TRABAJO FIN DE GRADO Título La protección jurídica de la marca renombrada Autor/es Patricia Nsono Obama Director/es Susana Pérez Escalona Facultad Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales Titulación Grado en Derecho Departamento Curso Académico 2014-2015 La protección jurídica de la marca renombrada, trabajo fin de grado de Patricia Nsono Obama, dirigido por Susana Pérez Escalona (publicado por la Universidad de La Rioja), se difunde bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported. Permisos que vayan más allá de lo cubierto por esta licencia pueden solicitarse a los titulares del copyright. © © El autor Universidad de La Rioja, Servicio de Publicaciones, 2015 publicaciones.unirioja.es E-mail: [email protected] TRABAJO DE FIN DE GRADO LA PROTECCIÓN JURÍDICA DE LA MARCA RENOMBRADA PATRICIA NSONO OBAMA Dirigido por la Prof. Dra. Dª. Susana Pérez Escalona GRADO EN DERECHO FACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS Y SOCIALES AÑO ACADÉMICO 2014-2015 ‘‘Las leyes son siempre útiles para las personas que tienen bienes, y dañinas para los desposeídos’’. (Jean-Jacques Rousseau) ÍNDICE RESUMEN ____________________________________________________________ 4 ABSTRACT ____________________________________________________________ 5 LISTADO DE ABREVIATURAS _____________________________________________ 6 1. INTRODUCCIÓN _____________________________________________________ 7 2. DELIMITACIÓN JURÍDICA DEL SISTEMA DE MARCAS ________________________ 9 2.1 Legislación aplicable al Sistema de Marcas __________________________________ 13 2.2 La Marca _____________________________________________________________ 15 2.3 La adquisición del derecho sobre la Marca __________________________________ 16 2.4 El Concepto de Marca Notoria ____________________________________________ 17 2.4.1 Antecedentes: Ley 32/1988 __________________________________________________ 17 2.4.2 La marca notoria en la actualidad: Ley 17/2001 __________________________________ 20 2.4.3 La prueba del carácter notorio de la marca ______________________________________ 24 3. LA PROTECCIÓN DE LA MARCA RENOMBRADA EN EL ORDENAMIENTO ESPAÑOL 25 3.1 Preliminar ____________________________________________________________ 25 3.2 La Protección Jurídica de la Marca Renombrada: de La Ley de Marcas de 1988 a la Ley de Marcas de 2001 ________________________________________________________ 25 3.2.1 Artículos relativos a la marca renombrada dentro de la nueva Ley de Marcas __________ 28 3.2.2 La prueba del carácter renombrado de la marca __________________________________ 30 3.3 La Protección Jurídica de la Marca Renombrada en la Ley de Competencia Desleal _ 31 3.3.1 Actos de Confusión _________________________________________________________ 31 3.3.2 Explotación de la reputación _________________________________________________ 33 4. LA PROTECCIÓN DE LA MARCA RENOMBRADA FRENTE A LAS CONDUCTAS LESIVAS DE SU RENOMBRE: RIESGO DE VULGARIZACIÓN ____________________________ 35 4.1 Las conductas lesivas del renombre de la marca _____________________________ 35 4.2 Riesgo de vulgarización _________________________________________________ 38 5. CONCLUSIONES ____________________________________________________ 41 6. BIBLIOGRAFÍA______________________________________________________ 42 RESUMEN En los años 80, a medida que el distinguir en el mercado los productos o mercado iba creciendo poco a poco en servicios de una empresa de los de nuestro país, de forma proporcional, otra’’. Pero ante este nuevo panorama disminuía económico: la presencia del sector ¿cuáles eran las dedicado expectativas en materia de marcas? En principalmente a la agricultura y la respuesta a esta cuestión, podemos decir ganadería– e iba cobrando un mayor que en aquel momento el objetivo protagonismo el sector secundario y principal era proporcionar una mayor terciario –aquellos dedicados a la protección a todas aquellas empresas industria y los servicios–. Esta paulatina que a través de una buena imagen de renovación provocó el aumento de las marca, lograban diferenciarse y gestar transacciones comerciales y en general, una ventaja competitiva respecto de las que se demás empresas competidoras; dicho de economía otro modo, los titulares de marcas globalizada. Por ello, papel de las renombradas comenzaban a tener la marcas como signo distintivo más necesidad de una regulación jurídica en importante de las empresas comenzaba materia de marcas más sólida que la a ser latente debido a que las empresas existente en la Ley de Marcas de 1988. necesitaban una herramienta ‘segura’ El presente trabajo pretende delimitar con la que diferenciarse las unas de las qué es una marca renombrada, cuál es otras. Dicha herramienta es lo que su actual protección y cuál fue la conocemos jurídicamente como marca, génesis de la reforma de la Ley de ‘‘cualquier Marcas. primario la –sector economía transformase en signo española una susceptible de representación gráfica, que sirve para 4 ABSTRACT In the 1980s, as the market continued to differentiates it from other companies in proportionally grow slowly in our the market.” But in this new economic country, the presence of the primary landscape: What were the expectations private sector continued to decrease - a for brands? In response to this question, sector primarily dedicated to agriculture we can say that at that particular time, and livestock - while the secondary and the main objective was to provide tertiary sectors – sectors primarily greater dedicated service companies that through a good brand industries – gained prominence. This image were able to differentiate and gradual renewal led to a general managed to gestate a competitive increase in commercial transactions, advantage over their competitors. allowing the Spanish economy to other words, holders of renowned transform into a globalized economy. brands began to be in need of more As a result, the role of brands as the solid legal regulation stronger than that most important hallmark of companies which existed in the Trademarks Act of began to become latent and a “safer” 1988. This work aims to define what is tool was needed for companies to a renowned brand, what is its current differentiate from one another. This tool protection statute, and what was the is what is known legally as “brand,” “a genesis for the reform of the Trademark type of product or service manufactured Act. to tertiary and protection for all those In or offered by a particular company under a particular name or sign that 5 LISTADO DE ABREVIATURAS ADPIC Acuerdo sobre Aspectos de Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio y el Tratado sobre el Derecho de Marcas ANDEMA Asociación Nacional para la defensa de la Marca ART. Artículo ARTS. Artículos BGH Bundesgerichtshof - Tribunal Supremo de Alemania CCAA Comunidades Autónomas CUP Convenio de la Unión de París DM Primera Directiva del Consejo de 21 de diciembre de 1988 EEUU Estados Unidos EPI Estatuto sobre Propiedad Industrial LCD Ley de Competencia Desleal LEC Ley de Enjuiciamiento Civil LMa/1988 Ley 32/1988, de 10 de noviembre, de Marcas LMa/2001 Ley 17/2001, de 7 de diciembre, de Marcas OEPM Oficina Española de Patentes y Marcas PÁG. Página PÁGS. Páginas SBGH Sentencia del Bundesgerichtshof STC Sentencia del Tribunal Constitucional STJCE Sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas STS Sentencia del Tribunal Supremo 6 1. INTRODUCCIÓN La Ley 17/2001, de 7 de Diciembre, de Marcas ofrece una especial protección tanto para las marcas notorias como para las renombradas; para introducirse en la materia conviene hacerse una pregunta, ¿por qué se deben proteger las marcas notorias y las marcas renombradas?. La presencia de signos distintivos (marca, nombre comercial y rótulo de establecimiento) está muy influenciada por la existencia de un sistema competitivo de mercado; a través del mismo, las empresas tienen capacidad de diferenciación y de potenciar la imagen de marca que ofrecen a todos los participantes en el mercado, con sus productos. Para desarrollar este sistema competitivo del que hablamos, es de gran importancia que los consumidores y clientes potenciales puedan identificar a las empresas partícipes en el mercado, y así diferenciarlas de las competidoras. Toda vez que una empresa cuenta con una ventaja competitiva respecto a otra, se entiende que está ofreciendo beneficios a los consumidores y podrá llegar a crear multitud de relaciones de clientela gracias a ello. Así pues, tal como señala el profesor BERCOVITZ, ‘‘sin los signos distintivos de la empresa no es posible la competencia, ni tampoco la existencia de una economía de mercado’’1 Expuesto este ámbito, ya es posible dar respuesta a la cuestión que nos plateábamos inicialmente. La protección de marcas notorias y renombradas es necesaria, en tanto que es ineludible la presencia de un instrumento que proteja la distintividad que las empresas han ido ganando a lo largo de los años con la mejora de sus prestaciones. Antes de la reforma de la Ley en 1988, ya se abogaba por una protección extraordinaria a la marca renombrada derivada de la trascendencia comercial y utilidad económica con la que cuenta esta tipología de marca. La importancia de la marca renombrada como signo distintivo de carácter valioso, radica en la función comunicativa que integra la misma. De manera que tiene la facultad de ofrecer al consumidor información sobre el producto y sobre el oferente del producto. 1 BERCOVITZ RODRÍGUEZ – CANO, A., ‘‘Competencia económica, signos distintivos y patentes’’. En Introducción a las Marcas y otros Signos Distintivos en el Tráfico Económico, Aranzadi, Navarra, 2002, pág. 22. 7 Por otra parte, puede decirse que la marca sirve de nexo entre el producto o servicio y el consumidor, en la medida en que si dicho consumidor compra en sucesivas ocasiones, será capaz de identificar la marca sin necesidad de información adicional debido a que ya tendrá creada una imagen de producto asociada a un concreto empresario y a un concreto nivel de calidad en cuanto a los productos o servicios. Es de gran relevancia la capacidad de diferenciación que obtiene la marca de alto renombre a través de vías como: la publicidad y la información; dicho de otro modo, la marca renombrada tiene la capacidad de ofrecer valores simbólicos diferenciados en el mercado, con los que el titular de la marca – el empresario - , alcanza ese característico éxito comercial y reputación con los que normalmente cuentan las marcas de este tipo. Para el cliente que se dirige a un establecimiento a comprar, el hecho de tener libre acceso a la información sobre la marca, será de su interés en la medida en que desee satisfacer sus necesidades. Es por ello por lo que se defendía un sistema en el que en primer lugar, la información fuese accesible a todos los operadores. En segundo lugar, un sistema en el que se potenciase la transparencia del mercado y en tercer y último lugar, un sistema en el que se establecieran los mecanismos jurídicos convenientes para evitar la utilización no autorizada de la marca por parte de terceros no titulares de la misma.2 Expuesto este ámbito ya podemos dar respuesta a la cuestión principal que nos planteábamos al inicio. La protección de las marcas renombradas (y notorias) es imprescindible la existencia de un instrumento que proteja la distintividad que las empresas se han ganado con la mejora de sus prestaciones. En este sentido, puede decirse que ‘‘la marca no es sino a representación exterior, en el mercado, de la realidad empresarial’’3. Por todo lo anteriormente dicho, en el presente trabajo se va a tratar la especial protección que finalmente se le dio a la marca renombrada con la entrada en vigor de la actual Ley de Marcas (en reforma de la Ley 32/1988 de 10 de Noviembre); así también se examinarán aspectos concretos de esa protección jurídica, como pueden ser los criterios de prohibición que rigen para este tipo de marcas, la caducidad, nulidad y vulgarización de las mismas. 