MEDALLAS DE PLATA DE SAN TELMO PARA TRES PATRONOS JAIME PARIAS, NICOLÁS ÁLVAREZ Y JUAN LUIS OCAÑA HAN CUMPLIDO 25 AÑOS DE SERVICIOS A LA FUNDACIÓN SAN TELMO. Carlos González Barberán Director de la revista Santelmo [email protected] El pasado 22 de Diciembre, coincidiendo con la tradicional reunión de Navidad, que convoca a todo el personal de San Telmo en la sede de Sevilla, se celebró un emotivo acto de agradecimiento a la labor que, de forma constante, durante 25 años, han desarrollado en nuestra institución tres patronos. El acontecimiento se inició con una misa en nuestra capilla, en la que D. Antonio Ariza dedicó su homilía a glosar la importancia del apostolado de la formación ética y de transmisión de los valores cristianos a la sociedad en la que estamos inmersos. Fue una ceremonia religiosa sencilla, en la que los patrones homenajeados estuvieron acompañados por esposas e hijos. A continuación, en el aula “Caja Rural”, tuvo lugar el acto protocolario de imposición de la medallas de plata a los galardonados por los 25 años de servicios a San Telmo. Se debe destacar que estos servicios a la institución, a través del Patronato de la Fundación, se han realizado, no sólo de forma altruista, sino, incluso, con su apoyo económico y exponiendo su propio patrimonio, en forma de importantes avales, para el progreso y desarrollo de San Telmo. Eran los difíciles años de los comienzos, allá por el año 1983, cuando Jaime Parias, Nicolás Alvarez y Juan Luis Ocaña, requeridos por Javier López de la Puerta, se incorporaron al 66 vida académica santelmo Patronato, que ya contaba con José Bohorquez, Carlos Beca y Juan Cano, además de los fundadores Gerarda de Orleáns y el propio Javier. Las oficinas de San Telmo apenas eran un sencillo módulo en el edificio Sevilla-1, y los programas, sólo el AD-1, se impartían en hoteles (Macarena, al principio, Alfonso XIII, posteriormente). Un primer director, Sandalio Gómez López-Egea, profesor del IESE, orientaba los pasos iniciales de lo que tenía que ser con el tiempo una modélica escuela de negocios. No se contaba con profesores propios. Estaba todo por hacer. El presidente de la Fundación, Eustasio Cobreros, cedió la palabra al director general, Antonio García de Castro, que hizo un entretenido relato de la labor de estos patronos, destacando sus circunstancias personales y profesionales y alguna de sus iniciativas en beneficio del lanzamiento de San Telmo. Merece la pena destacar una valiosa anécdota que tuvo como protagonistas a Jaime Parias y Antonio García de Castro. Se necesitaban fondos con premura para hacer frente al desarrollo de San Telmo, y Jaime se prestó a utilizar su amistad con D. Tomás Osborne, Conde de Osborne, presidente de las afamadas bodegas de su apellido, para solicitárselos. Con tal talante, se embarcaron en automóvil rumbo a Jerez. En medio del camino discutían la cantidad que debían pedir. Antonio pensaba en el orden de unos 5 millones de pesetas. De pronto, Jaime soltó como un exabrupto: ¡Le vamos a pedir 30 millones de pesetas! La cantidad debió resonar como un campanazo en la bóveda de la berlina. Debemos recordar que era el año 83, época de crisis, de transición política, de dificultades económicas, y…. 30 millones de pesetas eran una fortuna. Reunidos con el Conde de Osborne en el despacho de sus bodegas de Jerez, le plantearon la petición y el noble bodeguero, naturalmente, se negó …. en principio. Nunca Osborne había dado donaciones superiores a 500.000 pts. Pero, entonces, vino la negociación y, afortunadamente, allí estaba también Manuel Robles, por entonces director general de la firma (hoy día, también patrono de San Telmo), para aportar su grano de arena. La solución llegó con donaciones en los años sucesivos, pero por la cantidad íntegra que se pedía: los 30 millones de pesetas. Jaime Parias, Presidente de la Caja Rural del Sur, ha comprendido la importancia de San Telmo para el desarrollo empresarial de nuestra comunidad y, en tal situación, ha favorecido el progreso de San Telmo y su inclusión en las aportaciones de la obra social de esta entidad financiera. Nunca estaremos suficientemente agradecidos a la ayuda que continuamente nos santelmo vida académica 67 presta tal institución. La aportación primera de la Caja Rural fue del orden de la de Osborne, pero su ayuda ha continuado los años posteriores. El apoyo de los otros dos patronos también ha sido importante en diversas ocasiones. Esto se puso de manifiesto, por ejemplo, posteriormente, en la consecución y restauración del edificio actual de la sede de Sevilla, la antigua Casa Cuna, propiedad de la Diputación sevillana. Es un noble edificio de la Escuela Regionalista Sevillana de principios del siglo XX que, aunque más costoso de habilitar que un edificio de nueva planta, convenía restaurar por razones de conservación de patrimonio artístico y de imagen ante la sociedad. A las gestiones de Nicolás Alvarez se unió la experiencia de Juan Luis Ocaña en el sector de la construcción, por su especialidad en aire acondicionado a través de una multinacional. La complejidad de este edificio planteaba problemas importantes en este sentido. (Aquí debo hacer un emocionado recuerdo a Pepe Millán (q.e.p.d), por entonces director general de Inmobiliaria del Sur, también patrono de San Telmo, que tuvo una decisiva intervención en la puesta a punto del edificio). Pero a Nicolás Alvarez se le debe también el impulso inicial del CREARA (Centro de Innovación y Creación de Empresas) y su apoyo constante, como miembro del jurado y mentor de diversos proyectos Los tres homenajeados contestaron sucesivamente la agradecida intervención de Antonio García de Castro en términos entrañables, a veces con la voz entrecortada por la emoción, observando la gozosa realidad de nuestro instituto. Fueron especialmente conmovedoras las respectivas alusiones a las esposas, presentes en el acto, que han compartido las situaciones difíciles, animando en todo momento a sus esposos en la labor emprendida. Por último, entre los aplausos del nutrido auditorio, prácticamente todo el personal de la casa, les fueron impuestas las medallas de plata por Javier López de la Puerta y Eustasio Cobreros. 68 vida académica santelmo