FUNDELAM Analfabetismo y mujer rural 1995 INVESTIGACIÓN DE LA SITUACIÓN DEL ANALFABETISMO DE LA MUJER CAMPESINA EN EL ECUADOR 1991 Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO) Autor: Fundación de la Mujer Campesina (FUNDELAM) Mariana Almeida Duque María Soledad Leiva Germán de la Bastida Se puede reproducir y traducir total o parcialmente el texto publicado siempre que se indique el autor y la fuente. El autor, F U N D E L A M , es responsable por la selección y presentación de los hechos contenidos en esta publicación, así como de las opiniones expresadas en ella, las que no son necesariamente las de la U N E S C O y del U N I C E F ni comprometen a ambas organizaciones. Publicado por la representación de la U N E S C O y la representación del U N I C E F , en el Ecuador. Corrección del estilo: Eduardo Rodríguez y F U N D E L A M Fotografía de la portada: U N E S C O Diseño, diagramación, composición e impresión: Abrapalabra editores Septiembre de 1995 Inscripción N e 009136 ISBN: -9978-61-066-9 Tiraje: 1.000 ejemplares Impreso en Ecuador - Printed in Ecuador PRESENTACIÓN Durante el decenio pasado y con más fuerza en el presente, el UNICEF y la UNESCO han venido expresando una notoria preocupación por el bienestar de la mujer y por apoyar acciones que lleven a revelar su rol en la sociedad. Efectivamente, cerca de quinientos millones de mujeres en situación de analfebetismo viven en los países del tercer mundo y, de ellas, más de veinte millones en la región latinoamericana, en zonas sumamente pobres, recayendo en ellas el peso del sostén del hogar, la producción y la educación de los hijos en una lucha constante por la supervivencia, siendo ellas en buena medida las reproductoras de la cultura histórica y social de sus comunidades. A pesar de lo anterior, la mujer aún conserva un alto espíritu de superación y el deseo de acceder a la educación por considerarla un valioso medio para mejorar su difícil condición. 7 La presente obra está dedicada a revelar la realidad educativa y cultural de la mujer campesina en el Ecuador y a poner en el debate las causas de su marginación que, aunque a veces conocidas, no siempre expresan en el detalle los sentimientos y las características psicológicas, de dependencia y frustración, de quienes se sienten ignoradas y frecuentemente agredidas por la familia y la sociedad. El interés por mejorar la condición de la mujer, no es frecuentemente tomado en cuenta en la política social, en las políticas sectoriales ni en los programas de inversión; lo que equivale a decir que no siempre existe una dispoción expresa de la política nacional, por el mejoramiento permanente de la calidad de vida de las familias más marginadas de los procesos de desarrollo. Entre estos aspectos importantes, el presente texto pone a discución los criterios expesados por las mujeres respecto a dichas políticas y a su interpretación de que, si bien tienen una presencia mayoritaria en el acto de sufragio nacional, esta participación es poco informada y no tienen trascendencia para la vida política del país. El apoyo al desarrollo de la mujeres, además de constituir un factor de justicia social, se hace más urgente y necesario si se toma en cuenta que el efecto multiplicador de su incorporación a los procesos de desarrollo tiene en el mejoramiento de la calidad de vida de sus hijos, de su familia y de su comunidad. Una mujer con conocimiento en lectura, escritura y cálculo, accede de mejor forma a una comprensión sobre los aspectos socio culturales y económicos de su entorno y le permite participar más adecuadamente en la solución de problemas en su vida cotidiana. El UNICEF y la U N E S C O con el apoyo del P M A , junto a varias instituciones del Gobierno del Ecuador, principalmente los Ministerios de Educación y Cultura, de Bienestar Social y el de Agricultura, llevan a cabo acciones educativas y de capacitación producctiva a mujeres campesinas; esta experiencia demuestra que una respuesta educativa relevante a las necesidades básicas de aprendizaje, tiene un cruce inmediato de beneficios en la organi- 8 zación social y económica de la comunidad al promover nuevas formas de gestión social y de fuentes de ingreso para la familia. Para el UNICEF y la UNESCO constituye una enorme satisfacción la publicación de este trabajo que, sin duda alguna, es una positiva contribución a los esfuerzos que se llevan a cabo en el país para favorecer un cambio en la condición de la mujer pobre y para poder así pagar en parte la gran deuda que todos tenemos con aquellas que hoy no pueden integrarse en igualdad de condiciones a la vida económica, social y cultural del país. José Carlos Cuentas Zavala REPRESENTANTE DE UNICEF Arvelio García Rivas UNESCO REPRESENTANTE DE 9 1. I N T R O D U C C I Ó N En el marco de las actividades patrocinadas conjuntamente por la U N E S C O y U N I C E F en la Subregión Andina, con ocasión del A ñ o Internacional de la Alfabetización y con oportunidad de la Conferencia Mundial Educación para Todos-Thailandia, marzo de 1990-, se inscribe la realización del Proyecto de investigación sobre caracterización del analfabetismo en mujeres campesinas e indígenas del Ecuador. Este Proyecto fue asignado, mediante concurso, a la Fundación de la Mujer Campesina ( F U N D E L A M ) , por convocatoria efectuada a los organismos no gubernamentales del país, a través de la Dirección Nacional de la Mujer del Ministerio de Bienestar Social. C o m o otros llevados a cabo en la Subregión Andina, este Proyecto responde a la "finalidad de alentar acciones educativas que se orienten 11 eficazmente a lograr la igualdad real de las mujeres en nuestra sociedad"1. N o obstante la vigencia del precepto constitucional que establece la igualdad de todos los ecuatorianos ante la ley y "prohibe toda discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión,filiaciónpolítica o de cualquier otra índole, origen social, posición económica, o nacimiento", en la sociedad ecuatoriana subsisten relaciones de discrim e n de la mujer. Esta igualdad de derecho no ha llegado todavía a tener plena correspondencia con la igualdad de hecho. En el Ecuador, este es un problema con raíces históricas que ha implicado, en la realidad, la práctica de un trato dispar de la mujer respecto del hombre, en los aspectos civil, social, cultural, político y económico. La incidencia de este fenómeno se muestra más evidente en la zona rural del país. El acceso de la mujer campesina a la educación se sitúa en este tipo de restricciones. A ello han contribuido la tradición y los prejuicios respecto de sus derechos. Se suman como agravantes los factores de orden económico. La población femenina de esa zona, por sus condiciones de pobreza, se ha visto obligada a dedicar la mayor parte de su tiempo al cumplimiento de obligaciones domésticas, comunitarias y económico-productivas, que las han llevado a postergar, temporalmente o para siempre, sus necesidades de educación. Este hecho lo evidencian datos del último Censo de Población del año 1990. Las cifras porcentuales y absolutas exhiben la superioridad del analfabetismo femenino: de 505.402 analfabetos de la zona rural, el 58,8% (297.330) pertenece al sexo femenino y el 41,2% (208.072), al masculino. 1 . U N E S C O y U N I C E F , Bases de los concursos de los proyectos de alfabetización para mujeres campesinas e indígenas de la Subregión Andina, 1991. 