Actuación policial en siniestralidad laboral CPPM

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Actuación policial en siniestralidad laboral
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ACTUACIÓN POLICIAL EN SINIESTRALIDAD LABORAL.
I.
INTRODUCCIÓN.
El punto de partida para abordar esta materia lo encontramos en el art.
40.2 de la Constitución:
Asimismo, los poderes públicos (...), velarán por la seguridad e higiene en
el trabajo y garantizarán el descanso necesario, mediante la limitación de la
jornada laboral, las vacaciones periódicas retribuidas y la promoción de centros
adecuados.
En virtud de esta previsión constitucional, el legislador ha elaborado un
extensísimo conjunto de normas de carácter administrativo para paliar, reducir
o, incluso evitar los riesgos que causan los accidentes laborales. De todas
estas normas administrativas, la principal es la Ley 31/1995, de 8 de
noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, la cual ha sido desarrollada
por diferentes reglamentos que tratan los diferentes aspectos que atañen a las
relaciones laborales en esta materia.
Pero además, el legislador ha introducido preceptos específicos en el
Código Penal en los que se incrimina la conducta de quien deja de adoptar las
medidas de seguridad en el trabajo a las que viene obligado, con riesgo grave
para la vida y la salud de los trabajadores (artículos 316 y 317 del CP). Estos
preceptos –como delitos de peligro- y los que castigan el homicidio y lesiones
imprudentes (artículos 152 y 142, así como la falta del artículo 621) son los que
se abordarán durante la presente sesión.
Como quiera que los arts. 316 y 317 del Código Penal realizan una
remisión a normas extrapenales1, resulta necesaria para la actuación policial en
esta materia conocer aquellas, con el fin de poder llegar a una conclusión sobre
su cumplimiento o incumplimiento.
En cuanto a la intervención policial propiamente dicha, es forzoso acudir
al Convenio firmado el 6 de Septiembre de 2006 entre la Fiscalía del Tribunal
Superior de Justicia de Madrid, el decanato de los Juzgados de Primera
Instancia e Instrucción de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid, en el cual se
recoge un protocolo en el que se disponen actuaciones concretas del Cuerpo
de Policía Municipal de Madrid en los supuestos previstos en el mismo.
También resulta de interés citar el Protocolo marco de colaboración
entre el Consejo General del Poder Judicial, el Ministerio del Interior, el
Ministerio de Trabajo y la Fiscalía General del Estado para la investigación
1
Los artículos 316 y 317 del Código Penal son, pues, auténticas normas penales en blanco, lo
que implica una relajación del principio de legalidad, pues es necesario acudir a la normativa
sectorial para completar elementos de la infracción penal. OSCAR MORALES, Régimen de
responsabilidad penal derivada de la siniestralidad laboral en la ejecución de obras civiles.
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eficaz y rápida de los delitos contra la vida, la salud y la integridad física de los
trabajadores y la ejecución de las sentencias condenatorias2.
II.
CONCEPTO DE ACCIDENTE DE TRABAJO.
a) Concepto legal de accidente de trabajo.
En el artículo 115 del Texto Refundido de la Ley General de Seguridad
Social, aprobado por Real Decreto Legislativo 1/1994, de 20 de junio, se define
el accidente de trabajo de la siguiente forma:
1. Se entiende por accidente de trabajo toda lesión corporal que el trabajador
sufra con ocasión o por consecuencia del trabajo que ejecute por cuenta
ajena3.
2. Tendrán la consideración de accidentes de trabajo:
a.
Los que sufra el trabajador al ir o al volver del lugar de trabajo4.
b.
Los que sufra el trabajador con ocasión o como consecuencia del
desempeño de cargos electivos de carácter sindical, así como los
ocurridos al ir o al volver del lugar en que se ejerciten las funciones
propias de dichos cargos.
c.
Los ocurridos con ocasión o por consecuencia de las tareas que, aun
siendo distintas a las de su categoría profesional, ejecute el trabajador
en cumplimiento de las órdenes del empresario o espontáneamente en
interés del buen funcionamiento de la empresa.
d.
Los acaecidos en actos de salvamento y en otros de naturaleza
análoga, cuando unos y otros tengan conexión con el trabajo.
e.
Las enfermedades, no incluidas en el artículo siguiente, que contraiga el
trabajador con motivo de la realización de su trabajo, siempre que se
pruebe que la enfermedad tuvo por causa exclusiva la ejecución del
mismo.
2
Para LUIS HUETE PÉREZ, este protocolo tiene la virtualidad, entre otras cosas, de reunir y
simplificar el contenido de la legislación procesal y de la reguladora de la policía judicial
trasladándola a una serie de actuaciones cuya singularidad deriva de la complejidad y
especialidad de la materia y de la intervención de múltiples autoridades cuya coordinación es
imprescindible para garantizar el éxito de la investigación penal.
3
Es decir, no será de aplicación a los trabajadores autónomos, que según el Estatuto que
regula este tipo de trabajo, son aquellas personas físicas que realizan de forma habitual,
personal, directa, por cuenta propia y fuera del ámbito de dirección y organización de otra
persona, una actividad económica o profesional a título lucrativo, den o no ocupación a
trabajadores por cuenta ajena.
4
Son aquellos que el trabajador sufre como consecuencia del recorrido necesario para llegar
de su domicilio al trabajo o del centro de trabajo a su domicilio, siempre que sea dentro de un
plazo normal de tiempo ajustado según el medio de transporte y que el recorrido se haga por el
camino habitual.
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f.
Las enfermedades o defectos, padecidos con anterioridad por el
trabajador, que se agraven como consecuencia de la lesión constitutiva
del accidente.
g.
Las consecuencias del accidente que resulten modificadas en su
naturaleza, duración, gravedad o terminación, por enfermedades
intercurrentes, que constituyan complicaciones derivadas del proceso
patológico determinado por el accidente mismo o tengan su origen en
afecciones adquiridas en el nuevo medio en que se haya situado el
paciente para su curación.
3. Se presumirá, salvo prueba en contrario, que son constitutivas de
accidente de trabajo las lesiones que sufra el trabajador durante el
tiempo y en el lugar del trabajo.
4. No obstante lo establecido en los apartados anteriores, no tendrán la
consideración de accidente de trabajo:
a.
Los que sean debidos a fuerza mayor extraña al trabajo, entendiéndose
por ésta la que sea de tal naturaleza que ninguna relación guarde con el
trabajo que se ejecutaba al ocurrir el accidente. En ningún caso se
considerará fuerza mayor extraña al trabajo la insolación, el rayo y otros
fenómenos análogos de la naturaleza.
b.
Los que sean debidos a dolo o a imprudencia temeraria del trabajador
accidentado.
5. No impedirán la calificación de un accidente como de trabajo:
a.
La imprudencia profesional que es consecuencia del ejercicio habitual
de un trabajo y se deriva de la confianza que éste inspira.
b.
La concurrencia de culpabilidad civil o criminal del empresario, de un
compañero de trabajo del accidentado o de un tercero, salvo que no
guarde relación alguna con el trabajo.
b) Concepto desde el punto de vista de la seguridad.
Técnicamente puede definirse el accidente de trabajo como todo suceso
anormal, no querido ni deseado, que se presenta de forma brusca e inesperada
en el trabajo, que interrumpe su normal continuidad y puede causar lesiones a
los trabajadores o pérdida de patrimonio a la empresa.
Ha de entenderse desde este punto de vista que también se consideran
accidentes los sucesos que no producen daño a los trabajadores, conocidos
como inocuos, sin lesión o blancos.
c) Concepto desde el punto de vista patológico.
Desde este punto de vista, el accidente es una patología traumática
provocada generalmente por factores mecánicos o ambientales relacionados
con el trabajo.
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d) Origen de los accidentes de trabajo.
Los factores causales de los accidentes son muy diversos. Así, pueden
ser debidos a factores medioambientales de trabajo, unos con relación directa
con el accidente, por ejemplo, una máquina insegura, y otros con implicación
más difusa, como un entorno físico inconfortable. Hay también factores debidos
a una mala organización y los hay debidos al propio comportamiento humano.
Por su forma, pueden distinguirse las siguientes causas:
Mortales
Atropellos o golpes con vehículos
Caídas a distinto nivel
Caídas de objetos desprendidos
Atrapamiento por o entre objetos
Exposición a contactos eléctricos
Graves
Atrapamiento por o entre objetos
Golpes por objetos o herramientas
Choques contra objetos móviles
Caídas a distinto nivel
Caídas al mismo nivel
Total con baja
III.
Golpes por objetos o herramientas
Sobreesfuerzos
Caídas al mismo nivel
Proyección de fragmentos o partículas
Caídas a distinto nivel
ANÁLISIS PENAL.
a) Delitos de riesgo en el ámbito de la siniestralidad laboral.
Aparecen recogidos en el Título XV del Libro II del Código Penal,
dedicado a los Delitos contra los derechos de los trabajadores, y son los arts.
316 y 317.
Artículo 316.
Los que con infracción de las normas de prevención de riesgos laborales y
estando legalmente obligados, no faciliten los medios necesarios para que los
trabajadores desempeñen su actividad con las medidas de seguridad e higiene
adecuadas, de forma que pongan así en peligro grave su vida, salud o
integridad física, serán castigados con las penas de prisión de seis meses a
tres años y multa de seis a doce meses.
Artículo 317.
Cuando el delito a que se refiere el Artículo anterior se cometa por imprudencia
grave, será castigado con la pena inferior en grado.
Como bien recuerda LUIS HUETE PÉREZ, la estructura del tipo penal del
art. 316 ha sido calificada por sectores doctrinales como “endiablada”, al
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contener la misma elementos cuyos conceptos son de los más discutidos en el
derecho penal:
1º. Es un delito de peligro concreto;
A diferencia de los delitos de peligro abstracto, donde el peligro que se
genera es sólo potencial o posible, pero indeterminado5, en los delitos de
peligro concreto como el que nos ocupa es necesario que se añada una
posibilidad real de que el resultado dañoso se produzca en la persona de uno o
varios trabajadores.
