LA LABRA DE LA PIEDRA Es una técnica de escultura que consiste en sustraer, mediante herramientas cortantes, sustraer materia a un bloque de piedra. Se parte de un boceto pequeño y dibujos, o bien de una figura en yeso que se traslada a la piedra mediante el sacado de puntos. Si se hace directamente sobre el bloque de material se denomina «talla directa». El escultor parte de un pequeño boceto tridimensional o de dibujos en papel, aunque puede no utilizarlos, como hicieron algunos grandes escultores del siglo XX. Se hace un dibujo muy esquemático sobre el bloque en bruto, y se van desprendiendo trozos de material hasta llegar a aproximarse al volumen y forma deseados. Se comienza desbastando mediante una labra tosca, y luego se procede con herramientas más finas, apurando los detalles y acabando las superficies. La labra se hace percutiendo herramientas cortantes con una maza o maceta. Éstas, de hierro o acero, están acabadas en punta, en cruz, en bisel recto o curvo, o dentadas. Tienen distintos tamaños y perfiles para adecuarse a las formas requeridas. Para el acabado se suele pulimentar la superficie para quitar irregularidades mediante limas, raspadores y abrasivos de varios tipos aplicándolos manualmente o mediante máquinas. Las técnicas artísticas / Libro de alumno III.4 1 AUGUSTE RODIN El nacimiento de Venus (La Aurora), 1906-1907 Mármol, 90 x 70 x 45 cm. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en depósito en el Museo Thyssen-Bornemisza. Las técnicas artísticas / Libro de alumno III.4 2 Auguste Rodin (1840-1917) es uno de los más grandes escultores de todos los tiempos, cuya obra sorprende por su perfección técnica y su fuerza expresiva. Era un escultor del barro y su lenguaje era el modelado, y aunque esta escultura es mármol labrado, siempre empezaba haciendo un pequeño boceto en barro que luego sus ayudantes realizaban en mármol mediante el sacado de puntos. Le gustaba trabajar el barro de manera espontánea, con gran rapidez, y trabajaba siempre del natural haciendo que sus modelos (hombres y mujeres) se movieran y adoptasen distintas posturas, de las cuales él elegía una que plasmaba en barro. Con sus materias Rodin creaba vida, movimiento, impulso y pasión. Pero sobre todo tenía en su mente la forma humana, objeto de estudio y admiración desde el principio de los tiempos. Rodin quería condensarla, hacerla presente y que pareciera viva, casi a punto de empezar a moverse de verdad. Ésta es una escultura en mármol blanco, puro y sin vetas. Es muy característica de la manera de trabajar el mármol que tenía Rodin. Jugaba con los contrastes de texturas, de manera que definía las figuras puliendo su superficie blanca, haciéndola lisa y suave para que la luz resbalase por ella. Sin embargo, parece surgir del bloque de mármol y tiene todavía sus pies aprisionados en él: el bloque está apenas desbastado, parece que no se ha tocado casi, y no está pulido ni labrado, hasta hacerlo desaparecer o convertirlo en un pedestal. Al contrario: es parte de la idea creativa de Rodin dejar patente, con este recurso de contrastar superficies, que la creación de la forma es una idea depurada a partir de un caos informe, de una materia mineral dura que el esfuerzo del tallista reduce a golpe de su maza y cincel, y las marcas de las herramientas utilizadas se dejan ver en ese bloque como testigo de esa lucha entre el artista y el material. En esta escultura y en las otras que podemos ver de Rodin en las salas del Museo Thyssen-Bornemisza, las figuras son tersas, luminosas, y sin embargo, el escultor se reserva una cierta imprecisión en sus perfiles, que parecen deshacerse, fundirse con la masa pétrea: véase, si no, las piernas de la Aurora. Carmen Bernárdez ACTIVIDADES Vamos a hacer un ejercicio sencillo, tridimensional basado en una idea de un pintor actual, Manolo Quejido. No será modelar, ni tallar, sino algo mucho más simple. Seguro que puedes conseguir una lata de las de refresco. Para utilizarla como «escultura» tendrás que vaciarla. Una vez vaciada, vas a hacer en ella una cara abollando en la parte de delante lo que serán los ojos, rehundidos respecto a la «frente» con los pulgares de tus manos. No aprietes mucho, sólo lo justo, Las técnicas artísticas / Libro de alumno III.4 3 porque la lata puede romperse. Puedes rehundir también por la parte baja, haciendo la boca. Cuando esté hecho, toma témperas o acrílicos y colorea, dando primero un color que cubra. Luego, cuando seque éste, perfila como quieras los ojos, la nariz y la boca. Puedes seguir el modelo que te proponemos. Utiliza los colores que consideres oportuno, y dale la expresión que mejor te parezca. Es mejor hacer varias latas variando las caras y los colores. Después las pones juntas, en grupo, y tendrás algo bastante divertido que recuerda a las máscaras y esculturas primitivas. Puedes escanear tus latas «primitivas» y hacer cosas que se te ocurren en el ordenador. Anímate a probarlo: pasarás entonces de lo tridimensional a lo bidimensional. Las técnicas artísticas / Libro de alumno III.4 4