pautas para el maestro tutor

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DIRECCIÓN SECTORIAL
EDUCACIÓN DE ADULTOS
ANEP – CODICEN
El Rol del Maestro/Tutor en el Aprendizaje de Personas Jóvenes y Adultas
El maestro deberá en primera instancia conocer las características y necesidades
de sus estudiantes, para poder diseñar junto a ellos el plan de trabajo a seguir. Se
buscarán las estrategias más potentes. El docente actuará desde entonces como
mediador del proceso.
Todo participante viene con una vida personal y social que lo atraviesa y condiciona
en una dinámica que deberá ser atendida a la hora de estructurar su plan de estudio. A la luz de dicha realidad se propondrán días y horarios de trabajo, en un compromiso mutuo donde cada uno debe trabajar con responsabilidad para lograr los
objetivos propuestos.
El Plan de Trabajo
Este será el “organizador” del proceso de estudio. Allí deberá de contemplarse el
tiempo personal del participante con los objetivos acordados, en el marco de un
avance flexible.
Se establecerán fechas y horarios para las actividades de tutorías de las actividades
autónomas del/los participantes, para el estudio de materiales. Formular un cronograma de trabajo ayudará a la organización del proceso.
El maestro tutor encontrará una gran diversidad de saberes y requerimientos (ya
sean explícitos o no) en su grupo, que harán necesaria la adaptación, reelaboración
o resignificación de materiales y propuestas para presentar los más adecuados a
cada realidad.
La intervención del tutor será fundamental para mantener el interés y motivación del
estudiante, así como su confianza en su capacidad de resolver sus dificultades con
una actitud de autoconfianza.
Esto en un proceso de “empoderamiento”, de lograr gestionar sus propios aprendizajes, con la mediación de su tutor.
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El Trabajo Grupal
La inclusión de actividades grupales es muy importante en lo que hace a la construcción de conocimientos y la posibilidad de exponer sus saberes y opiniones, confrontar con los demás participantes y así profundizar y enriquecerse.
El maestro deberá propiciar las actividades de aprendizaje grupal, generando encuentros con el grupo para compartir dudas, construir conocimientos e intercambiar
comentarios. Así también las actividades que promuevan producciones grupales
estimularán el compromiso de los estudiantes, no sólo con su aprendizaje sino también con los de sus compañeros.
Será oportuno explicitar los criterios y estrategias para la evaluación.
Pautas para el Trabajo en Grupo
•
Se deberá planificar teniendo en cuenta cuál es el producto cognoscitivo que
se desea lograr y la utilidad del mismo en función de los contenidos de enseñanza.
•
Definir el proceso de actividades del grupo (qué deben realizar los participantes para alcanzar el resultado esperado).
•
Elaborar las pautas de trabajo. Se determinarán formas de realizar el trabajo,
manejo de los materiales, etc.
•
Establecer reglas básicas de participación. Pautar las producciones individuales dentro del grupo.
Evaluación
La evaluación debe tener por objetivo orientar y verificar el logro de aprendizajes
significativos.
Los participantes poseen determinadas características de independencia, autogestión y responsabilidad, por lo que la evaluación debe ser acorde a este sujeto y significativa para él.
La evaluación debe brindar información que permita inferir conclusiones sobre la
marcha y logros del proceso, tanto del maestro como del estudiante.
Al maestro la evaluación le permitirá:
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•
Identificar los conocimientos previos y los logros de la actuación de cada
participante.
•
Realizar adecuaciones metodológicas, de materiales, de organización de
los tiempos a lo largo del proceso del trabajo conjunto.
•
Determinar y ponderar los logros.
•
Ayudar a los estudiantes en su proceso de autoevaluación, para que pueda conocer y reconocer fortalezas y debilidades así como sus necesidades más perentorias, de acuerdo al contexto que lo rodea.
•
Replanificar las acciones a implementar.
•
Usar el error como punto de partida de aprendizajes significativos.
•
Certificar los aprendizajes realizados.
Globalización y Contextualización del proceso enseñanza-aprendizaje
Los acelerados avances de la ciencia y la tecnología han creado una nueva realidad, lo que se ha dado en llamar aldea global, imponiendo otras necesidades, formas de pensar, conductas y valores, rompiendo de algún modo formas de vida más
estáticas, como más quietas y perdurables en el tiempo.
El paradigma de la complejidad, del cambio vertiginoso, de una brecha digital que
se va ampliando, imponiendo nuevas demandas y necesidades, enfrenta a la educación al enorme desafío de dar respuesta a esta realidad y proyectarse al futuro.
Creemos que la forma de organizar la propuesta educativa, sin estar divorciados de
la realidad, es escuchar las demandas del grupo con que estamos trabajando. ¿Qué
saben?, ¿qué historias de vida tienen?, ¿qué necesitan de nosotros? Y deberíamos
dar mucha importancia al “qué necesitan”. La educación debe ser para el presente y
para el mañana, para la reflexión del diario vivir, para el trabajo, para hacerse de las
herramientas básicas que la vida nos está exigiendo, para estar informados de lo
que está pasando y para actuar en consecuencia. De ahí la importancia de conocer
la realidad de cada alumno que estamos acompañando en ese proceso en que estamos intentando enseñar, como dice el pedagogo Juan Carlos Tedesco, el complejo “oficio de aprender”.
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Desde allí y desde su entorno vital hay que buscar, y encontrar con ellos, esos temas que atraviesan la vida y que, siendo genéricos para todo ser humano, son diferentes y significativos en cada contexto.
Hablamos de temas transversales cuando:
•
No son considerados como contenidos específicos de un área curricular y se
alinean en otra dirección (en forma transversal) desbordando las áreas.
•
Cuando son planteados como núcleos u organizadores temáticos, en torno a
los cuales se trabajan todos los contenidos posibles, independiente que se
corresponda con un sector del aprendizaje u otro.
Las relaciones entre los contenidos las establecen los participantes, más allá de la
ayuda pedagógica que realice el docente.
Los aspectos globalizadores pasan por la forma de abordar las temáticas.
Tomar un objeto cualquiera: simbólico (la pobreza), o empírico (un ladrillo), e interpelarlo, implica ubicar a dicho objeto como objeto de conocimiento que le “hablará”
a los alumnos de los más diversos contenidos. Por ejemplo si un estudiante interpela a un “mate”, éste le hablará de la historia de la yerba mate, de los lugares donde
se cultiva, de su uso a través del tiempo desde la época indígena, de las costumbres en torno al consumo (ciencias sociales), de la forma y volumen del mate (matemática), de los conocimientos empleados en su construcción (tecnología), de las
propiedades medicinales de la infusión, etc. Todo esto expresado a través del lenguaje oral y escrito, mediante el uso de diferentes referentes textuales, empleando
diversos modos de registro (esquemas, resúmenes, soporte informático, etc.).
Por ejemplo el proyecto de erradicación de un basural en el barrio, trae aparejado la
búsqueda de información, la realización de registros, la secuenciación de informes,
el abordaje de temáticas implícitas tales como el ciclo vital, el agua y sus usos, el
cuidado del medio ambiente, la cadena alimenticia, la prevención de salud, la realización de planos y maquetas para presentar el caso, con las medidas y cálculos
que se deriven de ello y otras múltiples actividades entre las que se puede seleccionar para trabajar sobre ellas.
Maestra Inspectora Julia Cerredelo
Dirección Sectorial de Educación de Adultos
ANEP – CODICEN
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