles las calamidades que venía confrontando en el país europeo y pidiendo, en cuanto a él, ayuda a fin de viajar a Argentina con miras a establecerse en el país. De seguidas palparemos un dramático trozo autobiográfico, porque no es otra cosa esta nueva carta de Andrés Bello en donde vuelve a referir el porqué de su presencia en Londres, desde cuándo y ejerciendo qué funciones: Trasladado a Inglaterra permanecí ocupado en este encargo hasta la ocupación de Caracas por las tropas del Gobierno Español en 1812 y la consecuente subyugación de casi todo el territorio de Venezuela. Separado entonces de mi patria y familia por la distancia inmensa, sin esperanzas de recibir el menor socorro de aquel desgraciado país y en la necesidad de aguardar a que otro orden de cosas me proporcionase los Don Manuel Sarratea 123 Carmen Brito Arocha medios de regresar a él, recurrí al único arbitrio que me quedaba para subsistir que era emplear mi industria personal. Cerca de tres años ha que he vivido de esta manera, lisonjeándome de que una mutación que no parecía distante, me hiciese posible el volver a América, o el recibir a lo menos los medios de prolongar mi residencia. Pero aunque en efecto se logró recobrar por los patriotas la posesión de Caracas y de una parte considerable de Venezuela, la atención del Gobierno rodeado de gravísimas e incesantes urgencias, la naturaleza misma del Gobierno, su vaga e incierta residencia, y la absoluta destrucción de la agricultura y comercio en Venezuela, de que ha dimanado la ruina de innumerables familias, ha frustrado hasta el día mis esperanzas de recibir auxilios del Gobierno o de mi casa y condenándome a vivir entre incomodidades y privaciones, que sólo la perspectiva de poder algún día terminarlas, me hubieran hecho en alguna manera soportables. 35 A entera satisfacción fue atendida la solicitud del venezolano don Andrés Bello por parte de las altas autoridades de Río de la Plata, invitándole al suelo amigo. No obstante, Bello no viajó a la Argentina. Sobre el particular priva la deducción de que habiendo contraído de repente algún compromiso, difícil de abandonar luego, hubo de desistir del proyectado viaje. Se ha recabado información alrededor de un contrato de trabajo celebrado entre Mr. William Richard Hamilton, Subsecretario de Estado ante la Corte, y don Andrés Bello, encargándose Bello de la tutoría de los hermanos Hamilton, que se preparaban para el ingreso a la Universidad. 35 Sambrano Urdaneta, Oscar. (1986). El epistolario de Andrés Bello. Caracas. Fundación La Casa de Bello. p. 30. 124 Andrés Bello se lo llevó la revolución “Toda la tierra es la tumba de los hombres ilustres” Francisco de Miranda, Precursor de la Independencia Hispanoamericana, muere en la cárcel de Cádiz. El 14 De julio de 1816. Tras varios años de cautiverio, el Generalísimo Francisco de Miranda finalmente dejaría de existir en la cárcel de La Carraca, a la edad de sesenta y seis años. El nombre de Francisco de Miranda inscrito en el Arco del Triunfo en París, validó su condición de Héroe de la Revolución Francesa, y testimonio es a la vez del osado trueque establecido con gente de alta clase: Por amor a su continente Colombiano condicionó la participación suya en aquella gesta de Francia que iba a cambiar buena parte de la historia de la humanidad. En sus papeles dejó escrito el precursor de la independencia: Persuadido de la justicia y de la magnanimidad con que la nación francesa defiende su soberanía , y de la gloria que en consecuencia alcanzaran los que tendrán el honor de unirse con ella para defender la libertad, única fuente de la felicidad humana, consiento a servirla fielmente y a unirme íntimamente a ella, bajo las siguientes condiciones(…)(Expone una; dos y la tercera) (…)como la libertad de los pueblos es un objetivo que interesa igualmente a la nación francesa y principalmente la de los pueblos que habitan América del Sur (o colonias hispano americanas),que por su comercio con Francia hacen un gran consumo de sus mercancías, y que desean también sacudir el yugo de la opresión para unirse a ella; es necesario que su causa sea protegida eficazmente por Francia, puesto que es la de la libertad, y que me conceda el permiso (en el momento que se presente la ocasión) para ocuparme principalmente de la felicidad de ellas, estableciendo la libertad y la independencia de sus países. Yo 125 Carmen Brito Arocha me he encargado voluntariamente de ello, y para tal propósito los Estados Unidos e Inglaterra han prometido su apoyo en la primera coyuntura favorable. Es bajo estas expresas condiciones, y ese espíritu, que me he alistado al servicio de la Francia libre, cuya garantía por parte del gobierno Representativo, me ha sido asegurada por los Ministros de la Guerra, Sevan, Roland Lebrun y Clavière, y también por el patriota alcalde de París, Petión; y todos ellos me han prometido testimoniarlo siempre al mundo entero si fuere necesario.36 *** Hoy, 14 de julio de 1816. Mis venerados señores. En esta fecha, a la una y cinco minutos de la mañana, entregó su espíritu al Creador mi amado señor don Francisco de Miranda. No se me ha permitido por los curas y frailes le haga exequias ningunas, de manera que en los términos que expiró, con colchón, sábanas y demás ropas de cama, lo agarraron y se lo llevaron para enterrarlo. De seguida vinieron y se llevaron toda su ropa y cuanto era suyo para quemarlo. Es cuanto puedo noticiar a ustedes, y ruego me digan qué he de hacer con unos papeles que él guardaba mucho, y que, igualmente, avisen al señor don Pedro Turnbull de todo lo acaecido. Dios guarde a ustedes muchos años. Verdad. José Moran. Carta dirigida por Moran a los señores Duncan Shaw, amigos de Miranda. El fiel servidor quiso acompañar a su señor hasta la hora final. El Precursor, 36 Salcedo Bastardo, J. L. En torno a Andrés Bello. En: Fundación La Casa de Bello; Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés Bello. (1980 - 1981) Bello y Londres: Segundo congreso del Bicentenario. Caracas Fundación La Casa de Bello. 126 Andrés Bello se lo llevó la revolución después de haber permanecido durante cuatro años en oscuros calabozos, sobre catres de presos, recordando el pasado, palpando el presente, creyendo aún en futuros, desapareció de la faz de la tierra, dejando el glorioso legado de su memoria histórica. En el Legado Testamentario a su Patria, 1º de agosto de 1805, Francisco de Miranda, Ciudadano del Mundo, subrayó una frase de Pericles, célebre ateniense: “Toda la tierra es la tumba de los hombres ilustres.” Quatremère de Quincy se refiere al Precursor, cuando dice: “Miranda ya no es el hombre de un solo país, se ha convertido en una especie de propiedad común inviolable.”37 Al poco tiempo de la desaparición de Francisco de Miranda, vino al mundo el segundo hijo del matrimonio Bello Boyland, el día 13 de octubre de 1817. El nuevo vástago llevará por nombre Francisco, en ofrenda al nombre rutilante que llegó para quedarse en la eterna estimación de Andrés Bello, ello ha sido considerado bajo tan honrosa perspectiva. Don Andrés Bello sentía inefable veneración por Francisco de Miranda, apuntó el biógrafo Amunátegui. Acerca de su hijo Francisco, don Andrés Bello llegó a escribir: “el mejor y más querido de mis hijos.” Al poco tiempo de la desaparición de Francisco de Miranda, vino al mundo el segundo hijo del matrimonio Bello Boyland, el día 13 de octubre de 1817. El nuevo vástago llevará por nombre Francisco, en ofrenda al nombre rutilante que llegó para quedarse en la eterna estimación de Andrés Bello, ello ha sido considerado bajo tan honrosa perspectiva. Don Andrés Bello sentía inefable veneración por Francisco de Miranda, apuntó el biógrafo Amunátegui. Acerca de su hijo Francisco, don Andrés Bello llegó a escribir: “el mejor y más querido de mis hijos.” 37 Uslar Pietri, Arturo. (1964). Valores humanos. Tomo III. p. 120. 127 Carmen Brito Arocha ¡Se salva la República! A comienzos de ese año 1817,38 desde su Cuartel General en Barcelona, Bolívar se dirigió a sus consecuentes compatriotas y colaboradores Pedro Gual y Lino de Clemente, haciendo uso por tercera vez de su autoridad al frente de la República: He comisionado en Londres para los mismos fines que a ustedes – les informa – a los señores Luis López Méndez y Andrés Bello, pueden ustedes comunicarse recíprocamente cuanto estimen conveniente al servicio de la República. Tras los sucesos de 1812 se ignoró durante algún tiempo la suerte corrida por López Méndez y Bello en Londres; lo cual revela la falta de comunicación suscitada entre los encallados en la isla británica y los de tierra firme. El nuevo nombramiento a los compañeros en general, por parte de Bolívar, augura buena ventura, al par de una significativa demostración de confianza del Libertador en su gente, donde quiera que se encontrase y pese a las interrupciones imperantes debido al proceso de guerra independentista en que se convirtiera el “19 de abril”. Prosigue el comunicado: (...) para que con arreglo a las instrucciones que les cometemos puedan otorgar jurídicamente todo género de obligaciones a nombre de la República, de modo y con las condiciones que les parezcan, en el concepto seguro de que estaremos literalmente a lo que convinieren, sin entrar en examen ni observación alguna sobre las contratas que hicieren; pues todas las aprobamos anticipadamente en fuerza de las facultades plenas, enteras y sin restricción alguna que les concedemos para estipular y tratar 38 128 Es también 1817 el año del afianzamiento de la Tercera República en la Plaza de Guayana. Andrés Bello se lo llevó la revolución en nombre de la República, hipotecando todas sus propiedades, rentas, arbitrios y recursos, que con preferencia a toda otra atención, serán empleados en satisfacer los créditos contraídos. ¡Se salva la república! López Méndez se pondrá al frente de la nueva misión. Bello se mantendrá a la disposición, aun cuando, como se ha dicho, cumplía algunos compromisos por imperativos de sobrevivencia. Desde Somers Town, donde la familia Bello vivió durante varios años se mudará a un nuevo domicilio, en Bridgewater Street. Tercera República En 1818, con el afianzamiento del gobierno en la Plaza de Guayana, en los predios del majestuoso río Orinoco, Bolívar puso énfasis sobre la marcha en hacer realidad uno de sus caros sueños: ponerle mano a una imprenta. Es un comunicador nato. Por tanto la fuerza de la palabra escrita no es prenda que Su Excelencia eche en saco roto. Desde Guayana escribió a Fernando Peñalver el primero de septiembre del pasado año 1817: “(...) sobre todo mándeme Ud. de un modo u otro la imprenta que es tan útil como los pertrechos”– enfatizó. Y el 27 de junio de 1818, apareció en Angostura el vocero Correo del Orinoco. El 20 de febrero ¡año - nuevo, 1819! trae en sus páginas la memorable pieza oratoria pronunciada por Simón Bolívar en su “Discurso de Angostura”. 129 Carmen Brito Arocha Segmentos: Moral y luces son los polos de una República. Moral y luces son nuestras primeras necesidades *** La continuación de la autoridad en un mismo individuo frecuentemente ha sido el término de los gobiernos democráticos. (…) nada es tan peligroso como dejar en un mismo ciudadano el poder, el pueblo se acostumbra a obedecerle, y él se acostumbra a mandarlo, de donde se origina la usurpación y la tiranía. *** No ha sido la época de la República que he presidido una tempestad política, ni una guerra sangrienta, ni una amargura popular, ha sido, sí, el desarrollo de la inundación de un torrente infernal que ha sumergido la tierra de Venezuela. Un hombre ¡y un hombre como yo! ¿qué diques podía oponer al ímpetu de estas devastaciones? En medio de este piélago de angustias no he sido más que un vil juguete del huracán revolucionario que me arrebataba como débil paja. El hombre que agarró las riendas de la guerra independentista se queja, se auto lastima. En tanto Su Excelencia sentíase vil juguete del huracán revolucionario, Andrés Bello sentiríase muñeco de trapo montado en subibaja de emociones. ¡Se pierde la república, se salva la república! ¡Se pierde la República, se salva la República! Montado en subibaja de emociones, “pasando las de San Quintín”, pareciera estar cumpliendo voto de paciencia en Londres, es verdad. Resignado a la 130 Andrés Bello se lo llevó la revolución más anodina forma de vida. Sin embargo no todo el tiempo puede pasar inadvertido aquel que no usa muletas de ostentación. Cierta vez, en ameno ambiente de presentaciones y conversaciones, donde convergía gente del mundo diplomático, se conocen Andrés Bello y Antonio José de Irisarri, distinguido intelectual guatemalteco, periodista, escritor y avezado en el campo de las relaciones internacionales. No demoró Irisarri en apreciar el bagaje cultural del señor Bello. Y, según, siendo hombre flexible en su trato y comunicación, ora formal, ora festivo, ora mordaz sin el menor empacho se atrevió un buen día Irisarri a establecer comparaciones entre el modesto señor Bello y muchos de los esponjados representantes de la diplomacia que hacían vida en Londres: “(...) hablan la jerigonza de un idioma que todavía no conocen.” Suficiente como abreboca. Irisarri aspira fundar un periódico, El Censor Americano, se supone que vería en Bello excelente colaborador. Gradualmente se fue estrechando entre ambos el vínculo amistoso. Son señores de caracteres disímiles, pero buenos por igual en la amistad. Junto a la natural circunspección que se atribuye a Bello, también se le tiene por persona muy atenta. Y entre sus amigos es fama que no responderá ceñudo a favor que se le pida. Encontrándose Irisarri en Chile le escribe, requiriéndole información sobre el método Bell - Lancáster. Bello no lo piensa dos veces; empleando la mejor de las disposiciones acude a determinada organización en donde se enseña a leer y a escribir, dispuesto a conocer la materia. Por ser hombre de estudio prefiere ahondar en el fondo de las cosas, y tratándose de aprender, pues, él es pez en el agua, con tal de ilustrarse, seguirá curso de alfabetización en Londres. 131 Carmen Brito Arocha Informe de Andrés Bello a Antonio José de Irisarri sobre el Método Bell-Lancaster Londres, 11 de septiembre de 1820 Estimadísimo amigo: Antes de poder ofrecer a Ud. una idea exacta del método de enseñanza Bell-Lancaster que Ud. se sirvió encomendarme, personalmente he ido a la Sociedad encargada de promover su difusión, y puedo decir a Ud. que por menudo conocí el procedimiento que se usa allí para enseñar a leer, contar y escribir. Uno de los directores de la Sociedad, Mr. Hope, tuvo la amabilidad de acompañarme a una escuela para presenciar de cerca y durante tres días el desarrollo de pruebas que este caballero convino conmigo. Pero antes debo decirle que siendo el sistema de Bell el más socorrido por las naciones cultas y el que se sigue con más provecho en los pueblos que por la densidad de su población no están en actitud de hacer grandes desembolsos para fundar numerosas escuelas, está llamado por esta causa a propagarse muy rápidamente en América y a influir en sus destinos, si se le adopta con aquéllas precauciones que expondré en seguida: Por el método indicado, en cada ciudad pueden establecerse dos o tres escuelas con una capacidad de 150 a 200 alumnos, y en el supuesto que la enseñanza durase un año, tendremos que dos escuelas pueden dar 300 o 400 niños que sepan leer, escribir y contar; tres establecimientos de esta naturaleza con una dotación de 150 muchachos darían 450, lo que en cinco años significaría 2.250. Este cálculo tan fuera de propósito a primera vista, tiene un objeto decisivo, porque conociendo el número de habitantes de Chile, puede Ud. determinar exactamente las escuelas que necesita y cómo distribuirlas en sus diferentes provincias, en razón de su población. 132 Andrés Bello se lo llevó la revolución Ahora bien, lo que debe tratarse de obtener es que los educandos adquieran aquellos conocimientos que sólo el sistema Bell puede proporcionar sin esfuerzo y para lo cual está perfectamente organizado, o sea, la enseñanza elemental. Me parece que reduciéndolo a estos límites, el sistema no podrá fracasar, porque si lo miramos por otro de sus aspectos, en su misma organización se encuentran sus defectos, que son no pocos y de consideración. Para no dar demasiada extensión a esta carta, citaré el principal y del cual se desprenden todos los demás, los monitores, como se llama a los estudiantes más preparados encargados de enseñar a sus condiscípulos, no están ni pueden estar preparados para instruirlos. Lo que saben fuera de saber leer, escribir y contar, lo entienden mal o lo comprenden muy deficientemente. La enseñanza en este caso queda confiada a la memoria de los mismos monitores que repiten imperfectamente lo que han oído, con lo cual, lejos de avanzar hacia el desarrollo del espíritu de crítica de los jóvenes, este sistema, procedimiento o plan lo dificulta por todo extremo. Ud. convendrá conmigo que una enseñanza que no procura acrecentar y desarrollar la observación y otras nobles facultades, no puede ser completa ni producir en el porvenir el menor provecho. Con esto y lo anterior que queda expuesto, podrá Ud. apreciar hasta donde me complace el sistema Bell, y hasta donde igualmente lo creo contrario a su verdadero objeto. No tengo nada más que agregar a Ud. por ahora sobre este particular, y suplico a Ud. considerarme corno siempre su atento amigo Q.B.S.M. A. Bello39 39 Consejo Interamericano para la Educación, la Ciencia y la Cultura de la Organización de los Estados Americanos. 1982. Andrés Bello, bicentenario de su nacimiento Caracas. pp. 66 – 67. 133 Carmen Brito Arocha Amén de efectuar cálculos gerenciales conducentes a una mayor difusión del susodicho método de alfabetización, por lo visto acabó siendo el de Bello uno de esos casos en donde el alumno supera al maestro. El método Bell - Lancaster no pasó la prueba ante el alumno Andrés Bello. Frente a las exigencias pedagógicas suyas sobre el particular surgirían al paso del tiempo opiniones que resultaban casi todo un compendio a su favor, emanadas directamente de propios monitores: Lamentablemente la práctica no tuvo tanto éxito como la teoría y se encuentran en los archivos muchos ejemplos en que los mismos monitores contaban que el ruido era tan grande durante una clase que era completamente imposible que se aprendiera cualquier cosa. Para este mismo tiempo Bello asume trabajar para la casa Gordon Murphy Co., de por medio los buenos oficios del canónigo sevillano José María Blanco White, persona sumada a las que gozan del aprecio y gratitud de Bello en la ciudad de Londres. Con anterioridad Blanco White ha favorecido al amigo en sus perentorias necesidades económicas. A través de gestiones ante personajes influyentes logró, en determinado momento del gobierno británico, una ayuda económica para Bello. A propósito de esta circunstancia Rufino Blanco Fombona consideraría lo siguiente: El gobierno inglés no socorría al señor Bello ni al señor López Méndez, como a tales López Méndez y Bello, sino por el cargo que ejercían o habían ejercido, por las circunstancias del caso y como prueba de simpatía indirecta a la rebelión de las colonias.40 40 Blanco Fombona de Hood, Miriam. El Londres de Andrés Bello. En: (Fundación La Casa de Bello; Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés Bello, 1980 – 1981. p. 189). 134 Andrés Bello se lo llevó la revolución El canónigo Blanco White arribó a Londres en 1810, proveniente de España (dentro del famoso grupo de los migrados). Desde el mismo año de su llegada hasta 1814 Blanco White editó el periódico El Español, 41 vocero mensual. En una de las ediciones apareció un artículo favorable al movimiento autonomista de la provincia de Venezuela, lo cual llamó la atención de Andrés Bello, quien, sin pérdida de tiempo, procuró el encuentro con el editor. Surgiría otra buena amistad de su época en Londres. El nuevo empleo de Bello en la Gordon Murphy Co. será un paliativo en medio de tantas necesidades; más, no cesa de acecharlo la intranquilidad. De duelo en Londres Andrés Bello Enferma el menor de los tres hijos, Juan Pablo Antonio, nacido el 15 de enero de 1820. La criatura fallece sin haber cumplido el primer año de vida, destrozándose la alegría en el hogar (enero 1821). La joven madre yace postrada por la tuberculosis pulmonar. El padre de familia, sumido en el dolor, se entregará a la búsqueda 41 González, Juan Vicente. Biografía de José Félix Rivas, p. 187: Deseosos nosotros de trazar el cuadro del pensamiento impreso que acompañó el nacimiento y desarrollo de la Revolución, tenemos que principiar por el periodista que la defendió desde Londres, que sufrió por combatir contra sus enemigos y que la abandonó después, acordándose que era español: hablamos del ilustrado don José María Blanco White. Nadie saludó el 19 de abril con más noble entusiasmo ni con más vivas demostraciones de afecto y simpatía. Nadie lo sostuvo con más calor, ni alzó el grito con más vehemencia contra los excesos de la Junta Suprema y los discursos especiosos de las Cortes españolas. “No cesaré, no –gritaba el 19 de abril de 1816– en todas parte me hallarán acusándolos, y persiguiéndolos con la repetición de esto mismo. El gobierno español el responsable a Dios y a los hombres de los horrores que están desolando a las Américas”. 135 Carmen Brito Arocha de recursos, abandonando por momentos el escrúpulo que lo agobia al implorar favores. Escribe a Irisarri, confiándole entre sus muchas penas: Sólo las reiteradas muestras de favor que de usted he recibido en tan distintas ocasiones pueden hacerme tomar la pluma para hablar a usted de un asunto que por tratarse de algo mío, me inspira no poca repugnancia. Sabe usted, como he podido expresarle, la desesperada situación a que me tiene reducido la falta de una ocupación permanente donde procurarme una entrada que no esté expuesta, como hasta ahora, a continuos cambios y que me asegure el sustento de mi mujer y mis hijos, por quienes sufro lo indecible. El empleo que actualmente tengo me produce una miserable entrada, tan escasa, que para atender a los gastos de mi familia, preciso ha sido deshacerme de algunos objetos de valor que en otro tiempo logré adquirir; y para satisfacer el compromiso de algunas deudas, echar a la venta las escasas joyas de mi señora esposa. No tengo esperanzas tampoco que el Gobierno me favorezca, y como todos los caminos parecen cerrarse, en mi desesperación confío en su amparo. ¿No hay en esa Legación un lugar para mí? Cualquiera que él fuera, yo estaría dispuesto a aceptarlo. Es probable que el tono tan directo de mi súplica coloque a usted en un compromiso que no es mi intención producir; si la suerte coincidiera con la necesidad de usted de procurarse para el servicio de su Misión un empleado, yo le rogaría se acordara de mí y me favoreciera con su influjo, para un destino serio y honesto.42 Muere la joven esposa. Mary Ann se despide de la vida el 9 de mayo, en horas del mediodía. Bello se vuelve pesar y angustia protegiendo a sus pequeñitos hijos, Carlos y Francisco, de seis y tres años de edad respectivamente. Mary Ann contaba veintisiete años. Su viudo señala en un espacio de la Biblia familiar algunos datos referentes a la compañera tan tempranamente desaparecida: “Mary 42 136 (Sambrano Urdaneta, 1986) pp. 48 - 49. Andrés Bello se lo llevó la revolución Ann Bello, nacida en septiembre 12 de 1794 faltando 12 minutos para las 8 de la mañana. Fallecida el 9 de mayo de 1821 a las 2 de la tarde.” Mary Ann sería enterrada en el cementerio Old St. Pancras Church Yard en medio de rituales del catolicismo. José María Blanco White hace llegar a su amigo don Andrés Bello sentidas palabras de condolencia. Concluye: “El recurso a Dios en las aflicciones es el único remedio que puedo aconsejar a Ud. Pero no se meta Ud. en controversia. ¡Dios alivie a Ud. en sus pesares!, como lo desea su afectísimo J.B. White”. El año 1821 priva igualmente para siempre a Andrés Bello de la palabra fraterna de Juan Germán Roscio. El jurista falleció el 9 de marzo en la Villa del Rosario de Cúcuta. Bello cubre de gloria la memoria del prócer: “De la naciente libertad no sólo fue defensor, sino Maestro y Padre”. 43 Perece en este año Ana Josefa Sucre, cuyo amor de primavera fue reseñado en páginas anteriores.44 43 Juan Germán Roscio nació en San Francisco de Tiznados el 27 de mayo de 1763. Obtuvo el título en Derecho Canónigo y Civil en 1795 en la Universidad de Caracas. A raíz de la capitulación de Miranda (1812) fue hecho prisionero y enviado a Cádiz. Inglaterra gestionó la libertad del prócer ante el gobierno de España. Roscio publicó más tarde en Filadelfia: El triunfo de la libertad sobre el despotismo, a su regreso a Venezuela en 1819, fue nombrado por el Libertador Vicepresidente de la recién creada república Gran Colombia. Murió Juan Germán Roscio en la Villa del Rosario de Cúcuta el 10 de marzo de 1821. 44 Planchan, Enrique. Bello, Arístides Rojas y la familia Loynaz. En: (Grases, 1981, pág. 284): Maria Josefa Sucre se fue a La Habana, al lado de una hermana que allí residía, y cuando un tiempo después, libre ya la patria del yugo español, salió en dirección a Cumaná para servir de madrina al primer hijo de su íntima amiga, la esposa de Loynaz, naufragó la embarcación que la conducía en el tránsito de La Habana a San Thomas, ahogándose María Josefa, junto con su hermana, el esposo de ésta y sus ocho hijos, ocurriendo esta desgracia en diciembre de 1821. La anterior información la hicieron por escrito los hijos de Loynaz a don Arístides Rojas, quien habíales solicitado información precisa sobre el caso, del cual conocían perfectamente los Loynaz, Rojas deseaba publicar el suceso. Los primeros Sucre que llegaron a América procedentes de Francia se residenciaron en La Habana. De ahí que se mantuviera a través del tiempo el acercamiento por parte de la familia Sucre con la región caribeña (N. de A.). 137 Carmen Brito Arocha Muy marcado este año en la vida de relación de don Andrés Bello. A ello se suma en; el aspecto epistolario su comentario al amigo Servando Teresa de Mier, residente en Filadelfia: “La monarquía (en forma limitada, por supuesto) –escribió Bello– es el gobierno único que mejor nos conviene”. La carta, interceptada en Filadelfia pasó a Bogotá vía carácter de delación a manos de don Pedro Gual, Ministro de Relaciones Exteriores de la Gran Colombia, de manos de Gual pasó a las de José Rafael Revenga, portando las advertencias del Ministro basadas en la carta: “Como por ella se ve claramente que sus opiniones son contrarias del todo a nuestro actual sistema de gobierno, le participo a Ud. para que en sus comunicaciones con este individuo guarde la debida reserva.” Ser o no ser. Es la cuestión. El impertinente supuesto monopolio de la verdad exige estar dentro del juego o... ¡fuera! Quién podría creer que punto tan insulso dentro del marco de la miseria humana sea capaz de desatar conflagraciones mundiales, incluso. La carta de Bello a Teresa de Mier quedó ahí, en el cajón de los recortes, semejante al pedazo de tela al cual se le van sacando tiritas... ¡Sabría Dios cuánto daño iban a hacer a Bello las tiritas de su recorte! A medida que avanzara la gesta independentista surgiría la anarquía pueblo arriba, pueblo abajo. Quién más, quién menos, emitiría juicio sobre qué mano convendría a regir masas enteras lanzadas al frenesí libertario. Hasta en la misma Carta de Jamaica (1815) el propio Bolívar ya se preguntaba: Pero ¿seremos nosotros capaces de mantener en su verdadero equilibrio la difícil carga de una república? ¿Se puede concebir que un pueblo recientemente desencadenado 138 Andrés Bello se lo llevó la revolución se lance a la esfera de la libertad, sin que, como Ícaro, se le deshagan las alas y recaiga en el abismo? Ni su genio profético podía rebelarle entonces la reflexión, pasado un tiempo, del filósofo Andrés Bello: “Nadie amó más sinceramente la libertad que el general Bolívar, pero la naturaleza de las cosas le avasalló como a todos; para la libertad era necesaria la independencia, y el campeón de la independencia fue y debió ser dictador.” 45 Mucho menos podía concebir don Pedro Gual a Su Excelencia, el general Bolívar, “avasallado por la naturaleza de las cosas” en el trance de asumir la dictadura, o, de mostrarse con todas sus fuerzas a defender la monarquía.46 45 Mier, José M. de. Andrés Bello en la Legación de Colombia en Londres. Carta a Teresa de Mier En: (Fundación La Casa de Bello; Comisión Nacional para la Celebración del Bicentenario de Don Andrés Bello, 1980 - 1981, pág. 520). 46 El 15 de septiembre de 1827 desde México, en correspondencia dirigida al vicepresidente de Colombia, general Santander. Pedro Gual hace severas críticas al Libertador por el desconocimiento de la Carta de Cúcuta de 1821: Crea usted que me parece inexplicable –señala Gual– la política del Libertador en los últimos tiempos. ¿Ha creído por ventura que una Constitución hecha pedazos tumultuariamente pueda ser jamás la base permanente y sólida de otro orden de cosas? Yo no entiendo esto mi querido vicepresidente, ni lo comprenderé, como no lo comprende nadie en Europa y América. El Libertador para reponer su opinión menoscabada tendrá que explicarlo, y yo espero que lo haga de una manera plausible. Sin esta explicación me parece irreparable la pérdida de la reputación más bella de este siglo (Don Pedro Gual. Homenaje en el bicentenario de su nacimiento, 1983, pág. 49) Palabras de Gual, cargadas de reproches hacia el Libertador seis años después de su desaprobación a las de Bello en relación a la “monarquía”. 139 Carmen Brito Arocha La naturaleza de las cosas Nos habla en este 1821 que; en algún lugar de España blanquean los huesos del rebelado contra Fernando VII, el mismo generalísimo que allá en el número 27 de Grafton Street de un muy “decente” golpe de timón hizo zozobrar los derechos del Rey sobre su coloniaje en América. Nos habla la naturaleza de las cosas del Juan Germán Roscio que de su puño y letra autorizó la partida de Andrés Bello a Londres como Auxiliar en Misión Diplomática, yace Roscio, asimismo, en su última morada en brazos de la madre tierra Nos habla la naturaleza de las cosas de un amor de primavera que se fue, como tantos amores que se han ido. De un Andrés Bello sumido en el dolor ante la pérdida irreparable de seres amados. Nos habla la naturaleza de las cosas; de un Simón Bolívar en plenitud, coronado por la gloria de haber cumplido en Campo Carabobo, 24 de junio de 1821, el juramento de hace dieciséis años en Monte Sacro, 15 de agosto de 1805. Nos habla la naturaleza de las cosas. Andrés Bello Diplomático 1822- Irisarri augura -trascendencia de la obra de Bello Al año de encontrarse don Andrés Bello en compañía únicamente de sus dos pequeños hijos, Carlos y Francisco, Antonio José de Irisarri lo designa Secretario de la Legación de Chile en la ciudad de Londres, 29 de mayo de 1822. 140 Andrés Bello se lo llevó la revolución Irisarri 47 escribe a Bernardo O’Higgins, Director Supremo de la República de Chile, haciendo mención preponderante de Andrés Bello. Interesa mucho señalar lo siguiente: No hay, de los americanos españoles que nos encontramos en esta Corte, ninguno como este sujeto que conozca con más circunstanciada precisión las cosas de América ni el estado de los intereses de las potencias europeas respecto a nuestro continente. Todo esto lo ha estudiado con detalles que a uno le parecen sorprendentes, y en cuanto al orden de estas relaciones de Europa con América y de América con Europa, ha creado un sistema de derecho de gentes que es original, práctico, y que algún día llegará a prosperar, si este sujeto tiene oportunidad de ser útil a algún país de América. Las complejas o harto difíciles situaciones por las que viene atravesando Andrés Bello –desde que se viera en Inglaterra sin el apoyo de sus compatriotas– son necesariamente advertidas por personas inmediatas a su trato, lo cual rebota en modo negativo en contra del gobierno de la Gran Colombia. Resulta incomprensible el hecho de que se hubiese abandonado a su suerte de semejante manera a tan digno señor y compatriota venezolano. En tal sentido críticas bastantes desfavorables se hacen sentir en contra de la figura del Libertador, ganándole opiniones antipáticas hacia su persona y que avanzarían en el tiempo. Dado el profundo sentimiento amistoso que profesara Antonio José de Irisarri a Bello, hizo 47 Irisarri se ha identificado de tal manera con las distintas facetas de la persona de Bello que, como ha afirmado, de ser necesario votaría por el señor Bello como digno embajador de la pobreza, conforme a lo dicho en correspondencia a don Joaquín Echeverría: “Bello es un verdadero sabio, por su carácter y su sabiduría y hasta por la resignación con la que soporta su pobreza, muy semejante a la mía, sino mayor”. 141 Carmen Brito Arocha cuanto estuvo a su alcance para una vez más ayudar al amigo, quien comenzaría a cumplir labores en la Legación chilena a partir de junio de 1822. Irisarri deja constancia, eso sí, del disgusto que lo embargaba por momentos mientras contestaba la carta. Veamos el siguiente párrafo: He hablado de usted al Director Supremo y ya no podrá serle su nombre desconocido. Lo he hecho cual convenía al momento, proponiéndole a usted para ocupar los más esclarecidos destinos que tiene y le sobra derecho, advirtiéndole su origen, el infortunio que lo ha perseguido y la extrema indolencia conque ha procedido la patria de usted. Usted podrá ser todo lo amigo que quiera del general Bolívar, proclamarse su partidario, pero yo sin ser ni lo uno ni lo otro, sin tener de este individuo otro conocimiento que sus hazañas, no puedo entenderlo tan grande cuando no sabe aprovecharse de hombres como usted. La situación a que lo ha reducido el patriotismo de usted debiera ser prontamente satisfecha por este general, de otra manera será preciso calificarlo de inconstante en la amistad y de poco o nada atinado en la elección de sujetos sabios y virtuosos. Aun cuando luzcan precipitadas merecen respeto las opiniones del intelectual guatemalteco, además de buen amigo de Andrés Bello, don Antonio José de Irisarri. Precipitadas porque, como el mismo Irisarri indica, no tiene del personaje otro conocimiento que el de sus “hazañas”. Campaña Admirable, Paso de Los Andes, Batalla de Boyacá, Batalla de Carabobo... ciertamente ya están asombrando a medio mundo. (El gran poeta inglés Lord Byron, dio a su yate el nombre de Bolívar. Es más, acarició la idea de ofrecerse para luchar junto al ya renombrado héroe suramericano). Que el destino depare larga vida a don Irisarri. Algo más le haría llegar la historia sobre Bolívar y sus dos guerras de “hazañas” libradas. Una pro-independencia, 142 Andrés Bello se lo llevó la revolución otra post-independencia. De la primera, contra el imperio español, saldrá ileso; de la segunda, contra la deslealtad y la envidia, al sepulcro. Un día confiará: “...estoy cansado de mandar esta república de ingratos, estoy cansado de que me llamen usurpador, tirano, déspota (y más cansado aún de ellos), funciones tan contrarías a mi natural…” (a Fernando Peñalver). Dirá Unamuno: “Si fuese yo un Plutarco no me costaría hacer una vida paralela de Don Quijote y Bolívar.” Acordada por una Sociedad de Americanos, en Londres, en 1823, antes de lograrse en Ayacucho la liberación de las nuevas repúblicas, esta revista constituyó la primera y más ambiciosa obra de cultura eminentemente americana emprendida hasta entonces desde Europa. Rafael Caldera El libertador artístico de América, de un lucero a una biblioteca Al periodista Andrés Bello se le quedó en el tintero el brillo de El Lucero: revista que pensó editar en compañía de Francisco Isnardy por esos días en que llegó a Caracas la imprenta. No pudo Bello continuar con el proyecto debido a imprevistos, entre éstos los sucesos que conmovieron Caracas a partir de 1810. Portada libro Biblioteca Americana 143 Carmen Brito Arocha Mas, para sus inquietudes el cara a cara de letras en un lucero o en una biblioteca, igual despide luz. Junto con Juan García del Río, destacado editor oriundo de Cartagena, de Luis López Méndez y de otros talentosos amigos constituyen el grupo Sociedad de Americanos. Gente amante del periodismo, en cualquier tiempo y lugar, editará la revista Biblioteca Americana, miscelánea de literatura, artes y ciencias. El mensaje de la Biblioteca Americana, como su nombre lo indica, pretende ser profundamente americanista. Aparecerá en abril de 1823. Del prospecto: No consideraremos exclusivamente en ella al colombiano, al peruano, al chileno, al mejicano, escribiendo para todos éstos, la Biblioteca será eminentemente americana, habiéndonos propuesto comparecer ante la posteridad, no habrá cabida en esta obra a lo que no sea de interés primario en general. 48 En Biblioteca Americana Andrés Bello publica: Alocución a la poesía. Fragmentos de un poema inédito titulado América. El poema consta de 834 versos y brinda a Bello la genial oportunidad de hacer un llamado a los artistas, una invitación a independizar la propia sensibilidad de la inspiración en lo extranjero. Alocución a la poesía llegará a ganar lauro imperecedero para su autor, estimándosele Libertador Artístico de América. En su primera parte Alocución a la poesía desgrana su mensaje: (Fragmento Alocución A La Poesía publicada por primera vez en la Biblioteca Nacional) 48 144 Álvarez, Federico. (1981) El periodista Andrés Bello. Caracas. Ediciones de La Casa de Bello. Andrés Bello se lo llevó la revolución Divina poesía, tú, de la soledad habitadora, a consultar tus cantos enseñada con el silencio de la selva umbría, tú a quien la verde gruta fue morada, y el eco de los montes compañía; tiempo es que dejes ya la culta Europa, que tu nativa rustiquez desama, y dirijas el vuelo adonde te abre el mundo de Colón su grande escena. También propicio allí respeta el cielo la siempre verde rama con que al valor coronas; también allí la florecida vega, el bosque enmarañado, el sesgo río, colores mil a tus pinceles brindan; y Céfiro revuela entre las rosas; y fúlgidas estrellas tachonan la carroza de la noche; y el rey del cielo entre cortinas bellas de nacaradas nubes se levanta; y la avecilla en no aprendidos tonos con dulce pico endechas de amor canta… 145 Carmen Brito Arocha Dibujos de aves y de flores por Andres Bello El genio se compone de dos por ciento de talento y noventa y ocho por ciento de perseverante aplicación. Beethoven Nandu. Grabado de W.T. Fray Hemos sido testigos de cómo Andrés Bello a objeto de satisfacer el interés de un amigo en adquirir conocimientos sobre el método Bell-Lancaster efectuó “curso intensivo de alfabetización”, se diría. Cuanto vio, cuanto escuchó pasaría directo a su entendimiento bajo la pátina de lo novedoso. Conforme a su criterio pedagógico podría rechazar, perfeccionar o no las luces adquiridas. El asunto resulta ilustrativo respecto de cuán respetuoso se comportaría Bello a la hora de ofrecer algún escrito a los lectores de Biblioteca Americana. El ñandú o avestruz de América es tema presentado por Bello en la publicación. El avestruz de América llamado también el nandú, es uno de los temas tratados por Bello en Biblioteca Americana. El ave es oriunda de Argentina Paraguay y Uruguay. Para ahondar en sus investigaciones Bello consulta las obras de: Jorge Cuvier (1769-1832), Carlos Sonnini (1751-1812), George Shaw(1751-1813), Buffon(1707-1783), Hammer(¿?) y de Félix Azara(1746-1821). La estampa es copia de la de Hammer con una ligera alteración en el pico; la de Azara, la del Nuevo Diccionario, la de 146 Andrés Bello se lo llevó la revolución la edición de Buffon por Lacepede, son pocos exactas; la de Cuvier es buena, pero se hizo con un individuo que había perdido casi todas las plumas de las alas; la de Shaw (Naturalist Miscellany) no puede ser peor. A.B. Posterior a la muerte de Bello se encontraron entre sus numerosos papeles “dieciséis perfiles de pájaros” destinados posiblemente a publicaciones como complementos de artículos de carácter científico. Ardea aequinoctialis, le Crabier blanc à bec rouge, Buff. Little White Heron, Lath.- Dibujado sobre la lámina de George Shaw, General Zoology or Systematic Natural History, London, 1819, vol.XI, p.571. Egretta Thula. Es el nombre que corresponde hoy día a la “Ardea Aequinoctialis” Es una garza que vive desde los EE.UU. por América Central hasta Sur América Llegando a Chile y Argentina. Vive en Venezuela en lagunas y lagos. Nombre común: Garcita blanca (o Chusmita). “Conocemos la fuente utilizada, o sea el libro del que tomó la imagen para el perfil de las aves: es la obra de George Shaw Zoology or Systematic Natural History, publicada en 4 volúmenes en Londres 1809-1826”. 49 Identificaron las ilustraciones de pájaros de Dibujos de Aves y Flores por Andrés Bello, Ramón Aveledo y Luis 49 Grases, Pedro. Nota explicativa de: Bello, Andrés. (1981). Dibujo de aves y flores. Ediciones de la Presidencia de la República. Año bicentenario de Andrés Bello. Chusmita. Dibujo Andrés Bello Austrian rose. Dibujo Andrés Bello 147 Carmen Brito Arocha Madre de Bello Leyendo cartas. Dibujo Eliseo Morales Pérez, del Museo Ornitológico William H. Phelps, de Caracas. Tobías Laser, Director del Jardín Botánico, identificó las flores. ¿Se pierde la esperanza? Carta de doña Ana Antonia a su hijo Andrés 23 de noviembre de 1823. (Párrafo) ...En las dos primeras tuyas me dices que dentro de dos años vienes, y según van estas cosas me parece que se verificara, y aquí me tienes contando el tiempo, las semanas , los meses, en fin , que ya ha pasado un año , y que no falta más que uno. Pero hijo mío, si te vuelves a casar, pierdo enteramente la esperanza. Efectivamente su hijo volverá a casarse. En febrero de 1824 don Andrés Bello contrae matrimonio con la joven inglesa Elizabeth Antonia Dunn, cuyo juramento de amor eterno será consagrado por el tiempo. Estas cartas de la madre deben de desatar en el hijo ausente un verdadero vendaval de inquietudes. Ella fecha su carta el 23 de noviembre de1823. Observamos que él fecha la suya el 6 de enero de 1824, dirigiéndose a las autoridades de Colombia en desesperada solicitud de ayuda para hacer efectivo su regreso a Venezuela. 148 Andrés Bello se lo llevó la revolución Las cartas de Andrés Bello a Pedro Gual El 6 de enero de 1824 don Andrés Bello se dirige al Ministro de Relaciones Exteriores de la Gran Colombia, don Pedro Gual. Acerca de la larga carta que le envió hace tres meses le dice que “espera haya tenido la fortuna de despertar en usted la memoria de un compatriota”; dicha carta quizá fue fechada en octubre de 1823. Nuevo correo, enero de 1824, y el más reciente, agosto del mismo año. Al menos las dos últimas cartas son vaciados de esperanzas desesperadas, pero que casi llegan sin fuerzas, braceadas exhaustas. ¿A quién más recurrir a fin de que se le auxilie sobre todo en sus ansias por volver a la patria? Leyendo con atención objetiva y subjetiva a la vez ambas misivas se produce de pronto la ruptura entre lectura y concentración. Cuesta creer que cada línea sea obra de puño y letra de Andrés Bello. ¿Por qué no enviarle el recurso necesario para que con mujer, hijos y todo regresase, y punto? S.O.S. Andrés Bello no quiere ir a morir al Polo Antártico Londres, enero 6, 1824. Sr. Don Pedro Gual. Mi estimado. Sr. y amigo: Escribí tres meses ha una larga carta que espero haya tenido la fortuna de despertar en usted la memoria de un compatriota, hijo (si no me engaño) de la misma ciudad, criado a los pies de la misma alma parens, quiero decir, de nuestra vieja Universidad y Seminario Santa Rosa. ¿Y qué es de nuestra anciana y venerable nodriza? ¿Ha desechado ya enteramente el tontillo de la doctrina aristotélica-tomística, y consentido 149 Carmen Brito Arocha vestirse a la moderna? No dudo que sí porque el impulso dado por las opiniones a la revolución no ha podido ser favorable a las antiguallas con que se trataba de dar pábulo a la imaginación más que al entendimiento de los americanos para divertirse de otros objetos. Yo tengo ansia de saber qué se ha hecho en Bogotá, qué en Caracas, qué en Quito, qué en los otros pueblos de Colombia para plantear el nuevo 50 edificio de educación literaria y científica, en que oigo se ocupa la atención de la legislatura. Pero no es éste, amigo mío el asunto de esta carta con que empiezo a molestar a usted. El que hoy me ocupa en preferencia a todos los otros es volver a Colombia. Tengo una familia; palpo la imposibilidad de educar a mis hijos en Inglaterra, reducido a mis medios actuales, los que debo a la bondad del Gobierno, por mejor decir, del señor Irisarri, no me bastan. Por otra parte me es duro renunciar al país de mi nacimiento, y tener tarde o temprano que ir a morir en el polo antártico entre los “toto divisos orbe chilenos”, que sin duda me mirarían como un advenedizo y usted no ignora que el espíritu de rivalidad y de celos que siempre ha habido entre los varios pueblos de América, obra hoy con doblada fuerza cuando se trata de colombianos. Agregue usted el costo de trasladarse una familia de Inglaterra a Chile. ¿Esperaré a ahorrar lo necesario para sufragar este gasto cuando antes bien veo que me voy empeñando cada día más? Pero lo peor de todo es que la remoción del señor Irisarri de este destino ha 50 Mientras cumplía en Londres funciones diplomáticas, José Rafael Revenga se reunió con su antiguo compañero de estudios de la Universidad de Caracas, Andrés Bello. Requería Revenga cierta orientación sobre material didáctico adecuado para las universidades de Gran Colombia. Al respecto solicitó de Bello alguna cooperación. Y acerca de aquellos momentos compartidos por Bello y Revenga en la capital inglesa Manuel Pérez Vila acopió lo siguiente: “Mientras en la calle la niebla de Londres envuelve hombres y cosas, Bello apura su taza de café, toma papel y pluma, y lentamente con el pensamiento puesto en su Universidad redacta un magnífico informe, casi un plan de estudios. Revenga da las gracias y se despide” (Pérez Vila, Manuel.