La importancia de la presión arterial sistólica en el riesgo

Anuncio
La importancia de la presión arterial
sistólica en el riesgo cardiovascular.
Ramiro Sánchez, Hugo P. Baglivo
Secci ón Hipertensión Arterial, Fundación Favaloro,
Buenos Aires, Argentina.
La real importancia de la presi ón arterial sist ólica (PAS) en el desarrollo de la enfermedad cardiovascular ha
sido documentada en trascendentes estudios epidemiológicos como el de Framingham Heart Study [1] y el
Multiple Risk Factor Intervention Trial (MRFIT) [2]. Las evidencias recogidas en esos estudios demuestran que
la PAS es un potente predictor de mortalidad de todo orígen: de enfermedad coronaria y de accidente
cerebrovascular [3] en las poblaciones adultas mayores. Esta observación se extiende a todo el rango de
cifras de presión arterial, incluyendo a la presi ón arterial diastólica [4].
En la población estudiada en MRFIT aquellos individuos con registros de PAS elevados y PAD normal
tuvieron una presión de pulso (PP) incrementada. Por ello también se ha considerado a la PP como un
indicador de riesgo cardiovascular.
Fisiopatología de la hipertensión sistólica
En la Figura 1 se esquematizan los cambios en la estructura arterial que se operan con la edad y en
presencia de hipertensi ón arterial para modificar el perfil de hipertensi ón sisto-diastólica a una hipertensión
sistólica aislada.
Figura 1: Excreci ón urinaria de albumina en normotensos, hipertensos
limítrofes, hipertensos esenciales e hipertensos diabéticos.
El proceso íntimo de cambio en las propiedades elásticas de la pared arterial se produce por la fractura de la
elastina tisular y el progresivo reemplazo por tejido colágeno. Este proceso de aterosclerosis se traduce en
un incremento y rigidez de la pared arterial y dilatación de la arteria elástica [5]. La pérdida de elasticidad
arterial y el aceleramiento de la velocidad de reflexión de la onda pulso contribuyen en forma substancial en
la elevación de la presi ón arterial sist ólica.
Figura A
También se ha mencionado la importancia que representa la interacci ón entre el balance de sodio y el
sistema renina angiotensina aldosterona en la función y estructura de los vasos elásticos. En primer lugar, se
ha demostrado una relación significativa entre el consumo excesivo de sal y la pérdida de elasticidad
carotidea [6]. En el mismo sentido una reducción moderada de la ingesta de sodio mejora la compliance
isobárica arterial [6]. Finalmente, diferentes estudios con utilización de IECA muestran beneficios en el
restablecimiento de una compliance arterial normal mientras que el tratamiento con atenolol o antagonistas
cálcicos no logra el mismo resultado [6].
Se ha observado también que polimorfismos del sistema renina angiotensina aldosterona como la
aldosterona sintetasa, el receptor de AT1, se asocia con una mayor rigidez vascular comparado con
individuos de similar edad y que no presentan dicha alteraci ón genética [6]. En este sentido podría
comentarse la influencia del alelo C correspondiente al gen del receptor AT1 en la síntesis de elastina,
colágeno y a ún en la reducci ón de los telómeros vasculares con la edad [6].
Prevalencia de la hipertensi ón sistólica
En Europa y Estados Unidos de Norteamérica la PAS se eleva con la edad, mientras que la PAD lo hace
hasta la sexta década y, luego, comienza a decaer [7]. La hipertensi ón sistólica entonces, tiene una
prevalencia de 65% en individuos mayores a 60 años varones y mujeres [4] Figura 2.
Figura 2: Excreci ón urinaria de albúmina en hipertensos limítrofes según un valor de corte de 7 µg/min,
considerado como máximo valor de normalidad.
Figura B
Presi ón sistólica o presión de pulso en el riesgo cardiovascular
Como se ha expresado, la elevaci ón de la PAS con la edad incrementa el estrés sistólico parietal cardiaco
promoviendo la hipertrofia ventricular izquierda y una mayor demanda de oxígeno en el miocardio. Por otra
parte, la estabilización y luego reducción de la PAD con la edad compromete la circulación coronaria
posibilitando la aparición de isquemia miocárdica, especialmente en presencia de estenosis de las arterial
coronarias. Estas dos situaciones asociadas representan la marca de un riesgo cardiovascular
particularmente acentuado para la población adulta mayor. De este análisis fisiopatológico debe
desprenderse el comentario de cual de los dos, la PAS o la PP puede ser más importante en la cuantificación
del riesgo cardiovascular.
