nuevas limitaciones al control de constitucionalidad

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NÚMERO 59 / OCTUBRE / 2012
NUEVAS LIMITACIONES AL CONTROL DE CONSTITUCIONALIDAD
2. ANTECEDENTES
1. NORMATIVA
Constitución:
Artículo 174, Inciso 1.‐ “La Corte Suprema de Justicia tendrá una Sala de lo Constitucional, a la cual corresponderá conocer y resolver las demandas de inconstitucionalidad de las leyes, decretos y reglamentos, los procesos de amparo, el hábeas corpus, las controversias entre el Órgano Legislativo y el Órgano Ejecutivo a que se refiere el Art. 138 y las causas mencionadas en la atribución 7 del Art. 182 de esta Constitución”.
‐Art. 131 Num. 5º y artículos 133 y siguientes, donde se regula el proceso de formación de ley. Anteproyecto de Ley Procesal Constitucional
Art. 1. “La presente ley tiene por objeto garantizar la supremacía de los principios constitucionales, el ejercicio pleno e irrestricto de los derechos fundamentales y el funcionamiento regular de los Órganos del Estado y entidades públicas, mediante la regulación de: […] c) La declaratoria de inconstitucionalidad de tratados, leyes, decretos, reglamentos y demás disposiciones de carácter general…”.
La Asamblea Legislativa ha iniciado un proceso para reformar la Ley de Procedimientos Constitucionales (Ley Pr. Cn.) actualmente vigente, que data de 1960. Dicho proceso incluye una convocatoria pública para que la sociedad salvadoreña manifieste su opinión con respecto a la sustitución que desea hacer de la Ley Pr. Cn. y para que formule sus propuestas, en un plazo relativamente breve.[1]
Coincidimos en que la Ley de Procedimientos Constitucionales requiere una reforma integral; sin embargo, consideramos que: a) la misma debe hacerse a través de una discusión amplia, técnica y acuciosa de los contenidos que es necesario incluir y/o modernizar; b) el anteproyecto en referencia contiene una variedad de elementos
que deberían revisarse detenidamente, aun cuando los mismos no serán examinados en esta publicación ya que serán analizados en un próximo Boletín de Estudios Legales, como por ejemplo la carencia de armonía del proyecto con la nueva legislación procesal civil y mercantil, incluyendo figuras derogadas como el proceso de mero derecho o la prohibición de absolución de posiciones, pero dejando fuera elementos de oralidad y otros principios procesales modernos. (
Nos referimos en esta Posición Institucional solo al preocupante tema de que uno de los propósitos de esta iniciativa de reforma, sea la aprobación de una nueva ley que venga a limitar de forma inconstitucional las actuaciones de la Sala de lo Constitucional, lo cual constituiría un nuevo intento para pretender limitar el control de constitucionalidad, tal como ya sucedió con el Decreto 743, así como con el intento de trasladar a un magistrado de la Sala de lo Constitucional a otra Sala, y con la presentación de una demanda ante la Corte Centroamericana de Justicia con el objeto de no cumplir dos fallos de dicha Sala, que precisamente vinieron a declarar la inconstitucionalidad de la elección de magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Dichos intentos afectaron el Estado de Derecho, pero no prosperaron debido, en gran parte, a la defensa de la institucionalidad que llevó a cabo de forma valiente la sociedad civil.
3. ANÁLISIS
En el constitucionalismo moderno se reconoce la validez de dos supuestos intrínsecamente relacionados: la superioridad de la norma constitucional en el sistema de fuentes, y la necesidad de crear mecanismos que garanticen esta superioridad. El Salvador no es la excepción: el Art. 246 Cn. consigna expresamente la superioridad de la Constitución sobre cualquier otra norma y el citado artículo 174 de la Constitución indica el órgano y los procedimientos a través de los cuales deberá
garantizarse dicha superioridad, aunque también existan otras disposiciones complementarias, a las que no corresponde aludir en este documento.
[1] www.asamblea.gob.sv/proyecto‐LPRC
NÚMERO 59 / OCTUBRE / 2012
Por otra parte, en una forma de gobierno ”republicano, democrático y representativo” el carácter pleno y expansivo del control de constitucionalidad de todos los ámbitos de la actividad pública, sea constitutiva de actos concretos o de disposiciones con carácter general, representa una garantía natural de dicho sistema, en la medida que habilita el control de la delegación de poder otorgada por los salvadoreños. La ampliación del control de constitucionalidad a la mayor parte de las actuaciones de los funcionarios en sus distintas manifestaciones, también garantiza la superioridad real de la Constitución, en la medida que combate sus transgresiones en todas sus manifestaciones. Este control pleno y extenso también fortalece la democracia puesto que habilita una mayor fiscalización y rendición de cuentas de los servidores públicos.
En ese sentido, es indispensable que una Ley de Procedimientos Constitucionales o Ley Procesal Constitucional moderna consigne un control pleno de la constitucionalidad de los actos y normas emitidos por los funcionarios públicos, en la medida que ello fortalece la defensa de la Constitución y la democracia en nuestro país. En el proyecto que la Asamblea Legislativa ha sometido a discusión se advierte la intención contraria, es decir, una reducción de los ámbitos de actuación que la Sala de lo Constitucional podría controlar. En el artículo 1 del proyecto de Ley Pr. Cn. se ha introducido una disposición que limita el control de constitucionalidad exclusivamente a “disposiciones de carácter general”. Es decir, solo al control de leyes, reglamentos, ordenanzas y otras normas jurídicas. La aprobación de una propuesta de esta naturaleza inhibiría a la Sala para controlar la constitucionalidad de los actos de aplicación directa de la Constitución, como por ejemplo, las elecciones de magistrados de la Corte Suprema de Justicia, del Fiscal General de la República, del Tribunal Supremo Electoral, y magistrados de la Corte de Cuentas de la República, entre otros. Es importante que la Sala también pueda revisar la constitucionalidad de estos actos que, sin ser normas generales, también pueden violar la Ley Suprema utilizando para ello los diversos criterios de interpretación. Estos deben ser amplios, siempre que respeten su límite consistente en no reformar la Constitución, pues para ello ya existe un procedimiento legislativo preestablecido en la misma Ley Suprema. La aprobación de una Ley Procesal Constitucional que fomente ámbitos de actividad pública exentos de control, no solo contradice el carácter supremo de la Constitución, sino que constituye una propuesta antidemocrática que, lejos de fortalecer la institucionalidad que tanto nos ha costado construir en los últimos 20 años, constituiría un retroceso que abriría la puerta para la arbitrariedad y los abusos, en la medida que estaría permitiendo que algunas actuaciones públicas no sean controladas en sede constitucional.
RECOMENDACIONES
™Es necesario e importante modernizar la actual Ley de Procedimientos Constitucionales, pero es igualmente necesario que dicho proceso de reforma se haga con suficiente tiempo y se incluyan discusiones de carácter académico con especialistas en derecho procesal constitucional.
™La reforma a la actual Ley de Procedimientos Constitucionales no debe utilizarse como un intento más por limitar indebidamente el control de constitucionalidad que ejerce la Sala de lo Constitucional.
™Los ámbitos de actividad pública exentos de control atentan en contra del carácter supremo de la Constitución y de nuestro sistema democrático, por lo que la nueva normativa debe ser coherente con la idea de que son controlables en sede constitucional todas las actuaciones susceptibles de afectar la Ley Fundamental. ™Este proyecto de Ley Procesal Constitucional debe rechazarse por contrariar la Constitución.
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