(1974) Biografía de José Rafael Revenga , 1786-1852. Caracas. Ministerio de Educación, Dirección General, Departamento de Publicaciones). 150 Andrés Bello se lo llevó la revolución hecho mi permanencia en él apenas compatible con la delicadeza de un empleado.El Gobierno de Chile no me ha hecho saber que ha confirmado mi nombramiento, para con su actual Ministro en Londres, no tengo recomendación del mundo, en haber sido protegido y estimado de su antecesor. En una palabra, ni puedo continuar en este empleo sin desaire, ni fundar en él esperanzas de un establecimiento que me asegure la subsistencia de mi familia ni aun dentro de los moderadísimos límites a que se ha ceñido mi ambición. El Libertador cuando nombró nuevamente al señor Méndez para representante de Venezuela, 51 tuvo la bondad de nombrarme a mí en 2do para en caso de no existir aquí el señor Méndez. He cultivado como usted, desde mi niñez, las humanidades; puedo decir que poseo las matemáticas puras; y aunque por falta de medio he carecido del uso de instrumentos, he estudiado todo lo necesario para la descripción de planos y mapas. Tengo además conocimientos generales en otros ramos científicos. Disimule usted, amigo mío estos pormenores, en que he rebosado algo la vanidad o presunción; pero los creo necesarios para que usted califique, no sólo el mérito que pude haber contraído, sino también la especie de destino que me convendría. Usted no ignora mis antiguos hábitos de estudio y laboriosidad y los que me han conocido en Europa saben que los conservo y que se han vuelto en mí, naturaleza. Concluyo recordando a usted dos circunstancias: la 1- que tengo familia; y la 2- que empiezo a declinar “into the vale of years”. Haga usted lo posible por un compatriota cuya desesperada situación es cada día más embarazosa y difícil, y mande a un admirador y amigo, que se repite de usted con el mayor afecto y respeto. Andrés Bello. (firma) 52 51 Se refiere a la notificación que en 1817 recibieran en Angostura López Méndez y Bello de parte del Libertador, revistiéndolos de toda autoridad y confianza en el ejercicio de nuevas funciones en beneficio de la patria. 52 (Tenreiro, 1979, págs. 15 - 16) 151 Carmen Brito Arocha Las cartas de Andrés Bello a Pedro Gual revelan una verdad desnuda; Bello ya no sabe o ya no encuentra qué más decir. Los planteamientos fluyen sin calor, bajo el peso de la inseguridad y aun de la pena de quien sospecha verse tratado semejante a un empleadillo de segunda. Ruega, pide, conforme con cualquier cosa. En vista de lo cual, quien quiera que sea se inclinaría por aplicar compresas de mucha calma a Irisarri, que lo hacen arremeter contra todo el mundo en medio de su rechazo al maltrato a don Andrés. Por lo demás, las cartas de Bello a Pedro Gual entrañan un resumen y un dilema estáticos en el tiempo: desde finales de 1812 (tiempo en que presumiblemente llegaría a Londres la noticia de la pérdida de la primera República) desde entonces hasta el presente, mediados de 1824, Andrés Bello sigue en la capital británica sin saber qué hacer, en el sentido de asirse a un futuro, y sin saber a dónde ir. Londres, Agosto 14, 1824 Señor Don Pedro Gual Amigo y señor: Desde que nos vimos y hablamos la última vez en Caracas ¡qué multitud de sucesos han pasado por uno y otro lado! Aquella nuestra última conversación se me presenta ahora con la viveza que otras escenas y ocurrencias de la edad más feliz de la vida; todas las cuales me hacen echar de menos a cada paso, entre el fastidio de la vida monótona de Londres, aquel cielo, aquellos campos, aquellos placeres, aquellos amigos; y repetir con el Dante:... “Nessum Maggiore dolore, che ricordari del tempo felice nella miseria”. Bien es que bajo otros aspectos no puedo quejarme de mi suerte. Hasta el presente he podido vivir en Londres, si no con abundancia, en una moderada medianía, y aun he podido 152 Andrés Bello se lo llevó la revolución levantar una familia, sin saber qué son deudas, empeños ni ahogos. He pasado una vida laboriosa, pero en medio de mis afanes he tenido buenos amigos aun entre la clase distinguida de este país. Hasta el año 1822 me ocupe llevando la correspondencia de una casa de comercio, y dando lecciones de español, latín y griego. En aquella fecha me propuso el señor Irisarri que me hiciese cargo de la secretaria de la Legación Chilena, que admití con condición de que por este servicio no se me considerase obligado a continuar para siempre en el de Chile, y de que me seria libre en todo caso renunciar este empleo, y solicitar otro bajo cualquiera de los nuevos gobiernos americanos. Continúo sirviendo dicha secretaría, y he tenido la fortuna de hallar en el señor Irisarri no sólo un jefe de muchas luces y talento; sino un amigo indulgente y amabilísimo. Pero mis gastos domésticos crecen. La idea de serme aquí imposible establecer mis chicos, me aflige y desalienta, y las esperanzas de ascenso bajo un gobierno a quien soy casi del todo desconocido, no son del todo lisonjeras. La idea de trasladarme al polo Antártico y de abandonar para siempre mi patria me es insoportable. Por otra parte los años pasan con la velocidad que acostumbran; y un hombre “cujus octavum properavit aetas claudere lustrum”, no tiene tiempo que perder. En estas circunstancias, amigo mío, la necesidad de formar un plan, que corresponda a mis miras y que en lo posible no haga violencia a mis hábitos y a mis inclinaciones, unida a la imposibilidad de realizar ninguno por mí mismo, me obliga a solicitar la ayuda de mis compatriotas y amigos. Usted, en el alto destino que ocupa puede hacer mucho por mí, y no puede faltarle la inclinación a hacerlo, cuando al favorecer a un amigo le proporciona contribuir a un acto de rigurosa justicia. El Gobierno de Colombia no puede abandonar a un empleado del Gobierno de Venezuela, que como usted sabe vino a Londres con un encargo oficial, y que por su conducta no ha desmerecido la protección de uno ni otro. Si en 1810 se me consideraba útil, catorce años de residencia en Londres con 153 Carmen Brito Arocha la aplicación que usted me conoce, no pueden haber disminuido mi aptitud para el desempeño de algún cargo diplomático proporcionado a mi edad y al rango en que empecé a servir. El señor Hurtado, a quien he hecho presentes estas razones, me dice que las elevará por esta ocasión a la consideración del Gobierno de Colombia, y que me propone para secretario suyo, caso de no venir el caballero Pombo, cuya tardanza parece le ha puesto en cuidado. Sin embargo hallándose provisto este empleo, la esperanza que me inspira semejante propuesta es demasiado remota. Usted que se halla en el centro del Gobierno y goza tan dignamente de toda su confianza, puede hacer mucho más a favor mío. Contando con esta buena disposición de su parte, y con el favorable concepto de cuantos me conocen ahí, que no son pocos (y en cuyo número cuento, si no me engaño, al ilustre Bolívar) me atrevo a dirigirle estos renglones y a esperar que no serán desatendidos. El sueldo que gozo por el Gobierno de Chile es de Ps. 400. Un aumento de Ps. 100 a lo menos, y la circunstancia de volver a mi patria con esperanzas de tal o cual ascenso, me acomodarían infinito. Sí el Gobierno me creyese útil en otro ramo con un destino y esperanzas proporcionadas, lo aceptaría también reconocido, con tal que fuesen en un clima de los templados del interior, pues sé por experiencia que el calor de la costa me destruye... 53 En la correspondencia del 14 de agosto: Bello invocaba como un acto de “rigurosa justicia” el hecho de que se le ayudase en su retorno a la patria. El Ministro Manuel José Hurtado lo recomienda para el cargo de Secretario de la 53 154 (Tenreiro, 1979, págs. 17 - 18). Andrés Bello se lo llevó la revolución Legación de la Gran Colombia en Londres 54. Dos meses y medio después se le notifica el nombramiento de que ha sido objeto, es decir, tampoco en esta ocasión se le facilita volver a Venezuela. El 7 de febrero (1825) asume el cargo en la Legación. Una luz al final del túnel Legación de Colombia cerca de S.M.B. 33 Portland Place Londres, febrero 10, 1825 Al honorable Sr, Pedro Gual Secretario de Estado y de Relaciones Exteriores. Suplico a Ud. se sirva elevar al Exmo. Sr. Vice - Presidente de la República el testimonio de mi cordial gratitud por mi nombramiento a la Secretaría de esta legación colombiana. En el desempeño de las funciones anejas a este importante encargo no perderé nunca de vista mis deberes para con una patria, de cuyo servicio me apartaron circunstancias imperiosas, y hasta hora irresistibles; pero que nunca he dejado de mirar como mía. El deseo de corresponder al buen concepto y favorable recomendación de Ud. no será uno de mis menores estímulos. Dios guarde a Ud. A. Bello. 54 Wadel, D.A.G. Las relaciones británicas con Venezuela, Nueva Granada y la Gran Colombia 1810-1829. En: (Bello y Londres: segundo congreso del bicentenario, 1980 - 1981). 155 Carmen Brito Arocha Inglaterra reconoce a la Gran Colombia como república libre y soberana55 A la segunda… ¡la vencida! El 18 de abril de 1825 se firma por parte de Bogotá el Tratado de Amistad, Navegación y Comercio que se venía estudiando con Gran Bretaña. Meses después, específicamente el 11 de noviembre, don Manuel José Hurtado es recibido en el Palacio Carlton por S. M. Jorge IV, en acto de Presentación de Credenciales. Oficialmente Hurtado pasa a ser Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de Gran Colombia ante la Corte de Su Majestad Británica. Se hace efectivo el reconocimiento de Colombia como república libre y soberana. Al siguiente día, 12 de noviembre (1825) procede importante reunión entre el Canciller inglés Mr. George Canning, el Ministro Hurtado y Mr. Planta, ocasión propicia para hacer efectiva la presentación oficial de don Andrés Bello como Secretario de la Legación de Colombia en Londres. Para Andrés Bello, secretario de una nueva misión en la capital inglesa – trece años después de los traumáticos resultados de la primera -–es de reconocer que a la segunda fue la vencida En cuanto a Mr. Wellesley, rememorando aquellos convulsionados días de 1810, se caía de relamida habilidad diplomática el haber brindado cuando menos asiento a los venezolanos en Aspley House, por si acaso llegase a triunfar la revolución, y los hechos hoy conceden razón a la habilidad. 55 El 19 de junio de 1822, Estados Unidos reconoció la soberanía de la Gran Colombia. Mediante el Tratado de Madrid, firmado el 30 de marzo de 1845, España reconoció a Venezuela como República independiente. 156 Andrés Bello se lo llevó la revolución Si no es Caracas… De doña Ana Antonia a su hijo Andrés (15 de mayo de 1825) …En esta te contesto a la última que recibí que es de dieciocho de septiembre del año pasado en donde me participas tu regreso a América, y en este particular te digo que si no es Caracas para mi será lo mismo que ahora que no podre verte. Me alegro mucho de tus segundas nupcias y te deseo mucha felicidad, y creo que lo habrás hecho cristianamente. 56 ... “si no es Caracas”… “te deseo mucha felicidad”. Es una despedida desde el portal de su instinto de madre. Repertorio Americano Los fundadores de Biblioteca Americana, editores, periodistas, poetas, escritores y por encima de todo amigos, no se desalentaron frente a la desaparición de la revista el mismo año de 1823. De manera reflexiva tomaron el asunto, conscientes del esfuerzo que requería empresa de tal naturaleza bajo condiciones de poca bonanza. Lo importante es que no renunciaron a un nuevo intento. El nuevo proyecto ha sido estudiado bajo la mira de lo austero. Una publicación menos costosa; en resumidas cuentas lo primordial para estos profesionales de las letras es crear un medio que les permita comunicar el mensaje americanista. A ello se suma el afanoso espíritu que anima el medio londinense, como incitando a crear, a producir. Andrés Bello ha observado cierta ejemplaridad en la urbe inglesa: 56 (Sambrano Urdaneta, El epistolario de Andrés Bello, 1986) 157 Carmen Brito Arocha Londres es no solamente la metrópoli del comercio; – dice – en ninguna parte del globo son tan activas como en Gran Bretaña las causas que vivifican y fecundan el espíritu humano; en ninguna parte es más audaz la investigación, más libre el vuelo del ingenio, más profundas las especulaciones científicas, más animosas las tentativas de las artes.57 (De: Presentación de Repertorio Americano) No son meros cumplidos. El primero de octubre, 1826, aparece Repertorio Americano. Andrés Bello y Juan García del Río, el mismo editor cartagenero, impenitente impulsor de proyectos, son redactores principales. José Fernández Madrid y José Joaquín de Olmedo integrarán junto con otros amigos la plantilla de brillantes colaboradores. En las páginas del Repertorio se da a conocer en su máximo esplendor la “Agricultura de la Zona Tórrida”. Lienzo americano infinito, entretejido, pintado, vivificado por Andrés Bello: “¡Salve, fecunda zona que al sol enamorado circunscribes!”. Acampesinadas, soleadas, surgen imágenes destinadas a la celebridad. Bello incluye en el enjundioso contenido del Repertorio Americano algo que, es posible, le traiga “aura de montaña”; ya que el material editable lo remonta a sus mocedades, cuando, allá en Caracas, incursionó por el Ávila junto a Humboldt y Bonpland, en la ocasión en que estos estudiosos hombres andaban por el mundo tomando apuntes destinados a la realización de lo que iba a convertirse en grandioso Viaje a las regiones equinocciales del Nuevo Continente. De muchacho, Bello llegaría a verlos, tal vez, anotando cosas, para lo que llegaría a ser el descubrimiento científico del mundo americano, según apreciación de Arturo Uslar Pietri. 57 Rojas, Armando. El círculo diplomático latinoamericano en el tiempo de Bello en Londres. En: (Bello y Londres: segundo congreso del bicentenario, 1980 - 1981) 158 Andrés Bello se lo llevó la revolución Ahora, mediante la lectura del Viaje, de Humboldt, lo mismo que a través de la “Agricultura de la Zona Tórrida” se seguirán dando a conocer las bellezas y las posibilidades de América. Lo que se llama miel sobre hojuelas. Apuntes de Humboldt Las cataratas del Paraná El Paraná tiene sus fuentes en la sierra aurífera de los Goyaces, perteneciente al Brasil; y engrosado con los caudales de gran número de ríos, algunos de ellos mayores que los más grandes de Europa, forma el rio de La Plata, que está reputado como uno de los más grandes del mundo y arrastra quizá tanta cantidad de aguas como todos los de Europa juntos. Pero a pesar del gran caudal que arrastra no es navegable en toda su longitud por las cataratas y arrecifes que interrumpen su curso. Una de estas cataratas está algo al norte del río Tiete o Añambi; pero es mucho más notable la que se llama Salto de Comendiyú, del nombre de un cacique que habitaba cerca de ella al tiempo de la conquista. Es cascada terrífica, y digna de ser descrita por los poetas. Trátase del Paraná, de aquel río que más abajo toma el nombre de La Plata; de aquel río que en este lugar mismo lleva más Alexander Von Humboldt 159 Carmen Brito Arocha aguas que una multitud de los de Europa juntos, y que en el momento de precipitarse tiene en su estado medio mucho fondo, y 2.100 toesas de ancho que hacen casi una legua marina. Esta enorme anchura se reduce súbitamente a un solo canal, al que se agolpa toda aquella masa de agua, precipitándose con furor espantoso. Parece que el rio ensoberbecido con el volumen y la velocidad de sus aguas, hace estremecer la tierra, y produce la mutación de su eje. No se despeñan sus aguas verticalmente sino en un plano de cincuenta grados de inclinación sobre el horizonte, y cincuenta y dos pies de altura perpendicular. El rocío que se levanta al estrellarse el agua contra las paredes interiores de la roca, y contra los peñascos que encuentra en el canal del precipicio, se alcanza a ver a distancia de muchas leguas en forma de columnas, y de cerca presentan, heridas por los rayos del sol, multitud de iris de varios colores en que se percibe un movimiento de trepidación. De estos vapores se alimenta una lluvia que humedece eternamente los contornos; el estruendo se oye a seis leguas, y parece que se ven temblar las rocas vecinas, que están erizadas de agudísimas puntas. 58 58 Isaza Calderón, Baltazar. La vocación americanista de Andrés Bello. En: (Bello y la América Latina. Cuarto congreso del bicentenario. 1982. Tomo I capítulo IV). 160 Andrés Bello se lo llevó la revolución De puño y letra De Puño y letra, carta a Loynaz. Tomado de “Primer centenario de Bello” p.53-54) 161 Carmen Brito Arocha Los sabios también emborronan y borran Borrador de Andrés Bello mientras escribía sus célebres Silvas. Tomado de Andrés Bello Bicentenario de su nacimiento. (1982), Caracas. Edición del Consejo Interamericano para la Educación, la Ciencia y la Cultura de la Organización de los Estados Americanos 162 Andrés Bello se lo llevó la revolución De la célebre silva “La agricultura de la Zona Tórrida” de Andrés Bello ¡Salve, fecunda zona, que al sol enamorado circunscribes el vago curso, y cuanto ser se anima en cada vario clima, acariciada de su luz, concibes! Tú tejes al verano su guirnalda de granadas espigas; tú la uva das a la hirviente cuba; no de purpúrea fruta, o roja, o gualda, a tus florestas bellas falta matiz alguno; y bebe en ellas aromas mil el viento; y greyes van sin cuento paciendo tu verdura, desde el llano que tiene por lindero el horizonte, hasta el erguido monte, de inaccesible nieve siempre cano. Tú das la caña hermosa, de do la miel se acendra, por quien desdeña el mundo los panales; tú en urnas de coral cuajas la almendra, que en la espumante jícara rebosa; bulle carmín viviente en tus nopales, que afrenta fuera al múrice de Tiro; Zona Tórrida por Tito Salas 163 Carmen Brito Arocha y de tu añil la tinta generosa émula es de la lumbre del zafiro. El vino es tuyo, que la herida agave para los hijos vierte del Anahuac feliz; y la hoja es tuya, que, cuando de suave humo en espiras vagorosas huya, solazará el fastidio al ocio inerte. Tú vistes de jazmines el arbusto sabeo, y el perfume le das, que en los festines la fiebre insana templará a Lieo. Para tus hijos la procera palma su vario feudo cría, y el ananás sazona su ambrosía; su blanco pan la yuca; sus rubias pomas la patata educa; y el algodón despliega el aura leve las rosas de oro y el vellón de nieve Tendida para ti la fresca parcha en enramadas de verdor lozano, cuelga de sus sarmientos trepadores nectarios globos y franjadas flores; y para ti el maíz, jefe altanero, de la espigada tribu, hincha su grano; y para tí el banano desmaya al peso de su dulce carga; el banano, primero 164 Andrés Bello se lo llevó la revolución de cuantos concedió bellos presentes. Providencia a las gentes del ecuador feliz con mano larga. No ya de humanas artes obligado el premio rinde opimo; no es a la podadera, no al arado deudor de su racimo; escasa industria bástale, cual puede hurtar a sus fatigas mano esclava; crece veloz, y cuando exhausto acaba, adulta prole en torno le sucede(…) (…)¿Amais la libertad? El campo habita, no allá donde el magnate entre armados satélites se mueve, y de la moda, universal señora, va la razón al triunfal carro atada, y a la fortuna la insensata plebe, y el noble al aura popular adora. ¿O la virtud amáis? ¡Ah, que el retiro, la solitaria calma en que, juez de sí misma, pasa el alma a las acciones muestra, es de la vida la mejor maestra! ¿Buscáis durables goces, felicidad, cuanta es al hombre dada y a su terreno asiento, en que vecina 165 Carmen Brito Arocha está la risa al llanto, y siempre ¡ah! siempre donde halaga la flor, punza la espina? Id a gozar la suerte campesina; la regalada paz, que ni rencores al labrador, ni envidias acibaran; la cama que mullida le preparan el contento, el trabajo, el aire puro; y el sabor de los fáciles manjares, que dispendiosa gula no le aceda; y el asilo seguro de sus patrios hogares que a la salud y al regocijo hospeda. El aura respirad de la montaña, que vuelve al cuerpo laso el perdido vigor, que a la enojosa vejez retarda el paso, y el rostro a la beldad tiñe de rosa (…) Abrigo den los valles a la sedienta caña; la manzana y la pera en la fresca montaña el cielo olviden de su madre España; adorne la ladera el cafetal; ampare a la tierna teobroma en la ribera la sombra maternal de su bucare; 166 Andrés Bello se lo llevó la revolución aquí el vergel, allá la huerta ría… ¿Es ciego error de ilusa fantasía? (…) ¡Oh jóvenes naciones, que ceñida alzáis sobre el atónito occidente de tempranos laureles la cabeza! honrad el campo, honrad la simple vida del labrador y su frugal llaneza. Así tendrán en vos perpetuamente la libertad morada, y freno la ambición, y la ley templo. Las gentes a la senda de la inmortalidad, ardua y fragosa, se animarán, citando vuestro ejemplo. Lo emulará celosa vuestra posteridad; y nuevos nombres añadiendo la fama a los que ahora aclama, “hijos son éstos, hijos (pregonará a los hombres) de los que vencedores superaron de los Andes la cima; de los de Boyacá, los que en la arena de Maipo, y en Junín, y en la campaña gloriosa de Apurima, postrar supieron al león de España. 167 Carmen Brito Arocha Postrar supieron al león de españa Esta vez han sido hermanos de la patria soberana quienes vencieron al “monarca de las fieras”. Estamos, pues, en presencia de una respuesta nueva también: en lugar de la advertencia altiva al adversario suscitada tras la Batalla de Bailen, de lo profundo arranca hoy sin rencor el llamado a rendir honor a quien honor merece. Los héroes compatriotas son sus hermanos del alma y celébrales la gesta victoriosa, sin menoscabo de que el poeta permanezca unido al cordón umbilical de la Madre Patria a través de esa devoción que en Bello es casi religión: su amor al idioma de Castilla. Cuando cantó a la victoria de Bailen y cuando canta a la Zona Tórrida bendice el idioma de Castilla, no sólo porque le permite enaltecer hazañas y exultar frutos y exteriorizar la propia brillantez cual polen lanzado sobre surcos, sino porque, después de todo es su instrumento de trabajo, instrumento al cual ha venido manejando limpiamente en sus distintas formas, como si se tratara de una empresa levantada a pulso. Empresa que habrá de tener mucho que ver con la tarea de unificación de los pueblos independizados. Será precisamente el idioma castellano el enlace expedito para la integración. En la zona tórrida tanto como en el espíritu creador de Andrés Bello hay frutos aun para saciar el mundo. Más, nunca falta la cruda realidad. ¡Cuántas veces habrá ansiado Bello, haciéndosele agua la boca por un racimo de cotoperí; manosear unos mangos pintones verdi-rojos, cuánto lo habrá ansiado; cuánto habrá suspirado por un meloso gajo de caña de aquellos de los Valles de Aragua! Desde 1810, año en que partió a cumplir la famosa Misión de todos conocida, a 1826, al menos le correspondería ya en buena lid el título de Prócer Civil de la Independencia, tras haber experimentado Bello en pleno ejercicio de funciones el más crudo revés... ¡quedando a la deriva! Tras haber experimentado 168 Andrés Bello se lo llevó la revolución durante años la paradoja de vivir cada día el aumento de la escasez; tras haber testimoniado, de puño y letra, hasta la humillación ansias y penurias; tras haber acabado sintiéndose acorralado por la fijación agobiante de verse mudado en el Antártico; tras optar por jugarse la última carta al dirigirse ¡por fin!...al Libertador: (Segmento) En todas mis anteriores me he abstenido de hablar a V.E. de cosas personales. Pero mi situación es tal, que no puedo diferirlo más tiempo. Mi destino presente no me proporciona sino lo muy preciso para mi subsistencia y la de mi familia, que es algo ya crecida. Carezco de los medios necesarios, aun para dar una educación decente a mis hijos; mi constitución, por otra parte, se debilita; me lleno de arrugas y canas; y veo delante de mí, no digo la pobreza, que ni a mí, ni a mi familia espantaría, pues ya estamos hechos a tolerarla, sino la mendicidad. Dígnese Vuestra Excelencia interponer su poderoso influjo a favor de un honrado y fiel servidor de la causa de América, para que se me conceda algo de más importancia en mi carrera actual. (Londres, 21 de diciembre de 1826).59 Andrés bello y su nuevo nombramiento Don Manuel José Hurtado, Ministro Plenipotenciario de Colombia cerca de su Majestad Británica desde 1825, es llamado a su país. De manera que cesa en el ejercicio de su cargo. Don Andrés Bello, quien viene desempeñándose desde el mismo 59 Briceño Iragorry, Mariano. La ausencia de Bello. Tomado de: (Grases, 1981, pág. 313). 169 Carmen Brito Arocha año como Secretario de la Legación de Colombia pasa a ser Ministro Encargado de Negocios en la capital inglesa. Vería Bello en la nueva situación un cambio favorable para él en las relaciones laborales. En los últimos tiempos no gozó de buen trato, precisamente, por parte de su superior inmediato, el ministro Hurtado. El 7 de febrero (1827). Mediante comunicación oficial dirigida a Bogotá, Bello notifica al ciudadano Ministro Secretario de Estado y de Relaciones Exteriores de Colombia, la aceptación del cargo. De otra parte recibe información de que el diplomático y poeta cartagenero José Fernández Madrid dejará su cargo de Agente Confidencial de Colombia en Francia y se trasladará a Londres. En las más corteses palabras Bello se apresura a darle la bienvenida. Después de felicitarme por el honor que me prometo de conocer a una persona de cuyo talento he sido, tiempo ha, admirador, y de servir a sus órdenes (si el gobierno lo ha dispuesto así), le ruego que si la próxima traslación de usted a Londres exigiere tomar de antemano algunas disposiciones en esta capital, me emplee para cuanto se ofrezca y pueda yo ser útil, seguro de la buena voluntad con que me empeñaré en cumplir sus deseos. Hay momentos... cuya magia más ruidosa es el silencio Menos de dos meses lleva ocupando Bello el cargo de Ministro Encargado de Negocios cuando le llega correspondencia desde París. Le escribe José Fernández Madrid. Algunos de los amables párrafos a continuación: He recibido la apreciable carta que usted ha tenido la bondad de escribirme, y por la que doy a usted las más sinceras gracias, si llegase el caso de que yo tuviese que establecerme en esa me valdría de los generosos ofrecimientos de usted. 170 Andrés Bello se lo llevó la revolución En cartas de Bogotá y Cartagena, de 21 de noviembre, y 10 de diciembre se me comunica la noticia, tan inesperada para mí, de haber sido nombrado para esa legación, pero hasta ahora nada sé oficialmente. Acaso nuestro Gobierno lo ha meditado mejor, y mudado de resolución. En Londres existe una persona mucho más digna que yo para desempeñar el Destino de Ministro de Colombia y esa persona es usted. 1827 - El Libertador en Caracas En el primer trimestre de 1827 el Libertador llega a Caracas. Salió en volandas de Lima el 23 de septiembre del pasado año, cumpliendo agotador periplo: Quito, Pasto, Popayán, Bogotá, Venezuela. En Bogotá cumpliría parte de su urgente misión: entrevista con el vicepresidente Santander. Ha surgido grave desavenencia entre el Vicepresidente Francisco de Paula Santander y el Comandante de Venezuela José Antonio Páez. En Venezuela el asunto ha trascendido con nombre propio inclusive: “La Cosiata”– Lo más peliagudo de la novedad es el trasfondo de una posible separación de la Gran Colombia. Perspectiva que golpeará brutalmente el ánimo del Libertador. Tanto que, desde la ciudad de Coro, en pleno 24 de diciembre, escribió al general Rafael Urdaneta: Retrato “Con la mayor exactitud y semejanza”, en opinión de Bolívar. De Gil de Castro 171 Carmen Brito Arocha Yo sigo esta tarde para Puerto Cabello, por tierra, y a pasar muy malos caminos y más muerto que vivo de fatiga y de calor; pero si llego y termino la guerra civil mejor no puedo salir de este mundo. En Puerto Cabello Bolívar sostuvo una entrevista con el general Páez, quien fuera destituido por el gobierno central de Bogotá. El Libertador lo restituye en el cargo. Es más, decretó amnistía general el primero de enero. En consecuencia “La Cosiata” 60 es sofocada por los momentos. 60 La Cosiata. Después de la Batalla de Carabobo, 1821, Bolívar iba a concentrar sus operaciones militares en el sur de Colombia y Perú. El Vicepresidente de la Gran Colombia, general Francisco de Paula Santander asumiría el frente de las actividades en ausencia del Libertador. Para 1825 se esperaba una invasión de España a las regiones liberadas. El Vicepresidente Santander ordenó al Comandante militar del Departamento de Venezuela, general José Antonio Páez, llamar a una recluta forzosa para en caso de una invasión. El general Páez se negó a aceptar la orden del gobierno central, considerando injusta la medida en contra de unas reservas exhaustas, a consecuencia de tantos años de confrontación durante la guerra independentista. No obstante acabó llamando a la recluta. En esta ocasión el intendente general Juan de Escalona protestó, juzgando como una extralimitación de funciones del general Páez y lo acusó ante el Senado de Bogotá. Páez fue destituido. No faltó quien lo alentara a ver en tal acción un irrespeto a la figura del héroe independentista que representaba su persona y que por tanto no debería presentarse en Bogotá, siendo que, por otra parte correría el riesgo de ser detenido. Lo apoyaba el doctor Miguel Peña. Sustentaba Peña sus afirmaciones en propias experiencias. Siendo Presidente de la Corte Suprema de Bogotá se le destituyó al negarse firmar la medida de pena de muerte contra el coronel venezolano Leonardo Infante implicado en un asesinato. (Masur, Gerhard: Simón Bolívar, (1987). Caracas. pág. 501. cita a Ibáñez, P. M.: El coronel Leonardo Infante B. de H. Bogotá. Vol. III Número 26. y a O’Leary: Memorias, Vol. III p. 593). Se pronunciaba Peña por la cárcel perpetua, en lugar de la pena capital. En virtud de tales hechos Peña vióse obligado a huir hacia Venezuela. Residenciado en Valencia, su lugar de origen, no dudó en apoyar a Páez al conocer la situación en que se encontraba el héroe llanero. El Ayuntamiento de Valencia, se pronunció, votando a favor de que el general Páez asumiera poderes civiles y militares. En la Asamblea empezó a tratarse el tema de la separación de Venezuela de la Gran Colombia Así nació La Cosiata, o cosa tenida por muy pequeña. 172 Andrés Bello se lo llevó la revolución El 6 de enero Bolívar y Páez llegan a Caracas. Gozan de grandioso recibimiento, en honor especialmente al “hijo ilustre de la ciudad”. Sin pérdida de tiempo el Libertador se entregó en días sucesivos a trabajar de manera exhaustiva, abordando cuestiones de la administración pública. Proyecto que absorbe su atención con grande entrega es el de la reforma a implementarse en la Universidad. El 10 de enero manifiesta: “Yo estoy dispuesto a emplear todo el poder que me está confiado para hacer que este cuerpo (La Universidad Central de Venezuela) ocupe un lugar distinguido entre las universidades del mundo.” 61 61 Andrés Bello y la Universidad de Caracas: Las aulas estaban reservadas para los estudiantes de tez blanca y con recursos económicos suficientes para poder sufragar el alto costo de los estudios académicos. Había, pues, una barrera étnica, y una barrera económica que operaba como un filtro y que convertía a la Universidad en una institución elitista al servicio de los grupos más influyentes de la sociedad. Hubo que esperar hasta 1827 para modelar una universidad distinta, abierta a todas las corrientes del pensamiento, con plena libertad de cátedras, al servicio de todos los sectores sociales, sin tomar en cuenta el color dé la piel ni las creencias religiosas. Leal, Ildelfonso. En: Bello y Caracas Primer Congreso Bicentenario. (1979). 173 Carmen Brito Arocha A ciento seis años de fundada, entonces, dicha casa de estudios, el doctor José María Vargas 62 al lado de notables profesionales compartirán responsabilidades junto al Libertador en la reforma universitaria. 62 Podría resultar interesante saber que el 3 de octubre de 1839 el doctor José María Vargas se dirigió al Secretarlo de Estado en el despacho de Hacienda y Relaciones Exteriores, en Caracas, presentándole el informe que se le hubo solicitado sobre una sustancia mineral de color negro, brillante, hallado en el sitio de Pedernales, en el Bajo Orinoco, sustancia de la cual se le envió la muestra a objeto de que fuese analizada. “Esta sustancia mineral – contestaba Vargas –es el asfalto o betún de Judea, de los antiguos, llamado también pez mineral. Su bello color negro de terciopelo, su brillo, su fragilidad junto con su consistencia más o menos blanda, según el calor a que está expuesta, su combustión con buena llama dejando poco residuo, su olor y demás modos muestran su buena calidad sí hemos de juzgar por la muestra presentada”. (Continuando con la exposición del largo y minucioso informe sugiere que deberían proseguirse investigaciones sobre tan importante asunto o hallazgo). “Convendría mucho excitar al señor Gobernador de Guayana, que ha tomado tan ilustrado interés en averiguar las calidades del mineral y dar sus noticias al Supremo Gobierno, a que continuase sus investigaciones”. Agrega el doctor Vargas: “Es de advertir que el petróleo, malta o aceite mineral espeso y negruzco, que destilado también de la nafta o aceite transparente y de color a vino, que a veces parece nativo, en las orillas del mar Caspio y otros lugares, se halla también en territorio venezolano. Tengo una botella de eso, petróleo sacado en la Provincia de Trujillo. Tenemos, pues, el verdadero disolvente del asfalto para formar el barniz negro”. “Es mi convicción que el hallazgo de las minas de carbón mineral, y de asfalto en Venezuela, es, según sus circunstancias actuales, más precioso y digno de felicitación para los venezolanos y su liberal Gobierno que el de las de plata u oro”. (Ref.: Mi Periódico -Edición febrero-marzo 1978 - Fuente: Salas, Guillermo José. Petróleo). Tener en su poder una botella de petróleo llenaba el ego del sabio. Bien lejos estaba de imaginar a Venezuela montada sobre millones y trillones de barriles del aterciopelado “pez mineral” o petróleo. Ni él ni nadie en el mundo podría suponerlo. Nació el doctor José María Vargas en La Guaira el 10 de marzo de 1786. Se graduó de médico a los veintidós en la Universidad de Caracas. Fue Rector de dicha casa de estudios nombrado por el Libertador en 1827 y Presidente de la República de Venezuela en 1835. Murió en la ciudad de New York el 13 de julio de 1854. 174 Andrés Bello se lo llevó la revolución Andrés Bello presenta quejas al Libertador por desaire recibido de parte del gobierno grancolombiano General Bolívar; Agrego estos pocos renglones que no sé si alcanzarán al correo de Barlovento para anunciar a Vuestra Excelencia que el señor Madrid llegará a Londres (según noticias que acabo de recibir) dentro de muy pocos días, o tal vez horas. En la orden del gobierno relativa al nombramiento de este digno individuo, se previene que vuelva yo, en clase de Secretario de Legación, a gozar el sueldo que tenía antes de confiarme el encargo de negocios. Yo creo que en el cúmulo de atenciones que rodeaban al Ejecutivo, no se hizo reparo en la ilegalidad de esta disposición. La ley de la materia previene que el secretario goce la tercera parte del sueldo del ministro, y aumentado éste a doce mil pesos (que no es un exceso sino lo necesario para vivir con una moderada decencia en el rango correspondiente), parecía natural consecuencia concederme el beneficio de seiscientos sesenta y seis pesos más al año. Me es sensible la disposición citada, no por el perjuicio pecuniario que me irroga (aunque en mis circunstancias, grave), sino por la especie de desaire que lo acompaña. Vuestra Excelencia me conoce, y sabe que un sórdido interés no ha sido nunca móvil de mis operaciones. Si yo hubiera jamás puesto en la balanza mis deberes con esa especie de consideraciones, estuviera hoy nadando en dinero como lo están muchos de los que han tenido acceso a la Legación de Colombia. Desde más de seis años a esta parte, no me hallaría reducido a mi sueldo para alimentar mi familia. Estoy ya a las puertas de la vejez, y no veo otra perspectiva que la de legar a mis hijos por herencia la mendicidad. 175 Carmen Brito Arocha Si Vuestra Excelencia cree que está en el orden de la justicia interponer su alto influjo para que se me conceda la asignación que previene la ley, estoy seguro de que lo hará; y aun me lisonjeo de que me tendrá presente para nombrarme, o recomendarme a otra Legación con un carácter superior al que ahora tengo, seguro de que en todas partes, y en todas ocasiones, consagraré mis débiles fuerzas al servicio de la República y de Vuestra Excelencia, y a lo menos, mi celo suplirá por las cualidades que me falten. 63 A mediados de año (1827), concretamente el 16 de junio, el Libertador procede a contestar la correspondencia del Secretario de la Legación de Colombia en Londres, don Andrés Bello. A mediados de año (1827), concretamente el 16 de junio, el Libertador procede a contestar la correspondencia del Secretario de la Legación de Colombia en Londres, don Andrés Bello. En el renglón inmediato se lee: Mi querido amigo, he tenido el gusto de recibir las cartas de usted del 21 de abril, y la verdad, siento infinito la situación en que se halla colocado usted con respecto a su destino y renta. Yo no estoy encargado de las relaciones exteriores, pues que el general Santander es el que ejerce el poder ejecutivo. Desde luego, yo le recomendaría el reclamo de usted pero mi influjo para con él es muy débil y nada obtendría. Sin embargo le he dicho a Revenga que escriba al Secretario del Exterior interesándose en favor de usted. 64 63 (Sambrano Urdaneta, El epistolario de Andrés Bello, 1986, págs. 64 - 65) 64 Verna Pal, Bello y las minas del Libertador. En: (Bello y Londres: segundo congreso del bicentenario, 1980 - 1981, pág. 477). 176 Andrés Bello se lo llevó la revolución Paréntesis ¿Dónde se encontraría Andrés Bello en el momento de leer la contestación de Bolívar? ¿Dónde abandonaría su cuerpo, en algún mueble, o lo echaría contra una pared? (palabras amigas del juego de ideas). O, de las verdades increíbles: ¿A qué más alta autoridad, sino al Libertador habría de pedirle ayuda? Compañeros desde niños, compañeros, sobre todo en aquella misión que lo aventó a él, a Andrés Bello en persona y sin figura retórica, mar adentro, al parecer en viaje sin retorno… ¿Que Bolívar tampoco pueda ayudarlo? Es posible que los hechos hubiesen tomado otro giro, que no el de un grande y justo malestar de Bello, lo cual es lógico suponer si, oportunamente se le hubiera puesto al tanto de modo más respetuoso del reajuste financiero o forzosas medidas tomadas conforme determinada crisis que pudiese hacer vulnerable la República. “Llega un momento en que se trata de economizar por todas partes con un rigor que lleva a reducir a Bello el escaso sueldo que se le había asignado” 65 A propósito del nombramiento de Fernández Madrid ha expuesto José M. de Mier: Sabemos que el Libertador nombró a José Fernández Madrid en la Legación en Londres mediante un decreto que firmó el 23 de noviembre de 1826, que en el segundo párrafo del artículo de la parte resolutiva dice: “Tampoco influirá aquella asignación (la de 12.000 pesos de sueldo anual del señor Madrid) en la que, sin el aumento de sueldo, tendría para gastos de vuelta, ni en lo que haya de tener el secretario de la 65 Polanco Alcántara, Tomás. La actividad diplomática de Andrés Bello en Londres. 1825-1829. En: (Bello y Londres: segundo congreso del bicentenario, 1980 - 1981, pág. 508). 177 Carmen Brito Arocha Legación (Señor Andrés Bello) que continuará lo mismo que hasta aquí (44.5)”. En esta disposición el General Bolívar violaba el citado decreto del Congreso Nacional sobre sueldos a servidores en el exterior.66 Algo muy interesante, que no coincide, surge entre el 23 de noviembre de 1826 (decreto de la designación de Fernández Madrid, firmado por el Libertador), y la carta de Bello del 21 de diciembre: Encontramos que, el 24 de diciembre (tres días después de fechada la carta de Bello en Londres), Bolívar dirige un mensaje desde la ciudad de Coro al general Rafael Urdaneta. Luego no pudo haber leído Bolívar la carta de Bello del 21 de diciembre. La pregunta es; de haber leído Bolívar el patético mensaje de Bello ¿hubiera procedido de la misma manera, indiferente desde todo punto de vista a la situación que tan seriamente afectaba al amigo y compatriota ausente? En la contestación que envía a don Andrés Bello desde Caracas, a mediados de 1827, señala: he tenido el gusto de recibir las cartas de usted del 21 de abril. De su parte Bello advierte en su correspondencia del mismo mes: (...) “agrego estos pocos renglones que no sé si alcanzarán al correo de Barlovento.” No se hace mención de mensajes fechados el año anterior. 66 178 Mier, José M. de. Andrés Bello en la Legación de Colombia en Londres 1825-1829. Andrés Bello se lo llevó la revolución Se queja también don Simón Rodríguez El 5 de julio de 1827: partirá de nuevo el Libertador hacia Bogotá. Desde el pasado año un importante personaje ha venido procurando comunicarse con el general Bolívar. Se trata de don Simón Rodríguez. Don Simón Rodríguez escribe al Libertador, desde Oruro, Bolivia, 30 de septiembre de 1828. (Párrafos): No sé lo que deberé de aquí a la respuesta de usted, ni lo que me costará el viaje por mar y tierra. Si usted me envía con qué pagar y viajar me iré, si no, me pondrán preso, me soltarán para que trabaje y pague, y la suerte hará el resto. En buenos trapos me veo por meterme a defender al público sin armas. A su regreso de Europa el maestro Simón Rodríguez fue designado por el Libertador Director de Educación y Director General de Minas y Agricultura en Bolivia, consta en Acta de la Asamblea de Diputación Permanente del 19 de diciembre de 1825, de la entonces recién creada República. Posteriormente se vería el maestro sumido en difícil situación relativa a sus ocupaciones oficiales, lo cual iría degenerando en verdadero caos en su día a día. Lamenta ver desplomarse su muy preciado Proyecto de Educación, la implantación de Simón Rodríguez. Dibujo Eliseo Morales 179 Carmen Brito Arocha las Escuelas Técnicas. El plan de estudios mereció apoyo irrestricto por parte del Libertador, mas todo se vino abajo en cuanto Bolívar se ausentó de Bolivia. El Presidente de la República, Antonio José de Sucre, y el Director de Educación don Simón Rodríguez no lograron limar asperezas, frecuentes en empresas de complejo desarrollo. Factores de poder, además, fueron contrarios al proyecto ‘Rodriguista’. Con una gota de humor, bebiendo en su copa de amargura, Don Simón Rodríguez escribió aquel llamado Memorial de Oruro 67 , 30 de septiembre. Mientras, allende los mares don Andrés Bello se debate entre sinsabores, golpeado por lo que juzga desaires e injusticias en contra de su persona. Ojalá pudiese servirle de consuelo lo que en hora menguada está pasando “por acá”. No están en un “lecho de rosas” querido don Andrés… 67 Don Simón Rodríguez no volvería a encontrarse nunca más con el Libertador. No existe evidencia hasta el presente de conversaciones o de fluida correspondencia entre ambos personajes desde que se separaran en Bolivia en 1826. Ni siquiera O’Leary dejó testimonio sobre algún posible reencuentro. La falta de comunicación entre “los dos Simones”, como solía mencionárseles, no mermó en el maestro los afectos hacia su discípulo y amigo. Cuando más recios se pronunciaban los ataques antibolivarianos, don Simón Rodríguez escribió la defensa de Bolívar: El Libertador del Mediodía de América y sus Compañeros de Armas Defendidos por un Amigo de la Causa Social. A comienzos de 1854 el maestro llegó enfermo a Amotape, Perú, con su compañero de viaje, el joven Camilo Gómez, amigo de Cocho, hijo de don Simón. Habían permanecido días en una barcaza azotados por un temporal. Entonces enfermó el maestro. Andaba el ilustre anciano todavía ganándose la vida, unas veces de maestro, otras, desempeñando rudos oficios. Por disposición de la autoridad eclesiástica del lugar don Simón fue condenado al aislamiento, considerándosele “hereje”: declaraciones formuladas por Camilo Gómez en 1898 al periódico El Grito del Pueblo de Guayaquil. El cura—dijo Camilo Gómez— al final prestó los auxilios religiosos al moribundo. Sólo Camilo Gómez permaneció hasta los últimos momentos al lado de don Simón Rodríguez, el Maestro del Libertador. Don Simón Rodríguez murió el 28 de febrero de 1854, a la edad de ochenta y cinco años. Había nacido en Caracas el 28 de octubre de 1769. Conforme a la Partida de Bautismo correspondiente al niño Simón Narciso: hallada en la Parroquia Candelaria por la Fundación John Boulton. El 22 de julio de 1953, el historiador venezolano J. A. Cova presentó ante el Senado de la República un Proyecto de Acuerdo, pidiendo se otorgasen los honores del Panteón Nacional a don Simón Rodríguez, maestro venezolano, proyecto acordado en 1954. 