Actuación policial en siniestralidad laboral 1 ACTUACIÓN POLICIAL EN SINIESTRALIDAD LABORAL. I. INTRODUCCIÓN. El punto de partida para abordar esta materia lo encontramos en el art. 40.2 de la Constitución: Asimismo, los poderes públicos (...), velarán por la seguridad e higiene en el trabajo y garantizarán el descanso necesario, mediante la limitación de la jornada laboral, las vacaciones periódicas retribuidas y la promoción de centros adecuados. En virtud de esta previsión constitucional, el legislador ha elaborado un extensísimo conjunto de normas de carácter administrativo para paliar, reducir o, incluso evitar los riesgos que causan los accidentes laborales. De todas estas normas administrativas, la principal es la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, la cual ha sido desarrollada por diferentes reglamentos que tratan los diferentes aspectos que atañen a las relaciones laborales en esta materia. Pero además, el legislador ha introducido preceptos específicos en el Código Penal en los que se incrimina la conducta de quien deja de adoptar las medidas de seguridad en el trabajo a las que viene obligado, con riesgo grave para la vida y la salud de los trabajadores (artículos 316 y 317 del CP). Estos preceptos –como delitos de peligro- y los que castigan el homicidio y lesiones imprudentes (artículos 152 y 142, así como la falta del artículo 621) son los que se abordarán durante la presente sesión. Como quiera que los arts. 316 y 317 del Código Penal realizan una remisión a normas extrapenales1, resulta necesaria para la actuación policial en esta materia conocer aquellas, con el fin de poder llegar a una conclusión sobre su cumplimiento o incumplimiento. En cuanto a la intervención policial propiamente dicha, es forzoso acudir al Convenio firmado el 6 de Septiembre de 2006 entre la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, el decanato de los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid, en el cual se recoge un protocolo en el que se disponen actuaciones concretas del Cuerpo de Policía Municipal de Madrid en los supuestos previstos en el mismo. También resulta de interés citar el Protocolo marco de colaboración entre el Consejo General del Poder Judicial, el Ministerio del Interior, el Ministerio de Trabajo y la Fiscalía General del Estado para la investigación 1 Los artículos 316 y 317 del Código Penal son, pues, auténticas normas penales en blanco, lo que implica una relajación del principio de legalidad, pues es necesario acudir a la normativa sectorial para completar elementos de la infracción penal. OSCAR MORALES, Régimen de responsabilidad penal derivada de la siniestralidad laboral en la ejecución de obras civiles. Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 2 eficaz y rápida de los delitos contra la vida, la salud y la integridad física de los trabajadores y la ejecución de las sentencias condenatorias2. II. CONCEPTO DE ACCIDENTE DE TRABAJO. a) Concepto legal de accidente de trabajo. En el artículo 115 del Texto Refundido de la Ley General de Seguridad Social, aprobado por Real Decreto Legislativo 1/1994, de 20 de junio, se define el accidente de trabajo de la siguiente forma: 1. Se entiende por accidente de trabajo toda lesión corporal que el trabajador sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta ajena3. 2. Tendrán la consideración de accidentes de trabajo: a. Los que sufra el trabajador al ir o al volver del lugar de trabajo4. b. Los que sufra el trabajador con ocasión o como consecuencia del desempeño de cargos electivos de carácter sindical, así como los ocurridos al ir o al volver del lugar en que se ejerciten las funciones propias de dichos cargos. c. Los ocurridos con ocasión o por consecuencia de las tareas que, aun siendo distintas a las de su categoría profesional, ejecute el trabajador en cumplimiento de las órdenes del empresario o espontáneamente en interés del buen funcionamiento de la empresa. d. Los acaecidos en actos de salvamento y en otros de naturaleza análoga, cuando unos y otros tengan conexión con el trabajo. e. Las enfermedades, no incluidas en el artículo siguiente, que contraiga el trabajador con motivo de la realización de su trabajo, siempre que se pruebe que la enfermedad tuvo por causa exclusiva la ejecución del mismo. 2 Para LUIS HUETE PÉREZ, este protocolo tiene la virtualidad, entre otras cosas, de reunir y simplificar el contenido de la legislación procesal y de la reguladora de la policía judicial trasladándola a una serie de actuaciones cuya singularidad deriva de la complejidad y especialidad de la materia y de la intervención de múltiples autoridades cuya coordinación es imprescindible para garantizar el éxito de la investigación penal. 3 Es decir, no será de aplicación a los trabajadores autónomos, que según el Estatuto que regula este tipo de trabajo, son aquellas personas físicas que realizan de forma habitual, personal, directa, por cuenta propia y fuera del ámbito de dirección y organización de otra persona, una actividad económica o profesional a título lucrativo, den o no ocupación a trabajadores por cuenta ajena. 4 Son aquellos que el trabajador sufre como consecuencia del recorrido necesario para llegar de su domicilio al trabajo o del centro de trabajo a su domicilio, siempre que sea dentro de un plazo normal de tiempo ajustado según el medio de transporte y que el recorrido se haga por el camino habitual. Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 3 f. Las enfermedades o defectos, padecidos con anterioridad por el trabajador, que se agraven como consecuencia de la lesión constitutiva del accidente. g. Las consecuencias del accidente que resulten modificadas en su naturaleza, duración, gravedad o terminación, por enfermedades intercurrentes, que constituyan complicaciones derivadas del proceso patológico determinado por el accidente mismo o tengan su origen en afecciones adquiridas en el nuevo medio en que se haya situado el paciente para su curación. 3. Se presumirá, salvo prueba en contrario, que son constitutivas de accidente de trabajo las lesiones que sufra el trabajador durante el tiempo y en el lugar del trabajo. 4. No obstante lo establecido en los apartados anteriores, no tendrán la consideración de accidente de trabajo: a. Los que sean debidos a fuerza mayor extraña al trabajo, entendiéndose por ésta la que sea de tal naturaleza que ninguna relación guarde con el trabajo que se ejecutaba al ocurrir el accidente. En ningún caso se considerará fuerza mayor extraña al trabajo la insolación, el rayo y otros fenómenos análogos de la naturaleza. b. Los que sean debidos a dolo o a imprudencia temeraria del trabajador accidentado. 5. No impedirán la calificación de un accidente como de trabajo: a. La imprudencia profesional que es consecuencia del ejercicio habitual de un trabajo y se deriva de la confianza que éste inspira. b. La concurrencia de culpabilidad civil o criminal del empresario, de un compañero de trabajo del accidentado o de un tercero, salvo que no guarde relación alguna con el trabajo. b) Concepto desde el punto de vista de la seguridad. Técnicamente puede definirse el accidente de trabajo como todo suceso anormal, no querido ni deseado, que se presenta de forma brusca e inesperada en el trabajo, que interrumpe su normal continuidad y puede causar lesiones a los trabajadores o pérdida de patrimonio a la empresa. Ha de entenderse desde este punto de vista que también se consideran accidentes los sucesos que no producen daño a los trabajadores, conocidos como inocuos, sin lesión o blancos. c) Concepto desde el punto de vista patológico. Desde este punto de vista, el accidente es una patología traumática provocada generalmente por factores mecánicos o ambientales relacionados con el trabajo. Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 4 d) Origen de los accidentes de trabajo. Los factores causales de los accidentes son muy diversos. Así, pueden ser debidos a factores medioambientales de trabajo, unos con relación directa con el accidente, por ejemplo, una máquina insegura, y otros con implicación más difusa, como un entorno físico inconfortable. Hay también factores debidos a una mala organización y los hay debidos al propio comportamiento humano. Por su forma, pueden distinguirse las siguientes causas: Mortales Atropellos o golpes con vehículos Caídas a distinto nivel Caídas de objetos desprendidos Atrapamiento por o entre objetos Exposición a contactos eléctricos Graves Atrapamiento por o entre objetos Golpes por objetos o herramientas Choques contra objetos móviles Caídas a distinto nivel Caídas al mismo nivel Total con baja III. Golpes por objetos o herramientas Sobreesfuerzos Caídas al mismo nivel Proyección de fragmentos o partículas Caídas a distinto nivel ANÁLISIS PENAL. a) Delitos de riesgo en el ámbito de la siniestralidad laboral. Aparecen recogidos en el Título XV del Libro II del Código Penal, dedicado a los Delitos contra los derechos de los trabajadores, y son los arts. 316 y 317. Artículo 316. Los que con infracción de las normas de prevención de riesgos laborales y estando legalmente obligados, no faciliten los medios necesarios para que los trabajadores desempeñen su actividad con las medidas de seguridad e higiene adecuadas, de forma que pongan así en peligro grave su vida, salud o integridad física, serán castigados con las penas de prisión de seis meses a tres años y multa de seis a doce meses. Artículo 317. Cuando el delito a que se refiere el Artículo anterior se cometa por imprudencia grave, será castigado con la pena inferior en grado. Como bien recuerda LUIS HUETE PÉREZ, la estructura del tipo penal del art. 316 ha sido calificada por sectores doctrinales como “endiablada”, al Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 5 contener la misma elementos cuyos conceptos son de los más discutidos en el derecho penal: 1º. Es un delito de peligro concreto; A diferencia de los delitos de peligro abstracto, donde el peligro que se genera es sólo potencial o posible, pero indeterminado5, en los delitos de peligro concreto como el que nos ocupa es necesario que se añada una posibilidad real de que el resultado dañoso se produzca en la persona de uno o varios trabajadores. Desde este planteamiento, la simple omisión por parte de las personas obligadas de las medidas de seguridad sin que se produzca un peligro grave para la vida, salud o integridad física de los trabajadores, no alcanza el tener un reproche penal y sólo podría ser considerado una infracción administrativa. 