2 MONTEAGUDO, M., ‘‘La protección de la Marca Renombrada’’, Civitas, Madrid, 1995, págs. 49-85. DE JAVIER ESTEBAN, L., ‘‘La protección de la marca notoria y la marca renombrada. Evolución del tratamiento jurisprudencial’’. En Estudios de derecho judicial, nº 99, 2006, pág. 250. 3 8 2. DELIMITACIÓN JURÍDICA DEL SISTEMA DE MARCAS A modo de prólogo, es adecuado hacer referencia a las principales figuras registrales de propiedad industrial existentes. Como hemos mencionado en la introducción, los signos distintivos forman parte de la realidad empresarial. Los tipos de signos distintivos de una empresa pueden ser tres: la marca, el nombre comercial y el rótulo de establecimiento. El elemento principal que en el presente trabajo nos interesa es la marca, que sirve para identificar los productos y servicios que ofrecen las empresas. Como concepto teórico de marca, la LMa (en este sentido nos referimos a la de 2001) establece que es aquel ‘‘signo susceptible de representación gráfica que sirva para distinguir en el mercado los productos o servicios de una empresa de los de otras’’4. En cuanto a los otros signos distintivos mencionados tienen su importancia en la medida en que sirven para denominar la actividad de un empresario e identificar a éste en el tráfico mercantil – nombre comercial - sencillamente es el nombre con el un empresario quiere que sus clientes le conozcan en el mercado. Asimismo, el rótulo sirve para identificar el local en el que se llevan a cabo las actividades comerciales que la empresa desarrolla. Llegados a este punto, podemos cuestionarnos cuál es la diferencia entre una marca en sentido genérico y la marca objeto de estudio en este trabajo, la marca renombrada. La marca renombrada tiene unas características que la hacen especial y diferente respecto de una marca ‘normal’. A estos efectos, MONTEAGUDO5 afirma que la marca renombrada es ‘‘entendida como aquel signo que atesora una elevada dosis de reputación y prestigio’’, es decir, está caracterizada por los criterios de notoriedad y reputación. La notoriedad es el reconocimiento del signo por parte de un número elevado de consumidores. Por tanto, un signo distintivo es renombrado cuando goza de una gran popularidad y reputación entre el público en general. Así lo dice al art. 8.3.de la LMa que concretaremos en el apartado 2.5 del presente trabajo. La reputación es la fama o prestigio con el que cuenta el signo distintivo; es el valor añadido del signo. 4 5 Ley 17/2001, de 7 de Diciembre, de Marcas, Artículo 4. MONTEAGUDO, M., ‘‘La protección de la Marca Renombrada’’, Civitas, Madrid, 1995, pág. 45. 9 La marca renombrada posee una protección extraordinaria, pues se prohíbe que se registren signos idénticos o similares a marcas renombradas (y notorias), aun cuando se trate de productos o servicios no relacionados con esa marca. Este ius prohibendi es conferido al titular de la marca. Esta protección supone una ruptura total con el principio de especialidad6 - principio fundamental en el sistema de marcas – puesto que va más allá del mismo, y no se requiere que el conflicto verse sobre productos o servicios del mismo tipo para disfrutar de esa protección absoluta. En opinión de GONZÁLEZ-BUENO, la ruptura con el principio de especialidad se da desde el momento en que las marcas notorias y renombradas adquieren protección ‘‘para productos o servicios que no sean similares a los protegidos por dichos signos anteriores’’7. Dicho de otro modo, la LMa establece que ‘‘no podrá registrarse como marca un signo que sea idéntico o semejante a una marca o nombre comercial anteriores aunque se solicite su registro para productos o servicios que no sean similares a los protegidos por dichos signos anteriores cuando, por ser éstos notorios o renombrados en España, el uso de esa marca pueda indicar una conexión entre los productos o servicios amparados por la misma y el titular de aquellos signos o, en general, cuando ese uso, realizado sin justa causa, pueda implicar un aprovechamiento indebido o un menoscabo del carácter 6 Ley 17/2001, de 7 de Diciembre, de Marcas, Artículo 6 y 7 Dicen respectivamente lo siguiente: ‘‘Art. 6 No podrán registrarse como marcas los signos: a) Que sean idénticos a una marca anterior que designe productos o servicios idénticos b) Que, por ser idénticos o semejantes a una marca anterior y por ser idénticos o similares los productos o servicios que designan, exista un riesgo de confusión en el público; el riesgo de confusión incluye el riesgo de asociación con la marca anterior. ’’ ‘‘Art. 7 No podrán registrarse como marcas los signos: a) Que sean idénticos a un nombre comercial anterior que designe actividades idénticas a los productos o servicios para los que se solicita la marca. b) Que por ser idénticos o semejantes a un nombre comercial anterior y por ser idénticas o similares las actividades que designa a los productos o servicios para los que se solicita la marca, exista un riesgo de confusión en el público; el riesgo de confusión incluye el riesgo de asociación con el nombre comercial anterior. ’’. 7 GONZÁLEZ-BUENO, C., J., ‘‘Marcas notorias y renombradas en la Ley y la Jurisprudencia’’, La Ley, Madrid, 2005, pág. 194. 10 distintivo o de la notoriedad o renombre de dichos signos anteriores’’8. Es en el artículo 88 en el que se establece la prohibición de registro de estos signos distintivos. Algunas de las marcas renombradas más relevantes en España son: Coca-Cola, El Corte Inglés, Iberia o Zara. Respecto de esta última hay una sentencia del Tribunal Supremo (STS de 2 de junio de 2014, RC 2198/2012), en la que se examina la protección específica y reforzada de la marca ‘Zara’ y se impide registrar el nombre comercial ‘Viajes ZaraTours vacaciones y ocio’. En dicha sentencia, el TS considera que se infringen los artículos 6.1 b), 88 c) y 8 de la LMa. El Tribunal afirma que la existencia de recursos desestimatorios (antecedentes de hecho de la sentencia) es consecuencia de la no aplicación de la prohibición especial de la que gozan las marcas renombradas. La sala de lo contencioso-administrativo de TS no comparte los argumentos de la Sala de instancia y los califica de erróneos ya que la inclusión del término ‘ZARA’ para designar actividades relacionadas con la organización de viajes atrae la atención del gran público, y tal y como se afirma en la sentencia genera ‘‘riesgo de confusión sobre la procedencia empresarial de los servicios ofrecidos, y, por ende, riesgo de asociación’’. En efecto, el Tribunal considera que no es válido el registro del nombre comercial ‘Viajes ZaraTours vacaciones y ocio’ por dos razones: a) Zara es marca renombrada porque reúne las condiciones para serlo, notoriedad y reputación; y en base al artículo 8 de la LMa tiene una protección ampliada ante el uso de su denominación por parte de terceros. b) Existe al menos uno de los tres tipos de riesgo que contempla el artículo 8, en este caso, riesgo de dilución de la reputación, pudiendo llegar a implicar un aprovechamiento indebido de la reputación o notoriedad de Zara. Sostiene la sentencia lo siguiente: ‘‘cabe entender que se produce sin justa causa un aprovechamiento indebido de la reputación de los signos registrados prioritariamente, en la medida que cabe inferir que 8 Ley 17/2001, de 7 de Diciembre, de Marcas, el Artículo 8.1. 11 el público pertinente confundirá la procedencia empresarial de las actividades ofrecidas, experimente una atracción particular sobre los servicios de la empresa VIAJES ZARATOURS VACACIONES Y OCIO, S.L., amparados en el nombre comercial impugnado.’’ Por todo ello, se anula el registro de ‘Zaratours’ como nombre comercial, por ser contrario a la protección reforzada de la marca renombrada ‘Zara’. Es abundante la jurisprudencia relativa al nombre comercial ‘Zara’; otra sentencia que merece la pena comentar es la STS 823 6/2004 de 20 de diciembre de 2004, RC 1315/2002, en la que se llega a la conclusión de que Zara es marca renombrada por contar con los dos elementos que caracterizan a éste tipo de marcas (las ya mencionadas reputación y notoriedad) y porque su gran importancia económica tanto en el mercado nacional como en el internacional, es apreciable por parte de cualquier consumidor medio mínimamente informado. En la STS 3746/2010 de 17 de julio de 2010, RC 5504/2009 se establece un criterio para comprobar si efectivamente se induce a error al consumidor, ante el uso del término ‘Zara’ por parte de una marca ajena a ‘Inditex’; la sentencia dice que dependerá de si ‘‘la utilización del término ‘zara’ en la marca solicitada es tan relevante que minimiza los otros caracteres diferenciales’’, haciendo así, que se asocie la marca ajena con la marca renombrada y se crea que los servicios de una son ofrecidos por la misma empresa que la otra – Inditex- . En la STS de 21 de enero de 2008, RC 957/2005 se trataba la controversia existente a causa del registro como marca de la denominación ‘ZARATOS’ también relacionada con la prestación de servicios relacionados con la organización de viajes. El TS considera que un consumidor medio mínimamente informado corre el riesgo de asociar la marca ‘ZARATOS’ con la marca renombrada ‘ZARA’, ya que se incluye este término en la denominación de la agencia de viajes; tal y como dice la sentencia ‘‘coincide con el indicativo de una firma o razón comercial renombrada cuyo carácter distintivo es mayor, y que por ello resulta procedente extremar el rigor comparativo entre los signos confrontados. ’’ 12 2.1 Legislación aplicable al Sistema de Marcas Con respecto a la legislación aplicable en el Derecho de Marcas, podemos decir que dentro del sistema de marcas coexiste normativa nacional, comunitaria e internacional tal y como se expresa en la Exposición de motivos de la LMa en su párrafo III. 9 En el ámbito nacional, es de aplicación la LMa (Ley 17/2001, de 7 de Diciembre) que ha sido desarrollada por el Reglamento aprobado por el Real Decreto 687/2002, de 12 de Julio; como ya se ha mencionado anteriormente, la nueva LMa derogó la antigua Ley de Marcas de 1988. Las necesidades que motivaron la reforma de esta ley fueron principalmente tres; en primer lugar, el cumplimiento de la sentencia del Tribunal Constitucional 103/1999, de 3 de junio por la que se declara la inconstitucionalidad de algunos artículos de la LMa de 1988.10 Dicha sentencia versa sobre el orden competencial de País Vasco y Cataluña en materia de propiedad industrial; ambas sostenían que en varios artículos se invadían competencias que tenían atribuidas exclusivamente por sendos estatutos de autonomía, en confrontación con lo establecido por la Constitución en el artículo 149.1.9.11 Supuso la implantación de un reparto de competencias entre el Estado (OEPM) y los Órganos de las CCAA en materia de registro de marcas y nombres comerciales. En suma, correspondía a las CCAA la competencia para: recibir las solicitudes de registro de las marcas, para proceder al examen de los requisitos formales de la solicitud, para recibir y examinar la documentación de las solicitudes de inscripción de cesión o licencia, para recibir solicitudes de registro internacional presentadas por los titulares de marcas 9 ‘‘En orden a los compromisos adquiridos por el Estado español, la presente Ley da cumplimiento a los mismos, respondiendo a los altos niveles de armonización impuestos en el seno de la Comunidad Europea e Internacional’’. 