Desde la Antigüedad, la administración ha recibido gran influencia de la filosofía. El filósofo griego Sócrates (470 a.C.-399 a.C.) quien, en su discusión con Nicómaco, expone su punto de vista acerca de la administración como una habilidad personal separada del conocimiento técnico y de la experiencia: Con respecto a cualquier cosa que él pueda presidir, un hombre será, si sabe lo que necesita y si es capaz, de proveerlo, un buen dirigente, ya sea que tenga la dirección de un coro, de una familia, de una ciudad o de un ejército. ¿No es también un trabajo castigar a los malos y honrar a los buenos? Por tanto, Nicómaco, no despreciéis a los hombres hábiles en administrar sus propios haberes, pues los quehaceres privados difieren de los públicos sólo en magnitud, en otros aspectos son similares; pero lo que más se debe observar es que ninguno de ellos puede ser dirigido sin hombres. Los quehaceres privados no son dirigidos por una especie de hombre y los públicos por otra: pues aquellos que conducen los negocios públicos no utilizan hombres de naturaleza diferente de aquellos empleados por quienes dirigen los negocios privados; y quienes saben emplearlos, conducen tanto los negocios públicos como los privados juiciosamente, mientras que aquellos que no saben se equivocan en la administración de ambos. Platón (429 a.C.-347 a.C.), filósofo griego, discípulo de Sócrates, se preocupó profundamente por los problemas políticos y sociales inherentes al desarrollo social y cultural del pueblo griego. En La República expone su punto de vista sobre el estilo democrático de gobierno y sobre la administración de los negocios públicos. Aristóteles (384 a.C.-322 a.C.), otro filósofo griego, discípulo de Platón, del cual discrepó bastante, dio enorme impulso a la filosofía, así como a la cosmología, a la gnoseología, a la metafísica, a las ciencias naturales, abriendo las perspectivas del conocimiento humano de su época. Fue el creador de la lógica. En su libro Política, estudia la organización del Estado y distingue tres formas de administración pública, a saber: Monarquía o gobierno de una persona (que puede redundar en tiranía); Aristocracia o gobierno de una élite (que puede degenerar en oligarquía); Democracia o gobierno del pueblo (que puede convertirse en anarquía); En el tiempo comprendido entre la Antigüedad y el inicio de la Edad Moderna, la filosofía se dirigió hacia una variedad de preocupaciones que nada tenían que ver con los problemas administrativos. Sólo a partir de Francis Bacon (1561-1626), filósofo y estadista inglés, considerado el fundador de la lógica moderna, basada en el método experimental e inductivo, vamos a encontrar alguna preocupación práctica por separar, experimentalmente, lo esencial de lo accidental o accesorio. Bacon se anticipó al principio de la prevalencia de lo principal sobre lo accesorio. No obstante, el mayor exponente de la época fue Rená Descartes (1596-1650), filósofo, matemático y físico francés, considerado el fundador de la filosofía moderna. Fue el creador de las famosas coordenadas cartesianas y le dio un impulso muy valioso a las matemáticas y a la geometría de la época. En filosofía se hizo célebre por su libro El discurso del método, donde describe los principales conceptos de su método filosófico, hoy denominado método cartesiano, cuyos principios son: 1. principio de la duda metódica o de la certeza: consiste en no aceptar como verdadera cosa alguna, mientras no se sepa con certeza o sea clara y nítidamente aquello que es realmente verdadero. Con esta duda metódica se evita el prejuicio y la superficialidad, aceptándose sólo como cierto aquello que sea evidente; 2. principio del análisis por descomposición: consiste en dividir y descomponer cada dificultad o problema en tantas partes como sea posible y necesario para su mejor adecuación y solución y resolverlas cada una independientemente; 3. principio de la síntesis por composición: se fundamenta en el hecho de conducir ordenadamente nuestros pensamientos y nuestro raciocinio, comenzando por los objetivos y asuntos más fáciles