Filosofía china En todas las filosofías originarias de China se

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Filosofía no occidental - 401201
Filosofía china
En todas las filosofías originarias de China se aprecia que los símbolos de
perfección, a saber, el grave y discreto filósofo y el orden moral, no trascienden de
este mundo; como dicen los confucianos, la realidad la tenemos delante de los
ojos, y no hay un principio de todo como Razón o Causa Primera, los asuntos
cotidianos son la fuente privilegiada del pensar.
Esto no significa que los pensadores chinos no vayan más allá de este mundo.
Los budistas, y los taoístas han creado cielos e infiernos como el resto del mundo.
Pero estos son resultado de una visión religiosa y no de la especulación filosófica.
En ninguno de sus sistemas se encuentra el concepto occidental de la
inmortalidad de la persona.
En este sentido llama la atención la respuesta del Budismo a la cuestión de la vida
después de la muerte; puesto que el budismo no acepta nada que se parezca a un
yo permanente, una vida específica no dura más que un momento, y a cada
momento nace una nueva vida. Por esta razón no puede haber problema de
inmortalidad ya que no hay un yo que pudiera ser inmortal. Si la rueda de la
reencarnación ha de ser interpretada como inmortalidad, esa inmortalidad es la del
renacer creador y continuo y no de la persona.
Sólo el budismo puede considerarse, en contraste con el Taoísmo y el
Confucionismo, una religión en el sentido estricto de la palabra. No existe en
aquellos una noción metafísica del bien o del mal, y, por ende, no se concibe ni
una salvación, ni una redención, y menos una teología. No hay alianzas con
poderes divinos, ni profetas que las anuncien, sino la aceptación de unas leyes
reconocida en el inexorable movimiento de los cielos, en la repetición de los ciclos
de la Naturaleza, en el flujo de la vida y de la muerte, en el autocrático girar de los
astros, en la alianza de todas las fuerzas que gobiernan al mundo (…) Así como
no existen tiempos verbales en el idioma chino, dentro de su cultura no se
entiende el desarrollo histórico de las ideas o de la literatura. Todo pertenece al
presente. Sólo existe lo real: el poema que sobrevivió, la idea que persiste. Lo que
se piensa hoy es simultáneo con el legado del pasado.”1
Aspectos generales de la filosofía china
Algunos sinólogos como Marcel Granet coinciden en que uno de los caminos más
accesibles para comprender la filosofía china, teniendo en cuenta que la lengua
china no tenía palabras que correspondieran a los términos Filosofía y Filósofos, a
los filósofos se les clasifica como doctos y la Filosofía se asimila a sabiduría, es el
de seguir el método utilizado por el clásico Catálogo Bibliográfico compilado hacia
1
ARBELÁEZ, Fernando. El Arte de la Guerra del Maestro Sun Tzu. Bogotá: Tercer Mundo Editores, 1977. Pgs. 1011.
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el siglo VI DNE2. En él, los libros de la biblioteca imperial se clasifican en siete
categorías. En la primera se incluyen las obras necesarias para la educación de la
clase letrada.
De estos libros, que eran los más importantes de todos, unos fueron escogidos por
el propio Confucio como representativos de la sabiduría de los antiguos, y estos se
consideraban como los escritos del ilustre sabio. Las obras de esta primera
categoría son designadas con el término de Jing, traducido generalmente por
Clásicos.
En la segunda categoría se incluyen obras de prosistas (z), filósofos o doctos,
clasificadas a su vez en escuelas (jía). Las principales escuelas son: La Escuela
de los Ru, es decir, de los escritores confucionistas (entre los que se encuentra
Mon Zi, no incorporado aún en la serie de los clásicos); La Escuela del Tao, es
decir, el Taoísmo filosófico representado principalmente por Lao Tsé y por Zhuang
Zhou; La Escuela del Yin y del Yang, clase muy teórica que agrupa obras, todas
perdidas, relativas a temas tan diversos como la filosofía de la historia, el arte del
calendario y distintas técnicas adivinatorias; La Escuela de las leyes, ilustrada por
Han Fei Zhi; la Escuela del filósofo Mo di; finalmente, una Escuela llamada
sincretista, en la que dos tratados importantes, resumen de las ideas y los
conocimientos al final del período clásico: el Lü Shi Chun Qin y el Hua Nan Zhi.
Las obras que han llegado hasta hoy de estas dos secciones, denominadas
también los Clásicos y los Filósofos constituyen las fuentes principales de todo
estudio sobre el pensamiento chino antiguo.