12 Se dispone en el país de información preferentemente cuantitativa del analfabetismo, pero la de carácter cualitativo no es suficiente o no muestra la real situación de las mujeres analfabetas, en particular de las que viven en la zona rural. En este panorama, la presente investigación responde al propósito de indagar las características sobresalientes que tipifican la situación de las mujeres campesinas analfabetas, mediante el conocimiento de las raíces, la naturaleza y las condiciones fundamentales que están configurando este fenómeno, en una muestra de las provincias del Chimborazo, Imbabura, Cotopaxi, Bolívar, Cañar y Esmeraldas. Para los efectos de este trabajo, los organismos auspiciadores, U N E S C O y U N I C E F , definieron c o m o mujer campesina a aquella que vive en las zonas rurales del país. Este estudio, por ser de carácter globalizador y exploratorio del problema, constituye el inicio del desvelamiento de este importante tema en el país. A ú n quedan varios asuntos por ser tratados en extensión y profundidad, que deberían convertirse en motivos de nuevas investigaciones. 2. S I T U A C I Ó N C U A N T I T A T I V A D E L A N A L F A B E T I S M O 2.1. EL ANALFABETISMO DESDE EL PUNTO DE VISTA GEOGRÁFICO 13 GRÁFICO N* 1 100% 90% 80% 70% 60% (A S 50% < t40% 30% 20% 11,7 15,7 13.2 10.2 ^ ^ 12.5 ^ ^ 10% 2,9 0% Nacional Sierra Cosía Amazonia Insular Zonas no dehrntadas REGIONES T A S A S G L O B A L E S DEL ANALFABETISMO EN LA POBLACIÓN DE 15 A Ñ O S Y M A S , S E G Ú N REGIONES. C E N S O DE POBLACIÓN 1980. GRÁFICO N> 2 o r» B 43,4 % ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ M / 52.0 % S Costa H Z . n o delimitadas DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DEL ANALFABETISMO. SEGÚN REGIONES, CENSO DE POBLACIÓN 1MO. 14 Amazónica D Sierra Los resultados del último Censo de Población realizado en el país en noviembre de 1990 permiten inferir que aproximadamente uno de cada diez adultos con edades que van de 15 años en adelante fue analfabeto2. En los gráficos N ° 1 y 2 y en el anexo N ° 2 se puede apreciar que las tasas m á s altas de analfabetismo se ubicaron en la Sierra (13,2%) y en las zonas no delimitadas (15,7%)3. Algo m á s de la mitad de la población analfabeta residía en la Sierra en el año censal. En ocho de las veintiuna provincias, los índices de analfabetismo estuvieron por debajo del promedio nacional: Pichincha (7,3%), Carchi (10,1%) y Loja (10,7%), en la Sierra; Guayas (7,4%) y El Oro (5,9%), en la Costa; Zamora Chinchipe (9,9%) y Sucumbíos (10,9%), en la Región Amazónica; y, Galápagos (2,9%), en la Insular. Guayas y Pichincha juntas concentraron el 46,2% de la población total nacional de quince años y más. N o obstante haberse ubicado entre las provincias con las tasas m á s bajas de analfabetismo, tuvieron 201.017 analfabetos de uno y otro sexo, aproximadamente un tercio del total nacional. En el extremo superior de la escala de índices de analfabetismo se ubicó la provincia de Chimborazo, con la tasa m á s alta (26,9%). Las provincias de Cotopaxi, Bolívar y Cañar tuvieron índices por encima del 20% de analfabetismo. 2 . Se dio esta condición a las personas que manifestaron no saber leer y escribir o dijeron desconocer uno de estos instrumentos culturales, al momento de ser censadas. INEC, 1991. 3 . En el Censo de 1990 constan c o m o zonas no delimitadas: Las Golondrinas, entre Pichincha, Imbabura y Esmeraldas; La Concordia, entre Esmeraldas, Manabí y Pichincha; La M a n g a del Cura entre Pichincha, Los Ríos, Manabí y Guayas; y El Piedrero, entre Guayas y Cartar. (Ver mapas de las provincias de Manabí, Pichincha y Guayas del Censo de 1990). 15 ií El O l ag:=:a»i a%;:¥Â^ï;î^J)u -irtncha •i Guirn msssssssrnsüs^^ CariH (-m Moroni -A ^«ww^w^^:««•w•^^«««•»«^^ 11, j ííííxoíxSÍSH^^ Pwin H*. .i VanaM LNRIN * *X:X*S^W:*:*:-X^^ •naahuri Mir aMvar C«*M*I «MtaflN K*:«K«*KWK-K'KO»:->K«:O>:-X-:-X«-:-X^^^ a^s-:^w>x*:-:-:*w^^^^^^ S • IS 11 M H » rati H O U L l I K MIALFAKTaWO Para el año 1990 el analfabetismo seguía siendo m á s rural que urbano, sin embargo del notable proceso de urbanización registrado en el país desde hace varias décadas. Veinte de cada cien personas adultas del área rural no sabían leer y escribir y solamente cinco de cada ciento en la urbana. Del total nacional de 691.422 analfabetos, alrededor de las tres cuartas partes vivían en el campo. GRÁFICO N> 4 .3 I Area Urbana D 16 POBLACIÓN ANALFABETA DEL PAW, SEOUN AREA. CENSO DE POBLACIÓN 1HO. Area Rural Z2 E L ANALFABETISMO E N L A POBLACIÓN FEMENINA Los resultados del último Censo en el país registraron tasas femeninas de analfabetismo sensiblemente m á s altas que las masculinas: 13,8% para mujeres y 9,5% para hombres. A nivel nacional, de cada diez personas analfabetos, seis fueron mujeres y cuatro hombres. En todas las regiones hubo predominio de analfabetismo femenino. La Sierra superó el porcentaje nacional: dos de cada tres analfabetos fueron mujeres. Si en cada provincia se establece una comparación de la población analfabeta femenina con la población analfabeta total, se aprecian proporciones que bordean el 50% y 60%. Azuay tuvo el porcentaje m á s alto (72,4) y los Ríos, el m á s bajo (48,5%) (Anexo N ° 3). GR A R C O N' 9 Zonas no delimitadas 49¿..... Galapagos : : '57.1 Sucumbios .53.7 Zamora • • : ; : : > : : : • • • Esmeraldas I l •"•:•"• . :.:'•:•• • • • • : . : « „ . . . Carchi • ' • • , , : : • ' . ' . . . " . " • • - S • » - 4 . B • & * . •\-,:-\-y,y-y. Tungurahua ... : : . ' •'.. 6 7 . 7 Cañar 58 2 Azuay 1 ,...ï1 36 1 v:| 35.S . . " 1 33.Í ... " ' 1 33 3 1 32.6 1 32.3 l 1 1 6«* Nacional , 6Ô.S , , D FEMENINO 1 1 1 1 ' i 27.6 33.4 i T 1 1 3i.a 72 4 Sierra 1 3S • : ' '67.4... Cotopaxi 1 40.3 1 • • : . : • • • : ; • • : • • • . ' . «.7: 1 47 1 Í S ; I 43.4 1 a»v . , 45.3 1 1 53' .. ... ' I 47.2 56 6 : 1 1 •/•.. 54.7 : 4Ö.7 51 5 i 52.6 ' • 1 47.4 Imbabura Pichincha 1 35.6 1 Bolivar Chim bor azo M I 1 52.6::',: ' Guayas Loja ! 1 1 W.5 Manabí ! 4fll 1 •».a Los Ríos 1 42.9 1 64.4 Amazónica Costa 1 w.s"""'":,"' • 1 42.9 463 • .59.9'..::. Pasta za El Oro 1 1 • 57.2" ' ' Ñapo Morona 5Ô4 1 1 1 i 1 D MASCULINO DISTRIBUCIÓN PORCENTUAL DEL ANALFABETISMO POH SEXO, SEGÚN REGIONES Y PROVINCIAS. CENSO DE POBLACIÓN 1090. 17 Si se considera la variable sexo, en el área rural, el 58,8% de la población analfabeta fue femenina, en términos del total nacional. Este porcentaje promedial fue superado únicamente por la Sierra (65,5%), donde dos de cada tres personas analfabetas que vivían en la zona rural eran del sexo femenino (Gráficos N ö 6 y 7 y Anexo N a 4). El analfabetismo femenino rural a nivel de provincias mostró la misma tendencia observada en el analfabetism o femenino nacional; A z u a y alcanzó el porcentaje m á s alto: siete de cada diez analfabetos rurales fueron del sexo femenino. En doce de las veintiuna provincias, el promedio de analfabetismo femenino superó el porcentaje nacional. QfUFKO M S n W U C K M PORCENTUAL OCL A M A L F M E T M M O HURAL POR REOJONEI, «I «MODE 18 PORCENTAJE DE POBLACMN ANALFABETA RURAL FEMENINA POR PROVINCIAS CENSO DE POBLACIÓN U M . C o n referencia al analfabetismo por edades, la población analfabeta de 15 años en adelante se encuentra representada en el gráfico N ° 8 con once grupos de edad por zona, en intervalos de 5 años. Se observa u n perfil similar para las dos áreas: urbana y rural. El grupo de 65 años y más, constituyó, aproximadamente, la quinta parte de la población analfabeta de cada zona. Es de admitir que esta población de edad avanzada ha sufrido mayor marginamiento de los servicios de educación. El contraste constituye la población analfabeta m á s joven -15 a 19 años- con aproximadamente el 5% de la población total de su respectiva área (Anexo N Q 5). GRÁFICO N» 8 de 65 y + SS^^^SSSSS^£^^SSS3SSSS§^SSSSS^^225 de 60 a 64 SS\\\\\\\\\\\\\\\\NB3 de 55 a 59 \W\VVVV\VVVVV\^ei de 50 a 54 de 45 a 49 O rural ^ urbana s\\\\\\\\\\\\\\\^^^ ^^^^^^^Sal de 40 a 44 de 35 a 39 de 30 a 34 de 25 a 29 de 20 a 24 de 15a19 ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ 8 6 is™ ^ X X \ ^ ^ ^ S S N 3 3 S ? S Í 1 7.a ^\\XNXXNXXXXXÑ^7 \\\\\\\\\\\\\^6 2 4.7 \ \ \ \ X X \ \ \ \ S ^ 5.3 POBLACIÓN ANALFABETA DE 15 ANOS Y MAS, POR AREA, SEGÚN GRUPOS DE EDAD. CENSO DE POBLACIÓN 1990. 