180 Andrés Bello se lo llevó la revolución 1828 18 de abril. Atentado en Bolivia al Presidente de la República Antonio José de Sucre 25 de septiembre. Atentado en Bogotá al Libertador Simón Bolívar …Por lo visto y por los hechos, sí era débil el “influjo” de Bolívar sobre Santander, tal cual comunicó Bolívar a Bello en su contestación de junio del año pasado (La idea del magnicidio vendría calentando cabezas hace tiempo)... ¡quién sabe! Habrá fusilamientos. Habrá ahorcamientos. Habrá conmutación de pena de muerte por el destierro (a Santander). El asunto no es una perita en dulce. José Fernández Madrid y Andrés Bello firman negociación de las minas de Aroa del Libertador. Las condiciones de compra-venta le son comunicadas sin pérdida de tiempo Londres, 3 de julio de 1828 Exmo. Señor. Tenemos la honra de acompañar a VE. copia del contrato que hemos celebrado de la propiedad de VE. Los términos son & 38.000, pagaderos del modo siguiente: los 20.000 a la presentación de los títulos; 15.000 seis meses después y el resto al cabo de otro igual. Se propuso por los compradores que el pago del arrendamiento de la Asociación de Bolívar se hiciera a ellos desde el día en que entregasen la primera de las anteriores partidas: pero después de una larga discusión convinieron en que esto se verificase a 181 Carmen Brito Arocha los seis meses de dicha entrega; lo que nos parece que mejora considerablemente las condiciones del contrato con respecto a V. E. Antes de firmarlo creímos de nuestro deber consultarlo con un abogado de crédito para satisfacernos de su legalidad y valor en ese país, y después de algunas observaciones ligeras, quedó en la forma en que la transmitimos a V.E Queda a nuestra elección ajustar un nuevo tratado para la transmisión de la propiedad a los verdaderos compradores que son los mismos Jones y Dickenson por una parte considerable y otras cinco o seis personas por el resto, entre ellas y la de la más alta respetabilidad comercial, que es Mr. Grenfell. Si este nuevo contrato ofrece una verdadera garantía del cumplimiento del primero, lo celebraremos; pero si hayamos que disminuye o traspase a otros la responsabilidad de los primeros contratantes preferimos probablemente que queden las cosas en su estado actual, porque nos parece más ventajoso para V.E. tener que entenderse con estos Señores, que no con una asociación de siete a ocho personas, la mayor parte de las cuales son de un crédito inferior al de Dickenson. Tenemos la honra de repetirnos de V. E. humildes y obedientes servidores. Fernández Madrid y Andrés Bello. 68 Mediaron múltiples gestiones para avanzar en la venta de las minas La realización de este negocio ha venido convirtiéndose en propósito obsesivo para el Libertador, insistiendo en que no cuenta con otro bien capaz de asegurarle estabilidad económica a la hora de dejar el mando. No cuenta con “nada...nada...nada más”. El caso es que la Jones y Dickenson, firma inglesa, cierra la negociación. No obstante de nuevo surge una serie de contratiempos que impide a Bolívar 68 182 Archivo del Libertador. Casa Natal. Vol. 107, Tomo 7, folio 154. Andrés Bello se lo llevó la revolución finiquitar con total celeridad el negocio. Y, aun cuando ya lo que había de hacerse por parte de Fernández Madrid y de Bello ha quedado cubierto en gran proporción, persisten dificultades relacionadas con la entrega de documentos, cuales correspondería a Bolívar remitir desde Caracas. Entre una dificultad y otra las minas están minando de impaciencia al Libertador. Una de las tales dificultades está presente en la persona de José Felipe Lazo, a quien Bolívar se vio en trance de abofetear. 69 Ahora, sea cual fuere en lo adelante el resultado del asunto: Andrés Bello cree haber dado su aporte en la medida de sus posibilidades, lo cual le complace ya que ha entrado en conversaciones para trasladarse a Chile y existen posibilidades muy buenas al respecto. Por tanto ha puesto empeño en dejar adelantadas las diligencias sobre la venta de las minas de cobre de Aroa. Andrés Bello envía a Caracas colección libros clásicos de Francisco de Miranda No partiría Andrés Bello hacia Chile sin llevar a cabo otra misión no menos importante que la efectuada sobre la negociación de las minas de Aroa del Libertador. Ahora se trata de la colección de libros clásicos del general Francisco de Miranda 70, donada en testamento – 1ro de agosto de 1805 – a la Universidad de Caracas. 69 Verna, Paúl. Bello y las minas del Libertador. Andrés Bello corredor de minas y bienes raíces en Londres. Fundación Casa de Bello. pág. 476 70 A la Universidad de Caracas se enviarán a mi nombre los libros Clásicos Griegos de mi biblioteca, en señal de agradecimiento y respeto por los sabios principios de literatura y de moral cristiana con que alimentaron mi juventud; con cuyos sólidos fundamentos he podido superar felizmente los graves riesgos y peligros en que la suerte ha querido colocarme. En: Leal, Ildefonso. (1980) Ha muerto el Libertador. Homenaje de la Universidad Central de Venezuela en el sesquicentenario de su muerte, pág. 26. 183 Carmen Brito Arocha El 5 de julio de 1828, dos días después de haber escrito a Bolívar acerca de la venta de las minas, Andrés Bello firma el documento cuyo envío partirá de Inglaterra rumbo a Venezuela junto con la preciada herencia del Precursor de la Independencia a sus conciudadanos. “Miranda, Bolívar y Bello. La potencia precursora, la potencia libertadora, la potencia civilizadora” 71. A través de sus nombres están cerrando capítulo de cuando –en una u otra forma– hicieran vida en Londres. Un cambio extraordinario Simón Don Mariano de Egaña Podría producirse de un momento a otro en la vida de Andrés Bello. El medio diplomático en que se ha venido desenvolviendo entre interrupciones y continuaciones le ha permitido darse a conocer y lo que es más importante, hacerse estimar por personajes de distintas ejecutorias e influyentes en sus respectivos escenarios. Es el caso, por ejemplo, de don Mariano de Egaña; representante en los últimos tiempos, del gobierno de Chile en la Corte británica. Mariano de Egaña, luego de alternar durante algún tiempo con don Andrés, compartiendo gajes del oficio, unos buenos otros no tanto, acabó por apreciar en el ca71 Orrego Vicuña, escritor chileno, ha señalado a los tres caraqueños: “Miranda, Bolívar y Bello: La potencia precursora, la potencia libertadora y la potencia civilizadora”. 184 Andrés Bello se lo llevó la revolución raqueño un contexto de admirable condición humana y de envidiable cultura. Por tanto no vaciló en gestionarle un posible traslado a Chile, en cuanto se enteró de que don Andrés Bello, Secretario de la Legación de Gran Colombia en Londres se mostraba decidido a establecerse en la nación sureña en caso de darse una plaza vacante. En comunicación oficial a la Cancillería de su país, en noviembre de 1827 don Mariano de Egaña expresa: ¡Este es el hombre! “En ninguna circunstancia habría omitido dar a Usía cuenta de la oportunidad que hoy se ofrece a Chile de hacer una adquisición importante en la persona de un excelente empleado”. Es obvio el marcado interés del alto funcionario en su papel de buen negociador alrededor de un proyecto que redundaría en beneficio de su país. Egaña agrega comentarios buenos de no perderlos de vista, porque en ellos se está jugando el futuro de Andrés Bello: Usía me permitirá aquí una observación: tal es la necesidad en que se halla el gobierno de atraer a las oficinas de su inmediato despacho a personas que tengan conocimientos prácticos del modo con que giran los negocios en las grandes naciones de Europa, precedido, por tantos años, en el manejo de la administración pública. Esa experiencia, que no es posible adquirir sin haber residido durante algunos años en Europa en continua observación y estudio, y con regulares conocimientos anticipados, nos sería muy provechosa para expedir con decoro y acierto los negocios, y aparecer con dignidad a los ojos de las naciones en nuestras transacciones políticas. 185 Carmen Brito Arocha Al ahondar en su presentación añadiría reflexiones no menos halagüeñas en torno del personaje: La feliz circunstancia de que existan en Santiago mismo personas que han tratado a Bello, me releva en gran parte de la necesidad de hacer el elogio de este literato; básteme decir que no se presentaría fácilmente una persona tan a propósito para llenar aquella plaza. Educación escogida y clásica, profundos conocimientos en literatura, posesión completa de las lenguas principales, antiguas y modernas, práctica en la diplomacia, (esto es sin hacer todavía elogios) y un buen carácter, a que da bastante realce la modestia, le constituyen, no sólo muy capaz de desempeñar satisfactoriamente el cargo de oficial mayor, sino que su mérito justificaría la preferencia que le diese el gobierno respecto de otros qué solicitasen igual destino. 72 Etc., etc., etc. necesitamos! En palabras de calle: ¡Este es el hombre! ¡Este es el hombre que ¿Una lágrima?... Para el 6 de mayo (1828) don Andrés Bello yacía recibiendo notificación con el resultado positivo de las gestiones del ministro Egaña. Firmaba la correspondencia oficial don José Miguel de La Barra y se le informa que el Presidente de la República, don 72 Caldera, Rafael. La conjunción de Bello y Chile, lección y ejemplo para Latinoamérica. En: Bello y Chile. Tercer congreso del bicentenario. La Casa de Bello. 1981. pag 2. 186 Andrés Bello se lo llevó la revolución Manuel Antonio Pinto, aprobaba el traslado de don Andrés Bello, – a quien tuvo oportunidad de conocer en Londres. Se comprometía el gobierno chileno a cubrir costos de viaje del venezolano; manteniendo la oferta de empleo de acuerdo con las aspiraciones del señor Bello; la paga estaría en el orden de los mil quinientos pesos, lo estipulado a los oficiales mayores; es más, en el supuesto de que don Andrés no se sintiera a conformidad por una u otra razón en Chile, el gobierno quedaba comprometido a costearle de nuevo el viaje que desease emprender, a cualquier lugar de América en compañía de sus familiares. ¡No puede ser!.... El mazazo de esta otra verdad increíble ¿en qué parte haría caer una lágrima... ahora, de Andrés Bello? Andrés Bello halló su Leleux en el diplomático chileno Mariano Egaña. ¡Se salva la portentosa obra en cierne del sabio americano! El 14 de noviembre, se le estaba dirigiendo a Bello comunicación oficial procedente de Bogotá, notificándosele el nombramiento de que había sido objeto por parte del Libertador: sólo que el desempeño de funciones se iniciaría “en cuanto las cosas de Portugal se aclaren un poco más”. Le oficia el Secretario de Estado en el Despacho de Relaciones Exteriores. Estanislao Vergara. Dice el oficio: Tengo el honor de poner en conocimiento de usted que, teniendo plena confianza en su celo y aptitud ha dispuesto el Libertador se confiera a usted el destino de Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario de la República cerca de la Corte de su Majestad Fidelísima en la Legación que debe enviarse dentro de poco a aquel país. Se promete el Libertador que usted no tendría dificultad en admitir este destino, y 187 Carmen Brito Arocha sólo aguarda las órdenes convenientes sobre extender las instrucciones y los plenos poderes acreditando a usted de Ministro, cerca del gobierno que se estableciere en aquel país. Mientras tanto continuará usted desempeñando la agencia confidencial de la República en París y allanando dificultades que aún puede oponer el ministro francés a la conclusión de un tratado con nosotros. Luego que usted crea que ha llegado el momento favorable para comenzar las negociaciones lo avisará usted oportunamente al señor Madrid; y al señor Palacios (Leandro) que debe hallarse en París, lo hará usted verbalmente, como de cuanto ocurra que tenga conexión con el adelanto de nuestras relaciones con Francia. 73 Pareciera una intervención tajante del Libertador en su propósito de dar mejor destino a Bello aunque no estuviesen dadas las condiciones todavía para el puesto destinado. Es evidente que el Libertador, de sentimientos nobles, en forma reflexiva y lleno de la mejor buena voluntad determinó prestarle atención al caso Bello. De cualquier forma, para el momento de lo que consideramos rectificaciones tardías o sobre la marcha, ya Bello había confirmado a don Mariano Egaña que estaría dispuesto a trasladarse a Chile en caso de oportunidad de trabajo. La designación de don Andrés Bello como Cónsul General de Colombia en Francia quedó por igual en el papel debido a la carencia de recursos económicos para sufragar gastos de viajes en unión de la familia. Don Estanislao Vergara cumple con participarle al ministro Fernández Madrid pormenores alrededor del reciente nombramiento de don Andrés Bello. Sin pérdida de tiempo el ministro procede a dar contestación al asunto el 6 de noviembre de 1828. Dirigiéndose al Libertador. 73 188 (Sambrano Urdaneta, El epistolario de Andrés Bello, 1986, pág. 72) Andrés Bello se lo llevó la revolución Segmento del mensaje: El señor Vergara me avisa de oficio que el señor Bello está nombrado Cónsul General en Francia, no sé si aceptará, porque ha tiempo que le oigo hablar de la necesidad en que se encuentra de dejar Europa por estar apurados sus recursos y serle absolutamente imposible subsistir aquí por más tiempo. Bien sabe usted que tiene familia y que por espacio de un año, no hemos recibido sueldos. Parece que algunos amigos del señor Bello le han escrito de Chile, ofreciéndole su protección en aquel país. En mi concepto la pérdida del señor Bello debe ser muy sensible a Colombia, porque tenemos muy pocos hombres que reúnan la integridad, talento e instrucción que distinguen al señor Bello. 74 En el callado refugio de las letras, compañeras incondicionales en los dolorosos silencios, el poeta ha renunciado a los dichosos días de la juventud ...prender quise la sombra, atar el viento, seguir el humo y detener el rio. (Égloga. Andrés Bello) Ahora, en medio de una ciudad en brumas, ha renunciado a su feliz ayer. No para mí, del arrugado invierno, Rompiendo el duro cetro, vuelve mayo, la luz al cielo, a su verdor la tierra; 74 (Sambrano Urdaneta, Cronología de Andrés Bello 1781-1865, 1986, pág. 31) 189 Carmen Brito Arocha No el blando vientecillo sopla amores o al rojo despuntar de la mañana se llena de armonía el bosque verde. Que a quien el patrio nido y los amores De su niñez dejó, ¡todo es invierno! 75 Al filo de la madrugada En la madrugada del 13 de febrero de 1829 don Andrés Bello se despide de José Fernández Madrid mediante una esquela. Se lee entre líneas un hondo manifiesto de Bello respecto de su permanencia en un lugar sin sentir la querencia del arraigo. Mi querido amigo: Escribo ésta a las cuatro y media de la mañana, en que al fin lo tengo todo arreglado, y aguardo con impaciencia que amanezca para dejar esta ciudad, por tantos títulos odiosa para mí, y por tantos otros digna de mi amor, particularmente ahora que la habita el primero de los hijos de Colombia y el mejor de los hombres. Que no pueda yo expresar a usted la tierna gratitud de que parto penetrado. ¡Vivirá, amigo mío, vivirá para siempre en mi corazón la memoria de los favores de usted, de su constante indulgencia a mis fallas, y del cariño y estimación con que me ha honrado! Haber inspirado a usted estos sentimientos, es mi orgullo, mi consuelo entre tantos motivos de humillación, cultivarlos será la felicidad, de mi vida. Un beso a Perico, y ¡Adiós! ¡Adiós! 76 75 Fragmento de Todo es invierno, poema escrito por Andrés Bello antes de su partida de Londres. 76 Andrés Bello: bicentenario de su nacimiento, OEA. 1982, pág. 71. 190 Andrés Bello se lo llevó la revolución ¡Adiós! ¡Adiós! La modestia de la sabiduría arropa por entero su grandeza Se va dolido por tantos motivos de humillación… A la edad de cuarenta y ocho años don Andrés Bello abandona la ciudad de Londres. Andrés Bello. Dibujo Eliseo Morales 191 Carmen Brito Arocha Por poco no se embarca, después de estar a bordo su equipaje, por no poder pagar ciertas deudas urgentes. Fue preciso que yo saliese a solicitar, sobre mi crédito personal, algún dinero, para sacarlo del apuro, como lo conseguí: Comunicó Fernández Madrid al Libertador en carta del 18 de febrero Carta de José Rafael Revenga a Andrés Bello Aun cuando sea ya demasiado tarde, olvidándose de que debía mantener la debida reserva en sus comunicaciones con el individuo, José Rafael Revenga invita a Bello volver a la Patria: (25 de abril de 1829, párrafo.) Véngase usted a nuestra Colombia mi querido amigo; véngase a participar de nuestros trabajos y de nuestros escasos goces, ¿quiere usted que sus niños sean extranjeros al lado de todos los suyos, y en la misma tierra de su padre? Pasaporte Resurrección de náufrago atrapando salvavidas habría sido para Bello la invitación hace dieciocho, quince, diez, cinco, ¡vaya!...siquiera dos años atrás. Para estas horas Bello y familia se hallan justamente en alta mar. Y para cuando llegue el mensaje de Revenga a manos del ilustre destinatario el mismo se encontrará en Chile. 192 Andrés Bello se lo llevó la revolución Siendo de considerar que, después de haberse embarcado un señor: (...) para emprender el viaje de novela de navegar el Atlántico y pasar el Estrecho de Magallanes, cruzar el Mar de las Penas y el Seno de la Última Esperanza,77 después de haberse embarcado, repetimos , para un viaje de cuatro meses y días de navegación, acompañado de esposa e hijos, más un compromiso por delante con gente del gobierno de otro país, incluido el Presidente de la República, no le resultaría fácil a un virtuoso señor dar marcha atrás, es decir, devolverse por donde vino, previo repartir gracias a todo el mundo por los buenos propósitos y, ¡hasta “lueguito”, pues! ¡Nunca! En la presente ocasión Andrés Bello quedará atrapado dentro de sus rígidos moldes de responsabilidad, presumimos. En un futuro, tarde o temprano, podría pensar en su anhelado viaje a Caracas... Por ahora, a pesar de haberse marchado mal de su agrado rumbo a las latitudes del Antártico y de sentirse dolido por tantos motivos de humillación, lo único seguro es que la hechura de la decencia de este hombre es tal que lo liberará de llegar despotricando en tertulias o por correo, o por periódicos contra gente de su propia tierra... Carta del Libertador a José Fernández Madrid (Párrafos) Quito, 27 de abril de 1829 He recibido diferentes cartas de usted con gusto y con dolor; unas me anuncian cosas y opiniones agradables; otras me hablan de males de usted y de aflicciones paternas. También me indica usted de cuando en cuando la miserable situación pecuniaria de 77 Serrano Pellé, Alberto. Primer libro de la Semana de Bello en Caracas. 193 Carmen Brito Arocha esa Legación, que obliga al amigo y digno Bello a salir de ella a fuerza de hambre. Yo no sé cómo es esto, pues siempre se trata en el Ministerio de Hacienda de envíos y de libranzas para Londres. Siempre me aseguran que está usted bien pagado, en fin esto es muy desagradable y aun deshonroso. Últimamente se le han mandado tres mil pesos a Bello para que pase a Francia; y yo ruego a usted encarecidamente que no deje perder a este ilustrado amigo en el país de la anarquía. Persuada usted a Bello que lo menos malo que tiene América es Colombia y que si quiere ser empleado en este país que lo diga y se le dará un buen destino. Su patria debe ser preferida a todo; y él digno de ocupar un puesto muy importante en ella. Yo conozco la superioridad de este caraqueño contemporáneo mío; fue mi maestro cuando teníamos la misma edad; y yo le amaba con respeto. Su esquivez nos, ha tenido separados en cierto modo y, por lo mismo deseo reconciliarme: es decir, ganarlo para Colombia. 78 Esta carta de Simón Bolívar señala en su contenido aspectos muy interesantes, hasta sorprendentes. El Libertador no se explica cómo es que de acuerdo a informes del Ministerio de Hacienda las cuentas marchaban al día, correctamente, respecto del pago de la Legación de Colombia en Londres, siendo un hecho en contraposición a lo anterior, la miserable situación pecuniaria de esa Legación que obliga al amigo y digno Bello a salir de ella a fuerza de hambre. En su carta del 21 de diciembre de 1826 dirigida a Bolívar, Bello manifiesta: “En todas mis anteriores, me he abstenido de hablar a V.E. de cosas personales”... (A renglón seguido pone al corriente a Bolívar del infortunio que lo ha venido atropellando en Londres). De acuerdo a las palabras de Bello, por espacio de catorce años (sería la cuenta a sacar a partir de la pérdida de la Primera República) guardó silencio acerca de la terrible situación que ha debido afrontar en la capital inglesa, sin informar de ello a Bolívar. 78 194 Gil Fortoul, José. Andrés Bello. En: (Grases, 1981) Andrés Bello se lo llevó la revolución Siendo esto así, Bolívar estaría en su derecho de inferir durante el mismo lapso que Andrés Bello habría encontrado en Londres cierto acomodo, tanto que, nunca más se preocupó de regresar a Venezuela. Igualmente podría prestarse esta poca expansiva comunicación de parte de Bello para el juicio que en la misma carta se hace Bolívar sobre la “esquivez” de Bello. Quizá amigos del Libertador, hallados a distancia, le demostrarían a través de sus mensajes amistosa confianza. Mueve a pensar que Bello, siempre tan estricto, se ajustó al protocolo al dirigirse a Su Excelencia. Desde 1810 Bolívar y Bello no han vuelto a verse. En Caracas Bello concurría a reuniones de los Bolívar, siendo altamente estimada la presencia del joven amigo intelectual don Andrés Bello. Cuando Bolívar prepara viaje a Londres pide la compañía de Bello; perfectamente se ajustaba a lo que podría considerarse un agregado cultural. Pero sería muy natural el que se procurase a la vez una grata compañía para tan largo viaje, es decir, Bello no sería una persona esquiva al extremo de resultar incómoda su presencia. (Arístides Rojas habla de “simpático poeta”, Egaña de “buen carácter”, respecto de Bello). Pero sigamos con el asunto de la Legación. ¿Quién o quiénes se encargaban en la Legación de los envíos y libranzas? La pregunta es clave, ¿por qué no llegaba ese dinero?, desagradable y deshonroso es el juicio que el asunto le merece al Libertador; “siempre me aseguran”, quiere decir que pedía información sobre el particular. Otro aspecto resaltante en esta carta es el siguiente: “si quiere (Bello) ser empleado en este país, que lo diga y se le dará un buen destino. Su patria debe ser preferida a todo; y él digno de ocupar un puesto en ella.” Desde 1811 empezó Bello a escribir sobre sus ansias “indecibles” por el regreso; año tras año envió desgarradores pedidos de auxilio por que se le ayudase a regresar a Caracas, a cualquier parte de América. Unas cartas llegaron a su destino, otras no, es cierto. En 1824 escribió a Pedro Gual “el que hoy me ocupa en 195 Carmen Brito Arocha preferencia a todos es volver a Colombia...”... “haga usted lo posible por un compatriota cuya desesperada situación es cada día más embarazosa y difícil”. En otro S.O.S a Gual: Agosto 1824. “El Gobierno de Colombia no puede abandonar a un empleado del Gobierno de Venezuela, que como usted sabe, vino a Londres con un encargo oficial”. Cualquiera podría imaginarse a Bello, imbuido de su religiosidad, arrodillado frente a los altares, orando por un retorno a América. En lo escrito por Bolívar (abril de 1829) se viene a interpretar que jamás se enteró de cuantas veces pidió y rogó Bello se le ayudase a regresar a Venezuela para ocuparse en alguno de los oficios que humildemente sugirió pidiendo trabajo. Detalle de enorme significación también, en esta carta de Bolívar a Fernández Madrid es el siguiente: Yo conozco la superioridad de este caraqueño contemporáneo mío. Fue mi maestro cuando teníamos la misma edad y yo le amaba con respeto. Cuenta Bolívar cuarenta y seis años de edad y está haciendo memoria de algo que tuvo lugar por el año 1798: cuando recibiera en su casa clases de arte y geografía impartidas por Bello,79 “lo amaba con respeto”, recuerda Bolívar refiriéndose a su maestro Bello. 79 En 1798 el padre Fray Francisco Andújar, bajo entera aprobación de don Carlos Palacios, tío y tutor de Simón Bolívar, estableció en la casa de los Bolívar una Academia de Matemáticas, en donde se verían las otras materias. Andrés Bello impartiría entonces clases a Simón Bolívar, a la sazón de quince años. Al egresar el joven Simón de la Escuela de Milicias de los Blancos de Aragua, viajaría a Madrid, a seguir estudios, bajo el cuidado de su tío y padrino Esteban Palacios. 196 Andrés Bello se lo llevó la revolución ¿Quién era Andrés Bello para infundirle respeto a un niño rico aun hallándose éste en su propia casa de familia? Respeto, sentimiento que de manera indeleble es evidente se viene a la memoria del Libertador. Sólo hay una respuesta: Andrés Bello a los diecisiete años, para entonces maestro de Bolívar, ya configuraba dentro de su estilo discreto y sereno un guía. El jovencito pobre que era Andrés Bello, al entrar en la mansión de los Bolívar Palacios no llegó enroscándose en la pena. Ya poseía el dominio escénico del maestro. El maestro ejerce desde su mesa de trabajo dominio sobre el grupo. El maestro expone con la frente en alto cuanto desea transmitir. Manso y humilde Jesús de Galilea fue un gran guía. Le bastaba sentarse en una piedra en medio de un monte para enseñar cuanto deseaba enseñar. Hizo de la palabra su herramienta de trabajo: Amor, Fe y Verbo. Por los caminos iba dejando sus enseñanzas. Los caminos se fueron poniendo viejos y Jesús sigue siendo lo que verdaderamente fue: un maestro de excepción. Aquella presencia blandamente severa del joven maestro Bello no pasó inadvertida a los ojos de otro par suyo elegido para las grandiosidades, su alumno para aquel momento y más tarde “alfarero de repúblicas”. Simón Bolívar ha dicho de sí mismo: “Mi sinceridad es tal que me conceptúo criminal en lo que me reservo. Yo soy un hombre diáfano.” Dé donde se deduce su modo de abordar con naturalidad lo que haya de abordar. ¡Al grano! “Le amaba con respeto” –decía Bolívar, y agrega: “Su esquivez nos ha tenido separados, en cierto modo y, por lo mismo, deseo reconciliarme”. Sin más vueltas señala la causa del distanciamiento entre él y Bello, la “esquivez” del amigo. 197 Carmen Brito Arocha Sin embargo, observamos que asume tácitamente parte de responsabilidad en la actitud que los ha mantenido separados, algo así como si su propia persona no buscó ceder en tanto tiempo a los fines de un mayor acercamiento. En el fondo libera Bolívar un mea culpa de desamigo (sic) (discúlpenos el término); es decir, no fue el suyo un comportamiento de buen amigo, por ahí va el hilo. Confiesa su deseo de reconciliarse quiere decir que no fue comprensivo frente a la esquivez de Bello. Ha dicho también de sí mismo Bolívar: “Yo soy el hombre de las dificultades”. Y, helo aquí tratando de sortear una nueva dificultad: Se trata de la inminente partida de Andrés Bello. Ruega a Fernández Madrid que no deje perder al lustrado amigo. Después de casi veinte años de no ver a Andrés Bello, ¡fue largo el ajetreo de la guerra!, pareciera impresionarle la idea de que jamás volverá a tenerlo delante de sus ojos. Las despedidas eternas siempre son más dolorosas y en el caso de Bello así lo presiente Bolívar. Lo conmueve la certeza de una ausencia sin retorno. Quizá no se le ocurrió pensar antes en ello. Reconoce la superioridad del amigo y compatriota Andrés Bello, aun cuando no haya tenido la oportunidad de expresarle ese reconocimiento. Ahora, se agotó el tiempo. De ahí que le salgan del alma palabras absolutamente en pasado. “Fue mi maestro cuando teníamos la misma edad y yo le amaba con respeto”. Debe de haberse estremecido Bolívar al escribir esa añoranza. En todas partes se cuecen habas, dice la gente, y que muchas manos en la cazuela ponen el caldo morado, también dicen. Quienes manejaban en Bogotá el aspecto administrativo referente a pagos y sueldos asignados a la Legación en Londres, incluida la responsabilidad de atender en perentorias solicitudes al personal de dicha legación, terminaron a la postre dejando bien mal paradas las figuras de un Andrés Bello supuestamente desapegado de su lugar de origen, y de un Simón Bolívar desaprensivo, causante, 198 Andrés Bello se lo llevó la revolución del infortunio de Bello durante el desempeño de sus funciones diplomáticas en la capital inglesa y aun de su ausencia definitiva de la Patria. En todo caso, por las razones que fuesen, desde el orden financiero hasta la puesta en práctica de la mezquindad moral, que nunca falta, los hechos hablan de un desaguisado de muy mal sabor histórico. Bolívar se siente cansado. Cansado de luchar Para cuando Bolívar reciba nueva notificación oficial acerca de Bello, sólo le quedará recordar al joven amigo de 1810, tal cual lo viera la vez última al despedirse en Londres. Y Fernández Madrid va a comunicarle: Ya sabrá usted por mis anteriores que a pesar de todos mis esfuerzos se nos fue el señor Bello a Chile. Le escribiré inmediatamente y le transcribiré el capítulo de la carta de Ud. que se refiere a él (...) Mucho me alegra que usted conozca todo el mérito de este sujeto. Yo lo amo de corazón (...) en lo sustancial el señor Bello es bueno para todo. José Fernández Madrid En la ocasión de recibir el mensaje de Fernández Madrid el Libertador ni siquiera se encuentra en ánimo de sobresaltarse. Le han abandonado las ganas hasta de preocuparse de sí mismo. 199 Carmen Brito Arocha Bolívar se siente cansado. Cansado de luchar. Y apenas cuenta cuarenta y seis años. Las últimas intervenciones en asuntos políticos y aun los últimos combates –no ya contra españoles, – sino contiendas entre mismos pueblos independizados por el Ejército Libertador – han vulnerado su espíritu; han resentido verdaderamente su organismo, atacado además por enfermedades. El día 13 de septiembre (1829) escribe desde Guayaquil a su edecán Daniel Florencio O’Leary: Ya usted estará impuesto de que he salido de una enfermedad de bilis que me ha dejado bastante débil y convencido de que mis fuerzas se han agotado casi todas. No es creíble el estado en que estoy, según lo que he sido toda mi vida, y bien sea que mi robustez espiritual ha sufrido mucha decadencia o que mi constitución se ha arruinado en gran manera, lo que no deja dudas es que me siento sin fuerzas para nada y que ningún estímulo puede reanimarlas. Una calma universal parece, o más bien, una tibieza absoluta me ha sobrecogido y me domina completamente. ¡Qué no sentiría en el laberinto de horas tan aciagas! Un ser de carne y hueso que entregó su vida en aras de un ideal de libertad. Que volvió sal y agua una fortuna en aras de una patria, en la que hoy se le condena al ostracismo. Este laberinto armado monstruosamente por la cosa política lo mantiene en vilo. Fervorosos seguidores suyos le piden que se mantenga al frente del gobierno o se desintegra la república, otros le piden que se constituya en monarca de esa inmensa porción del continente americano que su dedicación y heroísmo han puesto fuera del imperio español; otros, que no pise suelo venezolano. Cunde la anarquía. En la carta a O’Leary, aborda cruda y fríamente lo que en otro tiempo cobró el perfil aguerrido de su ejecutoria política-cívica-militar: 200 Andrés Bello se lo llevó la revolución Mientras teníamos que hacer la guerra parecía y casi se puede decir que fue conveniente la creación de la República de Colombia. Habiéndose sucedido la paz doméstica, y con ella nuevas relaciones, nos hemos desengañado de que este laudable proyecto no promete las esperanzas que nos habíamos figurado. 80 Un día le llegarán de Venezuela las peores noticias. Para negociar la separación de la Gran Colombia antes se golpearán sobre la mesa condiciones crueles: No podrá permanecer Bolívar en suelo neogranadino y de pisar suelo venezolano sería fusilado inmediatamente. 81 ¡Quién lo hubiera dicho! En su último viaje a Caracas, (1827), profirió Simón Bolívar palabras que en el fondo arrastraban mucho del fervor jurado en Monte Sacro, pero con una visión de rivalidades sórdidas, signadas por puñaladas traperas: “Yo estoy resuelto a todo. Por libertar mi patria declaré la guerra a muerte... Por salvar este mismo país estoy resuelto a hacer la guerra a los rebeldes aunque caiga en medio de sus puñales” 82 80 Sánchez Barba. Carta a O’Leary. 13 de septiembre, 1829. págs. 335 a 340. 81 Acosta Rodríguez, Luis. Lección Magistral sobre la muerte del Libertador. Oficina de Asuntos Internacionales, Ministerio de Educación. Con quién sino con el señor Mosquera (habla el Libertador) se hubiera atrevido Vicente Azuero a publicar en la Gaceta esa infame nota, comunicándome que Venezuela no entrará en tratados con el gobierno mientras yo estuviese en Colombia… es un hecho atroz, del que el señor Mosquera no se vindicará nunca. Le aseguro a usted que este es el suceso que me ha afectado más en toda mi vida. Esto manifestó el Libertador el 11 de noviembre de 1830 al diputado panameño al Congreso Constituyente, José Valarino. “La infame nota” o copia de la resolución del 28 de mayo de 1830 del Congreso de Valencia fue firmada por Vicente Azuero, Ministro del Interior, uno de los imputados por el asesinato de Sucre. 82 (Masur, 1987, pág. 516) 201 Carmen Brito Arocha Está muy claro en sus ideas Bolívar. En su mensaje a O’Leary se pregunta más adelante: ¿Qué hará, pues, el Congreso para nombrarme un sucesor? Los granadinos desean tener un presidente de su país, un venezolano los ha mandado durante diez años. Los venezolanos dirán que ellos están sujetos a la capital de la Nueva Granada y a la influencia de sus hijos y que la única esperanza que les queda es la de que un venezolano mande en jefe. Análisis dictado por el más augusto espíritu de justicia. Así como el Libertador ve y avizora la situación política grancolombiana otros la viven y la presienten del mismo modo. En el venidero mes de noviembre escribe a Fernández Madrid. De nuevo aborda el tema del Congreso a celebrarse en Bogotá. Razonable que el asunto ocupe por entero su atención. A Fernández Madrid. Párrafo Yo me guardaré de ingerirme en nada, ellos son admirables y no han menester mi auxilio. Además de que me retiro de la política. Serviré en las armas hasta la muerte; influiré en la mejora y sostenimiento del nuevo gobierno; apoyaré con mis amigos los militares al magistrado que nos den; me gloriaré de prestarle ciega y dócil obediencia; lo defenderé dentro y fuera de la República; no excusaré mi reputación y vida en este servicio; yo haré todo, ¡seré hasta vasallo! Usted sabe que no soy de opinión de la monarquía; más en adelante me honraré en sostenerla si la imponen para bien de la patria. 202 Andrés Bello se lo llevó la revolución Anonadado quedaría Gual leyendo estas palabras no de mano de Bello sino de puño y letra de Bolívar. ¡Que no pueda él, Simón Bolívar, el Libertador pisar de nuevo suelo patrio!.. Le quedarán entonces sólo los espacios del porvenir previstos por José Domingo Choquehuanca el 2 de agosto de 1825 frente al Peñón de Pucará: “Con los siglos crecerá vuestra gloria como crece la sombra cuando el sol declina”. Hablará continuamente Bolívar sobre sus deseos de marcharse lejos. Divagará... ¿por qué no? ... ¿con que se fue Andrés Bello? ¿Envidiará a Bello, allá, en el Antártico, entre los toto divisos orbe chilenos? Palabras desgarradoras emplea al dirigirse ahora al amigo abogado José Ángel Álamo, encargado de atenderle la negociación de las minas de Aroa... ¡Ah! ¡Las minas de Aroa! Siento que usted y otros amigos se maten en agenciarme este negocio y siento más que haya quien tema hacer justicia conmigo. Esta es una conjuración cruel contra mi honor; abandone Ud. pues, mi defensa y que se apodere de mi propiedad el enemigo y el juez. Yo los conozco. Infame godo. 83 Yo moriré como nací: desnudo En su escrito el padre de la patria dispone por ultimo entregarse a la mismísima indigencia. Exterioriza íntegramente sus penas a Álamo: 83 Bello y las minas del Libertador. Andrés Bello corredor de minas y bienes raíces en Londres. En: Bello y Londres: segundo congreso del bicentenario, 1980 - 1981, pág. 485. 203 Carmen Brito Arocha No haga usted más en el asunto. Yo moriré como nací: desnudo. Usted tiene dinero y me dará de comer cuando no tenga. Pronto llegara el momento, pues estoy dispuesto a no mandar más. Bolívar 204 “Nadie amo más sinceramente la libertad que el general Bolívar. Pero la naturaleza de las cosas le avasallo como a todos”. Dirá un día Andrés Bello Simón Bolívar y Andrés Bello avasallados por la naturaleza de las cosas. Y de qué manera tan aparentemente natural se abren y se cierran trascendentes capítulos en la vida de los hombres. El hombre, esclavo siempre de las circunstancias. Simón Bolívar reniega de su vida y de su obra que es la patria. Se desdobla solemnemente acogiéndose a la pura materia. Mientras que el hombre de la carta a la regencia de España, el Andrés Bello de la época, en ansias de ver patria, se arrastraba ante el gigante todopoderoso porque se le permitiera… “regresar a cualquier parte de sus dominios de V.A.” Como corolario. El 28 de septiembre de 1830, a escasos días de entregarse al reposo de la tumba, el Libertador Simón Bolívar contesta a Estanislao Vergara su carta del día 14. Y todo cuanto pudo haber pensado, reflexionado, recapacitado ¡todo cuanto pudo haberle exprimido al raciocinio de la amargura quedará escrito!: “Créame Ud., nunca he visto con buenos ojos las insurrecciones. Y últimamente he deplorado hasta la que hemos hecho contra los españoles”. (Sánchez Barba. Obra citada.) Andrés Bello se lo llevó la revolución Por una de esas punzantes asociaciones de ideas ¿acaso pasaría por la mente de Bolívar su abrazo en Santa Ana, Trujillo, en aquel 27 de agosto de 1820 con el jefe español Pablo Morillo? Apuntó O’Leary: (...) “al reconocerse los dos generales echaron en el acto pie a tierra y se dieron un estrecho y cordial abrazo”. Ayer, quizá, en aquel abrazo el español traducía un sentimiento noble hacia el joven adversario que heroicamente defendía el derecho a una patria para él y sus hermanos de suelo americano. Y quien sabe si así como hoy Bolívar “deplora su propia actuación en contra de los españoles” así también algún día tal vez Morillo experimente rabia sorda hacia aquellos que tan feamente acabaron correspondiendo a los esfuerzos del valeroso Libertador de América Hispana. Aquellos dos hombres firmaron en Trujillo el Tratado de Regularización de la Guerra en 1820. Momento histórico al cual puntualizaron arrastrando ambos hasta un sitio elegido la primera piedra del monumento “Abrazo de Bolívar y Morillo en Santa Ana”, sugerido por el jefe español. Testigo presencial del encuentro entre los dos personajes de la Guerra de Independencia fue Daniel Florencio O’Leary. Muy joven para la época el irlandés y ya andaba en campaña con el Ejército Libertador. El 10 de diciembre de 1830, en Santa Marta, Colombia, en la Quinta de San Pedro Alejandrino, el Libertador Simón Bolívar asienta en su Testamento: “Declaro que no poseo más bienes que la tierra que las minas de Aroa situadas en la provincia de Carabobo, y unas alhajas que constan en el inventarío que debe hallarse entre mis papeles, los cuales existen en poder del señor Juan de Francisco Martín, vecino de Cartagena”. La venta de las minas de Aroa se efectuó finalmente el 4 de febrero de 1842. 205 Carmen Brito Arocha Andrés Bello se lo llevó la revolución CAPÍTULO 3 Vida y obra. Culminación Carmen Brito Arocha El 29 de junio de 1829 arriba al puerto de Valparaíso, Chile, el bergantín “Grecian”, procedente de Inglaterra, luego de cuatro meses y días de navegación. Don Andrés Bello abandona el buque en compañía de su esposa, doña Isabel Dunn de Bello, y de sus hijos Carlos y Francisco Bello Boyland, Juan, Ricardo Andrés, Ana y Miguel Bello Dunn. Al espléndido saludo natural de una ráfaga de brisa contestarán sonrientes, medianamente enmudecidos mientras ocupan por primera vez espacio chileno. ¿Qué siente Andrés Bello al advertir en torno suyo un ambiente animado enteramente por el habla castellana? ¿Qué siente delante de esas gentes que dicen cosas graves; o que expresan simples monosílabos; o que sueltan dichos traviesos; o que pronuncian palabras afables, en general gentes que hablan como en Caracas?... ¡Andrés Bello siente que está en el mundo de Colón! Tiempo es que dejes ya la culta Europa Que tu nativa rustiquez desama, Y dirijas el vuelo a donde te abre el mundo de Colón su grande escena… 1 Andrés Bello siente, estremecido, estar viviendo su propia poesía. 1 Bello, Andrés. Alocución a la Poesía. (fragmento) 209 Carmen Brito Arocha ¿Se humedecen sus ojos? ¿Se siente incapaz de pronunciar palabra? ¿Aprieta fuerte la mano de Isabel, su esposa? ¿Busca las manos de sus pequeños hijos? Tal vez... Tal vez… Árbol majestuoso de la Zona Tórrida trasplantado a Chile 2 “Fue el árbol germinado y desarrollado en Venezuela. Exuberantemente florecido en Londres, y que por un capricho de su suerte vino a dar la mayor parte de sus frutos en esta tierra chilena que lo acogió generosamente” Rafael Paredes Urdaneta 2 210 Palabras de Francisco Bilbao dirigidas a don Andrés Bello en 1854. Andrés Bello se lo llevó la revolución Plaza de armas y Casa de Juan Egaña ¡Bienvenidos a Santiago! De Valparaíso la familia Bello se traslada al cabo de pocos días a la capital de Chile, Santiago. Don Juan de Egaña, padre de don Mariano, los aguarda. Los conmueve con su amabilidad. Por lo pronto les brinda hospitalidad en su hogar. 3 En la ciudad de Santiago los Bello se establecen en la calle Santo Domingo, número 30. Residencia próxima a la Plaza de Armas. 3 Castedo, Leopoldo. El Chile de Bello y Bello y Chile. En: Bello y Chile. Tercer Congreso del Bicentenario, 1981. T. I. pág. 19. 211 Carmen Brito Arocha Amigo Andrés, en hora buena llegas a esta casa. A esta casa cuyo huerto seguramente te recordará la de tu infancia, de patio y corral, con granados y limoneros, donde de niños jugaban tú y tus hermanos. Sólo que ahora verás por el huerto a los pequeños hijos que habrán de corretear felices. ¿Escucha a alguien estas palabras o se las escucha a sí mismo? Qué importa quién las pronuncie. Quizá sean ansias amontonadas de verse en una casa cuya holgura acune entre realidades y fantasías las ganas de vivir. Santiago, la ciudad que acogió a don Andrés Bello en 1829 no se soltaba aun de muchos de sus moldes coloniales. En las mañanas el diario quehacer de lechero, de aguador, y sus destiladores, del panadero y sus petacas, o del yerbatero, los más con su trajinar calmoso y hasta cansino y que podía hacer pareja con la tropa de mulas tras la madrina, la del cencerro, o con las carretas de bueyes con granos para algún molino o paja para algún establo o adobes carbón , rajas de leña o cargas de sandias o melones. 4 Vista de Santiago El peso de grandes ruedas carretoneras provocaba el hundimiento de las calles levantando muchas veces el polvo. Las acequias, a su vez se desbordaban en otros espacios; obligando al transeúnte, que no tomaba la acera o veredas esquivar las 4 Valencia Avaria, Luis. El Senado de Chile y don Andrés Bello. En: Bello y Chile. Tercer congreso del bicentenario, 1981. 