Confucio y el confucianismo
Se ha considerado tradicionalmente que Confucio o “el gran maestro Kong” (551479 A.N.E.) nació en el Estado de Lu, en el moderno Shandong. “Fue
descendiente de la antigua casa real de Zhon. Perteneció a una clase social
intermedia entre el campesinado y la nobleza guerrera: los caballeros (shi), que
más tarde se convertirían en la clase de los letrados – funcionarios. Su padre
murió cuando él apenas contaba tres años de edad. De joven ocupo puestos sin
importancia y vivió en la pobreza. “Más tarde llegó a ser ministro de Justicia pero
fue rápidamente destituido; durante trece años viajó de Estado en Estado,
desesperado por sus vanos intentos de reformar el país”3.
En esta misma perspectiva, los sinólogos aceptan que “el término Confucianismo,
tan utilizado en Occidente, no existe en la lengua china. Se deriva del nombre
propio de Confucio (Kong Fu Zi), cuya transcripción fonética latina fue realizada
por los jesuitas en el siglo XVII. El maestro Kong fue el principal representante de
2
3
GRANET, Manuel. El Mundo Chino. Barcelona: Crítica, 1999. p. 13.
WOLPIN, Samuel. La Filosofía según Confucio y Lao-Tsé. Buenos Aires: Editorial Kier. 1982. p. 44.
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una corriente humanista llamada Escuela de los Letrados (rujia), cuya significación
en chino designa a la mayor parte de la élite intelectual, tradición letrada antigua,
que se complementaba con una enseñanza libre y privada, a título particular, en
los grandes textos canónicos. Este movimiento fue iniciado por Confucio, creció
con Mencio y Xun-Zi y, finalmente llegó a su clímax en el confucionismo”4.
Confucio fue el director de la Escuela de los Letrados (rujia), especializada en el
estudio de los Seis Clásicos. Estas obras que representaban el tradicional legado
de China y constituían la base educativa de los aristócratas en los tiempos
feudales de los Zhon, fueron reelaborados por la mano del Maestro que las
trasmitió y comentó desde una perspectiva moral y social muy concreta; su
aportación individual se centró fundamentalmente en torno al tema del hombre y la
sociedad.
Sin embargo, la obra mayor de Confucio son las Analectas (Lun Yu)5, colección de
anécdotas, máximas, breves parábolas, conversaciones y consejos familiares. El
interés principal de esta obra se centra en torno al perfeccionamiento de uno
mismo, el sentido y la práctica de los ritos, el humanitarismo, la rectificación de los
nombres y el buen gobierno. Su meta era la de formar una sociedad ideal basada
en una armoniosa relación entre los seres humanos.
Budismo
El Budismo se considera una tendencia del pensar filosófico y religioso que se
deriva del Hinduismo; fue predicado originalmente en la India septentrional a fines
del siglo VI y a principios del V A.N.E. por Sidharta Gautama, conocido como el
Iluminado. Al poco tiempo, como suele ocurrir con las tendencias filosóficas y
religiosas, el Budismo se dividió en dos grandes vertientes: el Vehículo Mayor y el
Vehículo Menor, es decir, las tradiciones Mahayana y Teravada o Hinayana,
respectivamente. La tendencia Teravada, que pregona la meditación y el
monaquismo es la más difundida por el sureste asiático; en tanto, la tradición
Mahayana, que hace hincapié en la salvación universal, se expandió por el norte y
el este, primero a China y luego a Corea y Japón. En su proceso de expansión, el
budismo se convirtió en una religión transcultural y logró coexistir con otros
saberes y tendencias religiosas.
Todas las manifestaciones del budismo comparten los mismos orígenes y todas
ellas se inclinan por la búsqueda de un estado duradero de satisfacción a través
del desarrollo mental, espiritual y moral y, todas, sin excepción, se relacionan con
la vida y la obra de Buda.
4
5
Ibíd. p.45.
CONFUCIO. Las Analectas. Enseñanzas, orientaciones y consejos. Barcelona: José J. De Olañeta Editor. 2003.
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La introducción del budismo en China fue uno de los grandes acontecimientos de
la historia del país y, desde su llegada ha sido un factor importante en la
civilización china, ejerciendo gran influencia sobre el pensamiento filosófico.
Se afirma que el budismo entró a China, probablemente, en la primera mitad del
siglo I D.N.E, durante el reinado del emperador Ming (58-75), pero fue considerado
como una religión de las artes cultas. A menudo, los textos budistas, los sutras
(textos sagrados) fueron interpretados con ideas tomadas del taoísmo filosófico.
Este método fue llamado el de Ko yi, es decir, de interpretación por analogía.