10 ‘’corresponden a las Comunidades Autónomas recurrentes las competencias de ejecución en materia de Propiedad Industrial contenidas en los artículos 15.2 y 3, 24.1, 45.1, 75.1 y 85, párrafo 2º de la Ley 32/1988, de 10 de noviembre, de Marcas’’. ‘‘se interesa de este Tribunal que dicte Sentencia por la que se declare la inconstitucionalidad de los arts. 15, 16, 17, 75 y 85 y de la Disposición transitoria primera de la Ley 32/1988, de 10 de noviembre, de Marcas, en cuanto suponen la sanción, ratificación o revalidación de un sistema registral de Registro único y dependiente del Estado’’. 11 En la Constitución Española de 1978 se establece en su art. 149.1.9, que es de competencia exclusiva del Estado, la legislación sobre propiedad intelectual e industrial. Análogamente el artículo 12.4 del Estatuto de Autonomía del País Vasco atribuye a la Comunidad Autónoma del País Vasco la ejecución de la legislación del Estado en materia de propiedad intelectual e industrial. Por su parte, el artículo 11.3 del Estatuto de Autonomía de Cataluña atribuye a ésta la ejecución de la legislación en estas materias. 13 registradas en España y para tramitar y conceder el registro de rótulos de establecimiento.12 El segundo motivo que suscitó la reforma de la ley fue la necesidad de incorporar disposiciones comunitarias e internacionales en materia de marcas. La normativa comunitaria aplicable en materia de marcas es: Directiva comunitaria de 21 de diciembre de 1988 en materia de marcas y el Reglamento de la Marca Comunitaria13. A la LMa/1988 se incorporó la 1ª Directiva en materia de Marcas, pero no se incorporó correctamente a la Ley, pues aquella Directiva fue elaborada con posterioridad a la aprobación de la LMa y pos consiguiente, había importantes defectos de transposición que hacían que la Directiva y nuestra Ley no estuviesen totalmente ajustadas entre sí. En el caso que aquí nos concierne, que es el de las marcas renombradas, el problema de transposición de la Directiva supuso que en la Ley del 88 no se incluyese la protección extraordinaria a las marcas renombradas, mientras que la Directiva sí lo hacía en sus artículos 5.2 y 5.5. En cambio la nueva ley de marcas sí regula la protección jurídica de las marcas notorias y renombradas. También había diferencias importantes entre la Directiva y la LMa 1988 en relación con puntos como: noción de marca, limitaciones al derecho de marca, agotamiento del derecho de marca, prescripción, uso de la marca, caducidad por falta de uso, nulidad, acción de violación… Por otra parte, en materia internacional, la normativa correspondiente en materia de marcas es el Arreglo de Madrid relativo al Registro Internacional de Marcas y el Protocolo concerniente a ese Arreglo14, el Acuerdo sobre Aspectos de Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio y el Tratado sobre el Derecho de Marcas.15 La armonización internacional supone la inclusión en España de una protección registral internacional. 12 BERCOVITZ RODRÍGUEZ – CANO, A., ‘‘Consideraciones generales sobre la nueva Ley de Marcas de 2001’’. En Introducción a las Marcas y otros Signos Distintivos en el Tráfico Económico, Aranzadi, Navarra, 2002, pág. 34. 13 Reglamento (CE) 40/94 del Consejo, de 20 de diciembre de 1993, sobre la marca comunitaria. 14 Arreglo de Madrid de 14 de abril de 1891, relativo al registro internacional de marcas y Protocolo concerniente al Arreglo de Madrid de 27 de junio de 1989. 15 ADPIC de 15 de abril de 1994 y Tratado sobre el Derecho de Marcas de 27 de octubre de 1994. 14 El tercer y último motivo que promovió la reforma de la antigua ley de marcas fue la necesidad de introducir normas sustantivas y procedimentales ya que era latente la gran necesidad de adaptar nuestro sistema de registro de marcas a las exigencias de la nueva sociedad; la información y la publicidad son los dos factores predominantes en la actualidad. La publicidad pretende informar, persuadir, y en marcas que ya están asentadas, recordar sus características principales. El segundo factor, solamente tiene por objeto informar de las cualidades del producto. 2.2 La Marca Como hemos dicho, el art. 4.1 nos delimita qué es una marca y cuáles son sus funciones. Siguiendo a BERCOVITZ, la noción de marca es entendida como aquel ‘‘signo que se relaciona con productos o servicios determinados dentro del mercado para identificarlos y distinguirlos’’. Son signos perceptibles por la vista, el oído o el olfato. La referencia que hace el artículo a la ‘empresa’ se merece un tratamiento amplio; incluyendo todos los operadores económicos que interactúan en el mercado, tengan o no ánimo de lucrarse a través de las actividades que realizan. Tipos de marca En el art. 4.2 se determinan los signos que pueden ser constitutivos de marca: ‘‘a) Las palabras o combinaciones de palabras, incluidas las que sirven para identificar a las personas. b) Las imágenes, figuras, símbolos y dibujos. c) Las letras, las cifras y sus combinaciones. d) Las formas tridimensionales entre las que se incluyen los envoltorios, los envases y la forma del producto o de su presentación. e) Los sonoros f) Cualquier combinación de los signos que, con carácter enunciativo, se mencionan en los apartados anteriores’’. 15 En este sentido, diferenciamos entre: - Marcas denominativas, son aquellas formadas únicamente por palabras. Esa denominación puede hacer referencia a un nombre propio, a una denominación conceptual (palabras con un sentido determinado), a una característica del producto o servicio, a una denominación conceptual arbitraria (no se refiere a ninguna característica concreta del producto o servicio) o a una denominación de fantasía (palabra que no tiene sentido en sí misma). - Marcas gráficas o emblemáticas, son aquellas que se perciben a simple la vista. - Marcas mixtas, son una mezcla entre marcas denominativas y marcas gráficas. - Marcas auditivas o sonoras. - Marcas principales o derivadas, son aquellas que se clasifican de este modo según su relación con otras marcas. La derivada será aquella que reproduce el elemento distintivo principal de la marca inicial o anterior. - Marcas individuales o colectivas. Son de un modo u otro en función de si el titular es único o los titulares de la marca son un conjunto de personas. - Marcas de fábrica, de comercio y de servicio, son aquellas que se clasifican de este modo según la actividad empresarial que distinguen. - Marcas de reserva - Marcas de defensa - Marcas de obstrucción - Marcas notorias y renombradas (según su grado de difusión) 2.3 La adquisición del derecho sobre la Marca El derecho exclusivo sobre una marca se puede adquirir a través de dos ámbitos, uno es nacional y otro el comunitario. La vía comunitaria sirve para proteger una marca en el territorio de la Unión Europea en aplicación del Reglamento CE nº 40/94 del Consejo, de 20 de Diciembre 1993, sobre la marca comunitaria. Será necesario efectuar la solicitud de inclusión como ‘marca comunitaria’ ante la Oficina de Armonización del Mercado Interior. En territorio español, por otra parte, es de aplicación la legislación nacional (LMa), también habrá que valerse de una solicitud, en este caso, ante la OEPM. La duración de ese registro es de 10 años. 16 2.4 El Concepto de Marca Notoria Tal y como hemos introducido al inicio de este trabajo, la LMa/2001 regula la protección de marcas y nombres comerciales renombrados. Ahora bien, en el artículo 8 (apartados 2 y 3) se hace distinción entre signo notorio y renombrado. Con base en el mencionado artículo y siguiendo la doctrina española, puede decirse que la marca notoria es aquella que es conocida por el público dentro del sector en el que concretamente se comercializan sus productos o servicios. Es decir, es aquella marca que es conocida por el sector al que va destinada. Como ejemplo de marca notoria podemos mencionar Würt, conocida empresa de utillaje, ferretería, ingeniería) o Mc Graw Hill, famosa editorial estadounidense, especializada en obras científicas y técnicas. 2.4.1 Antecedentes: Ley 32/1988 BERCOVITZ expresaba que la diferencia fundamental establecida por la doctrina, era que la protección de la marca renombrada no estaba limitada por el principio de especialidad, mientras que la marca notoria sí.16 Pero como ya hemos anticipado y veremos de nuevo más adelante, con la llegada de la LMa/2001 se promulgó la ruptura del principio de especialidad. En la LMa/1988 ya se regulaba en algunos de sus preceptos esta tipología de marcas (Arts. 3.2, 11.2, 12.1 y 38.3); se protegían aspectos de la marca notoria tales como: la marca notoria no registrada, protección como marca de un signo genérico, riesgo de confusión y de asociación e indemnización por daños y perjuicios por violación del derecho de marca. Hay autores como MASSAGUER, que sostenían que la marca notoria es una marca no registrada que ‘‘como consecuencia de su uso, tanto en España como en el extranjero, es notoriamente conocida en España dentro del sector del mercado al que pertenezcan los productos o servicios a los que la marca se refiere.’’17 16 BERCOVITZ RODRÍGUEZ – CANO, A., ‘‘Marca notoria y marca renombrada en el derecho español’’. En Colección de trabajos sobre la propiedad industrial en homenaje a Julio Delicado Montero-Ríos, Barcelona, 1996, pág. 63. 