Caótica Ana. La imposibilidad para deshacerse de Médem.

Anuncio
CAÓTICA ANA. La imposibilidad para deshacerse de Médem.
Habib Gómez
Que Julio Médem, 1 se repusiera de las fanáticas críticas recibidas por su
documental La pelota vasca, la piel contra la piedra, 2 merecía tres años de espera.
Tres años –con depresión incluida– para ofrecernos su nueva película. Ahora,
reconstruir su filmografía supone adentrarse en paisajes oníricos en los que, la
realidad, se hace más patente por su surrealismo que por su credibilidad –
últimamente tan desprestigiada–. Donde las relaciones humanas son tan crudas e
individualizadas como enriquecedor su contacto. Y en las que la apariencia y sus
engaños nos sumergen en el descubrimiento del otro.
Muchos personajes perfectamente construidos recorren su filmografía más
reciente: como es el caso de Ana y Otto en Los amantes del círculo polar (1998) o
Lucía, Elena y Lorenzo en Lucía y el sexo (2001). En su nueva película, como había
demostrado anteriormente, Julio Médem recalca su interés por la feminidad. Por un
lado, sus papeles femeninos emprenden el camino del autoconocimiento, que persigue
el significado del ser mujer. Por otro, sus hombres viven en un mundo completamente
"ginecéntrico" 3 , atrapados en su falso dominio y manteniendo una relación de poder y
sumisión. Como si no pudieran escapar de un psicoanálisis ancestral: Eros y Tanatos
en su eterna lucha de placer y muerte. Perdido así en su propio orgasmo, el dulce
varón de Médem se reduce a sus miserias egoístas. De esta forma, se muestra incapaz
de dar nada, a una desorientada mujer que huye de la sumisión buscando la
pertenencia. El tema ya fue abordado con la profundidad que se merece en Mujeres
que corren con los lobos 4 de Clarissa Pinkola Estés. En Caótica Ana, como si de una
1
Nacido en San Sebastián en 1958, médico de formación.
FILMOGRAFÍA: Vacas (1992), La ardilla roja (1993), Tierra (1996), Los amantes del círculo polar (1998),
Lucía y el sexo (2001), La pelota vasca, la piel contra la piedra (2003), Caótica Ana (2007)
2
A la salida de los Premios Goya en febrero de 2004, la Asociación de Víctimas del Terrorismo calumniaba al
director con gritos de "¡Asesino, Asesino!" mostrando una pancarta en la que podía leerse "Contra el pelota vasco,
la nuca contra la bala". La cinta fue ovacionada en el Festival de San Sebastián.
3
m. Perteneciente o relativo a la visión del mundo y de las relaciones sociales centrada en el punto de vista
femenino.
4
Dice la autora, en una cita que aparece en la contraportada, a raíz de la Mujer Salvaje:
mala lectura del libro se tratara, se termina por representar la eterna victimización de
"las putas" y culpabilidad de "los violadores". La inapreciable inteligencia relacional
entre los personajes, potencia peligrosos clichés que abren brecha para la
identificación sexual. La posibilidad del cine para recrear nuevos paradigmas
relacionales entre hombres y mujeres… anulada. Esta vez, por una impotente moda
sobre cuestiones "de género".
Médem, atrapado en la historia de su hermana, desvela un guión escasamente
hilvanado, sin tensión argumental. El artificio de la hipnosis permite viajar a través de
preciosas fotografías; pero sus personajes, que no nos consiguen enganchar, hacen que
acabemos pasando páginas, sin prestar mucho interés, del album fotográfico con los
viajes del director. Con Muchas vidas, muchos maestros de Brian Weiss 5 , Médem ha
encontrado un sistema que permite multiplicar a sus personajes y recrear un "falso
polifacetismo". Pero, separado de grandes actrices y actores como Emma Suárez,
Najwa Nimri o Carmelo Gómez, últimamente Médem parece dejarse llevar por los
intereses de las productoras, preocupadas por recrearnos la ilusión de la eterna
juventud. Por qué si no, permutan la intensidad de actrices maduras por los firmes
senos de jóvenes como Paz Vega, Elena Anaya y, ahora en Ana, los de la inexperta
Manuela Vellés de diecinueve añitos. Al cambio, se pierde una notable calidad.
