PARAGUAY REFRESCOS S.A. C/ RESOLUCI0N N° 1/98 DICTADA POR EL CONSEJO DE TRIBUTACION TRIBUNAL DE CUENTAS, SALA 1 (TRIBCUENTAS)(SALA1) FECHA DE SENTENCIA: 2000/04/18 En la ciudad de Nuestra Señora de la Asunción, capital de la República del Paraguay, a los dieciocho días del mes de abril del año dos mil, estando presentes los Excmos. Señores Miembros del Tribunal de Cuentas, Primera Sala; profesor doctor Sindulfo Blanco, abogado Vicente José Cárdenas Ibarrola y abogado Alberto Sebastián Grassi Fernández, en su Sala de Audiencias y Público Despacho y bajo la presidencia del primero de los nombrados, por ante mí el Secretario Autorizante, se trajo a acuerdo el expediente con la portada que se expresa más arriba a objeto de resolver el juicio contencioso administrativo deducido por: "PARAGUAY REFRESCOS S.A. CONTRA RESOLUCIÓN N° 1/98 DICTADA POR EL CONSEJO DE TRIBUTACIÓN". (...) Que, a fs. 266 (Tomo II) de autos, consta el A.I. N° 216, de fecha 3 de abril de 1998, donde el Tribunal de Cuentas, Primera Sala, declaró su competencia para entender en el presente juicio, y existiendo hechos que probar, RECIBIR LA CAUSA A PRUEBAS, por todo el término de ley. Que a fs. 419 vlto. (Tomo II) de autos, consta el informe del Actuario de fecha 16 de junio de 1998, donde el Tribunal de Cuentas, Primera Sala, llama AUTOS PARA SENTENCIA Y EL MIEMBRO DEL TRIBUNAL DE CUENTAS, PRIMERA SALA, PROFESOR DOCTOR SINDULFO BLANCO, PROSIGUIÓ DICIENDO: Que, la actora de esta demanda se agravia contra los Actos Administrativos impugnados y emanados de Subsecretaría de Tributación, por los cuales el FISCO rechaza el pedido de devolución de la suma de guaraníes Cinco mil Quinientos Noventa y Siete Millones Ochocientos Cincuenta Mil (G. 5.597.850.000.-) devolución que se pretende mediante Notas de Crédito Tributario, fundados en el hecho de que la misma es fiel cumplidora de la Ley N° 125/91 y sus reglamentaciones, y que como empresa operante del sector industrial del país ha incorporado capitales (maquinarias y equipos) procedentes del exterior, amparada en los artículos 5° y 8° de la Ley N° 60/90, que luego de los trámites de rigor mereciera favorables resoluciones N° 561/92, N° 595/95 (fs. 340), y la N° 120/97 (fs. 330). Que, alega igualmente que por Resolución N° 120/97 (fs. 330), se concede a la actora "la reducción del 50% (cincuenta por ciento) del Impuesto a la Renta sobre las utilidades netas obtenidas según el balance impositivo del ejercicio cerrado del 30 de junio de 1996, con el objeto esencial de ser aplicado a la integración del capital social de la firma, conforme a los términos y porcentajes establecidos en la 2ª parte del Art. 8° de la Ley N° 60/90. El monto que será incrementado al capital asciende a la suma de G. 20.700.000.000 (Veinte mil setecientos millones de guaraníes)", norma esta también recogida por el Art. 3° de la Res. 595/95, respecto del año 95, a lo que se agrega la exoneración dispuesta en el Art. 2° (fs. 350), que agrega otra exoneración del Impuesto a la Renta. Que, en Sede Administrativa, la entidad demandada sostuvo como argumento principal de la pretensión deducida por la actora el supuesto incumplimiento de esta en la incorporación efectiva y parcial y no total de las inversiones de capital prometidas, y que tal omisión autorizaría la revocación de las liberaciones impositivas mencionadas a que accediera la firma actora, motivo por el cual no sería procedente la devolución solicitada. Que, al contestar la demanda la Institución Pública demandada no sostuvo los cuestionamientos formales y materiales formulados en Sede Administrativa como sustento jurídico de la denegación a lo peticionado. Se redujo a una lamentable y lacónica defensa de los pretendidos derechos fiscales en presentación de una sola página efectuada en esta instancia a fs. 264, señalando: "... no surgiendo en forma fehaciente los hechos así como las justificaciones que ameriten la expedición de Certificados de Crédito Tributario por tan elevado monto, expresamos a VV.EE. que no nos es posible negar ni aceptar categóricamente la existencia de tales hechos y derechos pretendidos y reclamados"; agregando seguidamente: "...en esa inteligencia, y siendo aún notoria la DUDA (se subraya) a que nos referimos conforme surge de la resolución impugnada, en la que uno de los miembros del Consejo de Tributación considera procedente el derecho, mientras los otros dos no se pronunciaron sobre el fondo de la cuestión, no es lícito acogernos a la previsión del art. 235, segundo párrafo del inc. a) del C.P.C., por lo que nos reservamos la respuesta definitiva para después de producida la prueba". Que, el art. 235 inc. a) del C.P.C. hace referencia a las consecuencias procesales emergentes