Desde este planteamiento, la simple omisión por parte de las personas
obligadas de las medidas de seguridad sin que se produzca un peligro grave
para la vida, salud o integridad física de los trabajadores, no alcanza el tener un
reproche penal y sólo podría ser considerado una infracción administrativa.
2º. Es un delito de omisión;
En realidad, se trataría más bien de una comisión impropia o comisión por
omisión consiste en no evitar la producción de un resultado que el omitente
tenía la obligación de impedir al encontrarse en posición de garante, como
sucede con el empresario y las demás personas responsables, obligadas por
Ley a facilitar aquellos medios para que el trabajo se lleve a cabo con las
medidas de seguridad adecuadas.
3º. Es un delito especial;
Especial porque sólo puede ser cometido por determinadas personas;
como señala el art. 316 sólo pueden ser sujetos activos de este delito las
personas que tienen la obligación legal de facilitar los medios de seguridad e
higiene. Tanto el Estatuto de los Trabajadores, como la Ley de Prevención de
Riesgos Laborales centran esta responsabilidad en la figura del empresario.
En efecto, al empresario corresponde la adopción de cuantas medidas
sean necesarias para la protección de la seguridad y la salud de los
trabajadores, con las especialidades que se recogen en la propia Ley de
Prevención de Riesgos Laborales en materia de evaluación de riesgos,
información, consulta y participación y formación de los trabajadores, actuación
en casos de emergencia y de riesgo grave e inminente, vigilancia de la salud, y
mediante la constitución de una organización y de los medios necesarios en los
términos establecidos en la misma Ley. El empresario deberá, además, intentar
perfeccionar continuamente los niveles de protección existentes y realizar
cuantos ajustes sean necesarios ante cualquier tipo de cambio en las
circunstancias que inciden en la realización del trabajo.
El art. 1.2 del Estatuto de los trabajadores define a los empresarios de la
siguiente forma:
5
Así sucede en ciertos delitos contra la seguridad vial.
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A los efectos de esta Ley, serán empresarios todas las personas, físicas o
jurídicas, o comunidades de bienes que reciban la prestación de servicios
de las personas referidas en el apartado anterior, así como de las personas
contratadas para ser cedidas a empresas usuarias por empresas de trabajo
temporal legalmente constituidas.
Resulta importante en este punto señalar lo dispuesto en el art. 318 CP,
según el cual,
Cuando los hechos (...) se atribuyeran a personas jurídicas, se impondrá la
pena señalada a los administradores o encargados del servicio que hayan sido
responsables de los mismos y a quienes, conociéndolos y pudiendo
remediarlo, no hubieran adoptado medidas para ello.
Sin embargo, el empresario no es el único sujeto que puede incurrir en
responsabilidad penal; es cierto que la carga de facilitar los medios
corresponde exclusivamente al empresario y que la existencia de determinados
servicios u órganos de la empresa como los servicios de prevención o el comité
de seguridad y salud no eximen al empresario de su responsabilidad, pero ello
no impide que dicha responsabilidad pueda extenderse a aquellas personas
que, trabajando a su servicio, ostenten mando o dirección técnicos o de
ejecución, ya sean mandos superiores, intermedios o subalternos, tanto si
ejercen estas funciones reglamentariamente o de hecho6.
4º. Es una norma penal en blanco.
La redacción del artículo 316 nos obliga a consultar otras normas para
comprobar si efectivamente la acción que estamos estudiando ha incurrido o no
en delito. Dentro de esas normas en sentido amplio a que se refiere el art. 316,
el texto básico con el que tenemos que trabajar es la Ley de Prevención de
Riesgos Laborales, dedicada en exclusiva y en profundidad a esta materia. Sin
embargo no es la única norma legal, ya que como apunta la sentencia del
Tribunal Supremo nº 1355/2000 de fecha 26 de julio, existen muchas otras,
tantas como todas las dictadas en la materia con independencia de su rango
jerárquico. El propio art. 1 de la mencionada Ley de Prevención de Riesgos
Laborales señala que debemos entender incluidas en esa remisión genérica
que hace el art. 316 tanto a la legislación estatal, como la internacional que
haya sido ratificada por el estado español, y con ello incorporada a nuestro
ordenamiento y por supuesto también los convenios colectivos, en cuanto
normas convencionales. Por lo que hace a este tipo de normas existe
discrepancias entre diferentes sectores de la doctrina en cuanto al alcance que
debe requerirse de dichos convenios colectivos. Mientras un sector defiende
que únicamente se tendrán que tener en cuenta aquellos que tengan ámbito
estatal y eficacia general, otro sector opina que deberán ser válidos
cualesquiera convenios colectivos con independencia de su ámbito territorial,
funcional o empresarial.
6
Sentencias del Tribunal Supremo de 10 de mayo de 1980 y de 30 de marzo de 1990.
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5º. Elementos que constituyen la conducta típica.
1- La infracción de normas sobre prevención de riesgos laborales.
Para LUIS HUETE PÉREZ, el Código Penal no exige que la infracción de
esas normas tenga un carácter grave; a mi juicio, la exigencia de esa infracción
por el tipo penal debe ponerse en conexión con las consecuencias derivadas
de la misma. De esta forma, una infracción aún leve de las normas de
prevención, pero que suponga un grave riesgo para la vida o salud de los
trabajadores servirá para integrar el tipo penal. Y, por el contrario, un
incumplimiento grave o muy grave, pero que no produzca los anteriores
efectos, deberá ser considerada como una mera infracción administrativa.
2- No facilitar los medios necesarios.
Nos encontramos nuevamente, como señala la ya mencionada
sentencia del Tribunal Supremo nº 1355/2000, ante un ejemplo de norma penal
incompleta e indeterminada que ha de llenarse según el caso y sus
circunstancias, es decir, empíricamente; en cada caso deberemos comprobar
la existencia de un nexo de causalidad entre la falta de medios causada por el
sujeto activo y el resultado de un peligro grave para la vida, salud e integridad
física del trabajador.
La mayoría de la doctrina considera que por medios necesarios
debemos entender no sólo los estrictamente materiales, sino también los
personales, intelectuales y organizativos. Así podríamos incluir aspectos como
la falta de información sobre el riesgo de la labor a desempeñar por el
trabajador, la falta de formación, la imposición de ritmos de trabajo
inadecuados, aunque son temas que han de analizarse caso por caso,
estudiando todas las circunstancias del mismo.
Por lo que respecta a los medios materiales hay que indicar que no
basta con que el empresario facilite los medios materiales necesarios para
desempeñar una labor sino que además ha de vigilar para que se cumplan
estrictamente sus instrucciones, que deben tener por objeto tanto la finalidad
de protección de los trabajadores del riesgo genérico que crea o exige el
servicio encomendado, como a la protección de las ordinarias imprudencias
profesionales7. En este mismo sentido se pronuncia la sentencia nº 16/2001 de
21 de febrero de la Audiencia Provincial de Cuenca cuando señala que no sólo
resulta imprescindible una cumplida información a los trabajadores de los
riesgos y medidas a adoptar en caso de accidente, ni que se proporcione a
estos las correspondientes prendas protectoras, sino que, además, resulta
preciso un control total de las operaciones que se están realizando.
3- Creación de un peligro grave.
Para la concreción de este elemento puede servir la definición
establecida en el art. 4.4 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales:
7
Sentencia de 22 de diciembre de 1995 de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del
Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
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Se entenderá como riesgo laboral grave e inminente aquel que resulte probable
racionalmente que se materialice en un futuro inmediato y pueda suponer un
daño grave para la salud de los trabajadores.
Se puede hablar de probabilidad e inminencia del daño como de
cercanía o posibilidad de que éste se produzca, teniendo en cuenta su
localización, las circunstancias de tiempo, el número de trabajadores, así como
las ocasiones en que situaciones similares han dado lugar a accidentes.
Y en cuanto a la gravedad, para LUIS HUETE PÉREZ, la misma viene
referida al resultado que podría producirse de materializarse el daño. Es
preciso hacer un juicio de valor de las circunstancias concurrentes, poniendo
éstas en relación con la actividad que se desarrolla, lo que nos permitirá
determinar de una forma razonable la probabilidad de que el riesgo se
materialice en un resultado lesivo para los trabajadores, es decir el resultado
que normalmente acompañará a este tipo de riesgo. Dicho resumidamente, la
valoración acerca de la gravedad del peligro para la vida y la salud de los
trabajadores debe hacerse teniendo en cuenta la proximidad del daño y la
severidad del mismo. Por ejemplo es fácil deducir que la ausencia de
protecciones colectivas e individuales para eliminar el riesgo de caída desde
una quinta planta de un edificio en construcción, supone un riesgo de muerte
para los trabajadores que desarrollan su actividad en la misma.
b) Delitos de lesión: homicidio por imprudencia (artículo 142), lesiones
por imprudencia (artículo 152) y falta de homicidio y lesiones por
imprudencia (artículo 621).
Estos delitos tienen como característica común a todos ellos, en primer
lugar, que se exige la producción de un resultado lesivo.
En segundo lugar, se trata de infracciones penales cometidas a título de
imprudencia. La acción u omisión imprudente se caracteriza por la infracción de
un deber de cuidado por parte del sujeto que la lleva a cabo. Cuando nos
referimos al deber de cuidado podemos hallarnos ante normas de conducta
escritas o reglamentadas o bien pautas de comportamiento no escritas pero
socialmente aceptadas que han devenido en normas de conducta. En este
sentido resulta claro que existen actividades que están perfectamente
reglamentadas tal y como sucede con la actividad laboral cuando nos referimos
a la normativa sobre riesgos laborales, cuyo carácter imperativo determina su
conocimiento y observancia por parte de los intervinientes en la actividad
productiva, por cuanto está pensada para evitar o reducir los riesgos para la
vida, integridad y salud física de los trabajadores derivados de la propia
actividad laboral. Nos referimos en este caso a la Ley de Prevención de
Riesgos Laborales y las normas de desarrollo de la misma.
c) Problemas concursales.