2º. Es un delito de omisión; En realidad, se trataría más bien de una comisión impropia o comisión por omisión consiste en no evitar la producción de un resultado que el omitente tenía la obligación de impedir al encontrarse en posición de garante, como sucede con el empresario y las demás personas responsables, obligadas por Ley a facilitar aquellos medios para que el trabajo se lleve a cabo con las medidas de seguridad adecuadas. 3º. Es un delito especial; Especial porque sólo puede ser cometido por determinadas personas; como señala el art. 316 sólo pueden ser sujetos activos de este delito las personas que tienen la obligación legal de facilitar los medios de seguridad e higiene. Tanto el Estatuto de los Trabajadores, como la Ley de Prevención de Riesgos Laborales centran esta responsabilidad en la figura del empresario. En efecto, al empresario corresponde la adopción de cuantas medidas sean necesarias para la protección de la seguridad y la salud de los trabajadores, con las especialidades que se recogen en la propia Ley de Prevención de Riesgos Laborales en materia de evaluación de riesgos, información, consulta y participación y formación de los trabajadores, actuación en casos de emergencia y de riesgo grave e inminente, vigilancia de la salud, y mediante la constitución de una organización y de los medios necesarios en los términos establecidos en la misma Ley. El empresario deberá, además, intentar perfeccionar continuamente los niveles de protección existentes y realizar cuantos ajustes sean necesarios ante cualquier tipo de cambio en las circunstancias que inciden en la realización del trabajo. El art. 1.2 del Estatuto de los trabajadores define a los empresarios de la siguiente forma: 5 Así sucede en ciertos delitos contra la seguridad vial. Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 6 A los efectos de esta Ley, serán empresarios todas las personas, físicas o jurídicas, o comunidades de bienes que reciban la prestación de servicios de las personas referidas en el apartado anterior, así como de las personas contratadas para ser cedidas a empresas usuarias por empresas de trabajo temporal legalmente constituidas. Resulta importante en este punto señalar lo dispuesto en el art. 318 CP, según el cual, Cuando los hechos (...) se atribuyeran a personas jurídicas, se impondrá la pena señalada a los administradores o encargados del servicio que hayan sido responsables de los mismos y a quienes, conociéndolos y pudiendo remediarlo, no hubieran adoptado medidas para ello. Sin embargo, el empresario no es el único sujeto que puede incurrir en responsabilidad penal; es cierto que la carga de facilitar los medios corresponde exclusivamente al empresario y que la existencia de determinados servicios u órganos de la empresa como los servicios de prevención o el comité de seguridad y salud no eximen al empresario de su responsabilidad, pero ello no impide que dicha responsabilidad pueda extenderse a aquellas personas que, trabajando a su servicio, ostenten mando o dirección técnicos o de ejecución, ya sean mandos superiores, intermedios o subalternos, tanto si ejercen estas funciones reglamentariamente o de hecho6. 4º. Es una norma penal en blanco. La redacción del artículo 316 nos obliga a consultar otras normas para comprobar si efectivamente la acción que estamos estudiando ha incurrido o no en delito. Dentro de esas normas en sentido amplio a que se refiere el art. 316, el texto básico con el que tenemos que trabajar es la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, dedicada en exclusiva y en profundidad a esta materia. Sin embargo no es la única norma legal, ya que como apunta la sentencia del Tribunal Supremo nº 1355/2000 de fecha 26 de julio, existen muchas otras, tantas como todas las dictadas en la materia con independencia de su rango jerárquico. El propio art. 1 de la mencionada Ley de Prevención de Riesgos Laborales señala que debemos entender incluidas en esa remisión genérica que hace el art. 316 tanto a la legislación estatal, como la internacional que haya sido ratificada por el estado español, y con ello incorporada a nuestro ordenamiento y por supuesto también los convenios colectivos, en cuanto normas convencionales. Por lo que hace a este tipo de normas existe discrepancias entre diferentes sectores de la doctrina en cuanto al alcance que debe requerirse de dichos convenios colectivos. Mientras un sector defiende que únicamente se tendrán que tener en cuenta aquellos que tengan ámbito estatal y eficacia general, otro sector opina que deberán ser válidos cualesquiera convenios colectivos con independencia de su ámbito territorial, funcional o empresarial. 6 Sentencias del Tribunal Supremo de 10 de mayo de 1980 y de 30 de marzo de 1990. Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 7 5º. Elementos que constituyen la conducta típica. 1- La infracción de normas sobre prevención de riesgos laborales. Para LUIS HUETE PÉREZ, el Código Penal no exige que la infracción de esas normas tenga un carácter grave; a mi juicio, la exigencia de esa infracción por el tipo penal debe ponerse en conexión con las consecuencias derivadas de la misma. De esta forma, una infracción aún leve de las normas de prevención, pero que suponga un grave riesgo para la vida o salud de los trabajadores servirá para integrar el tipo penal. Y, por el contrario, un incumplimiento grave o muy grave, pero que no produzca los anteriores efectos, deberá ser considerada como una mera infracción administrativa. 2- No facilitar los medios necesarios. Nos encontramos nuevamente, como señala la ya mencionada sentencia del Tribunal Supremo nº 1355/2000, ante un ejemplo de norma penal incompleta e indeterminada que ha de llenarse según el caso y sus circunstancias, es decir, empíricamente; en cada caso deberemos comprobar la existencia de un nexo de causalidad entre la falta de medios causada por el sujeto activo y el resultado de un peligro grave para la vida, salud e integridad física del trabajador. La mayoría de la doctrina considera que por medios necesarios debemos entender no sólo los estrictamente materiales, sino también los personales, intelectuales y organizativos. Así podríamos incluir aspectos como la falta de información sobre el riesgo de la labor a desempeñar por el trabajador, la falta de formación, la imposición de ritmos de trabajo inadecuados, aunque son temas que han de analizarse caso por caso, estudiando todas las circunstancias del mismo. Por lo que respecta a los medios materiales hay que indicar que no basta con que el empresario facilite los medios materiales necesarios para desempeñar una labor sino que además ha de vigilar para que se cumplan estrictamente sus instrucciones, que deben tener por objeto tanto la finalidad de protección de los trabajadores del riesgo genérico que crea o exige el servicio encomendado, como a la protección de las ordinarias imprudencias profesionales7. En este mismo sentido se pronuncia la sentencia nº 16/2001 de 21 de febrero de la Audiencia Provincial de Cuenca cuando señala que no sólo resulta imprescindible una cumplida información a los trabajadores de los riesgos y medidas a adoptar en caso de accidente, ni que se proporcione a estos las correspondientes prendas protectoras, sino que, además, resulta preciso un control total de las operaciones que se están realizando. 3- Creación de un peligro grave. Para la concreción de este elemento puede servir la definición establecida en el art. 4.4 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales: 7 Sentencia de 22 de diciembre de 1995 de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid. Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 8 Se entenderá como riesgo laboral grave e inminente aquel que resulte probable racionalmente que se materialice en un futuro inmediato y pueda suponer un daño grave para la salud de los trabajadores. Se puede hablar de probabilidad e inminencia del daño como de cercanía o posibilidad de que éste se produzca, teniendo en cuenta su localización, las circunstancias de tiempo, el número de trabajadores, así como las ocasiones en que situaciones similares han dado lugar a accidentes. Y en cuanto a la gravedad, para LUIS HUETE PÉREZ, la misma viene referida al resultado que podría producirse de materializarse el daño. Es preciso hacer un juicio de valor de las circunstancias concurrentes, poniendo éstas en relación con la actividad que se desarrolla, lo que nos permitirá determinar de una forma razonable la probabilidad de que el riesgo se materialice en un resultado lesivo para los trabajadores, es decir el resultado que normalmente acompañará a este tipo de riesgo. Dicho resumidamente, la valoración acerca de la gravedad del peligro para la vida y la salud de los trabajadores debe hacerse teniendo en cuenta la proximidad del daño y la severidad del mismo. Por ejemplo es fácil deducir que la ausencia de protecciones colectivas e individuales para eliminar el riesgo de caída desde una quinta planta de un edificio en construcción, supone un riesgo de muerte para los trabajadores que desarrollan su actividad en la misma. b) Delitos de lesión: homicidio por imprudencia (artículo 142), lesiones por imprudencia (artículo 152) y falta de homicidio y lesiones por imprudencia (artículo 621). Estos delitos tienen como característica común a todos ellos, en primer lugar, que se exige la producción de un resultado lesivo. En segundo lugar, se trata de infracciones penales cometidas a título de imprudencia. La acción u omisión imprudente se caracteriza por la infracción de un deber de cuidado por parte del sujeto que la lleva a cabo. Cuando nos referimos al deber de cuidado podemos hallarnos ante normas de conducta escritas o reglamentadas o bien pautas de comportamiento no escritas pero socialmente aceptadas que han devenido en normas de conducta. En este sentido resulta claro que existen actividades que están perfectamente reglamentadas tal y como sucede con la actividad laboral cuando nos referimos a la normativa sobre riesgos laborales, cuyo carácter imperativo determina su conocimiento y observancia por parte de los intervinientes en la actividad productiva, por cuanto está pensada para evitar o reducir los riesgos para la vida, integridad y salud física de los trabajadores derivados de la propia actividad laboral. Nos