19 En la zona rural, la estructura del analfabetismo, en atención a la variable sexo, tiene similitud a la que exhibe el gráfico N B 8. Los hombres y mujeres analfabetos de 65 años en adelante ocuparon una quinta parte del total. Este grupo sobrepasa al de la población analfabeta incluida en los tres primeros grupos m á s jóvenes de edad: 15 a 29 años (Anexo N°6). En resumen, el analfabetismo del país se concentra en la población de 65 años y más; a partir de los 64 años el porcentaje se reduce en m á s de la mitad y tiende a disminuir consistentemente desde la población de los 30 años hacia la de los 15. En los grupos de 45 a 64 años se observa u n comportamiento irregular de la tendencia. Este perfil hace suponer que uno de los factores pudo haber obedecido a la ausencia de una política estatal sostenida de tratamiento del analfabetismo. 2.3. E V O L U C I Ó N D E L A N A L F A B E T I S M O La comparación entre las cifras absolutas y relativas del analfabetismo de 15 y m á s años del país evidencia el progreso alcanzado en los períodos intercensales de 19741982 y de 1982-1990. El gráfico N ° 9 muestra el efecto combinado de la tendencia del analfabetismo total y por áreas urbana y rural, utilizando números índice4. E n efecto, el analfabetismo a nivel nacional experimentó u n proceso descendente: en 1990, el país tuvo 253.622 analfabetos menos que en el año 1974. En términos relativos significó una disminución de * Se ha considerado el Censo de 1974 como ano base, al que se le ha asignado el valor de 100. Las cantidades absolutas del analfabetismo en los Censos de 1982 y 1990 han sido expresadas como porcentajes del ano base. 20 26,8%, a pesar de que la población de 15 y m á s años se incrementó en 2*287.503, equivalente al 63,2% durante el mismo lapso (Anexos 7 y 8). GRÁFICO N«» 96.2 s I g 0° nacional 80 70 - 1982 CENSOS EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN ANALFABETA DE 15 Y MAS ANOS, SEGÚN AREAS. El decremento del analfabetismo no mantuvo u n ritmo constante en los dos períodos intercensales mencionados: entre 1974 y 1982 decreció a una tasa promedio anual 21 de 2,52 y solamente a 1,35 en el período 1982 a 19905 (Anexo Na8). La tendencia descendente del analfabetismo observada en el país en su conjunto fue más pronunciada en el área rural. Disminuyó en 35,8% en el lapso 1974-1990, a tasas promediales por año de 2,97% y 2,49% para los períodos intercensales 1974-1982 y 1982-1990, respectivamente (Anexos Na7y8). En el área urbana, c o m o revela el Anexo N a 8, el analfabetismo fue descendente y ascendente en el período de 1974-1990, marcado por tasas promediales anuales de 0,48% y 2,53% para el primero y segundo períodos censales en estudio. Por este hecho, en el Censo de 1990 hubo 27.747 personas analfabetas m á s que en el Censo de 1974 (Anexo Na7). La reducción del analfabetismo en la zona rural y el aumento en la urbana en el último período censal no cambian de ninguna manera la concentración del analfabetismo en el área rural. La tendencia ascendente en la zona urbana puede ser atribuida, en parte, a la movilidad demográfica campo-ciudad. "La información del V Censo de Población evidencia, entre otros aspectos, que el Ecuador pasó a ser un país predominantemente urbano al concentrar en las 5 . La tasa promedio anual fue calculada en base de la siguiente fórmula: Donde r = Tasa promedio de crecimiento anual. ^ = Analfabetismo en el año inicial. E = Analfabetismo en el año final, n = Número de años en el período. 22 ciudades al 55,1% de la población nacional. Hace solamente algo m á s de 16 años la situación era a la inversa, es decir, el 58,6% de la población total se concentraba en las parroquias rurales"6. Aporta a la explicación de este fenómeno la cantonización de 55 localidades durante el período 1974-1990, de 20.000 a 150.000 habitantes y m á s , por lo cual varias de esas perdieron su condición de rurales7. La tendencia decreciente de la población analfabeta del país, desglosada en masculina y femenina, muestra esquemáticamente el gráfico N ° 10. GRÁFICO N« 10 EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN ANALFABETA DE 15 AÑOS Y MAS, SEOUN SEXO. MNEQlW^Pág.lS. 7 O p . cit., Pág. 19. 23 CUADRO N Ö 1 TASAS PROMEDIO DE CRECIMIENTO ANUAL DEL ANALFABETISMO, SEGÚN SEXO Tasas Sexo 1974-1982 % Masculino Femenino -3,22 -2,04 1982-1990 % -1,31 -1,37 Total -2,52 -1,35 Fuente: INEC, Censos de Población 1974,1982 y 1990, Resultados Definitivos. Elaboración: F U N D E L A M Las tasas promedio anuales marcan u n descenso en a m b o s períodos intercensales, tanto para hombres c o m o para mujeres analfabetos, mayor en el caso de los hombres durante el período 1974-1982. Esta tendencia decreciente es similar a la observada en la población analfabeta total del país. Interesa apreciar el comportamiento absoluto de las cifras de analfabetismo. Se advierte una disminución mayor de mujeres que de hombres, en el lapso de 16 años transcurridos entre los Censos de 1974 y 1990: para el primer grupo fue de 131.780 y para el segundo de 121.842. E n u n análisis comparativo dentro de cada grupo, el decremento relativo fue de 30,7 para hombres y de 24,0 para mujeres (Anexo Nß9). En e) área rural, el analfabetismo masculino y femenino decrecieron a u n ritmo sostenido en ambos períodos intercensales, a tasas promediales anuales m á s altas que las registradas para todo el país, correspondientes al mismo sexo, c o m o exhibe el Anexo N c 10. 24 (MARCO I* 11 1962 CENSOS EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN ANALFABETA DE 13 ANOS Y MAS DEL AREA RURAL, SEGÚN SEXO. En el lapso 1974-1990, la disminución absoluta del analfabetismo rural fue de 135.512 hombres y de 145.857 mujeres (Anexo N ° 11). Pese a que la tendencia al descenso fue mayor en el caso de la mujeres, en términos absolutos y relativos se conservó el promedio de analfabetismo femenino. 3. CARACTERIZACIÓN D E LA MUJER CAMPESINA ANALFABETA 3.1. EDUCACIÓN 3.1.1. NIVEL DE ANALFABETISMO La investigación de campo estuvo dirigida al grupo de analfabetas absolutas; no obstante, se creyó de impor- 25 tancia averiguar en qué medida las informantes manejaban algunos conocimientos y / o destrezas básicas de la cultura escrita, particularmente en lo que se refiere a la lectura, escritura y el cálculo. El cálculo mental es la habilidad m á s c o m ú n m e n t e utilizada en las diversas actividades cotidianas del hogar, el mercado, el trabajo. Este tipo de cálculo, con diferentes grados de complejidad y con variados niveles de destreza, se ha constituido en una herramienta básica en la vida de la mujer campesina analfabeta. D e las 415 mujeres investigadas, 258 (62,2)% declararon manejar con regularidad el cálculo mental; algunas únicamente en el círculo del uno al ciento y otras en operaciones m á s complejas y con niveles de m a y o r satisfacción personal. Dibujar su firma y escribir su nombre, generalmente con dificultad e inseguridad, es otra de las características del grupo: 84 personas (20,2%) han logrado alcanzar esta destreza, q u e las enorgullece, y que en m u c h o s casos se convierte en la principal motivación para retomar el aprendizaje de la lectura y escritura. Escribir su nombre no significa, de ninguna manera, que posean los mecanismos esenciales de la lecto-escritura; solamente 17 informantes (4,1%) señalaron saber leer y / o escribir algunas palabras. Dichos conocimientos y habilidades bastante incipientes, casi nulos, no les capacitan para desenvolverse en el ámbito de la cultura escrita. El aprendizaje del cálculo mental y