Cuando como consecuencia del peligro concreto se produce el resultado
lesivo para la vida, la salud o la integridad física de los trabajadores, se plantea
el problema de qué clase de concurso aplicar, de normas o de delitos. La
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opinión de la doctrina mayoritaria considera que en estos casos existe un
concurso ideal de delitos, unidad de hecho y pluralidad de bienes jurídicos
lesionados o puestos en peligro, entre el cometido contra la seguridad de los
trabajadores y las respectivas modalidades imprudentes de la causación de
lesiones o muerte. Corresponderá entonces la aplicación del art. 77 del Código
Penal pues como señala MUÑOZ CONDE se trata efectivamente de dos delitos
distintos: el de peligro común y el de resultado lesivo, de homicidio o lesiones
imprudentes.
La jurisprudencia también se ha venido decantando por la opción del
concurso ideal de delitos. Y así lo hacen sentencias como la del Tribunal
Supremo de fecha 12 de julio de 1999, que señala la modificación introducida
por la reforma del Código Penal de 1995 para los delitos cometidos por
imprudencia, indicando que en caso de varios resultados, se sancionarán los
hechos conforme a las reglas del artículo 77 actual. En igual sentido la
sentencia del mismo tribunal de fecha 14 de julio de 1999 apunta que cuando
como consecuencia de la infracción de normas de prevención de los riesgos
laborales se produzca el resultado que se pretendía evitar con ellas, el delito de
resultado absorberá al de peligro.
IV.
ANÁLISIS DE LAS NORMAS DE PREVENCIÓN DE RIESGOS
LABORALES.
a) Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos
Laborales.
Como ya se ha dicho, para integrar el tipo penal de los delitos de peligro
concreto, hay que acudir a la normativa extrapenal en materia de prevención.
Sin duda, la Ley que constituye el punto de partida es la de Prevención de
Riesgos Laborales, que en su art. 1 aclara cuáles son las normas que
comprenden esta normativa.
Artículo 1. Normativa sobre prevención de riesgos laborales.
La normativa sobre prevención de riesgos laborales está constituida por la
presente Ley, sus disposiciones de desarrollo o complementarias y cuantas
otras normas, legales o convencionales, contengan prescripciones relativas a
la adopción de medidas preventivas en el ámbito laboral o susceptibles de
producirlas en dicho ámbito.
1º. Ámbito de aplicación.
Es importante tener en cuenta el ámbito de aplicación de la Ley, que se
recoge en el art. 3 de la misma.
Artículo 3. Ámbito de aplicación.
1. Esta Ley y sus normas de desarrollo serán de aplicación tanto en el ámbito
de las relaciones laborales reguladas en el Texto Refundido de la Ley del
Estatuto de los Trabajadores, como en el de las relaciones de carácter
administrativo o estatutario del personal al servicio de las Administraciones
Públicas, con las peculiaridades que, en este caso, se contemplan en la
presente Ley o en sus normas de desarrollo. Ello sin perjuicio del cumplimiento
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de las obligaciones específicas que se establecen para fabricantes,
importadores y suministradores, y de los derechos y obligaciones que puedan
derivarse para los trabajadores autónomos. Igualmente serán aplicables a las
sociedades cooperativas, constituidas de acuerdo con la legislación que les
sea de aplicación, en las que existan socios cuya actividad consista en la
prestación de un trabajo personal, con las peculiaridades derivadas de su
normativa específica.
Cuando en la presente Ley se haga referencia a trabajadores y empresarios, se
entenderán también comprendidos en estos términos, respectivamente, de una
parte, el personal con relación de carácter administrativo o estatutario y la
Administración pública para la que presta servicios, en los términos expresados
en la disposición adicional tercera de esta Ley, y, de otra, los socios de las
cooperativas a que se refiere el párrafo anterior y las sociedades cooperativas
para las que prestan sus servicios.
2. La presente Ley no será de aplicación en aquellas actividades cuyas
particularidades lo impidan en el ámbito de las funciones públicas de:
Policía, seguridad y resguardo aduanero.
Servicios operativos de protección civil y peritaje forense en los casos de grave
riesgo, catástrofe y calamidad pública.
Fuerzas Armadas y actividades militares de la Guardia Civil.
No obstante, esta Ley inspirará la normativa específica que se dicte para
regular la protección de la seguridad y la salud de los trabajadores que prestan
sus servicios en las indicadas actividades.
3. En los centros y establecimientos militares será de aplicación lo dispuesto en
la presente Ley, con las particularidades previstas en su normativa específica.
En los establecimientos penitenciarios, se adaptarán a la presente Ley aquellas
actividades cuyas características justifiquen una regulación especial, lo que se
llevará a efecto en los términos señalados en la Ley 7/1990, de 19 de julio,
sobre negociación colectiva y participación en la determinación de las
condiciones de trabajo de los empleados públicos.
4. La presente Ley tampoco será de aplicación a la relación laboral de
carácter especial del servicio del hogar familiar. No obstante lo anterior, el
titular del hogar familiar está obligado a cuidar de que el trabajo de sus
empleados se realice en las debidas condiciones de seguridad e higiene.
2º. Derechos y obligaciones.
En los arts. 14 y ss. se regulan los derechos y obligaciones; comienza
diciendo la Ley que los trabajadores tienen derecho a una protección eficaz en
materia de seguridad y salud en el trabajo, lo que supone la existencia de un
correlativo deber del empresario de protección de los trabajadores frente a los
riesgos laborales.
En este sentido, forman parte del derecho de los trabajadores a una
protección eficaz en esta materia:
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Los derechos de información, consulta y participación.
Formación en materia preventiva,
Paralización de la actividad en caso de riesgo grave e inminente.
Vigilancia de su estado de salud.
En el marco de sus responsabilidades, y en cumplimiento del deber de
protección, el empresario realizará la prevención de los riesgos laborales
mediante la integración de la actividad preventiva en la empresa y la
adopción de cuantas medidas sean necesarias para la protección de la
seguridad y la salud de los trabajadores, y mediante la constitución de una
organización y de los medios necesarios en los términos establecidos en la
Ley.
3º. Principios de la acción preventiva.
Según el art. 15, el empresario aplicará las medidas que integran el
deber general de prevención previsto en el artículo anterior, con arreglo a los
siguientes principios generales:
a.
Evitar los riesgos.
b.
Evaluar los riesgos que no se puedan evitar.
c.
Combatir los riesgos en su origen.
d.
Adaptar el trabajo a la persona, en particular en lo que respecta a la
concepción de los puestos de trabajo, así como a la elección de los
equipos y los métodos de trabajo y de producción, con miras, en particular,
a atenuar el trabajo monótono y repetitivo y a reducir los efectos del mismo
en la salud.
e.
Tener en cuenta la evolución de la técnica.
f.
Sustituir lo peligroso por lo que entrañe poco o ningún peligro.
g.
Planificar la prevención, buscando un conjunto coherente que integre en
ella la técnica, la organización del trabajo, las condiciones de trabajo, las
relaciones sociales y la influencia de los factores ambientales en el trabajo.
h.
Adoptar medidas que antepongan la protección colectiva a la individual.
i.
Dar las debidas instrucciones a los trabajadores.
2. El empresario tomará en consideración las capacidades profesionales de los
trabajadores en materia de seguridad y de salud en el momento de
encomendarles las tareas.
3. El empresario adoptará las medidas necesarias a fin de garantizar que sólo
los trabajadores que hayan recibido información suficiente y adecuada puedan
acceder a las zonas de riesgo grave y específico.
4. La efectividad de las medidas preventivas deberá prever las distracciones o
imprudencias no temerarias que pudiera cometer el trabajador. Para su
adopción se tendrán en cuenta los riesgos adicionales que pudieran implicar
determinadas medidas preventivas, las cuales sólo podrán adoptarse cuando la
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magnitud de dichos riesgos sea sustancialmente inferior a la de los que se
pretende controlar y no existan alternativas más seguras.
5. Podrán concertar operaciones de seguro que tengan como fin garantizar
como ámbito de cobertura la previsión de riesgos derivados del trabajo, la
empresa respecto de sus trabajadores, los trabajadores autónomos respecto a
ellos mismos y las sociedades cooperativas respecto a sus socios cuya
actividad consista en la prestación de su trabajo personal.
b) Real Decreto 39/1997, por el que se aprueba el Reglamento de los
Servicios de Prevención.
De este reglamento hay que tener especialmente en cuenta dos
previsiones:
1º. Plan de prevención de riesgos laborales.
1. El Plan de prevención de riesgos laborales es la herramienta a través de la
cual se integra la actividad preventiva de la empresa en su sistema general de
gestión y se establece su política de prevención de riesgos laborales.
El Plan de prevención de riesgos laborales debe ser aprobado por la dirección
de la empresa, asumido por toda su estructura organizativa, en particular por
todos sus niveles jerárquicos, y conocido por todos sus trabajadores.
2. El Plan de prevención de riesgos laborales habrá de reflejarse en un
documento que se conservará a disposición de la autoridad laboral, de las
autoridades sanitarias y de los representantes de los trabajadores, e incluirá,
con la amplitud adecuada a la dimensión y características de la empresa, los
siguientes elementos:
a.
La identificación de la empresa, de su actividad productiva, el número y
características de los centros de trabajo y el número de trabajadores y
sus características con relevancia en la prevención de riesgos laborales.
b.
La estructura organizativa de la empresa, identificando las funciones y
responsabilidades que asume cada uno de sus niveles jerárquicos y los
respectivos cauces de comunicación entre ellos, en relación con la
prevención de riesgos laborales.
c.
La organización de la producción en cuanto a la identificación de los
distintos procesos técnicos y las prácticas y los procedimientos
organizativos existentes en la empresa, en relación con la prevención de
riesgos laborales.
d.
La organización de la prevención en la empresa, indicando la modalidad
preventiva elegida y los órganos de representación existentes.
e.
