www.njbosch.com ~ Eleonora Carceroni Garbayo Abogada, Especialista en LOPD Mega Software y Comunicaciones www.megasyc.com El tratamiento de los datos personales con fines de publicidad La tenue línea entre las buenas prácticas y la ilegalidad La utilización de los medios tecnológicos para ampliar la cartera de clientes, es algo cada vez más habitual en los departamentos comerciales de las empresas, y partir de esta realidad la Agencia Española de Protección de Datos ha desarrollado una Inspección Sectorial de Oficio sobre las llamadas telefónicas y mensajes a telefonía móvil con fines comerciales y publicitarios. Las técnicas de publicidad han avanzado junto con las nuevas tecnologías y por tanto la práctica abusiva al acercarse a uno potencial cliente es algo que se ha transformado en un problema de la sociedad actual. Hay que delimitarse un marco donde se conjugue las buenas prácticas comerciales con respecto a la intimidad del ciudadano. Las llamadas telefónicas comerciales no solicitadas son nuestro primer punto de análisis. Las comunicaciones comerciales por correo electrónico u otro medio de comunicación electrónica equivalente, como ejemplo los envíos de SPAM y SMS con carácter general se encuentran prohibidas a menos que hubieran sido solicitadas o expresamente autorizadas o que exista una relación contractual previa, en cambio la realización de llamadas no automáticas con fines comerciales no se encuentran restringidas a menos que el destinatario se oponga a recibirlas. Sin embargo, esta laguna muchas veces es utilizada por los departamentos Protección de datos comerciales como forma de acercarse a los clientes. ¿Pero que medidas son conferidas a los usuarios en estos casos? Tratándose de datos de carácter personal, los usuarios cuentan con el derecho de exclusión que se refiere específicamente a la exclusión de sus datos del fichero de comunicaciones comerciales. El RD 1720/2007 trata en su art. 48 y 49 de este tipo de fichero, separando en dos grupos: El primer grupo, relacionado en el art. 48, comprendería los ficheros individuales de exclusión comercial: “Los responsables a los que el afectado haya manifestado su negativa a recibir publicidad podrán conservar los mínimos datos imprescindibles para identificarlo y adoptar las medidas necesarias que eviten el envío de publicidad.” Y el segundo grupo, referido en el art. 49 hace mención a los denominados “ficheros comunes”: “Será posible la creación de ficheros comunes, de carácter general o sectorial, en los que sean objeto de tratamiento los datos de carácter personal que resulten necesarios para evitar el envío de comunicaciones comerciales a los interesados que manifiesten su negativa u oposición a recibir publicidad.” Además de la LOPD, la LSSI también prohíbe el envío de comunicaciones comerciales realizadas a través de correo electrónico o medios de comunicación electrónica equivalentes sin la previa solicitud o expresa autorización de lo destinatario. El NJBosch El tratamiento de los datos personales con fines de publicidad incumplimiento de tal normativa ha originado una verdadera multitud de sanciones a las empresas que por diversas razones siguen utilizando el correo electrónico como forma de publicitar sus servicios. Hay una infinidad de decisiones que condenan dicha práctica. Como ejemplo os señalo una Sentencia de la Audiencia Nacional de 17 de septiembre de 2008 (RJCA/2008/428) que ha desestimado un recurso contencioso administrativo deducido contra una Resolución del Director de la Agencia Española de Protección de Datos, que impuso una sanción por una infracción al art. 21 de la LSSI, es decir el envío no solicitado de comunicación comercial por correo electrónico. La recurrente ha impugnado el presente recurso, alegando entre otras cosas que el correo electrónico figuraba en una página web de carácter corporativo y comercial, además referirse a una entidad mercantil y no a una persona física, y sustenta que no constaba que su titular haya manifestado el deseo de no recibir publicidad. Las alegaciones de la parte recurrente de esta manera intentan eludir una afronta al derecho de intimidad del ciudadano, una vez que se excusa de tratar datos de persona física, o que justificaría la inaplicabilidad de la LOPD, Hecho