Se puede citar como ejemplo la superposición de ambos parámetros en el análisis de los resultados de
diferentes estudios epidemiológicos: En un estudio de población Francesa que incluy ó normotensos e
hipertensos sin tratamiento antihipertensivo, en seguimiento por 10 años se comprobó una asociación
independiente entre los componentes pulsátiles (equivalentes a PAS y PP) y el incremento del riesgo de
muerte coronaria [8]. Esta relación fue significativa en mujeres de edades mayores a 55 años. En otro
estudios, MRC (Medical Research Council) [9] y Framingham [10] en pacientes gerontes respectivamente,
muestran una relación de riesgo de PP e infarto de miocardio, aunque también se observa una correlación
significativa entre SBP y PP. Estos datos podrían indicar que ambos parámetros se hallan fuertemente
relacionados y que resulta difícil separarlos como indicadores absolutos e independientes en el riesgo.
Es importante destacar que los principales determinantes de la PP son la rigidez arterial y la fracción de
eyecci ón ventricular. Recientemente se ha estudiado la posibilidad de incluir en el análisis del riesgo
cardiovascular también a la velocidad de la onda de pulso (PWV). En este sentido dos estudios
recientemente publicados: el desarrollado en Framingham [11] en seguimiento a diez años y el de Blacher [12]
han demostrado que los individuos con PWV incrementada poseen un mayor riesgo cardiovascular y renal
respectivamente.
Es conocido en este sentido que la PWV posee una correlación significativa con la PAS por lo que este dato
confirma que la PAS es, bajo diferentes puntos de análisis, un predictor de riesgo cardiovascular de
importancia particularmente cuando se trata de poblaciones de adultos mayores.
Es interesante efectuar un comentario sobre la protecci ón cardiovascular con el tratamiento antihipertensivo
según se analice la reducción de la PAS o la PAD.
En los primeros estudios de intervención se observó una reducci ón significativa del riesgo de accidente
cerebrovascular de hasta 40% con el tratamiento activo, mientras que la reducci ón de eventos
cardiovasculares fue mucho menor. La interpretación de este resultado se basó, entre otros hechos, en que
el parámetro utilizado para clasificar la respuesta fue únicamente la PAD [13] . Efectivamente, si se evalúa el
resultado del estudio HOT [14] , en el que nuestro grupo participó, se observó importantes reducciones de la
PAD hasta llegar al "target" indicado de 80,85 o 90mmHg pero cuando se analiza la respuesta
antihipertensiva sobre la PAS se observa que ésta fue claramente inferior, no llegándose a cifras menores a
140mmHg.
En estudios desarrollados más recientemente se observa, en cambio, que en la población geronte la
reducción de eventos se alcanza cuanto más se reduce la PAS [15] .
Sistemáticamente se ha advertido sobre el posible riesgo que ocasionar ía la reducción de la presi ón
diastólica por debajo de los 80mmHg, aún en la población geronte. Esta posición se basa en el fenómeno de
curva ¨j¨ donde el descenso extremo de la PAD puede inducir un descenso del flujo cerebral o coronario
acompañado por una isquemia cardíaca o cerebral [16] . En cambio, importantes fuentes consultadas no
indican que exista un elevado riesgo en la reducción de la PAS en el anciano similar al propuesto para la
reducción en la PAD. En este sentido, la mayoría de los estudios demuestran una significativa reducción del
riesgo de eventos globales al descender la PAS. Con respecto al tratamiento de la hipertensión arterial en el
paciente muy anciano (mayor de 83 años) los estudios realizados, muy limitados en su mayoría, no permiten
concluir sobre beneficios o riesgos. Solamente un meta-análisis demuestra que el tratamiento
antihipertensivo en esta poblaci ón podría reducir en un 25% el riesgo de eventos coronarios que, como se
sabe, constituye la principal causa de muerte en esta población [17] .