La política, los objetivos y metas que en materia preventiva pretende
alcanzar la empresa, así como los recursos humanos, técnicos,
materiales y económicos de los que va a disponer al efecto.
3. Los instrumentos esenciales para la gestión y aplicación del Plan de
prevención de riesgos laborales son la evaluación de riesgos y la
planificación de la actividad preventiva.
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2º. Organización de la acción preventiva.
La organización de los recursos necesarios para el desarrollo de las
actividades preventivas se realizará por el empresario con arreglo a alguna de
las modalidades siguientes:
1-
Asumiendo personalmente tal actividad.
El empresario podrá desarrollar personalmente la actividad de prevención, con
excepción de las actividades relativas a la vigilancia de la salud de los
trabajadores, cuando concurran las siguientes circunstancias:
a. Que se trate de empresa de menos de seis trabajadores.
b. Que las actividades desarrolladas en la empresa no estén incluidas en el
Anexo I (radiaciones ionizantes, agentes cancerígenos, productos
químicos, explosivos, canteras, obras de construcción).
c. Que desarrolle de forma habitual su actividad profesional en el centro de
trabajo.
d. Que tenga la capacidad correspondiente a las funciones preventivas que
va a desarrollar.
2. La vigilancia de la salud de los trabajadores, así como aquellas otras
actividades preventivas no asumidas personalmente por el empresario,
deberán cubrirse mediante el recurso a alguna de las restantes modalidades de
organización preventiva previstas en este capítulo.
2-
Designando a uno o varios trabajadores para llevarla a cabo.
1. El empresario designará a uno o varios trabajadores para ocuparse de la
actividad preventiva en la empresa.
Las actividades preventivas para cuya realización no resulte suficiente la
designación de uno o varios trabajadores deberán ser desarrolladas a través
de uno o más servicios de prevención propios o ajenos.
2. No obstante lo dispuesto en el apartado anterior, no será obligatoria la
designación de trabajadores cuando el empresario:
- Haya asumido personalmente la actividad preventiva.
- Haya recurrido a un servicio de prevención propio.
- Haya recurrido a un servicio de prevención ajeno.
3-
Constituyendo un servicio de prevención propio.
El empresario deberá constituir un servicio de prevención propio cuando
concurra alguno de los siguientes supuestos:
a. Que se trate de empresas que cuenten con más de 500 trabajadores.
Francisco Javier Espinosa Gómez
Actuación policial en siniestralidad laboral
14
b. Que, tratándose de empresas de entre 250 y 500 trabajadores, desarrollen
alguna de las actividades incluidas en el Anexo I.
c. Que, tratándose de empresas no incluidas en los apartados anteriores, así
lo decida la autoridad laboral.
4-
Recurriendo a un servicio de prevención ajeno.
Cuando la designación de uno o varios trabajadores sea insuficiente o
no esté obligado a tener un servicio de prevención propio, el empresario debe
recurrir a la contratación de uno o varios servicios de prevención ajenos que
colaborarán cuando sea necesario.
c) Real Decreto 171/2004, de 30 de enero, por el que se desarrolla el
artículo 24 de la Ley 31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales,
en materia de coordinación de actividades empresariales.
El art. 24 de la Ley 31/1995 se refiere a la coordinación de actividades
empresariales, y establece que,
1.
Cuando en un mismo centro de trabajo desarrollen actividades
trabajadores de dos o más empresas, éstas deberán cooperar en la
aplicación de la normativa sobre prevención de riesgos laborales. A tal fin,
establecerán los medios de coordinación que sean necesarios en cuanto a
la protección y prevención de riesgos laborales y la información sobre los
mismos a sus respectivos trabajadores, en los términos previstos en el
apartado 1 del artículo 18 de esta Ley.
2.
El empresario titular del centro de trabajo adoptará las medidas necesarias
para que aquellos otros empresarios que desarrollen actividades en su
centro de trabajo reciban la información y las instrucciones adecuadas, en
relación con los riesgos existentes en el centro de trabajo y con las
medidas de protección y prevención correspondientes, así como sobre las
medidas de emergencia a aplicar, para su traslado a sus respectivos
trabajadores.
3.
Las empresas que contraten o subcontraten con otras la realización de
obras o servicios correspondientes a la propia actividad de aquéllas y que
se desarrollen en sus propios centros de trabajo deberán vigilar el
cumplimiento por dichos contratistas y subcontratistas de la normativa de
prevención de riesgos laborales.
4.
Las obligaciones consignadas en el último párrafo del apartado 1 del
artículo 41 de esta Ley serán también de aplicación, respecto de las
operaciones contratadas, en los supuestos en que los trabajadores de la
empresa contratista o subcontratista no presten servicios en los centros de
trabajo de la empresa principal, siempre que tales trabajadores deban
operar con maquinaria, equipos, productos, materias primas o útiles
proporcionados por la empresa principal.
5.
Los deberes de cooperación y de información e instrucción recogidos en
los apartados 1 y 2 serán de aplicación respecto de los trabajadores
autónomos que desarrollen actividades en dichos centros de trabajo.
Francisco Javier Espinosa Gómez
15
Actuación policial en siniestralidad laboral
6.
Las obligaciones previstas
reglamentariamente.
en
este
artículo
serán
desarrolladas
En virtud de este último apartado, se ha aprobado el Real Decreto
171/2004 que tiene como aspectos más relevantes los expuestos a
continuación.
1- Definiciones.
- Centro de trabajo. Cualquier área, edificada o no, en la que los
trabajadores deban permanecer o a la que deban acceder por razón
de su trabajo.
- Empresario titular del centro de trabajo. La persona que tiene la
capacidad de poner a disposición y gestionar el centro de trabajo.
- Empresario principal. El empresario que contrata o subcontrata con
otros la realización de obras o servicios correspondientes a la propia
actividad de aquél y que se desarrollan en su propio centro de
trabajo.
2- Deber de cooperación (art. 4).
1. Cuando
en un mismo centro de trabajo desarrollen actividades
trabajadores de dos o más empresas, éstas deberán cooperar en la
aplicación de la normativa de prevención de riesgos laborales.
El deber de cooperación será de aplicación a todas las empresas y
trabajadores autónomos concurrentes en el centro de trabajo, existan o no
relaciones jurídicas entre ellos.
2. Las empresas deberán informarse recíprocamente sobre los riesgos
específicos de las actividades que desarrollen en el centro de trabajo que
puedan afectar a los trabajadores de las otras empresas concurrentes en
el centro, en particular sobre aquellos que puedan verse agravados o
modificados por circunstancias derivadas de la concurrencia de
actividades.
La información deberá ser suficiente y habrá de proporcionarse antes del
inicio de las actividades, cuando se produzca un cambio en las actividades
concurrentes que sea relevante a efectos preventivos y cuando se haya
producido una situación de emergencia.
La información se facilitará por escrito cuando alguna de las empresas
genere riesgos calificados como graves o muy graves.
Cuando, como consecuencia de los riesgos de las actividades
concurrentes, se produzca un accidente de trabajo, el empresario deberá
informar de aquél a los demás empresarios presentes en el centro de
trabajo.
Francisco Javier Espinosa Gómez
Actuación policial en siniestralidad laboral
16
3- Concurrencia de trabajadores de varias empresas en un centro de trabajo del
que un empresario es titular.
Información del empresario titular.
El empresario titular deberá informar a los otros empresarios concurrentes
sobre los riesgos propios del centro de trabajo que puedan afectar a las
actividades por ellos desarrolladas, las medidas referidas a la prevención
de tales riesgos y las medidas de emergencia que se deben aplicar.
Medidas que deben adoptar los empresarios concurrentes.
Los empresarios que desarrollen actividades en un centro de trabajo del
que otro empresario sea titular tendrán en cuenta la información recibida
de éste en la evaluación de los riesgos y en la planificación de su actividad
preventiva.
Las medidas serán de aplicación a todas las empresas y trabajadores
autónomos que desarrollen actividades en el centro de trabajo, existan o
no relaciones jurídicas entre el empresario titular y ellos.
4- Concurrencia de trabajadores de varias empresas en un centro de trabajo
cuando existe un empresario principal (deber de vigilancia).
1. El empresario principal deberá vigilar el cumplimiento de la normativa de
prevención de riesgos laborales por parte de las empresas contratistas
o subcontratistas de obras y servicios correspondientes a su propia
actividad y que se desarrollen en su propio centro de trabajo.
2. Antes del inicio de la actividad en su centro de trabajo, el empresario
principal exigirá a las empresas contratistas y subcontratistas que le
acrediten por escrito que han realizado, para las obras y servicios
contratados, la evaluación de riesgos y la planificación de su actividad
preventiva.
Asimismo, el empresario principal exigirá a tales empresas que le
acrediten por escrito que han cumplido sus obligaciones en materia de
información y formación respecto de los trabajadores que vayan a
prestar sus servicios en el centro de trabajo.
Las acreditaciones previstas en los párrafos anteriores deberán ser
exigidas por la empresa contratista, para su entrega al empresario
principal, cuando subcontratara con otra empresa la realización de parte
de la obra o servicio.
3. El empresario principal deberá comprobar que las empresas contratistas
y subcontratistas concurrentes en su centro de trabajo han establecido
los necesarios medios de coordinación entre ellas.
Francisco Javier Espinosa Gómez
Actuación policial en siniestralidad laboral
17
d) Especial referencia al sector de la construcción.
1º. Real Decreto 1627/1997, por el que se establecen las disposiciones
mínimas de seguridad y salud en las obras de construcción.
En esta norma reglamentaria se fijan y concretan los aspectos más
técnicos de las medidas preventivas para garantizar la protección de la salud y
la seguridad de los trabajadores del sector de la construcción.
1-
Objeto y ámbito de aplicación. Definiciones.
Artículo 1. Objeto y ámbito de aplicación.
1. El presente Real Decreto establece, en el marco de la Ley 31/1995, de 8 de
noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, las disposiciones mínimas de
seguridad y de salud aplicables a las obras de construcción.
2. Este Real Decreto no será de aplicación a las industrias extractivas a cielo
abierto o subterráneas o por sondeos, que se regularán por su normativa
específica.