este que no impediría la aplicación de una sanción con base en la LSSI. Sin embargo, el fundamento de que el correo figuraba en una página web no es consistente una vez que el entendimiento de la Agencia es que las informaciones de carácter personal disponibles en Internet no son consideradas fuentes accesibles al público. La Audiencia Nacional ni siquiera analiza tal justificación y rechaza la misma, por los motivos antes expuestos y ya arraigados en el entendimiento de la AEPD, y con fundamento en el art. 3.j de la LOPD y el art. 7 del RD 1720/2007. En relación al envío de comunicación comercial sin previa solicitación o expresa autorización por sus destinatarios, la Audiencia Nacional indica: ~ Además de la LOPD, la LSSI también prohíbe el envío de comunicaciones comerciales realizadas a través de correo electrónico o medios de comunicación electrónica equivalentes sin la previa solicitud o expresa autorización de lo destinatario ~ “resulta por ello secundario que la dirección del destinatario procediese de una base de datos publicada en Internet, pues lo relevante a los efectos analizados, es que el denunciante no otorgó su consentimiento, por lo que carece de cobertura para dicha remisión. Y igualmente indiferente, y por los mismos motivos, el hecho de que el destinatario de dicho envío pudiera ser (al menos figuraba así publicado en la indicada pagina web adjuntada como documental por la actora), una persona jurídica y no una persona física”. Y finalmente en el fallo, la Audiencia Nacional desestima el recurso, confirmando la sanción impuesta en resolución del Director de la AEPD. Es primordial trazar un paralelo entre la LOPD y la LSSI, aunque ambas normativas tengan una finalidad distinta, en lo tocante al tratamiento de datos de carácter personal ambas legislaciones coinciden, una vez que en el art. 19.2 de la LSSI menciona: “En todo caso, será de aplicación la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal, y su normativa de desarrollo, en especial, en lo que se refiere a la obtención de datos personales, la información a los interesados y la creación y mantenimiento de ficheros de datos personales.” De esta manera, la potestad sancionadora en ambos los casos compite a la Agencia Española de Protección de Datos. Otra práctica comercial muy usual es la utilización de datos de carácter personal de personas recomendadas. Esta técnica de captación de clientes hace con que el receptor de los datos tenga una falsa percepción que tiene un “aval” para la utilización de dichos datos, una vez que les fueron facilitados muchas veces por clientes que tienen una relación contractual o a través de un amigo (practica muy utilizada por empresas que ofrecen un premio o ventaja a quien ofrezca datos de un amigo o conocido, el famoso: “indique el correo electrónico de un amigo”). Analizando el art. 6 de la LOPD: “El tratamiento de los datos de carácter personal requerirá el consentimiento inequívoco del afectado, salvo que la ley disponga otra cosa”, es decir de manera general, la practica de recogida de datos a través de recomendación es algo que va en contra de la ley, una vez que la persona interesada no ha prestado su consentimiento para la utilización de los mismos. Y una vez más trazando un paralelo entre la LOPD y la LSSI, de este caso en concreto la empresa que se utilice de un dato recomendado por alguien y que no cuente con el consentimiento previo del afectado, incurrirá en una infracción al art. 21 de la LSSI. Como ejemplo os cito una Resolución de la AEPD (PS/00291/2008), que impuso una multa de 600 euros a una entidad por violación del art. 21 de la LSSI, que remetió publicidad por correo electrónico sin el consentimiento previo de la denunciante. No nos resta duda de que el terreno publicitario hoy en día se encuentra cada vez más vulnerable al incumplimiento de las normas garantizadoras de la intimidad de los ciudadanos. De esta forma, es algo imprescindible que los departamentos comerciales en conjunto con los departamentos jurídicos de las empresas adopten las medidas contempladas en la legislación, para que haya una armonía entre los dos y respeto tanto a los datos de los clientes como a los datos de los ciudadanos de manera general, y consecuentemente evitar sanciones. 2