Sin embargo, se debe aclarar aquí que los conceptos budismo chino y budismo en
China no son, necesariamente sinónimos. Se presentaron, sin embargo, ciertas
formas de budismo que se limitaron a la tradición filosófica de la India. Sin
establecer contacto con la de China. Un ejemplo es la escuela conocida por los
chinos como la Hsiang Tsung o Weishin Tsung (Escuela del Idealismo Subjetivo),
introducida por el célebre peregrino chino que fue a la India, Hsiian – Tsang (596664). Escuelas como ésta pueden llamarse de “budismo en China”. Su influencia
se limitó a grupos reducidos de personas y a períodos limitados. No pudieron
alcanzar el pensamiento de todo intelectual y por tanto, desempeñaron poca o
ninguna parte en el desarrollo de lo que podría llamarse el espíritu chino6.
Taoísmo
Escuela Mayor de pensamiento filosófico en China que ha influido en diversos
ámbitos de la cultura de ese país tales como el arte, la literatura y la religión.
Los dos textos taoístas más conocidos son el Chiang Tzú y el Lao Tzú,
probablemente compuestos y compilados los dos en los siglos IV y V A.N.E. Otros
textos considerados tradicionalmente como taoístas incluyen el sincrético Huai
Nan Tzú, compuesto en el siglo II A.N.E. y el Lieh Tzú, compilado en los siglos II y
III.
El pensamiento taoísta fue objeto de un posterior desarrollo en los siglos III y IV, al
que con frecuencia se le aplica el nombre de Neo taoísmo. Los textos más
conocidos de este período incluyen el comentario sobre el Lao Tzú de Wang Pi
(226-249), y el comentario sobre el Chuang Tzú de Kuo Hsiang (m. 312), quien
tomó o adaptó un comentario de Hsiang Hsiu (250). El desarrollo de las ideas
taoístas en este período proyectó más tarde su influencia sobre la interpretación
china del budismo, como también sobre el desarrollo posterior del pensamiento
confuciano7 .
6
SCOTT-LITTLETON. Sabiduría Oriental: Guía ilustrada de las religiones y filosofías de Oriente. Barcelona: Ed.
Debate. 1997.
7
SCOTT-LITTLETON, Op. Cit. P. 136.
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Una tesis básica del pensamiento taoísta es que la operación de la esfera humana
debería idealmente ser continua con la del orden natural, cada uno debería
restaurar esa continuidad mediante la liberación del yo en la restrictiva influencia
de las normas sociales, los preceptos morales y los objetivos mundanos. El taoísta
ideal es a menudo caracterizado en términos de Wu Wei (no actuar, no hacer). El
Chuang Tzú presenta a este taoísta ideal como el hombre que responde
espontáneamente a las situaciones sin metas preconcebidas o preocupaciones de
lo que sea adecuado, mientras que el Lao Tzú lo presenta como persona con
pocos deseos y sin el menor afán de perseguir metas mundanas. El modo de vida
real esta sujeto a diferentes interpretaciones.
Por ejemplo, algunos adeptos a una escuela interpretan el Chuang Tzú como
defensor de una retirada de la vida social, mientras que otros lo interpretan como
partidario de una relajación de intereses que sea compatible con las actividades
sociales ordinarias.
Los desarrollos subsiguientes del pensamiento taoísta toman igualmente
direcciones diferentes. Por ejemplo, mientras que algunos pensadores taoístas del
siglo III abogaban por una vida de alejamiento de los valores y convenciones
sociales establecidos, otros como Wang Pi y Juo Hsiang veían el ideal taoísta
como compatible con los modos ordinarios de vida, incluyendo la participación
social y política.
Zhuang Zi Y Lie Zi
El Libro de Zhuang Zi; escrito en el siglo III A.N.E., y el Libro de Lie Zi –El Libro de
la Perfecta Vacuidad- , recopilado unos 500 años después, están considerados,
junto con el Tao Té Ching, como los clásicos del Taoísmo. Los dos son de autor
incierto y se presume que hay partes del Libro de Lie Zi que podrían proceder del
Libro de Zhuang Zi. No obstante, tomados en conjunto representan la influencia
ininterrumpida del Taoísmo filosófico desde el siglo IV A.N.E.
Según el analista Fun Yu Lan, el historiador Sima Qian parece sugerir que el Libro
de Zhuan Zi fue escrito por un hombre llamado Zhuang Zhou, contemporáneo del
filósofo Mencio (371-298 A.N.E.), que vivió en el Estado de Song.
El libro de Zhuang Zi es una recopilación de anécdotas ingeniosas y
provocadoras, narradas en un lenguaje ameno. El mensaje de Zhuang Zi dice: si
las personas desean ser libres, deben dejar a un lado los valores convencionales
con los que se ha cargado la humanidad y liberarse del mundo. Esto no significa
que las personas deben vivir apartadas de sus semejantes, sino que deben
abstenerse de buscar la fama o la riqueza, optando por un estado de Wu Wei (no
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acción) estando en el que su conducta llegue a ser tan espontánea como la del
mundo natural8.
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Ibíd. p. 161.
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