ROCAS ERUPTIV AS hecho bien patente de haberse encontrado fragmentos de estas rocas en el conglomerado base del Cámbrico, y esta determinación se confirma ahora por el reconocimiento microscópico de los materiales de la base del Paleozoico correspondientes a rocas piroplásticas, en cuyo seno aparecen igualmente fragmentos de los dichos materiales eruptivos. Igual conclusión, por consiguiente, a la cjue llegó anteriormente el geólogo J . BOURCART de su reconocimiento en las zonas fronterizas. Por el contrario, no nos ha sido posible hallar vestigios de rocas eruptivas a las que pudiesen asignárselas una edad postenor y que podrían quizás corresponderse con las emisiones doleríticas señaladas por M E N CHIKOFF para las regiones más orientales. De existir en estas zonas del Dráa y haber escapado a nuestra observación, la determinación de su edad sería probablemente dificultosa, por lo alejado que de estos lugares quedan los sedimentos paleozoicos de edad más moderna. Repetimos nuevamente, que hasta ahora, las andesitas y riolitas halladas pertenecen a emisiones de edad precámbrica, así como también es anterior al Paleozoico el batolito granítico reconocido, por la misma razón de encontrarse fragmentos de esta roca empastados en el conglomerado de base del Cámbrico y por la abundancia de arcosas igualmente cámbricas que en aquellos lugares se reconocen. Edad de las formaciones eruptivas del Tiris y Adrar.—Geológicamente, hemos visto cómo los extensos territorios penillanurizados que desde el Eglab y fCaret-Yitti se prolongan meridionalmente por la meseta del Tiris, hasta penetrar en las comarcas francesas de la Mauritania, están constituidos por formaciones metamórficas entretejidas y armadas por plutones y masas eruptivas de rocas graníticas, gábricas y peridóticas. La ausencia de depósitos sedimentarios no metamorfoseados en estas comarcas, donde la serie hamadiense llega en régimen transgresivo de borde que no alcanza los territorios centrales del eje fundamental del anticlinorio del Tiris, conduce a la indeterminación de la edad geológica de las rocas eruptivas regionales, a diferencia de lo que acontece en el Dráa por la existencia del nivel de conglomerado basal cámbrico. Se ha indicado anteriormente que las rocas eruptivas del Dráa y del Tiris corresponden posiblemente a dos provincias petrográficas distintas. Sin embargo, debemos hacer a este respecto una aclaración en las afirmaciones anteriores, y que se refiere al caso del granito y de sus esquizolitas normales. Así como, en efecto, son fundamentalmente distintos los comporta-