3. Las disposiciones del Real Decreto 39/1997, de 17 de enero, por el que se
aprueba el Reglamento de los Servicios de Prevención, se aplicarán
plenamente al conjunto del ámbito contemplado en el apartado 1, sin perjuicio
de las disposiciones específicas previstas en el presente Real Decreto.
Artículo 2. Definiciones.
1. A efectos del presente Real Decreto, se entenderá por:
Obra de construcción u obra: cualquier obra, pública o privada, en la que se
efectúen trabajos de construcción o ingeniería civil cuya relación no exhaustiva
figura en el Anexo I:
-
Excavación.
-
Movimiento de tierras.
-
Construcción.
-
Montaje y desmontaje de elementos prefabricados.
-
Acondicionamiento o instalaciones.
-
Transformación.
-
Rehabilitación.
-
Reparación.
-
Desmantelamiento.
-
Derribo.
-
Mantenimiento.
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Actuación policial en siniestralidad laboral
-
Conservación-Trabajos de pintura y de limpieza.
-
Saneamiento.
18
Trabajos con riesgos especiales: trabajos cuya realización exponga a los
trabajadores a riesgos de especial gravedad para su seguridad y salud,
comprendidos los indicados en la relación no exhaustiva que figura en el Anexo
II.
Promotor: cualquier persona física o jurídica por cuenta de la cual se realice
una obra.
Proyectista: el autor o autores, por encargo del promotor, de la totalidad o parte
del proyecto de obra.
Coordinador en materia de seguridad y de salud durante la elaboración del
proyecto de obra: el técnico competente designado por el promotor para
coordinar, durante la fase del proyecto de obra, la aplicación de los principios
que se mencionan en el artículo 8.
Coordinador en materia de seguridad y de salud durante la ejecución de la
obra: el técnico competente integrado en la dirección facultativa, designado por
el promotor para llevar a cabo las tareas que se mencionan en el artículo 9.
Dirección facultativa: el técnico o técnicos competentes designados por el
promotor, encargados de la dirección y del control de la ejecución de la obra.
Contratista: la persona física o jurídica que asume contractualmente ante el
promotor, con medios humanos y materiales, propios o ajenos, el compromiso
de ejecutar la totalidad o parte de las obras con sujeción al proyecto y al
contrato.
Subcontratista: la persona física o jurídica que asume contractualmente ante el
contratista, empresario principal, el compromiso de realizar determinadas
partes o instalaciones de la obra, con sujeción al proyecto por el que se rige su
ejecución.
Trabajador autónomo: la persona física distinta del contratista y del
subcontratista, que realiza de forma personal y directa una actividad
profesional, sin sujeción a un contrato de trabajo, y que asume
contractualmente ante el promotor, el contratista o el subcontratista el
compromiso de realizar determinadas partes o instalaciones de la obra.
Cuando el trabajador autónomo emplee en la obra a trabajadores por cuenta
ajena tendrá la consideración de contratista o subcontratista a efectos del
presente Real Decreto.
2. El contratista y el subcontratista a los que se refiere el presente Real Decreto
tendrán la consideración de empresario a los efectos previstos en la normativa
sobre prevención de riesgos laborales.
3. Cuando el promotor contrate directamente trabajadores autónomos para la
realización de la obra o de determinados trabajos de la misma, tendrá la
consideración de contratista respecto de aquellos a efectos de lo dispuesto en
el presente Real Decreto.
Francisco Javier Espinosa Gómez
Actuación policial en siniestralidad laboral
19
Lo dispuesto en el párrafo anterior no será de aplicación cuando la actividad
contratada se refiera exclusivamente a la construcción o reparación que pueda
contratar un cabeza de familia respecto de su vivienda.
2-
Estudio de seguridad y salud o estudio básico.
El promotor estará obligado que en la fase de redacción del proyecto se
elabore un estudio de seguridad y salud en los proyectos de obras en que se
den alguno de los supuestos siguientes:
1- Que el presupuesto de ejecución por contrata incluido en el proyecto
sea igual o superior a 450759 Euros.
2- Que la duración estimada sea superior a 30 días laborables,
empleándose en algún momento a más de 20 trabajadores
simultáneamente.
3- Que el volumen de mano de obra estimada, entendiendo por tal la
suma de los días de trabajo del total de los trabajadores en la obra,
sea superior a 500.
4- Las obras de túneles, galerías, conducciones subterráneas y presas.
En los proyectos de obras no incluidos en ninguno de los supuestos
previstos en el apartado anterior, el promotor estará obligado a que en la fase
de redacción del proyecto se elabore un estudio básico de seguridad y salud.
El estudio de seguridad y salud será elaborado por el técnico
competente designado por el promotor. Cuando deba existir un coordinador en
materia de seguridad y salud durante la elaboración del proyecto de obra, le
corresponderá a éste elaborar o hacer que se elabore, bajo su responsabilidad,
dicho estudio.
3-
Plan de seguridad y salud en el trabajo.
En aplicación del estudio de seguridad y salud o, en su caso, del estudio
básico, cada contratista elaborará un plan de seguridad y salud en el
trabajo en el que se analicen, estudien, desarrollen y complementen las
previsiones contenidas en el estudio o estudio básico, en función de su propio
sistema de ejecución de la obra. En dicho plan se incluirán, en su caso, las
propuestas de medidas alternativas de prevención que el contratista proponga
con la correspondiente justificación técnica, que no podrán implicar disminución
de los niveles de protección previstos en el estudio o estudio básico.
El plan de seguridad y salud deberá ser aprobado, antes del inicio de la
obra, por el coordinador en materia de seguridad y de salud durante la
ejecución de la obra. Cuando no sea necesaria la designación de coordinador,
las funciones que se le atribuyen serán asumidas por la dirección facultativa.
Francisco Javier Espinosa Gómez
Actuación policial en siniestralidad laboral
20
2º. Ley 32/2006, de 18 de octubre, reguladora de la subcontratación en
el Sector de la Construcción.
Esta Ley ha sido desarrollada por el Real Decreto 1109/2007, de 24 de
agosto. Entendemos por subcontratación, la forma de organización productiva
en virtud de la cual el contratista o subcontratista encarga a otro subcontratista
o trabajador autónomo la totalidad o parte de lo que a él se le ha
encomendado. Esta práctica mercantil se establece en una serie de escalones
que son los denominados niveles de subcontratación.
La normativa sobre subcontratación se aplica siempre que existan
contratos celebrados en régimen de subcontratación, tanto en el sector privado
como público, para ejecutar dentro de una obra de construcción, cualquiera de
los trabajos que recoge el ya citado Anexo I del RD 1627/1997.
Se ha creado el Registro de Empresas Acreditadas (REA), que
dependerá de la autoridad laboral competente correspondiente al territorio de la
Comunidad Autónoma donde radique el domicilio social de la empresa
contratista o subcontratista.
Todas las empresas que pretendan ser contratadas o subcontratadas
para trabajos en una obra de construcción deberán estar inscritas en el REA,
con carácter previo al proceso de subcontratación en el sector de la
construcción, como contratistas o subcontratistas.
Además, cada contratista, con carácter previo a la subcontratación con
un subcontratista o trabajador autónomo de parte de la obra que tenga
contratada, deberá obtener un Libro de Subcontratación habilitado por la
Autoridad laboral correspondiente al territorio en que se ejecute la obra.
Régimen de la subcontratación
1- Promotor. Puede contratar directamente con cuantos contratistas
estime oportunos, ya sean personas físicas o jurídicas y también con
trabajadores autónomos, sin trabajadores a su servicio.
2- Contratista. Puede contratar la ejecución de los trabajos que hubiera
contratado con el promotor:
- Con empresas subcontratistas.
- Con trabajadores autónomos.
3- Primer y segundo contratista. Pueden subcontratar la ejecución de
los trabajos que, respectivamente, tengan contratados.
4- Tercer subcontratista. No puede subcontratar los trabajos que a él le
han encomendado, ni con empresas subcontratistas ni con
trabajadores autónomos.
5- Trabajadores autónomos. Hay dos tipos de trabajadores autónomos:
Francisco Javier Espinosa Gómez
21
Actuación policial en siniestralidad laboral
- Sin trabajadores por cuenta ajena. No puede subcontratar los
trabajos a él encomendados ni a otras empresas subcontratistas
ni a otros trabajadores autónomos. En él finaliza la cadena de
subcontratación, salvo en el supuesto de fuerza mayor, en que se
podrá ampliar en un nivel adicional.
- Con trabajadores por cuenta ajena. En estos casos, tendrá la
consideración de contratista o subcontratista, por lo que podrá
subcontratar, respetando los niveles legales establecidos de la
cadena de subcontratación.
Gráfico de niveles de subcontratación con intervención de trabajadores
autónomos.
PROMOTOR
CONTRATISTA
AUTÓNOMO
SUBCONTRATISTA 1
SUBCONTRATISTA
1.2
SUBCONTRATISTA
1.3
SUBCONTRATISTA 2
SUBCONTRATISTA
1.2
SUBCONTRATISTA
1.3
AUTÓNOMO CON
TRABAJADORES
AUTÓNOMO
3º. IV Convenio Colectivo General del Sector de la Construcción (20072011).
En este Convenio se han establecido dos ciclos formativos en materia
de prevención de riesgos laborales:
-
-
Un primer ciclo, con una duración de ocho horas, cuyo objetivo es
que los trabajadores adquieran los conocimientos necesarios para
identificar tanto los riesgos laborales más frecuentes que se
producen en las distintas fases de ejecución de una obra, como las
medidas preventivas a implantar para eliminar o minimizar dichos
riesgos.
Un segundo ciclo, cuyo objetivo es transmitir conocimientos y
normas específicas en relación con el puesto de trabajo o el oficio.
Además, se establece un sistema de acreditación de la formación
recibida por el trabajador en materia de prevención de riesgos laborales en
dicho sector, mediante la expedición de la Tarjeta Profesional de la
Construcción.