referimos en este caso a la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y las normas de desarrollo de la misma. c) Problemas concursales. Cuando como consecuencia del peligro concreto se produce el resultado lesivo para la vida, la salud o la integridad física de los trabajadores, se plantea el problema de qué clase de concurso aplicar, de normas o de delitos. La Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 9 opinión de la doctrina mayoritaria considera que en estos casos existe un concurso ideal de delitos, unidad de hecho y pluralidad de bienes jurídicos lesionados o puestos en peligro, entre el cometido contra la seguridad de los trabajadores y las respectivas modalidades imprudentes de la causación de lesiones o muerte. Corresponderá entonces la aplicación del art. 77 del Código Penal pues como señala MUÑOZ CONDE se trata efectivamente de dos delitos distintos: el de peligro común y el de resultado lesivo, de homicidio o lesiones imprudentes. La jurisprudencia también se ha venido decantando por la opción del concurso ideal de delitos. Y así lo hacen sentencias como la del Tribunal Supremo de fecha 12 de julio de 1999, que señala la modificación introducida por la reforma del Código Penal de 1995 para los delitos cometidos por imprudencia, indicando que en caso de varios resultados, se sancionarán los hechos conforme a las reglas del artículo 77 actual. En igual sentido la sentencia del mismo tribunal de fecha 14 de julio de 1999 apunta que cuando como consecuencia de la infracción de normas de prevención de los riesgos laborales se produzca el resultado que se pretendía evitar con ellas, el delito de resultado absorberá al de peligro. IV. ANÁLISIS DE LAS NORMAS DE PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES. a) Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales. Como ya se ha dicho, para integrar el tipo penal de los delitos de peligro concreto, hay que acudir a la normativa extrapenal en materia de prevención. Sin duda, la Ley que constituye el punto de partida es la de Prevención de Riesgos Laborales, que en su art. 1 aclara cuáles son las normas que comprenden esta normativa. Artículo 1. Normativa sobre prevención de riesgos laborales. La normativa sobre prevención de riesgos laborales está constituida por la presente Ley, sus disposiciones de desarrollo o complementarias y cuantas otras normas, legales o convencionales, contengan prescripciones relativas a la adopción de medidas preventivas en el ámbito laboral o susceptibles de producirlas en dicho ámbito. 1º. Ámbito de aplicación. Es importante tener en cuenta el ámbito de aplicación de la Ley, que se recoge en el art. 3 de la misma. Artículo 3. Ámbito de aplicación. 1. Esta Ley y sus normas de desarrollo serán de aplicación tanto en el ámbito de las relaciones laborales reguladas en el Texto Refundido de la Ley del Estatuto de los Trabajadores, como en el de las relaciones de carácter administrativo o estatutario del personal al servicio de las Administraciones Públicas, con las peculiaridades que, en este caso, se contemplan en la presente Ley o en sus normas de desarrollo. Ello sin perjuicio del cumplimiento Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 10 de las obligaciones específicas que se establecen para fabricantes, importadores y suministradores, y de los derechos y obligaciones que puedan derivarse para los trabajadores autónomos. Igualmente serán aplicables a las sociedades cooperativas, constituidas de acuerdo con la legislación que les sea de aplicación, en las que existan socios cuya actividad consista en la prestación de un trabajo personal, con las peculiaridades derivadas de su normativa específica. Cuando en la presente Ley se haga referencia a trabajadores y empresarios, se entenderán también comprendidos en estos términos, respectivamente, de una parte, el personal con relación de carácter administrativo o estatutario y la Administración pública para la que presta servicios, en los términos expresados en la disposición adicional tercera de esta Ley, y, de otra, los socios de las cooperativas a que se refiere el párrafo anterior y las sociedades cooperativas para las que prestan sus servicios. 2. La presente Ley no será de aplicación en aquellas actividades cuyas particularidades lo impidan en el ámbito de las funciones públicas de: Policía, seguridad y resguardo aduanero. Servicios operativos de protección civil y peritaje forense en los casos de grave riesgo, catástrofe y calamidad pública. Fuerzas Armadas y actividades militares de la Guardia Civil. No obstante, esta Ley inspirará la normativa específica que se dicte para regular la protección de la seguridad y la salud de los trabajadores que prestan sus servicios en las indicadas actividades. 3. En los centros y establecimientos militares será de aplicación lo dispuesto en la presente Ley, con las particularidades previstas en su normativa específica. En los establecimientos penitenciarios, se adaptarán a la presente Ley aquellas actividades cuyas características justifiquen una regulación especial, lo que se llevará a efecto en los términos señalados en la Ley 7/1990, de 19 de julio, sobre negociación colectiva y participación en la determinación de las condiciones de trabajo de los empleados públicos. 4. La presente Ley tampoco será de aplicación a la relación laboral de carácter especial del servicio del hogar familiar. No obstante lo anterior, el titular del hogar familiar está obligado a cuidar de que el trabajo de sus empleados se realice en las debidas condiciones de seguridad e higiene. 2º. Derechos y obligaciones. En los arts. 14 y ss. se regulan los derechos y obligaciones; comienza diciendo la Ley que los trabajadores tienen derecho a una protección eficaz en materia de seguridad y salud en el trabajo, lo que supone la existencia de un correlativo deber del empresario de protección de los trabajadores frente a los riesgos laborales. En este sentido, forman parte del derecho de los trabajadores a una protección eficaz en esta materia: Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral - 11 Los derechos de información, consulta y participación. Formación en materia preventiva, Paralización de la actividad en caso de riesgo grave e inminente. Vigilancia de su estado de salud. En el marco de sus responsabilidades, y en cumplimiento del deber de protección, el empresario realizará la prevención de los riesgos laborales mediante la integración de la actividad preventiva en la empresa y la adopción de cuantas medidas sean necesarias para la protección de la seguridad y la salud de los trabajadores, y mediante la constitución de una organización y de los medios necesarios en los términos establecidos en la Ley. 3º. Principios de la acción preventiva. Según el art. 15, el empresario aplicará las medidas que integran el deber general de prevención previsto en el artículo anterior, con arreglo a los siguientes principios generales: a. Evitar los riesgos. b. Evaluar los riesgos que no se puedan evitar. c. Combatir los riesgos en su origen. d. Adaptar el trabajo a la persona, en particular en lo que respecta a la concepción de los puestos de trabajo, así como a la elección de los equipos y los métodos de trabajo y de producción, con miras, en particular, a atenuar el trabajo monótono y repetitivo y a reducir los efectos del mismo en la salud. e. Tener en cuenta la evolución de la técnica. f. Sustituir lo peligroso por lo que entrañe poco o ningún peligro. g. Planificar la prevención, buscando un conjunto coherente que integre en ella la técnica, la organización del trabajo, las condiciones de trabajo, las relaciones sociales y la influencia de los factores ambientales en el trabajo. h. Adoptar medidas que antepongan la protección colectiva a la individual. i. Dar las debidas instrucciones a los trabajadores. 2. El empresario tomará en consideración las capacidades profesionales de los trabajadores en materia de seguridad y de salud en el momento de encomendarles las tareas. 3. El empresario adoptará las medidas necesarias a fin de garantizar que sólo los trabajadores que hayan recibido información suficiente y adecuada puedan acceder a las zonas de riesgo grave y específico. 4. La efectividad de las medidas preventivas deberá prever las distracciones o imprudencias no temerarias que pudiera cometer el trabajador. Para su adopción se tendrán en cuenta los riesgos adicionales que pudieran implicar determinadas medidas preventivas, las cuales sólo podrán adoptarse cuando la Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 12 magnitud de dichos riesgos sea sustancialmente inferior a la de los que se pretende controlar y no existan alternativas más seguras. 5. Podrán concertar operaciones de seguro que tengan como fin garantizar como ámbito de cobertura la previsión de riesgos derivados del trabajo, la empresa respecto de sus trabajadores, los trabajadores autónomos respecto a ellos mismos y las sociedades cooperativas respecto a sus socios cuya actividad consista en la prestación de su trabajo personal. b) Real Decreto 39/1997, por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención. De este reglamento hay que tener especialmente en cuenta dos previsiones: 1º. Plan de prevención de riesgos laborales. 1. El Plan de prevención de riesgos laborales es la herramienta a través de la cual se integra la actividad preventiva de la empresa en su sistema general de gestión y se establece su política de prevención de riesgos laborales. El Plan de prevención de riesgos laborales debe ser aprobado por la dirección de la empresa, asumido por toda su estructura organizativa, en particular por todos sus niveles jerárquicos, y conocido por todos sus trabajadores. 2. El Plan de prevención de riesgos laborales habrá de reflejarse en un documento que se conservará a disposición de la autoridad laboral, de las autoridades sanitarias y de los representantes de los trabajadores, e incluirá, con la amplitud adecuada a la dimensión y características de la empresa, los siguientes elementos: a. La identificación de la empresa, de su actividad productiva, el número y características de los centros de trabajo y el número de trabajadores y sus características con relevancia en la prevención de riesgos laborales. b. La estructura organizativa de la empresa, identificando las funciones y responsabilidades que asume cada uno de sus niveles jerárquicos y los respectivos cauces de comunicación entre ellos, en relación con la prevención de riesgos laborales. c. La organización de la producción en cuanto a la identificación de los distintos procesos técnicos y las prácticas y los procedimientos organizativos existentes en la empresa, en relación con la prevención de riesgos laborales. d. La organización de la prevención en la empresa, indicando la modalidad preventiva elegida y los órganos de representación existentes. e. La política, los objetivos y metas que en materia preventiva pretende alcanzar la empresa, así como los recursos humanos, técnicos, materiales y económicos de los que va a disponer al efecto. 