17 Vid., MASSAGUER, J., Algunas cuestiones básicas acerca de la marca renombrada. En Aranzadi Civil, nº 23, 1994, págs. 11 y ss., en concreto p.18, cita extraída de ‘‘Marca notoria y marca renombrada 17 Asimismo BERCOVITZ venía a decir que la notoriedad de esa marca no registrada, le concede una protección excepcional frente a la marca registrada para productos idénticos o similares que puedan llegar a crear confusión. Esa protección excepcional pone a disposición del titular de la marca notoria la acción de anulación contra la marca registrada. La protección de la que hablamos resulta de lo dispuesto en el artículo 3.2 de la antigua LMa, en el siguiente se decía: ‘‘Sin embargo, el usuario de una marca anterior notoriamente conocida en España por los sectores interesados podrá reclamar ante los Tribunales la anulación de una marca registrada para productos idénticos o similares que pueda crear confusión con la marca notoria, siempre que ejercite la acción antes de que transcurran cinco años desde la fecha de publicación de la concesión de la marca registrada, a no ser que ésta hubiera sido solicitada de mala fe, en cuyo caso la acción de anulación será imprescriptible. Dicho usuario efectuará, al mismo tiempo, la correspondiente solicitud de registro de su marca. No obstante, la tramitación de dicha solicitud se suspenderá hasta que la sentencia adquiera fuerza de cosa juzgada. ’’ En este artículo se utiliza la denominación ‘marca anterior notoriamente conocida’, es decir, no se requiere que esté registrada para poder disfrutar del derecho a solicitar la anulación por riesgo de confusión, de una marca que por el contrario, sí está registrada. Igualmente DE JAVIER ESTEBAN, daba su punto de vista al respecto afirmando que la LMa/1988 no reglaba de forma suficiente la noción de marca notoria (y menos aún la de marca renombrada); llega a criticar la LMa afirmando que en su opinión ‘‘se había quedado corta’’18 y que a través de la Jurisprudencia (sobretodo del TS) se fue creando una doctrina firme que otorgase una protección adicional a las marcas de gran fama y renombre. A través de las sentencias se intentaba perfilar de forma más clara el concepto de marca notoria. Por ejemplo, en esta sentencia del año 1993, STS 528/1993 de 19 de mayo se trata de dar solución a la controversia existente entre la marca ‘Bayley’s and Co.’ y ‘Licorera Albeldense SL.’, demandada esta segunda por comercializar un licor denominado ‘Serget’, por presentar el licor en una botella muy similar a las botellas utilizadas por la en el derecho español’’. En Colección de trabajos sobre la propiedad industrial en homenaje a Julio Delicado Montero-Ríos, Barcelona, 1996, pág. 67. 18 DE JAVIER ESTEBAN, L., ‘‘La protección de la marca notoria y la marca renombrada. Evolución del tratamiento jurisprudencial’’. En Estudios de derecho judicial, nº 99, 2006, pág. 253-254. 18 demandante en su comercialización del licor ‘Bayley’s’, y por usar una etiqueta de características similares a la etiqueta de la demandante. Es conveniente reseñar que la demandada carecía de registro alguno sobre la marca de licor mencionada. El Juzgado de 1ª Instancia de Burgos, estima que entre ambas marcas hay riesgo de confusión en cuanto a que las dos botellas presentan gran similitud y que ‘‘existe entre las marcas puestas en litigio, la suficiente similitud como para que no puedan convivir pacíficamente’’. En cambio, la Audiencia Provincial, en apelación, defiende que hay diferenciación suficiente entre las botellas, y no ha lugar a la prohibición de uso de la botella de licor ‘Serget’ ya que no hay riego de confusión. La Sala del Tribunal continúa diciendo que estamos ante dos productos de la misma clase, pero la diferencia entre uno y otro es que la marca ‘Bayley’s’ está registrada, tiene gran difusión entre los consumidores y ostenta un grado de alta notoriedad. Es un producto muy conocido y muy comercializado en el mercado, que cualquier consumidor medio podría confundir una botella con la otra. El TS concluye estimando el recurso de casación y declara la prohibición de uso de la botella en defensa del siguiente argumento: ‘‘merece una especial protección, ya que su posible imitación resultaría más rentable económicamente para el infractor, que viene a aprovecharse en mayor medida del esfuerzo comercial del primitivo titular, el cual está amparado por un auténtico derecho de exclusividad en el uso.’’ Un caso similar al que acabamos de exponer es el de la STS de 3 de abril de 1996, RC 5538/92, en ella se determina que hay colisión entre las marcas ‘Gal’ y ‘Galmen’ (de titularidad de la empresa ‘Perfumería GAL S.A.’) y la marca ‘Galben’ titularidad de la empresa ‘Farmoplant S.P.A.’). Las dos primeras son marcas relativas a bragas, tampones, apósitos, jabones, cosméticos, dentífricos… Mientras que ‘Galben’ es una marca de pesticidas para la agricultura, horticultura y floricultura. Como consecuencia de la similitud de ambas marcas se deniega la solicitud de inscripción de ‘Galben’. Farmoplant interpone recurso de reposición y posteriormente recurso de apelación contra la sentencia desestimatoria; pero la Sala del TS no comparte los argumentos que aporta la demandada y afirma que la similitud fonética entre Galben 19 y Galmen es clara, y añade que ‘‘la diversidad o diferenciación de productos es insuficiente para lograr el acceso al Registro’’. Es más, ‘‘en consecuencia al ser casi idéntica la denominación hoy aspirante GALBEN, con sus oponentes ya inscritas GALMEN y GAL, en cuanto que las tres tienen como elemento básico el vocablo GAL que hace clara referencia a la marca notoria GAL para perfumería, no existe la menor duda que el resto de los elementos que los componen B y M, no son lo suficientemente diferenciativos para evitar el riesgo de confusión entre sus productos y en consecuencia se impone la desestimación del recurso y la confirmación de la sentencia apelada.’’ A la vista de estas sentencias se entiende que el TS se amparaba en la doctrina que abogaba la obstaculización de las marcas que pretendían aprovecharse de la reputación o fama de marcas notorias. 2.4.2 La marca notoria en la actualidad: Ley 17/2001 La nueva LMa incorpora una holgada regulación en materia de marcas notorias y renombradas. Aunque el título de este apartado sólo haga referencia a las marcas notorias, la evolución de la regulación de marcas notorias y renombradas se estudia de forma conjunta; pero hay que tener muy claro que lo que define el carácter notorio o renombrado de una marca, es el grado de difusión de su conocimiento entre el público.19 Si en el punto anterior nos apoyábamos en la doctrina para acercarnos a una definición más clara de marca notoria, en este punto, vemos como la nueva Ley establece por primera vez el concepto estricto de marca notoria; así también el de marca renombrada. Dicha afirmación se extrae de propia la Exposición de Motivos y del art. 8.2, que define la marca notoria como aquella que ‘‘por su volumen de ventas, duración, intensidad o alcance geográfico de su uso, valoración o prestigio alcanzado en el mercado o por cualquier otra causa, sean generalmente conocidos por el sector pertinente del público al que se destinan los productos, servicios o actividades que distinguen dicha marca o nombre comercial. La protección otorgada en el apartado 1, cuando concurran los 19 BERCOVITZ RODRÍGUEZ – CANO, A., ‘‘Marcas y otros signos notorios y renombrados’’. En Introducción a las Marcas y otros Signos Distintivos en el Tráfico Económico, Aranzadi, Navarra, 2002, pág. 172. 20 requisitos previstos en el mismo, alcanzará a productos, servicios o actividades de naturaleza tanto más diferente cuanto mayor sea el grado de conocimiento de la marca o nombre comercial notorios en el sector pertinente del público o en otros sectores relacionados. ’’ Si acudimos a la Exposición de Motivos, análogamente vemos que expresa lo siguiente: ‘‘Especial mención debe hacerse del reforzamiento de la protección de las marcas notorias y renombradas. A estos efectos, se establece, por primera vez en nuestro ordenamiento, una definición legal del concepto de marca notoria y renombrada, fijando el alcance de su protección. La marca notoria es la conocida por el sector pertinente del público al que se destinan sus productos o servicios y, si está registrada, se protege por encima del principio de especialidad según su grado de notoriedad y, si no lo está, se faculta a su titular no sólo a ejercitar la correspondiente acción de nulidad, como hasta la fecha, sino además a presentar oposición al registro en la vía administrativa. ’’ Tal como anticipábamos en puntos anteriores, con la entrada en vigor de la LMa/2001 se rompe con el principio de especialidad20. Según GONZÁLEZ-BUENO, esta ruptura fue uno de los dos grandes privilegios que el legislador otorgó a las marcas notorias y renombradas en esa nueva ley. El otro gran privilegio se encuentra en la segunda parte del art.8.1, que prohíbe la inscripción a las marcas que puedan indicar una conexión con las notorias o renombradas, que puedan implicar un aprovechamiento indebido o que puedan implicar un menoscabo en el carácter distintivo o de la notoriedad o renombre de dichos signos (riesgo de dilución).21 Como hemos dicho, lo que define el carácter notorio o renombrado de una marca, es el grado de difusión de la marca entre el público. Pero también habría que tenerse en cuenta el ámbito geográfico en que esa marca se difunde y si la marca está registrada o no. En el primero de los casos, cuando la marca está registrada, no será necesario que la notoriedad o renombre se extienda a todo el territorio español para que pueda disfrutar de la protección extraordinaria. En el art. 8.2 sólo se habla de ‘alcance geográfico de su uso’, por lo que se entiende que basta con que se extienda sólo a una parte del territorio. 20 Primera parte del artículo 8.1 de la LMa/2001. Ver págs.4-5, cit.8., y art. 8.2 que determina el ámbito de protección de las marcas notorias. 21 GONZÁLEZ-BUENO, C., J., ‘‘Marcas notorias y renombradas en la Ley y la Jurisprudencia’’, La Ley, Madrid, 2005, pág. 194-195. 21 En cambio si la marca no está registrada, será necesaria su notoriedad o renombre en todo el territorio español o en la mayor parte del mismo, así lo expresa el art.6.2, apartado d) de la LMa en el que se determina que no podrán registrarse marcas o signos anteriores idénticos o similares, entendiendo como marcas anteriores ‘‘las marcas no registradas que en la fecha de presentación o prioridad de la solicitud de la marca en examen sean «notoriamente conocidas» en España’’ y el art. 9.1, también en su apartado d), que dice que no podrán registrarse marcas sin la debida autorización ‘‘el nombre comercial, denominación o razón social de una persona jurídica que antes de la fecha de presentación o prioridad de la marca solicitada identifique en el tráfico económico a una persona distinta del solicitante, si, por ser idéntica o semejante a estos signos y por ser idéntico o similar su ámbito de aplicación, existe un riesgo de confusión en el público. A estos efectos, el titular de esos signos habrá de probar el uso o conocimiento notorio de dichos signos en el conjunto del territorio nacional. Cumpliéndose estas condiciones, de igual protección gozarán los extranjeros que de acuerdo con el artículo 3 de esta Ley puedan invocar el artículo 8 del Convenio de París o el principio de reciprocidad, siempre que acrediten el uso o conocimiento notorio en España de su nombre comercial no registrado.’’ La protección a las marcas notorias no registradas permite al titular, ejercitar la oposición a la solicitud de registro de una marca posterior que se confunda con la suya o se asocie a la suya. Otra cuestión importante a tener en cuenta, es la de la notoriedad de la marca, también es relevante en cuanto a que permite el registro de signos que originariamente tenían un carácter genérico, que carecían de carácter distintivo (secondary meaning). Este aspecto, como mencionábamos en el punto anterior, ya se regulaba en la LMa/1988 en su art. 11.2. En la Ley actual, el art. que trata este supuesto es el 5.2, determinando que es posible eliminar la prohibición de registro cuando un signo adquiera carácter distintivo para el público como consecuencia del uso intensivo del mismo22. La ley prohíbe registrar como marcas, las denominaciones exclusivamente genéricas ya que se entiende que no 22 BERCOVITZ RODRÍGUEZ – CANO, A., ‘‘Marcas y otros signos notorios y renombrados’’. En Introducción a las Marcas y otros Signos Distintivos en el Tráfico Económico, Aranzadi, Navarra, 2002, págs. 169-173. 22 deben de seguir constituyendo marca, cuando han perdido ese carácter distintivo que tenían (como veremos más adelante, este es el supuesto de ‘vulgarización de la marca’). Cualquier consumidor conoce alguna marca que al haberse hecho muy conocida por el público, finalmente ha sido usada para denominar de forma genérica un producto, por ejemplo si nos paramos a pensar un poco, observamos marcas como ‘Walkman’, ‘Discman’, ‘Tampax’, ‘Frisbee’ o ‘Cellophane’ (cinta adhesiva, que nosotros llamamos celofán o celo). Todas ellas originalmente eran marcas, y ahora son usadas para denominar de forma usual a los productos o servicios a los que hacen referencia. Pero hay marcas como ‘Lego’ que no han incurrido en esta ‘generalización’ y han evitado que la marca ‘‘muera’’‘: ‘‘Por ejemplo, en las décadas de 1970 y 1980 el titular de la marca LEGO realizó una campaña para convencer a los clientes de que denominasen sus productos “fichas LEGO “ o “juguetes LEGO “. Si bien siguieron refiriéndose a los productos de marca LEGO como “lego”, los clientes no utilizaron ese nombre en productos de la competencia. Así pues, la marca LEGO se ha conservado sana y salva ’’23 Un caso llamativo es el tratado en la una sentencia del Tribunal Supremo, STS de 14 de abril de 1984, RJ 1984/2139, se desestima el recurso de apelación contra la sentencia que denegaba el registro como marca del término ‘Febrin’. La Sala de lo ContenciosoAdministrativo manifiesta que ese término es usado genéricamente para definir el estado febril de una persona. Por ejemplo en algunas marcas de medicamentos para la fiebre, como ‘Paidofebrin’ se incluía esa partícula. Por todo lo anterior el TS declara ‘‘que se está incidiendo en la prohibición antes mencionada, que no se refiere a las denominaciones que gramáticamente se empleen o deban emplearse, sino a las que se adopten por uso para señalar cualidades, y es evidente que esto y no otra cosa ocurre en el caso debatido. ’’ 23 LOCKHART, T., J., ‘‘Lo que no se sabe de las Marcas’’. En Revista de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, nº 6, 2009. 23 2.4.3 La prueba del carácter notorio de la marca Para finalizar con el tratamiento de la marca notoria, conviene decir que para calificar una marca como notoria desde un punto de vista objetivo, habrá que tener en cuenta ‘‘el volumen de ventas, la valoración alcanzada en el mercado, la intensidad y duración del uso, o el prestigio alcanzado para determinar la notoriedad’’24. Así también, deberá llevarse a cabo un examen de notoriedad; el referido examen tiene una perspectiva más subjetiva y lo desarrolla un examinador de la Oficina Española de Patentes y Marcas. Serán las partes las que tengan la carga de la prueba, por lo tanto, serán los titulares los que tengan que demostrar y convencer al Juez sobre las características del signo objeto de controversia. 24 CARAVANTES, S., ‘‘Marcas notorias y renombradas’’. En Blog El reto emprender, 2014. 24 3. LA PROTECCIÓN DE LA MARCA RENOMBRADA EN EL ORDENAMIENTO ESPAÑOL 3.1 Preliminar Llegados a este punto, conocemos ya cuál es la diferencia entre marca notoria y marca renombrada. En resumidas cuentas, todas las marcas renombradas son notorias; pero no todas las notorias llegan a ser renombradas. Es necesario que sean conocidas ‘‘por la inmensa mayoría de la población’’25. En la STS de 21 de junio de 2002, RJ 2002\8617, se sostiene que la marca de vinos y licores ‘Torres’ es notoria porque el público consumidor la asocia claramente con esas bebidas alcohólicas, pero también es renombrada (aunque la LMa/1988 no especificase una protección específica) porque ‘‘goza, desde hace mucho tiempo, de un prestigio, derivado de la calidad de los productos que ampara. ’’ Todo lo dicho anteriormente para la marca notoria también es e aplicación en la marca renombrada ya que en la LMa/2001 se llevó a cabo una regulación conjunta (en los arts. siempre se hace mención a ‘marcas notorias y marcas renombradas’ de manera simultánea). En este punto trataremos la protección de la marca renombrada en el ordenamiento español; tal y como expresa MONTEAGUDO26 es necesario recurrir a la aplicación de dos cuerpos normativos: la LMa y la LCD (Ley de Competencia Desleal) para afrontar la protección de la marca renombrada. 3.2 La Protección Jurídica de la Marca Renombrada: de La Ley de Marcas de 1988 a la Ley de Marcas de 2001 En la Primera Directiva Comunitaria de Marcas, el art. 5.2 se refiere a la marca renombrada de forma expresa, estableciendo que el titular de la marca podía prohibir a terceros el uso de productos o servicios idénticos, similares o no similares, cuando dicha marca goce de renombre en un Estado miembro. Siempre que con la utilización de ese signo, se pretendiese obtener una ventaja desleal o perjuicio a la marca. Aunque este art. de la Directiva no se incorporó a la LMa/1988, por defectos de transposición, se 25 STS 550/2006 de 8 de Junio. 26 MONTEAGUDO, M., ‘‘La protección de la Marca Renombrada’’, Civitas, Madrid, 1995, pág. 187. 25 aplicaba a través de la jurisprudencia27, como se puede ver en la STS de 15 de junio de 1995, RJ 1995\4823. En este caso, se pretende dilucidar sobre si hay o no hay posible riesgo de confusión entre la marca gráfica de Loewe, y otra muy similar a esta. Ambas tienen un diseño constituido por unas letras y un rombo abierto en sus vértices; las letras son diferentes en cada una de las marcas, pero los productos que venden, son los más o menos los mismos: imitaciones de cuero, baúles y maletas, bolsos de señora y caballero, sacos de viaje, maletines, archivadores, billeteros etc… Tal y como dice el TS, ‘‘para la convivencia lo fundamental es que los signos con que se presentan en el mercado no induzcan, por su apariencia e impresión, en algún aspecto, a error del consumidor’’. Continúa argumentando que ‘‘induce a pensar que la marca aspirante pretende la reproducción, imitación, de una marca prioritaria o un aprovechamiento, directo o indirecto, de la fama de ésta, dado que existen, entre los distintivos confrontados, grandes elementos de coincidencia, en una impresión de conjunto, que son necesarios para impedir la convivencia de los mismos en el Registro y en el mercado’’. Previamente a la entrada en vigor de la LMa/1988, tenía vigencia en nuestro ordenamiento el EPI, Estatuto sobre Propiedad Industrial28, que en realidad no hacía referencia a las marcas notorias y renombradas en sentido estricto, pero como se puede ver en esta sentencia del Tribunal, se mantenía ya la doctrina que defendía la prohibición de registro de marcas que pretendiesen aprovecharse del crédito, fama o reputación de otras prioritarias. En aquella época la única norma que protegía este tipo de marcas era el CUP, Convenio de la Unión de París29. Como afirma CONCEPCIÓN RODRÍGUEZ, el Convenio, trataba de ‘‘proteger al titular de la marca notoria de un país unionista frente a los riesgos que suponen los ordenamientos regidos por el principio de inscripción registral en orden al nacimiento del derecho sobre la marca, y a cuyos países se ha extendido la notoriedad de aquella, para que no pueda ser desposeído del mismo por el hecho de que 27 BERCOVITZ RODRÍGUEZ – CANO, A., ‘‘Marcas y otros signos notorios y renombrados’’. En Introducción a las Marcas y otros Signos Distintivos en el Tráfico Económico, Aranzadi, Navarra, 2002, pág. 170. 28 Real Decreto-ley de 26 de julio de 1929, sobre Propiedad Industrial, texto refundido y revisado por Real Orden de 30 de abril de 1930, que regulaba materias como patentes, marcas o signos distintivos, modelos de utilidad, modelos de dibujos industriales y artísticos, nombres comerciales y rótulos de establecimiento. 29 Convenio de la Unión de París para la Protección de la Propiedad Industrial, de 20 de Marzo de 1883. 26 un tercero proceda a efectuar la inscripción antes que él (inscripción que en muchas ocasiones se realiza con la finalidad de aprovechar para los propios productos o servicios el goodwill30 que una marca tiene en otro país y en otras para obligar al titular extranjero a abonar una suma mayor o menos de dinero a cambio de la dejación de los derechos sobre el signo)’’.31 La síntesis de esta idea se encuentra en el art. 6.1 bis del CUP, que como dice MONTEAGUDO, tiene por objeto la protección de las marcas notorias no registradas32. Por ello, puede afirmarse que la protección de marcas notorias no registradas recogida en el art. 3.2 de la LMa/1988, tiene su génesis en el art. 6 bis del CUP. Esa protección era sólo de marcas, no de nombres comerciales, de cuya regulación se ocupaba el art.77 LMa. En cambio, como veremos, la LMa/2001 trata de forma conjunta ‘marcas’ y ‘nombres comerciales’. La trascripción del art. 6 del Convenio es la siguiente: ‘‘1) Los países de la Unión se comprometen, bien de oficio, si la legislación del país lo permite, bien a instancia del interesado, a rehusar o invalidar el registro y a prohibir el uso de una marca de fábrica o de comercio que constituya la reproducción, imitación o traducción, susceptibles de crear confusión, de una marca que la autoridad competente del país del registro o del uso estimare ser allí notoriamente conocida como siendo ya marca de una persona que pueda beneficiarse del presente Convenio y utilizada para productos idénticos o similares. Ocurrirá lo mismo cuando la parte esencial de la marca constituya la reproducción de tal marca notoriamente conocida o una imitación susceptible de crear confusión con ésta. 2) Deberá concederse un plazo mínimo de cinco años a partir de la fecha del registro para reclamar la anulación de dicha marca. Los países de la Unión tienen la facultad de prever un plazo en el cual deberá ser reclamada la prohibición del uso. 3) No se fijará plazo para reclamar la anulación o la prohibición de uso de las marcas registradas o utilizadas de mala fe’’. 30 Concepto anglosajón que hace referencia al buen nombre comercial o prestigio de una marca. STS 123/2008 de 21 de febrero. 31 CONCEPCIÓN RODRÍGUEZ, J. L., ‘’La Protección de la Marca Renombrada’’, en Cuadernos de Derecho Judicial, nº 9, 2003, pág. 118. 