Estrategias para establecer normas e instrucciones NORMAS Establecer pocas normas, breves, claras y concisas (si posible, de manera consensuada con el alumnado para consolidar la corresponsabilidad). Comunicar las normas, límites y consecuencias al alumnado: turno de palabra, silencio, respeto, levantarse con permiso, no insultar/agredir, etc. El niño/a debe conocer las consecuencias si se incumplen las normas. Exponer la normativa en un lugar visible y de fácil acceso (mural o corcho). Aplicar inmediatamente las consecuencias al incumplir las normas (sanción). Si es un alumno/a de la etapa preescolar, no sucumbir a sus berrinches. Cuidar de que no se haga daño o lastime a los demás. Mejores resultados utilizando el refuerzo positivo antes que el castigo. Aplicar consecuencias educativas (p.ej., si ensucia, debe limpiar) y no tanto punitivas. El castigo enseña QUÉ NO se debe hacer, pero no enseña la conducta apropiada. El castigo no mejora las dificultades del TDAH. Aplicar consecuencias proporcionadas a la falta cometida. No castigar sin recreo ni bajando la nota académica. Mejor que la expulsión, enseñar a reconducir su conducta con alternativas para expresar sus sentimientos (habilidades sociales, técnicas de relajación, etc.). INSTRUCCIONES (tareas, exámenes, trabajos, etc.) Mantener contacto visual con el niño/a al dar las instrucciones. Asegurarnos de que comprendido la indicación, solicitando que nos repita lo que le hemos pedido. No dar órdenes múltiples: las indicaciones serán breves, claras y de una en una. Si es necesario, repetiremos las instrucciones hasta su comprensión. Fomentar la confianza necesaria para que el niño/a nos pida ayuda si lo requiere. Es habitual que necesite nuestra ayuda con más frecuencia que el resto de alumnos/as de su edad y desarrollo. Su aprendizaje es más lento. Según aprenda la rutina, ir retirando la ayuda gradualmente (alertas ante los retrocesos) Dar las instrucciones de manera multisensorial: oral y escrita. Entrenar en el uso de autoinstrucciones.