3. Los instrumentos esenciales para la gestión y aplicación del Plan de prevención de riesgos laborales son la evaluación de riesgos y la planificación de la actividad preventiva. Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 13 2º. Organización de la acción preventiva. La organización de los recursos necesarios para el desarrollo de las actividades preventivas se realizará por el empresario con arreglo a alguna de las modalidades siguientes: 1- Asumiendo personalmente tal actividad. El empresario podrá desarrollar personalmente la actividad de prevención, con excepción de las actividades relativas a la vigilancia de la salud de los trabajadores, cuando concurran las siguientes circunstancias: a. Que se trate de empresa de menos de seis trabajadores. b. Que las actividades desarrolladas en la empresa no estén incluidas en el Anexo I (radiaciones ionizantes, agentes cancerígenos, productos químicos, explosivos, canteras, obras de construcción). c. Que desarrolle de forma habitual su actividad profesional en el centro de trabajo. d. Que tenga la capacidad correspondiente a las funciones preventivas que va a desarrollar. 2. La vigilancia de la salud de los trabajadores, así como aquellas otras actividades preventivas no asumidas personalmente por el empresario, deberán cubrirse mediante el recurso a alguna de las restantes modalidades de organización preventiva previstas en este capítulo. 2- Designando a uno o varios trabajadores para llevarla a cabo. 1. El empresario designará a uno o varios trabajadores para ocuparse de la actividad preventiva en la empresa. Las actividades preventivas para cuya realización no resulte suficiente la designación de uno o varios trabajadores deberán ser desarrolladas a través de uno o más servicios de prevención propios o ajenos. 2. No obstante lo dispuesto en el apartado anterior, no será obligatoria la designación de trabajadores cuando el empresario: - Haya asumido personalmente la actividad preventiva. - Haya recurrido a un servicio de prevención propio. - Haya recurrido a un servicio de prevención ajeno. 3- Constituyendo un servicio de prevención propio. El empresario deberá constituir un servicio de prevención propio cuando concurra alguno de los siguientes supuestos: a. Que se trate de empresas que cuenten con más de 500 trabajadores. Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 14 b. Que, tratándose de empresas de entre 250 y 500 trabajadores, desarrollen alguna de las actividades incluidas en el Anexo I. c. Que, tratándose de empresas no incluidas en los apartados anteriores, así lo decida la autoridad laboral. 4- Recurriendo a un servicio de prevención ajeno. Cuando la designación de uno o varios trabajadores sea insuficiente o no esté obligado a tener un servicio de prevención propio, el empresario debe recurrir a la contratación de uno o varios servicios de prevención ajenos que colaborarán cuando sea necesario. c) Real Decreto 171/2004, de 30 de enero, por el que se desarrolla el artículo 24 de la Ley 31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales, en materia de coordinación de actividades empresariales. El art. 24 de la Ley 31/1995 se refiere a la coordinación de actividades empresariales, y establece que, 1. Cuando en un mismo centro de trabajo desarrollen actividades trabajadores de dos o más empresas, éstas deberán cooperar en la aplicación de la normativa sobre prevención de riesgos laborales. A tal fin, establecerán los medios de coordinación que sean necesarios en cuanto a la protección y prevención de riesgos laborales y la información sobre los mismos a sus respectivos trabajadores, en los términos previstos en el apartado 1 del artículo 18 de esta Ley. 2. El empresario titular del centro de trabajo adoptará las medidas necesarias para que aquellos otros empresarios que desarrollen actividades en su centro de trabajo reciban la información y las instrucciones adecuadas, en relación con los riesgos existentes en el centro de trabajo y con las medidas de protección y prevención correspondientes, así como sobre las medidas de emergencia a aplicar, para su traslado a sus respectivos trabajadores. 3. Las empresas que contraten o subcontraten con otras la realización de obras o servicios correspondientes a la propia actividad de aquéllas y que se desarrollen en sus propios centros de trabajo deberán vigilar el cumplimiento por dichos contratistas y subcontratistas de la normativa de prevención de riesgos laborales. 4. Las obligaciones consignadas en el último párrafo del apartado 1 del artículo 41 de esta Ley serán también de aplicación, respecto de las operaciones contratadas, en los supuestos en que los trabajadores de la empresa contratista o subcontratista no presten servicios en los centros de trabajo de la empresa principal, siempre que tales trabajadores deban operar con maquinaria, equipos, productos, materias primas o útiles proporcionados por la empresa principal. 5. Los deberes de cooperación y de información e instrucción recogidos en los apartados 1 y 2 serán de aplicación respecto de los trabajadores autónomos que desarrollen actividades en dichos centros de trabajo. Francisco Javier Espinosa Gómez 15 Actuación policial en siniestralidad laboral 6. Las obligaciones previstas reglamentariamente. en este artículo serán desarrolladas En virtud de este último apartado, se ha aprobado el Real Decreto 171/2004 que tiene como aspectos más relevantes los expuestos a continuación. 1- Definiciones. - Centro de trabajo. Cualquier área, edificada o no, en la que los trabajadores deban permanecer o a la que deban acceder por razón de su trabajo. - Empresario titular del centro de trabajo. La persona que tiene la capacidad de poner a disposición y gestionar el centro de trabajo. - Empresario principal. El empresario que contrata o subcontrata con otros la realización de obras o servicios correspondientes a la propia actividad de aquél y que se desarrollan en su propio centro de trabajo. 2- Deber de cooperación (art. 4). 1. Cuando en un mismo centro de trabajo desarrollen actividades trabajadores de dos o más empresas, éstas deberán cooperar en la aplicación de la normativa de prevención de riesgos laborales. El deber de cooperación será de aplicación a todas las empresas y trabajadores autónomos concurrentes en el centro de trabajo, existan o no relaciones jurídicas entre ellos. 2. Las empresas deberán informarse recíprocamente sobre los riesgos específicos de las actividades que desarrollen en el centro de trabajo que puedan afectar a los trabajadores de las otras empresas concurrentes en el centro, en particular sobre aquellos que puedan verse agravados o modificados por circunstancias derivadas de la concurrencia de actividades. La información deberá ser suficiente y habrá de proporcionarse antes del inicio de las actividades, cuando se produzca un cambio en las actividades concurrentes que sea relevante a efectos preventivos y cuando se haya producido una situación de emergencia. La información se facilitará por escrito cuando alguna de las empresas genere riesgos calificados como graves o muy graves. Cuando, como consecuencia de los riesgos de las actividades concurrentes, se produzca un accidente de trabajo, el empresario deberá informar de aquél a los demás empresarios presentes en el centro de trabajo. Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 16 3- Concurrencia de trabajadores de varias empresas en un centro de trabajo del que un empresario es titular. Información del empresario titular. El empresario titular deberá informar a los otros empresarios concurrentes sobre los riesgos propios del centro de trabajo que puedan afectar a las actividades por ellos desarrolladas, las medidas referidas a la prevención de tales riesgos y las medidas de emergencia que se deben aplicar. Medidas que deben adoptar los empresarios concurrentes. Los empresarios que desarrollen actividades en un centro de trabajo del que otro empresario sea titular tendrán en cuenta la información recibida de éste en la evaluación de los riesgos y en la planificación de su actividad preventiva. Las medidas serán de aplicación a todas las empresas y trabajadores autónomos que desarrollen actividades en el centro de trabajo, existan o no relaciones jurídicas entre el empresario titular y ellos. 4- Concurrencia de trabajadores de varias empresas en un centro de trabajo cuando existe un empresario principal (deber de vigilancia). 1. El empresario principal deberá vigilar el cumplimiento de la normativa de prevención de riesgos laborales por parte de las empresas contratistas o subcontratistas de obras y servicios correspondientes a su propia actividad y que se desarrollen en su propio centro de trabajo. 2. Antes del inicio de la actividad en su centro de trabajo, el empresario principal exigirá a las empresas contratistas y subcontratistas que le acrediten por escrito que han realizado, para las obras y servicios contratados, la evaluación de riesgos y la planificación de su actividad preventiva. Asimismo, el empresario principal exigirá a tales empresas que le acrediten por escrito que han cumplido sus obligaciones en materia de información y formación respecto de los trabajadores que vayan a prestar sus servicios en el centro de trabajo. Las acreditaciones previstas en los párrafos anteriores deberán ser exigidas por la empresa contratista, para su entrega al empresario principal, cuando subcontratara con otra empresa la realización de parte de la obra o servicio. 3. El empresario principal deberá comprobar que las empresas contratistas y subcontratistas concurrentes en su centro de trabajo han establecido los necesarios medios de coordinación entre ellas. Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 17 d) Especial referencia al sector de la construcción. 