TEORÍA DEL CONOCIMIENTO - Dogmatismo: Es la posición propia

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TEORÍA DEL CONOCIMIENTO
Lo primero que ha de quedarnos claro es que sobre el tema del conocimiento se pueden plantear muy
diferentes problemas, desde la posibilidad de conocer, y de conocer la verdad, hasta plantearnos cómo
conocemos, hasta dónde (límites) podemos conocer, etc.
Todos esos temas pueden servirnos para las comparaciones con la condición de que sean temas que se
traten en el texto, sólo habrá que relacionar qué dicen, y qué no, uno y otros autores sobre ese tema.
Ante el problema o tema de LA POSIBILIDAD DEL CONOCIMIENTO nos surgen diferentes
corrientes (aunque no todas tiene por qué servirnos, usamos la que nos venga bien):
- Dogmatismo: Es la posición propia del llamado realismo ingenuo, que admite
la posibilidad de conocer las cosas en su ser verdadero o en sí, y también la realidad de
este conocimiento en el trato diario y común con las cosas. Se da por supuesta la
posibilidad del conocimiento, no hay problema alguno en el hecho de conocer, debido a
la confianza ilimitada en la capacidad cognoscitiva del sujeto. Ej. Los presocráticos, al
estar centrados en el problema de la naturaleza no encuentran problema alguno en su
conocimiento. Serán los sofistas los que entiendan la relación entre sujeto-objeto en el
conocimiento como problemática, y negarán todo conocimiento objetivo.
- Escepticismo: es la posición contraria al dogmatismo en este tema. Es la
corriente que afirma que no hay nada claro ni absolutamente incuestionable en el
conocimiento. Esto se debe a que constatan que por todas partes hay error, imprecisión
de los conceptos, falta de acuerdos en los planteamientos para resolver los problemas,
etc. La pluralidad, la diversidad y hasta contradictoriedad en las opiniones sobre todos
los aspectos de la realidad hace que el escéptico dude de todo, no se fíe. Es imposible el
conocimiento, bien sea:
- por la radical irracionalidad de la realidad, (el que la realidad sea de tal
forma que sea impensable, sin sentido),
- por la incognoscibilidad de la realidad, (no ya en sí misma sino que para
el ser humano no sea posible conocerla, sus estructuras sean deficientes, limitadas para
captarla) por la insuficiencia de la capacidad de conocimiento del ser humano,
- o bien por la deformación subjetiva de la realidad que provoca la
estructura cognoscitiva del sujeto. Por la relatividad de todo contenido de conocimiento,
ya que el escepticismo niega que el sujeto pueda aprehender la realidad en sí de las
cosas, su naturaleza, con independencia del modo peculiar de captación característico de
cada sujeto. El sujeto es prisionero de sus propios medios de percepción, sólo puede
conocer así la realidad, surgiendo una pluralidad y heterogeneidad de imágenes que no
puede saberse cuál de ellas es auténticamente veraz y fidedigna, por lo que no se puede
conocer la realidad en sí.
Esta posición aparece ya en la filosofía antigua con el relativismo de los Sofistas, por
ejemplo Protágoras presenta una tendencia claramente escéptica al poner en duda la
capacidad cognoscitiva humana para conocer determinado tipo de objetos. Y también en
Gorgias tenemos elementos para una concepción escéptica de la realidad.
Pero se afianza como escuela de la mano de Pirrón de Elis. Este escepticismo (ss. IV-I
a. C.), se divide en tres etapas, el antiguo o radical de Pirrón, el medio de Arcesilao y
Carneades, y el nuevo de Sexto Empírico.
Este escepticismo vuelve a resurgir en el Renacimiento con M. Montaigne, F. Suárez,...
Descartes empleará un escepticismo metódico, emplea la duda, pero no es un
escepticismo real, la duda es artificiosa, ficticia, la emplea como método para llegar a la
verdad.