212 Andrés Bello se lo llevó la revolución charcas. Las casas fabricadas de gruesos adobones lucían pintadas a la cal destacándose sus techos de teja. Estas casas de apariencia achatada contrastaban con residencias de dos pisos junto a unos pocos edificios públicos, cuando no las iglesias cuyas torres sobresalían visiblemente. En este orden de cosas Valencia Avaria muestra aspectos del Chile colonial, haciéndose conjeturas acerca de la impresión que pudo haber causado en Bello tan desaliñado escenario: “Tal pobre y tosco escenario debió impactar fuertemente al caminante caraqueño que venía de Londres”. Consecuente en la amistad Andrés Bello, no abandona la comunicación entre su persona y la del buen compañero que ha dejado Londres. Hoy uno de sus más probados amigos, José Fernández Madrid. A él dirigió su último mensaje, posiblemente, al partir de Londres, y a él se dirige entre los primeros, quizás a quiénes escriba desde Chile. Algo que sí llama atención en esta su primera carta santiaguina al amigo es la ausencia de mención sobre la capital inglesa, en donde permaneciera por espacio de casi veinte años. Ninguna evocación de ese medio relacionándolo con el santiaguino al que está conociendo, ¡nada de ínfulas del gentleman que viene de Londres y le horroriza “brincar pozos”! (podía estar tranquilo Valencia Avaria). Pareciera más bien un Bello recién llegado de los valles de Aragua… Fluye espontánea Caracas. Santiago, 20 de agosto de 1829 Honorable Señor D. José Fernández Madrid. Mi querido bienhechor y amigo: Al fin hemos llegado a Santiago, después de una larga navegación en general feliz y agradable. El país hasta ahora me gusta, aunque lo encuentro algo inferior en reputación. Sobre todo en cuanto a bellezas naturales. Echo de menos nuestra rica y pintoresca vegetación , nuestros variados cultivos y aun algo de la civilización 213 Carmen Brito Arocha intelectual de Caracas en la época dichosa que precedió a la revolución; y quisiera echar menos nuestros malos caminos y la falta de comodidades domésticas, mucho más necesarias aquí que en nuestros pueblos; porque el clima en el invierno es verdaderamente riguroso. En recompensa se disfruta aquí por ahora de verdadera libertad; el país prospera; el pueblo aunque inmoral, es dócil; la juventud de las primeras clases manifiesta muchos deseos de instruirse; las gentes son agradables; el trato fácil; se ven pocos sacerdotes; los frailes disminuyen rápidamente, y se goza, de hecho, de toda tolerancia que puede apetecerse. Por lo que toca a mi situación doméstica es mejor que en Londres. El gobierno me ha dado una colocación, y además de este recurso, espero dentro de poco proporcionarme otros mediante el favor que me dispensan algunas de las primeras personas de Santiago. Para ponerme a cubierto de toda acusación por parte de Colombia, y para calmar mis aprensiones, deseo con ansia recibir el permiso que pedí por conducto de usted al Libertador. Nada me sería más grato que la noticia de que mi salida de Londres ha merecido su aprobación justificada, como usted sabe que lo estuvo, por la imperiosa necesidad de proveer a la subsistencia de mi familia. Por estos motivos y por otros mil que no creo necesario indicar, aguardo con impaciencia comunicaciones con usted. Siento decir a usted que creo haber traído demasiados ejemplares de su colección de poesías. La bella literatura tiene aquí todavía pocos adoradores. He hecho, sin embargo, y hago cuanto puedo para facilitar su despacho. He dado noticias de ella a los periódicos, y saldrá otra más completa en el próximo número de El Mercurio Chileno, papel excelente que se publica aquí bajo los auspicios del Gobierno y la dirección de Mora, y que con todas estas recomendaciones no tiene quizá sesenta lectores en todo el territorio de la República . ¿Y cómo está usted de salud, mi querido amigo? No me escasee usted los pormenores sobre el estado actual de toda su amabilísima familia, y en especial de la bella y virtuosa 214 Andrés Bello se lo llevó la revolución Amira y de Pedrito. A la primera presentará usted nuestros cariñosos respetos, y a Pedrito los afectuosos y tiernos recuerdos de Carlos y Francisco, junto con los míos y de mi mujer, que me encarga salude a usted con el mayor afecto y reconocimiento. Una de las cosas que más me afligen es la idea de que probablemente no nos volveremos a ver. ¡Qué situación la de nuestros países! ¡Y aun no acabamos de desengañarnos de que la imitación servil de las instituciones de los Estados Unidos no puede acarrearnos más que estrago, desorden, anarquía falsamente denominada libertad y desmoralización militar! ¡Temprano o tarde! ¿Por qué son tan raros el verdadero patriotismo y la ambición de la verdadera gloria? ¿Por qué ha vaciado la naturaleza tan pocas almas en el molde de la de…? Adiós, mi caro amigo, escríbame usted con toda la frecuencia que pueda, aprovechando las ocasiones directas: salude de mi parte y la de mi mujer a los señores García de Toledo y Casas, y créame todo suyo”. Andrés Bello 5 ¿Cartas cruzadas? Pareciera que sí. De acuerdo al fechado de la correspondencia de Fernández Madrid. Es evidente que el primero en escribir fue Fernández, del 26 de julio es su comunicación, del 20 de agosto, la de Bello. Además en su escrito Bello hace hincapié sobre determinado “permiso” que le interesaba obtener de parte del Libertador. Fernández Madrid está haciéndole llegar muy buenas nuevas, aun cuando en otros aspectos muy halagüeños con relación al Libertador: 5 (Andrés Bello: bicentenario de su nacimiento, 1982, págs. 71-72) 215 Carmen Brito Arocha Llegó mi mujer –escribe Fernández– Le he hablado mucho de usted y de su señora, tanto, que aunque no conocía a usted, siente sobremanera no haberlo encontrado aquí. Yo lo siento aún mucho más. Hubiera oído usted de boca de Pachita que el General Bolívar hace los más grandes elogios de usted (ella se los oyó), que no hay colombiano que no quiera a usted y se gloríe de tenerlo por compatriota. Se alborota la tranquilidad “Se disfruta aquí por ahora de verdadera libertad”, contaba Bello en su carta (agosto, 1829) a Fernández Madrid, refiriéndose al ambiente en general hallado en Chile. “… aquí por ahora”, casi premonitorio, puesto que de repente, se alborotó la tranquilidad. Para el mes de octubre las cosas no andaban nada bien. Se produjo un alzamiento de parte de los llamados conservadores en contra del gobierno liberal del Presidente Francisco Antonio Pinto, gobernante de Chile desde 1827. El movimiento desembocó en una guerra civil. Y el 17 de abril de 1830 triunfó la revolución al darse la batalla de Lircay. Toma el mando del nuevo régimen el Vicepresidente José Tomás Ovalle, mientras que pasan a integrar el cuerpo de ministros los señores Mariano de Egaña, Juan Francisco Meneses, Diego Portales 6, entre otros. Diego Portales aparece como el ideólogo de la Revolución y se propone impulsar el Estado chileno dentro de un gran marco de transformaciones. En este sentido aseveró hace algún tiempo: 6 Hernán Díaz Arrieta (Alone), crítico chileno señala: “Un año antes de aparecer Portales desembarcó en Valparaíso el encargado de prolongar su empresa y coronarla, un maestro de su misma jerarquía, hombre también sin paralelo que nos llegó por una serie de azares desde el extremo opuesto de la América del Sur” (Díaz Arrieta alude a don Andrés Bello). 216 Andrés Bello se lo llevó la revolución La república es el sistema que hay que adoptar, ¿pero sabe cómo yo la entiendo para estos países? un gobierno fuerte, centralizador, cuyos hombres sean verdaderos modelos de virtud y patriotismo y así enderezar a los ciudadanos por el camino del orden y de las virtudes. Cuando se haya moralizado, venga el gobierno completamente libre y lleno de ideales en donde tengan parte todos los ciudadanos... Esto es lo que pienso. (1822) 7 Don Andrés Bello no se ve interrumpido en el ejercicio de su cargo, del cual se posesionó el día 13 de julio del pasado año, en cuanto llegó al país. Su suerte está echada. Lo acecharán motines y revueltas pero no echa a correr lanza en ristre a campo traviesa. Lo bueno es, pues, en medio de lo malo, que no es un bisoño en lides revolucionarias, aunque le toque ver los toros desde lejos, como por extraño designio y a su modo hace la faena. La “revolución de Aranjuez”, a distancia lo catapultó frente a extraña máquina y aceptó el reto sin ruido, poniéndole al asunto mente, papel y tinta; la “revolución sin tiros de Caracas “ de un plumazo de Roscio lo aventó a Londres, donde enfrentó el infortunio con la frente en alto; llega a Chile y la “revolución de Lircay”, o la batalla, como la mientan , le suelta un toro de lidia, vale decir... ¡cuidado si no lo agarra por los cachos y le tocan la música! Mientras tanto callada ansiedad. En medio otra vez de todo ajeno. 7 Diego Portales en carta a José Manuel Cea, Uma, marzo de 1822. En: Collier, Simón. Evolución política, institucional, social y cultural de Chile entre 1829 y 1865. (Bello y Chile. Tercer congreso del bicentenario, 1981, págs. 26-27). 217 Carmen Brito Arocha En su puesto de trabajo Sin abandonar sus funciones de Oficial Mayor Auxiliar en el Ministerio de Hacienda don Andrés Bello 8 pasa a ocupar el Rectorado del Colegio de Santiago (1° de febrero de 1830). Frente a esta nueva designación se le abre a la juventud santiaguina la oportunidad de una verdadera mina de conocimientos, dadas las facultades del educador que les cabe en suerte. Además, acostumbrado a un ritmo extraordinario de trabajo cuando hay cómo poner a correr esa capacidad de acción, reanudará el ejercicio periodístico colaborando en El Mercurio Chileno. El vocero es dirigido por el literato español don José Joaquín de Mora. 9 Para el 17 de septiembre de 1830 arranca El Araucano, bajo los auspicios del sector gubernamental. Bello se encargará de las secciones de ciencia y literatura y de informaciones provenientes de otros países, vertiendo al castellano trabajos originalmente escritos en inglés o en francés. Escribe artículos sobre diferentes tópicos; lleva a cabo campañas contra la censura de libros; aboga por el desarrollo del teatro en Chile. En líneas generales un contenido que promete romper con viejos esquemas. 8 Miguel Luis Amunátegui: “Aunque don Andrés Bello tuviera el título de Oficial Mayor Auxiliar en el Ministerio de Hacienda, el cargo que desempeñó desde su venida a Chile fue, no éste, sino el de Consultor y Secretario en el Ministerio de Relaciones Exteriores.” 9 Don José Joaquín de Mora, escritor e historiador español, se encontraba en Chile antes de Bello. Redactó la Constitución del país en 1828. Fundó el Liceo de Chile. De Mora y Bello sostuvieron cierta polémica a través de la prensa, sin que llegara a interrumpirse la amistad entre ambos. En 1851 el escritor español figuró entre los votantes favorables a Bello cuando la Real Academia de España designó al humanista venezolano Miembro Honorario de la Corporación. 218 Andrés Bello se lo llevó la revolución Dentro de poco tiempo convertirá en aulas parte de su casa. Los jóvenes acuden presurosos donde el educador venezolano, contándose algunos de sus hijos entre los discípulos. Volcado a esta tarea civilizadora, ganado enteramente por la voluntad de contribuir con lo mejor de sí en la formación de generaciones abiertas a la modernidad, Andrés Bello publica el libro que venía preparando, según ha expresado, por espacio de largos años: Principios de Derecho de Gentes, año 1832. Chileno legal Finalizando 1832, a tres años de haber arribado a la República de Chile, don Andrés Bello halla en esta tierra su Patria adoptiva, sin que hubiese de renunciar a su nacionalidad venezolana. (Segmento del documento de fecha 13 de octubre de 1832) El Congreso Nacional teniendo en consideración los servicios que ha prestado al Estado Don Andrés Bello y las demás circunstancias personales de que se halla revestido, decreta, con arreglo en lo prevenido en la parte V, artículo 6 de la Constitución: Que el expresado Don Andrés Bello es chileno legal, y debe gozar de todos los derechos que por este título le correspondan. Comuníquese al Presidente de la República para que tenga a bien darle la correspondiente carta de naturaleza. 10 10 Caldera, Rafael. El Senador don Andrés Bello. En: Bello y la América Latina. Cuarto congreso del bicentenario, 1982, pág. 307. 219 Carmen Brito Arocha Los estudiantes argentinos piden los Principios de Derecho de Gentes Informa Domingo Faustino Sarmiento Los Principios de Derecho de Gentes, de Bello, han adquirido tal reputación en el Mundo español que no conocen país ninguno en América en que este tratado no sirva de testo (sic) en la enseñanza del ramo en los colegios y universidades. 11 El literato argentino habla acerca de la edición realizada en Europa, “único tratado completo que del derecho de jentes (sic) posee el idioma, especial para el uso en los colegios”. Los universitarios bonaerenses acogieron con júbilo la noticia del novedoso texto reclamándolo desde el primer momento para sus aulas. En Valparaíso saldrá nueva edición del libro en tanto que en Bolivia las prensas trabajan a toda máquina reimprimiendo la primera, ha comentado Sarmiento. Viene al caso recordar en esta ocasión las palabras del diplomático Antonio José de Irisarri en torno de la obra de Andrés Bello, dirigidas desde Londres en 1822 al entonces Director de Chile Bernardo O’Higgins: (…) en cuanto al orden de estas relaciones de Europa con América y de América con Europa ha creado un sistema de derecho de gentes que es original, práctico, y que algún día llegará a prosperar, si este sujeto tiene oportunidad de ser útil a algún país de América . 11 220 (Grases, 1981, pág. 191. Nota 2) Andrés Bello se lo llevó la revolución ¡Eran cosas de la juventud… la verdad es que Bello sabía más que todos nosotros! A la edad de veinte años llegó por primera vez a Chile, en 1831, el argentino Domingo Faustino Sarmiento, en condición de refugiado político. Torna a la patria en 1836. Y por la década de los cuarenta se encuentra de nuevo en Chile. En 1841 desde las páginas de El Mercurio de Valparaíso sostendrá encendida polémica de orden pedagógico con don Andrés Bello. Entre literatos y pedagogos te veas... “dirán los abogados”. Un día va a confesar Sarmiento: “¡Eran cosas de la juventud… La verdad es que Bello sabía más que todos nosotros!” 12 Domingo Faustino Sarmiento nació en San Juan, Argentina, en 1811. Ganó el Segundo Premio en el concurso “Educación Común “, convocado por la Universidad de Chile en 1853, complaciéndole el hecho de haber formado parte del Jurado el señor Rector don Andrés Bello. Civilización y barbarie destaca entre sus mejores obras. Sarmiento ocupó la Presidencia de su país en 1866. Durante su gobierno proliferó la escuela primaria en todo el territorio nacional. El escritor chileno Victorino Lastarria en su obra Recuerdos Literarios hace memoria referente al notable argentino Domingo Faustino Sarmiento: Faustino Sarmiento 12 Ya desaparecido don Andrés Bello, Domingo Faustino Sarmiento reconoció haber proferido inconveniencias o comentarios insultantes en contra de Bello pero, confesó gallardamente el argentino: La verdad es que Bello sabía más que todos nosotros. Rafael Caldera. 221 Carmen Brito Arocha En los primeros días de enero de 1841, José María Núñez habla de un emigrado argentino mui (sic) raro a su parecer, que debía presentarnos, por cortesía, nos anticipamos a ser presentados a él: El hombre realmente era raro; sus treinta i dos años de edad parecían sesenta, por su calva frente, sus mejillas carnosas, sueltas, i afeitadas, su mirada fija pero osada , a pesar del apagado brillo de sus ojos, y por todo el conjunto de su cabeza, que reposaba en un tronco obeso, casi encorvado. Pero eran tales la viveza i franqueza de la palabra de aquel joven viejo, que su fisonomía se armaba en los destellos de un gran espíritu, i se hacía simpática e interesante… ¿Vocación periodística al servicio de la docencia o vocación docente al servicio del periodismo? “El estilo es el hombre” Desde temprana edad mostró Andrés Bello su vocación de educador, comunicando gustoso aquellas novedades que de algún modo alimentaran su entendimiento. Lejos de reservarse los beneficios, del grado que fuesen, de alumno aventajado en las asignaturas, por el contrario se le vio enseñando a propios compañeros y demás jóvenes que empezaban a reconocerte vocación de servicio y capacidad para la enseñanza. Desde lejanos días ¡traería consigo el sello de la buena docencia impuesto por Fray Cristóbal de Quesada! “Un profesor como se habrían encontrado entonces muy pocos iguales en toda la extensión de la América Española”, –apuntó Amunátegui, evocando las palabras de don Andrés. En el periodismo hallará el humanista caraqueño el molde ideal para ir vaciando, perfeccionando “el estilo del hombre” en ideas, conocimientos, inspiraciones; para ilustrar en la medida de 222 Andrés Bello se lo llevó la revolución las posibilidades a los congéneres. Desde su niñez ha cultivado las humanidades, señaló en carta a Pedro Gual (enero, 1824). Advertencia sobre el uso de la lengua castellana. Dirigida a los padres de familias, profesores de los colegios y maestros de escuelas: Bajo este título inicia Bello en 1833 una serie de trabajos periodísticos en El Araucano, tendentes a crear conciencia en la ciudadanía acerca de la importancia de hablar, de leer y escribir con propiedad el idioma del lugar de origen. Grandes deficiencias halló en Chile sobre tan elementales medios de comunicación inherentes al individuo común y corriente, hablar, leer y escribir. Nada se ganará con poner en manos del niño una gramática, y hacerlo aprender de memoria frases que no entiende, ni puede entender, y que absolutamente no le sirven para distinguir lo bueno de lo malo en el lenguaje. ¿Qué provecho le resulta de tener la cabeza poblada de definiciones, y de saber analizar una frase en la pizarra, diciendo que la es artículo, tierra, sustantivo, es, verbo, extensa, adjetivo; y si al salir de la escuela sigue diciendo, como antes de entrar en ella, yo tuezo, yo copeo, yo voceo, tú sais, vos eres, hubieron hombres, etc.? En las escuelas primarias, nos parece que la enseñanza del idioma debe ser enteramente práctica, reducida a dar a conocer al niño, para que los evite, los vicios de que está plagada el habla del vulgo, Debe primeramente corregirse su pronunciación, haciéndole proferir cada letra con el sonido que le es propio. Deben hacérsele notar las malas concordancias... A estos y otros ejercicios prácticos semejantes, debe reducirse, si no nos equivocamos, la gramática del idioma patrio en las escuelas primarias. 223 Carmen Brito Arocha “A la llegada de Bello a Chile no había en Santiago una sola escuela pública. En el resto del país habían cincuenta y seis” Amunátegui. Como podemos ver, del mismo modo como Bello ha convertido en aulas espacios de su casa; ha hecho aulas escritas de sus páginas en El Araucano, por no denominarlas tribunas, ni cátedras. Es el periodista comprometido con un propósito civilizador. Y periodista, desde el día en que salió en volandas a llevar la noticia: “¡La vida es sueño, mamá!” Para nuestro insigne maestro no puede haber libertad sin educación. A su entender debe ser función primordial de un gobierno preparar las masas mediante la instrucción. Fomentar los establecimientos públicos - escribe - destinados a una corta porción de su pueblo no es fomentar la educación, porque no basta formar hombres hábiles en las altas profesiones, es preciso mejorar la sociedad, y esto no se puede conseguir sin abrir el campo de los adelantamientos a la parte más numerosa de ella. ¿Qué haremos con tener oradores jurisconsultos y estadistas si la masa de ella vive sumergida en la noche de la ignorancia y ni puede cooperar en la parte que le toca, a la marcha de los negocios, a la riqueza, ni ganar el bienestar a que es acreedora la gran mayoría de un Estado? No proveer de la debida instrucción a las clases de menores recursos entraña, a su juicio, no sólo una injusticia, sino un absurdo. 224 Andrés Bello se lo llevó la revolución Si todos los hombres tienen derecho al bienestar general –señala–, esas clases como las más numerosas, y las más indigentes son las que más exigen del gobierno protección para la ilustración de su juventud. 13 “Instruir al pueblo para salvarlo de toda clase de sometimientos nacionales o extranjeros” Andrés Bello Principios de ortología y métrica La forma como un orador, atropella el idioma mediante pronunciación incorrecta, sería capaz de amarrarle a Bello en la garganta el nudo de la pena ajena ante la deslucida oratoria. A su juicio, quienes estuviesen en capacidad de advertir las incorrecciones del lenguaje hablado en que suelen incurrir los niños deberían ofrecer la Inmediata corrección, 13 Álvarez, Federico. (1981) El periodista Andrés Bello. Caracas. Ediciones de La Casa de Bello: Cuando se disponía a abandonar sus labores periodísticas, en 1853 el panorama educacional chileno estaba muy lejos de ser el que había encontrado en 1829. En todo el territorio existían 571 escuelas primarias y los institutos de enseñanza media albergaban a más de dos mil alumnos. Habían surgido academias de pintura y de música, además de una escuela de arquitectura. Pocas veces, por lo menos en la historia americana, el trabajo de un periodista estuvo más ligado al engrandecimiento de una nación como fue el caso de Bello y “El Araucano”. Principios de ortología y métrica 225 Carmen Brito Arocha cualesquiera sean la frase, la oración, el tema que expresen, respetándoseles la libertad al expresarse al par de la corrección oportuna en caso necesario, buscando crear el hábito sencillo e impecable de la pronunciación. Él dice y hace. Ha preparado Principios de Ortología y Métrica. Veamos: Como no hay pueblo, entre los que hablan un mismo idioma, que no tenga sus vicios de pronunciación, es indispensable en todas partes el estudio de la Ortología a los que se proponen hablar con pureza; pues no basta que sean propias las palabras y correctas las frases, si no se profieren con los sonidos, cantidades y acentos legítimos. Deseoso de facilitar su estudio (añade en las mismas páginas) presento a los jóvenes americanos este breve Tratado, en que me parece hallarán reunido cuanto le es necesario, para que juntando al conocimiento de las reglas la observación del uso cual aparece en los buenos diccionarios y en las obras de verso y prosa que han obtenido el sufragio general, adquieran por grados una pronunciación correcta y pura. Bueno para todo Por ventura ¿Comenzará a estructurarse en Chile una réplica del escenario de Caracas de 1802 a 1810, según óptica de Pedro Grases, respecto de Andrés Bello? Una escueta alteración del texto de Grases y obtendríamos: a partir de 1829 tal vez no se producirá en Chile ningún acontecimiento cultural y/o público en donde, bajo los cuadros direccionales de la república no estén visibles la mano y la presencia de Bello. 226 Andrés Bello se lo llevó la revolución El infatigable laborar de don Andrés Bello desde su llegada a Santiago va penetrando en las distintas ramas de la actividad que nutre la vida del país austral. A la mesa de trabajo del humanista venezolano vienen a parar proyectos, planos, programas y cuánto signifique acción previa a poner manos a la obra en cualesquiera asuntos, por diversos, pequeños o grandes que sean en función de los intereses nacionales. Bien por ser cuestión ya hablada con Bello pidiéndole cooperación, bien porque antes de empezar tal o cual cosa se ha venido haciendo costumbre consultarle a Bello. En misiones y comisiones tendentes a revisar leyes, en el análisis de complejas miras estará presente el pulso equilibrado de Bello. Siempre sereno (suavemente la brisita mueve la hoja en el árbol). En junio de 1834 don Andrés Bello es nombrado Oficial Mayor del Departamento de Relaciones Exteriores. Y a siete de su permanencia en la patria adoptiva es elegido Senador de la República, febrero de 1837. Pronto el Congreso aprobará la ley surgida conforme a la proposición del senador Bello: que las sentencias sean dictadas por los jueces a la mayor brevedad y de manera sencilla. Es la nueva ley. Ya lo dijo Fernández Madrid al Libertador: “El señor Bello es bueno para todo”. “Bueno Para todo” 227 Carmen Brito Arocha Peñalolén en la vida y en la inspiración de Andrés Bello Por temporadas don Andrés y familia gustan de retirarse al campo. Bajo los auspicios de amable confianza se hospedan en La Hermita, propiedad de don Mariano de Egaña. En La Hermita, don Andrés y don Mariano suelen efectuar largas sesiones de trabajo, en medio de comodidades y tranquilidad, muy a propósito deparadas por la casa y sus contornos. Hoy por hoy, Bello permanece unido en amistad a los más representativos personajes de la vida social, cultural y política de Chile, consolidada muchas veces la amistad con el compadrazgo. Doña Elizabeth gusta de compartir asimismo sus períodos vacacionales junto a amistades que gocen de toda su confianza, disfrutando a cielo abierto de los parajes sugestivos en Peñalolén. La señora María Elizabeth Gausten de Carvallo, apunta en su diario: Dentro de pocos días me trasladaré al campo con mi amiga señora Bello a la hacienda del señor Egaña (...) permaneceremos allí unos quince días (...) el calor es terrible, por lo cual hemos adquirido caballos para salir a refrescamos por la tarde. 14 Por lo que concierne a don Andrés, demás estará decir que es en el campo en donde da rienda suelta a sus goces espirituales. No logra sustraerse al embrujo de La Hermita. Su musa se siente agradecida de Peñalolén. 14 Salvat Manguillot, Manuel. Algunos amigos de Bello en Chile. En: Bello y Chile. Tercer congreso del bicentenario, 1981, pág. 99. 228 Andrés Bello se lo llevó la revolución Oda “A Peñalolén” Boscajes apacibles de La Hermita. ¡Oh, cuánto a vuestra sombra me recreo y con qué encanto celestial poseo lo que en vano se busca y solicita en el bullicio corruptor del mundo: el sosiego profundo, la deliciosa calma, la dulce paz!... Que al alma de sí propia contenta, y de cuidados míseros exenta, le hace el silencio plácida armonía, y hasta la soledad en compañía. (…) (Publicada en 1848) La misma sugestión de siempre ejerce la naturaleza en Andrés Bello. Complacido recorre a caballo Peñalolén. Ama los silencios de la montaña. La hojarasca, que arropa de trecho en trecho el camino agreste en medio de los verdes, finge remiendos del camino. Son montaraces atractivos de los lugares bucólicos. Unos árboles torcidos aquí y allá, la belleza silvestre de una flor colorada, de otra amarilla; los olores a monte, ¿mirándonos una rosa de montaña?...¡Se embeben los sentidos! A don Andrés le encanta Peñalolén. Ama ese paisaje, que, súbitamente, se desdobla frente a sus pupilas aparentándole umbríos parajes de Caracas... Al paso de la bestia cabalga sobre su nostalgia: 229 Carmen Brito Arocha Véolos otra vez aquellos días, aquellos campos, encantadora estancia, templo de las alegres fantasías a que dio culto mi inocente infancia; selvas que el sol no agosta, a que las frías escarchas nunca embotan la fragancia; cielo... ¿más claro acaso?... No, sombrío, nebuloso tal vez... ¡Mas era el mío! Naturaleza da una madre sola, y da una sola patria. En vano, en vano se adopta nueva tierra; no se enrola el corazón más que una vez; la mano ajenos estandartes enarbola; te llama extraña gente ciudadano... ¿Qué importa? ¡No prescriben los derechos del patrio nido en los humanos pechos! 15 Bello a caballo Dibujo Eliseo Morales 15 Bello, Andrés. “El Proscrito” Versos (1081 a 1096). Comenzado en Chile, inconcluso, no llegó a publicarlo. 230 Andrés Bello se lo llevó la revolución Andrés Bello y Diego Portales en Chile Don Diego Portales Palazuelos, el “ideólogo “ de la revolución de 1830, posteriormente Ministro de Guerra y Marina de la República de Chile, y don Andrés Bello, Oficial Mayor del Ministerio de Relaciones Exteriores a veces veían enrarecerse entre ambos el buen entendimiento. El Oficial Mayor se aferraba a las normas jurídicas cuando a esta materia correspondía el deslinde de contingencias. A su vez, el Ministro Portales, varón de carácter recio, exigía en esta o estotra ocasiones “mano dura”. Posición más producto de procurar celeridad en lo pautado que en fórmulas para dirimirlo, siendo que en verdad se han distinguido sus acciones por la especie de panacea esgrimida para la buena marcha del orden social. El principal resorte de la máquina no es otro que el cabal cumplimiento de las leyes. Las pequeñas diferencias entre los dos altos funcionarios, buenos amigos y compadres (Padre Maestro; ha llamado Diego Portales a Andrés Bello) las diferencias no volverán a suscitarse entre ellos... En Quillota, Valparaíso, tiene lugar una revuelta en junio de 1837: ¡Diego Portales es asesinado! Los restos mortales son trasladados a la capital, Santiago, en donde son recibidos por los señores Andrés Bello, Diego Antonio Barros y Mariano Egaña. Los honores se rendirán en el Senado. Diego Portales 231 Carmen Brito Arocha La conmoción es general frente a la pérdida irreparable del hombre cuyas acciones lo señalan como el reformador de Chile. 16 “Bello y Portales son como dos columnas en las que descansa la República de Chile”. Hugo Montes y Lukás. “La ley es una declaración de la voluntad soberana que manifestada en la forma prescrita por la Constitución, manda, prohíbe, permite”. Andrés Bello Andrés Bello Chile Iniciada la década de los años cuarenta: Andrés Bello junto con uno de sus ilustres colegas en condición de legisladores son nombrados por el Senado a objeto de que presenten el proyecto de codificación de leyes civiles (a partir de 1841); también son designados Bello, José Gabriel Palma y Miguel de La Barra para trabajar en el proyecto de ley que haría efectiva la creación de la Universidad. La redacción estaría a cargo de Bello quien, de su parte, no cejará en llevar a feliz término tan importantes asuntos, sin que por ello deje de lado sus autoencomiendas. 16 En opinión de Joaquín Edwards Bello: La era Portaliana tuvo su origen en una eminencia gris de gran altura, de egregio criterio, conocedor y forjador de almas, inspirador de ideas y actos de primer orden en los destinos de Chile. Esta eminencia gris fue don Andrés Bello. La llamada era Portaliana debió llamarse la era de Bello. 232 Andrés Bello se lo llevó la revolución Publica enjundiosos escritos de filosofía, los cuales darán luego origen a la obra Filosofía del Entendimiento. Publica ensayos, poesías, artículos periodísticos; desarrolla todo un epistolario; edita Análisis Ideológica de los Tiempos de la Conjugación Castellana, revelando haber mantenido guardados los originales de dicha obra “durante largos años”, por lo que puede inferirse que comenzó a escribirla en Caracas. “Me he determinado a sacar esta obrilla de la oscuridad en que hace más de treinta años la he tenido sepultada”. …había una vez... Porque se trata de un asunto de hace mucho tiempo, iniciamos esta página imaginándonos un cuento, pues se refiere en verdad la cuestión a tiempos en que no era corriente la escritura: entonces la Poesía fungió de comunicadora muy singular, mezcla de cronista, de reportera, de historiadora, etc. Por lo demás, gracias a la sencillez del estilo de Bello resulta amena la historia. Andrés Bello nos cuenta: Mientras no se conocieron las letras, o no era de uso general la escritura, el depósito de todos los conocimientos estaba confiado a la poesía. Historia, genealogías, leyes, tradiciones religiosas, avisos morales, todo se consignaba en cláusulas métricas, que, encadenando las palabras, fijaban las ideas, y las hacían más fáciles de retener y comunicar. La primera historia fue en verso. Se cantaron las hazañas heroicas, las expediciones de guerras, y todos los grandes acontecimientos, no para entretener la imaginación de los oyentes, desfigurando la verdad de los hechos con ingeniosas 233 Carmen Brito Arocha ficciones, como más adelante se hizo, sino con el mismo objeto que se propusieron después los historiadores y cronistas que escribieron en prosa. Tal fue la primera epopeya o poesía narrativa: una historia en verso, destinada a transmitir de una en otra generación los sucesos importantes para perpetuar su memoria. Mas en aquella primera edad de las sociedades, la ignorancia, la credulidad y el amor a lo maravilloso, debieron por precisión adulterar la verdad histórica y plagarla de patrañas, que, sobreponiéndose sucesivamente unas tras otras, formaron aquél cúmulo de fábulas cosmogónicas, mitológicas y heroicas en que vemos hundirse la historia de los pueblos cuando nos remontamos a sus fuentes. Los rapsodos griegos, los escaldos germánicos, los bardos bretones, los troveras franceses, y los antiguos romanceros castellanos, pertenecieron desde luego a la clase de poetas historiadores, que al principio se propusieron simplemente versificar la historia; que la llenaron de cuentos maravillosos y de tradiciones populares, adoptados sin examen y generalmente creídos; y que después, engalanándola con sus propias invenciones, crearon poco a poco y sin designio un nuevo género, el de la historia ficticia. A la epopeya - historia, sucedió entonces la epopeya histórica, que toma prestado sus materiales a los sucesos verdaderos y celebra personajes conocidos, pero entreteje con lo real lo ficticio, y no aspira ya a cautivar la fe de los hombres, sino a embelesar su imaginación. No queremos decir que después de esta separación, la historia, contaminada más o menos por tradiciones apócrifas, dejase de dar materia al verso. Tenemos ejemplo de lo contrario en España, donde la, costumbre de poner en coplas los sucesos verdaderos, o reputados tales, que llamaban más la atención subsistió largo tiempo, y puede decirse que ha durado hasta nuestros días, bien qué con una notable diferencia en la materia. Si los romanceros antiguos celebraron en sus cantares las glorias nacionales las victorias de los reyes cristianos de la Península sobre los árabes, las mentidas proezas de Bernardo del Carpio, las fabulosas aventuras de la casa de Lara , y los 234 Andrés Bello se lo llevó la revolución hechos, ya verdaderos, ya supuestos, de Fernán González, Ruy Díaz y otros afamados capitanes; si pusieron algunas veces a contribución hasta la historia antigua, sagrada y profana; en las edades posteriores el valor, la destreza y el trágico fin de bandoleros famosos, contrabandistas y toreros, han dado más frecuente ejercicio a la pluma de los poetas vulgares y a la voz de los ciegos. En el siglo XIII, fue cuando los castellanos cultivaron con mejor suceso la epopeya - historia. De las composiciones de esta clase que se dieron a luz en los siglos XIV y XV, son muy pocas aquellas en que se percibe la menor vislumbre de mismos asuntos que antes: Alejandro de Macedonia, Arturo y la Tabla Redonda, Tristán y la bella Iseo, Lanzarote del Lago, Carlomagno y sus doce pares, etc. Pero una vez introducida esta nueva forma de epopeya o historias ficticias, no se tardó en aplicarla a personajes nuevos, por lo común enteramente imaginarios; y entonces fue cuando aparecieron los Amadises, los Belianises, los Palmerínes, y la turbamulta de caballeros andantes, cuyas portentosas aventuras fueron el pasatiempo de toda Europa en los siglos XV y XVI. A la lectura y a la composición de esta especie de romances, se aficionaron sobremanera los españoles hasta que el héroe inmortal de La Mancha la puso “en ridículo, y la dejó consignada para siempre al olvido”. La forma prosaica de la epopeya no pudo menos de frecuentarse y cundir tanto más, cuanto fue propagándose en las naciones modernas el cultivo de las letras, y especialmente el de las artes elementales de leer y escribir. 17 Mientras don Andrés Bello nos ha venido ilustrando acerca del papel jugado por la poesía en los tiempos de su desdoblamiento, cuando cumplía otras funciones sin perder su propia esencia, pensábamos en la Silva “La Agricultura de la Zona Tórrida”: Versos a través de los cuales se presiente la feracidad de una 17 Bello, Andrés. 1841. La Araucana. Santiago de Chile. Tomado de: Bello y la América Latina. Cuarto congreso del bicentenario, 1982. 235 Carmen Brito Arocha tierra fertilizada por humus de milenios y sol lujuriante, abierta a desparramar de manera silvestre, salvaje, aromas y colores y sabores. Verdadera aleluya a la naturaleza, que, de paso, despierta la gula en un festín de la imaginación, cuya voracidad elige bocados a diestra y siniestra. “Ni en nuestro siglo ni en los anteriores hallo poeta castellano que le supere en retratar las maravillas de la naturaleza y los prodigios de la agricultura”. Dice de Bello el filólogo Manuel Cañete. Enmarcado dentro de esos mismos retratos, Bello hace además labor social, exaltando las bondades del campo si de llevar vida placentera se tratase: seduce la invitación a “gozar la suerte campesina”; quien quiera que viva el atiborramiento de la ciudad cuando menos suspiraría con amaneceres teñidos de humo de leña durante la sabrosa colada de café; ¡el ordeño!...¡y demás peculiaridades de la vida campestre! “¿Amáis la libertad? el campo habita”. Conquista el ánimo para la faena en el campo. Y pinta tan acogedor y noble el panorama, (como quien lo ha experimentado a placer) que cualquiera descubre en el señor poeta un agricultor frustrado...mejor sea dicho, se descubre al individuo que lleva arraigado amor por la vida campestre, que de hecho caza con las labores propias del medio. Ya en “Mis deseos”, poesía de la primera juventud, Bello revela en donde le gustaría vivir y morir… “De Aragua a las orillas, un distrito que me tribute fáciles manjares / do vecino a mis rústicos hogares / entre peñascos corra un arroyito / ¡Felice yo si en este albergue muero! ...” Viene al caso recordar, asimismo, la ocasión en que nuestro personaje procuró (aun cuando en el propio nombre y en el de la familia) unas fanegadas de tierra destinadas a la siembra de café; para entonces, joven intelectual muy apreciado, y quien cumplía con cabal formalidad labores oficinescas... Ahora, de no haber ocurrido lo que sabemos que ocurrió, Andrés Bello habría sido feliz, probablemente, en “El Helechal”, escardando mogotes, jalando 236 Andrés Bello se lo llevó la revolución machete, según el habla rústica y bonachona entre la vecindad campesina, gozoso de escribirle poemas a los cafetos en flor, entre escardillas y rumas de libros. En Resumen de Historia de Venezuela, celebra la próspera agricultura de la Provincia, sometida cada cosa a la minuciosidad de los conocimientos, ¡hay pasión por el asunto! Mientras Londres festejaba la aparición del ferrocarril (1825), icono de la revolución industrial, el poeta Andrés Bello yacía entregado (podría decirse) a oponerle a la locomotora – por contraste – la Zona Tórrida... ¡Salve Fecunda Zona! – (la célebre Silva, vio la luz en 1826). Llega Bello a Chile y en lugar de irse de paseo, por ejemplo, en busca de nuevos aires , o, por mejor decir, Buenos Aires , se va en busca de su olor a monte, esos montes llenos de racimos-ambrosías de pájaros y, a cantarle: “Boscajes apacibles de la Hermita / ¡Oh, cuánto a vuestra sombra me recreo!” También es verdad que en un después Pablo Neruda18 iba a referirse a aquellos verdísimos panoramas patrios, así: “Quien no conoce los bosques chilenos no conoce este planeta” Bello, pues, justificado. Por último, la famosa Silva nos hizo volver a los tiempos remotos en que la poesía cumplía entre otros su eficiente papel de cronista. Concluimos en que tal vez nuestro poeta hubiese empleado tan ingenioso método en aras de mostrar al mundo entero tantas y tantas riquezas naturales de América, troquelando al mismo tiempo en modo iridiscente la Epopeya: “¡Triunfo de Hispanoamérica sobre el León de España!” 18 Neptalí Ricardo Eliécer Reyes Basoalto (Pablo Neruda): “Quien no conoce los bosques chilenos no conoce el planeta”, afirma en sus memorias: Confieso que he vivido. Nació, el laureado poeta, en Parral, Chile, el 12 de abril de 1904. Desde los años de estudiante fue cosechando premios por sus escritos, hasta alcanzar el premio Nobel de Literatura en el año 1971. Murió el 23 de septiembre de 1973 en su patria. “Puedo escribir los versos más tristes esta noche”... Difícilmente un amante de la poesía ignore El Poema 20 de Neruda. 237 Carmen Brito Arocha Por estos tiempos en que se nos muestra tan lleno de quehaceres, don Andrés Bello recibe carta de su hermano Carlos, quien siempre ha residido en Caracas. De manera muy particular se le remueve la nostalgia alrededor de esa parte de su vida a la que se resiste creer haya dejado atrás. Se consuela con arañar esperanzas de volver. Lo mismo que se desliza el agua entre los dedos se cuela entre las letras de Bello su diafanidad. Como un niño con juguete nuevo se entrega Andrés Bello a un regalo de Caracas (Párrafo) Santiago, 30 de abril, 1842. Mi querido Carlos: Me has dado uno de los mayores placeres que he tenido durante mi largo destierro, con la remesa que me has hecho de la Historia de Venezuela, Atlas y mapas; todo lo cual ha llegado en el mejor estado a mis manos. Sería por demás querer expresarte los sentimientos con que he leído tan interesante historia, las emociones con que me han hecho palpitar tantos nombres queridos. Abro el Atlas, y recorro el mapa; qué de recuerdos, qué de imágenes se agolpan a mi imaginación. De la vista de Caracas, sobre todo, no pueden saciarse mis ojos y aunque, busco en ellos vanamente lo que no era posible que me trasladase el grabado, paso a lo menos algunos momentos de agradable ilusión. Me has hecho el más apreciable, el más exquisito presente. La vista de Caracas estaré colgada en frente de mi cama, y será quizás el último objeto que contemplen mis ojos cuando diga adiós a la tierra. Hubiese deseado que me dieses algunas noticias de los autores Baralt y Díaz. ¿Son venezolanos? Lo celebraría 238 Andrés Bello se lo llevó la revolución mucho, porque su obra hace honor al país, así como el resultado total de los trabajos del señor Codazzi le da un título a la gratitud de los americanos. 19 La Universidad de Chile A menos de un año de haberse aprobado el Proyecto de Ley de la Universidad de Chile, presentado por don Andrés Bello el 4 de julio de 1842, se prepara el acto de instalación de la moderna casa de estudios. 17 de septiembre de 1843 ¡Júbilo en la ciudad de Santiago una vez abiertas de nuevo las puertas de la Universidad! El 21 de julio fue nombrado el señor Rector. Para ninguno habría de ser un secreto el elegido para la relevante designación: el venezolano- chileno don Andrés Bello. En la plenitud de sus sesenta y dos años, nimbado por su clásico don de gentes de superior serenidad, don Andrés Bello responderá al honor de que ha sido objeto pronunciando un discurso digno de su sapiencia, (segmentos): Don Andrés Bello, a la edad de sesenta y tres años. Retrato del natural realizado por el afamado retratista francés Raymond Quinsac Monvoisin. Se estima que el artista interpretó con la mayor exactitud los rasgos fisonómicos Excmo Sr. Patrono de la Universidad del maestro, así como la expresividad Señores: genuina del rostro. Preside el Salón El Consejo de la Universidad me ha encargado expresar a Rectoral de la Universidad de Chile 19 Andrés Bello: bicentenario de su nacimiento, 1982. 239 Carmen Brito Arocha nombre del cuerpo nuestro profundo reconocimiento, por las distinciones y la confianza con que el supremo gobierno se ha dignado honramos. Debo también hacerme el intérprete del reconocimiento de la Universidad por la expresión de benevolencia en que el señor ministro de instrucción se ha servido aludir a sus miembros... Entre pausas y frases continuará hilvanando una pieza oratoria que iba a ser estimada como el lineamiento más auténtico de su fibra de humanista y en general de su ideario pedagógico: Lo sabéis, señores: todas las verdades se tocan, desde las que formulan el rumbo de los mundos en el piélago del espacio; desde las que determinan las agencias maravillosas de que dependen el movimiento y la vida en el universo de la materia; desde las que resumen la estructura del animal, de la planta, de la masa inorgánica que pisamos; desde las que revelan los fenómenos íntimos del alma en el teatro misterioso de la conciencia, hasta las que expresan las acciones y reacciones de las fuerzas políticas; hasta las que sientan las bases inconmovibles de la moral; hasta las que determinan las condiciones precisas para el desenvolvimiento de los gérmenes industriales; hasta las que dirigen y fecundan las artes. En ductoras y a veces tiernas reflexiones alrededor del universo científico y de la entrega al sugestivo mundo de las letras llenará otros espacios discurriendo calmoso: Las letras y las ciencias al mismo tiempo que dan un ejercicio delicioso al entendimiento y a la imaginación, elevan el carácter moral. Tales son las recompensas de las letras; tales son sus consuelos. Yo mismo siguiendo de tan lejos a sus favorecidos adoradores, yo mismo he podido participar de sus 240 Andrés Bello se lo llevó la revolución beneficios, y saborearme con sus goces. Adornaron de celajes alegres la mañana de mi vida, y conservan todavía algunos matices del alma, como la flor que hermosea las ruinas. Entre pausas y frases, se entretejen experiencias en modo sutil... Los buenos maestros, los buenos libros, los buenos métodos, la buena dirección de la enseñanza son necesariamente la obra de una cultura intelectual muy adelantada.20 Conservan todavía algunos matices del alma Cuánta reminiscencia en esas palabras, ¡cuánto ayer! en esa “flor que hermosea las ruinas”. Por lo demás, el señor Rector que es hoy día, junto a las más severas obligaciones que pudieran regirle aun mayormente su tiempo no hará a un lado a la amiga incondicional, dulce confidente, que lo ha aguardado toda la vida a la vera del camino siempre, la Poesía. Dentro de dos semanas publicará “La oración por todos” 21, versos inspirados en una creación poética de Víctor Hugo. Ha corrido por voces de la historia que el escritor francés, universalmente conocido, al tener frente a sus ojos los versos inspirados en un trabajo suyo exclamó: “¡Me ha ganado el caraqueño!” 20 Mariano Egaña, Manuel Bruines, Manuel Mont, Ignacio Domeyko y Andrés Bello constituyen el recurso humano que impulsa la creación de la Universidad de Chile. La antigua Universidad de San Felipe había sido disuelta en el año 1839. 21 “La oración por todos” poema publicado por Andrés Bello en 1843 en El Crepúsculo, Santiago de Chile. Inspiró a Bello una obra poética de Víctor Hugo (1802 – París 1885). Autor de la famosa novela Los Miserables. 241 Carmen Brito Arocha La oración por todos Imitación de Víctor Hugo. I Ve a rezar hija mía. Ya es la hora de la conciencia y del pensar profundo: cesó el trabajo afanador, y al mundo la sombra va a colgar su pabellón. Sacude el polvo el árbol del camino, el soplo de la noche; y en el suelto manto de la sutil neblina envuelto, se ve temblar el viejo torreón. ¡Mira! su ruedo de cambiante nácar. el occidente más y más angosta; y enciende sobre el cerro de la costa el astro de la tarde su fanal. Para la pobre cena aderezado, brilla el albergue rústico, y la tarda vuelta del labrador la esposa aguarda con su tierna familia en el umbral. Brota del seno de azul esfera uno tras otro fúlgido diamante; y ya apenas de un carro vacilantese oye a distancia el desigual rumor. 