Discurso de Apertura Ceremonia Inauguración Año Académico 2004 Universidad Austral de Chile _______________ Comienzo mis breves palabras en este solemne acto de inicio del Año Académico 2004 de la Universidad Austral de Chile expresando la bienvenida a los estudiantes que se incorporan a esta Universidad. 1.980 personas a las carreras de pregrado. De ellas 1.660 en los Campus Isla Teja y Miraflores y 320 personas en el Campus Puerto Montt. Además, 98 nuevos estudiantes de postgrado: 16 de Doctorado, 54 de Magíster y 28 de Diplomados y Postítulo. Les acogemos con amor y les invitamos a vivir la experiencia que se expresa en el escudo de esta Universidad: Libertas Capitur. La libertad es una conquista de cada día. No es un regalo, no es la facilidad, es un riesgo constante. Porque la libertad no sólo es un derecho que se reclama para uno mismo, sino que es un deber que se asume frente a los otros. El tema del cual nos ocuparemos en esta sesión solemne, gracias a la presentación de nuestro distinguido invitado, es el de la ciencia. A más de alguien pudiera, equivocadamente, parecer extraño que nos aboquemos a esta temática, cuando existen otras que han estado casi siempre vinculadas al devenir de las universidades de nuestro país en los últimos años. O al menos a aquellos aspectos del quehacer universitario que concitan la atención de la ciudadanía a través de los medios colectivos que, en esta como en otras materias, más parecen confundir que orientar. Sin duda que atraen el interés las expresiones de la masificación de la educación superior: número de instituciones, variedad de programas y cantidad de estudiantes, unidas a mecanismos de competencia que imaginábamos sólo circunscritos a otros ámbitos. Pero aquí, en nuestra sociedad, están los efectos de estos cambios. Efectos que impactan en lo relativo al financiamiento de las instituciones y de los esfuerzos privados -de jóvenes y sus familias- por acceder a una formación de nivel superior. 1 En este sentido, reiteramos lo que hemos señalado en otras oportunidades: las regulaciones legales están aprobándose demasiado tarde. Los mecanismos de aseguramiento de la calidad y del financiamiento de la educación superior están aún pendientes. Sin embargo, con los mecanismos en uso nos hemos propuesto como objetivos institucionales prioritarios tanto ampliar la acreditación de nuestras carreras de pregrado y programas de postgrado, como el mantenimiento de los equilibrios presupuestarios y el desarrollo de proyectos con cautela financiera. El aumento de la cobertura de la población con posibilidades de acceso a estudios superiores ha adquirido un ritmo tal en el país que es adecuado referirse a la masificación de la educación superior. El principal reto que nos impone este proceso es el de la calidad de la formación. Podemos hablar de calidad de la docencia si las personas que estudian en la Universidad tienen la posibilidad de formarse integralmente, si la aplicación de nuevas tecnologías de la información y comunicación se orienta a aumentar el aprendizaje de los estudiantes, si se facilita la construcción de concepciones contextualizadas, si se conforman comunidades de aprendizaje en las que se desarrollan hábitos de trabajo riguroso, tolerancia, creatividad, pasión por aprender. Todo lo anterior, sin embargo, no nos parece suficiente. En especial si hacemos referencia emocionada al Cincuentenario de la Universidad Austral de Chile. Para quienes integramos esta institución de educación superior, que inició su trabajo a mediados del siglo pasado y a distancia de la capital de este centralizado país, el Cincuentenario corporativo significa gratitud a sus padres fundadores, satisfacción por lo alcanzado al consolidarse como una de las universidades de mayor prestigio de la Nación y desafíos por proyectar su quehacer en la formación de profesionales y postgraduados y en la investigación científica e innovación tecnológica. Un aspecto que está inserto en las raíces intelectuales y académicas de esta Universidad, tiene que ver con el papel de la investigación en ella. Se ha reconocido como uno de sus rasgos fundacionales el de la autentificación de la enseñanza mediante la norma de derivar la docencia de la investigación, radicando el aprendizaje en el seno de los institutos científicos y como relación sostenida de un maestro con sus discípulos colaboradores, de modo que toda enseñanza lo sea desde la realidad de la ciencia y la maestría de la persona de ciencia. Será esta modalidad clásica de docencia universitaria posible de ser aplicada generalizadamente en nuestros días?. La respuesta es que no lo es. De hecho, nuestra sociedad reconoce y legitima las “universidades de docencia” 2 El desafío para una Universidad compleja consiste en cómo plasmar en todas sus actividades las actitudes y hábitos de trabajo propios de la persona de ciencia, reconociendo que no le es posible realizar actividad científica relevante en todas sus áreas y en una gama muy amplia de problemas. Junto a su vinculación con la actividad docente, el desarrollo de la investigación al interior de instituciones académicas invita a formularse preguntas acerca de la compatibilización de la libertad del científico con la indispensable orientación de los esfuerzos institucionales. O sobre los mecanismos tendientes a fortalecer las redes de colaboración entre centros de investigación, así como para intensificar la incorporación de estudiantes graduados en proyectos de investigación. Materias que han estado presentes en los lineamientos de la investigación en nuestra Universidad. Por lo señalado nos complace que en este año académico la clase inaugural sea dictada por un eminente científico. El Dr. Ramón Latorre obtuvo su grado de Bioquímico y el de Doctor en Ciencias, con Mención en Biología en la Universidad de Chile. Su entrenamiento postdoctoral lo realizó en el Laboratory of Biophysics at the National Institute of Health, MD., Estados Unidos. Profesor Titular en la Universidad de Chile y Profesor de la University of Chicago (1975-1977) y Harvard Medical School (1977-1983). Recientemente Profesor Visitante de Estudios Latinoamericanos en la Universidad Harvard (2003). Entre otros, sus estudios sobre la clase de proteínas intrínsecas de las membranas biológicas se han traducido en de cien artículos originales y ha editado o coeditado 7 libros. Recientemente hemos conocido de sus aportes en la identificación de mutaciones genéticas vinculadas a la presentación de hipertensión. Miembro de los comités editoriales de Biophysical Journal, American Journal of Physiology, Journal of Bioenergetics and Biomembranes, and Physiological Reviews. Pertenece a la Academia Latino Americana de Ciencia, a la National Academy of Sciences de Estados Unidos de Norteamérica. Miembro de la Academia Nacional de Ciencias. Premio Nacional de Ciencias Naturales el año 2002. El Dr. Ramón Latorre es el Director Ejecutivo del Centro de Estudios Científicos (CECS). Centro que fundara junto al Dr. Claudio Teitelboim en 1984, para el año 2000 tomar la decisión de trasladarlo a Valdivia. Decisión que celebramos por su 3 significado para el desarrollo equilibrado del país y que agradecemos por el aporte que representa para esta ciudad y por las crecientes oportunidades de cooperación entre nuestras instituciones. Carlos Amtmann Moyano Rector Valdivia, 21 de abril de 2004 4