Durante la primera parte de la cinta, Manuela con su alegre sonrisa, se muestra tan
naif que puede resultar encantadora, como la colorista pintura de Ana, pero no más.
Pues, al adentrarnos en el drama de sus reencarnaciones, la vemos menos capaz de
hacernos creíbles sus vivencias y motivaciones. Esas que le llevan a sumergirse en la
hipnosis de otro aprendiz, que tampoco sabemos muy bien de dónde ha salido (el
terapeuta que interpreta Asier Newman 6 ). Menos mal que aparece la autenticidad de
Bebe de vez en cuando, con su estilo amateur de cantante protesta, y nos sorprende
gratamente entre lo anodino de sus compañeros/as.
Vivir nuestro tiempo no significa imitar las modas imperantes. Más allá de
Brian Weiss y Clarissa Pinkola Estés, con sus respectivas "terapias best-sellers",
«Unirse a la naturaleza instintiva no significa deshacerse, cambiarlo todo. No significa perder las relaciones
propias de una vida en sociedad o convertirse en un ser menos humano. Significa establecer un territorio,
encontrar la propia manada, estar en el cuerpo con certeza y orgullo, cualesquiera que sean los dones y las
limitaciones físicas.»
5
Psiquiatra estadounidense especializado en terapias psicológicas a través de la hipnosis.
6
El único estandarte que luce de momento es: Mejor actor en 2004 en el festival de cine independiente de N.Y.
volvemos a encontrar tópicos de moda como el Chamanismo o la siempre pulcra y
ligera sensibilidad hacia el mundo islámico y sus conflictos. Conflictos, de los que
pocas veces extraemos el grado de responsabilidad occidental que Caótica deja
entrever; algo molesto de asumir por otra parte, y cuyo tratamiento, merecería la
atención exclusiva de algún director comprometido de vez en cuando.
Con la música efectista de Jocelyn Pook y el impaciente montaje que Médem
otorga a sus estilizados planos y a sus "cámaras al hombro", la obra resultante se
encuadra perfectamente en las tendencias formalistas que dominan el mercado de
autor. Meirelles o González Iñárritu serían perfectos acompañantes de Médem para
una foto promocional del nuevo imperio latino en la industria del falso "cine
alternativo". Cualquier comparación posible con la verdaderamente hipnótica: Europa
(1991) de von Trier, resultaría un agravio para el danés, que sí consigue sumergirnos
de lleno en la posguerra alemana de 1945, con la profunda cuenta atrás que conduce la
hipnótica voz de von Sydow. La escasa repercusión que tiene la anécdota de la cuenta
atrás en el montaje de Caótica Ana, merece revisar la propuesta por Europa hace ya
dieciséis años.
En cuanto al tratamiento digital que se propone para los cuadros de Ana, el
resultado parece inacabado. El pasaje del subconsciente donde se encuentran las
puertas de las vidas de Ana, esperando ser abiertas para entrar en las vidas de otras
mujeres, nos deja la sensación de una atracción de feria en la que el billete es
demasiado corto para disfrutar lo suficiente o para dar importancia a la escasa
tridimensionalidad que se perseguía. La imagen digital que propone la película no
supera la estética del videoclip; esta vez, acompañado de new age y de colorido naif.
En conjunto, la cinta es una propuesta con viajes que parecen maravillosos pero
que realizamos en la peor compañía aérea de vuelos hipnóticos. La tripulación
educada, pero sin encanto alguno, y la cabina, más pendiente de cuidar la apariencia
del fuselaje, muy a la moda, que de encauzar la difusa ruta por la que nos vamos a
perder. Sin embargo, como estamos en Agosto, con la cartelera que ello supone, y
seguimos creyendo en el deprimido cine español, nos dejamos transportar por Médem
a una sala vacía mientras esperamos su próxima película, de la que ya tiene escrito el
guión 7 . Imposible, por tanto deshacerse del imprescindible Médem ante el cual no
deben dejarse hipnotizar.
7
Película en forma de árbol que vuelve a la vida política de las dos Españas con historias de parejas.
Descargar