con su respectiva racionalidad con arreglo a medios, a fines o a

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con su respectiva racionalidad con arreglo a
medios, a fines o a valores, nos adentramos en el
problema de la racionalidad con arreglo a medios,
a fines y a valores.
Si la problemática de la racionalidad se
redujese a la racionalidad con arreglo a medios y
la racionalidad con arreglo a fines, sería más que
una fatalidad estar condenados a terminar siendo
meros instrumentos de una “acción racional”, ajena
a nosotros, que adapta determinados Medios
a unos determinados Fines, también ajenos
a nosotros mismos, siendo entonces nuestro
compromiso elegir y decidir nuestras acciones
con arreglo a valores y al entendimiento.
Sobre la relación “racionalidad-acción” Max
Weber880considera que por ser la Racionalidad una
racionalidad de “medios” y “fines”, la Racionalidad
de la “acción social” estaría fundada en una teoría
de la Acción, siendo que ésta comprendería una
definición de “acción social”, una “racionalidad
teleológica” y una “racionalidad valorativa”.
Define la Acción Social como aquella Acción
que, de acuerdo con el sentido intencionado por el
o los actor(es), estaría referida al comportamiento
de otros y orientada en su desarrollo por la
reciprocidad de la interacción social; es decir,
como un comportarse de varias personas que
en su contenido de sentido está recíprocamente
referido y orientado a los demás.
La “racionalidad teleológica”, determinante
de la Acción Social y grada suprema de la
racionalización, se da cuando el propio actor
elige los fines (objetivos) y los medios adecuados,
teniendo en cuenta los efectos secundarios; y
determina la acción social a través de expectativas
del comportamiento de los objetos del mundo
exterior y de otras personas, basándose en la
utilización de estas expectativas como “medios” o
condiciones para los propios “fines” racionalmente
aspirados y evaluados como resultado.
La “racionalidad valorativa”, segunda grada
de la racionalidad y determinante también de la
“acción social”, se da cuando el propio actor elige
los fines y los medios adecuados, pero, por estar
convencido de la justeza de su acción, no tiene
en cuenta las consecuencias secundarias porque
simplemente considera que merece ser realizada.
El tipo de racionalidad teleológica se refiere
a fines que son medios para otros fines, que es
una racionalidad “relativa”; el tipo de racionalidad
valorativa se refiere a valores preferidos, siendo
una racionalidad que se supone o se declara
“absoluta”, equivalente al “deber ineludible” del
imperativo categórico Kant-eano.
Otra distinción que ha dado mucho juego en la
literatura filosófica y sociológica contemporánea
es la establecida entre “racionalidad de los
medios” (que puede incluir la racionalidad de los
fines que son medios para otros, o la mencionada
Zweckrationalität Weber-eana) y “racionalidad de
los fines” (como tales fines) No queda siempre
claro qué se entiende por ‘fines’, y menos aún por
qué cabe llamar “racionales” a ciertos “fines” (los
fines perseguidos dependen de la validez o novalidez de las razones que se aporten para preferir
la que más llene sus expectativas) Serían las
razones (razones justificadas principalmente) o
los enunciados que las sustentan los que pueden
llamarse “racionales” o no “racionales”. Tampoco
queda claro lo que cabe entender por “medios”, y
menos aún por qué se pueden llamar “racionales”
a ciertos medios.
Lo que es “racional” (o no racional) es el uso
del objeto del cual me valgo para alcanzar el fin
propuesto, uso que se justifica como racional (o
no racional) en virtud de que corresponde a un
método determinado de acceso (o no-acceso),
método que, en efecto, puede ser calificado de
racional o de no racional (o irracional).
La distinción entre la racionalidad de los fines
y la racionalidad de los medios tiene su paralelo
en otras distinciones, tales como la establecida
por Karl Mannheim entre racionalidad substancial
y racionalidad funcional, o como la propuesta
por algunos miembros de la escuela de Frankfurt
entre razón y “mera” razón instrumental.
En la base de estas distinciones se halla la idea
de que sólo la racionalidad de los fines o alguna
de tipo similar es verdaderamente racional;
la racionalidad de los medios es considerada
subordinada.
Weber considera que en occidente ha
venido acrecentándose un proceso de
“desencantamiento” del mundo, producto de un
proceso de racionalización en que la orientación
racional-teleológica se ha ido imponiendo en
todos los ámbitos de la cultura y de la vida social,
mientras que la orientación racional-valorativa
sólo ha quedado como un asunto de las decisiones
“heroicas” de determinados individuos.
880 WEBER, Max… …..
Pragmática Antropogógica
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