LA TANATOPOLÍTICA Y SU VIOLENCIA Efectos subjetivos AMELIA

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LA TANATOPOLÍTICA Y SU VIOLENCIA
Efectos subjetivos
AMELIA HAYDEÉ IMRBRIANO
COMPILADORES
JOHN JAMES GÓMEZ Y CAROLINA LÓPEZ
SEPARATA:
Conferencia I
La violencia como grito amordazado
La violencia como consecuencia de una
crisis jurídica social según Pedro David
Han escuchado dos tangos. El primero Cambalache, fue compuesto en
1935 por Enrique Santos Discépolo, - un tango que durante toda la dictadura
militar estuvo prohibido-. El segundo, Al mundo le falta un tornillo, es compuesto
por José Aguilar y Enrique Cadícamo en 1928. Estos dos tangos, - que han
escuchado en la versión de Julio Sosa, uno de los grandes del tango de Buenos
Aires, de los que se llaman “Los grandes Varones del Tango”- , son de inicios del
siglo XX y, como ya han descubierto, sus temáticas son absolutamente actuales,
un siglo después. Es posible que esta noche, o quizás mañana, haga algunas
referencias a ellos, pues los he articulado - en un libro que se llama La odisea del
Siglo XXI (2006), publicado por Editorial Letra Viva- , para referirme a los aspectos
sociales, políticos, antropológicos de la globalización y he tenido el honor, que en
su segunda edición, la prologuista sea la Prof. Dra. Marta Gerez Ambertín,
Profesora del Doctorado en Psicología de la Universidad de Buenos Aires,
Directora del Doctorado en Psicología de la Universidad Nacional de Tucumán, y
Profesora Titular de Psicoanálisis Escuela Francesa, en la misma.
He titulado el seminario “La tánato-política y su violencia”. El tema me
interesa en su lógica estructural y también en lo particular de Latinoamérica. A
modo de epígrafe quiero recordar unos versos del Martín Fierro, el personaje
creado por José Hernández para organizar un relato sobre la reacción gaucha en
el momento en que el país iniciaba su modernización capitalista con un ingreso
superlativo de inmigrantes (1872-1879).
Los hermanos sean unidos
pues esa es la ley primera,
tengan unión verdadera,
en cualquier tiempo que sea,
pues si entre ellos pelean
los devoran los de ajuera.
José Hernández, La vuelta de Martín Fierro, v.
1160
La violencia como grito amordazado
Como latinoamericanos del siglo XXI nos toca vivir dolorosamente las
consecuencias de haber sido incorporados en la “aldea global”, cuestión que
implica un sufrimiento no menor: la pérdida de la dignidad. La violencia emergente,
por la cual somos “señalados, signados, nombrados”, es el grito, ya no
amordazado, de un sujeto que
quiere ser reconocido, que no tolera más ser
expoliado, que no tolera más el simulacro de la libertad pagando precios de
esclavitud.
Esta es la hipótesis de Pedro Rubén David, jurista y sociólogo
argentino, de la región de Tucumán, de quien tuve el gusto de ser alumna y con
quien trabajo desde los años 70. Él ha construido su vida interrogando la
problemática de la delincuencia juvenil en Latinoamérica -fue quien creó la
Comisión del Delito del Menor en las Naciones Unidas-. Su trabajo ha sido
publicado en numerosos libros, en donde fundamenta sus hipótesis con
muchísima documentación, entre ellos recomiendo dos: Globalización, prevención
del delito y justicia penal (1999) y Sociología criminal juvenil (2003). El autor
considera que Latinoamérica está afectada por el sufrimiento de haber sido
incorporada al mundo de los consumidores por su vertiente más álgida: la
producción de los invisibles –horrorosa imagen de los consumidos-, evidencia de
que el hombre latinoamericano ha sido expoliado de lo autóctono y con ello ha
sido arrebatado de su dignidad, siendo la violencia una forma de expresar el dolor
por esta pérdida, y hasta un modo de recupero, aunque “fallido”. Me referiré a
algunas de sus consideraciones pues constituyen el espíritu que me empuja a
aceptar programas académicos de intercambio, para la consideración y el debate
del tema que nos proponemos.
