“2012 - Año de Homenaje al doctor D. MANUEL BELGRANO” Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas Tomates al desnudo: revelaron el genoma completo El hallazgo es la conclusión de un trabajo entre instituciones de diversos países que comenzó en 2004. Se publicó ayer en revista Nature. Buenos Aires, 31 de mayo de 2012 – Las líneas de investigación que se abren son muchas: cómo fue la historia evolutiva hasta convertirse en lo que hoy conocemos como tomate, cómo se comportan sus genes, y más. Todo esto, con el objetivo de develar los secretos mejor guardados de una de las hortalizas más consumidas del mundo: el tomate. Tras la formación de un consorcio internacional integrado por 57 laboratorios y empresas de diversos países, se iniciaron en 2004 distintas investigaciones en pos de desentrañar la información genética que guarda esta especie. Sumadas, las conclusiones dieron como resultado la secuenciación del genoma completo, que se publicó ayer en la revista Nature. El único participante argentino en este proyecto es el Laboratorio de Genómica Estructural y Funcional de Solanáceas del Instituto de Biotecnología del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). “El trabajo es en realidad mucho más amplio, y lo que se difunde ahora es una parte de las conclusiones, que consiste en el análisis del genoma completo. Como cada grupo de trabajo se concentró en el estudio de un fragmento distinto, ya se han obtenido y publicado otros resultados parciales, y habrá más en el futuro”, explica Fernando Carrari, a la cabeza de la investigación llevada a cabo en el INTA. Concretamente, en su laboratorio se secuenció el genoma completo de la mitocondria y se identificaron los genes que están codificados en su ADN. En el paper de Nature se describe la estructura del genoma, lo cual permitió elaborar hipótesis sobre su evolución, y entender por qué hoy el tomate es un tomate y no una papa, u otra especie intermedia en términos evolutivos. “Lo novedoso del trabajo es que, además de la secuencia del genoma, también intenta explicar cómo funcionan ciertas porciones del mismo, por ejemplo los genes que le dan el color o la forma a los frutos”, comenta Carrari, biólogo e investigador del CONICET. “Yo estuve trabajando en Alemania sobre el metabolismo mitocondrial, y al regresar al país mi laboratorio continuó el estudio en el tema, de gran importancia teniendo en cuenta el valor agronómico que tiene el producto”, señaló el especialista. Junto con un grupo de colaboradores, Carrari descifró el genoma completo de la mitocondria, una de las partes de la célula, formada además por el núcleo y los cloroplastos. Cada una de estas partes posee diferente información genética que, en conjunto, conforma el genoma de la célula del tomate. Sus pruebas les revelaron que estos genomas son muy dinámicos y puede haber intercambio de ADN entre los distintos compartimentos, como pasar de la mitocondria al núcleo o viceversa, por ejemplo. Ahora, quieren saber qué “2012 - Año de Homenaje al doctor D. MANUEL BELGRANO” consecuencias tienen esos movimientos para el funcionamiento de las células. También, y en paralelo al trabajo con el consorcio mencionado, buscan averiguar cómo funcionan los genes involucrados en la producción de vitamina E. “Si bien el tomate no aporta demasiada, esa cantidad se podría aumentar si conociéramos cómo se regula la producción de esta vitamina”, señala el especialista. Especies y variabilidad Junto con otras instituciones nacionales, el mismo laboratorio también lleva adelante un proyecto para determinar la variabilidad genética que existe entre los tomates cultivados en el país. “Especies y cultivares tenemos cientos, categorizadas por zona de colecta, pero eso no quiere decir que todos ellos sean diferentes en su ADN, ya que en algunos casos sucede que el ambiente influye o modula un mismo genoma”, agrega Carrari. Para finalizar, el investigador destaca que “como el área de origen de esta hortaliza es América, desde México hasta el norte argentino, es muy importante que este tipo de esfuerzos se realicen en laboratorios locales y regionales, porque para poder explotar racionalmente los recursos genéticos nativos es preciso, primero, conocerlos en profundidad”. En la Argentina “De las 540.000 ha que ocupa el cultivo de hortalizas en nuestro país, 17 mil corresponden al tomate, la segunda más consumida después de la papa”, cuenta el ingeniero Cosme Argerich, desde la Estación Experimental Agropecuaria La Consulta del INTA. En ese sentido, destaca que “hay una tendencia mundial hacia el incremento del consumo por sus propiedades benéficas a la salud”. El especialista también señala que las zonas más productivas en Argentina son Cuyo, el NOA, La Plata y el NEA. Por su parte, desde el mismo instituto, la ingeniera Natalia Aquindo precisa que cada argentino consume un promedio de 12 kg de tomate industrializado al año, y unos 25 kg del producto fresco. “En algunas comunidades aisladas, especialmente en la zona cordillerana del norte, se producen semillas de cultivares mantenidas durante mucho tiempo. Algunas se denominan ‘tomates criollos’, y pueden tener diferentes fuentes de origen. Sin embargo, no se consiguen en verdulerías”, subraya. Acerca del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas Con más de 50 años de existencia, el CONICET trabaja junto al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación en la transferencia de conocimientos y de tecnología a los diferentes actores que componen la sociedad y que se expresan en ella. Su presencia nacional se materializa en: “2012 - Año de Homenaje al doctor D. MANUEL BELGRANO” Presupuesto: con un crecimiento de 9 veces para el período 2003 - 2012, pasó de $ 236.000.000 a $ 2.085.000.000. Obras: el plan de infraestructura contempla la construcción de 88 mil m2 con una inversión de $ 315.000.000. De las 54 obras proyectadas, 30 ya están finalizadas. Los aportes provienen de fondos CONICET y del Plan Federal de Infraestructura I y II del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. Crecimiento: en poco más de 5 años se duplicó el número de investigadores y cuadruplicó el de becarios, con una marcada mejoría de los estipendios de las becas y los niveles salariales del personal científico y técnico, en sus diferentes categorías. Carrera de Investigador: actualmente cuenta con 6.939 investigadores, donde el 49% son mujeres y el 51% hombres. Este crecimiento favoreció el retorno de científicos argentinos radicados en el exterior. Becas: se pasó de 4.713 becarios, en 2006, a 8.801 en 2011. El 80% del Programa de Formación se destina a financiar becas de postgrado para la obtención de doctorados en todas las disciplinas. El 20% restante a fortalecer la capacidad de investigación de jóvenes doctores con becas post-doctorales, que experimentó un crecimiento del 500% en la última década. Para más información de prensa comuníquese con: [email protected] (+ 54 11) 5983-1214/16