1º. Real Decreto 1627/1997, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en las obras de construcción. En esta norma reglamentaria se fijan y concretan los aspectos más técnicos de las medidas preventivas para garantizar la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores del sector de la construcción. 1- Objeto y ámbito de aplicación. Definiciones. Artículo 1. Objeto y ámbito de aplicación. 1. El presente Real Decreto establece, en el marco de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, las disposiciones mínimas de seguridad y de salud aplicables a las obras de construcción. 2. Este Real Decreto no será de aplicación a las industrias extractivas a cielo abierto o subterráneas o por sondeos, que se regularán por su normativa específica. 3. Las disposiciones del Real Decreto 39/1997, de 17 de enero, por el que se aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención, se aplicarán plenamente al conjunto del ámbito contemplado en el apartado 1, sin perjuicio de las disposiciones específicas previstas en el presente Real Decreto. Artículo 2. Definiciones. 1. A efectos del presente Real Decreto, se entenderá por: Obra de construcción u obra: cualquier obra, pública o privada, en la que se efectúen trabajos de construcción o ingeniería civil cuya relación no exhaustiva figura en el Anexo I: - Excavación. - Movimiento de tierras. - Construcción. - Montaje y desmontaje de elementos prefabricados. - Acondicionamiento o instalaciones. - Transformación. - Rehabilitación. - Reparación. - Desmantelamiento. - Derribo. - Mantenimiento. Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral - Conservación-Trabajos de pintura y de limpieza. - Saneamiento. 18 Trabajos con riesgos especiales: trabajos cuya realización exponga a los trabajadores a riesgos de especial gravedad para su seguridad y salud, comprendidos los indicados en la relación no exhaustiva que figura en el Anexo II. Promotor: cualquier persona física o jurídica por cuenta de la cual se realice una obra. Proyectista: el autor o autores, por encargo del promotor, de la totalidad o parte del proyecto de obra. Coordinador en materia de seguridad y de salud durante la elaboración del proyecto de obra: el técnico competente designado por el promotor para coordinar, durante la fase del proyecto de obra, la aplicación de los principios que se mencionan en el artículo 8. Coordinador en materia de seguridad y de salud durante la ejecución de la obra: el técnico competente integrado en la dirección facultativa, designado por el promotor para llevar a cabo las tareas que se mencionan en el artículo 9. Dirección facultativa: el técnico o técnicos competentes designados por el promotor, encargados de la dirección y del control de la ejecución de la obra. Contratista: la persona física o jurídica que asume contractualmente ante el promotor, con medios humanos y materiales, propios o ajenos, el compromiso de ejecutar la totalidad o parte de las obras con sujeción al proyecto y al contrato. Subcontratista: la persona física o jurídica que asume contractualmente ante el contratista, empresario principal, el compromiso de realizar determinadas partes o instalaciones de la obra, con sujeción al proyecto por el que se rige su ejecución. Trabajador autónomo: la persona física distinta del contratista y del subcontratista, que realiza de forma personal y directa una actividad profesional, sin sujeción a un contrato de trabajo, y que asume contractualmente ante el promotor, el contratista o el subcontratista el compromiso de realizar determinadas partes o instalaciones de la obra. Cuando el trabajador autónomo emplee en la obra a trabajadores por cuenta ajena tendrá la consideración de contratista o subcontratista a efectos del presente Real Decreto. 2. El contratista y el subcontratista a los que se refiere el presente Real Decreto tendrán la consideración de empresario a los efectos previstos en la normativa sobre prevención de riesgos laborales. 3. Cuando el promotor contrate directamente trabajadores autónomos para la realización de la obra o de determinados trabajos de la misma, tendrá la consideración de contratista respecto de aquellos a efectos de lo dispuesto en el presente Real Decreto. Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 19 Lo dispuesto en el párrafo anterior no será de aplicación cuando la actividad contratada se refiera exclusivamente a la construcción o reparación que pueda contratar un cabeza de familia respecto de su vivienda. 2- Estudio de seguridad y salud o estudio básico. El promotor estará obligado que en la fase de redacción del proyecto se elabore un estudio de seguridad y salud en los proyectos de obras en que se den alguno de los supuestos siguientes: 1- Que el presupuesto de ejecución por contrata incluido en el proyecto sea igual o superior a 450759 Euros. 2- Que la duración estimada sea superior a 30 días laborables, empleándose en algún momento a más de 20 trabajadores simultáneamente. 3- Que el volumen de mano de obra estimada, entendiendo por tal la suma de los días de trabajo del total de los trabajadores en la obra, sea superior a 500. 4- Las obras de túneles, galerías, conducciones subterráneas y presas. En los proyectos de obras no incluidos en ninguno de los supuestos previstos en el apartado anterior, el promotor estará obligado a que en la fase de redacción del proyecto se elabore un estudio básico de seguridad y salud. El estudio de seguridad y salud será elaborado por el técnico competente designado por el promotor. Cuando deba existir un coordinador en materia de seguridad y salud durante la elaboración del proyecto de obra, le corresponderá a éste elaborar o hacer que se elabore, bajo su responsabilidad, dicho estudio. 3- Plan de seguridad y salud en el trabajo. En aplicación del estudio de seguridad y salud o, en su caso, del estudio básico, cada contratista elaborará un plan de seguridad y salud en el trabajo en el que se analicen, estudien, desarrollen y complementen las previsiones contenidas en el estudio o estudio básico, en función de su propio sistema de ejecución de la obra. En dicho plan se incluirán, en su caso, las propuestas de medidas alternativas de prevención que el contratista proponga con la correspondiente justificación técnica, que no podrán implicar disminución de los niveles de protección previstos en el estudio o estudio básico. El plan de seguridad y salud deberá ser aprobado, antes del inicio de la obra, por el coordinador en materia de seguridad y de salud durante la ejecución de la obra. Cuando no sea necesaria la designación de coordinador, las funciones que se le atribuyen serán asumidas por la dirección facultativa. Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 20 2º. Ley 32/2006, de 18 de octubre, reguladora de la subcontratación en el Sector de la Construcción. Esta Ley ha sido desarrollada por el Real Decreto 1109/2007, de 24 de agosto. Entendemos por subcontratación, la forma de organización productiva en virtud de la cual el contratista o subcontratista encarga a otro subcontratista o trabajador autónomo la totalidad o parte de lo que a él se le ha encomendado. Esta práctica mercantil se establece en una serie de escalones que son los denominados niveles de subcontratación. La normativa sobre subcontratación se aplica siempre que existan contratos celebrados en régimen de subcontratación, tanto en el sector privado como público, para ejecutar dentro de una obra de construcción, cualquiera de los trabajos que recoge el ya citado Anexo I del RD 1627/1997. Se ha creado el Registro de Empresas Acreditadas (REA), que dependerá de la autoridad laboral competente correspondiente al territorio de la Comunidad Autónoma donde radique el domicilio social de la empresa contratista o subcontratista. Todas las empresas que pretendan ser contratadas o subcontratadas para trabajos en una obra de construcción deberán estar inscritas en el REA, con carácter previo al proceso de subcontratación en el sector de la construcción, como contratistas o subcontratistas. Además, cada contratista, con carácter previo a la subcontratación con un subcontratista o trabajador autónomo de parte de la obra que tenga contratada, deberá obtener un Libro de Subcontratación habilitado por la Autoridad laboral correspondiente al territorio en que se ejecute la obra. Régimen de la subcontratación 1- Promotor. Puede contratar directamente con cuantos contratistas estime oportunos, ya sean personas físicas o jurídicas y también con trabajadores autónomos, sin trabajadores a su servicio. 2- Contratista. Puede contratar la ejecución de los trabajos que hubiera contratado con el promotor: - Con empresas subcontratistas. - Con trabajadores autónomos. 3- Primer y segundo contratista. Pueden subcontratar la ejecución de los trabajos que, respectivamente, tengan contratados. 4- Tercer subcontratista. No puede subcontratar los trabajos que a él le han encomendado, ni con empresas subcontratistas ni con trabajadores autónomos. 5- Trabajadores autónomos. Hay dos tipos de trabajadores autónomos: Francisco Javier Espinosa Gómez 21 Actuación policial en siniestralidad laboral - Sin trabajadores por cuenta ajena. No puede subcontratar los trabajos a él encomendados ni a otras empresas subcontratistas ni a otros trabajadores autónomos. En él finaliza la cadena de subcontratación, salvo en el supuesto de fuerza mayor, en que se podrá ampliar en un nivel adicional. - Con trabajadores por cuenta ajena. En estos casos, tendrá la consideración de contratista o subcontratista, por lo que podrá subcontratar, respetando los niveles legales establecidos de la cadena de subcontratación. Gráfico de niveles de subcontratación con intervención de trabajadores autónomos. PROMOTOR CONTRATISTA AUTÓNOMO SUBCONTRATISTA 1 SUBCONTRATISTA 1.2 SUBCONTRATISTA 1.3 SUBCONTRATISTA 2 SUBCONTRATISTA 1.2 SUBCONTRATISTA 1.3 AUTÓNOMO CON TRABAJADORES AUTÓNOMO 3º. IV Convenio Colectivo General del Sector de la Construcción (20072011). En este Convenio se han establecido dos ciclos formativos en materia de prevención de riesgos laborales: - - Un primer ciclo, con una duración de ocho horas, cuyo objetivo es que los trabajadores adquieran los conocimientos necesarios para identificar tanto los riesgos laborales más frecuentes que se producen en las distintas fases de ejecución de una obra, como las medidas preventivas a implantar para eliminar o minimizar dichos riesgos. Un segundo ciclo, cuyo objetivo es transmitir conocimientos y normas específicas en relación con el puesto de trabajo o el oficio. Además, se establece un sistema de acreditación de la formación recibida por el trabajador en materia de prevención de riesgos laborales en dicho sector, mediante la expedición de la Tarjeta Profesional de la Construcción. Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 22 4º. Real decreto sobre equipos de trabajo (RD 1215/1997). Este Reglamento establece, en el marco de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, las disposiciones mínimas de seguridad y salud para la utilización de los equipos de trabajo empleados por los trabajadores en el trabajo. A efectos del presente Real Decreto se entenderá por: a) Equipo de trabajo: cualquier máquina, aparato, instrumento o instalación utilizado en el trabajo. b) Utilización de un equipo de trabajo: cualquier actividad referida a un equipo de trabajo, tal como la puesta en marcha o la detención, el empleo, el transporte, la reparación, la transformación, el mantenimiento y la conservación, incluida, en particular, la limpieza. c) Zona peligrosa: cualquier zona situada en el interior o alrededor de un equipo de trabajo en la que la presencia de un trabajador expuesto entrañe un riesgo para su seguridad o para su salud. d) Trabajador expuesto: cualquier trabajador que se encuentre total o parcialmente en una zona peligrosa. e) Operador del equipo: el trabajador encargado de la utilización de un equipo de trabajo. Artículo 3. Obligaciones generales del empresario. El empresario adoptará las medidas necesarias para que los equipos de trabajo que se pongan a disposición de los trabajadores sean adecuados al trabajo que deba realizarse y convenientemente adaptados al mismo, de forma que garanticen la seguridad y la salud de los trabajadores al utilizar dichos equipos de trabajo. Cuando no sea posible garantizar de este modo totalmente la seguridad y la salud de los trabajadores durante la utilización de los equipos de trabajo, el empresario tomará las medidas adecuadas para reducir tales riesgos al mínimo. V. INTERVENCIÓN POLICIAL. Como sabemos, la Ley de Enjuiciamiento Criminal y el Código Penal establecen un régimen diferente de persecución de las infracciones, atendiendo al carácter público, semiprivado y privado de las mismas. Tratándose de infracciones de carácter semiprivado o privado –perseguibles a instancia de parte- es un requisito de procedibilidad necesario la denuncia de la víctima, perjudicado o su representante legal en los términos que establezca la legislación penal en cada caso. En cambio, cuando se trata de infracciones de carácter público, el mero conocimiento del hecho criminal determina la necesidad de iniciar una investigación policial y la posterior incoación del procedimiento judicial por el Juzgado de Instrucción. En tal sentido, el artículo 282.1 de la LECrim. Establece: Francisco Javier Espinosa Gómez 23 Actuación policial en siniestralidad laboral La Policía Judicial tiene por objeto, y será obligación de todos los que la componen, averiguar los delitos públicos que se cometieren en su territorio o demarcación; practicar, según sus atribuciones, las diligencias necesarias para comprobarlos y descubrir a los delincuentes, y recoger todos los efectos, instrumentos o pruebas del delito de cuya desaparición hubiere peligro, poniéndolos a disposición de la Autoridad judicial. Las facultades y atribuciones de la policía se detallan y amplían en los artículos 770 y 771 de la propia LECrim. en el ámbito del procedimiento abreviado y son objeto asimismo de desarrollo en el RD 769/1987, de 19 de Junio, que regula la Policía Judicial, cuyo artículo 4 señala: Todos los componentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, cualquiera que sea su naturaleza y dependencia, practicarán por su propia iniciativa y según sus respectivas atribuciones, las primeras diligencias de prevención y aseguramiento así que tengan noticia de la perpetración del hecho presuntamente delictivo, y la ocupación y custodia de los objetos que provinieren del delito o estuvieren relacionados con su ejecución, dando cuenta de todo ello en los términos legales a la Autoridad Judicial o Fiscal, directamente o a través de las Unidades Orgánicas de Policía Judicial. En cuanto a las pautas de actuación, seguiremos el esquema propuesto por LUIS HUETE PÉREZ, que es el mismo que, con matices, sigue en la actualidad la Unidad de Coordinación Judicial del Cuerpo de Policía Municipal de Madrid y su Sección de Policía Científica. a) Intervención inmediata. El problema de la intervención tardía desconocimiento de la producción del accidente. es consecuencia del La propia LECrim establece la necesidad de la intervención inmediata de la policía, concretamente el artículo 770 señala que la Policía Judicial acudirá de inmediato al lugar de los hechos. Han de buscarse instrumentos que permitan un más rápido conocimiento de la notitia criminis en este tipo de infracciones. Ello exige coordinación con las autoridades sanitarias, pues normalmente suelen ser los servicios sanitarios, los hospitales o centros de salud quienes acogen y tratan a los heridos tras los accidentes. La administración sanitaria deberá poner los hechos en conocimiento inmediato del Juzgado y, sobre todo, de la Policía Judicial, que, a partir de ese momento, - deberá desplazarse al hospital y especialmente al lugar del suceso con la finalidad de adoptar las medidas precisas para garantizar el mantenimiento de las circunstancias que dieron lugar al accidente. El desplazamiento al hospital tiene como finalidades, en primer lugar poder averiguar las circunstancias del accidente, para lo que vuelve a ser precisa la coordinación con la administración sanitaria permitiendo la Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 24 entrevista de la policía con el herido, si su estado lo aconseja, y en segundo lugar acreditar las lesiones del trabajador. El desplazamiento al lugar del hecho ha de realizarse, si es conocido y posible, al tiempo que se realiza la visita al herido. Los primeros policías que acudan al lugar del accidente, tienen que tratar de mantener las circunstancias que existían en el momento del suceso, evitando que se alteren, favoreciendo con ello la correcta reproducción judicial de los hechos, primero en la instrucción y después en el juicio. Sea cual sea el medio por el que la policía judicial haya tenido conocimiento del accidente con resultado de muerte o de lesiones, es esencial que, a partir del mismo momento en que conoce la noticia del hecho, ponga en marcha mecanismos que garanticen el conocimiento de la realidad de lo sucedido. En cualquier caso cuando la policía es la primera autoridad que interviene tras el suceso, debe buscar que se preste atención a los heridos asistencia médica avisando a los servicios sanitarios tal y como establece el artículo 770.1ª de la LECrim. Asimismo y de modo inmediato comunicará el suceso al Juzgado de Instrucción, al Ministerio Fiscal y a la Inspección de Trabajo y tomará los datos precisos para la redacción de un completo atestado en el que deberá reseñarse cuantas circunstancias puedan incidir en el exacto conocimiento del hecho. b) Acotar el escenario del hecho. La única forma de garantizar una inspección ocular que reproduzca la realidad de los hechos es precisamente manteniendo las circunstancias que existían en el momento en que suceden los mismos. Por ello, la primera actuación que han de llevar a cabo los agentes que acudan al lugar del hecho es acotar el escenario del hecho, evitando el acceso al mismo de cualquier persona y procurando que se mantenga inalterable hasta haber completado la investigación sobre el terreno. Garantizar la inamovilidad de las circunstancias que existían en el momento del hecho es una actuación que puede ser llevada a cabo por cualquier agente de policía que acuda al lugar del hecho, sea o no especialista en la materia. La intervención especializada y coordinada con la Inspección de Trabajo es posterior aunque se elabore sobre la base de este inicial presupuesto. c) Identificación de las personas que han presenciado el hecho o tengan conocimiento del mismo por su posición en la empresa. El artículo 770.5ª LECrim establece, entre las actuaciones que puede llevar a cabo la Policía Judicial, Tomará los datos personales y dirección de las personas que se encuentren en el lugar en que se cometió el hecho, así como cualquier otro dato que ayude a su identificación y localización, tales como lugar habitual de trabajo, números de teléfono fijo o móvil, número de fax o dirección de correo electrónico. Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 25 Los datos personales de los testigos o personas, cuya actuación pueda ser clave para conocer la forma de producirse el accidente o la existencia o inexistencia de medidas de prevención de riesgos laborales, es esencial para que después puedan comparecer en el proceso, así como para valorar si podría resultar problemática su posterior localización. Por ejemplo, en supuestos de trabajadores extranjeros sin permiso de trabajo, que pueden ser expulsados, o simplemente vivir en paradero no controlado. Tal sucedería asimismo en supuestos intervención en accidentes ocurridos en empresas extranjeras, con trabajadores extranjeros, en actividades desarrolladas en territorio español, cuya localización pudiera resultar difícil, en cuyo caso, tal circunstancia será comunicada con la mayor brevedad al Ministerio Fiscal o al Juzgado de Instrucción a fin de que pueda preconstituirse la prueba en la forma que determina el artículo 777.2 LECrim. En tal caso procedería a citar ante el Juzgado al testigo, previo acuerdo con órgano judicial. d) Realización de una minuciosa inspección ocular, complementada con croquis del lugar de los hechos y grabación videográfica o reportaje fotográfico que plasme los posibles incumplimientos en materia de seguridad. La inspección ocular debe abarcar tanto el lugar en el que se hallare la víctima como la hipotética trayectoria o recorrido que haya podido seguir –en supuestos de caída en altura-, siempre en función de las posibilidades de acceso. Aunque cada uno desde su perspectiva y dentro de su respectivo ámbito de actuación, se procurará la coordinación con la Inspección de Trabajo durante su realización. En cualquier caso se pondrá especial cuidado en: - - - Recoger todos los efectos que puedan ayudar