de las nociones básicas de la lecto-escritura fueron adquiridos casi siempre en la escuela, durante su niñez; en algunos casos, principalmente aquellas personas que solo escriben su nombre, en el centro de alfabetización. Veintitrés mujeres (5,5%) expresaron que durante su permanencia en la escuela lograron manejar con suficiente destreza la lectura, escritura y el cálculo; pero, con el trans- 26 curso de los años, olvidaron totalmente dichos conocimientos y retornaron a la condición de analfabetas en la que actualmente se ubican. El olvido obedece fundamentalmente a la ausencia de una práctica sistemática de las habilidades adquiridas, la que habría conseguido afianzar y dar el carácter de permanencia a dicho aprendizaje. La inexistencia de la práctica continua de la lectura, escritura y el cálculo está relacionada sustancialmente con las condiciones generalizadas de pobreza en que se halla inmersa la mujer campesina analfabeta. Ella enfrenta una dura y larga jornada diaria de trabajo, resultante de la c o m binación de tareas inherentes a su papel de madre, a m a de casa e importante partícipe en el ámbito de las actividades económico-productivas y en la labor comunitaria, tareas que no le dejan espacios para actividades de carácter formativo o recreativo, entre ellas la lectura. Adicionalmente y derivada de esta situación de pobreza, la ausencia de materiales impresos en el hogar y en la comunidad constituye otro motivo por el cual ella ha regresado a su situación de analfabetismo. En menor medida, se mencionaron c o m o causas del olvido, la enfermedad grave o el descuido personal de la informante. 3.1.2. PARTICIPACIÓN E N E L SUBSISTEMA E S C O L A R I Z A D O REGULAR Se conoce que en el país, el analfabetismo de la m u jer, especialmente de la mujer de la zona rural, se asocia con su marginalidad del subsistema educacional regular, su ingreso tardío y la baja eficiencia del sistema, que se expresa por la presencia de altas tasas de repetición y deserción. "Cerca de un tercio de los alumnos repiten el primer grado y, en el caso de los alumnos de los estratos económicos m á s bajos, la repetición alcanzaría el 50%, es decir, uno de cada dos niños repetiría el primer grado. Cerca del 34% de los 27 alumnos del primer grado lo repiten, y cerca del 15% de los alumnos repite del segundo al sexto grados"8. D e las 415 mujeres investigadas, solamente 147 (35,4%) ingresaron durante su niñez al nivel primario y permanecieron en él entre el primero y cuarto grados. En ningún caso concluyeron este nivel, lo que en otros términos significa que se produjo el ciento por ciento de abandono. La proporción de las mujeres que permanecieron en la escuela fue disminuyendo a medida que el grado avanzaba; esto es, el 52,4% llegó hasta primer grado; el 28,6% hasta segundo; el 17,0% hasta tercero, y solamente el 2,0% hasta cuarto. Alrededor de las dos quintas partes de ellas (37,4%) salieron de la escuela sin haber terminado ningún grado; igual proporción (37.4%) aprobó solamente el primero; el 20,4% el segundo; el 4,1 % el tercero y 0,7% el cuarto (Anexo N ° 12). Cuarenta y nueve informantes (33,3%) repitieron alguna vez uno o m á s grados; sin embargo, el problema m á s serio no corresponde a este porcentaje, por cierto alto, sino m á s bien al número de años que normalmente estas mujeres debieron emplear para aprobar un grado. Efectivamente, visualizada la repetición por grados, se halló que la mayor parte (65,9%) utilizó dos y tres años para aprobar primer grado, pero una persona debió permanecer cinco años para lograrlo. En el segundo grado ocurrió u n fenómeno similar al observado en el primero: las dos quintas partes (44,4%) requirieron de dos a tres años (Anexo N a 13). En el resto de las repitentes se presentó la reiteración de este hecho en dos grados y en varias oportunidades. Cabe destacar un caso extremo de una informante que debió permanecer ocho años 8 . Schiefelbein, E., 1989, Pág. 3. 28 para aprobar el segundo grado, después de haber repetido tres veces el primero y cinco veces el segundo. GRÁFICO N» 12 ULTIMO GHADO APROBADO POR LAS INFORMANTES QUE CONCURRIERON A LA ESCUELA El grupo que ingresó a la escuela, no obstante los años permanecidos en el sistema escolar y los grados aprobados, en la actualidad se encuentra en condiciones similares del que no lo hizo, solamente con pequeñas diferencias a favor del primero, que generalmente se manifestaron en la habilidad para escribir su nombre y en el manejo del cálculo mental con mayor seguridad. Esta circunstancia que denota la prevalência del analfabetismo en la mujer campesina, pese a los reiterados intentos que realizó durante su niñez para superarlo, se rela29 i ciona, c o m o ya se expresó antes, con las condiciones socioeconómicas que caracterizan a la población ubicada en la zona rural y con la acentuada subvaloración que ella tiene de su aptitud para el aprendizaje de la lecto-escritura. Se m e n cionó la deficiente calidad de la nutrición, bastante c o m ú n en los estratos pobres del campo, así como su propia percepción de incapacidad para retener lo que aprende, c o m o algunas de las causas vinculadas con la no permanencia del aprendizaje. 3.1.3. C A U S A S D E L A M A R G I N A L I D A D Y A B A N D O N O D E LA ESCUELA La marginalidad y el abandono escolar de la población de la zona rural, especialmente de la mujer, encuentran su explicación en causas endógenas y exógenas que caracterizan al sistema educacional ecuatoriano. Entre las primeras, c o m o las m á s sobresalientes, se pueden anotar la ausencia o el insuficiente número de escuelas, la deficiente infraestructura escolar, las comunes dificultades para el acceso a los establecimientos educacionales en épocas de invierno, particularmente en la Costa y en la Amazonia; la práctica de u n currículo rígido desvinculado del contexto rural y alejado de las necesidades y problemas de su población. Entre las segundas aparecen, por u n lado, el deterioro de las condiciones de vida del grupo mayoritario de la población rural y, por otro, aquellas causas que se originan en las formas de pensar y actuar del campesino respecto a los roles del h o m bre y de la mujer en la sociedad campesina y, de manera especial, frente a la educación de la mujer. 30 CUADRO N ° 2 CAUSAS POR LAS CUALES LAS INFORMANTES N O INGRESARON A LA ESCUELA O SE RETIRARON CAUSAS -Por ayudar al trabajo de la casa, de la parcela y al cuidado de los animales. -Los padres no creían que era importante que sus hijas estudien. - N o había escuela en la comunidad o estaba m u y distante. -Los padres no disponían de dinero para financiar los gastos de la escuela. -Tenían que trabajar para ganar dinero - N o rendían en la escuela, no les gustaba estudiar, creían que no les servía el estudio. -Tenían que hacerse cargo de la casa. - N o vivían con sus padres y los parientes, amigos o patrones no les matricularon en la escuela. -El maltrato de los profesores. -Los padres temían que algo malo les suceda a sus hijas en el trayecto a la escuela. - N o entendían el idioma del profesor -Otras N» % 209 50,4 148 35,7 106 25,5 79 76 19,0 70 65 16,9 15,7 61 23 14,7 14 11 41 183 5,5 3,4 2,7 9,9 Generalmente, son m á s d e u n a las causas por las cuales las informantes n o ingresaron a la escuela o se vieron forzadas a abandonarla antes d e concluir la primaria. Las razones q u e tienen q u e ver con la situación socio-económica de sus familias, expresadas d e diferente manera, son las m á s c o m u n e s : u n a d e cada dos informantes manifestó la obligación d e cooperar en los quehaceres domésticos, en el trabajo agrícola d e la parcela familiar y en la crianza d e animales; una quinta parte señaló q u e sus padres n o tuvieron el dinero suficiente