7 de febrero de 2016 A las Parejas Casadas de la Arquidiócesis de Toronto: Con motivo de la celebración del Domingo del Matrimonio en la Arquidiócesis de Toronto, quisiera decirles a todas las parejas casadas que nos inspiran a través de su testimonio diario de fidelidad y lealtad. Su compromiso es una luz de esperanza que fortalece de muchas maneras nuestra comunidad de fe. En el otoño del 2015 participé en el Sínodo de la Familia en el Vaticano. Obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, incluyendo parejas casadas de todo del mundo, se reunieron para hablar de la importancia de la familia, de sus alegrías y de los muchos retos a los que la familia tiene que hacer frente en el mundo de hoy. En una sociedad que a menudo sugiere que el compromiso de por vida es imposible, muchos ven el matrimonio como contrapuesto a la cultura. Por eso es tan importante que la iglesia afiance y apoye a las parejas que cada día dicen “sí” a su relación. Nuestras discusiones en el Sínodo de la Familia incluyeron estrategias sobre cómo, además de nuestro apoyo con la oración, la iglesia puede ayudar a aquellos que han sufrido el dolor de una relación deshecha o la pérdida de un cónyuge. En nuestra arquidiócesis, tenemos numerosos programas en marcha para enriquecer el matrimonio, dar asesoramiento y brindar asistencia pastoral. No dude en ponerse en contacto con su parroquia local o visite www.archtoronto.org/marriage para más información sobre cómo acceder a estos servicios. También reconocemos la necesidad de inspirar y educar a los que se preparan para el matrimonio. En el año 2013, el Papa Francisco hablando a las parejas jóvenes dijo: “No tengan miedo de dar pasos definitivos, como el matrimonio: profundicen su amor, respetando sus tiempos y expresiones, recen y prepárense bien, y luego ¡confíen en que el Señor no los dejará solos! Háganlo entrar en su hogar como uno de la familia, ¡Él los sostendrá siempre!”. Pueden contar con mis oraciones y estar seguros de mi admiración por todas las parejas casadas de la Arquidiócesis de Toronto. Qué Dios continúe bendiciendo su matrimonio mientras crecen juntos en el amor. Sinceramente en Cristo, Cardenal Thomas Collins Arzobispo de Toronto