- Relativismo: Posición muy relacionada con el escepticismo. Es una posición
esencialmente negativa sobre el problema de la posibilidad del conocimiento. Ahora
bien, no niega sin más que el conocimiento sea posible o que la verdad exista. Sostiene
TEORÍA DEL CONOCIMIENTO
simplemente que la verdad y el conocimiento, posibles y existentes, carecen de validez
universal. Para el relativismo no hay verdades incondicionadas, objetivas,
absolutamente válidas. Toda verdad, todo conocimiento está limitado, restringido, es
relativo, condicionado por múltiples factores que hacen que lo que es válido, verdadero
en un determinado contexto pueda ser falso en otros. Esos factores que limitan o
restringen el ámbito de validez de la verdad, puede ser interno, intrínseco al sujeto que
conoce, bien sea el sujeto individual o bien el sujeto específico (la especie humana) por
su misma constitución cognoscitiva, o bien externo, debido al contexto histórico cultural
o a la utilidad del conocimiento. Surgen así cuatro modalidades de relativismo:
individual (limita la validez de la verdad y del conocimiento al sujeto singular, al sujeto
que juzga y conoce, es verdadero lo que le parece a éste verdadero. Nada es con
independencia del sujeto individual. Ej., Protágoras), específico (el punto de referencia
de la validez de la verdad es la especie en su conjunto. Aún cuando sí pueda haber una
verdad independiente de cada sujeto, no es posible una verdad universalmente válida),
cultural (no limita la validez de la verdad al individuo o a la especie, sino al ámbito
cultural o a la época histórica en la que se produce. No hay verdades universalmente
válidas, ni absolutas, la verdad es relativa, tiene una vigencia limitada, determinada por
la época en que surge) y pragmatista (limita la validez de la verdad y del conocimiento a
la práctica y a la acción. Verdadero no es la propiedad del pensamiento por su
adecuación con la realidad, verdadero será el juicio útil. La verdad es la utilidad).
[Crítica al relativismo que puede servir para sacar ideas a la hora de opinar en el texto
de Platón, o de Ortega y Gasset.
El relativismo, en todas sus modalidades, es autocontradictorio, incurre en el
contrasentido. Por un lado, afirmar que la verdad es relativa, que no hay verdades
universalmente válidas, es suponer de hecho, en la práctica, lo que en teoría se niega.
Cuando el relativista enuncia su tesis, considera que ésta reproduce una situación
objetiva, que en la realidad no hay verdades, con lo cual está reservándose lo que niega
para los demás, la objetividad, y la verdad. Y si el relativista afirmase que su tesis es
relativa, válida para el ámbito concreto que trate, ya estaría afirmando una tesis
universalmente válida (que la tesis relativista es relativa). Por otra parte, el concepto
fundamental del relativismo, el de verdad relativa, constituye un patente contrasentido.
La verdad es la propiedad del pensamiento por la que se corresponde o concuerda con el
ser, con la realidad. Y si se corresponde, se corresponde absolutamente, universalmente,
para todos los sujetos capaces de aprehender su correspondencia. En caso negativo, no
se corresponde para nadie. La verdad se halla definida por el principio de no
contradicción, que prescribe tajantemente la absoluta incompatibilidad de lo verdadero
y lo falso. De este modo, si la verdad fuese tan sólo relativa (válida sólo en un
determinado contexto), podría darse el caso de que un mismo contenido de
conocimiento (una misma proposición) fuese simultáneamente verdadero y falso, lo
cual es contradictorio, absurdo.
A pesar de todo, hemos de reconocer un fondo de verdad en la actitud relativista. El
relativismo ha puesto de relieve el carácter limitado, precario, relativo de la aprehensión
cognoscitiva humana. El hombre, ni puede conocer toda verdad, ni el conocimiento por
él de ella es siempre puro, integral aséptico. Múltiples y variados factores impiden un
conocimiento semejante: la educación, el carácter, el temperamento, el medio, la
tradición, etc. Estos factores hacen que el número y tipo de verdades asequibles al
hombre sean relativas, (ya que sólo puede captar una pequeña porción), pero no la
verdad, que por sí misma es absoluta, universalmente válida. ]
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