para la adquisición d e los útiles escolares y para 31 financiar otros gastos derivados de su concurrencia a la escuela; aproximadamente otra quinta parte se vio obligada a involucrarse, desde temprana edad, en algún tipo de actividad remunerada para colaborar al sostenimiento de su familia; y, u n quince por ciento debió reemplazar a su madre u otros adultos en todas las responsabilidades inherentes al hogar, con el propósito de que ellos se ocupen en actividades que generen ingresos. Los padres de las informantes no concedieron importancia a la educación de las mujeres (35,7%) y, por el contrario, consideraron que la educación de los varones era m á s relevante, razón por la cual prefirieron invertir en ellos los recursos económicos disponibles. Expresaron que sus padres pensaban que la educación de los varones aseguraría el cumplimiento eficiente de su función futura c o m o cabezas de hogar. Esta actitud que ha marcado significativas diferencias entre los logros educacionales de hombres y mujeres en el pasado, ha venido atenuándose, lo que ha permitido acortar la brecha en los momentos actuales; sin embargo, no se puede decir que han desaparecido totalmente. A ú n ahora este comportamiento influye en los niveles educacionales que alcanzan los hombres y las mujeres del campo, c o m o se verá m á s adelante. El grupo de mujeres que durante su niñez tuvo que vivir en casas de parientes, amigos o patrones (14,7%), a causa de la muerte de uno o de los dos progenitores o porque sus padres las entregaron, regalaron e incluso vendieron, no ingresaron en la escuela o la abandonaron por tener que ocuparse de las diversas actividades en las casas donde vivían, en compensación a los gastos que ocasionaban por concepto de alimentación, ropa y vivienda. Las entrevistadas expresaron que las causas de su analfabetismo radicaban en esa circunstancia. Algunas afirmaron haber cambiado constantemente de familia, pero siempre tuvieron que desempeñarse c o m o empleadas domésticas sin remuneración. A este 32 respecto, aún en la actualidad se pudo observar que entre las familias de las mujeres analfabetas investigadas subsiste la costumbre de entregar a sus hijos, particularmente a las niñas, a otras familias, para aliviar u n tanto su precaria situación económica y con la esperanza de que reciban algún tipo de educación, a cambio del trabajo que ellas podrían realizar. Esto sucede especialmente en las familias m u y pobres y con u n elevado número de hijos. Se encontraron casos de familias que habían entregado uno o dos de sus hijos a un pariente, amigo o persona extraña de la misma comunidad o de otro lugar, especialmente de las capitales provinciales. Este fenómeno de alguna manera podría convertirse en una fuente de generación del analfabetismo femenino. Expresiones como: "no servía para el estudio", "no entendía lo que el profesor m e enseñaba", "no m e quedaba lo que aprendía", "no m e gustaba estudiar", fueron mencionadas por el 16,9% de las investigadas. E n respuestas c o m o estas, subyace la importancia que ejerció en la actual condición de analfabetismo su tan arraigada subvaloración respecto a sus potencialidades para incursionar en el ámbito de la cultura escrita. Entre las causas relacionadas con la caracterización de la oferta educacional, se mencionó preferentemente la inexistencia de escuelas en las comunidades de las entrevistadas o su ubicación en lugares lejanos a sus domicilios, a las que debían llegar recorriendo, casi siempre a pie, largas distancias y sujetas a las condiciones del clima, duras particularmente en invierno, y a peligros de diversa índole, razón por la cual los padres preferían no matricular a sus hijas en la escuela o retirarlas después de cortos períodos, por temor a que algo malo pudiera sucederles en el trayecto a la escuela. En el m i s m o contexto se señaló la importancia que tuvo en la deserción escolar de este grupo de informantes el maltrato q u e recibían del profesor, y la imposibilidad de comprender su idioma, en el caso de las mujeres quichua- 33 hablantes. Adicionalmente se hizo referencia a razones que, si bien cuantitativamente no tienen mayor significación, se reconoce su impacto en la actual condición de analfabetismo de la mujer campesina: "el profesor asistía borracho a la escuela"; en este caso la comunidad protestó e hizo gestiones hasta lograr su salida, aunque para ser reemplazado por otro que tenía la m i s m a costumbre de consumir alcohol excesivamente, ante lo cual los padres decidieron retirar a sus hijas de la escuela. La frecuente inasistencia de los profesores, quienes por esta causa no disponían del tiempo necesario para atender la educación de los niños, dio c o m o resultado u n bajo rendimiento y el consiguiente descontento de los padres. En una comunidad, las autoridades locales acordaron cobrar cierta cantidad de dinero por la inasistencia de los niños a la escuela; los padres que no tenían el dinero para cubrir este tipo de egresos se vieron obligados a retirar a sus hijos. En algunas comunidades donde no existían escuelas, los padres financiaban el sueldo del maestro, pero cuando no disponían de los suficientes recursos económicos interrumpían la educación de sus hijos, preferentemente de las niñas. Finalmente, se cree de importancia la narración del siguiente caso, que, si bien no habla de la generalidad, es bastante ilustrativo de las circunstacias extremas en que en ocasiones se desenvuelve la vida de la mujer analfabeta. Se trata de una niña de 15 años que cursaba el tercer grado en una escuela de una de las comunidades de la muestra, donde aprendió algunas nociones de lectura y escritura, que en la actualidad ha olvidado totalmente. Hace un año, cuando salía de la escuela, recibió una propuesta para trabajar en u n cantón cercano, por parte de una persona que acostumbraba contratar a niñas de la comunidad para trabajar en otros lugares. En realidad, la niña de este caso fue conducida a Venezuela para desempeñarse c o m o empleada doméstica sin sueldo. La madre, mujer de 46 años, de habla quichua y analfabeta absoluta, desconocía el destino de su hija y las 34 circunstancias de su desaparición; pero, sin saber qué hacer en tal situación, se limitó a esperar su retomo. Después de aproximadamente un año, esta niña regresó a su casa con S/.15.000,00 y una cantidad reducida de bolívares que entregó a su madre y, sin mayores explicaciones, se reintegró a la vida familiar. La madre no ha denunciado este hecho ante las autoridades pertinentes por falta de conocimientos sobre las leyes existentes al respecto y los procedimientos que debía seguir, pero vive con la preocupación constante de que nuevamente pudiera ocurrir lo mismo. 