32 MONTEAGUDO, M., ‘‘La protección de la Marca Renombrada’’, Civitas, Madrid, 1995, págs. 205212. 27 Asimismo, el art. 3.2 de la LMa/1988 señalaba: ‘‘Sin embargo, el usuario de una marca anterior notoriamente conocida en España por los sectores interesados podrá reclamar ante los Tribunales la anulación de una marca registrada para productos idénticos o similares que pueda crear confusión con la marca notoria, siempre que ejercite la acción antes de que transcurran cinco años desde la fecha de publicación de la concesión de la marca registrada, a no ser que ésta hubiera sido solicitada de mala fe, en cuyo caso la acción de anulación será imprescriptible. Dicho usuario efectuará, al mismo tiempo, la correspondiente solicitud de registro de su marca. No obstante, la tramitación de dicha solicitud se suspenderá hasta que la sentencia adquiera fuerza de cosa juzgada’’. En opinión de MONTEAGUDO, ambos artículos presentan diferencias muy claras, el art. 6 de la norma , es un derecho otorgado a los ‘unionistas foráneos’, mientras que el art. 3.2 recoge una norma de Derecho interno. También cabe señalar las facultades que otorgan cada uno de estos artículos al usuario de un signo notoriamente conocido. En el art. 6, la facultad conferida al usuario es la de oponerse al procedimiento de concesión, ejercitar la acción de anulación y la acción de cesación; en cambio, el art. 3.2 sólo ponía a disposición del usuario la acción de anulación. Pero en virtud de lo dispuesto en el art. 10.3 de la LMa33, los usuarios nacionales españoles podían beneficiarse también de las tres ‘‘facultades autoejecutivas’’ del art. 6 bis. 3.2.1 Artículos relativos a la marca renombrada dentro de la nueva Ley de Marcas La nueva legislación de marcas, como hemos mencionado varias veces, incorpora los conceptos de marca notoria y marca renombrada en el art. 8; a modo de síntesis vamos a citar brevemente el ámbito de aplicación de estos signos, dentro de la nueva LMa. El artículo 8, es aplicable tanto a marcas como a nombres comerciales, la nueva Ley dedica todo este artículo al tratamiento de marcas y nombres comerciales notorios y renombrados. A continuación, ‘‘en el último párrafo del art. 8.1 se positiviza el riesgo 33 Las personas naturales o jurídicas de nacionalidad española y las extranjeras que sean nacionales de alguno de los países de la Unión de París o que, sin serlo, estén domiciliadas o tengan un establecimiento industrial o comercial efectivo y real en el territorio de alguno de los países de la Unión, podrán invocar en su beneficio la aplicación de las disposiciones contenidas en el texto del acta vigente en España del Convenio de la Unión de París para la Protección de la Propiedad Industrial de 20 de marzo de 1883 en todos aquellos casos en que esas disposiciones les sean más favorables que las normas establecidas en la presente Ley. 28 de dilución de la marca’’ y se establecen las otras dos circunstancias por las que se puede prohibir el registro de una marca o signo.34 El riesgo de dilución supone que si la marca es conocida para unos determinados productos y servicios, si se empieza a usar esa marca para comercializar con otro tipo de productos o servicios totalmente diferentes a los iniciales, se corre el riesgo de que los consumidores dejen de percibir el carácter ‘exclusivo’ de la marca, puesto que la asociarán también a esos otros productos. El art. 8.2 y 8.3 definen respectivamente qué es una marca notoria y una marca renombrada, y reconocen que deben de ser protegidas por encima del principio de especialidad y de los riesgos de confusión y asociación del art. 6.1. El art. 34.2 c) permite al titular de marcas notorias o renombradas ejercitar el ius prohibendi cuando se den las circunstancias de art.8.1. Si esas marcas, por el contrario, no están registradas, el art. 34.5 permite ejercitar al titular, la acción de prohibición cuando los productos o servicios que colisionan con la marca, sean idénticos o solamente similares.35 Por su parte, el art. 42 refuerza los derechos del titular, otorgando un derecho a indemnización por los daños y perjuicios provocados a las marcas lesionadas. El art. 43 simplemente afirma que para determinar la cuantía de la indemnización, se debe de tener en cuenta la notoriedad, renombre, prestigio, número y clase de licencias de la marca. ¿Cómo puede un titular hacer efectivo su derecho sobre la marca? ¿Cómo debe manifestar ese perjuicio o lesión sufrida? Ante estos casos, el titular podrá oponerse o solicitar la nulidad del registro de la marca En primer lugar, el titular perjudicado, deberá realizar un escrito de oposición al registro de esa marca ante la OEPM, en el plazo de dos meses, desde la fecha de publicación de la solicitud de registro de dicha marca. Deberá concretar si la oposición se basa en una marca no registrada notoriamente conocida, en una marca registrada notoria o renombrada. El escrito irá acompañado de las pruebas pertinentes que acrediten el 34 DE JAVIER ESTEBAN, L., ‘‘La protección de la marca notoria y la marca renombrada. Evolución del tratamiento jurisprudencial’’ en Estudios de derecho judicial, nº 99, 2006, pág. 256. 35 CONCEPCIÓN RODRÍGUEZ, J. L., ‘’La Protección de la Marca Renombrada’’, en Cuadernos de Derecho Judicial, nº 9, 2003, pág. 123. 29 carácter notorio o renombrado de las marcas.36 Si dicha oposición no se admite, no se podrá ejercitar la acción de nulidad de la marca posterior, según el art. 53 de la LMa. Para ejercitar la acción de nulidad, hay que acudir al art. 51 de la Ley. Será causa de nulidad absoluta, la mala fe cuando se demuestre que el solicitante de la marca actuó con mala fe, al intentar registrar la marca, a sabiendas de que ya existía una marca renombrada anterior registrada. 3.2.2 La prueba del carácter renombrado de la marca Al igual que las marcas notorias, para calificar una marca como renombrada y que su titular pueda beneficiarse de las consecuencias jurídicas que dicho carácter le otorga, es necesario probar que realmente la marca violada goza de renombre. A este respecto, CONCEPCIÓN RODRÍGUEZ sostiene que a través de la Jurisprudencia se han determinado ciertos mecanismos probatorios adicionales. Por ejemplo, hace mención a la STJCE de 22 de junio de 1999, que en sus considerandos 22 y 23 determina que para probar el elevado carácter distintivo de una marca hay que hacer atención a las cualidades intrínsecas, la cuota de mercado, la intensidad, la extensión geográfica, la duración del uso de la marca, las inversiones en promoción y las Declaraciones de las Cámaras de Comercio e Industria o asociaciones profesionales. Por otra parte, PALAU37 sostiene que la SJTCE de 16 de julio de 1998 introduce como mecanismo probatorio, los sondeos de opinión, que tienen por objeto acreditar la percepción que tienen los consumidores sobre una marca, o dicho de otro modo, acreditar el renombre de la marca. La sentencia afirma que los sondeos sirven como medio de prueba; según la Ley de Enjuiciamiento Civil son considerados prueba pericial. Por ello, las partes tienen la posibilidad de aportar al proceso un dictamen de peritos (también puede ser realizado 36 Reglamento para la ejecución de la Ley 17/2001, de 7 de diciembre, de Marcas, Arts.17 y 18 Ley 17/2001, de 7 de Diciembre, de Marcas, Artículo 19.2. 37 PALAU RAMÍREZ, F., ‘‘El consumidor medio y los sondeos de opinión en las prohibiciones de engaño en Derecho español y europeo, a raíz de la sentencia del TJCE de 16 de julio de 1998, AS. C210/96 (Gut Springenheide) ’’. En Actas de Derecho Industrial, nº 19, 1998, págs. 367-395. 30 por un perito designado por el Tribunal). Seguidamente, será el Juez el que valore la prueba, aplicando máximas de experiencia y conocimientos que tenga sobre la materia. Habrá que hacer especial atención a este hecho, así lo afirma este autor diciendo que es posible que ‘‘con iguales premisas y una análoga actividad probatoria en cuanto al resultado alcanzado, dos Jueces distintos puedan llegar a conclusiones diversas si su erudición y su experiencia en torno al hecho (no al derecho) controvertido no es la misma’’.38 3.3 La Protección Jurídica de la Marca Renombrada en la Ley de Competencia Desleal Durante la vigencia de la LMa/1988, en ocasiones se acudía a la Ley de Competencia Desleal para cubrir la escasez de regulación relativa a marcas renombradas. Pero son varios los autores que consideran contradictorio acudir a una norma que va ‘‘más allá de los límites del Derecho de Marcas’’39. La LCD es necesaria en la medida en que sirve para proteger las marcas renombradas en aspectos tan importantes como los actos de confusión (art. 6 párrafo 2º) y la explotación de la reputación ajena (art. 12). 3.3.1 Actos de Confusión El concepto de riesgo de confusión está regulado tanto en la LMa como en la LCD. Ya hemos dicho que en la LCD es el art. 6 el que regula este riesgo, mientras que en la Ley se positiviza en el art. 6.1 b) y 34.2 b). FERNÁNDEZ-NOVOA sostenía que era un concepto jurídico indeterminado que necesitaba precisarse terminológicamente.40 Pero podemos decir que el riesgo de confusión tiene como pretensión, obtener una ventaja desleal en aprovechamiento del carácter distintivo de una marca y así también, que es una de las prohibiciones relativas recogidas en la Ley. Una vez superadas las prohibiciones absolutas, la marca objeto de registro debe superar una serie de 38 CONCEPCIÓN RODRÍGUEZ, J. L., ‘’La Protección de la Marca Renombrada’’, en Estudios de Derecho Judicial, nº 9, 2003, págs. 124-135 39 MONTEAGUDO, M., ‘‘La protección de la Marca Renombrada’’, Civitas, Madrid, 1995, págs. 189190. 40 FERNÁNDEZ-NOVOA, C., ‘‘Fundamentos de Derecho de marcas’’, ob. Cit., págs.197 y ss., cita extraída de ‘‘La protección de la Marca Renombrada’’, Civitas, Madrid, 1995, pág. 213. 31 prohibiciones relativas, o dicho de otro modo, se debe controlar que no provocan perjuicio alguno a los titulares de marcas anteriores. La inducción a error en las marcas se positiviza en la LMa en dos modalidades de riesgo: de confusión y de asociación. Al igual que el riesgo de confusión, el riesgo de asociación es un concepto indeterminado cuyo contenido se ha ido delimitando a través de la jurisprudencia. Es un factor que determina la presencia del riesgo de confusión ‘‘el riesgo de confusión incluye el riesgo de asociación con la marca anterior’’, dice el art. 6.1 Mediante estos dos conceptos se pretende proteger la función indicadora de la procedencia empresarial, esto es, asociar producto o servicio a un concreto empresario. En la LCD se define qué es un acto de confusión (en el art. 6); es calificado como aquel ‘‘comportamiento idóneo para crear confusión con la actividad, prestaciones o establecimiento ajeno’’. El acto desleal se produce, en opinión de MONTEAGUDO, cuando el consumidor no percibe de forma correcta la procedencia empresarial de un producto o servicio.41 Los criterios o cauces para afirmar que hay riesgo de confusión son: - Similitud entre los signos objeto de controversia. - Elevada implantación del signo en el tráfico mercantil. - La atención que presta el consumidor medio al reconocer la actividad económica, prestaciones o establecimiento presentado con los medios de identificación ajenos. - Superación del principio de especialidad Hay autores y líneas jurisprudenciales que defendían que los signos notorios, que el hecho de ser notorios hacía más difícil que se confundieran con los menos notorios, por ejemplo MONTEAGUDO. Si sostenemos esta afirmación, entenderemos que no se produciría confusión, pero sí un aprovechamiento y vinculación de un signo con otro (riesgo de asociación). En contraposición a esta opinión, FERNÁNDEZ-NOVOA 41 MONTEAGUDO, M., ‘‘El riesgo de confusión en el Derecho Contra la Competencia Desleal’’, en La protección de la Marca Renombrada, Civitas, Madrid, 1995, págs. 236-245. 