a una mejor comprobación de lo sucedido, en la forma que señalan los artículos 282.1; 770.3ª y 326 de la LECrim. Realizar un croquis detallado del lugar del hecho en la forma que previene el artículo 327 de la LECrim, que señala los hechos, se levantará el plano del lugar suficientemente detallado, o se hará el retrato de las personas que hubiesen sido objeto del delito, o la copia o diseño de los efectos o instrumentos del mismo que se hubiesen hallado. Realizar un reportaje videográfico o, caso de imposibilidad de éste, fotográfico tanto del lugar del hecho como de la víctima, siempre que ésta lo consienta, conforme a lo previsto en el artículo 770.2ª de la LECrim. que establece, entre las actuaciones de la Policía Judicial “Acompañará al acta de constancia fotografías o cualquier otro soporte magnético o de reproducción de la imagen, cuando sea pertinente para el esclarecimiento del hecho punible y exista riesgo de desaparición de sus fuentes de prueba. Comprobar la existencia de cámaras de vigilancia, ya en el lugar de los hechos como en sus inmediaciones, que hayan podido filmar lo sucedido. La efectividad de esta diligencia, caso de resultar positiva, Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral - - 26 está fuera de toda duda. Si el accidente ha resultado grabado por cualquier circunstancia, tenemos garantizada y asegurada la acreditación de la forma de acaecer el suceso. También en la inspección ocular harán indicación del estado de las medidas de seguridad y de la forma en que se produjo el accidente (por caída, golpe, aplastamiento, etc…), de los agentes causantes (máquinas, instalaciones, productos…) y de cualesquiera otras circunstancias que guarden relación con el suceso y pudieran coadyuvar a su investigación (viento, oscuridad, calor, ruido u otros factores semejantes), indicando la fuente de que extraen el conocimiento de estos datos. Levantará acta de cadena de custodia del material intervenido así como de todo el material fotográfico o audiovisual utilizado. e) Recabar documentación necesaria para la investigación de los hechos. Durante la elaboración del atestado se procurará recabar los siguientes documentos: a) La Evaluación de Riesgos y el Plan de Riesgos laborales. El cumplimiento de las normas sobre riesgos laborales exige su documentación. En este sentido resulta necesario verificar la existencia de la Evaluación de Riesgos, del Plan de Riesgos Laborales, así como los documentos que amparen la recepción por parte de los empleados de cursos de formación en materia de riesgos laborales, o recibos que acrediten la entrega de los Equipos de Protección Individual. Tanto la evaluación de riesgos como el plan de riesgos son documentos muy voluminosos y por tanto exige su aportación mediante copia, aunque puede limitarse a la parte de la evaluación y del plan que contengan las medidas que se refieran a la actividad que se realizaba en el momento de producirse el accidente. En cualquier caso, si no puede aportarse al atestado por cualquier causa, serán requeridas las empresas para que tales documentos sean aportados en el Juzgado. b) Documentos o contratos en que conste el establecimiento de los servicios de prevención o la designación de técnicos de prevención por parte de la empresa, así como del coordinador de seguridad, en su caso. Se trata de ver, de un lado, si el empresario ha cumplido la LPRL estableciendo un servicio de prevención propio o ajeno, y de otro lado, qué facultades se han conferido a los servicios de prevención, así como las personas sobre las que, en su caso, recae la delegación o el nombramiento. Normalmente la designación de un servicio de prevención ajeno se ampara en un contrato con una entidad o empresa especializada en materia de prevención de riesgos y en dicho contrato se establecen las características del servicio que se contrata. En el caso de servicios de prevención propios, es lógico que vengan recogidos en un documento que Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 27 acredite la estructura de la empresa en materia de seguridad o bien por un nombramiento de persona o personas en el que se especifiquen las facultades de que dispone. En el supuesto de que no exista tal documento y, en cualquier caso, esta materia deberá ser necesariamente objeto de interrogatorio a las personas de los técnicos, así como a los empresarios o administradores de las empresas. c) Documentos que permitan conocer si existe cobertura de la responsabilidad civil, así como la posible solvencia de los presuntos responsables. Además de las graves consecuencias que para la víctima, caso de resultar lesionada, o para los familiares, caso de resultar fallecido, supone el accidente de trabajo, puede suceder que el daño quede sin resarcimiento, por la inexistencia de seguros que garanticen los mismos y por la insolvencia del empresario. Durante la investigación de los hechos debe verificarse si las empresas que concurren a la actividad o las propias personas responsables disponen de seguros de responsabilidad civil, aportando copia de la póliza y del recibo que acredite estar al corriente de pago en el momento del accidente. d) Documentos específicos en el ámbito de la actividad de la construcción. Ya se ha mencionado que la actividad de la construcción tiene una regulación específica en materia de riesgos laborales, debido a la peligrosidad de la misma, concretamente se trata de del RD 1627/97, cuyo artículo 13 establece la necesidad de que en cada obra y en poder del coordinador de seguridad y salud, o de la dirección facultativa de la obra, en su caso, existirá un libro de incidencias, en el que se podrán hacer anotaciones relativas a la seguridad en la obra por parte de determinadas personas enumeradas en el precepto. Este libro de incidencias deberá ser aportado al procedimiento. Asimismo, teniendo en cuenta la importancia que tiene la subcontratación en la construcción y ante lo dispuesto en la Ley de subcontratación, deberá aportarse al atestado el libro de subcontratación, así como los contratos mercantiles que han configurado la actividad empresarial entre los distintos actores. f) Averiguar identidad de empresas y empresarios. La Policía Judicial averiguará las distintas empresas que intervienen, incluso en régimen de subcontratación, en el trabajo y servicio en que se produjeron los hechos, así como sus responsables tanto en el lugar de trabajo como en la dirección. Es evidente la necesidad de conocer la identidad de las empresas, sean personas físicas o jurídicas, así como la de sus administradores legales o de hecho, o, en su caso, los responsables de las éstas. Asimismo es imprescindible conocer la persona de los encargados de obra o de centro de trabajo o las personas que dirigen la actividad en el lugar concreto en que se ha producido el accidente y la de los Técnicos con responsabilidad en la ejecución de los trabajos. Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 28 g) Diligencia sobre la existencia o no de accidentes conocidos anteriores. Se hará constar, en caso de conocerlos, los antecedentes que obren sobre otros incidentes que se hayan producido en la empresa o centro de trabajo. Esta diligencia resultará transcendente en orden a valorar la importancia que la empresa da al cumplimiento de las medidas de seguridad, y, en caso de reiteración de accidente en la misma actividad, para acreditar el conocimiento de la existencia del riesgo por parte del obligado, así como la voluntariedad de la omisión en cuanto al cumplimiento de sus obligaciones en materia de seguridad. h) Detención de los responsables. Dada la dificultad que hay en la determinación de los sujetos activos de estos delitos, así como el hecho de que nos encontremos normalmente ante personas con domicilio conocido y aparente escaso peligro de que se sustraigan a la acción de la justicia, no suele procederse a la detención de los presuntos responsables en este tipo de infracciones. Sin embargo existen supuestos en los que es necesario proceder a la detención. Hablamos de supuestos flagrantes de empresarios de facto, cuyo nexo con los trabajadores –lesionados o no- es la contratación ilegal, con aparente desprecio de las medidas de prevención, cuya libertad pudiera suponer incidir en las declaraciones de los trabajadores, o cuando los delitos de riesgo o resultado concurran con otros como imposición abusiva de condiciones de trabajo. En tales casos, en los que hay que poner de manifiesto la disponibilidad del Ministerio Fiscal para ser consultado sobre la detención. i) Declaración de los testigos. La policía judicial practicará las siguientes actuaciones que recogerá en el oportuno atestado: 1º. Procurará tomar manifestación de modo inmediato a los testigos: - Si se trata de testigos que no sean trabajadores o miembros de la empresa, se les tomará manifestación sobre lo ocurrido. Si se trata de testigos que además sean miembros o formen parte de la empresa o empresas concurrentes deberá hacerse constar también, su categoría profesional, empresa para la que trabajan, actividad desempeñada, rango profesional, tareas que realiza y resto de datos laborales y contractuales con mención especial al tipo de contrato, permiso de trabajo en su caso y afiliación a la seguridad social, así como, de forma expresa y si de trabajadores se tratare, si estuvieron expuestos al riesgo que provocó el evento dañoso. 