3.1.4. PARTICIPACIÓN E N L A E D U C A C I Ó N D E A D U L T O S Cuando se realizó esta investigación, únicamente 10 mujeres (2,4%) de las 415 entrevistadas estaban asistiendo a un centro de alfabetización; sin embargo, en años pasados, incluido el anterior, 145 informantes (34,9%) se involucraron en la educación de adultos, en algún momento de su vida. D e ellas, el 91,7% se inscribió en el primer ciclo; el 3,4%, en el segundo; el 0,8% en el tercero, y el 4,1% no indicó el ciclo. El ingreso a los centros de alfabetización se produjo desde los 12 años hasta los 60 y más; pero las dos terceras partes lo hicieron entre los 15 y 34 años. A partir de esta edad, el porcentaje disminuyó hasta llegar a ser bastante bajo en el grupo de 50 años en adelante. La concurrencia de esas mujeres a los centros de alfabetización no se relaciona de manera especial con el idioma que hablan; es decir, tanto en el grupo de lengua quichua como en el de hispana, se observó similar comportamiento en cuanto a su participación y a la edad de ingreso (Anexos N ö 14 y 15). Desde el punto de vista de la permanenecia en los centros, se advierte que el abandono es la característica sobresaliente. De las 145 informantes que alguna vez asistieron a un centro de alfabetización, 117 (80,7%) salieron sin aprobar ningún ciclo, solamente 26 (17,9%) aprobaron el primero; 35 una persona (0,7%), el segundo, y también una persona (0,7%), el tercero. Pese a la fuerte motivación inicial que la mujer campesina analfabeta dice tener para superar su condición, cuando ingresa en el centro su interés empieza a decaer ante la presión que ejercen sus múltiples tareas en el ámbito doméstico, económico-productivo y comunitario, y al enfrentar su nuevo rol de educanda, rol en que su baja estima c o m o persona y c o m o sujeto de aprendizaje influyen de manera determinante. En u n grupo de 51 personas que proporcionó información sobre el tiempo de permanencia en el primer ciclo, la deserción se produjo desde la primera semana (11,8%), durante la segunda (5,8%), en la tercera (2,0%) y en la cuarta (11,8%); esto quiere decir que después del primer mes, el 31,4% de las participantes habían desertado, y después de los tres meses solamente el (17,6%) continuaba concurriendo al centro de alfabetización. CAUSAS POR LAS CUALES LAS INFORMANTES NO INGRESARON A UN CENTRO DE ALFABETIZACIÓN O SE RETIRARON 36 Las condiciones socio-económicas d e las familias campesinas inciden de manera significativa en la marginación de la mujer analfabeta de las acciones de educación de adultos, c o m o intervinieron también en su marginación y abandono escolar durante su niñez. La mujer adulta, generalmente casada y a veces con u n elevado número de hijos -cinco hijos en promedio en la muestra investigada-, encuentra en la indisponibilidad de tiempo la principal limitante para asistir regularmente al centro de alfabetización y para permanecer en este lo suficiente c o m o para aprender a leer y escribir correctamente en los lapsos previstos por esta m o d a lidad (39,5%). La situación del 8,4% es probablemente atribuible a esta misma causa, porque señaló que no ha participado en acciones de la educación de adultos o se ha retirado por haber contraído matrimonio. La edad c o m o obstáculo para el aprendizaje de la lecto-escritura fue mencionada por el 15,4%. Ciertamente que en el adulto la edad podría constituir una dificultad en este proceso; pero sobre todo si va acompañada de inadecuadas condiciones andragógicas que n o consideren las características de la mujer adulta analfabeta, su contexto social, cultural, económico y especialmente sus motivaciones. Las opiniones de las mujeres investigadas en este sentido provienen en muchos casos de experiencias anteriores en los centros de alfabetización y en sus intentos para aprender a leer y escribir con la ayuda de parientes o amigos. Se originan, además, en la subvaloración de sus aptitudes intelectuales, a las que ya se hizo alusión. Efectivamente, en el grupo que opinó que la edad es una limitante para superar su condición de iletradas se encuentran mujeres mayores de 50 años, pero también mujeres cuyas edades oscilan entre 22 y 46 años. Veinte y dos de estas sostuvieron que a causa de su edad no habían ingresado a u n centro o se habían retirado sin concluir a veces ningún ciclo. Ratificaron su actitud con frases c o m o las si- 37 guientes: "ya estoy vieja y enferma", "ya no m e entra nada en la cabeza", "la memoria ya no es como era de huambra", "una ya es mayor", "ya no he de aprender", "soy rudísima", "ya estoy viejita". Este m i s m o sentimiento de desconfianza en su capacidad y de creer que la oportunidad para superar su condición ya pasó, lo dijo con m a y o r certeza el 8,4%, al manifestar que comprobaron, antes, que no rendían, que no entendían lo que les enseñaban y que por eso perdieron el interés. El contenido de estas respuestas probablemente guarda cierta relación con las características de la educación de adultos: metodologías utilizadas, proceso de aprendizaje, materiales educativos empleados, tipo de educador; relación que las informantes no pudieron explicar, pero que de alguna manera debieron percibir cuando señalaron: "el profesor era m u y joven y no enseñaba bien", "a las mujeres no nos enseñaban", "cuando ya sabía alguna cosita m e puso en el otro lado y ya no se preocupaba de enseñarme nada a mí", "ya estaba aprendiendo bonito y el profesor se fue", "no m e dieron matrícula en el centro", la C a m p a ñ a de Alfabetización duró m u y poco", "el profesor se fue porque no le pagaron", "el centro estaba mal organizado", "el profesor faltaba mucho", "el profesor no enseñaba nada". Entre otras causas vinculadas con aspectos particulares de la educación de adultos, se señaló la inexistencia de centros de alfabetización (15,2%), la clausura de los centros por diversas razones (11,8%), la inadecuación de horarios (7,7%), generalmente refiriéndose a los nocturnos, y la dificultad para comprender el castellano (2,7%). En el contexto de las razones que tienen que ver con la cosmovisión campesina respecto a la función de los géneros, se mencionó la oposición del esposo o compañero y, en algunos casos, de los padres cuando se trataba de hijas solteras (8,7%). El predominante carácter machista de la 38 sociedad campesina determina que el hombre siga restando importancia a la educación de la mujer adulta; que encuentre impropiado el hecho de que el profesor sea hombre, que le desagrade la posibilidad de que su esposa o compañera se relacione con personas del otro sexo o que descuide las tareas del hogar. Finalmente, es interesante destacar que, pese a los bajos porcentajes de permanencia en la escuela y en el centro de alfabetización, algunas informantes mostraron cierta persistencia al tratar de superar su condición de analfabetas, lo que se demuestra con los reiterados intentos que realizaron a través de la escuela, el centro de alfabetización e incluso mediante la ayuda de parientes o amigos. D e las 147 entrevistadas que ingresaron en la escuela, 67 (45,6%) participaron en u n centro y 14 (20,9%) iniciaron el aprendizaje de la lecto-escritura con la orientación de sus amigos y / o parientes; sin embargo a pesar de estos esfuerzos, retornaron a su condición anterior de iletradas. 3.1.5. P R O B L E M A S V I N C U L A D O S C O N S U S I T U A C I Ó N D E ANALFABETISMO Al solicitarles q u e reflexionen sobre la trascendencia del analfabetismo en el contexto de su cotidianidad, su impacto y consecuencias, se encontró que el 68,7% había tropezado con muchos problemas; el 11,3% que su situación no le ocasionó mayores dificultades, y el 20,0% no tuvo inconvenientes. Las informantes que expresaron haber afrontado muchos problemas narraron experiencias que han afectado notablemente sus vidas, sentimientos, actitudes y comportamientos en el contexto familiar y comunitario. Su desempeño en sus innumerables tareas, sus aspiraciones personales, las aspiraciones para sus hijos, fundamentalmente educacionales, tienen m u c h o que ver con los problemas en los que se 39 h a n visto involucradas en el transcurso d e su vida a causa d e su analfabetismo. CUADRO N° 3 PROBLEMAS VINCULADOS CON SU CONDICIÓN DE ANALFABETISMO PROBLEMAS - N o pueden viajar solas a la ciudad para trabajar o realizar cualquier gestión. - N o pueden hacer correctamente las cuentas. H a n sido perjudicadas en las cuentas -Tienen dificultad en "todo" - N o pueden escribir ni leer cartas o documentos importantes, recetas médicas, libretas escolares de los hijos, libros, revistas, la Biblia, libros de oraciones, hojas dominicales, etc. -Sienten vergüenza por no poder firmar documentos y tener que poner la huella digital, por no poder expresarse bien, por pedir a otra persona que lea