Las drogas que actúan preferentemente sobre la presión sistólica al mejorar la compliance efectiva vascular
tendrían un importante papel en el tratamiento de los pacientes con hipertensión sistólica aislada. En este
sentido se han recogido informaciones preliminares que los nitritos y las drogas antagonistas de los
receptores AT1 por la influencia, ya mencionada, que provoca la estimulación del receptor AT1 en la
formaci ón de tejido colágeno arterial podrían ser beneficiosas en este tipo de hipertensi ón. Nosotros hemos
observado en pacientes con hipertensión sistólica aislada tratados con telmisartan 80mg en comparaci ón con
amlodipina y enalapril una mayor reducción de la presi ón sistólica en las 24hs con MAPA (datos no
publicados).
En conclusión, la hipertensión sistólica es un indicador independiente de riesgo cardiovascular del mismo
tenor que la PP. El tratamiento efectivo de la hipertensión sistólica logra una importante reducci ón de eventos
en la prevención primaria y secundaria tal cual se desprende de los últimos estudios publicados. El invocar
un mayor protagonismo a la evaluaci ón de la PAS o PP no parece ser importante dado que la PP deriva
claramente de su relaci ón con la PAS. Por otra parte, el incremento de la PAS en el adulto mayor se asocia
con una nivelaci ón y/o reducción de la PAD lo que se proyecta al incremento de la PP.
Bibliografía
1. Kannel WB: Hypertension in the elderly: epidemiologic appraisal from the Framingham study. Cardiol Elderly 1993, 1:359-363.
2. Stamler J, Stamler R, Neaton JD: Blood pressure, systolic and diastolic and cardiovasacular risk. Arch Intern Med 1993,
153:598-615
3. Levy D, Larson MG, Vasan RS et al. JAMA 1996, 275:1557-1662
4. Staessen J, Amery A, Fagard R: Isolated systolic hypertension in the elderly. J Hypertens 1990, 8:393-405(Editorial Review)
5. Armentano RI, Levenson J, Barra JG et al.: Assessment of elastin and collagen contribution to aortic elasticityin conscious
dogs. Am J Physiol 1991, 260:H1870 -1877.
6. Safar ME, Benetos A: Factors influencing arterial stiffnes in systolic hypertension in the elderly: Role of sodium and the renin angiotensin system. Am J Hypertens 2003, 16:249 -258.
7. The working group on hypertension in the elderly. Statement on hypertension in the elderly. JAMA 1988, 256:70-74.
8. Darne B, Girerd X, Safar M et al: Pulsatile versus steady component of blood pressure: a cross sectional analysis and a
prospective analysis on cardiovascular mortality. Hypertension 1989, 13:392 -400.
9. MRC working party : Medical research council trial on treatment on hypertension in older adults, principal results. Br Med J
1992. 304:405-412.
10. Franklin SS, Gustin W IV, Wong ND et al. Hemodynamic patterns of age-related changes in blood pressure. The
Framingham Heart Study. Circulation 1997, 96:308-315.
11. Franklin SS:Do diabetes and hypertension interact to accelerate vascular ageing?. J Hypertens 2002, 20:1693-1696
12. Blacher J, Safar ME, Guerin J et al .Aortic pulse wave velocity index and mortality in end.stage renal disease. Kidney Int
2003, 631852-60.
13. Franklin SS: Is there a preferred antihypertensive therapy for isolated systolic hypertension?. Curr Hypertens Report 2000,
2:253-259.
14. Zanchetti A, Hansson L, Dahlof B. Effects of individual risk factors of the incidence of cardiovascular events in the treated
hypertensive patients of the hypertension optimal treatment study. HOT Study Group. J Hypertens 2001 19:1149-1159.
15. Hansson L: How far should be lower blood pressure in the elderly. Cardiovasc Drug Ther 2001 15:275-279
16. Hansson L: Treatment of hypertension and the J curve. J Clin Hypertens 1999, 1:136-140
17. Insua JT, Sacks HS, Lau TS et al. Drug treatment of hypertension in the elderly. Arch Intern Med 1994, 121:355-366.
Preguntas, aportes y comentarios serán respondidos por el conferencista
o por expertos en el tema a través de la lista de Hipertensi ón Arterial.
Llene los campos del formulario y oprima el botón "Enviar"
Preguntas, aportes o
comentarios:
Nombre y apellido:
País :
Direcci ón de E-Mail:
Argentina
@
Enviar
Tope
Actualización: 28-Ago-2003
Borrar
Descargar