y simples de conocer, para encaminarnos gradualmente a los más difíciles; 4. principio de la enumeración (revisión general) o de 1a verificación: consiste en hacer, en todo, recuentos, verificaciones y revisiones tan generales, de manera que nos quede la seguridad de que nada se ha omitido o dejado de lado. Tomas Hobbes (1588-1679) desarrolló una teoría del origen contractualitas del Estado, según la cual el hombre primitivo que vivía en estado salvaje, pasó lentamente a la vida social mediante un pacto entre todos. Más aún, “el hombre es un lobo para el hombre”, o sea, que el hombre primitivo era un ser antisocial por definición, y vivía en guerra permanente con sus vecinos. El Estado vendría a ser, por tanto, la resultante inevitable de dicha situación, para imponer el orden y la organización en la vida social, a la manera de un Leviatán. El Estado, a medida que crece, presenta las dimensiones de un dinosaurio, amenazando la libertad de todos los individuos. Jean-Jacques Rousseau (1712-1778) desarrolló la teoría del contrato social: el Estado surge de un acuerdo de voluntades. Rousseau imagina una convivencia individualista, en la cual los hombres comparten cordial y pacíficamente, sin fricciones con sus semejantes. Sin embargo, si el hombre es por naturaleza bueno y afable, la vida en sociedad lo corrompe. Karl Marx (1818-1883) y su socio Friedrich Engel (1820-1895) proponen una teoría del origen económico del Estado. El surgimiento del poder político y del Estado no es más que el fruto de la dominación económica del hombre por el hombre. El Estado se convierte en un orden coercitivo, impuesto por una clase social explotadora. En el Manifiesto comunista, afirman que la historia de la humanidad fue siempre la historia de la lucha de clases. Hombres libres y esclavos, patricios y plebeyos, nobles y siervos, maestros y artesanos, en una palabra, explotadores y explotados, siempre mantuvieron una lucha, a veces oculta, a veces patente. Marx sostiene que todos los fenómenos históricos son el producto de las relaciones económicas entre los hombres. El marxismo fue la primera ideología en preconizar el estudio de las leyes objetivas del desarrollo económico de la sociedad, en oposición a los ideales metafísicos. Con el surgimiento de la filosofía moderna, la administración deja de recibir contribuciones e influencias de tipo filosófico puesto que el objeto de estudio de la filosofía se aleja enormemente de los problemas organizacionales En resumen, desde la antigüedad la administración ha recibido gran influencia de la filosofía: Sócrates: La administración como habilidad personal separada del conocimiento técnico y de la experiencia. Platón: Se preocupó profundamente por los problemas políticos y sociales inherentes al desarrollo social y cultural del pueblo griego. Aristóteles: Estudió la organización del Estado y distingue tres formas de administración pública (monarquía o gobierno de una persona que puede redundar en tiranía; aristocracia o gobierno de una élite que puede degenerar en oligarquía; democracia o gobierno del pueblo que puede convertirse en anarquía) Francis Bacon: Bacon se anticipó al principio conocido en administración como principio de la prevalecía de lo principal sobre lo accesorio. Rene Descartes: Fue el creador de las famosas coordenadas cartesianas y le dio un impulso muy valioso a las matemáticas y a la geometría de la época. En filosofía se hizo célebre por su libro El discurso del método. Tomas Hobbes: Desarrolló una teoría del origen contractualita del estado, según la cual el hombre primitivo que vivía en estado salvaje, pasó lentamente a la vida social mediante un pacto entre todos. Jean-Jacques Rousseau: Desarrollo la teoría del contrato social: el Estado surge de un acuerdo de voluntades. Karl Marx y Friedrich Engels: Propusieron una teoría del origen económico del Estado. El surgimiento del poder político y del Estado no es más que el fruto de la dominación económica del hombre por el hombre. El estado se convierte en un orden coercitivo, impuesto por una clase social explotadora.