o escriba por ellas, por preguntar todo, por no saber leer y escribir. - N o pueden ayudar a sus hijos en las tareas escolares. - N o pueden conseguir empleo, desempeñarse satisfactoriamente en su empleo o conseguir un mejor trabajo. -Otros TOTAL 40 N° % 76 22,6 59 50 17 J5 14,8 50 14,8 34 10,1 26 7,7 20 22 6,0 6,5 337 100,0 La dificultad mencionada con m a y o r frecuencia (22,6%) fue la imposibilidad de poder viajar solas y desenvolverse adecuadamente en las diversas ciudades donde debían realizar gestiones que solo podían ser cumplidas allí, c o m o por ejemplo: obtener la partida de nacimiento, renovar la cédula de identidad, hacer compras, responder a una dem a n d a legal, tramitar escrituras de algún inmueble, buscar empleo, etc. La incapacidad para leer los nombres de las calles, letreros, destino de los buses urbanos, les impide m o vilizarse con seguridad y tranquilidad y en ocasiones entorpece el cumplimiento del propósito del viaje. C o m o ilustración de lo afirmado se narra a continuación dos casos particulares: una de ellas dijo que su esposo enfermo fue llevado al hospital de Cuenca. La primera vez que fue a visitarle anduvo perdida tres horas en esa ciudad, porque no podía tomar el bus que la condujera a ese lugar. En otro caso, una informante tuvo que acompañar a su esposo, enfermo de gravedad, al hospital del Seguro Social de Quito. Cuando llegaron a esta ciudad, por su condición de analfabeta, no pudo tramitar el correspondiente ingreso, en vista de lo cual solicitó la ayuda del hijo de un vendedor de caramelos para que la acompañe a realizar las gestiones necesarias, por la recompensa de S / . 20.000,00. La presencia de problemas desprendidos del desconocimiento del cálculo escrito se citó en segundo lugar (17,5%), aduciendo que les impidió hacer los cálculos correctos en las diversas situaciones de su vida. Si bien es cierto que la mayoría de las mujeres investigadas manejaba el cálculo mental, especialmente en operaciones sencillas, en las m á s difíciles encontraron dificultades que afectaban el desarrollo de sus actividades cotidianas: comercialización de alimentos, productos agrícolas, animales, ropa, así c o m o también en el desempeño de sus pequeños negocios. En varios casos expresaron que han sido perjudicadas en sus cuentas. Algunas de las campesinas que salen a 41 vender sus productos en el mercado indicaron que siempre necesitan estar acompañadas de algún familiar, de lo contrario son objeto de burlas y robo de los compradores. En otro caso particular, una entrevistada dijo que se vio obligada a cerrar su negocio de venta de alimentos porque perdió el dinero que había invertido, a causa de errores cometidos en los cálculos. El 14,8% opinó que la lectura y escritura les han hecho "falta para todo", con lo cual quiso expresar el valor que tienen estos conocimientos en todas las fases de la vida de una persona. Ampliaron este criterio con el relato de experiencias difíciles que tuvieron que vivir a causa de su condición de analfabetas. Al referirse a este aspecto se notó una fuerte carga emocional en sus respuestas, con frases que expresaban vergüenza, resentimiento con sus padres, culpa, arrepentimiento e incluso ira, frente al cúmulo de limitaciones y carencias que han tenido que vivir. Entre algunos ejemplos se mencionan: no haber podido responder a las d e m a n d a s legales en juicios presentados en su contra; sentirse incapaces de demandar al compañero que les maltrataba físicamente con frecuencia; el caso de una informante que fue nombrada secretaria de su organización comunitaria, al no poder leer las actas, con llanto renunció a su cargo, cuando apenas había iniciado sus funciones. Igualmente, el 14,8% expresó que el principal problema encontrado a causa de su condición ha sido el no poder leer ni escribir cartas para sus familiares y amigos, frecuentemente con información privada y urgente, por lo tanto, se han visto obligadas a solicitar a] jda a familiares, amigos o personas no siempre de su confianza, a veces exponiéndose a que se divulguen situaciones íntimas de su vida. D e otro lado, a m á s de la vergüenza que dicen sentir al dar a conocer a otras personas su condición de analfabetas, a veces no encuentran oportunamente a alguien dispuesto a ayudarles y u n asunto que puede requerir de inme- 42 diata respuesta debe esperar, con las consiguientes molestias. A d e m á s , el hecho de depender de otras personas para la lectura o escritura de cartas o documentos crea en ellas u n sentimiento de inseguridad respecto a lafidelidaddel contenido. E n algunas ocasiones deben pagar por este servicio y no siempre disponen del dinero necesario; en otras, reciben respuestas negativas o despectivas. E n este m i s m o ámbito, algunas informantes se h a n visto impedidas d e leer las libretas escolares de sus hijos, recetas médicas u otro tipo de material impreso del que tienen necesidad de informarse o están interesadas. La imposibilidad de orientar a sus hijos en tareas escolares, controlar su progreso en los estudios, reforzar aquellos aspectos que requieren afirmación o aclaración (7,7%), constituye una de las m á s grandes frustraciones de estas mujeres: en ocasiones se han sentido engañadas por ellos respecto al cumplimiento de las tareas escolares. Esta circunstancia ha generado en las madres analfabetas u n sentimiento de impotencia que contribuye a intensificar su actitud de subvaloración y a largo plazo puede estar afectando negativamente la educación de los niños. En efecto, la falta de apoyo de los padres al trabajo de la escuela, en cierta m a nera podría estar incidiendo en los bajos rendimientos y en las altas tasas de repetición y deserción de los niños de la zona rural. Adicionalmente, la función socializadora de la madre se ve afectada a causa de su analfabetismo. En cuanto a las personas que opinaron que el analfabetismo no ha significado m a y o r problema en su vida, mostraron una actitud de resignación con su situación y niveles de aspiraciones educacionales limitados. Desde luego que esto es producto de sus experiencias cotidianas, en las cuales resuelven sus asuntos familiares, cumplen sus diversas funciones, desempeñan algunas actividades remuneradas, sin requerir siempre de la lectura y escritura. Así se expresaron con frases c o m o estas: "en el c a m p o no hace falta saber leer ni escribir", "una está acostumbrada a vivir así", 43 "en el campo casi todas estamos así mismo", "no tengo nada que leer ni escribir", "nunca necesito salir", "nunca salgo sola a la ciudad". 3.1.6. A S P I R A C I O N E S E D U C A C I O N A L E S GRÁFICO N» 14 ASPIRACIONES EDUCACIONALES DE LAS INFORMANTES En términos de aspiraciones, la mujer campesina analfabeta valora altamente la educación. Casi la totalidad del grupo (91,3%) opinó que es m u y importante o importante. Le asignaron u n valor significativo global, c o m o una necesidad impostergable para toda persona. La educación es, según su criterio, un canal de solución para todo tipo de situaciones y problemas en el contexto de su cotidianidad. N o obstante, a medida que se averiguó su comportamiento real más allá de sus aspiraciones, se encontró que el porcentaje de las que querían aprender a leer, escribir y calcular descendió al 60/)%; las personas que pensaban ingresar a un centro de 44 alfabetización, al 523%/ y las que afirmaron que se matricularían en u n centro el próximo año, al 46,7% (Gráfico N°14). Sin duda, el entorno social, económico y cultural donde desarrollan sus vidas incide en el hecho d e que sus altas aspiraciones educacionales se vean limitadas y postergadas en beneficio del bienestar de sus familias, al conceder prioridad a la educación de sus hijos, de los nietos e incluso del compañero. Las