242 Andrés Bello se lo llevó la revolución Todo se hunde en la sombra; el monte, el valle y la iglesia, y la choza, y la alquería y a los destellos últimos del día se orienta en el desierto el viajador. Naturaleza toda gime; el viento en la arboleda, el pájaro en el nido, y la oveja en su trémulo balido, y el arroyuelo en su correr fugaz. El día es para el mal y los afanes; ¡He aquí la noche plácida y serena! El hombre tras la cuita y la faena, quiere descanso y oración y paz Sonó en la torre la señal, los niños conversan con espíritus alados; y los ojos al cielo levantados, invocan de rodillas al Señor. Las manos juntas, y los pies desnudos, fe en el pecho, alegría en el semblante con una misma voz, a un mismo instante, al Padre Universal piden amor. Y luego dormirán, y en leda tropa, sobre su cuna volarán ensueños, ensueños de oro, diáfanos, risueños, 243 Carmen Brito Arocha visiones que imitar no osó el pincel. Y ya sobre la tersa frente posan, ya beben el aliento a las bermejas bocas, como lo chupan las abejas a la fresca azucena y al clavel. Como para dormirse, bajo el ala esconde su cabeza la avecilla, tal la niñez en su oración sencilla adormece su mente virginal. ¡Oh dulce devoción, que reza y ríe! ¡de natural piedad primer aviso! ¡fragancia de la flor del paraíso! ¡preludio del concierto celestial! II Ve a rezar hija mía. Y ante todo, ruega a Dios por tu madre, por aquella que te dio el ser, y la mitad más bella de tu existencia ha vinculado en él; que en su seno hospedó tu joven alma, de una llama celeste desprendida; y haciendo dos porciones de la vida, tomó el acíbar y te dio la miel. 244 Andrés Bello se lo llevó la revolución Ruega después por mí. Más que tu madre lo necesito yo… Sencilla, buena, modesta como tú, sufre la pena, y devora en silencio su dolor. A muchos compasión, a nadie envidia, la vi tener en mi fortuna escasa; como sobre el cristal la sombra, pasa sobre su alma el ejemplo corruptor. No le son conocidos…!ni lo sean a ti jamás!... los frívolos azares de la vana fortuna, los pesares ceñudos que anticipan la vejez; de oculto oprobio el torcedor, la espina que punza a la conciencia delincuente, la honda fiebre del alma, que la frente tiñe con enfermiza palidez. Más yo la vida por mí mal conozco, conozco el mundo, y sé su alevosía; y tal vez de mi boca oirás un día lo que valen las dichas que nos da. Y sabrás lo que guarda a los que rifan riquezas y poder, la urna aleatoria, y que tal vez la senda que va a la gloria guiar parece, a la miseria va. 245 Carmen Brito Arocha Viviendo, su pureza empaña el alma, y cada instante alguna culpa nueva arrastra en la corriente que la lleva con rápido descanso al ataúd. La tentación seduce; el juicio engaña; en los zarzales del camino deja alguna cosa cada cual: la oveja su blanca lana, el hombre su virtud. Ve hija mí, a rezar por mí y al cielo pocas palabras dirigir te baste: “Piedad. Señor, al hombre que criaste eres Grandeza; eres Bondad;¡perdón!” Y Dios te oirá; que cual del ara santa sube el humo a la cúpula eminente, sube del pecho cándido, inocente, al trono del Eterno la oración. Todo tiende a su fin: a la luz pura del sol, la planta; el cervatillo atado, a la libre montaña; el desterrado, al caro suelo que le vio nacer; y la abejilla en el frondoso valle, de los nuevos tomillos al aroma; y la oración en alas de paloma a la morada del Supremo Ser. 246 Andrés Bello se lo llevó la revolución Cuando por mí se eleva a Dios tu ruego, soy como el fatigado peregrino, que su carga a la orilla del camino deposita y se sienta a respirar; porque de tu plegaria el dulce canto alivia el peso a mi existencia amarga, y quita de mis hombros esta carga, que me agobia de culpa y de pesar. Ruega por mí y alcánzame que vea, en esta noche de pavor, el vuelo de un ángel compasivo, que del cielo traiga a mis ojos la perdida luz. Y pura finalmente, como el mármol que se lava en el templo cada día, arda en sagrado fuego el alma mía, como arde el incensario ante la Cruz. III Ruega hija, por tus hermanos, los que contigo crecieron, y un mismo seno exprimieron, y un mismo techo abrigó. Ni por los que te amen sólo el favor del cielo implores: por justos y pecadores, Cristo en la Cruz expiró 247 Carmen Brito Arocha Ruega por el orgulloso que ufano se pavonea, y en su dorada librea funda insensata altivez; y por el mendigo humilde que sufre el ceño mezquino de los que beben el vino porque le dejen la hez. Por el que de torpes vicios sumido en profundo cieno, hace aullar el canto obsceno de nocturna bacanal; y por la velada virgen que en su solitario lecho con la mano hiriendo el pecho, reza el himno sepulcral. Por el hombre sin entrañas, en cuyo pecho no vibra una simpática fibra al pesar y a la aflicción; que no da sustento al hambre, ni a la desnudez vestido, ni da la mano al caído, ni da a la injuria perdón. 248 Andrés Bello se lo llevó la revolución Por el que en mirar se goza su puñal de sangre rojo, buscando el rico despojo, a la venganza cruel; y por el que en vil libelo destroza una fama pura, y en la aleve mordedura escupe asquerosa hiel.(...) ¡Dios mío! ¿Y qué es de la vida de doña Elizabeth Dunn de Bello? La señora Bello, año tras año se ha venido adaptando a la vida santiaguina. Ocupada en sus quehaceres hogareños, levantando una numerosa familia, teniendo un esposo amante del recogimiento familiar, pese a sus tantas obligaciones de trabajo; compartiendo dichas y sinsabores con los suyos; a doña Elizabeth se la ve hacendosa y agradable siempre. Llamada “la dama inglesa” por los ajenos a su trato. La señora Bello no falta a los oficios religiosos, por lo regular acompañada de su esposo. A propósito de su paso por la calle, motivado a las visitas al templo, la doña aprovecha para compartir un poco con personas amigas a quienes encuentra en trayecto. El paso lento suyo contrasta con el andar apresurado de don Andrés, que por momentos se desentiende de Elizabeth Dunn de Bello 249 Carmen Brito Arocha lentitudes y opta por la prisa. Impaciencia y calma a veces en discordia y que origina discretos dimes y diretes entre marido y mujer, según finos observadores. Tal por ejemplo, lo recogido por Guillermo Feliú Cruz: Hija, todo el mundo tiene algo que hacer cuando sale a la calle, y usted las detiene haciéndoles perder el tiempo. En su castellano atravesado doña Isabel tenía una gran excusa para justificarse ante el marido: decíale que estas conversaciones le informaban de lo que ocurría en la vida santiaguina: Usted, Bello no me da noticia de nada, ni cuenta lo que pasa. “Los hijos tuvieron en Bello la imagen perfecta del hombre correcto, del caballero, de gran señor”. Amunátegui Andres Bello hombre correcto 250 Hemos estado aguardando el momento en que don Andrés haga un alto en sus múltiples ocupaciones y hable un poco acerca de sus hijos, y en ese momento es ¡ya!.... Hablando como solo puede hacerlo un padre complacido de su prole, tan coloquial resulta cuánto va contando que, quien quiera que sea, puede imaginarse arrellanado en un sillón frente al sabio (sentados muy cómodos los dos), oyéndolo de “tú a tú” contar pormenores de sus muchachos. Andrés Bello se lo llevó la revolución Carlos, el primogénito, se halla ausente de nosotros, ha entrado en especulaciones de minas, y con muy buenos auspicios. Me ha manifestado en su último viaje a Santiago mucho deseo de hacer un viaje a Caracas, y yo desespero de que lo verifique Francisco, el segundo, es el mejor y más querido de mis hijos .Difícil que pueda fomentar idea de sus virtudes, de su talento, de su amabilidad, de su juicio. Es uno de los mejores abogados de Santiago y haría sin duda una fortuna rápida si gozase de buena salud. Desgraciadamente su constitución es muy delicada y tendrá que dejar el ejercicio de una profesión que es aquí bastante lucrativa, cuando se ejerce con crédito. Juan, el tercero es un joven bastante aprovechado, tiene un empleo en las oficinas de Relaciones Exteriores, enseña en un colegio , es de un carácter muy vivo y alegre, lleno de proyectos, se pica de literato, hace versos, canta, baila, traduce varios idiomas, y en medio de sus alegrías y travesuras trabaja ocho o diez horas al día. De Andrés, el cuarto, no puedo decirte, sino que es un jovencito moreno, de tal cual figura, desaplicado, de muy buen corazón. Anita toca piano y canta; nada de particular hay en su figura ni en sus cualidades ni en su carácter. Luisa, principia a tocar el piano, criatura angelical por su carácter, la docilidad, la mansedumbre más grande, la más amorosa nieta de mi madre, Josefina bastante bonita. Debí haber nombrado antes a Manuel, que aprende ahora las primeras letras, Eduardo está acabando la cartilla. Sabes que he perdido tres de mis hijos, uno en Inglaterra y dos en Chile. La descripción que me haces de mi madre me llena de contento, y sus cartas, que he recibido con la tuya, me han causado como puedes fácilmente imaginarlo, el mayor gusto. Cuanto me alegra de que la tengas en el seno de tu familia, rodeada de sus numerosos nietos, y que placer seria para mí que pudiera abrazar y dar su bendición a mis hijos… etc. 22 22 Rasco, Félix. Homenaje. En: Primer Centenario del nacimiento de Bello, 1781-1881. (1981). pág. 3. 251 Carmen Brito Arocha Atentos a su puño y letra de esta carta del 11 de noviembre de 1844, a su cuñado Miguel Rodríguez en Caracas, solo resta decir que Andrés Bello se deleita describiendo la ternura que le inspiran sus seres queridos. Por cierto que para este mismo año (1844) apareció reeditada la obra Derecho de Gentes bajo el título Derecho Internacional. No se hizo esperar la crítica: “La obra más completa en su clase de cuantas se han publicado hasta ahora”, comento El Eco del Comercio,23 periódico de Madrid. Saldrán otras ediciones en alemán y en francés. La nueva edición del Derecho de Gentes (1844), ahora corregida y aumentada y bajo un título más ambicioso, Principios de Derecho Internacional va a ser obra adoptada prontamente por distintos países, entre éstos Colombia y Ecuador. En la oportunidad en que su autor intentaba publicar por primera vez dicha obra, contaba principalmente con sus alumnos, quiénes de momento al menos podrían constituirse en seguros lectores. Modestamente el autor solicitó en el medio oficial chileno se le adquiriese una parte de los impresos. Lejos estaría de suponer que un día se le escaparían de las manos aquellos Principios de Derecho de Gentes, echándose a andar triunfalmente por el mundo. “La injerencia (sic) de un gobierno en los negocios particulares de otro u otros, no es regla, sino una excepción; generalmente hablando es ilegítima, atentatoria contra los derechos de los estados” Andrés Bello 23 252 (Grases, 1981, pág. 191) Andrés Bello se lo llevó la revolución “En la república de las naciones hay una aristocracia de grandes potencias que es en la que de hecho reside exclusivamente la autoridad legislativa. El juicio de los estados débiles ni se consulta ni se respeta.” Andrés Bello 24 “Puede considerarse al caraqueño don Andrés Bello como el verdadero fundador del Derecho Internacional Iberoamericano.” José Varíssimo. Internacionalista brasilero. De Principios de Derecho Internacional: El objeto más esencial de las misiones diplomáticas es mantener la buena inteligencia entre los respectivos gobiernos desvaneciendo las preocupaciones desfavorables y sosteniendo los derechos nacionales con una firmeza templada por la moderación. Es un deber del Ministro estudiar los intereses mutuos de los dos países, sondear las miras y disposiciones del gobierno a quien está acreditado y dar cuenta a su soberano de todo lo que pueda importarle. Debe asimismo velar sobre la observancia de los tratados y defender a sus compatriotas de todo vejamen e injusticia. Circunspección, 24 Morales Paúl, Isidro. 1989. Don Andrés Bello y las Relaciones Internacionales de su tiempo. Caracas. La Casa de Bello. (...) como expresamos en nuestro trabajo sobre La contribución de don Andrés Bello a la formulación de los Principios del Derecho Internacional en América presentado al Congreso Nacional sobre Andrés Bello y el Derecho Internacional celebrado en Roma (10 - 12 de diciembre de 1961). El examen crítico de las ideas y puntos de vista de don Andrés Bello sobre la política y el Derecho Internacional sólo pueden y deben ser examinados en el marco histórico político en el que le tocó vivir y actuar, en el marco de las relaciones internacionales de su época y teniendo en cuenta la posición relativa de Venezuela inicialmente y luego de Chile, su patria de adopción, en el concierto de las naciones de su época. 253 Carmen Brito Arocha reserva, decoro en sus comunicaciones verbales y escritas son cualidades absolutamente necesarias para el buen suceso de su encargo. Aun en los casos de positiva desavenencia y declarado rompimiento debe el Ministro ser medido en su lenguaje y mucho más en sus acciones, guardando puntualmente las reglas de cortesía que exige la independencia de la nación en cuyo seno reside, y las formalidades de etiqueta que la costumbre ha introducido. El comercio ha hecho más por suavizar las relaciones internacionales que todas las otras causas juntas. El comercio es calculador por esencia, y cuanto mejor calcule sus intereses materiales más patentemente los verá apoyados en el cultivo de la amistad y paz Andrés Bello Francisco “El mejor y más querido de los hijos… ha muerto” 254 En la carta del 11 de noviembre (1844), dirigida a su cuñado Miguel Rodríguez y en donde le hablaba de sus hijos, don Andrés Bello hacía notar la precaria salud de Francisco, el segundo de sus hijos habidos en el primer matrimonio. En aquella epístola reveló el padre: “El mejor y más querido de mis hijos” Muere Francisco Bello Boyland, el 13 de junio de 1845. Bajo el peso de su inmenso desconsuelo, don Andrés recoge cuanto pudiera recogerse entre lágrimas y tinta de unos bien amados despojos. Andrés Bello se lo llevó la revolución Era Francisco Bello Boyland un joven que, nacido en Inglaterra se formó principalmente en Chile, que casi niño fue profesor del Instituto Nacional, que contribuyó allí bastante al restablecimiento de la lengua latina; que en una gramática introdujo por primera vez las doctrinas de la filología europea de los últimos años; que dejó acopiados materiales para una segunda edición de aquella obra, en que desgraciadamente, hubo de trabajar otra mano; que cultivó la literatura con suceso; que se distinguió en el foro desde que entró en él; que fue precipitado al sepulcro en la flor de la vida, malogrando las más bellas esperanzas. El vecindario de Santiago lo lloró y conocía solamente la mitad de su alma. La familia Bello contempla las posibilidades de pasarse una temporada en Valparaíso. A este puerto llegaron hace dieciséis años. Francisco contaba apenas once. En los primeros días de enero (1846) don Andrés se dirige a su amigo Juan María Gutiérrez, que se halla en Valparaíso. Le plantea la necesidad en que se encuentra de viajar por unos días al puerto y el deseo de obtener información acerca de alguna vivienda que se amolde a los requerimientos de la familia, tanto en comodidades como en costos. (...) una fonda respetable... Necesitamos una pieza con dos camas, otra con tres y otra para dos niños y criados; supliendo nosotros los colchones que falten... Almuerzo, comida y té, todo en mesa separada. 255 Carmen Brito Arocha Los Bello viajan a Valparaíso. En el mes de abril recibe Bello correspondencia de don Mariano de Egaña: “ ...Deseo mucho ver a usted” –expresa el mensaje – “Mil memorias a mi comadre y familia.” Don Andrés Bello, después de la pérdida de su hijo ha quedado muy abatido y en diversas veces ha manifestado su intención de separarse de la Oficina Don Andrés tratará por todos los medios de sobreponerse a la pesadez que lo embarga y que no es otra cosa que la pura aflicción. En algún momento llegará a lamentarse de no abrir siquiera uno de sus libros, después de tanto empeño y cuidado que pone en empacarlos y llevarlos consigo... Don Manuel Montt, Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, ha escrito a don Salvador Sanfuentes, entre las cosas por decir no olvida la dura situación por la que atraviesa el amigo... Y así es la verdad. A través de la correspondencia de Bello se adviene el “bajón” de su estado de ánimo. ¡Cuánto dolor! ¡Cuánto sufrimiento en la adultez! Sentirse acorralado por tristes realidades como por castigo impuesto, ¡qué duro es!; aguantar, contenerse, luchar… ¡eso es luchar!; dejar escapar las hondas cuitas ¡alivio aparente!; ¡volverse pequeño, acurrucarse en los miedos, en el dolor! Anhela la presencia de su hermano Carlos, “estiraba los brazos y las manos para agarrar algo y asía solamente recuerdos”. El 17 de febrero revelaba en mensaje a su hermano: En mi vejez repaso con un placer indecible todas las memorias de mi Patria (recuerdo los ríos, las quebradas y hasta los árboles que solía ver en aquella época feliz de mi vida). Cuantas veces fijo la vista en el plano de Caracas creo pasearme otra vez 256 Andrés Bello se lo llevó la revolución por sus calles, buscando en ellas los edificios conocidos y preguntándoles por los amigos, los compañeros que ya no existen. ¡Daría la mitad de la vida por abrazaros, por ver de nuevo el Catuche, el Guaire, por arrodillarme sobre las losas que cubren los restos de tantas personas queridas! Tengo todavía presente la última mirada que di a Caracas desde el camino de La Guaira. ¿Quién me hubiera dicho que en efecto era la última? (...) Cuántos preciosos recuerdos me sugiere este templo y sus cercanías. Teatro de mi infancia, de mis primeros estudios, de mis primeras y más caras afecciones. Allí la casa en que tú y yo nacimos y jugamos, con su patio y corral, con sus granados y naranjos. Y ahora ¿qué es de todo esto? 25 Pura nostalgia. ¿Por qué mejor no hace un viaje a Venezuela? En la ocasión en que Rafael Revenga escribió a Bello, invitándole irse a Colombia, por tales y cuales razones, hablamos sobre lo poco elegante, o más bien, lo de tan mal gusto que podría parecerle al viajero (para entonces ya en alta mar) el hecho de culminar el viaje sintiéndose muy complacido por la oferta de última hora y sin más ni más , no bien verse entre amigos y extraños, agradecer la solidaridad brindada en la tierra chilena, la oferta de trabajo etc. etc., y muy sonreído volverse por donde vino. Asomábamos en el momento la probabilidad de que, por el contrario, una vez en Chile el señor Bello quedaría atrapado dentro de sus propios moldes de decencia y gratitud sin jamás desairar al gobierno y personas que lo recibían en unión de su respetable familia, y que, pensamos, fuese cuestión de pensar en viajes 25 Picón Lares, Roberto. s.f., Don Andrés Bello. s.e. 257 Carmen Brito Arocha más adelante... Esto último cabria cómodo dentro de la lógica. Ahora, lo que nunca hubiese podido suponer el común mortal fue el aluvión de responsabilidades, de ocupaciones que se le vendría a don Andrés Bello en su condición de hombre de trabajo, al meterse de lleno en la vida de aquel país amigo, absorbiéndolo hasta el tope mismo de la entrega absoluta: Irisarri se mostraba en Londres sorprendido de la capacidad de Bello y de la importancia que podría llegar a alcanzar su obra en caso de llegar a desarrollarla; Egaña, de su parte, ubicó a Bello de cuerpo entero en el corazón de las deficiencias en Chile; pero ni aun así, en la vasta visión tanto del uno como del otro, se llegó a cubrir la expectativa alrededor de lo que sólo a un sabio le es dado abarcar, como en el caso emblemático de Andrés Bello. Significa que escapó a la imaginación lo siguiente: Andrés Bello, el Bachiller en Artes egresado de la Pontificia Universidad de Caracas; el Bello ejercitado en estudio de idiomas; Bello poeta, traductor de Virgilio; el joven intelectual de las tertulias de Caracas; el empleado formal de la Capitanía; el incipiente historiador y periodista; el Bello de Londres, estudioso , trabajador en medio de su modestia y los ruegos a sus compatriotas allende en la patria y en síntesis el Bello de la paciencia o equilibrio con que había sabido dirigir sus pasos hasta entrar en el mundo diplomático; con todo y ello por delante habría parecido algo muy traído por los cabellos imaginarse a ese mismo Bello como el verdadero fundador del Derecho Internacional Iberoamericano; imaginarlo senador electo y reelecto, senador elector del país a donde fuese a vivir; imaginarlo codificador de las leyes de su “país legal”; verlo creador de máximas instituciones educacionales y de por vida Rector; imaginarlo maestro de generaciones brillantes; ¿imaginarlo concediendo permiso para la impresión de sus obras a la Academia de la Lengua ?; ¿imaginarlo Miembro de Número de la Real Academia de la Lengua?... 258 Andrés Bello se lo llevó la revolución El viaje se fue quedando para después. El absorbente ejercicio en el campo laboral atornilló al hombre a su mesa de trabajo, derrotándolo en las viejas ansias de volver a transitar por aquella cinta de tierra que se convertiría en escenario clásico de la nostalgia de Andrés Bello, el camino de La Guaira....:Meter en una mochila el cúmulo de responsabilidades hoy por hoy contraídas, mientras va y viene, ¡eso sí, no cabría dentro de la lógica!. Y lo último del momento, apartando el tema del pro y el contra de nostálgicas misivas vayamos al encuentro de una realmente extraordinaria, y que está llenando de gozo a don Andrés. Ha recibido carta de su hijo Carlos (dos inapreciables Carlos en la vida de Andrés Bello, Carlos el hermano y Carlos el hijo). Su hijo mayor ha hecho realidad el sueño abrigado desde años atrás... ¡incluyendo en su itinerario a Caracas!.. ¡Albricias!... ¿Estará ya en Caracas?... Bueno, la carta vino de Panamá. De viaje Carlos Bello Boyland De Panamá llegó el correo Panamá, abril 22 de 1846 Mi querido padre: Ayer por la noche desembarcamos en este lugar después de los fastidios de equipaje, cama, etc., que en lugar de esta especie son muchos, supimos que no era preciso partir hoy mismo para tomar el vapor de Chagres. Figúrese V. el alboroto entre el cual escribo, que todos quieren marchar en el acto y parece que todo falta, menos empleados de aduanas para detener y registrar los equipajes. 259 Carmen Brito Arocha En Paita, único puerto en que tocó el vapor y por dos horas, tuve el gusto de conocer al señor Olmedo, está muy anciano y tiene un aire y unas maneras que demuestran una excesiva cortedad, que al leer el canto a Bolívar, no era de presumir en su autor. Me habló con sumo afecto de U. Y me dijo que había pocos días que le escribió. Está para regresar a Guayaquil. La entrada de la Bahía de Panamá es una de las vistas más preciosas que puede imaginarse. Por lo que he oído a V. acerca de Venezuela y sus bosques debe asemejarse mucho. Mi salud sigue muy bien, espero que V. disfrute ya de igual beneficio como también de las comodidades de la casa que supongo arreglada a esta fecha. Muchos recuerdos, recuerde V. a su amante hijo. C. Bello ¡Cuántas veces no desearía don Andrés permanecer sumido en los recuerdos hasta quedar exánime! Mas, de sus añoranzas lo sustrae el peso de sus obligaciones que le componen y descomponen a su antojo el diario vivir. ¡Miren, si no!... En mayo (1846) es reelecto Senador de la República. ¡Alza arriba cuerpo viejo! A seguir en la lucha. Es precisamente por estos días cuando su hijo Carlos arriba a Caracas. 260 Andrés Bello se lo llevó la revolución En Caracas primogénito de don Andrés Bello, don Carlos Bello Boyland 31 de mayo de 1846 En la ciudad de Caracas don Carlos Bello Boyland es objeto de numerosos agasajos especialmente por parte de los viejos amigos de su ilustre padre, don Andrés Bello. Asimismo, jóvenes intelectuales del momento, fervorosos admiradores del sabio compatriota, se han unido a los festejos en honor de Carlos Bello Boyland. Se rinde culto a la memoria del padre gratificando la presencia del hijo. ¡Ah, los inolvidables amigos de Andrés Bello, como lo extrañan! Y eso que no saben en profundidad cuánto ha sufrido él por ellos en tierna fijación de la época más feliz de su vida. Cuando los poetas hablan en poesía Carlos Bello Boyland ¿Y posible será que destinado he de vivir en sempiterno duelo, lejos del suelo hermoso, el caro suelo do a la primera luz abrí los ojos? ¡Cuántas! ¡ah! cuántas veces dando aunque breve, a. mi dolor consuelo oh montes, oh colinas, oh praderas, amada sombra de la patria mía, orillas del Anauco placenteras, 261 Carmen Brito Arocha escenas de la edad encantadora que ya de mí, mezquino, huyó con presta, irrevocable huida; y toda en contemplaros embebida se goza el alma, a par que pena y llora! Andrés Bello “Elegía del desterrado”. ¡Oh! ¡Vuelve a tu patria... con ansia te espera! Las selvas, los valles aguardan tu voz... ¿Te llega el perfume del aura ligera? ¡Ay!, ¡es que te llaman! ¡Oh!, ¡llega veloz! Ramón Isidro Montes (En el banquete del 13 de junio) Viuda la selva que escuchó tus cantos Al son del viento de las noches llora Porque otros valles más felices mora Su favorito, su primer cantor. Abigail Lozano. Del “Poema a Bello” ¿Qué es de vosotros? ¿Dónde estáis ahora, Compañeros, amigos, de mi primer desvariar testigos, de mis antojos vanos y deseos y locas esperanzas? Andrés Bello “Elegía”. 262 Andrés Bello se lo llevó la revolución ¡Salve fecunda zona! Banquete en la zona tórrida. 13 de junio, 1846 Loado sea el nombre de Andrés Bello “A quien todos reconocían lumbrera de la juventud caraqueña, porque siempre le encontraban luminoso en sus conceptos, justo en sus apreciaciones, benévolo y digno”. Arístides Rojas. En el banquete del 13 de junio en honor a Carlos Bello Boyland, resalta en la mesa el detalle glorioso alusivo a la Silva Agricultura de la Zona Tórrida. Olores, colores y sabores, de un sin fin de frutos a cual más apetecibles. ¿A dónde habíamos de ir en solicitud de gaje para el amable y culto huésped? Los jardines de Caracas serían fuente escasa. Llevémosle de la mano a la opulenta esplendidez de nuestros campos, o, mejor improvisemos ante sus ojos los mismos campos, mágicamente atraídos a un panorama encantador por el Príncipe de los Poetas del Nuevo Mundo. Pongamos el sublime lienzo del padre ante el hijo. 26 De esta forma destacó el periódico El Liberal la estadía en Caracas del hijo mayor de Andrés Bello, Carlos Bello Boyland. En la reunión del 13 de junio tomaron la palabra José Luis Ramos, Ramón Isidro Montes, Cecilio Acosta, Abigail Lozano, Juan Vicente González. 26 Núñez, Enrique Bernardo. La semana de Bello. En: Grases, 1981, pág. 320. 263 Carmen Brito Arocha En el ínterin... Escribirle a papá ¡Ahora sí! ¡De Caracas, llegó el correo! Una carta como para leerla hoy, mañana, pasado mañana. Para releerla, en fin, aun cuando luciese un día amarillenta por los años. Y es que esta carta de Carlos Bello Boyland a su padre, don Andrés Bello, es verdaderamente, una paloma mensajera de papel que recogió en su vuelo algo de esas eventualidades ingratas al viajero. Y recogió crónicas de montañas, de caminos de agua, de hojas, de cosas al pasar. Y recogió esencia olorosa a coloquios de impensables ternuras. Y recogió la crónica de cómo se ama un nombre, ¡amor de pueblo a hijo preclaro! Caracas, junio 6 de 1846 Mi querido padre: Tuve el gusto de pisar al fin el suelo venezolano, el 31 del pasado; después de haber recorrido mal de mí agrado, casi todas las Antillas. De Chagres a Cartagena, de allí a Santa Marta y por falta de comunicación entre este puerto y La Guaira, seguí en el vapor a Jamaica, a Santiago de Cuba, Puerto Rico, Jacmel, San Tomás y casi todas las islas de Barlovento hasta Granadas, inclusas las francesa de Guadalupe y Martinica. Toda esta navegación se hace en vapores hermosos que forman la línea complicada del Atlántico. Sólo desde Granada a La Guaira conduce la valija una goleta, que puntual, las más veces, en ésta se retardó más de dos días a causa de una calma: a la vista de la costa empinada del Continente. En la carta que dirigí a usted desde Panamá le hablé de la grata impresión que me causó esa vegetación tan lujosa como variada; entonces no había sino columbrado lo que luego debía servirme de toldo en el tránsito desde Panamá a Cruces; y bordear las orillas del río Chagras en su tortuoso curso hasta el océano. El gigante bongo, el 264 Andrés Bello se lo llevó la revolución mangle, el huavo, el mango, el higuerón de claras hoja y finos mimbres, el almendro de follaje oscuro y luego la variedad de palmeras desde la que carga racimos color grana, hasta la que en Chile conocemos, tardía para crecer y poco graciosa en su figura. Esta vista prolongada de uno a otro mar, y tantas especies nuevas de aves, de insectos que encierran estos bosques vírgenes hacen deslizar grata y apaciblemente algunas de las largas horas, que se gastan en el tránsito del Ismo (sic). Aquí, cuanto existe digno de admiración es obra de la naturaleza, poco han hecho los hombres, y eso los antiguos amos de la tierra. Desde el desembarque en Panamá, bahía preciosísima, hasta pisar el borde del vapor en Chagres, mil y una incomodidades asaltan al transeúnte. No dudo, sin embargo, que el tráfico de uno y otro mar los aminore, ¿por qué malas muías y pesados cayucos, no pueden reemplazarse por caballos y embarcaciones chatas?... El Congreso de Nueva Granada ha señalado $45.000 para composición del camino, siempre que la Provincia de Panamá contribuya con un igual; ha sido imposible reunir la cuarta parte. En el rápido paso del vapor sólo hemos tenido tiempo para ver apresurados algunos puertos y sus curiosidades, en otros no ha sido posible desembarcar y en algunos como Jamaica, San Tomás y Granada hemos perdido semanas. De lo que he visto doy la preferencia a las colonias españolas y francesas a pesar de Kingston y sus 30.000 almas. Puerto Rico. Puerto Rico es el paisaje más hermoso de cuanto puede imaginarse y también la ciudad más aseada su capital, San Juan. Pero vamos a Venezuela, a Caracas. Llegué a La Guaira y a las dos horas me puse en camino en un buen carruaje, y por la carretera abierta el año pasado. Cortada en el faldeo de las montañas, parece a lo lejos, una lista amarilla trazada sobre la verde grama. Pero apenas entra uno por ella, que la lista se toma camino, y árboles creados que cubren con eterna sombra sus propios troncos, eso que semejaba mullida grama. Desde las alturas se divisan hondos 265 Carmen Brito Arocha valles, todos verdes, todos regados. Pero quiero olvidar todo esto para llegar de una vez a lo que V. le interesa. Llegue a Caracas y después de algunos trabajos acerté con la casa de mi abuela; era día domingo y había salido como tiene de costumbre a casa de mi tía Rosarito, fui a buscarla y quiso mi suerte que la encontrase en la calle y me la dio a conocer la persona que me servía de guía. Sin decir quién era yo, la conduje con el talismán del nombre de V...., que ella se resistía a casa de Rodríguez y allí me di a conocer. Ya puede figurarse V. cuantos abrazos recibiría, cuantas preguntas tuve que contestar y cuán grande fue la sorpresa y placer, sobre todo de mi abuela. Lleva maravillosamente bien sus muchos años, es activa, hacendosa, y hasta más alegre de lo que pudiera creerse. Los retratos le han causado infinito placer. Pero le cuesta conformarse con la idea de que V. tenga canas y que le falten dientes. Al siguiente día vino del campo mi tío Carlos, del Valle de Abajo, a dos leguas de Caracas, y donde reside habitualmente. Está más aquejado de la edad que V., misántropo y no muy liberal. A V. puedo decirlo esto, posee una fortuna de 50.000 y una buena casa, que no habita. No obstante ha cortado toda relación con los habitantes de Caracas y aun llora pobrezas...Estas son confianzas de mi abuela, dichas sin quejarse de su hijo, de quien lo único que exige es que se deje ver de cuando en cuando. Yo por mi parte le he merecido cariño; pero me duele su poco amor por las viejecitas y la estrechez innecesaria en que vive mi abuela. Más tarde hablaré a V. de esto. La familia de Rosarito es numerosa. Y posee un excelente padre; los jóvenes, cuatro ya de alguna edad, están ocupados y bien sin gravar a su familia. Carlos, el hijo mayor de Florencio, que nunca ha merecido ni una carta de su padre, es un honrado muchacho que sostiene a su madre con sus pocas entradas. Mi tía Dolores perdió dos años hace a su hijo varón y vive en casa de Rosarito y a sus expensas; la libranza de quinientos duros que V. remitió a mi abuela, pasó íntegra a manos de aquella. La monja es más lozana y feliz, según noticias que tengo, aún no la he visto. 266 Andrés Bello se lo llevó la revolución No necesitaba otra recomendación en Venezuela que el ser hijo de V. para recibir agasajos. El señor Rivas (Don Francisco), Don Ignacio Montilla, Rojas, el editor del Liberal, el General Ayala, que aún vive, Lisboa y su señora e infinidad de otros que no recuerdo y que he visto de paso, entre ellas el señor Wilson, me piden salude a V. Rivas y Lisboa han escrito a V., aquel una larga carta. Aún no he podido ver al doctor Escalona, a pesar de haber estado dos veces en su casa; pero no dejaré de darle V. noticias en mi próxima de este respetable anciano. Caracas aún se resiente del terremoto, hay ruinas y en cada calle murallas sin techo que las cobije, y de entre las rejas se ve no las alfombras traídas de lejos, sino una verde de malezas. Al despedirme ya de V. no puedo menos que decir que tres veces me ha interrumpido mi abuela para que diga mil cariños de su parte; aquí también se halla Dolores, mi tía, y otro tanto exige. ¡Qué bien correspondido está el amor que V. les tiene! Las cartas de V pasan de mano en mano hasta el último de sus sobrinos. Escribo ésta con mucha desconfianza, ¿llegará a manos de V.? Si así fuera, mil cariños en casa y recuerdos a los amigos, en particular al General Pinto y Palazuelas. Adiós, consérvese V. bueno y mande a su amante hijo. C. Bello. P.S. En un mes saldré para Inglaterra. 27 Quiere volver a Londres, su lugar de nacimiento. Elevará quizá una oración y una flor por su madre muerta, Mary Ann Boyland, y por Juan, el hermanito de la vida breve. 27 Grases, Los retratos de Bello, 1981, págs. 28 - 30. 267 Carmen Brito Arocha Ana Antonia. Dibujo Eliseo Morales. ¿Resignación, Ana Antonia? ¿Esperanzas aún frente a las cartas de Andrés? No pasa a creer que su “muchacho” tenga canas y le falten dientes. Volverá a leer la carta... “unas veces se la llama Ana, otras, Ana Petronila y otras Ana Antonia‘’. (Cuadro Genealógico) 268 Andrés Bello se lo llevó la revolución Carlos ya se encuentra en Londres. Con fecha 15 de agosto dirige nueva carta a su padre. Ansioso por terminar de contarle otras cosas sobre su estadía en Caracas. Hubo una mesa espléndida, adornada con símbolos de la tierra y versos de usted. Le refiere evidentemente emocionado, recordando momentos del banquete del 13 de junio. Por cierto que, de manera muy especial, le hace mención de un sujeto. Hay en Caracas un hombre muy original, (escribe don Carlos) de treinta y tantos años de edad, a quien llaman el literato monstruo. Llámase González 28. En medio de un exterior brusco y poco pulido tiene talento y un entusiasmo inaudito por Ud. y sus obras poéticas. A pesar de hallarse muy engolfado en la política no pierde oportunidad de recoger hasta aquellos versos que hacía Ud. para los nacimientos, tiene una colección muy prolija; ha seguido los pasos de Ud. y visita todas las personas con quienes Ud. tiene alguna relación. Fáltale, no obstante, el soneto al Samán de Güere y verdaderamente se enfadó conmigo porque no lo sabía yo de memoria. 28 Juan Vicente González nació en Caracas, en pleno tiempo de la Revolución Independentista, 1810. En 1830 egresa de la Universidad de Caracas como Licenciado en Filosofía. Sus contemporáneos le reconocían una memoria prodigiosa, alimentada por la voracidad de la lectura, lo cual le valió el sobrenombre “traga libros” Todo ello le redundaba a la postre en grandes recursos a la hora de intervenciones orales o de sus polémicos escritos. En su condición de periodista hace restallar su pluma, “látigo acerado” y el que no la deba pues que no la tema. Acusó al general Páez de “haber deshecho con su conducta el pedestal que él, Juan Vicente González, levantó a la gloria del llanero” (12 Periodistas. 27 de junio de 1974 Caracas, Asociación Venezolana de Periodistas, p. 36). Fue hecho prisionero y encerrado en las bóvedas de la Guaira. Aprovechó el encierro para escribir a pura memoria Manual de Historia Universal. Otras de sus obras son: Gramática de la Lengua Castellana y Lecciones de Elocuencia. Fundó el Colegio “El Salvador del Mundo”. Admirado y querido por muchos conciudadanos, aborrecido por otros, murió Juan Vicente González el 2 de octubre de 1866. 269 Carmen Brito Arocha El Samán de Güere. El mismo Samán que dio sombra a Bolívar. El Samán que inspiró a Bello al cerrar con broche de oro su “Alocución a la Poesía”, uniendo la gloria de Bolívar, firme en el tiempo, igual al árbol de raíces profundas y copa gigantesca de los Valles de Aragua: (...) pues como aquel samán que siglos cuenta, de las vecinas gentes venerado, que vio en torno a su base corpulenta el bosque muchas veces renovado, y vasto espacio cubre con la hojosa copa, de mil inviernos victoriosa; así tu gloria al cielo se sublima, Libertador del pueblo colombiano; digna de que la lleven dulce rima y culta historia al tiempo más lejano. El Samán por cuya culpa...se “enfadó” González. El mismo Samán de Güere, que hizo llorar a Humboldt.29 Juan Vicente Gonzales. Ilustracion 29 En su ancianidad recibió Humboldt la visita de un fotógrafo recién llegado realizada por C. Alvarez entonces de Venezuela; conociendo el marcado interés que el sabio demostró en sus viajes por esa porción de América, la tierra del famoso Orinoco, púsole en las manos una fotografía del Samán de Güere. Entre lágrimas Humboldt iba a describir su propia emoción: “Vea usted como estoy yo convertido en una ruina; cómo ya no soy sino para esperar la hora en que me lleven a la tumba, y vea este árbol que yo contemplé en mi juventud, cómo sigue siendo de frondoso, vigoroso, poderoso y lleno de vida. ¡Qué contraste más extraordinario entre la brevedad de los días del hombre y la larga permanencia de las maravillas del mundo natural que le es dado contemplar y estudiar!”. 270 Andrés Bello se lo llevó la revolución Conocí aquel Samán de Güere gigante entre árboles colosales, y ceibos y bucares, mamones y jobos –cuenta Carlos Bello Boyland– visité plantaciones de café y de cacao sobre los cuales extiende benéfica sombra los brazos abiertos del bucare. Los paisajes soberbios de Maracay y del Morro de Valencia y las claras aguas de la laguna que engastan cien islas de variada forma; nidos de la tribu de pintada pluma; me encantaron. Los sitios históricos de San Mateo y de La Cabrera, y los llanos de Carabobo obtuvieron también una visita bien merecida. Pasé también a Villa de Cura y en la portada de una de las hermosas estancias que bordean el camino, leí aquellos versos: “Jóvenes naciones que ceñidas...”; bien que antes había visto en las goteras de Caracas: “¿Amáis la libertad?, el campo habita”. Más adelante trata de las visitas realizadas a familias caraqueñas. Hace mención de Ramos, único a quién no logró ver por cuanto se hallaba fuera de Caracas. Informa que el doctor Escalona se mantiene en muy buena forma y siempre chistoso. Es evidente que don Carlos se encuentra familiarizado con tales y cuales personas a fuerza de oírselas nombrar a don Andrés, desde luego. Acerca del general Ayala comenta que es “el mismo de siempre, demócrata exaltado”. En tomo de Loynaz no son buenas las noticias, ha perdido la visión. De un señor Manrique señala que dice estar “desengañado de la cosa pública”, no obstante Carlos pudo observar con cuánta efusividad se expresa al tocar el punto, de manera que, a buen entendedor... El dicho señor Manrique recordó gratamente los paseos que en compañía de don Andrés solía emprender por el Calvario. Le complace haber recibido delicados presentes de parte de las señoras Montilla. Tuvo el honor de recibir las visitas del doctor Vargas y de un señor Ustáriz. Los Mendoza, jóvenes hijos de don Cristóbal Mendoza, se complacieron en comentarle que su señora madre conoció a don Andrés, es de suponer que lo recordaba muy complacida. 271 Carmen Brito Arocha El señor Rojas, director del periódico El Liberal se mostró especialmente contento de atender al hijo de Andrés Bello, igual la familia Codecido, valenciana. Gentes, gentes de Caracas; familias encariñadas con Andrés Bello desde que era niño; desde que era un agraciado adolescente; desde que fue creciendo; misma gente amable de Caracas que admiraba en el joven Bello al funcionario designado para cumplir importante misión en el exterior. Hoy, a través del tiempo y la distancia, cuando lo saben cargado de nuevos e inmensos méritos, les llena de alegría ingenua y de emoción honda el haber compartido con Andrés Bello espacio, aire, luz en la época más feliz de nuestra vida, tal cual suele recordárselos él a través de mensajes, de versos, de recados con viajeros amigos. Mientras que, los mozos de ahora, quisieran dedicar lo mejor de sí, lo mejor de su musa al compatriota orgullo de América. (Aquí entre nos..., coloquialmente hablando, no se puede negar que el hijo brindó al padre un suculento banquete de noticias). ¡Ah!, pero la carta del 6 de junio... Imágenes de la carta de su hijo Carlos se le quedaron a don Andrés colgando de las lágrimas. De tal suerte que no le será suficiente leerlas y releerlas, si es que pudiesen leerse imágenes como se leen líneas con sus letras apurruñaditas. Quiso repetirlas, escribiéndolas él mismo: (...) encontró a su abuela en la calle, la condujo sin dársele a conocer a la casa de la familia, donde se efectuó el reconocimiento con mil abrazos, besos y lágrimas de la pobre viejecita y de los numerosos nietos que se hallaron presentes o lo estuvieron dentro de poco. La relación me hizo llorar. ¡Cuánto diera por una escena semejante en que yo hiciera el papel de Carlos! 30 30 272 (Tenreiro, 1979) Carta a Bernardino Codecido. Andrés Bello se lo llevó la revolución Y...Todavía vienen más penas En el mes de abril, hallándose en Valparaíso en compañía de la familia, don Andrés recibió correspondencia de don Mariano de Egaña. En palabras de despedida, o quién sabe si sirvieron de último adiós, recordamos que expresaba el remitente: “Deseo mucho ver a usted. Mil memorias a mi comadre y familia.” Dos meses después, en el presente mes de junio, el día 24, fallece don Mariano de Egaña. El hombre que en la ciudad de Londres tuvo la notable visión de apreciar en don Andrés Bello un caballero de excepción y quiso ganarlo para Chile. Bello, firme y puro en sus sentimientos, se ve terriblemente afectado por la pérdida del entrañable amigo y compadre, y valiosa figura, por lo demás, de la república chilena. Quiso perpetuar el nombre de Egaña designando en la Biblioteca Nacional la Sala que llevaría el nombre del prócer y en donde instalaría la silla que ocupó el Senador de la República Mariano de Egaña. El proyecto, aunque aprobado en el Congreso, no entró en ejecución. “El entendimiento cultivado oye en el retiro de la meditación las mil voces del coro de la naturaleza; mil visiones peregrinas, revuelan en torno de la lámpara solitaria que alumbra sus vigilias.” – Del Discurso pronunciado por Andrés Bello, como rector fundador de la Universidad de Chile, el 17 de diciembre de 1843. Los silencios del sabio. Dibujo Eliseo Morales 273 Carmen Brito Arocha Las alegrías y los pesares que van dejando en su alma aquellas misivas de familiares y de amigos, don Andrés los arrebuja, (amorosamente, eso sí) en el torbellino de su infatigable actividad. Pareciera vivir estirando las horas de modo y manera que las ocupaciones le rindan más, o al revés. Se levanta en cuanto la claridad natural despereza el ambiente. Antes de partir al encuentro de responsabilidades de carácter público, se ha corrido la voz de que don Andrés se permite algunas ternuras al entorno: ¿leve sonrisa delante de un retrato?, ¿recoge algún juguete, volviéndolo a su santo lugar?, ¿contempla una nueva flor en el jardín? Una vez en el tránsito llevará cuentas claras de no faltar a ningún compromiso. Ahora, en casa, es sabido que las horas de don Andrés Bello, mientras permanece en frente de su escritorio, son sagradas. Quien quiera que sea habrá de respetar: el silencio de don Andrés; el silencio del poeta; del escritor; del educador; el silencio del traductor; el silencio del periodista; el silencio del internacionalista; el silencio del jurista; del investigador; del gramático; del filósofo; del polígrafo. En síntesis, deberán respetarse los silencios del sabio. Gramática de la lengua castellana, destinada al uso de los americanos 1847 - En este año don Andrés Bello publica: Gramática de la lengua castellana, destinada al uso de los americanos. El autor advierte en el prólogo: No tengo la pretensión de escribir para los castellanos. Mis lecciones se dirigen a mis hermanos, los habitantes de Hispanoamérica. Juzgo importante la conservación de la lengua de nuestros padres en su posible pureza, como un medio providencial de comunicación y un vínculo de fraternidad entre las varias naciones de origen español derramadas sobre los dos continentes. 