Francisco Javier Espinosa Gómez
Actuación policial en siniestralidad laboral
22
4º. Real decreto sobre equipos de trabajo (RD 1215/1997).
Este Reglamento establece, en el marco de la Ley 31/1995, de 8 de
noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales, las disposiciones mínimas de
seguridad y salud para la utilización de los equipos de trabajo empleados por
los trabajadores en el trabajo.
A efectos del presente Real Decreto se entenderá por:
a) Equipo de trabajo: cualquier máquina, aparato, instrumento o
instalación utilizado en el trabajo.
b) Utilización de un equipo de trabajo: cualquier actividad referida a un
equipo de trabajo, tal como la puesta en marcha o la detención, el
empleo, el transporte, la reparación, la transformación, el
mantenimiento y la conservación, incluida, en particular, la limpieza.
c) Zona peligrosa: cualquier zona situada en el interior o alrededor de
un equipo de trabajo en la que la presencia de un trabajador
expuesto entrañe un riesgo para su seguridad o para su salud.
d) Trabajador expuesto: cualquier trabajador que se encuentre total o
parcialmente en una zona peligrosa.
e) Operador del equipo: el trabajador encargado de la utilización de un
equipo de trabajo.
Artículo 3. Obligaciones generales del empresario.
El empresario adoptará las medidas necesarias para que los equipos de trabajo
que se pongan a disposición de los trabajadores sean adecuados al trabajo
que deba realizarse y convenientemente adaptados al mismo, de forma que
garanticen la seguridad y la salud de los trabajadores al utilizar dichos equipos
de trabajo.
Cuando no sea posible garantizar de este modo totalmente la seguridad y la
salud de los trabajadores durante la utilización de los equipos de trabajo, el
empresario tomará las medidas adecuadas para reducir tales riesgos al
mínimo.
V.
INTERVENCIÓN POLICIAL.
Como sabemos, la Ley de Enjuiciamiento Criminal y el Código Penal
establecen un régimen diferente de persecución de las infracciones, atendiendo
al carácter público, semiprivado y privado de las mismas. Tratándose de
infracciones de carácter semiprivado o privado –perseguibles a instancia de
parte- es un requisito de procedibilidad necesario la denuncia de la víctima,
perjudicado o su representante legal en los términos que establezca la
legislación penal en cada caso.
En cambio, cuando se trata de infracciones de carácter público, el mero
conocimiento del hecho criminal determina la necesidad de iniciar una
investigación policial y la posterior incoación del procedimiento judicial por el
Juzgado de Instrucción. En tal sentido, el artículo 282.1 de la LECrim.
Establece:
Francisco Javier Espinosa Gómez
23
Actuación policial en siniestralidad laboral
La Policía Judicial tiene por objeto, y será obligación de todos los que la
componen, averiguar los delitos públicos que se cometieren en su territorio o
demarcación; practicar, según sus atribuciones, las diligencias necesarias para
comprobarlos y descubrir a los delincuentes, y recoger todos los efectos,
instrumentos o pruebas del delito de cuya desaparición hubiere peligro,
poniéndolos a disposición de la Autoridad judicial.
Las facultades y atribuciones de la policía se detallan y amplían en los
artículos 770 y 771 de la propia LECrim. en el ámbito del procedimiento
abreviado y son objeto asimismo de desarrollo en el RD 769/1987, de 19 de
Junio, que regula la Policía Judicial, cuyo artículo 4 señala:
Todos los componentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, cualquiera
que sea su naturaleza y dependencia, practicarán por su propia iniciativa y
según sus respectivas atribuciones, las primeras diligencias de prevención y
aseguramiento así que tengan noticia de la perpetración del hecho
presuntamente delictivo, y la ocupación y custodia de los objetos que
provinieren del delito o estuvieren relacionados con su ejecución, dando cuenta
de todo ello en los términos legales a la Autoridad Judicial o Fiscal,
directamente o a través de las Unidades Orgánicas de Policía Judicial.
En cuanto a las pautas de actuación, seguiremos el esquema
propuesto por LUIS HUETE PÉREZ, que es el mismo que, con matices, sigue en
la actualidad la Unidad de Coordinación Judicial del Cuerpo de Policía
Municipal de Madrid y su Sección de Policía Científica.
a) Intervención inmediata.
El problema de la intervención tardía
desconocimiento de la producción del accidente.
es
consecuencia
del
La propia LECrim establece la necesidad de la intervención inmediata de
la policía, concretamente el artículo 770 señala que la Policía Judicial acudirá
de inmediato al lugar de los hechos.
Han de buscarse instrumentos que permitan un más rápido conocimiento
de la notitia criminis en este tipo de infracciones. Ello exige coordinación con
las autoridades sanitarias, pues normalmente suelen ser los servicios
sanitarios, los hospitales o centros de salud quienes acogen y tratan a los
heridos tras los accidentes.
La administración sanitaria deberá poner los hechos en conocimiento
inmediato del Juzgado y, sobre todo, de la Policía Judicial, que, a partir de ese
momento, - deberá desplazarse al hospital y especialmente al lugar del suceso
con la finalidad de adoptar las medidas precisas para garantizar el
mantenimiento de las circunstancias que dieron lugar al accidente.
El desplazamiento al hospital tiene como finalidades, en primer lugar
poder averiguar las circunstancias del accidente, para lo que vuelve a ser
precisa la coordinación con la administración sanitaria permitiendo la
Francisco Javier Espinosa Gómez
Actuación policial en siniestralidad laboral
24
entrevista de la policía con el herido, si su estado lo aconseja, y en segundo
lugar acreditar las lesiones del trabajador.
El desplazamiento al lugar del hecho ha de realizarse, si es conocido y
posible, al tiempo que se realiza la visita al herido. Los primeros policías que
acudan al lugar del accidente, tienen que tratar de mantener las circunstancias
que existían en el momento del suceso, evitando que se alteren, favoreciendo
con ello la correcta reproducción judicial de los hechos, primero en la
instrucción y después en el juicio.
Sea cual sea el medio por el que la policía judicial haya tenido
conocimiento del accidente con resultado de muerte o de lesiones, es esencial
que, a partir del mismo momento en que conoce la noticia del hecho, ponga en
marcha mecanismos que garanticen el conocimiento de la realidad de lo
sucedido. En cualquier caso cuando la policía es la primera autoridad que
interviene tras el suceso, debe buscar que se preste atención a los heridos
asistencia médica avisando a los servicios sanitarios tal y como establece el
artículo 770.1ª de la LECrim.
Asimismo y de modo inmediato comunicará el suceso al Juzgado de
Instrucción, al Ministerio Fiscal y a la Inspección de Trabajo y tomará los datos
precisos para la redacción de un completo atestado en el que deberá reseñarse
cuantas circunstancias puedan incidir en el exacto conocimiento del hecho.
b) Acotar el escenario del hecho.
La única forma de garantizar una inspección ocular que reproduzca la
realidad de los hechos es precisamente manteniendo las circunstancias que
existían en el momento en que suceden los mismos. Por ello, la primera
actuación que han de llevar a cabo los agentes que acudan al lugar del hecho
es acotar el escenario del hecho, evitando el acceso al mismo de cualquier
persona y procurando que se mantenga inalterable hasta haber completado la
investigación sobre el terreno. Garantizar la inamovilidad de las circunstancias
que existían en el momento del hecho es una actuación que puede ser llevada
a cabo por cualquier agente de policía que acuda al lugar del hecho, sea o no
especialista en la materia. La intervención especializada y coordinada con la
Inspección de Trabajo es posterior aunque se elabore sobre la base de este
inicial presupuesto.
c) Identificación de las personas que han presenciado el hecho o
tengan conocimiento del mismo por su posición en la empresa.
El artículo 770.5ª LECrim establece, entre las actuaciones que puede
llevar a cabo la Policía Judicial,
Tomará los datos personales y dirección de las personas que se encuentren en
el lugar en que se cometió el hecho, así como cualquier otro dato que ayude a
su identificación y localización, tales como lugar habitual de trabajo, números
de teléfono fijo o móvil, número de fax o dirección de correo electrónico.
Francisco Javier Espinosa Gómez
Actuación policial en siniestralidad laboral
25
Los datos personales de los testigos o personas, cuya actuación pueda
ser clave para conocer la forma de producirse el accidente o la existencia o
inexistencia de medidas de prevención de riesgos laborales, es esencial para
que después puedan comparecer en el proceso, así como para valorar si
podría resultar problemática su posterior localización. Por ejemplo, en
supuestos de trabajadores extranjeros sin permiso de trabajo, que pueden ser
expulsados, o simplemente vivir en paradero no controlado.
Tal sucedería asimismo en supuestos intervención en accidentes
ocurridos en empresas extranjeras, con trabajadores extranjeros, en
actividades desarrolladas en territorio español, cuya localización pudiera
resultar difícil, en cuyo caso, tal circunstancia será comunicada con la mayor
brevedad al Ministerio Fiscal o al Juzgado de Instrucción a fin de que pueda
preconstituirse la prueba en la forma que determina el artículo 777.2 LECrim.
En tal caso procedería a citar ante el Juzgado al testigo, previo acuerdo con
órgano judicial.
d) Realización de una minuciosa inspección ocular, complementada
con croquis del lugar de los hechos y grabación videográfica o
reportaje fotográfico que plasme los posibles incumplimientos en
materia de seguridad.
La inspección ocular debe abarcar tanto el lugar en el que se hallare la
víctima como la hipotética trayectoria o recorrido que haya podido seguir –en
supuestos de caída en altura-, siempre en función de las posibilidades de
acceso. Aunque cada uno desde su perspectiva y dentro de su respectivo
ámbito de actuación, se procurará la coordinación con la Inspección de Trabajo
durante su realización. En cualquier caso se pondrá especial cuidado en:
-
-
-
Recoger todos los efectos que puedan ayudar a una mejor
comprobación de lo sucedido, en la forma que señalan los artículos
282.1; 770.3ª y 326 de la LECrim.
