DIA VOCACIONAL La Vida es fruto del amor, pero el egoísmo es la

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DIA VOCACIONAL
24 DE SEPTIEMBRE 2014
La Vida es fruto del amor, pero el egoísmo es la
cáscara que impide germinar esa vida, aunque esté
dentro de mí. Amar es romper la cáscara y darse
deshaciéndose.
¡GRACIAS POR LA VIDA!
“No hay más que una cosa que vale y merece estima:
servir y amar a Jesús, trabajando siempre y sufriendo por su amor…
Esta es la verdadera y única dicha…
Ojalá pudiéramos así sacrificar gota a gota nuestra vida
y morir por amor a Jesús”.
(S. Benito Menni, 669)
En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él
solo; pero si muere, da mucho fruto.
El que ama su vida la pierde; y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una
vida eterna.
Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si
alguno me sirve, el Padre le honrará.” (Jn 12, 24-26)
La sal y la Luz
El que me sigue en la vida sal de la tierra será,
más si la sal se adultera los hombres la pisarán
QUE SEA MI VIDA LA SAL QUE SEA MI VIDA LA LUZ
SAL QUE SALA, LUZ QUE BRILLA
SAL Y FUEGO ES JESUS
Sois como la luz del mundo que a la ciudad alumbra
esta se pone en la cima donde el monte se encumbra
QUE SEA MI VIDA....
Que brille así vuestra vida ante los hombres del mundo
que pasen las buenas obras de lo externo a lo
profundo
QUE SEA MI VIDA... SAL QUE SALA, LUZ QUE
BRILLA, SAL Y FUEGO ES JESUS...
Dar la vida
“Dar la vida no es morir, sino amar. Aunque a veces la muerte sea parte del
compromiso y consecuencia de ese amor. La vida se da cada día, de tantas formas. El
propio Jesús dio la vida, y lo hizo no solo muriendo en una cruz, sino cada día de su
historia, en los caminos, en el encuentro con las personas, en su incesante actividad para
proponer una sociedad diferente, una ley al servicio del ser humano y un nuevo rostro de
Dios.
Y ahí tenemos una pregunta, que cada uno necesitamos hacernos alguna vez. De qué
manera, cómo y a quién estoy dando mi vida. De qué manera el compromiso con el
evangelio me lleva a poner toda la carne en el asador, e ir poniendo en juego fuerzas,
ilusiones, proyectos y tiempo. De qué manera acepto un compromiso que me pondrá en
tesituras complicadas, y me enfrentará con el conflicto, con la incomprensión o con el
rechazo. De qué manera amo. Y hasta qué punto la actividad es misión y no tan solo
“trabajo”.
Hay un punto de desproporción entre estas preguntas personales y la realidad tremenda de
estas personas en situaciones trágicas. Pero quizás hay también algo de responsabilidad
aterrizada si, al hilo de esas historias, dejamos que se zarandeen las propias inercias, y nos
preguntamos por la seriedad y la radicalidad concreta con la que estamos dando la vida.”
(J.Mª Rodriguez Olaizola, sj.)
«Al final del camino me dirán: -¿Has vivido? ¿Has amado? Y yo, sin decir nada,
abriré el corazón lleno de nombres» (Pedro Casaldáliga)
SALMO PARA DAR LA VIDA
Señor, dame la valentía
de arriesgar la vida por ti,
el gozo desbordante
de gastarme en tu servicio.
Dame, Señor, alas para volar
y pies para caminar
al paso de los hombres.
Entrega, Señor, entrega
para “dar la vida”
desde la vida,
la de cada día.
Infúndenos, Señor,
el deseo de darnos y entregarnos,
de dejar la vida
en el servicio a los débiles.
Señor, haznos constructores de tu vida,
propagadores de tu reino,
ayúdanos a poner la tienda en medio de los hombres
para llevarles el tesoro
de tu amor que salva.
Haznos, Señor, dóciles a tu Espíritu
para ser conducidos
a dar la vida desde la cruz,
desde la vida que brota
cuando el grano muere en el surco.
“Esta es hijas mías, la verdadera dicha a que debemos aspirar; esta es la verdadera y única
vida; en esto se encierran todos los tesoros; echémonos en los brazos de Nuestra Buena Madre
la Virgen Inmaculada y descansemos en el Corazón de Jesús ojalá pudiéramos así sacrificar
gota a gota nuestra vida y morir por amor de Jesús; esta es la única y verdadera vida, fuera de
la cual sólo hay muerte y para conseguir esto, Rogar, Trabajar, Padecer, Sufrir, Amar a Dios y
Callar.” (C. 669)
SALMO AL DIOS DE MI VIDA
Dios de mi vida
Cuando te llamo tú me respondes
Cuando estoy afligido tú estás allí
Siempre allí cerca de mi
¡Oh Dios! que grande eres
Todas tus obras son perfectas
Todas tus maravillas están ahí por mí
Tu amor y tu fidelidad siempre me acompañan
“Siento nacer en mi un deseo
Vivísimo ser todo de mi Jesús”
Dios de mi vida
Ten compasión de mí
Y escucha mi plegaria
Señor vuelve tus ojos a tu viña
¡Oh mi Dios!
Salvador mío
Toma mi vida
Este regalo que tu me diste
Lo ofrezco a ti
Haz de mi lo que quieras
Ya no me alejare de ti
Pues tu mano la plantó
Mira la semilla que tú sembraste
Tiene sed de ti
Señor atiende a mi suplica
No te alejes de mi vida
Tu me mostraras tu rostro
y mi vida volverá a resurgir
Porque se que estarás junto a mi
Mirando al futuro
“¡Vosotros no solamente tenéis una historia gloriosa para recordar y
contar, sino una gran historia que construir! Poned los ojos en el
futuro, hacia el que el Espíritu os impulsa para seguir haciendo con
vosotros grandes cosas.
Haced de vuestra vida una ferviente espera de Cristo, yendo a su
encuentro como las vírgenes prudentes van al encuentro del Esposo.
Estad siempre preparados, sed siempre fieles a Cristo, a la Iglesia, a
vuestro Instituto y al hombre de nuestro tiempo. De este modo Cristo
os renovará día a día, para construir con su Espíritu comunidades
fraternas, para lavar con Él los pies a los pobres, y para dar vuestra
aportación insustituible a la transformación del mundo.”
(VC 110)
Te lo pedimos,
para que en todos y en todo
sea glorificado, bendito y amado
el Sumo Señor de todas las cosas,
que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Amén.
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