32 sostenía que ‘‘la confusión será tanto mayor cuando más intensa sea la notoriedad y el grado de difusión del signo con respecto al cual se plantee una cuestión’’42. En suma, la asociación se produce ‘‘en aquellos supuestos en que el signo perjudicado tiene especial reconocimiento en el tráfico’’.43 En la STJUE C-251/95, hay conflicto entre la marca gráfica de ‘Puma’ y la marca gráfica de ‘Sabel’, la primera interpuso escrito de oposición porque consideraba que había concordancia entre ambas (un ‘‘felino saltando’’). El Tribunal se planteaba si la mera asociación de la una con la otra, era motivo suficiente para denegar el registro a la marca ‘Sabel’. La Directiva regulaba el riesgo de confusión de la misma manera que nuestra LMa ‘‘riesgo de confusión, que comprenda el riesgo de asociación’’. La cuestión que se plantea el Tribunal es muy clara ‘‘¿es suficiente para afirmar la existencia de un riesgo de confusión entre, por una parte, un signo compuesto por un vocablo y una imagen y, por otra, un signo compuesto sólo por una imagen, que ha sido registrado para productos idénticos y similares y no disfruta de una especial notoriedad en el mercado, el hecho de que exista entre ambas imágenes una concordancia conceptual (en este caso, un felino saltando)?’’ y la respuesta a esta pregunta, es negativa. El TJUE declara que la mera asociación entre dos marcas no basta para deducir la existencia de riesgo de confusión. La marca gráfica de ‘Puma’ no tenía grandes elementos imaginarios y tampoco gozaba de especial notoriedad, por lo tanto para este caso, la mera similitud no basta. 3.3.2 Explotación de la reputación La explotación de la reputación ajena está regulada tanto en la LMa como en la LCD. Ya hemos dicho que en la LCD es el art. 12 el que regula este riesgo; lo califica como aquel ‘‘aprovechamiento indebido, en beneficio propio o ajeno, de las ventajas de la reputación industrial, comercial o profesional, comercial o profesional adquirida por otro en el mercado’’. El acto desleal se produce cuando se emplean ‘‘signos distintivos ajenos o de denominaciones de origen falsas acompañados de la indicación acerca de la 42 FERNÁNDEZ-NOVOA, Derecho de Marcas, ob. Cit., pág.261, cita extraída de ‘‘La protección de la Marca Renombrada’’, Civitas, Madrid, 1995, pág. 243. 43 MONTEAGUDO, M., ‘‘La protección de la Marca Renombrada’’, Civitas, Madrid, 1995, pág.229. 33 verdadera procedencia del producto o de expresiones tales como ‘modelo’, ‘sistema’, ‘tipo’, ‘clase’ y similares.’’ En la LMa se hace mención al aprovechamiento indebido, en el solemne art.8. Prohíbe el registro como marca, de signos que supongan un aprovechamiento indebido de la notoriedad o renombre de signos anteriores. Siguiendo a MONTEGUDO44, llegamos a la conclusión de que para considerar esta conducta como desleal, será necesario que exista un ‘uso’ o como dice la LCD el ‘empleo’ del signo distintivo; no basta con el mero registro del signo. La deslealtad de la conducta ‘‘no radica en cualquier aprovechamiento del crédito ajeno sino sólo en aquel que, atendidas las circunstancias, sea indebido’’. Para poder afirmar la deslealtad de conductas llevadas a cabo por el titular de una marca, hay que utilizar reglas comparativas con las que diferenciar los supuestos desleales de aquellos en los que no hay aprovechamiento, por lo tanto, no desleales. Las reglas propuestas son: - Grado de implantación de la marca en el tráfico mercantil: cuanto más implantada esté la marca mayor será el riesgo de aprovechamiento de su reputación - Grado de esfuerzo en las inversiones: cuanto mayor sean los esfuerzos en potenciar el prestigio de la marca, ‘‘más justificada estará la protección del titular de la marca renombrada frente a conductas parasitarias’’.45 - Grado de proximidad competitiva entre las actividades que lleva a cabo el titular del a marca renombrada y las del titular que lleva a cabo un uso no consentido del signo: cuanto mayor es la conexión entre productos y servicios, mayor será el aprovechamiento de la reputación ajena. La marca renombrada contiene elementos objetivos (calidad de los productos o servicios) y elementos subjetivos (imagen). - Grado de homogeneidad del grupo de consumidores al que cada una de las partes dirigen sus intereses económicos: la explotación de la reputación será también posible cuando no hay conexión entre productos y servicios; ‘‘el titular 44 MONTEAGUDO, M., ‘‘La protección de la Marca Renombrada’’, Civitas, Madrid, 1995, págs.249261. 45 MONTEAGUDO, M., ‘‘La protección de la Marca Renombrada’’, Civitas, Madrid, 1995, pág. 258. 34 de la marca puede utilizar únicamente el valor económico que representa la marca renombrada sobre el conjunto de consumidores que reconocen el signo’’. Como afirma MONTEAGUDO, será posible el aprovechamiento de la reputación ajena de productos o servicios que apenas tengan conexión con los productos o servicios originarios (mediante el merchandising46 o la publicidad adhesiva). 4. LA PROTECCIÓN DE LA MARCA RENOMBRADA FRENTE A LAS CONDUCTAS LESIVAS DE SU RENOMBRE: RIESGO DE VULGARIZACIÓN 4.1 Las conductas lesivas del renombre de la marca Las conductas provocadas por las asociaciones o representaciones negativas de una marca renombrada con otra de escasa cualidad, provocan un grave perjuicio para la marca de gran prestigio y fama. Por ello, hay que proteger esta tipología de marcas frente a las empresas que tienen mala reputación, ya que esto podría provocar una lesión en el renombre. ¿Cuáles son esas conductas dañinas? La conducta del tercero es ofensiva en la medida en que trata de introducirse en el mercado en beneficio del renombre ajeno, para así tener ciertas garantías de éxito. A la vista de este aprovechamiento, el tercero provocará en el titular de la marca un grave perjuicio, pues los consumidores se sentirán defraudados al darse cuenta de que los productos y servicios ofrecidos realmente no tienen la calidad esperada por parte de una marca renombrada. Hay autores como MONTEAGUDO y MASSAGUER que sostienen que la lesión del renombre no necesariamente debe ir acompañada por una conducta de aprovechamiento de la reputación ajena47, puede ‘‘proceder de conductas denigratorias’’, reguladas en el art.9 de LCD, de ‘‘supuestos de venta bajo coste cuando tenga por defecto desacreditar la imagen de un producto ajeno’’, regulados en el art. 17.2.b) de la LCD o de supuestos que no son tan evidentes como los mencionados, pero sí son muy frecuentes: utilización de la marca renombrada para prestaciones de escasa calidad e incompatibilidad de uso. 46 Concepto anglosajón que hace referencia a la técnica comercial que tiene por objeto promocionar o publicitar un producto, una vez que ya está introducido en el mercado. Pueden ser, por ejemplo, regalos promocionales o venta directa de los productos de la marca. 47 MONTEAGUDO, M., ‘‘La protección de la Marca Renombrada’’, Civitas, Madrid, 1995, pág. 263. 35 En general, todas aquellas conductas que lesionan el renombre de la marca, son caracterizadas como actos de obstaculización.; no hay una regulación expresa para los actos de regulación, pero el fundamento de la deslealtad de estos actos puede entenderse que está recogido en el art. 5 de la LCD: ‘‘Se considera desleal por engañosa cualquier conducta que contenga información falsa o información que, aun siendo veraz, por su contenido o presentación induzca o pueda inducir a error a los destinatarios, siendo susceptible de alterar su comportamiento económico’’. En primer lugar, podemos decir no es necesaria la cercanía competitiva de las prestaciones para que se produzca un perjuicio al renombre de la marca. El uso del signo para productos o servicios de escasa cualidad, también provoca dicho perjuicio aun cuando la compatibilidad entre las prestaciones no es muy elevada. Añade FERNÁNDEZ-NOVOA, ‘‘aun cuando la compatibilidad entre las prestaciones sea menor, la conducta del tercero es capaz de lesionar la reputación de la marca, porque el descontento del público es susceptible de trasladarse de forma mediata y subliminal a toda utilización del signo renombrado, afectando lógicamente también a su titular prioritario’’48. En este sentido, tanto MASSAGUER como MONTEAGUDO, afirman que la consecuencia de la conducta ilícita llevada a cabo por el tercero, no es la del aprovechamiento de la reputación, mas bien, será la de obstaculización de la posición competitiva del otro49. En segundo lugar, la incompatibilidad de uso, se refiere a la posible atribución de connotaciones a una marca, por asociación con otra. Los ejemplos que nos propone MONTEAGUDO son de sentencias un poco antiguas pero que nos sirven para comprender el supuesto: - Sentencia del BGH de 8 de julio de 1958 Esta sentencia otorga protección a la marca ‘4711’ marca comercializadora de cosméticos, frente a una empresa que hacía uso de la expresión ‘Llame al 4711’ 48 FERNÁNDEZ-NOVOA, ‘‘Fundamentos de Derecho de marcas’’, ob. Cit., pág. 306, cita extraída de MONTEAGUDO, M., ‘‘La protección de la Marca Renombrada’’, Civitas, Madrid, 1995, pág. 265. 49 MASSAGUER FUENTES, J., En Aranzadi Civil, nº 23, 1994, pág.25, cita extraída de MONTEAGUDO, M., ‘‘La protección de la Marca Renombrada’’, Civitas, Madrid, 1995, pág. 266. 