Realizar un croquis detallado del lugar del hecho en la forma que
previene el artículo 327 de la LECrim, que señala los hechos, se
levantará el plano del lugar suficientemente detallado, o se hará el
retrato de las personas que hubiesen sido objeto del delito, o la
copia o diseño de los efectos o instrumentos del mismo que se
hubiesen hallado.
Realizar un reportaje videográfico o, caso de imposibilidad de éste,
fotográfico tanto del lugar del hecho como de la víctima, siempre que
ésta lo consienta, conforme a lo previsto en el artículo 770.2ª de la
LECrim. que establece, entre las actuaciones de la Policía Judicial
“Acompañará al acta de constancia fotografías o cualquier otro
soporte magnético o de reproducción de la imagen, cuando sea
pertinente para el esclarecimiento del hecho punible y exista riesgo
de desaparición de sus fuentes de prueba.
Comprobar la existencia de cámaras de vigilancia, ya en el lugar de
los hechos como en sus inmediaciones, que hayan podido filmar lo
sucedido. La efectividad de esta diligencia, caso de resultar positiva,
Francisco Javier Espinosa Gómez
Actuación policial en siniestralidad laboral
-
-
26
está fuera de toda duda. Si el accidente ha resultado grabado por
cualquier circunstancia, tenemos garantizada y asegurada la
acreditación de la forma de acaecer el suceso.
También en la inspección ocular harán indicación del estado de las
medidas de seguridad y de la forma en que se produjo el accidente
(por caída, golpe, aplastamiento, etc…), de los agentes causantes
(máquinas, instalaciones, productos…) y de cualesquiera otras
circunstancias que guarden relación con el suceso y pudieran
coadyuvar a su investigación (viento, oscuridad, calor, ruido u otros
factores semejantes), indicando la fuente de que extraen el
conocimiento de estos datos.
Levantará acta de cadena de custodia del material intervenido así
como de todo el material fotográfico o audiovisual utilizado.
e) Recabar documentación necesaria para la investigación de los
hechos.
Durante la elaboración del atestado se procurará recabar los siguientes
documentos:
a) La Evaluación de Riesgos y el Plan de Riesgos laborales. El
cumplimiento de las normas sobre riesgos laborales exige su
documentación. En este sentido resulta necesario verificar la
existencia de la Evaluación de Riesgos, del Plan de Riesgos
Laborales, así como los documentos que amparen la recepción por
parte de los empleados de cursos de formación en materia de
riesgos laborales, o recibos que acrediten la entrega de los Equipos
de Protección Individual. Tanto la evaluación de riesgos como el plan
de riesgos son documentos muy voluminosos y por tanto exige su
aportación mediante copia, aunque puede limitarse a la parte de la
evaluación y del plan que contengan las medidas que se refieran a la
actividad que se realizaba en el momento de producirse el accidente.
En cualquier caso, si no puede aportarse al atestado por cualquier
causa, serán requeridas las empresas para que tales documentos
sean aportados en el Juzgado.
b) Documentos o contratos en que conste el establecimiento de los
servicios de prevención o la designación de técnicos de prevención
por parte de la empresa, así como del coordinador de seguridad, en
su caso.
Se trata de ver, de un lado, si el empresario ha cumplido la LPRL
estableciendo un servicio de prevención propio o ajeno, y de otro
lado, qué facultades se han conferido a los servicios de prevención,
así como las personas sobre las que, en su caso, recae la
delegación o el nombramiento. Normalmente la designación de un
servicio de prevención ajeno se ampara en un contrato con una
entidad o empresa especializada en materia de prevención de
riesgos y en dicho contrato se establecen las características del
servicio que se contrata. En el caso de servicios de prevención
propios, es lógico que vengan recogidos en un documento que
Francisco Javier Espinosa Gómez
Actuación policial en siniestralidad laboral
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acredite la estructura de la empresa en materia de seguridad o bien
por un nombramiento de persona o personas en el que se
especifiquen las facultades de que dispone. En el supuesto de que
no exista tal documento y, en cualquier caso, esta materia deberá
ser necesariamente objeto de interrogatorio a las personas de los
técnicos, así como a los empresarios o administradores de las
empresas.
c) Documentos que permitan conocer si existe cobertura de la
responsabilidad civil, así como la posible solvencia de los presuntos
responsables. Además de las graves consecuencias que para la
víctima, caso de resultar lesionada, o para los familiares, caso de
resultar fallecido, supone el accidente de trabajo, puede suceder que
el daño quede sin resarcimiento, por la inexistencia de seguros que
garanticen los mismos y por la insolvencia del empresario. Durante
la investigación de los hechos debe verificarse si las empresas que
concurren a la actividad o las propias personas responsables
disponen de seguros de responsabilidad civil, aportando copia de la
póliza y del recibo que acredite estar al corriente de pago en el
momento del accidente.
d) Documentos específicos en el ámbito de la actividad de la
construcción. Ya se ha mencionado que la actividad de la
construcción tiene una regulación específica en materia de riesgos
laborales, debido a la peligrosidad de la misma, concretamente se
trata de del RD 1627/97, cuyo artículo 13 establece la necesidad de
que en cada obra y en poder del coordinador de seguridad y salud, o
de la dirección facultativa de la obra, en su caso, existirá un libro de
incidencias, en el que se podrán hacer anotaciones relativas a la
seguridad en la obra por parte de determinadas personas
enumeradas en el precepto. Este libro de incidencias deberá ser
aportado al procedimiento.
Asimismo, teniendo en cuenta la importancia que tiene la
subcontratación en la construcción y ante lo dispuesto en la Ley de
subcontratación, deberá aportarse al atestado el libro de
subcontratación, así como los contratos mercantiles que han
configurado la actividad empresarial entre los distintos actores.
f)
Averiguar identidad de empresas y empresarios.
La Policía Judicial averiguará las distintas empresas que intervienen,
incluso en régimen de subcontratación, en el trabajo y servicio en que se
produjeron los hechos, así como sus responsables tanto en el lugar de trabajo
como en la dirección. Es evidente la necesidad de conocer la identidad de las
empresas, sean personas físicas o jurídicas, así como la de sus
administradores legales o de hecho, o, en su caso, los responsables de las
éstas. Asimismo es imprescindible conocer la persona de los encargados de
obra o de centro de trabajo o las personas que dirigen la actividad en el lugar
concreto en que se ha producido el accidente y la de los Técnicos con
responsabilidad en la ejecución de los trabajos.
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Actuación policial en siniestralidad laboral
28
g) Diligencia sobre la existencia o no de accidentes conocidos
anteriores.
Se hará constar, en caso de conocerlos, los antecedentes que obren
sobre otros incidentes que se hayan producido en la empresa o centro de
trabajo. Esta diligencia resultará transcendente en orden a valorar la
importancia que la empresa da al cumplimiento de las medidas de seguridad, y,
en caso de reiteración de accidente en la misma actividad, para acreditar el
conocimiento de la existencia del riesgo por parte del obligado, así como la
voluntariedad de la omisión en cuanto al cumplimiento de sus obligaciones en
materia de seguridad.
h) Detención de los responsables.
Dada la dificultad que hay en la determinación de los sujetos activos de
estos delitos, así como el hecho de que nos encontremos normalmente ante
personas con domicilio conocido y aparente escaso peligro de que se
sustraigan a la acción de la justicia, no suele procederse a la detención de los
presuntos responsables en este tipo de infracciones. Sin embargo existen
supuestos en los que es necesario proceder a la detención.
Hablamos de supuestos flagrantes de empresarios de facto, cuyo nexo
con los trabajadores –lesionados o no- es la contratación ilegal, con aparente
desprecio de las medidas de prevención, cuya libertad pudiera suponer incidir
en las declaraciones de los trabajadores, o cuando los delitos de riesgo o
resultado concurran con otros como imposición abusiva de condiciones de
trabajo. En tales casos, en los que hay que poner de manifiesto la
disponibilidad del Ministerio Fiscal para ser consultado sobre la detención.
i)
Declaración de los testigos.
La policía judicial practicará las siguientes actuaciones que recogerá en
el oportuno atestado:
1º. Procurará tomar manifestación de modo inmediato a los testigos:
-
Si se trata de testigos que no sean trabajadores o miembros de
la empresa, se les tomará manifestación sobre lo ocurrido.
Si se trata de testigos que además sean miembros o formen
parte de la empresa o empresas concurrentes deberá hacerse
constar también, su categoría profesional, empresa para la que
trabajan, actividad desempeñada, rango profesional, tareas que
realiza y resto de datos laborales y contractuales con mención
especial al tipo de contrato, permiso de trabajo en su caso y
afiliación a la seguridad social, así como, de forma expresa y si
de trabajadores se tratare, si estuvieron expuestos al riesgo que
provocó el evento dañoso.
2º. En todo caso, se pondrá especial énfasis en preguntar a los testigos
sobre los siguientes aspectos:
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Actuación policial en siniestralidad laboral
-
29
La existencia o no de medidas de seguridad en el momento del
accidente y descripción de las mismas.
La existencia de denuncias previas ante la propia empresa
relativas a la falta o insuficiencia de tales medidas, con
indicación de la persona ante la que se realizaron.
La identidad de la persona responsable de la adopción de dichas
medidas.
Cuando se trate de trabajadores de la empresa en la que se ha
producido el suceso dañoso, es necesario preguntar acerca de si han recibido
formación en materia de riesgos laborales, así como información concreta
sobre los riesgos de la actividad que desarrollaban en el momento de
acontecer dicho suceso.
De la misma manera, en relación con trabajadores, debe indagarse
acerca de si han recibido equipos de protección individual, así como, en su
caso, si han firmado algún documento conforme al cual recibían dichos
equipos, aunque de hecho no le fueran entregados.
