LA PRÁCTICA EN IMAGINACIÓN Autora: Rocío Parrado Parrado Responsable del Grupo de Trabajo de Psicología del Deporte de la Delegación de Córdoba del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental. En este artículo me gustaría hacer hincapié en una técnica muy usada entre los psicólogos deportivos que es “La Práctica en Imaginación” o “Práctica Imaginada”. Consiste en imaginarnos los más real y vívidamente posible, realizando un movimiento o actividad deportiva (por ejemplo: realizando un tiro libre, un penalti, una técnica de pierna, lazando un directo, haciendo un saque, etc.). Para poder realizarla adecuadamente hay que hacer un entrenamiento en imaginación previo con la persona, ya que para que esta técnica funcione no hay que ponerse a pensar en eso y ya está, sino que la experiencia tiene que ser los más real posible. La base científica que la respalda se encuentra dentro de las teorías llamadas “Teorías Psiconeuromusculares”; en las que, cuando nos imaginamos realizando un movimiento, se ha detectado una actividad eléctrica cerebral y muscular similar a cuando la estamos realizando activamente. Esto ha llevado a los profesionales a utilizar dicha técnica para muchos aspectos dentro del deporte como para: - Aprender o mejorar destrezas físicas. Practicar estrategias de ataque y defensa. Control de variables fisiológicas y psicológicas. Recuerdo y control de emociones Para mejorar la concentración Para mejorar la rehabilitación Es interesante pararse más detenidamente en este último apartado donde ésta técnica tiene un papel muy importante. Como se mencionó en un artículo pasado de las lesiones deportivas, un deportista después de una lesión, puede presentar una actitud negativa, que puede alargar el periodo de rehabilitación, así como un retorno “traumático” a la competición. Se ha comprobado que al practicar este método de imaginación , ha ayudado a establecer esa actitud positiva hacia la recuperación, por medio de imaginarse realizando otra vez la actividad, volviendo a competir, reviviendo las emociones positivas que antes les hacía realizar dicha activad, etc. Esto hace que el deportista no sólo se centre en los aspectos negativos de la lesión (cosa que suele ocurrir), sino que le hacemos que viva intensamente el porqué practica ese deporte, que se vea realizando movimientos que siempre ha realizado sin problemas, que se vea volviendo a sentir lo positivo y bonito de la actividad deportiva. Lo que se intenta es cambiar los pensamientos negativos y catastrofistas por otras cogniciones más adecuadas, además de los efectos positivos psiconeuromusculares.