274 Andrés Bello se lo llevó la revolución La Real Academia de España se pronunció acerca de la Gramática de Andrés Bello: Este ilustre cuerpo no ha podido menos de recibir con singular aprecio tan importante obra que prueba el laborioso celo y profundos conocimientos de su autor así como el laudable fin que en ella se propuso, contribuyendo por su parte a que se conserve en su pureza y esplendor la hermosa lengua castellana. Fue fundada la Academia Real de España el 6 de julio de 1713. (Por ser un tanto curiosos los orígenes de la relevante institución mueve a tratar un poco sobre los mismos). El español don Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena, Virrey de Cataluña, Navarra, Aragón, Sicilia y Nápoles invitó a su casa por motivo muy especial a siete selectos amigos, haciéndose entonces presentes los siguientes personajes: Juan Ferreras, sacerdote, Gabriel Álvarez de Toledo, poeta, Fray Juan Iteran de Ayala, orador, Andrés González de Barcia, abogado, Bartolomé Alcázar, de la Compañía de Jesús y el también jesuita José Casani y don Antonio Duongo Barnuovo. Una vez reunidos los ocho señores abordaron ampliamente el tema que al parecer venía incomodándolos, especialmente a Fernández Pacheco y era la continua advertencia por parte de la gente de Nápoles de que el idioma castellano estaba en vías de volverse poco más o menos una mescolanza en su razón de ser como medio de comunicación, o, mejor, caer en una descomposición propiamente dicha. Los ocho contertulios tomaron allí mismo Gramática de la lengua Castellana 275 Carmen Brito Arocha la firme decisión de dedicarse a hacer todo lo necesario a fin de preservar el idioma castellano. El rey Felipe V (fundador de la Universidad de Caracas), acogió la iniciativa. Y por Real Cédula del 3 de octubre de 1714 quedó establecida oficialmente la Real Academia de la Lengua. Posteriormente la Academia fue adecuando reglamentos y reformas que reafirmaran prestigio y solidez de la institución. Su lema: “Limpia, fija y da esplendor”. El primer diccionario constó de seis volúmenes. Ahora bien, podría pensarse que la Academia Francesa, cuya historia es también muy peculiar, ochenta años después de su fundación pudo haber servido de inspiración a la Española. Al menos guardan cierta semejanza en sus comienzos. En Francia, el caballero Valentín Courart acostumbraba reunir en sus salones grupos de amigos literatos. Lo cual acabó por hacer famoso al salón Courart, tanto que llamó la atención del prelado y estadista Armand Richelieu -París, 1585-id. 1642.-. En enero de 1634 el salón de Courart pasó a ser la Academia Francesa, por elección de Richelieu, quien de una vez impuso a la Academia preparar el diccionario francés. Vale traer a colación una de las curiosidades de épocas pasadas con relación a gentes de relevancia social; gentes de mucho poder, aristócratas, e incluso de la realeza, en general gentes de espíritu artístico o amantes de las artes que gustaban de proteger a los creadores o (trabajadores artísticos, más bien, para los señores) con los cuales no alternaban por considerárseles plebeyos. A estos protectores en muchos casos se les distinguía como mecenas. Con el correr del tiempo los hombres de letras, los artistas plásticos, los compositores y a lo sumo todos los favorecidos de las musas fueron ganando sus espacios hasta convertirse en puntos luminosos dentro de las sociedades. Y ya hemos visto como trabajadores “plebeyos” y protectores se unieron para poner orden incluso en la lengua de sus pueblos. 276 Andrés Bello se lo llevó la revolución Después de 134 años de creada la Real Academia Española, Andrés Bello, cultivador desde niño del idioma de Castilla, publica Gramática de la Lengua Castellana, obra que sorprendería a la misma Academia de la Lengua y a los más connotados filólogos. “La Gramática de la Lengua Castellana de Andrés Bello, escrita hace más de un siglo sigue hoy mismo siendo la mejor gramática que tenemos de la lengua castellana”. Amado Alonso. 1895-1952 (Filólogo, catedrático e investigador español.) “Es tal vez la mejor de cuantas se han compuesto sin exceptuar la misma de la Real Academia Española”. Manuel Cañete (Miembro de la Corporación) “Como el vínculo más fuerte de hermandad lo constituía la lengua castellana, como lengua común de todos, se dio a la tarea de fundar la revolución gramatical más genial de nuestra lengua”. Alfonso López Martín. (Filólogo-Costarricense, nacido en España en 1933) “El cantor de la Zona Tórrida, en cuanto a secretos de la lengua, no tuvo en su tiempo pares en España ni en América”. J. A. Cova. (Individuo de Número de las Academias Venezolanas de la Historia y de la Lengua. Correspondiente de la Real Academia Española.) 277 Carmen Brito Arocha De Gramática de la Lengua Castellana Una lección de Andrés Bello Aquí parece oportuno advertir una cosa que en rigor pertenece más a la urbanidad que a la gramática, y es que las personas que merecen alguna consideración y respeto no deben designarse en la conversación de los desnudos representativos él, éste, ése, aquél, sobre todo cuando se habla con sus deudos o allegados . ‘¿Cómo está él?’ Es una pregunta incivil dirigida a la familia de la persona y de cuya salud queremos informarnos. ‘¿Quién es éste?’ Indicaría que la persona así designada presentaba una apariencia poco digna de respeto. ... ‘Ése’ envolvería positivamente desprecio. “El magisterio del autor de la Gramática de la Lengua Castellana formó una generación de hombres beneméritos que dio a Chile en el siglo XIX, en su segunda mitad, en la vida política y literaria, educacional y administrativa las bases de su organización, y elevó su cultura a un rango superior en América”. Guillermo Feliú Cruz El mismo don Luis López Méndez que salió de Caracas en misión diplomática el 10 de junio de 1810 en compañía del entonces Coronel Simón Bolívar y de don Andrés Bello rumbo a Londres; el López Méndez que en la capital inglesa compartió con Bello tantas vicisitudes; el prócer civil que en su cuota de sacrificio por la independencia fue a parar a calabozos ingleses, López Méndez fue reducido a prisión por incumplimiento en la cancelación de deudas originadas 278 Andrés Bello se lo llevó la revolución por el impuesto, compromisos relacionados con la logística pro independentista. Alimentado por su espíritu de justicia Bolívar iba a consagrar los esfuerzos de López Méndez proclamándolo “el verdadero Libertador de Colombia”. De esta figura procera Andrés Bello informa hoy a su hermano Carlos Bello. Santiago, 16 de marzo de 1847 Señor Carlos Bello Querido Carlos: Extraño te parecerá que tarde tanto tiempo el despacho del asunto que me has recomendado relativo a la familia del difunto Luis López Méndez. Toca ya su conclusión; pero dudo que pueda dirigirse por este vapor el expediente que sobre el particular se ha formado. Méndez falleció en una villa distante de la capital, en la mayor pobreza; hizo testamento, o más bien confirió poder, para testar a un Bermúdez, colombiano, casado en Chile. No se ha encontrado la partida de su muerte en los libros parroquiales de Casa Blanca (donde residía), ni en el archivo de la tal villa existe el testamento o poder; se suple la falta de ambos por una información judicial. Yo recuerdo que habiéndome escrito la señora viuda, le remití copia (o tal vez el original) del testamento, que vino a mis manos por haberlo yo pedido a Bermúdez para satisfacer a dicha persona. Sin duda se ha perdido en el tránsito. Los demás papeles de Méndez están en mi poder, son algo voluminosos; están a la disposición de los herederos. Don Luis López Méndez 279 Carmen Brito Arocha Hazme el favor de comunicar estos pormenores a tu recomendado lo más pronto que puedas. Hace más de un año que, a excepción de la carta en que hablaste de este asunto, no recibo carta de ninguno de mi familia; silencio que me causa la más viva inquietud. Ruega en mi nombre a Miguel Rodríguez que siga escribiéndome como lo hacía. Ve a ver a mi madre. Léele estos renglones que son para ella y para toda mi familia. Dile que su memoria no se aparta jamás de mí. No puedo ponderarte hasta qué punto me aflige esta larga separación de lo que más amo sobre la tierra. Escríbeme tú también, querido hermano mío. Antes lo hacías con frecuencia; y ahora que las comunicaciones son más fáciles y seguras entre los dos países, pasan años y años sin que tenga el consuelo de ver tu letra. Se concluye en estos días una gramática castellana que he compuesto y en que verás muchas cosas nuevas. Estos trabajos literarios, que para mí son más bien recreaciones, es lo único que me hace llevadera esta vida siempre ocupada y laboriosa, que me ha cabido en suerte. Hic tandem requiesco será mi epitafio. Abraza a todos los míos. Saluda a los amigos de la juventud que aún vivan; háblame de ellos; y di a los jóvenes que hacen tan honrosas menciones de mí que no moriré sin haberles dejado un testimonio de mi profundo reconocimiento, Adiós Andrés 31 31 280 (Tenreiro, 1979, págs. 41-42) Andrés Bello se lo llevó la revolución ¡Qué tiempos aquéllos! “Nada humano podía serle ajeno. Ni la risa. Recordemos las carcajadas que se oían en su despacho, cuando en ocasional visita, platicaba con su viejo compañero Simón Rodríguez”. Apuntó Luis Beltrán Guerrero sobre coloquial charla Bello-Rodríguez. En efecto don Simón Rodríguez visitó en Chile a su ilustre paisano don Andrés Bello Cuántas cosas para recordar de aquella Caracas antes de la independencia. Por allá, en los tiempos de Juan Pedro López (abuelo de Bello, recordaremos), vivía el famoso pintor al lado del presbítero Alejandro Carreño, quien compartía su techo con Cayetano Carreño, Simón Rodríguez y otras personas allegadas. Simón Rodríguez y Andrés Bello resultaron ser vecinos. Simón doce años mayor que Andrés. Y cualquiera puede ser vecino de otro, es verdad. Pero ¡caramba!...., supone un verdadero antojo de la casualidad haberlos puesto a vivir también ahí mismito, detrás del convento de la Merced. Y es que el transcurrir de la vida de ambos caballeros esta tan llena de tales y tantas semejanzas entre sí... ¡Hasta en eso de haber sido los maestros por excelencia del gran Bolívar, el Libertador. Las páginas más bellas relacionadas con sus años escolares las escribió Bolívar inspirado en vivencias junto a los maestros Rodríguez y Bello. Pergaminos de oro para la historia. Desde Pativilca, Perú, en 1824, escribió Bolívar a don Simón: Don Andrés Bello y Don Simón Rodríguez”. Dibujo Eliseo Morales 281 Carmen Brito Arocha “Usted formo mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso, yo he seguido el sendero que usted me señaló”. Y desde Quito, Ecuador, en 1829, escribió el Libertador acerca de Bello: “Yo conozco la superioridad de este caraqueño contemporáneo mío. Fue mi maestro cuando teníamos la misma edad y yo le amaba con respeto” Renglones luminosos Entre versos, entre lecciones, en medio de códigos y de cuantas más ilustradas ocupaciones estará presente siempre la madre del amantísimo hijo: Hace meses que no recibo noticias de mi familia de Caracas –escribe don Andrés a su hermano Carlos– y tenía motivos especiales para desearlas, porque como te tengo escrito, he dirigido a favor de mi querida madre una letra a los señores Hutle Covernin 500 pesos... Era un 14 de diciembre de 1853. “¡Ah, madre mía, que no me sea dado verte un momento siquiera del último día de mi vida!” Era el mes de mayo, 1851. ¿Cómo no recordarla –se pregunta José Antonio Calcaño– cuando ella le había besado en la frente, en los días en que de coro le escuchó relatar las comedias de Calderón y las primeras traducciones de Virgilio y de Horacio y sus coloquios infantiles con la Musa de la poesía. 282 Andrés Bello se lo llevó la revolución Estimábamos en un momento dado a través de estas páginas, que: las cartas vendrían a ocupar en gran medida, el espacio físico o la pura presencia de Andrés Bello, por cuanto la ausencia del poeta irremediablemente habría de inducir al recurso de las noticias, en el más apacible sentido de la palabra, para saber de él. Aquéllos que permaneciesen a su alrededor gozarían naturalmente del placer de verlo de escucharlo, de compartir con tan excepcional persona afanes de la vida real, de cualquier género. En cambio, para mucha otra gente, ansiosa de seguir presintiéndolo en la inmediatez ¿cuál medio podría ser más expedito que el de las cartas, con sus mudos renglones que pese a carecer del privilegio de la voz desgranan calladamente letra a letra una vida, una risa, una tristeza, un dolor, un sueño? ¡Qué nobles son las letras! Siempre listas a prestar su servicio de comunicación. Andrés Bello sufre. Aun cuando pocos sabrán hasta qué punto sufre. Su estado emocional apuntalado por las penas es semejante a la herida que no cierra en una piel cada vez más sensitiva. El 27 de mayo de 1847 se dirige a su sobrina Concha Rodríguez Bello, con quien ha mantenido afectuosa comunicación. Luminoso, conmovedor cuanto exterioriza a Concha... Lee estos renglones a mi adorada madre Dile a mi madre que no soy capaz de olvidarla, que no hay mañana ni noche que no la recuerde, que su nombre es una de las primeras palabras que pronuncio al despertar y una de las ultimas que salen de mis labios al acostarme , bendiciéndola tiernamente y rogando al cielo derrame sobre ella los consuelos de que tanto necesita,... diles a mis hermanas y sobrinas que me amen siempre, que la seguridad de que así lo hacen es tan necesaria para mí como este aire que respiro. ¡Oh si pudiera veros a todos alrededor de mi!... Yo me transporto con mi 283 Carmen Brito Arocha imaginación a Caracas, os hablo, os abrazo; vuelvo en mí, me encuentro a millares de leguas del Catuche, del Guaire y del Anauco y de Sabana Grande y de Chacao y de Petare, etc., etc.; todas estas imágenes fantásticas se disipan como el humo y mis ojos se llenan de lágrimas. Otras veces me parece que estoy almorzando con mi adorada madre, con mis hermanas, etc. ¡Qué triste es estar tan lejos de tantos objetos queridos y tener que consolarse con ilusiones que duran un instante y dejan clavada una espina en el alma! 32 Esos renglones son a vivas luces un grito cuyo eco se percibe aun hoy estremecedor. A un mes de haber escrito a su sobrina, enfermó gravemente, lo cual comunicó el 13 de noviembre a su hijo Carlos, quien se encuentra todavía de viaje. El 26 sufrí un grave ataque en mi salud. Estuve ya en las garras de la muerte, el peligro cesó muy pronto, pero me dejó en un estado de debilidad muscular, del que aún no acabo de salir, por eso no te escribo de mi letra. Si bien es verdad que pudo haberle infundido preocupación especial la pérdida de su salud no llegó al extremo de hacerlo tomar decisiones irreversibles acerca de un retiro honroso, por ejemplo, o al menos bajar el ritmo de trabajo en ocupaciones de cualquier género, ¡No señor! De manera, pues que permanecerá fuera de la ciudad por solo una temporada. Agrada saber después de todo que no se entregó a una convalecencia perezosa, contraproducente, refocilándose hasta ponerse debilucho. Nada de eso. 32 284 (Tenreiro, 1979) Andrés Bello se lo llevó la revolución Cuando torne a sus actividades publicará Cosmografía o descripción del universo, conforme a los últimos descubrimientos 33 . Y sobre la obra manifiesta: “En este libro me he propuesto hacer una exposición tan completa del sistema del universo, según el estado actual de la ciencia astronómica, como lo permitía la limitada extensión a que me he reducido”. Relevante es al unísono su nuevo proyecto de ley que ha dado a conocer en las páginas de El Araucano, proyecto que trataría sobre los derechos de autores y traductores. Finalizando el año (1848) recibe carta de su hijo Carlos, desde Madrid, quien se muestra preocupado por el estado general de su padre, mortificaciones que le han sido transmitidas por el mismo don Andrés en comunicaciones anteriores, sin que fuese tal su propósito, es de considerar. Aquí he tenido el gusto de recibir la carta de usted del 28 de agosto –indica Carlos– que aguardé inútilmente en Burdeos. Por ella veo que está usted triste, más que de costumbre, pues me habla usted de amargos desengaños. ¡Ay! ¿Quién no los tiene? El hijo tenía razón en sus apreciaciones a distancia. Es evidente que don Andrés no acaba de recuperarse por completo en el aspecto anímico. Sobre el particular Carlos es reiterativo: “Veo con sentimiento padre mío que usted está melancólico en extremo. Es menester que sacuda usted esa enfermedad”. Le insiste, apenas empezando 1849. 33 Bello, Andrés. 1848. Cosmografía o descripción del universo conforme a los últimos descubrimientos. Santiago de Chile, Imprenta de La Opinión. 285 Carmen Brito Arocha Deberá sobreponerse. Por suerte su entorno es alimentado en todo momento por las efusividades del amor y la solidaridad. En Chile han cambiado favorablemente su colocación profesional, su posición social, no obstante, la sensación de pesadumbre no lo abandona completamente, circunstancia que su hijo Carlos llama “esa enfermedad”, la melancolía. En el mes de abril es objeto de la gran distinción de ser designado Elector de Senadores. Prácticamente recibe el año de 1850 encargándose de la dirección de El Araucano (21 de febrero), periódico del cual ha sido redactor desde su llegada a Chile. Y a propósito, quiere decir que está próximo a cumplir veintiún años de su arribo a Valparaíso, un poco más del tiempo vivido en Londres. Pronto verá la luz otro de sus trabajos: Compendio de la Historia de la literatura. Dolor y honor Juan Bello Dunn 286 Se ensaña el dolor de las pérdidas irreparables. Anita Bello Dunn, la mayor de las hijas del matrimonio, nacida en Londres. Anita la que tocaba el piano y cantaba, muere el nueve de mayo del presente 1851. De nuevo los rigores del sufrimiento. “En ninguna época de mi vida ha sido tan triste para mí la desaparición de cualquiera de mis hijos”: Confesión epistolar de don Andrés a su hijo Juan, quien por cierto le está Andrés Bello se lo llevó la revolución dando dolores de cabeza por estos días, al punto de encontrarse en Lima exiliado debido a cuestiones de la política. Desde el exilio Juan contesta a su padre acompañándolo en sus sentimientos, y si bien sus palabras denotan pesadumbre, al mismo tiempo revelan sordo disgusto al saberlo casi una víctima a la que no se pudiera rescatar del sin fin impredecible del día a día. Desgracias domésticas y calamidades públicas le han arrebatado tiempo ha, la paz del alma, la tranquilidad y el reposo, necesidad vital para personas de su temple moral, de sus años y de sus hábitos y ocupaciones. ¡Quiera el cielo depararle pronto mejores días! ¡Este es mi cotidiano y mi más ferviente deseo! 34 Juan Bello Dunn ha resultado diputado combativo y orador de encendido verbo. A causa del discurso pronunciado ante la tumba del coronel Pedro Urriola fue hecho prisionero, posteriormente condenado al destierro. Don Andrés y su hijo Carlos en ocasiones han intercambiado opiniones acerca de Juan y sus incursiones en la política. En cuanto a Juan –comentario de Carlos a su padre– siento lo que me dice usted respecto de él. Ya yo, por unos papeles que cayeron en mis manos, vi con pesar la parte activa que tomaba en la política. Esta es la peor de las carreras, y con el genio de Juan no trae sino sinsabores y compromisos. El 23 de noviembre (1851), la real Academia de España designa a don Andrés Bello Académico Honorario de dicha corporación. Por fortuna los honores recibidos no alteran su habitual modestia. 34 Valencia Avaria, Luis. El Senado de Chile y don Andrés Bello. En: Bello y Chile. Tercer Congreso del Bicentenario, (1981). Tomo I, pág 62. 287 Carmen Brito Arocha Su nombre y su imagen han sido objeto de otra honrosa manifestación en el presente 1851. Don Francisco Michelena y Rojas ha dado cumplimiento a la misión que se impusiera con extraordinario orgullo de ver un retrato del ilustre compatriota Andrés Bello en la Universidad de Caracas. Y esta es la carta de presentación dirigida por Michelena y Rojas una vez en Venezuela: Caracas, Marzo 20 de 1851 Señor Rector: Como un testimonio de alta consideración y respeto hacia la ilustre Universidad de Caracas, tengo el honor de enviar a U. S. para que lo presente a mi nombre, el retrato de nuestro distinguido compatriota , el Sr. Andrés Bello, que en mi viaje a Chile hice sacar APRES NATURE, con el objeto de dar a tan ilustre ciudadano, a nombre de Venezuela, un testimonio nada equívoco de admiración y respeto por los eminentes servicios que en su larga y laboriosa carrera literaria y política ha hecho a la patria generosa que le adoptó, a Venezuela y a la América toda que habla nuestra lengua. Excusado me es, Sr. Rector, extenderme acerca de los merecimientos del Sr. Bello para con la humanidad en general: U. S. los conoce mejor que yo, que refluyen muy especialmente en honor de su patria y de la Universidad en donde se formó, como también de la alta posición social, que ha mucho tiempo ocupa en Chile: como Senador de la República. Rector de la Universidad, Sub-Secretario de Estado en el Departamento de Relaciones Exteriores, y ya fundador, ya miembro de todas las Academias literarias y científicas que existen en Santiago. Me atrevo a creer, por tanto, que la ilustre Universidad aceptará con benevolencia el precioso presente que le hago de nuestro compatriota; a fin de que su recuerdo inmediato sirva de estímulo a la juventud estudiosa, y vaya a aumentar el cuadro que 288 Andrés Bello se lo llevó la revolución existe ya de los venezolanos que han ilustrado los anales universitarios de su patria. Dígnese U. S. aceptar las protestas de consideración y respeto con que tengo el honor de suscribirme de U. S Sr. Rector, su muy humilde servidor. Francisco Michelena y Rojas Al señor José Manuel García Rector de la Ilustre Universidad de Caracas, etc. 35 ¡Y de nuevo buenas noticias procedentes de Madrid! – 1852 La Real Academia Española solicita el permiso de don Andrés Bello para editar Principios de la Ortología y Métrica de la Lengua Castellana, obra publicada por Bello en 1835. Último trimestre del año: queda encargado don Andrés Bello de la absoluta elaboración del proyecto del Código Civil por decreto presidencial. Dolor y honor. Día a día contando la ausencia. Cuarenta y tres años de la última mirada a Caracas desde el camino de La Guaira Mientras se encuentra abocado a la elaboración del proyecto de Código Civil, don Andrés Bello se dirige a don Lucio Pulido, residente en Caracas, exponiéndole ciertos puntos que le merecen especial interés alrededor del trabajo que viene abordando, (14 de junio.1852) (Fragmento) 35 Grases, Pedro. (1981). Los retratos de Bello. Caracas. pág. 43: Francisco Michelena y Rojas, conocido como “el viajero universal”, era hermano de don Santos Michelena quien compartió labores con Bello en la Locación de Colombia en Londres 289 Carmen Brito Arocha Habiéndome ocupado por algunos años en la redacción de un nuevo Código Civil, las obras de que usted habla tienen para mí un valor adicional de circunstancia; en ellas encontraría útiles indicaciones, que servirían acaso para allanar las dificultades de una empresa tan vasta. Este trabajo está sometido a una comisión revisora, y luego que haya tomado otra forma que la de un simple embrión, será uno de mis primeros cuidados hacerlo llegar por los medios posibles a mi querida patria y en particular a usted. 36 Como es usual en Bello cada vez que dirige correspondencia a algún personaje en particular en Caracas, acaba tocando los flancos del llamado “lado débil” de cada quien. Por tanto, no es de extrañar que ruegue a don Lucio Pulido haga llegar los sentimientos de gratitud y de cariño que les envía a sus compatriotas, hombres de la vida pública, literatos y en general a su amada gente de Caracas: ¡Que no pueda yo verificárselos, de viva voz! Que no pueda yo otra vez pisar las riberas de Anauco y del Guaira, las faldas del Ávila, que se reproducen tantas veces en mi memoria con un colorido que no han podido borrar los años, ¡cuarenta y tres años! 36 290 (Tenreiro, 1979, pág. 49) Andrés Bello se lo llevó la revolución Andrés Bello puede ser considerado como uno de los grandes legisladores de la humanidad Largos años dedicó Andrés Bello al ordenamiento de las leyes civiles de Chile – entre 1851 y 1855 – Posteriormente formaría parte de la Comisión encargada de revisar el trabajo en su totalidad, tarea que se prolongaría por espacio de tres años, lapso durante el cual no cesaba Bello en practicar correcciones introduciendo algunos cambios, consultando otras obras, aun el Código de Napoleón. Pese a tan empeñosa laboriosidad daría a conocer bajo la más sencilla honradez lo siguiente, mediante artículo publicado en El Araucano: Contrayéndonos al proceso de codificación, nos atrevemos a decir que esta obra es de menos magnitud y dificultad para nosotros que lo fue la del Código de las Siete Partidas en el siglo décimo tercio, lo primero porque las innovaciones de que ahora se trata son mucho menos considerables, puesto que no se piensa en crear sino en corregir y en simplificar; y lo se- Andrés Bello entre los grandes gundo porque gracias a los adelantamientos de otros pueblos legisladores de la humanidad tenemos a la mano modelos preciosos y abundantes materiales de que aprovecharnos. Manrique Pacanins recogió, en torno del Código Civil de Bello la opinión de eminentes tratadistas en ordenamiento de leyes civiles, entre quiénes señala a los célebres comentaristas de 291 Carmen Brito Arocha Derecho Comparado: Pierre Arminjón, Barón Boris Noide y Martín Wolf. No dudaron en calificar la excelencia de Bello en su trabajo: “Su técnica es perfecta; es claro, lógico y coherente. Andrés Bello puede ser considerado a justo título como uno de los grandes legisladores de la humanidad.” 37 Encallecimiento “Árbol majestuoso de la zona tórrida trasplantado a Chile, caen tus hojas en el invierno de la vida. El soplo de la muerte destroza tus injertos, dan sombra al sepulcro de tus hijos”. 38 Estos golpes tan repetidos producen en mí un efecto indefinible, no tanto de dolor, como de encallecimiento, de fría desesperación. 39 De nuevo don Andrés Bello se desahoga a distancia, esta vez con el amigo don Manuel Ancízar, para el momento radicado en Perú. La confesión mantiene en vilo al amante padre ¡tal es el zarpazo!... Ha muerto su hijo Carlos (octubre 26,1854). Busca la soledad del campo. Desde la chacra El Conventillo envía unas palabras al almirante Blanco Encalada: 37 Manrique Pacanins, Gustavo. (s.f.) El centenario del Código Civil de Chile. 38 Palabras de condolencia enviadas a don Andrés Bello por su antiguo discípulo Francisco Bilbao 39 Sambrano Urdaneta, (1986). Cronología de Andrés Bello 1781-1865, pág. 55 292 Andrés Bello se lo llevó la revolución ¡Ah, compadre, qué sucesión de desgracias en esta familia! ¡Qué de vacíos! ¡Qué procesión de nombres va delante de mí al cementerio contra el curso ordinario de la naturaleza!... Escribo ésta en un lugar que está poblado de recuerdos de usted y de su familia, donde vi a usted y a mi comadre por primera vez, en el Conventillo. Aquí he residido por cerca de dos meses y aún estaré algunas semanas más hasta volver a mi casa, de la que por no chocar con una preocupación casi universal, he tenido que refaccionar la mayor parte en que Carlos pasó lo más de su enfermedad y murió. Carlos Eusebio Florencio Bello Boyland El primogénito de don Andrés Bello, quien llevó en su propio nombre los nombres de sus tíos para beneplácito de don Andrés. Carlos, el único de los hijos de Bello que conoció Caracas, palpando el gozo y el orgullo con que en la patria de su padre se pronunciaba el nombre enaltecido... ¡Andrés Bello! Carlos, el de las cartas hermosas. Carlos, el que tuvo la dicha de estrechar entre sus brazos a su abuela Ana Antonia, llevándose al partir todas las ternuras de años, todas las preguntas, todas las bendiciones de aquella madre que nunca más ha visto a su adorado hijo Andrés. Carlos, en quién cumplióse el anhelo atormentado de Andrés Bello: “¡Qué placer sería para mí que pudiera (Ana Antonia) dar la bendición a mis hijos!” Y así la recordó Carlos:“¡Mi pobre abuela, tan buena!” Carlos Bello Boyland. Autor de la exitosa obra teatral Los Amores del Poeta, presentada en Santiago de Chile el 28 de agosto de 1842. 293 Carmen Brito Arocha Carlos el de las cartas hermosas... ¡Se ha ido!... Carlos Bello Boyland nació en Londres el 30 de mayo de 1815, primogénito de don Andrés Bello y su primera esposa Mary Ann Boyland. A los veintiún años Carlos Bello fue nombrado Auxiliar del Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile. Fue diputado. Llegó a desempeñarse como Encargado de Negocios de la República de Chile en Ecuador. Escribió varias obras. Ha muerto Carlos Bello Boyland de tuberculosis pulmonar el 26 de octubre de 1854 en Santiago de Chile. Encallecido... o fríamente desesperado seguirá adelante Andrés Bello, con pasión atemperada de héroe, con reciedumbre de mártir, con mansedumbre de santo. Es electo Senador Propietario de la República el día 15 de mayo de 1855. Mientras que, desde Lima se le está enviando epístola de mérito. Manuel Ancízar, representante de Nueva Granada en el Perú, partirá hacia Colombia, no sin antes hacerle llegar al entrañable amigo don Andrés Bello un mensaje de despedida. Saludos rebosantes de cariño y de honor al mérito. ...Conversaré con usted releyendo sus escritos; hablaré de usted a mis conciudadanos publicando su biografía; y les daré a conocer a su maestro en derecho internacional colocando su retrato en nuestra biblioteca bogotana, al lado de los de Caldas y Mutis, Aranzazu y Azuero, fundadores de nuestra instrucción superior. La imagen de usted tomará allí su lugar como la de un padre ausente en el salón de sus hijos que le aman y hace tiempo que le están esperando, siéndoles familiar su nombre desde las escuelas por la Gramática Castellana, por los Principios del Derecho de Gentes. Adiós, pues, por un momento mi inolvidable amigo. 40 40 294 (Sambrano Urdaneta, 1986. pág. 55) Andrés Bello se lo llevó la revolución ¿Qué más le queda a quien se sabe objeto de semejantes amabilidades?, contribuir con el eslabón de la cadena de las cosas. Contestará conmovido acompañado de quién sabe cuántos pensamientos. Pensar que en un cierto día de desesperación allá en Londres cifró sus esperanzas del regreso a través de Cundinamarca: En tales circunstancias creo que me es permitido volver los ojos a Cundinamarca, como un país estrechamente ligado al mío por relaciones naturales y políticas; como el único de donde me será posible saber la suerte de mi desgraciada familia y por ventura aliviarla. Día tras día más honores, más distinciones que conducen a más obligaciones difíciles de dejar de cumplir. A pesar de que no menguan en Andrés Bello la brillantez ni la vocación de servicio que caracterizan sus acciones, viene dejando entrever la aparición de achaques que empiezan a incomodarlo. Lo está abandonando la movilidad de que gozaba a la hora de emprender viaje; no ha vuelto a montar a caballo como en Peñalolén; siente dificultad al subir o bajar escaleras; le cuesta leer aun con anteojos, que comenzó a usar desde su llegada a Chile. De tal serie de inconvenientes hace confidente como de costumbre a su hermano: Carlos en carta del 30 de diciembre de 1856. En su caso, época de lacerantes reminiscencias para el hombre que lleva hondo su pueblo y que cada vez más ve cómo se le está Manuel Ancizar 295 Carmen Brito Arocha yendo definitivamente el tiempo en medio de migajas de ensueños que lo distraen con un falso...¡Volver!... Retazos del tiempo eternamente amado: No puedes figurarte la melancolía que ahora más que nunca me atormenta por la distancia de vosotros. Caracas en mis pensamientos de todas horas; Caracas en mis ensueños. Anoche cabalmente soñaba hallarme en compañía de algunas personas queridas de aquella época dichosa de nuestra juventud. Si supieras con que viveza me represento en mis ratos desocupados el Guaire, Catuche, los Teques, el patio y corral y todos los pormenores de la casa en que tú y yo nacimos y jugamos y nos dimos de puñetes algunas veces. 41 Andrés Bello añora Caracas, le regocija el progreso de Chile Si bien es verdad que en las emociones nostálgicas de Bello, Caracas manda, domina, impera cual diosa ancestral adherida a la piel del niño, del hombre mozo; por fortuna también es cierto que para regocijo del hombre en su mayor edad ha encontrado en Chile más que un lugar de trabajo, ha hallado un remanso vivificante. Chile se le ha adentrado en su ser personal. Hace veintiocho años, cuando Bello llegó a Santiago procedente de Londres podían verse por las calles –recordaba Valencia Avária– la tropa de mula 41 296 Primer centenario del nacimiento de Bello. 1781-1881.(1981). Caracas. Cromotip. pág. 136. Andrés Bello se lo llevó la revolución con la madrina, la del cencerro, con las carretas de bueyes, las enormes ruedas carretoneras y otras peculiaridades del vivir colonial. Bien, es hoy el mismo Bello quien comenta ¡y con cuánta satisfacción! la realidad del Santiago de los nuevos días. Aun cuando no dejan de colársele anhelos de ventura igual para Caracas. ¡Cómo quisiera yo, mi querido Miguel –en carta a su cuñado Miguel Rodríguez– que la Providencia hubiera visto a Caracas con los mismos ojos que a Chile!; después de algunos contratiempos de poca duración se encuentra hoy Santiago en un estado bastante próspero. El progreso en los últimos cinco años se puede llamar fabuloso. Surgen por todas partes edificios magníficos, hay un ferrocarril concluido; se trabajó con mucha actividad en otros dos; el número de coches de alquiler para la comodidad de los habitantes de Santiago pasa de 300; los carruajes de los particulares son muchísimos y espléndidos. Vista de Chile Ver el paseo de la Alameda en ciertos días del año le hace a uno imaginarse en una de las grandes ciudades europeas (eso suena a orgullo del bueno); tenemos varios institutos de beneficencia; hermanas de la caridad para los hospitales; monjas de la Providencia para los expósitos; escuelas de artes y oficios con muy excelentes resultados; escuela normal; quinta normal de agricultura, etc. etc. Pero es preciso confesar que las ciudades del interior no se parecen a Santiago y Valparaíso y en medio de los síntomas de prosperidad que te he descrito, y que atribuyo a causas accidentales que no creo subsistan… Santiago 30 de mayo de 1857 297 Carmen Brito Arocha Se acentuarán los achaques de la vejez Bello y Elizabeth Dunn de Bello 298 1857. El mal de sus piernas es casi definitivo en don Andrés Bello. Para caminar requiere de la ayuda de alguien a su lado. Allí está doña Isabel, cual ángel guardián. A su espalda, a su lado, solícita, amorosa. ¿Cómo ve Andrés Bello a través de su poesía a Isabel, su esposa?: “A muchos compasión, a nadie envidia, la vi tener en mí fortuna escasa. Como sobre el cristal la sombra, pasa sobre su alma el ejemplo corruptor.” Al fondo los uñicarne de Andrés Bello. Sus libros. En ésta, la casa propia en Santiago de Chile, en la calle Catedral, señalada bajo el N° 100, la biblioteca ocupa tres salones. ¡Uf!... ¡no más sacar tickets en busca de los amigos de papel! La biblioteca de la casa de Miranda, la biblioteca del Museo Británico, la biblioteca de la casa en Chile: santuarios de las letras a las que tanto ha amado, unidas por siempre al olor del incienso en recinto de devoción religiosa desde los primeros años de la vida, allá, en la biblioteca del Convento de La Merced. Andrés Bello se lo llevó la revolución Para esta época ha cambiado bastante su cuadro familiar Se extrañan las bondades de Francisco, la intelectualidad de Carlos, Anita y su arte cantando y tocando el piano. En su carta del 30 de mayo al cuñado Miguel, don Andrés hace una relación de la familia con la que comparte en el presente. ... Mi familia se compone actualmente de dos hijas casadas, Luisa y Josefina, aquélla con cinco hijos y ésta con uno. Don Juan, el primogénito de los hijos que me quedan, casado; con dos preciosos niñitos, Juan y Rebeca, él, su mujer y sus dos hijos navegando actualmente para Francia. Le ha forzado a emprender este viaje su salud delicada, teniendo que dejar su bufete que le producía bastante dinero. Lleva un empleíto diplomático de poca consideración; pero que le servirá para costear en mucha parte las costas de su viaje y residencia en Europa. De cuatro hijos varones más que estudian para diferentes carreras; el menor de 9 años. Tengo además una nietecita, Isabel Opaso, hija de mi difunta hija Asunción. Su padre Bernardino Opaso es un hacendado muy acomodado y pertenece a una familia de las más distinguidas de Santiago. Mi mujer goza de buena salud. Mis yernos Ramón Vial y Belisario Prats son sujetos excelentes y de lo mejor de Santiago como lo es también mi nuera Rosario Reyes. Olvidaba decirte que mis cuatro hijos varones se llaman Manuel, Eduardo, Emilio y Francisco. Tengo también conmigo una niña de diez y seis años bastante bonita; prenda del malogrado Carlos. Ya ves, para ser casi ciego no lo hago mal cuando tomo la pluma para escribir a mi familia. 42 42 (Tenreiro, 1979, pág. 60) 299 Carmen Brito Arocha El “célebre Micifuz” De izquierda a derecha: Miguel Amunátegui, Domingo Santa Maria y Gregorio Víctor Amunátegui. Archivo Leopoldo Castedo “De una pieza a otra, con suma dificultad, apoyado en un bastón” es cómo logra desplazarse don Andrés Bello. Aparte de mantenerse rodeado de esposa, hijos, nietos y cercanos parientes, siendo lo natural, nunca faltan personas amigas que visiten a don Andrés. Discípulos y antiguos discípulos; alrededor de Bello, compañeros, funcionarios; los eternos colaboradores del Rector, presentes; hoy día es mucha la gente aficionada a la presencia de don Andrés Bello. Gente correspondida por el sentido de la amistad, tan hondamente arraigado en el gran humanista. Manuel Bulnes, Blanco Encalada, Domingo Santa María 43, Barros Arana, Vicuña Mackena, Victorino Lastarria, los Amunátegui y, en general, personas amigas de la familia. En referencia muy particular a los Amunátegui, a Barros Arana, Vicuña Mackena: “¿miman”, acaso al célebre ‘Micifuz’?” Se lo ha preguntado Simón Collier. Conversando con don Andrés ¿lo acariciaron alguna vez estos historiadores eminentes al querido, al célebre “Micifuz”? 43 Domingo Santa María, presidente de la República de Chile, tuvo el grande honor de develar la primera estatua erigida en el mundo al Patriarca de las Letras Americanas, don Andrés Bello. (1881). 300 Andrés Bello se lo llevó la revolución Ruega, hija por el que en vil libelo destroza una fama pura y en la aleve mordedura escupe asquerosa hiel A los males físicos que viene padeciendo don Andrés Bello se suma un maltrato a su reputación. En el libro Revolución de la República de Colombia, de José Manuel Restrepo, colombiano, se repite la calumnia impresa por primera vez en Recuerdos de la Rebelión de Caracas, donde José Domingo Díaz acusaba a Bello de infidencia con relación a los sucesos de abril de 1810. Será esta una de esas ocasiones en que se hace irresistible barruntar mediante el si... Si Andrés Bello hubiera regresado a Caracas con Bolívar; si Bello hubiera tenido oportunidad de un pronto regreso aun cuando hubiese sido a Nueva Granada; en fin, si Andrés Bello no hubiera permanecido fuera de Caracas realmente se le habrían presentado otras alternativas: Podría haber dado fe de sí mismo. Por ejemplo, desde Londres, en carta a su amigo José Ángel Álamo 44, le pedía que hiciera memoria sobre el aviso que él, Bello en persona, le envió (cuando aún se encontraba en Caracas y en plenos sucesos de abril) avisándole en las primeras horas del día 19 que la José Ángel Álamo 44 Arístides Rojas: “Recordaba Bello a Álamo, el aviso que le envió al amanecer del día 19, y en el cual le decía, que tratara de esconderse y de salvar a los amigos de la Revolución, pues que por Ledezma había sabido que la reunión que se había efectuado en su casa (la de Álamo) frente a la Beneficencia estaba delatada al general Emparan. Este aviso oportuno fue la causa de que el Dr. Álamo se ocultara en la mañana del 19, hasta que fue sacado de su escondite por el Padre José Félix Blanco, quien le dio el aviso de la prisión de Emparan”. Rojas, Arístides. Andrés Bello y los supuestos delatores de la Revolución. En: Grases, Pedro. (1981). Antología del Bellismo en Venezuela, págs 73-74. 301 Carmen Brito Arocha reunión sostenida en casa del mismo Álamo había sido delatada, información que le llegó a través “de Ledezma”, y que, por tanto, alertara a los amigos revolucionarios. Otra alternativa (sin quizá) sería la de que Monteverde lo hubiera mandado a España en calidad de monstruo mayor junto con los “ocho monstruos” a rendir cuentas por revolucionarios. Por lo demás, lo cierto es que Bello fue puesto entre espada y pared. Por un lado, el Informe firmado por el Gobernador Femando Miyares en la ciudad de Coro el 15 de octubre de 1812. A saber: Don Fernando Miyares, Caballero de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos Tercero 45 (etc. etc. etc.) por cuanto debiendo proveerse la plaza de oficial segundo de la Secretaria de esta Capitanía General que desde luego doy por vacante, por la parte activa que ha tenido en la revolución de Caracas don Andrés Bello que la obtenía... etc. etc. Específicamente por esta determinada razón Miyares concluye la Resolución que destituye a Andrés Bello, designando en su lugar a don Joaquín Muguoza. Ignoraba entonces que Bello había sido ascendido a Oficial Mayor. Al mismo tiempo, 45 García Chuecos, Héctor. Apuntes para una documentada biografía de don Andrés Bello. En: Grases, (1981). Antología del Bellismo en Venezuela, Apéndice 7-8 p 291. “Don Fernando Miyares, Caballero de la real y Distinguida Orden Española de Carlos Tercero, Mariscal de Campo de los Reales Ejércitos, Gobernador de la Provincia de Caracas, Capitán General de ella y demás de Venezuela, Presidente de su Real Audiencia, Subinspector General de la Tropa Veterana y Milicias, e Interino del Gran Cuerpo de Artillería, Intendente de Ejército y Superintendente General, Subdelegado de Real Hacienda y de la Real Renta de Correos; Postas y estafetas, etc.”. Antepuestos todos los títulos, como para no dejar rastros de dudas sobre su Poder, sustituyó a Andrés Bello por Joaquín Muguoza, el 15 de octubre de 1812. Y aun le faltó agregar, como dato muy personal, ser esposo de doña Inés Mancebo, de origen cubano, y primera nodriza de Simón Bolívar. Fue doña Inés antes de la negra Hipólita, quien amamantó al futuro Libertador. 302 Andrés Bello se lo llevó la revolución por parte de furibundos enemigos de los revolucionarios, entre ellos José Domingo Díaz 46, se acusaba a Bello de infidente. Lo que se llama caer entre dos fuegos. Tras la pérdida de la Primera República, en 1812; hecho que enseñoreó al jefe realista Monteverde en la Provincia de Venezuela, ocurre la dispersión o diáspora de los patriotas. Desaparece Miranda... ¡prisionero!; desaparece Bolívar...¡huyendo!; Juan Germán Roscio, José Cortés Madariaga, Francisco Isnardy, Juan Pablo Ayala, Sata y Busy y tantos otros comprometidos en el movimiento van a parar a España, prisioneros, en calidad de “monstruos” por dictamen de Monteverde. ¿Quiénes, cuántos, por cuánto tiempo permanecieron ocultos? ¿Quién daría la cara por quién? Desde la prisión, arrastrando pesados grillos Francisco de Miranda al cabo de ocho meses dirige una comunicación a la Audiencia de Caracas: He visto con espanto repetirse en Venezuela las mismas escenas de que mis ojos fueron testigos en la Francia: vi llegar a La Guaira recuas de hombres de los más ilustres y distinguidos, tratados como unos facinerosos; los vi sepultar junto conmigo en 46 De José Domingo Díaz apuntó Juan Vicente González “Se unió a Boves en vida ¡que vivan en la posteridad!”. Al parecer no siempre anduvo bien acompañado el doctor José Domingo Díaz A juzgar por las untuosas cartas que le enviaran ciertos personajes de recordación tenebrosa de la época independentista y que el impenitente escudriñador Juan Vicente González pondría al descubierto. Verbigracia: “Valencia 4 de julio de 1814. Señor don José Domingo Díaz Muy señor mío: he recibido los impresos que usted me mandó, y doy a usted las más expresivas gracias por su acuerdo hacia mi persona. Los rebeldes enemigos de la humanidad han sido derrotados completamente en La Puerta al mando de tos titulados generales Bolívar y Mariño”. Cerraba el Informe mediante la despedida siguiente: “Soy de usted con la más alta consideración su afectísimo y servidor Q. B. S. M José Tomás Boves”. Y, “P.D. Esto se halla conchado, y puede usted venirse para Puerto Cabello”. El 7 de julio le comunica: “Mi estimado amigo: es muy numeroso el ejercito que tengo que menester y vestir, y cada día se va aumentando considerablemente”. Luego le pide que lo ayude a conseguir ropa, cobijas y municiones. En: González, Juan Vicente. (1975). Biografía de José Félix Ribas. Caracas. Edición Año Bicentenario de José Félix Ribas. págs. 227-228. 303 Carmen Brito Arocha aquellas horribles mazmorras; vi la venerable ancianidad, la tierna pubertad, al rico, al pobre, al menestral, en fin al propio sacerdocio, reducidos a grillos y a cadenas y condenados a respirar un aire mefítico, que extinguiendo la luz artificial inficionaba a sangre y preparaba una muerte inevitable; yo vi por último, sacrificados a esta crueldad ciudadanos distinguidos por su probidad y talento, y perecer casi repentinamente en aquellas mazmorras. 