Para concluir hay que resaltar la importancia que tiene conocer si el
trabajador declarante u otros han estado expuestos al mismo riesgo que el
lesionado o fallecido, pues la peculiar estructura del delito de riesgo, en
aquellos supuestos en los que el peligro se materializa en la realización de un
resultado lesivo, determina la aplicación, en virtud del principio de absorción
(artículo 8.3 CP), del delito de lesión. Ahora bien, como ya se ha advertido,
cuando el resultado producido es sólo uno de los posibles resultados, porque
existían otros trabajadores expuestos al mismo riesgo que el fallecido o
lesionado, la doctrina y la jurisprudencia se ha decantado por aplicar y penar
ambos tipos –de riesgo y de lesión- en concurso ideal conforme al artículo 77
del CP.
j)
Declaración de la víctima.
La víctima es el principal testigo y, en ocasiones, es el único testigo. Son
aplicables a la declaración de la víctima las consideraciones sobre el contenido
de las declaraciones de los testigos. En cualquier caso hay que resaltar la
importancia de conocer el modo en que se ha producido la lesión, su categoría,
antigüedad en la empresa, actividad que efectivamente desarrollaba en el
momento del accidente, quién le daba las órdenes normalmente, así como la
persona que efectivamente le ordenó el trabajo que desarrollaba en el
momento de producirse el evento dañoso, formación que había recibido en
materia de prevención de riesgos, si había sido informado de los riesgos de la
concreta actividad que desarrollaba, si se cumplían las medidas de seguridad,
persona que exigía el cumplimiento de las mismas. En definitiva, la declaración
de la víctima, siempre que sea posible, ha de ser minuciosa y detallada.
En relación con dicha declaración, si es posible su toma de
manifestación se procederá como con los testigos de la empresa. En caso
Francisco Javier Espinosa Gómez
Actuación policial en siniestralidad laboral
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contrario se reseñará su identidad y domicilio, familiares, etc…, así como sus
datos laborales y contractuales.
La reseña de los datos familiares, caso de imposibilidad de recibir
declaración a la víctima, lo cual sucede siempre que se produce el fallecimiento
de la víctima, es importante en orden a la concreción, en su día, de la
responsabilidad civil. Si tenemos en cuenta que está bastante generalizado el
uso del baremo aplicable a los accidentes de circulación, en estos casos sería
conveniente reseñar los familiares de la víctima, el parentesco y la convivencia.
En el caso de hijos, si son mayores o menores de edad. Muchos de estos datos
pueden quedar reflejados con una simple copia del libro de familia.
Tanto si se recibe declaración a la víctima, como a los perjudicados
(familiares del fallecido) ha de hacérseles ofrecimiento de acciones8. Además,
se les informará de la conveniencia de recibir asesoramiento jurídico, pudiendo
remitirles como primer paso a los Servicios de orientación Jurídica del Colegio
de Abogados.)
k) Declaración como imputado, detenido o no.
Independientemente de que se proceda o no a la detención debe
recibirse declaración a los presuntos responsables en calidad de imputado: si
de las primeras indagaciones se desprenden indicios de responsabilidad
criminal contra alguna persona física se procederá a informarle de sus
derechos, levantando la pertinente acta de información de derechos al
imputado no detenido. Caso de que este presunto responsable desee prestar
declaración lo hará asistido de letrado, bien de designación particular o de
oficio y siguiendo los trámites establecidos en la LECrim. En cuanto al
contenido del acta, se deriva de lo que establece el artículo 771.2 de la
LECrim., que señala
Informará en la forma más comprensible al imputado no detenido de cuáles son
los hechos que se le atribuyen y de los derechos que le asisten. En particular,
le instruirá de los derechos reconocidos en los apartados a), b), c) y e) del
artículo 520.2.
Es decir:
a) Derecho a guardar silencio no declarando si no quiere, a no contestar alguna
o algunas de las preguntas que le formulen, o a manifestar que sólo declarará
ante el Juez.
8
El art. 771.1 LECrim establece que la Policía Judicial cumplirá con los deberes de información
a las víctimas que prevé la legislación vigente. la legislación vigente. En particular, informará al
ofendido y al perjudicado por el delito de forma escrita de los derechos que les asisten de
acuerdo con lo establecido en los arts. 109 y 110. Se instruirá al ofendido de su derecho a
mostrarse parte en la causa sin necesidad de formular querella y, tanto al ofendido como al
perjudicado, de su derecho a nombrar Abogado o instar el nombramiento de Abogado de oficio
en caso de ser titulares del derecho a la asistencia jurídica gratuita, de su derecho a, una vez
personados en la causa, tomar conocimiento de lo actuado, sin perjuicio de lo dispuesto en los
arts. 301 y 302, e instar lo que a su derecho convenga. Asimismo, se les informará de que, de
no personarse en la causa y no hacer renuncia ni reserva de acciones civiles, el Ministerio
Fiscal las ejercitará si correspondiere.
Francisco Javier Espinosa Gómez
Actuación policial en siniestralidad laboral
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b) Derecho a no declarar contra sí mismo y a no confesarse culpable.
c) Derecho a designar Abogado y a solicitar su presencia para que asista a las
diligencias policiales y judiciales de declaración e intervenga en todo
reconocimiento de identidad de que sea objeto. Si el detenido o preso no
designara Abogado, se procederá a la designación de oficio.
e) Derecho a ser asistido gratuitamente por un intérprete, cuando se trate de
extranjero que no comprenda o no hable el castellano.
En el caso de la declaración de los presuntos responsables, su
contenido irá dirigido a esclarecer la responsabilidad del interrogado en la
empresa, tanto si es una persona física como jurídica, indagando, en su caso,
sobre la persona de los administradores o gerentes o verdaderos responsables
de hecho de la misma, es decir, quienes ejercen poder de dirección o de
mando en la empresa. Los sujetos serán preguntados sobre si disponen de
evaluación y plan de riesgos en la empresa, si han designado servicios (propios
o ajenos) de prevención, si existe en la propia empresa una estructura en
materia de prevención y quién es la persona responsable de la misma.
Deberán identificar a los técnicos y a los jefes de obra o personas directamente
encargadas de ordenar la actividad en la empresa.
También deberán aclarar si han impartido cursos de formación a sus
trabajadores y qué tipo de información y de qué forma se prestaba a los
trabajadores. Si ha presenciado los hechos será preguntado sobre la forma de
suceder los mismos y la posible causa del evento dañoso. Deberá aclarar si
han sucedido otros accidentes similares en la empresa y, en su caso, qué
medidas se habían adoptado tras su acaecimiento. Serán requeridos para que
aporten la evaluación de riesgos el plan de riesgos laborales, el contrato de
seguro (si dispone de él) y copia del recibo que acredite su vigencia.
Así mismo será requerido para aporte la escritura social, el contrato de
los servicios de prevención, la estructura de la empresa y cualquier otro
documento que contenga algún tipo de delegación de funciones a favor de
entidades o personas concretas, pertenezcan o no a la empresa.
l)
Valorar la necesidad de solicitar autorización judicial en supuestos
puntuales.
Si se presume que van a ser necesarias autorizaciones judiciales para
las posteriores diligencias de investigación, se solicitarán de inmediato al
Juzgado de Instrucción que se estime competente dando traslado
simultáneamente al Ministerio Fiscal para su conocimiento y efectos.
Por otro lado, para evitar la alteración o desaparición de pruebas, el
Juzgado podrá acordar el precinto del centro, lugar puesto o equipo de trabajo
hasta que finalice la investigación.
En ambos casos nos encontramos ante actuaciones necesarias que
implican autorización judicial. Para LUIS HUETE PÉREZ, el precinto del lugar de
los hechos en tanto se desarrolla la investigación policial para la redacción del
Francisco Javier Espinosa Gómez
Actuación policial en siniestralidad laboral
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atestado al objeto de conocer la causa del siniestro es una actividad que puede
perfectamente desarrollar la Policía Judicial sin necesidad de autorización
judicial. La autorización se hace necesaria cuando la investigación tiene que
prolongarse más allá de esos primeros momentos y que implica en cierta forma
una limitación de la actividad empresarial, por ejemplo cuando ha de
procederse al examen de máquinas o instrumentos para determinar su correcto
o incorrecto funcionamiento. Asimismo se haría preciso solicitar autorización
judicial para proceder al precinto de una máquina, más allá del tiempo de
verificar su correcto funcionamiento, cuando su puesta en marcha productiva
pudiera suponer un riesgo para la vida o salud de los trabajadores, siempre que
la Inspección de Trabajo no haya procedido a paralizar la actividad. En
supuestos en que resulte necesario el análisis de instrumentos determinados
que hayan tenido que ver con el suceso dañoso, podría hacerse necesaria la
autorización judicial.
En cualquier caso, la petición de la autorización se comunicará al
Ministerio Fiscal, aunque cabe precisamente canalizar la petición a través del
Ministerio Fiscal, quien formularía la petición en el proceso al Juez de
Instrucción.
Francisco Javier Espinosa Gómez
Actuación policial en siniestralidad laboral
VI.
33
BIBLIOGRAFÍA.
HUETE PÉREZ, Luis (Fiscal Adscrito al Fiscal de Sala Coordinador
de Siniestralidad Laboral). La siniestralidad laboral desde el punto de
vista del derecho penal: naturaleza y caracteres. La intervención
policial.
ESPESO SANTIAGO, Avelino et al. Manual para la formación de
técnicos de prevención de riesgos laborales. Editorial Lex Nova, 8ª
Edición.
MORALES, Oscar, Régimen de responsabilidad penal derivada de la
siniestralidad laboral en la ejecución de obras civiles. Disponible en
http://www.uria.com/esp/actualidad_juridica/n12/art2.pdf
HERNÁNDEZ HERNÁNDEZ, María Ángeles y SERRANO
RODRÍGUEZ, José Alberto. Delitos contra la seguridad y la salud en
el trabajo. Scripta Nova, Revista electrónica de geografía y Ciencias
Sociales, Universidad de Barcelona. ISSN: 1138-9788. Depósito
Legal: B. 21.741-98. Vol. VI, núm. 119 (108), 1 de agosto de 2002.
Disponible en http://www.ub.es/geocrit/sn/sn119108.htm.
Madrid, marzo de 2010
Francisco Javier Espinosa Gómez
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