del "silencio, sus respuestas evasivas o la negativa meramente general" expuestas al contestar la demanda, las que "podrán estimarse como reconocimiento de la verdad de los hechos pertinentes y lícitos que se refieren. En cuanto a los documentos, se los tendrá por reconocidos o recibidos, según el caso". Y en el párrafo siguiente se excluye de esta secuela jurídica al "defensor en ejercicio de una función pública", que en el caso de autos se advierte que la mencionada regla de exclusión no funciona en causas tributarias, si consideramos que la Ley N° 125/92, es posterior al C.P.C., cuyo Art. 248 taxativamente determina que "en caso de DUDA" la misma beneficia al contribuyente, por aplicación del Principio de la Realidad por encima de la mera formalidad, esto es, que el contribuyente soporta el Tributo porque Realmente Debe y no porque el Fisco lo quiera (Nawyaski) y en consecuencia para la determinación de la obligación tributaria se deben considerar hechos reales y no imaginarios o en meras acusaciones sin pruebas. Como colofón se señala que los antecedentes administrativos agregados por cuerdas separadas y en autos, obligan al defensor de la cosa pública a hacer mérito de la posición asumida en Sede Administrativa, de tal suerte a permitir al juzgador la determinación precisa de la regularidad del acto administrativo, más aun si consideramos como compartida la responsabilidad aprobatoria en causas tributarias. Que, sellada está la suerte de este juicio a favor del contribuyente por causa de la mencionada DUDA, pero en beneficio de la verdad material apuntada, examinamos las pruebas producidas en autos, en especial la referida al contraste material entre los bienes a incorporar mediante las precitadas resoluciones administrativas y las que surgieron de la verificación de los mismos in loco, en el establecimiento industrial de la firma actora situado en la localidad de Ñemby, mediante inspección ocular realizada por el Tribunal de Cuentas, Primera Sala, según acta que rola a fs. 459 de autos, a los que se agregan las fotografías que lucen por cuerda separada, que acreditan fehacientemente y de modo indubitable que la firma actora ha dado cumplimiento estricto de sus obligaciones asumidas mediante proyectos de inversión de capitales que fueran acogidos y beneficiados con la liberación impositiva mediante las señaladas resoluciones concesivas expuestas al inicio de este voto. Aquí conviene puntualizar que el incentivo fiscal es una especie muy particular de la exoneración tributaria (la ley grava, pero la ley perdona cobro), porque en el caso de la incorporación de capitales amparados por la Ley N° 60/90, se visualiza una suerte de contrato entre el sector fiscal y el empresario, en el que se asegura el otorgamiento de la exención a condición de que el otro invierta en bienes de capital para generar empleos, bienes y tributos, que es lo que efectivamente la parte actora cumplió de modo exhaustivo, según comprobación material mencionada y despachos de importación agregados a los antecedentes administrativos que rolan por cuerda separada, no objetados por la demandada. Que, en consecuencia, mi voto es por la procedencia de la demanda deducida en autos y la consecuente revocación de los actos administrativos cuestionados con imposición de las costas en el orden causado, atendiendo al hecho de haberse requerido comprobación del cumplimiento de la parte asumida por la actora con motivo de las resoluciones que concedieron los beneficios fiscales. A SU TURNO, LOS MIEMBROS DEL TRIBUNAL DE CUENTAS, PRIMERA SALA; ABOGADO VICENTE JOSÉ CÁRDENAS IBARROLA y ABOGADO ALBERTO SEBASTIÁN GRASSI FERNÁNDEZ, manifiestan que se adhieren al voto del miembro preopinante PROFESOR DOCTOR SINDULFO BLANCO, por sus mismos fundamentos. Con lo que se dio por terminado el acto, previa lectura y ratificación del mismo, firman los Excmos. Señores Miembros del Tribunal de Cuentas, Primera Sala, por ante mí el Secretario autorizante, quedando acordada la Sentencia que inmediatamente sigue: SENTENCIA Asunción, 18 de abril del 2000. VISTO: Por el mérito que ofrece el Acuerdo y Sentencia y sus fundamentos. POR TANTO, EL TRIBUNAL DE CUENTAS, PRIMERA SALA RESUELVE: 1.-) HACER LUGAR A LA PRESENTE DEMANDA CONTENCIOSO ADMINISTRATIVA, deducida por la firma: "PARAGUAY REFRESCOS S.A. CONTRA RESOLUCIÓN N° 1/98 DICTADA POR EL CONSEJO DE TRIBUTACIÓN", con los alcances previstos en el exordio de la presente resolución. 2.-) REVOCAR LA RESOLUCIÓN N° 1/98 DICTADA POR EL CONSEJO DE TRIBUTACIÓN. 3.-) IMPONER LAS COSTAS, en el orden causado. 4.-) ANÓTESE, regístrese, notifíquese y remítase copias a la Excma. Corte Suprema de Justicia. VICENTE JOSÉ CÁRDENAS SINDULFO BLANCO ALBERTO GRASSI