47 En cierto modo, Miranda responde a la pregunta ¿Quién daría la cara por quién en circunstancias tales? Agrega Juan Vicente González: “Roscio, maestro y padre de la Revolución, expuesto en vil cepo a la burla y escarnio, en una plaza pública”. ¿Andrés Bello mortificado por maledicencias? ¿No sucumbió a hierro puro Francisco Javier Ustáriz? (Maturín 1814). ¿Y Miguel José Sanz, de quien dijera Humboldt que valía la pena viajar a Venezuela para conocerlo por su sabiduría? ¿Y la cabeza de José Félix Ribas, frita en aceite? Al poeta Comisario de Guerra, Oficial mayor y “monstruo” mayor... ¡qué más da, plomo en el ala aunque a distancia! “La vida estúpida y mala/que cuando nos golpea/ ¡Nos golpea en el ala!” Se queja el vate ecuatoriano Remigio Romero En vista del infundio que lo maltrataba Andrés Bello escribió a su hermano Carlos en 1826, torturado por la mortificación. Le recomendó entonces plantearle el caso al amigo abogado José Ángel Álamo. Sin otro medio para comunicarse que no fuera el mensaje escrito y mediando lapsos tan incómodos entre correspondencia y correspondencia la situación debía de resultar agobiante. Carlos contesta a su hermano Andrés (párrafo): 47 González, Juan Vicente. (1975). Biografía de José Félix Ribas. Caracas. Edición Año Bicentenario de José Félix Ribas. 304 Andrés Bello se lo llevó la revolución Álamo me dice que tú estás virgen de asuntos de enredos y chismes porque tuviste tal suerte de salirte a tiempo de esta chambrana. Estas son sus palabras. Que él sabe de dónde viene ese tiro. Que la especie sobre Sata es una bribonada que le han atribuido después de muerto, contando con darle más valor contra ti porque era tu amigo –(4 de marzo de 1827) 48 Más tarde el propio Álamo se dirige a Bello (Párrafos) …Estas son tretas de los españoles para dividirnos, desprestigiamos y sembrar los odios entre nuestras filas. No te preocupes querido Bello. Abandona ese carácter vidrioso que tienes. Esa defensa es inoficiosa. Más o menos todos los hombres más notables de la revolución han sido calumniados. La calumnia es el arma favorita de los españoles para desunirnos y deshonrarnos ante el mundo. Aflorará el perdón en la trinidad más santa que pudiese albergar el alma de Andrés Bello. La hija, la oración, la poesía. En “La Oración por todos” Andrés Bello pide a su hija que ruegue: (...)por el que en vil libelo destroza una fama pura Y en la aleve mordedura escupe asquerosa hiel (...) 48 Sambrano Urdaneta. (1986). Cronología de Andrés Bello 1781-1865. 305 Carmen Brito Arocha Vive gloriosa ancianidad Andrés Bello. Le apenaría no exculpar a los Urquinaona, a los Torrente, a los Restrepo a los Díaz. En cuanto a mi imputación antes dicha —Escribe a Manuel Ancízar— estoy muy lejos de culpar al historiador, que sin duda la habría visto en varias obras, entre ellas la de Torrente, pero todas, a lo que creo, derivadas de una relación del Dr. José Domingo Díaz, médico caraqueño, cuyos servicios a la madre patria fueron premiados con la Intendencia de Puerto Rico, y haciéndole la debida justicia, creo que ni aun él mismo pensó calumniarme, porque la especie corrió en Caracas mismo. Es probable que después de todo pase a la historia, y me resigno a ello sin el menor sentimiento. Tretas o calumnias el tiempo las esparció Circuló en los primeros años de la revolución el rumor de haber sido alertado el Capitán General Vicente Emparan sobre una conspiración en abril. Como infidentes se mencionaban a Andrés Bello, Juan Vicente Echeverría, Mauricio Ayala, Pedro Arévalo, Bernardo Muro, Diego Jalón. En tiempos más recientes, en medio de toda suerte de versiones se ha hablado en particular referente a Bello que desde 1807, el nombramiento de éste como Comisario de Guerra sembró inconformidad entre algunos grupos, debido a que tal distinción estaba en preferencia reservada a los peninsulares. Igualmente causó molestia entre activistas del movimiento político el hecho de que Bello pasara a integrar la Junta Suprema no habiendo sido de mayor interés su actuación dentro del movimiento; factor de desagrado también habría sido el que se seleccionase 306 Andrés Bello se lo llevó la revolución a Bello junto con el coronel Simón Bolívar y don Luis López Méndez para viajar a Londres en misión diplomática. Un conjunto motivador de ojerizas, que a la larga suman de todo un poco, menos de lo bueno. Mientras los susodichos rumores de comienzo de página agarraban cuerpo; circulaba a alto nivel el Informe Oficial a Fernando VII, enviado por el Capitán General Emparan sobre los sucesos del 19 de abril de 1810 en Caracas. Segmento del informe: Seis o siete días antes de la insurrección pretendí aprehender a don (Tomás) Montilla para expulsarlo del Distrito de la Capitanía General por haber sido advertido que la noche anterior se había juntado en el Cuartel de La Misericordia con tres hijos del teniente don Francisco Carabaño, con dos hermanos Ayala, con don Juan del Castillo y con Diego Jalón, oficiales del Cuerpo Veterano de la Reina de Milicias, y el último de artillería y tratado de sublevar la ciudad. Como el aviso me fue dado por un medio oscuro e insuficiente y tenía otras pruebas no me pareció deber exponerme a una actuación peligrosa en aquellas circunstancias al paso que inútil para la comprobación del delito, y hube de preferir el medio de dispersarlos, destinándolos a Maracaibo, Cumaná, Guayana y Barinas, pero ni a (Juan del) Castillo, Oficial de Milicias, ni a (Tomás) Montilla, paisano, pude encontrar por haberse ocultado. 49 49 (Sambrano Urdaneta, 1995) 307 Carmen Brito Arocha Emparan y el golpe de estado de 1810 En carta a Domingo Monteverde Ramón Aguilar se revela como el infidente ante Emparan de los sucesos de abril. El historiador Ángel Grisanti presenta en su libro publicado en Caracas, 1960, la Solicitud de Ramón Aguilar dirigida al Capitán Domingo Monteverde, pidiéndole le conceda la libertad. Ramón Aguilar, para la ocasión se hallaba prisionero en las “bóvedas del castillo de La Guaira”, es posible engrosara la “recua de hombres”, vista por el generalísimo Miranda cuando él también estaba preso en el castillo. Mensaje: Don Ramón Aguilar – comienza el mensaje – natural y vecino de esta ciudad, preso en las bóvedas de La Guaira, ante V.S. con el más profundo respeto y veneración debida, expongo: Que tengo acreditada la mayor fidelidad a favor de nuestro amado Soberano el Señor Don Fernando VII desde el año de 1809, habiendo sido yo el que instruyó al Capitán General don Vicente de Emparan, de la revolución que se iba a efectuar, por cuya causa no se verificó la noche buena de aquel año. Seguidamente estuve encargado de observar los movimientos de los revolucionarios y dando noticias de sus operaciones, teniendo para ello que estar vigilando de noche y día con la precisión de verme todas las noches a las once con el Capitán General (Emparan), para que no se sospechase de mi persona , habiendo tenido la dicha de instruirme de todo, y no solamente el haber sido el descubridor, sino haber dado las reglas para evitar políticamente los crueles efectos de una revolución y de la ruina de muchos vecinos. 308 Andrés Bello se lo llevó la revolución El presente documento se encuentra en el Archivo General de la Nación (Gobernación y Capitanía General Tomo CCXXXI, folio 238) Se desconoce el destino de la Solicitud del supuesto infidente don Ramón Aguilar. De tretas o calumnias de ayer y de hoy en torno de don Andrés Bello: NADA DESHONRA A LOS DIOSES 50 Para siempre duermen las esperanzas 1858 –Una noche don Andrés Bello despierta sobresaltado. En sueños oyó una palabra, una voz:… ¡Murió! Inmediatamente toma nota del misterioso mensaje, incluyendo la hora. Desde el primer instante del anuncio lo invade la mortificación. El día en que recibió la infausta noticia del fallecimiento de su adorada madre, no bien recuperado de la emoción, pudo comprobar que la fecha del deceso coincidía con la de aquella revelación en sueños. Se acabó la espera de doña Ana Antonia Se le fueron a la eternidad las esperanzas de contemplar a su poeta, a quién se llevó lejos la revolución. Ana Antonia, heroína de la espera eterna. Madrecita, para ti una flor y nuestro humilde monumento de letras. ¿Y para él? ¡Por Dios! Un minuto de silencio...ante este frío encallecimiento del Patriarca. 50 “Nada deshonra a los dioses”. Reflexión de Anatole Frances, frente a determinada situación que afectaba al célebre escritor Víctor Hugo. Posición aplicable a cualesquiera otros casos de entre los grandes valores humanos. 309 Carmen Brito Arocha La Universidad no lo renuncia El Gran Rector ocupa un sitio tan vasto en nuestra cultura literaria, sus raíces llegan tan adentro que casi nada del resto se entendería si él faltara Hernan Díaz Arrieta. Se cumplen diecisiete años de hallarse don Andrés Bello al frente del Rectorado de la Universidad de Chile. Próximo a los setenta y nueve años de edad se ve en la obligación moral de renunciar al cargo, dada la diversidad de incomodidades con que lucha diariamente para poder cumplir con sus deberes, a causa de su quebrantada salud. Expone en la debida oportunidad: Mis dolencias se repiten con tanta frecuencia, hasta el punto de hacer ya tres meses que no salgo de casa, donde en todo este tiempo se han celebrado las sesiones del Consejo y de las Facultades a que me ha sido posible concurrir (...), he creído hallarme en el caso de presentar mi renuncia del cargo de Rector. Rechazada la Renuncia. El Cristo de Caracas Ocho días después de aquella honrosa contestación al Gran Rector de no aceptársele la renuncia, don Andrés Bello se verá obligado a acordarse de nuevo del Cristo de Caracas: Porque ha fallecido su hijo Juan. 310 Andrés Bello se lo llevó la revolución Por sí solo ha descrito el venerable anciano el efecto que le producen estos golpes, nada habrá que sustituya sus palabras. Aparte de que probará sus lágrimas mientras susurra, “¡Ya me lo dijo el Cristo de Caracas!” En momentos de las lamentables pérdidas de algunos de sus hijos ha referido don Andrés el origen de las enigmáticas palabras, plenas de mística resignación: Siendo muy joven se hallaba en su habitación en la casa de Caracas cuando creyó oír al Cristo desde el altar: Recibiría muchos honores, le anunció la imagen. Le anunció, asimismo, que no llegaría a disfrutar plenamente de sus hijos. Perdió el sentido y rodó por el suelo. Así lo encontró la familia. Acerca del misterioso episodio y en medio de uno de aquellos luctuosos momentos tuvo lugar un diálogo entre don Andrés Bello y su discípulo Manuel Antonio Tocornal, quien se iba a referir más tarde a la mística resignación del maestro y su Cristo de Caracas. Ahora se ha ido Juan. “... de carácter muy vivo y alegre... se pica de literato. Hace versos, canta, baila, traduce varios idiomas, y en medio de sus alegrías y travesuras trabaja de ocho a diez horas diarias”. El padre se complacía en ese perfil de la primera juventud del hijo. El 12 de septiembre de 1860, a la edad de treinta y seis años ha muerto Juan Bello Dunn en Estados Unidos, en donde se desempeñaba como Encargado de Negocios del Gobierno de Chile. Por sus frutos los conoceréis Al par de tempestades... Porque se ha pasado la vida sembrando, don Andrés Bello recogerá frutos aun en medio de todas las tormentas. 311 Carmen Brito Arocha El 24 de noviembre de 1860: Tiene lugar la promulgación de la ley para la Instrucción Primaria en Chile. La Facultad de Humanidades que preside el señor Rector don Andrés Bello, tuvo a su cargo la redacción del trascendente instrumento legal. A partir del 10 de marzo de 1861 don Andrés Bello pasa a ser Individuo de Número de la Real Academia de España, Clase Correspondiente Extranjero, designado por la Corporación. El pergamino de Reconocimiento, entre otras meritorias palabras, reza: “... al perseverante ardor conque cultiva la lengua castellana, acreditada con obras didácticas que le han dado universal y justa nombradía”. Los estudios de Bello alrededor de Rodrigo Díaz de Vivar, inspirador del más antiguo poema épico de España, El Cantar del Mío Cid verán pronto la luz. Fruto de duros años de investigación por parte del literato venezolano; dobladas su espalda por espacio de horas-años... sobre las antiquísimas páginas abiertas en la Biblioteca de Miranda, es probable, y allá en el Museo Británico. La Facultad de Humanidades de la Universidad de Chile promete editar la obra, lo cual anuncia en el presente año 1862. “Andrés Bello dióle a España la primera y mejor interpretación de su epopeya nacional, el Poema del Cid.” Humberto Tejera 1892-1971. 1863 – Insiste el señor Rector en presentar su renuncia. De nuevo son fallidos sus propósitos, por cuanto no se le acepta la renuncia. Quienquiera que sea a quien se dirija no pasará a creer que Andrés Bello no pueda seguir adelante. (Junio 5) “El tomar parte en las discusiones del Consejo se me hace cada día más difícil y penoso por el embarazo de la respiración que usted habrá sin 312 Andrés Bello se lo llevó la revolución duda percibido en muchas ocasiones y que probablemente será cada día mayor”. (Cumple con participar) Al instalarse en la ciudad de Santiago el Colegio que agruparía a los profesionales del Derecho don Andrés Bello es nombrado Miembro Honorario. Tanto la presencia como el nombre de Andrés Bello son representativos de honorabilidad y grandeza. Deberá seguir adelante. ¡Qué le va a hacer! 1864 – Diferencias entre los Estados Unidos de Norte América y la República del Ecuador hacen pensar al general Juan José Flores, gobernante de dicho país, en su eminente paisano internacionalista don Andrés Bello para integrar la Comisión destinada a ventilar el asunto suscitado entre los mencionados países. Bello se ve en la necesidad de declinar la honrosa designación, dirigiéndose para ello al general Flores y al señor Federico Hassaurek, (Fragmento) Nada más hermoso ciertamente que el nombramiento que V.V.E.E. han hecho de mí tan importante y delicado cargo, realzando esta distinción con expresiones benévolas que quedo profundamente reconocido. Pero esto mismo hace doblemente sensible para mí la imposibilidad en que me encuentro de aceptarlo por graves consideraciones, siendo la principal de todas mi avanzada edad y la delicada salud que me inhabilita para casi toda atención seria y que recientemente me han puesto en el caso de pedir al Exmo. Sr. Presidente de esta República una licencia temporal para suspender mis funciones universitarias.51 51 Sambrano Urdaneta, El epistolario de Andrés Bello, 1986, pág. 60. 313 Carmen Brito Arocha A comienzos de año hacía un doloroso recuento de sus males, es verdad, al amigo Manuel Ancízar, aspecto que es interesante conocer, aun cuando no se trate de un trozo autobiográfico surgido de su puño y letra, lo cual aclara él mismo, lo que importa es ir tomándole el pulso paso a paso a su diario acontecer. Veamos: (Segmento. Marzo, 1864): Por lo que a mí toca me parece necesario dar a usted una idea de todas las privaciones a que estoy sujeto, a fin de que use usted tal vez de alguna indulgencia para conmigo cuando se le antoje, que ando en mis contestaciones más descuidado de lo que debiera. Carezco del uso de las piernas, y pudiera decir, del de las manos, porque mi letra es enteramente ininteligible aun para mí mismo después de algunos días de escrita. Me es indispensable la luz del sol para leer, y aun entonces necesito de un tipo de letra medianamente claro y no muy pequeño. Así me veo precisado a valerme de un escribiente como ahora lo hago para todas mis comunicaciones escritas. Pareciera estar apagándose esta vida extraordinaria. Ya necesita de la luz del sol para leer. Todavía así irradia su propia luz. Luz en la cual América confía. Colombia lo requiere como árbitro en la diferencia que mantiene con el Perú. Se lee en una parte del Oficio: ... habiendo sobrevenido entre los Estados Unidos de Colombia y de la República del Perú la diferencia cuyos pormenores expresaré a usted en seguida, el poder ejecutivo ha tenido a bien designarlo para decidir como árbitro tal diferencia. Los estudios sobre el Derecho Público a que usted se ha consagrado por tanto tiempo, y con tan singular aceptación; su calidad de antiguo colombiano; y sobre todo la confianza que tiene el gobierno en la rectitud de sus principios, le dan la esperanza de que usted 314 Andrés Bello se lo llevó la revolución querrá aceptar el cargo, y de que el gobierno del Perú ratificará por su parte el nombramiento. 52(Sambrano Urdaneta, El epistolario de Andrés Bello, 1986, pág. 63) Una vez más don Andrés Bello se limita a expresar las gracias por el honroso nombramiento. Tampoco podrá contribuir a despejar una situación esta vez entre pueblos hermanos, situación de tanto interés como lo sería la integración entre los mismos. “La primera vez que se escogía un ciudadano como árbitro de pueblos” Rufino Blanco Fombona No ha olvidado “El Helechal” De allá le llegó un cafecito En innumerables horas habrá traído Andrés Bello a su memoria aquel día cuando “arrancó hierbas, cortó ramos, esparció tierra”...y aspiró en anhelos el aroma del café. En septiembre del mismo año 1864 da contestación a una carta de su paisano Antonio Leocadio Guzmán. Expuestos los pormenores de especial interés, hace el siguiente comentario: Me es grato añadir ahora que entre aquellas muestras, vino una que me fue particularmente agradable: un saco de café de la hacienda “El Helechal”, que durante algunos años fue propiedad mía y de mis hermanos, y en la guerra de Independencia pasó 52 Sambrano Urdaneta, El epistolario de Andrés Bello, 1986, pág. 63. 315 Carmen Brito Arocha a otros dueños. Siempre que tomaba una taza de aquel exquisito café, me parecía que se renovaban en mí, las impresiones, y la perfumada atmósfera en que se produce, enlazadas con las pequeñas aventuras de la época más feliz de mi vida. 53 Hasta de una simple taza de café hace una filigrana de felicidad engarzando un tiempo pasado al cual no ha dudado en añorarlo como el mejor de su vida. Y cómo serán de naturales sus suspiros desde el sensitivo eco del tiempo que arrugan a cualquiera el corazón, la añoranza de Andrés Bello por su patria y todo cuanto en ella le quedó constituye por sí sola una de las más trascendentes facetas de su vida y acerca de la cual se ha pronunciado en modo excepcional Oscar Sambrano Urdaneta: En su larga ausencia no disminuye sino que aumenta la añoranza. Lo acompaña en su madurez. Lo sigue en su ancianidad. Se le filtra en conversaciones, en cartas, en versos. En unos y otros queda la impronta de sus sentimientos familiares, de su consecuente afecto por los amigos, de su leal interés por las instituciones y negocios públicos de la nación donde transcurrieron los primeros veintinueve años de su existencia. La imagen venerada de la madre preside estas evocaciones. Rodéenla los hermanos y los sobrinos del ausente, y algunos de los más queridos compañeros de infancia y juventud. ... estos recuerdos forman la expresión de la patria de don Andrés, jamás renuncia a ellos. No los oculta, son en cierto modo, las llaves que abrieron y que cerrarán sus días. Oscar Sambrano Urdaneta 53 Caldera, Rafael. El Andrés Bello que viajó a Londres en 1810. En: Bello y Caracas. Primer congreso del bicentenario. (1979). Caracas. La Casa de Bello. pág. 16. 316 Andrés Bello se lo llevó la revolución Las letras... El tintero extraña el pulso de su dueño Andrés Bello necesita de la luz del sol para leer. Ya no puede escribir de su puño y letra. ¡Leer! ¡Leer! ¡Leer a toda hora! ¡Escribir!... ¡Escribir! ¡Escribir siempre! ¡Leer y escribir! ¡Lo que tanto ha amado! Las letras... “Adornaron de celajes alegres la mañana de mi vida, y conservan todavía algunos matices del alma como la flor que hermosea las ruinas” Hermosas palabras pronunciadas durante su discurso inaugural de la Universidad de la República de Chile el 17 de septiembre de 1843. ¡Leer y escribir!...Una nueva nostalgia anidará en el pecho de Andrés Bello ¡Ah! ¡La música! “El tintero extraña el pulso de su amo” La música es el lenguaje universal, se ha establecido Entonces, ¿han sido los pájaros maestros por excelencia del lenguaje universal? Desde el génesis los pájaros cantan. Los pájaros silban. Los trinos de esas aves cantoras ¿se identifican, acaso, con alguna lección musical? Bien, es una acotación a vuelo de pájaro, justamente, mientras pensábamos en alguna nueva afición como alternativa para don Andrés Bello. 317 Carmen Brito Arocha De haberse inclinado Andrés Bello por el arte musical lo tendríamos hoy por un virtuoso a la altura de las más excelsas celebridades del bien llamado y bien amado lenguaje universal. Viene a ser instintivamente obligatorio imaginárselo. Pensamiento temerario, es verdad, sólo que, en base a la genialidad con que ha abrazado Bello tantos conocimientos resulta comprensible la presunción de escucharlo en una de sus composiciones maestras. ¿Cómo hubiera sido más bella “La Agricultura de la Zona Tórrida”, como poesía o como pieza musical? ¿Sería un clásico dentro del mundo de la melodía, igual que lo es hoy en el marco del universo poético? ¿Por ventura alguno de los geniales maestros que se expresan en Do... en Re... en Mi… en Fa... podría convertir en himno “La Agricultura de la Zona Tórrida”? La poesía La poesía es la historia universal del corazón del hombre Juan Vicente González Las poesías de don Andrés Bello son acabadas en la forma, y en la inspiración ofrecen una mezcla de afectos que pueden llamarse santos. Marco Fidel Suárez 54 54 Marco Fidel Suárez, natural de Colombia (1855-1927). Procedente de Antioquia, siendo estudiante aún y cumpliendo a la vez labores docentes, participó en el concurso convocado por la Academia Colombiana de la Lengua al conmemorarse el Centenario de Andrés Bello, año 1881. Fidel Suárez obtuvo el Primer Premio por su trabajo Ensayo sobre la Gramática Castellana de don Andrés Bello (En: Arias, Juan de Dios y Pinzón, Ramiro. Español y Literatura). Fidel Suárez se convirtió en Miembro de la Institución. 318 Andrés Bello se lo llevó la revolución A Bello lo sedujo el lenguaje de las letras. La lasitud de una vida desgastada le habrá pedido hoy quietud. Más, él lleva en sus alforjas tibias poesías de reminiscencias preciosas. Si bien no procuró su compañía la musa de partituras geniales, ¡quién sabe si el poeta guardaba en alguno de los anchurosos caminos del alma el espejo sutil que le transmutaría tan genuina expresión de la belleza! Se deleita en escuchar el piano que para él tocan sus hijas, melodías que lo transportan blandamente a lejanos lugares en tierna florescencia de vida. ¿Por ventura, ha vuelto alguna vez de hermoso niño a la casa detrás del Convento de La Merced? ¿Ha vuelto...en lejanos momentos en que, al fin rendido por el sueño y en dulce obediencia se desgonzaba en el regazo amoroso de la madre, desmadejados los brazos y las piernas, entrecerrados los ojos, en tanto se iba apagando aquello que a veces le servía de canción de cuna, aquellos melodiosos ensayos de don Bartolomé? En su ancianidad don Andrés Bello goza de inefables deferencias de parte de cuantos han tenido el gusto y el honor de conocerlo. Entre quienes por primera vez procuran su trato se da el caso de gente sorprendida frente a una presencia sin aires de solemnidad y sí, bellamente apacible. “El sabio anciano estaba en su bufete, donde pasa regularmente de ocho a diez horas cada día, es el puesto en que quiere morir. Don Andrés Bello a los ochenta y cuatro años de edad. Retrato del natural. Se tiene por la última imagen del sabio llevada al lienzo. Se encuentra en el Despacho del Ministro de Relaciones Exteriores. Caracas 319 Carmen Brito Arocha No he visto nunca cabeza más bella Ni fisonomía más dulce y benévola” 55 Théodore Mannequín. Escritor Francés Se percibe remoto aquel 10 de junio de 1810 El 29 de noviembre de 1865 estaría por celebrarse el ochenta y cuatro aniversario del nacimiento de don Andrés Bello En Caracas, su ciudad natal, vivió veintiocho años y medio. Aquí afloró su sensibilidad entre felicidades y ternuras de un hogar bueno; aquí, en moldes de pureza halló asidero su espiritualidad; aquí, su genio prodigioso cogió impulso para elevarse en vuelo de grandeza; aquí, en Caracas, la mejor parte de su vida. De aquí, a otro continente; en viaje que prometía ser el zigzag de un ida y vuelta y se extendió en estancia de diecinueve años en la ciudad de Londres. En la capital inglesa contrajo matrimonio por primera vez; vio nacer sus primeros hijos; enviudó; volvió a casarse; nuevos hijos vinieron; aquí, le tomó el pulso a los altibajos de la vida; de aquí, Andrés Bello partiría hacia la República de Chile, a los cuarenta y ocho años de edad. En Chile ha visto transcurrir treinta y seis años de su existencia; rodeado del afecto del grupo familiar; estimado por admirables compañeros de labores; aquí, respetado, amado por sus discípulos; aquí, sus afanes le han sido reconocidos; aquí, su extraordinaria capacidad de trabajo y vocación de servicio han coronado el itinerario de una vida portentosa. 55 Picón Lares, Roberto. Don Andrés Bello. En: Grases, Antología del Bellismo en Venezuela, 1981, pág. 269. 320 Andrés Bello se lo llevó la revolución El día primero de septiembre de 1865, don Andrés Bello se ve obligado a guardar cama, atacado por una bronquitis que le produce fiebres altas. En su lecho de enfermo experimenta delirios que le hacen figurarse escritos en los cortinajes de la habitación algunos versos de Eneida y de La Ilíada. Las repetidas y fugaces imágenes le inducen de cuando en cuando a revelar su preocupación por no poder mirar en forma nítida los renglones, sino muy borrosos. ¡Cuántos desteñidos recuerdos llegarán a su memoria! Entre ratos menciona títulos de sus libros. Al paso de los días el cuadro febril empeora. Se piensa en la fiebre tifoidea que viene causando graves daños en la población santiaguina. Pese a una cuidadosa atención médica en mes y medio la bronquitis ha hecho estragos en un organismo de por sí debilitado por la edad. A las siete y cuarenta y cinco minutos de la mañana del 15 de octubre de 1865 fallece don Andrés Bello en la ciudad de Santiago de Chile a la edad de ochenta y cuatro años. Considerada una apoteosis la inhumación de los restos de don Andrés Bello en Santiago de Chile Luego de permanecer un día en capilla ardiente en la Iglesia Catedral fueron inhumados los restos mortales. La comitiva en representación del gobierno nacional estuvo integrada por “autoridades universitarias, los ministros del despacho, comisiones del Senado y de la Cámara de Diputados y por oficiales del Ejército y guardias cívicos expresamente invitados por el señor Ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública. Integraban también la comitiva los alumnos de la Delegación Estudiantil y del Instituto Nacional.” 321 Carmen Brito Arocha Al cortejo fúnebre se sumó una multitud, cual había permanecido en la casa de la familia Bello, lo mismo que en los alrededores... Agolpados hombres y mujeres de todas las edades y las clases sociales. Deseaban dar el último adiós al hombre sabio, modesto, que llegó un día para compartir generoso sus luces junto a un pueblo que tuvo a bien recibirlo respetuosamente en compañía de su grupo familiar. Impresionó de grata manera la actitud de numerosos estudiantes: se turnaban para arrastrar el carro fúnebre, despidiendo los despojos del maestro insigne que por décadas permaneció junto a ellos. Generación de chilenos ilustres formada a la sombra del grande humanista de América. SE TRATABA DE UN HECHO COMPLETAMENTE INUSITADO EN RELACIÓN CON LAS COSTUMBRES CHILENAS, QUE CONTRIBUYÓ A DARLE A LAS EXEQUIAS DEL SEÑOR BELLO EL CARÁCTER DE UNA ESPECIE DE APOTEOSIS Así lo recogió la prensa. ¿Conque murió Bello, el que yo juzgaba no habría de morir nunca, como el grande Elías?” ¿Conque el hijo de Caracas, su gloria imperecedera, el que redimía nuestro nombre, célebre por ignominiosas revueltas, duerme el último sueño? ¡Y Venezuela no viste de luto! ¡Y cientos de lúgubres no despiertan en las calles silenciosas el eco del dolor!... ¡Qué hombre y qué destino! Modesto y puro como soñamos a Virgilio, de un embarazo ingenuo y amable y una esquivez sencilla y llena de atractivo, la ternura de su corazón transpiraba sobre su frente virginal. Juan Vicente Gonzales. Mesenianas. 29 de noviembre, 1865 322 Andrés Bello se lo llevó la revolución El Sillón vacio Los dos hechos históricos de mayor trascendencia en nuestros países hispanoamericanos, en el siglo pasado, son, sin duda, las guerras por la Independencia y la ordenación jurídica de la libertad, de la que es perfecto símbolo el Código Civil chileno, que en justicia y para gloria común de Chile y de Venezuela, lleva el nombre de su autor, el jurisconsulto venezolano Andrés Bello. Gustavo Manrique Pacanins. (1887-1962) Acuerdo de la Universidad Central de Venezuela para conmemorar el centenario del natalicio de don Andrés Bello Documento Nº 4 Sillón que perteneció a don Andrés Bello. se encuentra en la Biblioteca Nacional de Chile 56 24 de noviembre de 1881. La Junta de Inspección y Gobierno de la Universidad Central de Venezuela, Considerando: 56 Arch. Univ. Libro de Actas de la Junta Gubernativa de la Universidad Central de Venezuela, 1879-1883. Fol. 92 v-93.441. 323 Carmen Brito Arocha 1° Que Andrés Bello, hijo de Caracas, es una de las grandes glorias literarias de Sur América. 2° Que el alto puesto que ocupa como jurista en la ciencia del Derecho Internacional, es reconocido y acatado en las naciones más civilizadas de Europa y América. 3° Que con sus obras filológicas ha prestado importantes servicios a la enseñanza y progreso de los estudios gramaticales de la lengua castellana. 4° Que es un deber de todo Instituto de Ciencias y Letras honrar la memoria de los sabios que se han distinguido en ellas, especialmente si son hijos de la Patria. Acuerda: Celebrar el Centenario de Andrés Bello de una manera digna del eminente venezolano a quien se tributa la honra. Para los gastos que ocasione la ejecución del acuerdo que precede se resuelve: que por las Rentas universitarias se erogue la suma de cuatrocientos bolívares, y se encarga de llevar a cabo el programa a que se forme una Comisión compuesta de los señores doctores Agustín Aveledo, que la presidirá, Santiago Terrero Alianza, Antonio R. Silva y Federico R. Chirinos. El Rector Ángel K. Rivas Baldwin. El Secretario Celedonio Rodríguez. Ahora en estatua 28 de noviembre de 1881 A las cinco y media de la tarde, el señor Presidente de la República de Chile, don Domingo Santa María develó la primera estatua erigida en el mundo a don Andrés 324 Andrés Bello se lo llevó la revolución Bello. Al tirar del cordón cayó la Bandera Nacional que cubría el monumento al tiempo de dejarse oír los acordes del Himno Nacional, bajo magistral interpretación del regimiento de cazadores. Los aplausos arroparon por entero el acto llamado a quedar para la historia como la Apoteosis de Andrés Bello. La estatua, obra del escultor Nicanor Plaza, se erigía en la Plaza del Congreso. De cierta manera se honraba la promesa –podría decirse– de Miguel Luis Amunátegui, discípulo por excelencia del maestro Bello en Chile. Durante las exequias de don Andrés, en octubre de 1865, cerraba Amunátegui de este modo su discurso:“Sus virtudes habrán recibido el premio de la mansión de la dicha. La gratitud de Chile se lo acordará algún día erigiéndole un monumento, digno de su eterna gloria”. Ahora, en el centenario apoteósico del maestro se ha cumplido el grande reconocimiento. En representación del Consejo Universitario don Ignacio Domeyko dirige invaluables palabras a la memoria de Andrés Bello. La vida cristiana de Bello prueba una vez más la concordancia perfecta que existe entre la Fe y la Razón. Alaben otros al filólogo y al sabio. Yo rindo homenaje en este día, al poeta del sentimiento y la piedad. Agustín Aveledo. “Ahora en estatua.…” 28 de noviembre de 1881 Bello no debería asistir a la Epopeya Sangrienta de América; desgracias, zozobras y también cosechas de exquisitos frutos le aguardaban. Su ingenio necesitaba del crisol ardiente para ser 325 Carmen Brito Arocha probado; su cuerpo, del movimiento, su constancia, del infortunio. Los grandes talentos necesitan del combate para descollar en el mundo de las ideas. Son como el albatros que aguarda la tempestad para cernerse sobre ella y celebrar el triunfo del ala. Arístides Rojas Ya le oigo departir humildemente con su Maestro Cristóbal de Quesada y con el latín que aprendió de él, mejorado por su excelso juicio, vencer en las aulas animadas a condiscípulos y a dómines. Ya le miro como quien doma águila enseñar a Bolívar, y como quien oye a profeta aprender de Humboldt: y le veo del brazo del buen Ustáriz, con él como con todos bondadoso, y escucho las palmas regocijadas con que celebran sus amigos los sueltos y galanos versos con que los pasma y enajena. Y al elegir entre los grandes de América, los fundadores, le elijo a él. José Martí ... a Andrés Bello podría considerársele héroe... porque héroe puede significar hombre que sobresale por la fuerza de carácter, por la grandeza del alma, y por la elevación de la virtud, cosas que se reunían en la sabiduría y bondad del ilustre Bello. Marco Fidel Suárez “Es sin duda el máximo valor intelectual del continente. La suya es la estirpe de Aristóteles, Leonardo y Goethe”. J.L Salcedo Bastardo 326 Andrés Bello se lo llevó la revolución Fue el salvador del castellano en América. La gran figura de este varón memorable basta por si sola para honrar no solamente a la región de Venezuela que le dio cuna y a la República de Chile que le dio hospitalidad y le confió la redacción de sus leyes y la educación de su pueblo, sino a toda la América, de la cual fue el principal educador. 57 Marcelino Menéndez y Pelayo No es dado enumerar los inmensos méritos y servicios de don Andrés Bello, que si pudiéramos recordarlos todos dudaría la razón que en una vida un solo hombre pudiera saber tanto, hacer tanto, y amar tanto. Ignacio Domeiko ¿Cómo era Andrés Bello? Contextura débil en la apariencia, facciones delicadas y expresivas; un carácter serio, frecuentemente meditabundo, a veces algo melancólico y un entendimiento precoz, vigoroso y perspicaz. Era educado, fino. Pulcro en el lenguaje. De escasas palabras. Pero buen conversador cuando el tema le agradaba. Bello fue el equilibrio, la ponderación, la armonía de los sentimientos en todas las manifestaciones. Amunátegui (Biógrafo de Bello) 57 Palabras del eminente polígrafo español don Marcelino Menéndez y Pelayo, escritas en 1892. Actualmente estampadas en placa de estatua erigida a don Andrés Bello en la Dehesa de la Villa en Madrid. 327 Carmen Brito Arocha Según la descripción de Amunátegui Solar, Andrés Bello no era alto, y la sensación de tal la daba cierta esbeltez de su cuerpo (...) Con los años y con el trabajo sedentario en las oficinas, Bello adquirió alguna corpulencia. Caminaba con paso rápido. La timidez, la reserva y la soledad conjugábanse con la ausencia verbal suya. Sus esparcimientos no los traducían sus palabras sino los rasgos de alegría o de tristeza de su rostro. El de Bello tenía una serena melancolía. Era hermoso, sus facciones delicadas, la nariz perfilada, la tez pálida. Un conjunto lleno de armonía, pero de cual desprendíase un aire de tristeza, de meditación, de pesadumbre. Los rasgos hablan de su alma silenciosa. Le costaba explayarse. Como hemos dicho, hablaba poco, poquísimo y cuando tenía que hacerlo, usaba una gran discreción y meditada cautela. No tenía tampoco mucha facilidad en la dicción. La frase se entrecortaba en sus labios. Guillermo Feliú Cruz Semana de Bello en Caracas (Veinticinco de noviembre a primero de diciembre 1951) Hemos pedido y así se nos concede que el primer acto de esta hermosa semana del homenaje se efectué en el Ateneo de Caracas. Nuestra sede y Casa Natal de Andrés Bello Rafael Angarita Aveledo Todo el país, en todas sus clases sociales, podrá hacer de la Semana de Bello una grande y fructífera jornada de buen uso del lenguaje. Una semana en la que todos, 328 Andrés Bello se lo llevó la revolución para honrar a Bello, se esforzaran en hablar mejor, en corregir defectos, expresarse con propiedad, pronunciar con claridad. Arturo Uslar Pietri 1951 Bello ha vuelto a su pobre casita de la Merced. Viene a recorrer con los pasos del sabio los sitios amados de niño. Mario Briceño Iragorry “Don Andrés Bello vuelve a su pobre casita de la Merced” 58 58 La Casa de Bello: En la casa que ilustra la página funcionó durante muchos años el Ateneo de Caracas. En el Solar caraqueño de Andrés Bello de Alfredo Boulton, se señala en un mapa de Caracas el sitio exacto en donde habría estado realmente ubicada la casa del pintor Juan Pedro López, donde naciera Andrés Bello. 329 Carmen Brito Arocha Bello fue el maestro del orden, el filósofo de la parsimonia, el mago de la lógica. Jamás creyó que pudieran los hombres gobernarse a sí mismos ni los pueblos avanzar a la creación de grandes estructuras internas o de sistemas internacionales, si antes no habían puesto orden en sus ideas particulares y en sus sistemas nacionales. Mario Briceño Iragorry El Convenio Andrés Bello (Carlos Alarico Gómez. Profesor Titular de Historia). 59 El Convenio Andrés Bello es una instrucción de carácter regional que surgió como resultado de los acuerdos que se tomaron durante la reunión preparatoria del Consejo Interamericano de Educación, Ciencia y Cultura (CIECC), que se llevó a efecto en Colombia en junio de 1969. Una vez aprobada la agenda se convocó a los representantes de los países del área andina para la reunión de ministros de educación que habría de llevarse a cabo en Trinidad–Tobago, donde el doctor Octavio Arizmendi Posada, ministro de educación de Colombia, efectuó la propuesta correspondiente a pares de Perú, Bolivia, Ecuador, y Venezuela. La propuesta fue bien acogida por los miembros del Consejo Interamericano, quienes aprobaron la iniciativa en el documento “Declaración de Puerto España” en el que se proponía la realización de una reunión de ministros de educación de la región andina para celebrar un convenio que diera fluidez a proyectos comunes en el campo de la educación, ciencia, tecnología y cultura. 59 330 El autor es doctor en historia, periodista y profesor titular universitario. Andrés Bello se lo llevó la revolución La reunión de CIECC se efectuó en Bogotá entre el 27 y el 31 de enero de 1970, suscribiéndose al Convenio durante la sesión de clausura, al cual se le dio el nombre del intelectual venezolano Andrés Bello. La comisión Organizadora que se designó al respecto comenzó de inmediato sus tareas y el 24 de noviembre de mismo año todo estuvo listo para que el convenio Andrés Bello empezara sus actividades. La iniciativa comenzó a dar sus frutos y en breve tiempo animo a otros gobiernos a suscribirlo, tal como ocurrió con Panamá que ingreso en 1980, España en 1982, Cuba 1998, Paraguay en 2001, México en 2004, República Dominicana en 2006 y Argentina en 2007. Además de estos respaldos el Convenio Andrés Bello se vio fortalecido con el sector educativo del Mercosur que desde 1997 inicio un acercamiento que ha facilitado la solución de problemas referidos al reconocimiento de estudios y títulos , al punto de dar inicio en 1998 al programa de participación de las universidades con la creación de la “Cátedra Andrés Bello” , cuya primera reunión de coordinación se llevó a efecto en Bogotá en octubre de 1998 bajo la dirección del venezolano Víctor Guédez, quien para ese momento era el secretario ejecutivo. En esa ocasión se contó con la participación de la Universidad de Rio de Janeiro, que tiene a su cargo la Cátedra Andrés Bello sobre Juventud, Educación y Empleo. A pesar de todos esos avances, en el año 2010 la organización atravesó una crisis originada por malversación de fondos y para cubrir los gastos fue necesario cerrar la sede de Bogotá y convocar a una junta de emergencia en Santo Domingo para definir el futuro del convenio. Felizmente se tomó la sabia decisión de darle continuidad. 331 Carmen Brito Arocha Del homenaje a Andrés Bello en la Universidad de Pekín y en el Instituto de Lenguas Extranjeras de la República Popular China. 1982 ...lo primero que a los chinos nos llama la atención y nos interesa sobremanera es la inapreciable contribución del insigne polígrafo caraqueño a la pureza e innovación del idioma castellano así como su insospechada difusión entre los pueblos de los otros idiomas. Ninguno de los que en China aprendemos y estudiamos la lengua castellana desconoce el nombre de Andrés Bello. Si bien su Análisis ideológica de los tiempos de la conjugación castellana, escrito a los veintiocho años de edad, aun antes de su viaje a Londres, es todavía poco conocido para muchos de nosotros, su Gramática de la lengua castellana es, en cambio un libro de lectura y consulta obligatoria para cada uno de nosotros, un libro que nos abre de par en par las puertas de ese maravilloso palacio de un idioma tan bello, tan rico y tan lleno de exquisiteces y encantos que nunca haremos lo suficiente para aprender y asimilar. Chen Yongyl “MI PERIÓDICO” Mi Periódico Mi Periódico, edición dedicada a don Andrés Bello con motivo del bicentenario de su nacimiento (1781-1981). 332 Andrés Bello se lo llevó la revolución La historia es testigo de las edades, luz de la verdad, vida de la memoria, maestra de la vida y heraldo de la antigüedad. Cicerón Mi Periódico: Publicación dedicada a exaltar nuestros valores patrios en general, fundada por Carmen Brito Arocha el 12 de octubre de 1972. Al paso del vocero estudiantil las generaciones bolivarianas sembraron semillas multiplicadoras. Vocero creador del Gran Certamen “Generaciones Bolivarianas” con apoyo del Ministerio de Educación, evento que originó la primera biografía de Simón Bolívar escrita e ilustrada por niños y jóvenes venezolanos: Bolívar, no serás olvidado jamás, o Bolívar visto por los niños. Cuatro ediciones al presente. 2da. Celebración del Certamen versión Bolívar Orador. Concurso celebrado en la Casa de Bello el 26 de julio de 1977. En el Panteón Nacional En la ciudad de Caracas, el 29 de noviembre de 1981 fue erigido en el Panteón Nacional el cenotafio en memoria de don Andrés Bello. Obra en mármol de Carrara, realizado por el escultor Manuel de la Fuente. A ambos lados del monumento yacen grabados versos reveladores de la nostalgia del célebre humanista venezolano en su larga ausencia: Cenotafio erigido a la memoria de don Andrés Bello Libertador Artístico de América 333 Carmen Brito Arocha Naturaleza da una sola madre Y da una sola patria. ¿Y posible será que destinado he de vivir en sempiterno duelo lejos del suelo hermoso, el caro suelo dó la primera luz abrí los ojos? de 1865. Al pie del cenotafio, en una placa de bronce se lee: Caracas, 29 de noviembre de 1781 – Santiago de Chile, 15 de octubre Andrés Bello La personalidad cultural más importante de América y una de las más sólidas del humanismo mundial. Gran Enciclopedia De Venezuela. Editorial Globe Himno a la gloria de Andrés Bello Letra: Manuel Rodríguez Cárdenas. Música: Ángel Sauce Un lucero en el mástil prendido muestra el rumbo al lejano confín. Tu palabra, Andrés Bello, ha caído entre el pueblo que mira hacia ti. 334 Andrés Bello se lo llevó la revolución Sereno maestro de la mano de oro del silencio largo, todo claridad. Cazador de astro, pastor del meteoro que abrías los cerrojos de la inmensidad. Activo labriego de las soledades, floridas las sienes por extraño don, tu mirar poblaba dolor y heredades y volvía fecunda la desolación. América entera vibraba en tus dedos como lira enorme de sedienta voz sembrador de gloria; gestor de altos credos hallabas tu rumbo del brazo de Dios. 60 APÉNDICE Gloria al bravo pueblo En rueda de prensa ofrecida por el Lic. Alberto Calzavara en Caracas, el 23 de marzo de 1987 61, se informó a la colectividad que Andrés Bello y Lino Gallardo habrían sido los autores de la letra y música de la canción patriótica Gloria al bravo pueblo. 60 Tomado de Mi Periódico. Edición: noviembre, 1981. 61 Amplia información de lo expuesto en la mencionada rueda de prensa (23 de marzo de 1987) y de los sucesivos artículos publicados en torno al caso es recogida en el libro Sambrano Urdaneta, Oscar. (2005). Verdades y mentiras sobre Andrés Bello, Caracas, República Bolivariana de Venezuela. Ediciones Casa Nacional de las Letras Andrés Bello. 335 Carmen Brito Arocha Las revelaciones frente a los medios de comunicación produjeron gran expectativa. Todo un asunto noticioso. Entre el 22 de mayo y el 8 de julio de 1987 apareció en Caracas interesante material informativo en los diarios El Nacional, El Universal, El Diario de Caracas y 2001, entre otros. Historiadores, periodistas y en general escritores motivados ante el tema expresaron sus opiniones. Don Pedro Grases, Julio Berroeta Lara, Kotepa Delgado, Alexis Márquez Rodríguez, Mario Torrealba Lossi, Natacha Salazar P, Prof. Nelly Melet Lara, y muchos otros personajes hicieron uso de la palabra escrita por espacio de varias semanas. Llegaría el momento en que el señor Director de la Academia de la Historia Dr. Guillermo Morón, al término de una rueda de prensa concluyó: Nada está demostrado. En su condición de musicólogo adscrito al Instituto Latinoamericano de Investigaciones Musicales Vicente Emilio Sojo, ahondaba el Lic. Calzavara en estudios sobre la historia de la música en Venezuela cuando tuvo frente a sus ojos una breve información publicada en La Opinión Nacional, el 10 de marzo de 1874, en donde se notificaba recibo del semanario El Americano, de fecha 16 de febrero del mismo año 1874 (fechado en Paris). Lo sorpresivo fue el encarte a color, en cuyas páginas se hacía referencia a Andrés Bello y a Lino Gallardo como autores del Gloria al bravo pueblo, o Canción Nacional de Venezuela. Frente al impactante hallazgo, Calzavara decidió seguir la pista de lo que entonces constituía para él auténtica novedad, en especial respecto de Andrés Bello. Perseverancia a toda prueba lo indujo a buscar en bibliotecas de América y Europa el impreso que llamo su atención. Hasta tener en sus manos un ejemplar de la Netie Lee Benson Latin American Collection adscrita a la Universidad de Texas, en Austin. 