Pedro David reconoce la diversidad de las culturas latinoamericanas, y las
diferencias de los impactos históricos en la trama de su formación. Respecto de la
diversidad realiza un llamado al respeto a las diferencias, única posibilidad de
diálogo entre los diversos pueblos. También remarca las similitudes en virtud de
levantar una advertencia al estilo Martín Fierro. Quiero compartir con Uds. unos
párrafos de su autoría:
…sus habitantes, antes de encontrarse frente al europeo,
tienen un pasado dado por la experiencia primera de las
razas autóctonas […] sus civilizaciones habían manejado
con éxito el paisaje, la naturaleza y la sociedad. Hoy, a
cinco siglos del oficial descubrimiento de América […]
esas culturas […] están presentes […] y su presencia ya
no es muda, sino que constituye un interrogante del
hombre americano por su pasado, su presente y su futuro.
Luego del descubrimiento europeo, […] asistimos al
disgregamiento […] y todavía hoy se incrementan las
fronteras culturales y socioeconómicas (David, 2003:
167).
La violencia como consecuencia de una
crisis jurídica social según Pedro David
Para David, la violencia latinoamericana es consecuencia de una crisis del
orden jurídico social, en donde las actitudes de rebelión y violencia son una forma
de manifestación de rechazo al sistema jurídico social y una solicitud de
reconocimiento a la dignidad. Interpreta que la juventud se ha “convertido en
escenario de actos teñidos de toda violencia como un modo de construir una
aproximación mayor entre la letra de los preceptos, los valores a los que esos
mandatos apuntan, y las conductas reales y efectivas” (David, 2003: 171).
Considera que en todos los países latinoamericanos, más allá de sus
diferencias,
…de una manera infusa, pero real, una nueva
justicia se va haciendo patente, una justicia que no es
solamente permiso que da una clase o grupo a otra para
ejercitar
sus
derechos
fundamentalmente
el
y
su
tipo
reconocimiento
de
vida,
de
sino
nuevas
dignidades. (David, 2003: 169).
Toda América Latina sufre de la enorme discrepancia entre los recursos y
las posibilidades de algunos sectores, frente a la increíble imposibilidad y
desvalimiento de otros. Refiere:
Hoy, ofrece América, lugar para el hombre poseedor
ilimitadamente de los recursos de la cultura y de la
técnica, y para el hombre ilimitadamente transeúnte de su
miseria económico-social y cultural […] La técnica y la
civilización han puesto paradójicamente de relieve los
grandes problemas morales y sociales del hombre de
nuestro tiempo, […] hay un hombre de América que
confusamente presiente que existe un mundo que le
ofrece más apoyo, pero al cual él no puede llegar de
ninguna forma. (David, 2003: 170)
Nuestro jurista sociólogo, en un último capítulo titulado “Ideas para una
nueva América” del libro que comentamos (Sociología Criminal Juvenil), termina
realizando una petición a los pueblos latinoamericanos. Nos dice:
…son esenciales los puntos de acuerdo y de desacuerdo
cuando la honestidad preside la conversación, cuando el
mismo sentido de generosidad soporta las diferencias. […]
Esta
nueva
Latinoamérica
tendrá
que
reflejar
inevitablemente esa diversidad […] Los modos de lograr
esa articulación de perspectivas diferentes […] deben estar
inspirados en una participación, en una comprensión
primaria de las características de nuestros pueblos. Hay en
primer término, que desprenderse de la influencia negativa
de estereotipos y prejuicios que han estado dividiendo y
separando a los pueblos. […] es necesario abrazar con
generosidad la comprensión de las raíces de cada país en
su propio contexto histórico […] De esa manera evitaremos
juicios negativos de unos a otros; de ese modo podremos
cooperar y solidarizarnos en el trabajo de respetar una
identidad digna. […] Esto implica una nueva toma de
postura frente a nosotros mismos y ante el contexto de
nuestra realidad (David, 2003: 174).
Ahora, nuevamente, quiero agradecer a mis colegas latinoamericanos esta
invitación, motivo más que suficiente para que la posibilidad del acuerdo y el
desacuerdo
nos
permita
abrazarnos
en
una
producción
implicante:
la
interrogación respecto de la tánato-política latinoamericana.
Es necesario reconocer que, Latinoamérica, es un continente que está
logrando calificar patentes en lo que a violencia se refiere. Las cosas que ocurren
en Colombia no están lejanas a las que ocurren en Argentina, mi país. El mes
pasado (Noviembre de 2009) en Buenos Aires fueron asesinados, frente a la
puerta de su casa, nueve empresarios, lo que corresponde a un promedio de dos
asesinatos por semana. En todos los casos no quedó claro si el motivo era el robo
o si algún ajuste de cuentas. Estamos en una situación en donde la violencia está
más que consumada y ha pasado a cotidianizarse.
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