2º. En todo caso, se pondrá especial énfasis en preguntar a los testigos sobre los siguientes aspectos: Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral - 29 La existencia o no de medidas de seguridad en el momento del accidente y descripción de las mismas. La existencia de denuncias previas ante la propia empresa relativas a la falta o insuficiencia de tales medidas, con indicación de la persona ante la que se realizaron. La identidad de la persona responsable de la adopción de dichas medidas. Cuando se trate de trabajadores de la empresa en la que se ha producido el suceso dañoso, es necesario preguntar acerca de si han recibido formación en materia de riesgos laborales, así como información concreta sobre los riesgos de la actividad que desarrollaban en el momento de acontecer dicho suceso. De la misma manera, en relación con trabajadores, debe indagarse acerca de si han recibido equipos de protección individual, así como, en su caso, si han firmado algún documento conforme al cual recibían dichos equipos, aunque de hecho no le fueran entregados. Para concluir hay que resaltar la importancia que tiene conocer si el trabajador declarante u otros han estado expuestos al mismo riesgo que el lesionado o fallecido, pues la peculiar estructura del delito de riesgo, en aquellos supuestos en los que el peligro se materializa en la realización de un resultado lesivo, determina la aplicación, en virtud del principio de absorción (artículo 8.3 CP), del delito de lesión. Ahora bien, como ya se ha advertido, cuando el resultado producido es sólo uno de los posibles resultados, porque existían otros trabajadores expuestos al mismo riesgo que el fallecido o lesionado, la doctrina y la jurisprudencia se ha decantado por aplicar y penar ambos tipos –de riesgo y de lesión- en concurso ideal conforme al artículo 77 del CP. j) Declaración de la víctima. La víctima es el principal testigo y, en ocasiones, es el único testigo. Son aplicables a la declaración de la víctima las consideraciones sobre el contenido de las declaraciones de los testigos. En cualquier caso hay que resaltar la importancia de conocer el modo en que se ha producido la lesión, su categoría, antigüedad en la empresa, actividad que efectivamente desarrollaba en el momento del accidente, quién le daba las órdenes normalmente, así como la persona que efectivamente le ordenó el trabajo que desarrollaba en el momento de producirse el evento dañoso, formación que había recibido en materia de prevención de riesgos, si había sido informado de los riesgos de la concreta actividad que desarrollaba, si se cumplían las medidas de seguridad, persona que exigía el cumplimiento de las mismas. En definitiva, la declaración de la víctima, siempre que sea posible, ha de ser minuciosa y detallada. En relación con dicha declaración, si es posible su toma de manifestación se procederá como con los testigos de la empresa. En caso Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 30 contrario se reseñará su identidad y domicilio, familiares, etc…, así como sus datos laborales y contractuales. La reseña de los datos familiares, caso de imposibilidad de recibir declaración a la víctima, lo cual sucede siempre que se produce el fallecimiento de la víctima, es importante en orden a la concreción, en su día, de la responsabilidad civil. Si tenemos en cuenta que está bastante generalizado el uso del baremo aplicable a los accidentes de circulación, en estos casos sería conveniente reseñar los familiares de la víctima, el parentesco y la convivencia. En el caso de hijos, si son mayores o menores de edad. Muchos de estos datos pueden quedar reflejados con una simple copia del libro de familia. Tanto si se recibe declaración a la víctima, como a los perjudicados (familiares del fallecido) ha de hacérseles ofrecimiento de acciones8. Además, se les informará de la conveniencia de recibir asesoramiento jurídico, pudiendo remitirles como primer paso a los Servicios de orientación Jurídica del Colegio de Abogados.) k) Declaración como imputado, detenido o no. Independientemente de que se proceda o no a la detención debe recibirse declaración a los presuntos responsables en calidad de imputado: si de las primeras indagaciones se desprenden indicios de responsabilidad criminal contra alguna persona física se procederá a informarle de sus derechos, levantando la pertinente acta de información de derechos al imputado no detenido. Caso de que este presunto responsable desee prestar declaración lo hará asistido de letrado, bien de designación particular o de oficio y siguiendo los trámites establecidos en la LECrim. En cuanto al contenido del acta, se deriva de lo que establece el artículo 771.2 de la LECrim., que señala Informará en la forma más comprensible al imputado no detenido de cuáles son los hechos que se le atribuyen y de los derechos que le asisten. En particular, le instruirá de los derechos reconocidos en los apartados a), b), c) y e) del artículo 520.2. Es decir: a) Derecho a guardar silencio no declarando si no quiere, a no contestar alguna o algunas de las preguntas que le formulen, o a manifestar que sólo declarará ante el Juez. 8 El art. 771.1 LECrim establece que la Policía Judicial cumplirá con los deberes de información a las víctimas que prevé la legislación vigente. la legislación vigente. En particular, informará al ofendido y al perjudicado por el delito de forma escrita de los derechos que les asisten de acuerdo con lo establecido en los arts. 109 y 110. Se instruirá al ofendido de su derecho a mostrarse parte en la causa sin necesidad de formular querella y, tanto al ofendido como al perjudicado, de su derecho a nombrar Abogado o instar el nombramiento de Abogado de oficio en caso de ser titulares del derecho a la asistencia jurídica gratuita, de su derecho a, una vez personados en la causa, tomar conocimiento de lo actuado, sin perjuicio de lo dispuesto en los arts. 301 y 302, e instar lo que a su derecho convenga. Asimismo, se les informará de que, de no personarse en la causa y no hacer renuncia ni reserva de acciones civiles, el Ministerio Fiscal las ejercitará si correspondiere. Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 31 b) Derecho a no declarar contra sí mismo y a no confesarse culpable. c) Derecho a designar Abogado y a solicitar su presencia para que asista a las diligencias policiales y judiciales de declaración e intervenga en todo reconocimiento de identidad de que sea objeto. Si el detenido o preso no designara Abogado, se procederá a la designación de oficio. e) Derecho a ser asistido gratuitamente por un intérprete, cuando se trate de extranjero que no comprenda o no hable el castellano. En el caso de la declaración de los presuntos responsables, su contenido irá dirigido a esclarecer la responsabilidad del interrogado en la empresa, tanto si es una persona física como jurídica, indagando, en su caso, sobre la persona de los administradores o gerentes o verdaderos responsables de hecho de la misma, es decir, quienes ejercen poder de dirección o de mando en la empresa. Los sujetos serán preguntados sobre si disponen de evaluación y plan de riesgos en la empresa, si han designado servicios (propios o ajenos) de prevención, si existe en la propia empresa una estructura en materia de prevención y quién es la persona responsable de la misma. Deberán identificar a los técnicos y a los jefes de obra o personas directamente encargadas de ordenar la actividad en la empresa. También deberán aclarar si han impartido cursos de formación a sus trabajadores y qué tipo de información y de qué forma se prestaba a los trabajadores. Si ha presenciado los hechos será preguntado sobre la forma de suceder los mismos y la posible causa del evento dañoso. Deberá aclarar si han sucedido otros accidentes similares en la empresa y, en su caso, qué medidas se habían adoptado tras su acaecimiento. Serán requeridos para que aporten la evaluación de riesgos el plan de riesgos laborales, el contrato de seguro (si dispone de él) y copia del recibo que acredite su vigencia. Así mismo será requerido para aporte la escritura social, el contrato de los servicios de prevención, la estructura de la empresa y cualquier otro documento que contenga algún tipo de delegación de funciones a favor de entidades o personas concretas, pertenezcan o no a la empresa. l) Valorar la necesidad de solicitar autorización judicial en supuestos puntuales. Si se presume que van a ser necesarias autorizaciones judiciales para las posteriores diligencias de investigación, se solicitarán de inmediato al Juzgado de Instrucción que se estime competente dando traslado simultáneamente al Ministerio Fiscal para su conocimiento y efectos. Por otro lado, para evitar la alteración o desaparición de pruebas, el Juzgado podrá acordar el precinto del centro, lugar puesto o equipo de trabajo hasta que finalice la investigación. En ambos casos nos encontramos ante actuaciones necesarias que implican autorización judicial. Para LUIS HUETE PÉREZ, el precinto del lugar de los hechos en tanto se desarrolla la investigación policial para la redacción del Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral 32 atestado al objeto de conocer la causa del siniestro es una actividad que puede perfectamente desarrollar la Policía Judicial sin necesidad de autorización judicial. La autorización se hace necesaria cuando la investigación tiene que prolongarse más allá de esos primeros momentos y que implica en cierta forma una limitación de la actividad empresarial, por ejemplo cuando ha de procederse al examen de máquinas o instrumentos para determinar su correcto o incorrecto funcionamiento. Asimismo se haría preciso solicitar autorización judicial para proceder al precinto de una máquina, más allá del tiempo de verificar su correcto funcionamiento, cuando su puesta en marcha productiva pudiera suponer un riesgo para la vida o salud de los trabajadores, siempre que la Inspección de Trabajo no haya procedido a paralizar la actividad. En supuestos en que resulte necesario el análisis de instrumentos determinados que hayan tenido que ver con el suceso dañoso, podría hacerse necesaria la autorización judicial. En cualquier caso, la petición de la autorización se comunicará al Ministerio Fiscal, aunque cabe precisamente canalizar la petición a través del Ministerio Fiscal, quien formularía la petición en el proceso al Juez de Instrucción. Francisco Javier Espinosa Gómez Actuación policial en siniestralidad laboral VI. 33 BIBLIOGRAFÍA. HUETE PÉREZ, Luis (Fiscal Adscrito al Fiscal de Sala Coordinador de Siniestralidad Laboral). La siniestralidad laboral desde el punto de vista del derecho penal: naturaleza y caracteres. La intervención policial. ESPESO SANTIAGO, Avelino et al. Manual para la formación de técnicos de prevención de riesgos laborales. Editorial Lex Nova, 8ª Edición. MORALES, Oscar, Régimen de responsabilidad penal derivada de la siniestralidad laboral en la ejecución de obras civiles. Disponible en http://www.uria.com/esp/actualidad_juridica/n12/art2.pdf HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, María Ángeles y SERRANO RODRÍGUEZ, José Alberto. Delitos contra la seguridad y la salud en el trabajo. Scripta Nova, Revista electrónica de geografía y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito Legal: B. 21.741-98. Vol. VI, núm. 119 (108), 1 de agosto de 2002. Disponible en http://www.ub.es/geocrit/sn/sn119108.htm. Madrid, marzo de 2010 Francisco Javier Espinosa Gómez