336 Andrés Bello se lo llevó la revolución En efecto, corroboró Calzavara el crédito de la autoría que ocasionó su sorpresa: Andrés Bello y Lino Gallardo autores de la letra y música de la canción patriótica Gloria al bravo pueblo. Sin embargo el hecho de que se nombrase a Lino Gallardo no entrañaba el mayor objeto de curiosidad por parte del Lic. Calzavara, por cuanto desde hacía bastante tiempo veníase cuestionando la participación de Landaeta en la canción patriótica. Sobre este punto eran de su conocimiento declaraciones que el musicólogo y publicista Salvador N. Llamozas ofreció en su periódico La Lira en la edición del Centenario Onomástico de Simón Bolívar, 1883; declaraciones según las cuales atribuyó a Juan José Landaeta la música de la canción Gloria al bravo pueblo por habérselo oído decir a los músicos Juan Abreu, Bernardo Montero y José María Velásquez. En 1913 Llamozas se disponía a celebrar los cien años de Gloria al bravo pueblo, creyéndola una composición de 1814. Fue entonces cuando Tulio Febres Cordero, a través del diario El Universal hizo saber que la canción databa de 1810 (y no de 1814) Otro testimonio: En propios comentarios acerca de la revolución de Caracas, Vicente Basadre, Intendente del Ejército y Real Hacienda hasta el 19 de abril de 1810, presentó un informe ante el Supremo Ministerio de Hacienda, fechado en Cádiz el 4 de julio, mismo año 1810, exponiendo que, entre el 20 y 30 de abril habría sido cuando se produjo la canción. “En las canciones alegóricas que se compusieron e imprimieron... convidaban a toda la América española para hacer causa común, y que tomasen a los caraqueños por modelo para dirigir revoluciones”. Eso informó, el Intendente (El documento se encuentra en el Archivo General de Indias-España). En resumen, volviendo a las investigaciones de Calzavara, durante el curso de sus investigaciones: acabó fijando su atención en lo relativo a Andrés Bello. 337 Carmen Brito Arocha Alrededor de un caso que no se ha cerrado todavía nos aventuramos a ofrecer breve sugerencia e igualmente a hacer algunos comentarios al estilo ligero, quizá de resumen. Nueva investigación podría ser lo indicado. Creemos que por esos días de los albores independentistas, arrancando de 1810, se viviría en Caracas bajo tal fragor revolucionario que los sucesos propiamente dichos cobrarían forma de un gentío yendo y viniendo... ora gritando, ora cantando, ora aupando entre vivas y aplausos cualesquiera concentraciones habidas en puntos X o Z. Sin menoscabo de aquellas reuniones prestadas a la solemnidad. Se trataba de gente jugándose el todo por el todo, cada quien a su modo y manera. Aquí protestando al emperador Bonaparte; allá apoyando el reinado español; acullá aupando la ansiada República. Obviamente seria el ambiente a propósito para inspiraciones como la canción patriótica Gloria al bravo pueblo. Letra y música capaces de producir contagio popular, haciendo blandir los puños por todo lo alto en gesto de entusiasmo victorioso. Encajaría entonces perfectamente esa melodía destinada a convertirse en Himno Nacional de Venezuela ¡Quién lo diría! Justo allí el meollo de la cuestión. No haberle dado la importancia de algo que llega para quedarse, es decir no haberle concedido atención consagratoria. Desde luego, ninguno podía prever el futuro de esos versos en versión musical de arrorró “Doñana no está aquí/ Doñana está en su vergel/ abriendo la rosa y cerrando el clavel”. Un halo de confusión y hasta de una cierta rebatiña de conocimientos por llegar al fondo del asunto ocupa hoy la atención. 338 Andrés Bello se lo llevó la revolución Gloria al bravo pueblo Fue en uno de esos días, 10 de junio de 1810, cuando el joven poeta Andrés Bello viajó a Londres como auxiliar en misión diplomática, junto a Simón Bolívar y Luis López Méndez. A partir de aquel día de junio Andrés Bello desapareció por completo del escenario caraqueño. Aquí empezaríamos a tomar nota porque a Bello correspondería importante papel en el caso que nos ocupa, la canción Gloria al bravo pueblo. Se ausentó en medio de la euforia revolucionaria. Se marchó lejos, por cierto, en viaje sin retorno. Es simplemente como si antes del banquete fuese a faltarle una pata a la mesa. De otro parte, con broche de oro cerraría Caracas el año 1810. En el mes de diciembre arribó al puerto de La Guaira el General Francisco de Miranda, figura estelar, precedida de acciones heroicas. Un retorno a la Patria después de décadas de ausencia. Se va Andrés Bello. Llega Francisco de Miranda. El panorama para 1811 se centraría en la firma del Acta de Independencia de Venezuela. Las calles se convierten en grandes anfitrionas de la fiesta. Por donde quiera se oirán aplausos, canciones, música. Como se recordará, el Intendente Basadre fijó entre el 20 y el 30 de abril (de 1810) la posible creación de las canciones alegóricas a la revolución ¿Acaso se trataba de las mismas melodías entonadas bien en la Sociedad Patriótica, bien en distintos ambientes? El Presbítero José Cortés Madariaga da testimonio en sus Memorias de cómo ya era conocida la canción Gloria al bravo pueblo en 1811: 339 Carmen Brito Arocha El 18 de junio (1811) navegaba por el rio Meta, desde Bogotá a Caracas, luego de haber negociado un Tratado de Amistad, Alianza y Unión Federativa, cuando: (...) escucho interpretar a la flauta la Canción de Caracas Gloria al bravo pueblo, y al resonar el suave instrumento unieron sus voces los que sabían la letra e hicieron sentir los ecos de la libertad a sus bogas, interrumpiéndoles por largo intervalo que continuasen su ejercicio y produciendo en mi corazón emociones tiernas. El 26 de marzo de 1812, Jueves Santo, tiembla la tierra en Caracas y en varias ciudades del interior. El efecto del sismo fue devastador. Terror, desolación, destrucción. Sensible desaparición de millares de seres Todavía en los años mil ochocientos sesenta, o setenta, (hasta mil ochocientos y tantos) seguían viéndose no las huellas, sino las ruinas del terremoto en Caracas. Esta referencia a fin de calcular lo espantoso de aquel movimiento sísmico. ¿A dónde se fue aquel espíritu festivo que respirábase en Caracas hacía tan poco? ¿Qué de los alegres cantos, saludando el orgullo de pisar suelo soberano? ¿Qué de los improvisados versos echados al viento? Recoge la historia, que, el reconocido músico Cayetano Carreño poseedor además de admirable voz de tenor, recorría entre multitudes esas calles de Dios entonando canciones patrióticas. Si esa exaltación semejante a hermoso sueño habíase apagado como consecuencia del desastre natural, donde lo mismo daba ver un ladrillo que una flor, ¿qué iba a ser de todos cuando pesadillas inimaginables azotaran a sangre y fuego ese mismo suelo tan celebrado en su primer año de libertad? 340 Andrés Bello se lo llevó la revolución 25 de julio de 1812 Al cabo de cuatro meses del terremoto: En la población de San Mateo el Generalísimo Francisco de Miranda, al frente de las tropas republicanas, firma un Acta de Capitulación ante el jefe realista Domingo Monteverde... De nuevo cae Venezuela bajo el dominio español. ¡Se pierde la República! Se abrirá horroroso paréntesis. Vendrán escenarios de sangre. La Campaña Admirable con Simón Bolívar al frente. Guerra a muerte. Viene el terrible año 1814. 7 de julio de 1814: Emigración a Oriente. Estampida por la inminente arremetida de José Tomás Boves contra Caracas. Juan José Landaeta busca salida huyendo hacia Cumaná. En esta ciudad oriental el jefe realista Francisco Tomas Morales descubre la presencia de Landaeta, identificado como autor de la música de la canción Gloria al bravo pueblo. Le tiende una celada, atrayéndolo mediante la supuesta celebración de una fiesta del pueblo. En mitad del jolgorio los compañeros del músico advierten el peligro y huyen despavoridos. Landaeta cae prisionero junto con otros amigos. Fueron ejecutados de la manera más bárbara. Landaeta fue dejado para último, obligándolo a llevar los cadáveres de las otras víctimas hasta la fosa y después lo asesinaron atándole al cuello el canto que debía llevarlo a la inmortalidad. 62 A Landaeta le dieron muerte difamatoria, atando a sus sienes como INRI el canto heroico de la república. 62 Revista del Ejército. Marina y Aeronáutica. 30 de septiembre de 1934. Caracas, Segunda época. Año IV. No 20. 341 Carmen Brito Arocha Ello demostraría que para 1814 era reconocido Juan José Landaeta como el autor musical de la canción Gloria al bravo pueblo, al extremo de cobrarle con su vida la “música’’ que alentaba al pueblo a pedir abajo cadenas. Vicente Salías rindió también la vida en forma dolorosa. Vicente Salias, durante la emigración optó por dirigirse a las Antillas. En las inmediaciones de La Guaira lo retuvo una embarcación española. Recluido en el castillo de Puerto Cabello, será fusilado poco después el 17 de septiembre mismo año 1814. Las anteriores informaciones deberían merecernos todo crédito, debido a su procedencia, publicadas en órgano de prensa oficial: Revista del Ejército. Marina y Aeronáutica. 30 de septiembre de 1934. Caracas, Segunda época. Año IV. No 20. De acuerdo al vocero daríamos por sentado que; Vicente Salias y Juan José Landaeta, tradicionalmente conocidos como autores de la letra y música respectivamente, del Gloria al bravo pueblo, fueron vilmente asesinados en 1814. Juan José Landaeta nació en Caracas el 10 de marzo de 1780, hijo de pardos libres, Juan José Landaeta y María Candelaria Arévalo. A temprana edad ingresó a la escuela del Padre Sojo. “Entre los célebres artistas del Padre Sojo” lo incluye José Antonio Díaz en El Agricultor Venezolano.Desde muy joven se le conoció su capacidad como compositor. Igualmente le sería reconocida su producción musical. En 1810 se creó el club de los Sincamisa, al cual perteneció, agrupación en donde se alentaba con discursos, vítores y canciones independentistas a la población, semejante a actividades de la Sociedad Patriótica de la cual no era miembro Landaeta. En 1805 tuvo buena acogida el proyecto que junto con un grupo de amigos impulsó, tratando de establecer una Escuela de Primeras Letras para enseñanza de los pardos. Por experiencia propia se hallaba al tanto de cuántos obstáculos 342 Andrés Bello se lo llevó la revolución afrontaban los pardos para incorporarse al progreso. No llegó a concretarse el plan de estudio. Por su conocimiento del idioma francés se le escogió en 1808 para dirigir la orquesta de la compañía de ópera francesa de M. Spenu. Dos años más tarde pasarla a engrosar la lista de los conspiradores... Llegado el 19 de abril de 1810. El músico Lino Gallardo, aunque fue a dar a las bóvedas de La Guaira pudo salvar la vida, pero a consecuencia de los pesados grillos que arrastró en prisión no recuperó su paso normal. Su andar se tornó defectuoso. Optó por apartarse de las actividades políticas, a las cuales se había entregado tan de lleno. Añoraría si, las vibrantes manifestaciones de lucha heroica por la independencia. Tatuado en su alma quedaría el bullicio de aquellos días con sus noches de serenatas a la patria. Mientras avanzaba la guerra arrasaba con cualquier cosa que se pareciera a raza humana. De los ya exánimes campos de Venezuela un día Juan Vicente González iba a inventariar la cosecha: Sabían a sangre los frutos de la tierra. Lino Gallardo ha centrado sus esfuerzos en el mundo de la música, de donde emanaba su carrera natural, profesor de canto y director de orquesta. El 11 de febrero de 1818 Gallardo publicó en la Gazeta de Caracas el siguiente aviso: El profesor de música Lino Gallardo ha obtenido la correspondiente licencia para establecer una academia de aquel arte y canto todos los jueves de la semana, a la que se dará principio el 12 del corriente a las cuatro y media de la tarde en la casa de su morada. El deseo de dar una completa instrucción a sus discípulos, y una diversión tan honesta y útil a los aficionados, han sido el motivo principal de este proyecto a cuyo provechoso fin ha hecho una hermosa colección de obras de los mejores autores conocidos, y convocado a los mejores profesores en la facultad, de quienes espera no omitirán su tan preciosa asistencia. Los que quieran suscribirse por mes, se anticiparán a tratar con él, quien les dará todas las ideas que gusten para orientarse del 343 Carmen Brito Arocha proyecto, y los que no, exhibirán la cuota modesta que se estipule a la entrada; bien entendido que ésta no se permitirá a toda clase de personas. Ahora veamos. En la Gazeta del 20 de enero de 1819, Pablo Morillo anuncia: Su Excelencia ha establecido una Academia de Música. El jefe español Pablo Morillo, llamado el Pacificador de Tierra Firme, se hallaba al frente del ejército realista con motivo de la ocupación de Caracas. Ocurrió que Lino Gallardo en sus deseos de llevar adelante su proyecto musical acariciado desde hacía largo tiempo no echó en saco roto la posibilidad de conseguir apoyo oficial. Al Pacificador, por su parte, debió de parecerle atractiva y conveniente a la vez la iniciativa del músico. Conveniente en el sentido de ajustar la acción a una favorable imagen propia de persona consustanciada con el mundo de la cultura en cualquier parte y lugar. Así las cosas, no dudó en apoyar la empresa o “Sociedad Filarmónica” de Gallardo. Antes de contarse bajo el apoyo del gobierno ya la “Filarmónica” había estrenado concierto. El 24 de enero de 1819 la Sociedad Filarmónica abre sus puertas a un gran espectáculo, en la nueva casa del Real Consulado; por disposición de su Excelencia (Morillo) se designaría para los conciertos una guardia de las tropas de más lúcido uniforme de la guarnición. El director de la orquesta sería Lino Gallardo. La obra de Gallardo ha subido como la espuma. En oportunidad de acordársele un reconocimiento a los pardos por la destacada participación en actividades diversas, el Fiscal del gobierno, don Andrés Level de Goda hizo el pronunciamiento en la Gazeta de Caracas. Se refirió a cada uno de los personajes en lista de mérito. Hubo mención especial para el músico don Lino Gallardo: “(...) pero si diré de ti, Haydn caraqueño, contigo hablo Lino Gallardo, con tu numen divino, con tu encanto, con tus gracias te honraremos y tú honras este pueblo.” 344 Andrés Bello se lo llevó la revolución En opinión de José Antonio Calcaño el prestigio de Lino Gallardo por ese tiempo no tenía par, siendo el jefe y patriarca indiscutido del mundo musical de la Caracas de 1820. Entonces se firma en la ciudad de Trujillo un cese de hostilidades entre Venezuela y España. El Pacificador, Pablo Morillo, deja el territorio venezolano. Para 1821 se habrá reanudado la guerra. Tiene lugar la batalla de Carabobo librada victoriosamente por Bolívar. En el año 1827, por última vez, Bolívar visitará Caracas, su ciudad natal. Su amigo y compadre Lino Gallardo se presenta a saludarlo en compañía de sus tres hijas, Josefa, Eladia y Francisca. Al presentarle a esta última, joven de veintidós años, Gallardo le dice al Libertador: —Esta es la ahijada de don Juan Vicente. A lo que respondió Bolívar fijando sus ojos en la señorita Francisca: —No viviendo Juan Vicente 63, tu padrino ahora soy yo. Dada su gentileza habitual Bolívar prestará atención a las solicitudes del amigo Gallardo .Y sin pérdida de tiempo dirige una carta a su hermana María Antonia: Caracas, 3 de abril de 1827 A la señora María Antonia Bolívar: Mi querida Antonia: Yo he tenido mucho interés en proporcionar a Lino Gallardo un destino en La Guaira, y debiendo éste prestar una fianza de tres mil pesos, deseo que si te es posible la otorgues 63 Don Juan Vicente Bolívar, hermano del Libertador pereció en un naufragio a su regreso de Estados Unidos, a donde viajó en funciones diplomáticas, a raíz del 19 de abril de 1810. 345 Carmen Brito Arocha tú, pues no parece bien que siendo yo el jefe abone a uno de los empleados. Si Lino llegase a faltar yo abonaré tu fianza. Tu afectísimo hermano, Bolívar Lino Gallardo logra su colocación. Nombrado Fiel de Peso. Al correr de los años, una vez que surgieron inconvenientes sobre la permanencia de Gallardo en el cargo que ocupaba, fue reafirmado en el ejercicio de sus funciones por el entonces Presidente de Venezuela general José Antonio Páez. El buen humor hermanado a una fina jocosidad, al parecer fue la característica de Gallardo de por vida. A ello habría que añadírsele la habilidad para echar a andar las propias iniciativas. Firme y sin mucha modestia, iba a lo que quería y ya. Organizó una orquesta, con la cual amenizaba las fiestas de las llamadas familias mantuanas. De ahí a ganar popularidad en Caracas sólo existirían unos cuantos pasos de baile. Demás estará decir que Lino Gallardo y su orquesta fueron invitados y bien recibidos en los mejores salones de Caracas, la ciudad de los techos rojos. Semejantes a heraldos de alegría y amistad. ¡Adelante! Para su arte encontró apoyo en Pablo Morillo. Fue compadre del Libertador y bien tratado fue por Páez. “Así son las cosas”…agregaría al punto final el periodista venezolano Oscar Yanes. Lino Gallardo era natural de Ocumare del Tuy. Se cree su fecha de nacimiento alrededor del año 1775. Lino Gallardo, el músico que en posteridad sería considerado por algunos el compositor de Gloria al bravo pueblo, en lugar de Juan José Landaeta. Quién sabe qué mortal dejó escuchar esta voz, la cual empezaría a hacer carrera en la opinión pública. 346 Andrés Bello se lo llevó la revolución Verbigracia, apunta José Antonio Calcaño en La Ciudad y su Música (1958): “Por más que hemos buscado no hemos encontrado ningún documento anterior a 1883 en que se diga quién es el autor del himno.” ¿Significaría que en 1814 ninguno de los activistas del movimiento revolucionario se enteró de la muerte de Juan José Landaeta durante el tristemente célebre baile de los realistas en Cumaná? ¡Imposible! Preferible es pensar que se ignoraba la autoría musical suya en Gloria al bravo pueblo. Por tanto no se identificó el suceso con la composición o viceversa, al punto de no encajar en la memoria histórica. Igual ocurriría con la gente de Caracas en general. Es probable asimismo que ni Landaeta ni Salias hubiesen tenido el tiempo suficiente para dar a conocer la mutua participación en la obra. Ambos tampoco podrían suponer la trascendencia que la misma alcanzaría. Saquemos cuenta: de abril de 1810 a 26 de marzo de 1812, día del terremoto. Apenas dos años de sonar la melodía, (esto dándola por de contado entre las canciones “alegóricas” a las que hemos venido refiriéndonos). Las bandas musicales y las serenatas, en recorridos por las calles, serían los medios expeditos de divulgación en situaciones de este tipo. Bien, según Calcaño, por más que se ha buscado no ha podido encontrarse un documento –anterior a 1883– que revele quién es autor del himno. Entonces ¿no ocurrió en 1814, cuando tuvo lugar el fusilamiento de Landaeta en Cumaná, el hecho de colgársele al cuello a título de INRI la canción Gloria al bravo pueblo? ¿No es digno de toda confiabilidad lo publicado bajo carácter de información veraz en la Revista del Ejército, Marina y Aeronáutica? ¿Cuál sería la fuente de donde dicha revista obtuvo la patética escena descrita: “atándole al cuello el canto que debía llevarlo a la inmortalidad”? Lo reseñado en dicho vocero oficial lo hemos dado a conocer en estas páginas. Lo cierto es que hoy por hoy ha dejado de ser “noticia histórica” que goce de credibilidad el detalle de la canción heroica colgada al cuello de Juan José Landaeta. 347 Carmen Brito Arocha Se aduce que una soldadesca bárbara no tendría el ingenio de guardarse en el bolsillo unos versos para mofarse del músico en la hora final. Si a ver vamos tampoco sería muy ilustrada la soldadesca que se burlaba de Jesús de Galilea llamándolo rey de los judíos al ponerle la corona de espinas. Del autor de los versos colgados a título de INRI, supuestamente, nunca más se supo nada. Nada del médico y poeta Vicente Salias de la Sociedad Patriótica, que viajó en compañía de Mariano Montilla en funciones diplomáticas a Jamaica y Curazao en los días de la revolución. El Vicente Salias que lucía brioso su pasión revolucionaría poniendo en alto sus discursos, sus versos, su palabra. Por la Revolución rindió la vida. De generación en generación testigos de aquellos días grandiosos transmitirían en forma oral, hasta donde alcanzase la memoria, todo cuanto pudiera evocarse alrededor de momentos plenos de valor, de sabiduría. ¿Sería esta la “fuente”, que aportó a Juan Vicente González información para las notas aplicadas en su libro José Félix Ribas, biografía del prócer publicada en 1866? De más no está recordar que González nació justo el año 1810. Por tanto, no pudo estar presente en los hechos que venimos historiando. En pie de página de la biografía de Ribas asentó: Nosotros nos complacemos en esos días de regocijos y esperanzas, de música guerrera e interminables fiestas, en que transportes de alegría cubrían la agitación de la plaza pública y saludaban a los magistrados nuevos, y en que cada noche la dulce y melancólica voz de Carreño (Cayetano) animaba los sublimes versos de Bello 64 , y el inspirado Gallardo hacía resonar las calles con la Marsellesa venezolana.” 64 Don A. Bello fue el autor de la primera canción patriótica: “Caraqueños, otra época empieza”. En: González, Juan Vicente.(1975). Biografía de José Félix Ribas, Edición Aniversario del prócer. p.23. 348 Andrés Bello se lo llevó la revolución La información recogida en las notas que acabamos de ver la dio a conocer González el mismo año de su muerte, 1866, cuando publicó la biografía mencionada, (a un año de la desaparición de don Andrés Bello) Ahora bien, siguiendo a González, y su marcado interés por la obra de Bello, hay algo que podría venir a colación: En 1846, Don Carlos Bello Boyland, primogénito de don Andrés Bello, visitó Caracas. En carta dirigida a su padre, residenciado en Chile, le hace mención de Juan Vicente González en los términos a continuación. (Resumen): (...) tiene talento y un entusiasmo inaudito por Ud. y sus obras poéticas. A pesar de hallarse muy engolfado en la política no pierde oportunidad de recoger hasta aquellos versos que hacía Ud. para los nacimientos, tiene una colección muy prolija, ha seguido los pasos de Ud. y visita todas las personas con quienes Ud. tiene alguna relación. Fáltale no obstante ‘El Samán de Güere” y verdaderamente se enfadó conmigo porque no lo sabía yo de memoria. Sin duda ocasión de oro para obtener ¡de primera mano! verdades y noticias respecto de la evolución, vigencia y de cuanto se relacionase con la canción Gloria al bravo pueblo. Deducción lógica, tomando en cuenta que González conservaba una «colección prolija hasta de los versos escritos por Bello para “los nacimientos”». ¿Cómo es que no le hizo ver a don Carlos la popularidad de la canción de Caracas escrita por su padre? Ello en el caso de que en efecto hubiese sido Bello autor de los versos en cuestión. ¿Cómo pudo olvidar González referirse al Gloria al bravo pueblo, mientras, en cambio, se enfadaba, por no saber de memoria don Carlos “El Samán de Güere”? Al menos el hijo no hizo ninguna alusión en su carta en torno de lo que venimos tratando. En caso de haberse ganado la canción de Caracas la aceptación de 349 Carmen Brito Arocha la gente, de todo el mundo, como suele decirse, parecería que González no asociaba la melodía con Bello, es lo que resta por interpretar. El periodista González no se ha ausentado de Caracas, ni se mantiene aislado, ni fuera de la política. Y ya que hablamos de cartas: podríamos agregar que don Andrés Bello en la prolongada ausencia de su patria mantuvo correspondencia con su familia de Caracas. Precisamente en mensaje del 30 de abril de 1842, escribió a Carlos, su hermano. En esta misiva le expresaba las más infinitas gracias por haberle enviado La Historia de Venezuela, el Atlas, mapas (...) “todo lo cual ha llegado en perfecto estado a mis manos” A través de su hermano Carlos especialmente, don Andrés Bello conservó una comunicación afectiva. La familia, los antiguos amigos, su amada Caracas llegaban en las preciadas cartas. Y necesario es decirlo, la canción de Caracas no figuraba entre las novedades. Probablemente su señor hermano no identificaba obras musicales con don Andrés. Insistimos en cuán necesario es tomar en cuenta la partida de Bello hacia Londres apenas empezando el mes de junio (1810). Si escribió o no “la primera canción patriótica” como afirmó González, si se trataba de la misma canción Gloria al bravo pueblo no era el asunto, ya que tendría a primera mano. Las ocupaciones en Londres que vendían luego, de pronto cambiarían la vida. Es insensato imaginárselo imbuido en orquestas y versos y canciones que, si bien es cierto en su momento pudieron cautivarlo, el mismo torbellino de los acontecimientos, lo sacó del ruedo más adelante. Y lo que pudo haber sido para él un accionar vibrante en situaciones especiales, de momento quedaría atrás, sumándosele a ello las tragedias en su país y las calamidades que él en persona afrontaría en tierra desconocida. 350 Andrés Bello se lo llevó la revolución No sería, pues de extrañar que aquellos versos de 1810 se reseñaran como de autor anónimo. No afirmamos ni negamos nada. Sólo procuramos ver las dos caras de la lógica. En 1874, el periodista y político argentino Héctor Várela, publicó en El Americano, periódico suyo, un artículo donde atribuía a Andrés Bello la letra de Gloria al bravo pueblo...¿Cómo le llegó esta información? Valdría la pena seguir un poco a Bello por caminos que nos ayuden a sacar conclusiones. Durante su permanencia en Londres (diecinueve años), entre él y un grupo de amigos fundaron las publicaciones Biblioteca Americana (1823) y El Repertorio Americano (1826). Entre artículos escribió sobre la obra musical realizada en Caracas por el Padre Sojo, fundador de escuelas de música, maestro de brillantes compositores. Hasta donde sabemos no incluyó en estas publicaciones cosa relativa a la canción de Caracas, Gloria al bravo pueblo. En Chile. Desde que arribó a Santiago (1829) entró a formar parte del medio periodístico, se desenvolvió en el ámbito educacional en el mundo de la cultura en general. Sin olvidar que en Chile la fama de Andrés Bello traspasó fronteras. El distinguido periodista Héctor Várela no conoció a don Andrés. Pero es probable que alguna referencia conservara acerca del sabio caraqueño. El escritor argentino Juan María Gutiérrez: en vías de publicar su obra América poética entró en comunicación con don Andrés Bello (1846). Entre otras razones Gutiérrez estimaría valiosa en materia de la musa poética la palabra alentadora del venezolano, aparte de desear un aporte suyo en la obra a publicarse. Bello no aprovechó la oportunidad de mencionar siquiera lo concerniente a Gloria al bravo pueblo. ¿Razones?: O no tendría por qué, o no recordaba aquellos versos escritos cuando la revolución, o, en última instancia no querría agregarse reconocimientos. 351 Carmen Brito Arocha La sabiduría del refranero popular tiene patas largas: “Cría fama y acuéstate a dormir.” La fama de poeta comenzó a rondar al ilustre caraqueño desde muy joven. Arístides Rojas se refería a Andrés Bello calificándolo de “lumbrera”. En Infancia y juventud de Bello apuntó: «La fama de Bello habla llegado a su apogeo. No había fiesta, banquete o paseo en que no se le hiciera improvisar. En el número de estas felices improvisaciones está el soneto “A la Batalla de Bailen”». Humboldt lo admiró, dice Rojas. ¿Quién comenzó a ser conocido como “el poeta” entre los jóvenes caraqueños? Andrés Bello. ¿Quién comenzó a ser llamado el poeta de Caracas? Andrés Bello. En una ciudad de pocos habitantes. Andrés Bello... Cría fama... No es que fuese el único escritor, no es que fuese el único poeta que hiciera vida en Caracas; quede claro. Sólo que la presencia juvenil, se prestaba para ir creciendo bajo una aureola de talento. Más tarde lo llamarían “El Príncipe de los poetas del Nuevo Mundo”. A su muerte, acaecida en Santiago de Chile en 1865, afloraron loas a la memoria de Andrés Bello. No sería de extrañar que le llegasen noticias sobre el humanista al periodista argentino Héctor Várela. Ahora que, pensándolo bien, después de haberle dado tantas vueltas al asunto, creemos que Várela pudo haber leído en la biografía de Ribas ¿por qué no?, la nota de González; (...) ¿Confusión, deducción?, ¿ligereza en la información?... ¡Gajes del oficio! Quién sabe si el amigo lector pudiera imaginar que por momentos hemos querido restarle méritos al venezolano Andrés Bello... Absolutamente No. Buscamos sí, evidencias de que en ninguna ocasión se valió Andrés Bello del más mínimo detalle que le permitiese presentarlo ante la historia como el 352 Andrés Bello se lo llevó la revolución poeta de la canción de Caracas Gloria al bravo pueblo. Si otros se lo han atribuido, ninguna culpa tuvo. Si andando por los caminos de la vida olvidó aquella inspiración en verdad suya, ¡qué importa! Su sabiduría fue luz que alumbró modesta y generosamente pueblos enteros. En el caso de Gloria al bravo pueblo aspiramos a una justa clarificación, en justicia al sentimiento nacional. La historia no admite soluciones precipitadas de pizarrón; “borrón y cuenta nueva y después se corrige”. En 1881 el Presidente de la República de Venezuela, general Antonio Guzmán Blanco nombró una Comisión encargada de llevar a cabo rigurosa investigación acerca de los orígenes de la canción Gloria al bravo pueblo. El decreto que tenía en mente era de tal trascendencia que exigía ser sustentado por razones fehacientes sobre el porqué de elevar un viejo canto o un antiguo canto popular a la categoría de Himno Nacional de la patria venezolana, información así mismo sobre los autores se exigiría. En el debido momento es probable que algo hiciera dudar al mandatario con respecto al informe en su totalidad. Ante la duda abstente, se dice. Tiene sentido suponer que no fue satisfactorio a plenitud, el resultado de la investigación requerida. No se dieron a conocer mediante pruebas irrefutables los nombres de los autores de la letra y la música de la canción. Algo sí estuvo claro y fue el arraigo de la melodía en el sentimiento popular. Firme, con fuerza viva de sangre caliente, atrincherada en el sentimiento que ella misma coadyuvó a crear: sentimiento de patria. El 25 de mayo de 1881 letra y música de Gloria al bravo pueblo alcanzaron su ascenso: HIMNO NACIONAL DE VENEZUELA. 353 Carmen Brito Arocha Lo escrito, escrito está Sin embargo, si de papel se trata queda el recurso de la quema. Palabras más, palabras menos quién sabe si alguna persona pudiera pensar de esta manera en circunstancias muy personales. La quema, fue la solución que en su caso encontró Francisca de Paula, hija de Gallardo, la joven que convirtiese en ahijada de Bolívar a falta de don Juan Vicente, su padrino ya fallecido, como recordaremos. Francisca de Paula sobrepasó los noventa años de edad. No llegó a formar familia. Se concretó a una vida religiosa. Tanto que, según, degeneró en fanatismo. Motivo por el cual desarrolló una animadversión en contra del general Presidente Antonio Guzmán Blanco. Por las razones que fuesen, el gobernante aplicó su poder cerrando templos, conventos; exclaustrando hermanas de la Caridad... que en el lenguaje de Francisca de Paula significaba echar las monjitas a la calle. Ante las medidas del gobernante Francisca de Paula no tenía cómo producir entre ambos un choque de trenes. Todo lo encomendaría en sus oraciones. Hasta que se dio a conocer el decreto presidencial, que elevaba a Himno Nacional al Gloria al bravo pueblo, Francisca de Paula, quien sostenía que la canción era obra de su padre, Lino Gallardo, furiosa agarró cuantos papeles relativos al himno encontró en casa y furibunda corrió al corral y le pegó candela; quemó todo, todo lo que parecieran notas musicales de Gloria al bravo pueblo ¡No aceptaría jamás que el nombre de su padre, don Lino Gallardo lo mencionaran junto al grandísimo “hereje”! Y tampoco nunca jamás ocurriría una rebelión incendiaria más inofensiva... ¡Entre gallinas y pollitos sorprendidos!... Lino Gallardo murió en 1837. No dejó consignado por escrito ningún documento que lo acreditase como compositor de la canción Gloria al bravo 354 Andrés Bello se lo llevó la revolución pueblo. Podríamos pensar que tuvo oportunidad de acentuar con su puño y letra la autoría musical suya en una obra que se mantenía en el ánimo popular. Hallándose en plenas facultades y en total ejercicio de sus compromisos musicales llama la atención que nada escribiese sobre la canción de Caracas. Estableció una filarmónica. Dirigió escuelas de música. Maestro de grupos de estudiantes que verían en él una figura representativa del más alto nivel en el mundo de la música (...) el jefe y patriarca indiscutido del mundo musical de la Caracas de 1820. En fragmento del decreto guzmancista sobre el Himno Nacional Gloria al bravo pueblo, se lee: Considerando: (…) 2do) Que el Himno Nacional, conocido con el nombre tradicional de Gloria al bravo pueblo, fue el canto patriótico con que los hijos de la Gran Colombia celebraban sus victorias y se alentaban en la adversidad... (etc. etc. Continúa) Esto es muy importante y hemos de recalcarlo: (...) “celebraban sus victorias y se alentaban en la adversidad”. (Los soldados, el ejército ¡Los libertadores!) En el campo de batalla que fuese y donde fuese. Combates, escaramuzas, huidas: entonando la melodía la emoción crispaba la piel. Comprensible que en momentos especiales el canto levantara la moral de la tropa, algún día tales emociones se convertirían en noticia. Noticias que llegarían a Caracas. En Caracas, algún día, asimismo, serían del conocimiento de Lino Gallardo. Luego, lo menos que podría sentir sería la complacencia y el orgullo por la canción que alentaba a los libertadores. Era como para lanzarlo a los cuatro vientos. Ante tales eventos, sabiéndose autor de esa pieza épica, ¿por qué no hizo la formal presentación de su trabajo? 355 Carmen Brito Arocha Todo esto resulta fácil concebirlo bajo la hipótesis de dar a Lino Gallardo por compositor de Gloria al bravo pueblo. Ahora en caso de que no lo fuera, lo correcto sería no haber dejado nada por escrito, efectivamente. Pero dejarlo todo al descuido de creer cuanto en voces se corra solo despierta incertidumbre y confusión. Como cronista experimentado, bien ha expresado el siempre citado Arístides Rojas: “Las noticias históricas se van repitiendo de autor en autor, de artículo en artículo, de conversación en conversación, y así van desfigurándose de manera alarmante, sin que ninguna persona sea individualmente responsable de una deliberada adulteración”. Andrés Bello, Vicente Salias, Juan José Landaeta, Lino Gallardo no consignaron nada por escrito sobre la autoría de la canción patriótica Gloria al bravo pueblo. En el presente, sintiendo la rudeza del refranero popular, en ocasiones sólo restaría decir “los muertos no cuentan cuentos”. En el estilo académico del doctor Guillermo Morón: NADA ESTÁ DEMOSTRADO. 356 Andrés Bello se lo llevó la revolución Carmen Brito Arocha 358 Andrés Bello se lo llevó la revolución Bibliografía Álamo, A. (1952). María, Ana, Isabel y Andrés. Primer libro de la Semana de Bello en Caracas. Caracas: Ediciones del Ministerio de Educación. Álvarez, F. (1981). El periodista Andrés Bello. Caracas: Ediciones de La Casa de Bello. Andrés Bello: bicentenario de su nacimiento. (1982). Caracas: Ediciones del Consejo Interamericano para la Educación, la Ciencia y la Cultura. OEA. Arias, J. D. (s. f.). Español y Literatura. Colección La Salle. Bogotá: Librería Stella. Armas Chity, J. A. (1966). Fermín Toro y su época. 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Caracas: Fundación Casa de Bello. 366 Andrés Bello se lo llevó la revolución Andrés Bello se lo llevó la revolución Índice Andrés Bello se lo llevó la revolución 7 Dedicatorias 11 Presentación 13 CAPITULO 1 – VIVENCIAS EN CARACAS Andrés de Jesús María y José Bello López 23 Arte desde el zaguán hasta el corral 26 ¡La vida es sueño, mamá! 29 Latinidad Superior 32 ¡Juventud! Edad encantadora 34 Año 1800 / El aura respirad de la montaña 35 Grado de bachiller en Artes. (Leal, 1978) 39 Autodidaxia noble campo abierto a las carreras 40 Catuche y saman 41 ¡Estudiantes! ¡Amigos! ¡Amigos! 42 369 Carmen Brito Arocha “Extiende, samán, tus ramas sin temor al hado fiero” 43 Mis deseos 44 Aquélla, la primera Amor de primavera mujer que la memoria siempre retiene / 46 Andrés Bello comienza a trabajar 48 A trabajar 49 Dias, noches y madrugadas de fiesta por la llegada de la vacuna 50 Bello escribe acerca de la viruela 51 Expediente en que doña Ana López madre de don Andrés Bello, solicita una pensión por vía de limosna por la muerte de su esposo. Año 1804 53 ¿¡Un criollo, comisario de guerra!? 57 Bolívar, allá y aquí junto a sus antiguos maestros 57 Una cara bien fea 58 José Bonaparte Rey de España. España se alza en armas 59 1808- Recurso informativo 60 En mayúsculas apareció en la página 2 de la Gazeta de Caracas: “¡PRIMERO MORIR QUE ACEPTAR EL YUGO DE NAPOLEÓN!” 370 61 Andrés Bello se lo llevó la revolución Primer libro escrito en Venezuela 63 Revolución sin tiros, 19 de abril de 1810 64 Simpático poeta, (Andrés Bello) 68 Caraqueños, otra época empieza 72 Última mirada Ultima mirada a caracas desde el camino de La Guaira 75 76 CAPITULO 2– CARTAS, PARRAFOS ETC Las cartas, esas palomas mensajeras de papel 81 Las cartas 81 ¡Llego el correo! 82 Los Comisionados de la Junta Suprema de Caracas 84 ¡Un cuadro de Próceres! 86 Nacimiento entre pañales de olas… 88 Impactó a Miranda la suerte del Descubridor del Nuevo mundo 89 ¡Trescientos años de calma! 92 371 Carmen Brito Arocha Se anuncia el pronto regreso de los comisionados 94 A dos meses del terremoto 95 De nuevo grave imprevisto 95 ¡Se pierde la República! 97 ¡Las noticias navegan a todo vapor! 99 Bolívar agarra las riendas 100 Germán Roscio a Andrés Bello (junio 29,1810): Ilústrese más para que ilustre a su patria 105 Allá va Andrés Bello, envuelto en la espesa niebla! 106 Andrés Bello ¿refugiado? 107 Sastre salva a Andrés Bello de la “cárcel de deudores” 109 Bello cederá a la opción desesperada de dirigirse al Consejo de Regencia de España 110 La otra pasión 115 Amanecerá y veremos... 117 ¡Se pierde la República! 117 Andrés bello suplica se lo ayude regresar a América 119 372 Andrés Bello se lo llevó la revolución Gracias. Argentina 123 “Toda la tierra es la tumba de los hombres ilustres” 125 ¡Se salva la República! 128 Tercera República 129 Informe de Andrés Bello a Antonio José de Irisarri sobre el Método Bell-Lancaster 132 De duelo en Londres Andrés Bello 135 La naturaleza de las cosas 140 Andrés Bello Diplomático 140 El libertador artístico de América, de un Lucero a una Biblioteca 143 Dibujos de aves y de flores por Andrés Bello 146 ¿Se pierde la esperanza? 148 Las cartas de Andrés Bello a Pedro Gual 149 S.O.S. Andrés Bello no quiere ir a morir al Polo Antártico 149 Una luz al final del túnel 155 Inglaterra y soberana reconoce a la Gran Colombia como república libre 156 373 Carmen Brito Arocha Si no es Caracas… 157 Repertorio Americano 157 Apuntes de Humboldt 159 De puño y letra 161 Los sabios también emborronan y borran 162 De la célebre Andrés Bello silva “La agricultura de la Zona Tórrida” de 163 Postrar supieron al león de España 168 Andrés bello y su nuevo nombramiento 169 Hay momentos... cuya magia más ruidosa es el silencio 170 1827 - El Libertador en Caracas 171 Andrés Bello presenta quejas al Libertador por desaire recibido de parte del gobierno grancolombiano 175 Paréntesis 177 Se queja también don Simón Rodríguez 179 1828 181 José Fernández Madrid 374 y Andrés Bello firman negociación de Andrés Bello se lo llevó la revolución las minas de Aroa del Libertador. Las condiciones de compra- 181 venta le son comunicadas sin pérdida de tiempo Mediaron múltiples gestiones para avanzar en la venta de las minas 182 Andrés Bello envía a Caracas Francisco de Miranda 183 colección libros clásicos de Un cambio extraordinario 184 ¿Una lágrima?... 186 Al filo de la madrugada 190 ¡Adiós! ¡Adiós! 191 Carta de José R afael Revenga a Andrés Bello 192 Carta del Libertador a José Fernández Madrid 193 Bolívar se siente cansado. Cansado de luchar 199 Yo moriré como nací: desnudo 203 CAPITULO 3 – VIDA Y OBRA. CULMINACION ¡Bienvenidos a Santiago! 211 ¿Cartas cruzadas? 215 Se alborota la tranquilidad 216 375 Carmen Brito Arocha En su puesto de trabajo 218 Chileno legal 219 Los estudiantes de Gentes argentinos piden los Principios de Derecho ¡Eran cosas de la juventud… la verdad es que Bello sabía más que todos nosotros! ¿Vocación periodística al servicio de la docencia o vocación 220 221 docente al servicio del periodismo? 222 Principios de ortología y métrica 225 Bueno para todo 226 Peñalolén en la vida y en la inspiración de Andrés Bello 228 Andrés Bello y Diego Portales en Chile 231 …había una vez... 233 Como un niño con juguete nuevo se entrega Andrés Bello a un regalo de Caracas 238 La Universidad de Chile 239 Conservan todavía algunos matices del alma 241 La oración por todos 242 376 Andrés Bello se lo llevó la revolución ¡Dios mío! ¿Y qué es de la vida de doña Elizabeth Dunn de Bello? 249 De viaje Carlos Bello Boyland 259 En Caracas primogénito de don Andrés Bello, don Carlos Bello Boyland 261 Cuando los poetas hablan en poesía 261 ¡Salve fecunda zona! 263 En el ínterin... Escribirle a papá 264 Y...todavía vienen más penas 273 Gramática de la lengua castellana, destinada al uso de los americanos 274 De Gramática de la Lengua Castellana 278 ¡Qué tiempos aquéllos! 281 Renglones luminosos 282 Lee estos renglones a mi adorada madre 283 Dolor y honor 286 Día a día contando la ausencia. última mirada a Cuarenta y tres años Caracas desde el camino de La Guaira de la 290 377 Carmen Brito Arocha Andrés Bello puede ser considerado como uno de los grandes legisladores de la humanidad 291 Encallecimiento 292 Carlos Eusebio Florencio Bello Boyland 293 Andrés Bello añora Caracas, le regocija el progreso de Chile 296 Se acentuarán los achaques de la vejez 298 Para esta época ha cambiado bastante su cuadro familiar 299 El “célebre Micifuz” 300 Ruega, hija por el que en vil libelo destroza una fama pura y en la aleve mordedura escupe asquerosa hiel 301 Más tarde el propio Álamo se dirige a Bello 305 Tretas o calumnias el tiempo las esparció 306 Emparan y el golpe de estado de 1810 308 Para siempre duermen las esperanzas 309 La Universidad no lo renuncia 310 El Cristo de Caracas 310 Por sus frutos los conoceréis 311 378 Andrés Bello se lo llevó la revolución No ha olvidado “El Helechal” De allá le llegó un cafecito 315 Las letras... 317 La música es el lenguaje universal, se ha establecido 317 La poesía 318 Se percibe remoto aquel 10 de junio de 1810 320 Considerada una apoteosis la inhumación Andrés Bello en Santiago de Chile de los restos de don 321 El Sillón vacio 323 Acuerdo de la Universidad Central de Venezuela para conmemorar el centenario del natalicio de don Andrés Bello 323 Ahora en estatua 324 ¿Cómo era Andrés Bello? 327 Semana de Bello en Caracas 328 1951 329 El Convenio Andrés Bello 330 Del homenaje a Andrés Bello en la Universidad de Pekín y en el Instituto de Lenguas Extranjeras de la República Popular China 1982 332 379 Carmen Brito Arocha Mi Periódico 332 En el Panteón Nacional 333 Himno a la gloria de Andrés Bello 334 Apendice 335 Gloria al bravo pueblo 339 25 de julio de 1812 341 Lo escrito, escrito está 354 Bibliografía 359 380 Andrés Bello se lo llevó la revolución Este libro fue editado por la Fundación Casa Nacional de las Letras Andrés Bello. Está compuesto con la familia tipográfica Gobold y Liberation Serif. Fue terminado durante el mes de noviembre del 2015. Año de la conmemoración del centenario del nacimiento de César Rengifo, quien manejó la idea bolivariana de la fuerza de los pueblos para el cambio. 1000 ejemplares Carmen Brito Arocha En este libro la periodista Carmen Brito Arocha nos entrega su visión de Andrés Bello, a través de un minucioso trabajo de investigación, pleno de cariño y dedicación. “¿Por qué se fue de Venezuela Andrés Bello? El libro que ahora tienes en tus manos esperamos contribuya a responder esta pregunta” nos dice la autora, en un diálogo intenso y poético con el lector. Con prosa firme y concreción determinante, doña Carmen Brito hace un extenso recorrido por muchos puntos de la historia de Bello, y destaca un cúmulo de acontecimientos que fueron remarcables a lo largo de toda la vida del Patriarca de las Letras Americanas. Ximena Hurtado Yarza Río Caribe, estado Sucre. Periodista desde 1957. Como cuentista publicó su primera obra en la revista Elite. Se desempeñó como secretaria de Redacción de la revista Ellas. En 1972 fundó el vocero Mi Periódico, dirigido a niños y jóvenes, dedicado a exaltar la vida y obra del Libertador. En 1979 funda la carta-revista Llegó el Correo. Colaboró en Últimas Noticias y El Regional, entre otros diarios nacionales. Algunos de sus libros publicados son: Hay momentos; Arbolitos de la patria; Muchachos, y Antonio José de Sucre. Colección Ensayo Contemporáneo