36 (número de teléfono de la empresa), para el transporte de residuos orgánicos. Puesto que la empresa corría el riesgo de que sus consumidores asociasen negativamente sus cosméticos con los residuos orgánicos, el titular de ‘4711’ interpuso la correspondiente demanda, que finalmente fue estimada por el TS alemán (BGH). - Sentencia del Hoge Raad de 27 de junio de 1975 En esta sentencia de la Corte Suprema de Holanda, se otorga protección a la marca ‘Claeryn’, marca comercializadora de ginebra, frente la empresa ‘Colgate’, que quería hacer uso de la marca ‘Klarein’, para comercializar un jabón líquido. Al igual que en caso anterior, los consumidores podrían llegar a asociar de forma negativa el jabón líquido con la ginebra (‘connotaciones químicas’). Llegados a este punto, es importante hacer referencia a una sentencia del TS que trata la protección de la marca renombrada ante la lesión de su renombre, la STS de 7 de mayo de 2007. Las leyes aplicables al caso eran la LMa/1988 y la DM. La empresa comercializadora de bebidas alcohólicas ‘Pedro Domecq’ ostentaba un derecho exclusivo sobre diversas marcas gráficas (‘‘dibujo de una botella, con franjas coloreadas en su parte superior, introducida en una malla dorada’’) y tridimensionales (una botella, con distintos colores, también introducida en una malla dorada y con una etiqueta que contiene las denominaciones, en un caso, «Centenario Terry» y, en el otro, «Terry 1900»). ‘Pedro Domenecq’ interpone demanda contra ‘Zamora S.A.’ alegando que esta última ha invadido su derecho exclusivo por vender ‘Ron Brugal’, en una botella con una malla muy similar a la de sus botellas. Añadía que el peligro de debilitamiento y la dilución de la marca se producían aunque no existiese riesgo de confusión. La demandante interpuso los correspondientes recursos, llegando al de casación, en el que invocaba la protección del art. 5.2 de la DM, que protegía la marca renombrada con independencia del riesgo de confusión o asociación, cuando hubiese peligro de debilitamiento o dilución en la marca. Así también denunciaban la infracción del art. 13 c) de la LMa/1988, en el que no se introdujo en ‘‘la prohibición el aprovechamiento del carácter distintivo de la marca y la posibilidad de causar perjuicio injustificado a uno u otro’’, tal 37 como afirmaba FERNÁNDEZ-NOVOA50. La LMa tenía una regulación más parca que la DM; sólo protegía a la marca renombrada ante el riesgo de confusión. Finalmente la decisión del TS fue desestimar el recurso de casación por falta de correlación entre la LMa y la DM. La idea que se extrae de la sentencia es que había una clara falta de concordancia entre ambas leyes (en cuanto a la protección de la marca ante la lesión de su renombre), quizás si la recurrente se hubiese apoyado en la LCD, probablemente se hubiese estimado el recurso de casación. En términos análogos, MONTEAGUDO sostenía que había que recurrir a la LM ‘‘si la lesión del renombre se yuxtapone al aprovechamiento de la reputación ajena. Para los demás supuestos, empero, es obligado el recurso a la normativa contra la competencia desleal’’;51 el supuesto de la presente sentencia era la obtención de una ventaja desleal del renombre de la marca. 4.2 Riesgo de vulgarización La connotación cuantitativa (notoriedad) y cualitativa (reputación) de la marca renombrada la hacen ‘líder’ y ‘pionera’ en el sector al que pertenece. Es garantía de reconocimiento empresarial y en la mayoría de los casos, de reconocimiento de calidad. La principal ‘consecuencia’ de la popularidad de la marca renombrada es que suele estar muy implantada en el mercado. Para el empresario que está al frente de la marca, esto es una virtud en toda regla dado que la marca es la principal ventaja competitiva de la empresa. El concepto de vulgarización hace alusión al riesgo que corre este tipo de marcas que están muy implantadas en el mercado. Es posible que el conocimiento del signo por un elevado número de consumidores se vea reducido a medida que pasa el tiempo, llegando al punto en el que los consumidores perciban la marca como una denominación genérica que identifica el producto al que hace referencia. Algunos ejemplos que nos pone 50 FERNÁNDEZ-NOVOA, ‘‘Tratado sobre Derecho de Marcas’’, 2004, pags.413 y ss., cita extraída de FERRÁNDIZ GABRIEL, J.R., ‘‘La protección de la marca renombrada ante la lesión de su renombrada. El uso relevante de la marca y su caducidad. Comentario de la sentencia del TS de 7 de mayo de 2007’’. En Cuadernos de Derecho Judicial, nº 145, pág. 176. 51 MONTEAGUDO, M., ‘‘La protección de la Marca Renombrada’’, Civitas, Madrid, 1995, pág. 264. 38 BERCOVITZ ÁLVAREZ52 son el de la marca española Ganchitos®, que actualmente se usa en general para identificar a los aperitivos de maíz. Asimismo ‘Velcro’ sistema de apertura y cierre, ‘Rimmel’ máscara de pestañas, ‘Tipp-ex’ líquido corrector, ‘Post-it’ papel adhesivo para notas, ‘Jacuzzi’ bañera hidromasaje, ‘Gomina’ gel fijador, ‘Kleenex’ pañuelo de papel, ‘Doughnut’ rosquilla, berlina, ‘Bimbo’ pan de molde, ‘Albal’ `papel de aluminio, ‘Chiclets’ goma de mascar y ‘Chupa-chups’ caramelo con palo. Otros ejemplos de marcas erosionadas en EEUU son: ‘Vaseline’ protector labial, ‘Aspirine’ ácido acetilsalicílico (era marca registrada de Bayer AG, pero en Europa no ha sido vulgarizada), ‘Heroin’ jarabe (era marca registrada de Bayer AG) y ‘Yo-Yo’ juguete con cuerda (marca registrada de Duncan Yo-Yo company). La vulgarización es un riesgo al que se enfrentan todas las marcas de renombre por la popularidad que ostentan. ¿Hay algún tipo de protección jurídica ante este riesgo? La respuesta es afirmativa. Tanto la actual LMa (art. 55.1 d) como la DM (Art. 12.2 a) delimitan el alcance de este concepto. El principio general recogido en la ley determina que cuando una marca se convierta en designación usual del producto o servicio para el que esté registrada, se declarará su caducidad y dejará de tener efectos registrales. Por todo lo anterior, podemos decir que la consecuencia jurídica de la vulgarización es la caducidad de la marca. Siguiendo en todo momento a BERCOVITZ ÁLVAREZ, vemos que en su estudio nos propone dos sistemas de caducidad por vulgarización diferentes: sistema objetivo y sistema mixto. El sistema objetivo es el instaurado en EEUU e incorpora la vulgarización per se; es la percepción del consumidor en cuanto a que la marca ha dejado de serlo y ha pasado a ser designación genérica de un producto. En cambio, el sistema subjetivo es el instaurado en Europa; para que la vulgarización sea causa de 52 BERCOVITZ ÁLVAREZ, R., ‘‘Marca renombrada y vulgarización: ¿dos caras de una misma moneda?’’, en La protección a la marca renombrada frente a la vulgarización (Jornada en OEPM), Madrid, 2014. 39 caducidad es necesario que el titular actúe de forma negligente (‘actividad o inactividad), tal y como expresa el art. 55. ¿Cómo evitar la vulgarización? Las acciones que se pueden llevar a cabo para proteger una marca renombrada ante el riesgo de vulgarización son algunas como: usar la marca correctamente y señalarla de forma clara con el distintivo ® en los envases y en el etiquetado de los productos (esta conducta debería llevarla a cabo tanto el titular como los comerciales y distribuidores de la marca), ejercitar acciones contra competidores y potenciar la publicidad y las campañas informativas a consumidores. 40 5. CONCLUSIONES 1. La marca renombrada es el bien más preciado que tienen las empresas, ya que otorga a sus productos y servicios mayor prestigio y un conocimiento generalizado entre los consumidores. 2. Si tenemos que definir en dos palabras ‘qué es una marca renombrada’, notoriedad y reputación son los dos caracteres que mejor definen este tipo de marcas. El concepto de marca renombrada no es muy conocido entre las personas legas en derecho; y quizás en materias como el derecho mercantil que hemos estudiado durante el Grado, no ha sido un concepto al que se le haya hecho gran hincapié. Pero considero que en la práctica, cualquier consumidor medio es capaz de reconocer que marcas españolas como ‘Adolfo Domínguez’, ‘BBVA’, ‘Campofrío’, ‘Festina’, ‘el Corte Inglés’ o cualquiera de las más de 100 empresas miembro del Foro de Marcas Renombradas Españolas, son marcas que tienen en común aspectos como: un notable conocimiento por parte del público, distintividad, buena fama y prestigio, y productos y servicios de buena calidad. 3. La exigencia de una mayor protección para marcas notorias y renombradas se debió a que la LMa/1988 no aportaba una protección reforzada de los titulares de las mismas, ante el posible riesgo de confusión entre unas marcas y otras. En mi opinión, creo que el factor principal que propició la reforma legislativa (LMa/2001), fue la incorporación de la 1ª Directiva Comunitaria en Materia de Marcas, así como las disposiciones internacionales existentes sobre esta materia. 4. Es por todo lo anterior por lo que se estableció un sistema de protección que iba más allá del principio de especialidad y se ampliaba a supuestos como el aprovechamiento indebido y el riesgo de dilución. 5. Al igual que muchos autores, pienso que las marcas renombradas son un elemento muy importante en la actualidad. Ya que en tiempos de crisis, las empresas que cuentan con un gran renombre y prestigio tendrán que competir con otras marcas más económicas y posiblemente con productos y servicios con una calidad menor. Tendrán que mantener su posición de marca de alto prestigio y protegerse de todas aquellas marcas que intenten aprovecharse de su renombre para aumentar su fama, o mejor dicho, su volumen de ventas. 41 6. 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Fuentes Legales - Arreglo de Madrid de 14 de abril de 1891, relativo al registro internacional de marcas. - Acuerdo sobre Aspectos de Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio de 15 de abril de 1994. - Constitución Española de 1978. - Convenio de la Unión de París para la Protección de la Propiedad Industrial, de 20 de Marzo de 1883. - Directiva 89/104/CEE del Consejo, de 21 de diciembre de 1988. - Estatuto sobre Propiedad Industrial, aprobado por el Real Decreto-Ley de 26 de julio de 1929. - Ley Orgánica 3/1979, de 18 de diciembre, de Estatuto de Autonomía para el País Vasco. - Ley Orgánica 4/1979, de 18 de diciembre, Estatuto de Autonomía de Cataluña. (Vigente hasta el 9 de agosto de 2006). - Ley 32/1988, de 10 de noviembre, de Marcas. (Vigente hasta el 9 de diciembre de 2001). - Ley 17/2001, de 7 de Diciembre, de Marcas. 43 - Protocolo concerniente al Arreglo de Madrid de 27 de junio de 1989. - Reglamento (CE) 40/94 del Consejo, de 20 de diciembre de 1993, sobre la marca comunitaria. - Reglamento para la ejecución de la Ley 17/2001, de 7 de diciembre, de Marcas. - Tratado sobre el Derecho de Marcas de 27 de octubre de 1994. Sitios web LOCKHART, T., J., ‘‘Lo que no se sabe de las Marcas’’. En Revista de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, nº 6, 2009. Disponible en: http://www.wipo.int/wipo_magazine/es/2009/06/article_0010.html CARAVANTES, S., ‘‘Marcas notorias y renombradas’’. En Blog El reto emprender, 2014. Disponible en: http://www.elretodeemprender.com/marcas-notorias-y-marcas-renombradas/ BERCOVITZ ÁLVAREZ, R., ‘‘Marca renombrada y vulgarización: ¿dos caras de una misma moneda?’’. En La protección a la marca renombrada frente a la vulgarización (Jornada en OEPM), Madrid, 2014. 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STS 482/2007 de 7 de mayo STS de 21 de enero de 2008, RC 957\2005 STS 123/2008 de 21 de febrero, RJ 2008\5499 STS 3746/2010 de 17 de julio, RC 5504/2009 STS de 2 de junio de 2014, RC 2198/2012 - MARCAS NOTORIAS STS 528/1993 de 19 de mayo de 1993 STS de 3 de abril de 1996, RC 5538/92 - MARCAS DE DENOMINACIÓN GENÉRICA STS de 14 de abril de 1984, RJ 1984/2139 - PRUEBA DEL CARÁCTER RENOMBRADO DE LA MARCA STJCE de 16 de julio de 1998, AS. C-210/96 (Gut Springenheide) STJCE de 22 de junio de 1999, asunto C-342-97 (Lloyds Schunhfabrik Meyer&Co. CmbH-Klijsen Handel BV) - CONDUCTAS LESIVAS DEL RENOMBRE SBGH de 8 de julio de 1958, Az. I ZR 68/57 (caso 4711) Sentencia del Hoge Raad de 27 de junio de 1975, B.I.E. 1975, 192 45 46