razones por las cuales desean aprender a leer, escribir y calcular y el interés por participar en las acciones de educación dirigidas a la mujer, c o m o se puede ver en el cuadro que a continuación se presenta, se plantean c o m o respuestas a las dificultades que deben encarar diariamente (Cuadro N M ) . CUADRO N° 4 RAZONES POR LAS CUALES LAS INFORMANTES QUISIERAN APRENDERA LEER, ESCRIBIR Y CALCULAR RAZONES N° -Hace falta para "todo" -Para leer y escribir cartas, leer libros, revistas con sus "propios ojos" -Para ayudar a sus hijos en las tareas escolares. -Para conseguir un mejor trabajo. -Para hacer las cuentas correctamente y poder vender los productos en el mercado -Por lo m e n o s para poner el nombre, aprender afirmar. -Para comunicarse mejor y relacionarse con otras personas. -Otras 41 25 TOTAL 177 % 23,2 14,1 15 14 8,5 7,9 14 7,9 13 73 11 44 24,9 6,2 100,0 45 Los criterios vertidos en este cuadro no precisan comentarios adicionales; por tanto, solo se hará referencia a las respuestas que se agrupan bajo el título de otras. Entre estas se hallan algunas que ven en la educación la posibilidad de resolver situaciones concretas, de superar la vergüenza que provoca ante sus hijos, su familia, sus amigos y otras personas de su comunidad, su condición de analfabetas. Algunas ven, también, en el aprendizaje de la lectura y escritura la oportunidad para compartir sus conocimientos con otras personas que, por encontrarse en su m i s m a situación, experimentan problemas similares. Aspiran a "ser útiles a los demás" de diferentes maneras; por ejemplo, mediante el ejercicio de cargos directivos en las organizaciones comunitarias. Por otro lado, el ingreso a u n centro de alfabetización lo condicionaron a la creación de uno en su comunidad o por lo menos en u n lugar cercano. Esto es ciertamente m u y necesario, c o m o ya se anotó antes, dadas las limitaciones de tiempo de estas mujeres, la escasez del transporte y su excesivo costo. La aspiración de tener centros de alfabetización que funcionen con horarios matutinos o vespertinos expresa su inconformidad con el horario tradicional, nocturno; pero, sobre todo, destaca la obligatoriedad de que lafijaciónde los horarios sea u n asunto a ser resuelto con su participación. Las afirmaciones: "que el profesor sea cumplido", "que el profesor tenga paciencia", "que el profesor sea permanente", " que no se cierre el centro", "que el centro sea solo para mujeres", llaman la atención sobre la ineludible tarea de mejorar la calidad de la educación que se ofrece a la mujer adulta. Tener presente q u e su concepción y práctica, los principios del proceso de aprendizaje, las metodologías, los materiales educativos, el tipo de educadores, se ajusten a la realidad en la que vive la mujer campesina analfabeta; que se consideren sus maneras de pensar, de sentir, sus valores, normas y costumbres. Adicionalmente, los contenidos deberán motivarlas suficientemente c o m o para asegurar su 46 permanencia en el sistema, ofreciéndoles respuestas válidas a la compleja problemática que enfrentan en la cotidianidad. Además, se deberá procurar borrar los resultados negativos de experiencias pasadas, a fin de que, recuperada su confianza, decidan concluir con el proceso de alfabetización y continuar la postalfabetización, única forma de superar definitivamente su condición de analfabetas. La relación de la edad de las informantes con su deseo de aprender a leer, escribir y calcular y con su aspiración de ingresar a un centro de alfabetización el próximo año lectivo, se presenta en el siguiente cuadro. C U A D R O Nfi 5 I N F O R M A N T E S Q U E D E S E A N A P R E N D E R A LEER, ESCRIBIR Y C A L C U L A R I N F O R M A N T E S Q U E PIENSAN INGRESAR A U N C E N T R O D E ALFABETIZACIÓN, P O R E D A D Edad Desean aprender a leer, escribir y calcular Na 15-19 años 24 20-24 años 37 25-29 años 42 30-34 años 38 35-39 años 32 40-44 años 20 45-49 años 16 50-54 años 12 55-59 años 7 60 y m á s años 14 15,7 13,2 TOTAL 100,0 242* % 9,9 153 173 83 6,6 5,0 2,9 5,8 Ingresar a u n centro de alfabetización N« 23 36 37 34 31 15 13 8 4 10 211 ** % 10,9 17,1 17,5 16,1 14,7 7,1 6,2 3,8 1,9 4,7 100,0 * N o se consideran 7 casos que no respondieron. ** N o se consideran 6 casos que no respondieron. 47 La composición por grupos de edad que exhibe el cuadro N ° 5 permite apreciar que tres de cada cinco mujeres entrevistadas que manifestaron su deseo de aprender a leer, escribir y calcular, están comprendidas entre veinte y treinta y nueve años, proporción que es similar a la de las campesinas que estarían dispuestas a ingresar a u n centro de alfabetización el próximo año lectivo. Sorpresivamente este interés es bajo en el grupo m á s joven de 15 a 19 años de edad. CUADRO N° 6 CONTENIDOS QUE LAS INFORMANTES QUISIERAN APRENDER A MAS DE LA LECTURA, ESCRITURA Y CALCULO CONTENID05 N8 % -Artesanías -Ciudado de animales -Ciudado de los niños -Nutrición -Técnicas agrícolas -Aspectos de salud -Otros 112 58 40 34 33 31 25 57,7 29,9 20,6 17,5 17,0 16,0 12,9 A m á s del aprendizaje de la lectura, escritura y cálculo, las 194 informantes que pensaban matricularse el próximo año lectivo en u n centro de alfabetización, estuvieron interesadas en adquirir conocimientos y destrezas prácticas relacionados con uno o varios de los aspectos enumerados en el cuadro N c 6; pero las artesanías fueron mencionadas de preferencia: tejido, costura, bordado, etc, con el propósito de confeccionar ropa para su familia y eventualmente para la comercialización. 48 3.1.7. N I V E L E S D E I N S T R U C C I Ó N D E L A FAMILIA Bajo el supuesto de que la presencia del analfabetism o de la mujer campesina se relaciona directamente con el predominio del analfabetismo y los bajos niveles educativos de su familia paterna y que dicha situación influiría en la reproducción de similares condiciones en sus hijos y de m a n e ra particular, en la mujer, se averiguó el último grado aprobado por sus padres, hermanos e hijos. GRÁFICO N» 15 PADRES, HERMANOS E HUOS DE LAS INFORMANTES, SIN ESCOLARIDAD. C o m o se observa en este gráfico y en el anexo N ° 16, la mayor parte de los padres de las informantes también fueron iletrados, con ciertas diferencias en favor de los varo- 49 nés, entre quienes el 72,8% nunca concurrió a la escuela, porcentaje que fue superado por el de las mujeres (88,0%). Adicionalmente, en algunos casos los hombres, pese a que no tuvieron ningún grado de escolaridad, por diversos m e dios adquirieron algunos elementos rudimientarios de la lecto-escritura que los ubicó en una situación ventajosa con respecto a las mujeres. En el grupo de los hermanos de las informantes se encontraron importantes variaciones: el porcentaje sin escolaridad se redujo significativamente al 13,8% en el sexo m a s culino y a 28,3% en el femenino (Anexo N ° 17). La notable diferencia entre padres y hermanos, parcialmente se explicaría por la ampliación de la oferta educacional en las últimas décadas a causa de la importancia que el Estado asignó a la educación, lo que produjo una reducción general del analfabetismo y una elevación de los niveles educacionales de la población (Anexos N ° 7 al 11); también se debe a los importantes cambios que se han venido dando en los patrones culturales respecto al valor de la educación, fundamentalmente de la mujer. Los niveles de instrucción alcanzados por los hijos de seis años y m á s denotan la prevalência de diferencias entre hombres y mujeres. Las desigualdades m á s significativas se ubicaron en el grupo que no tuvo ningún grado de escolaridad: 11,6% para los varones y 29,1% para las mujeres. Estos porcentajes altos probablemente variarán en los próximos años, porque recogen en parte, información de niños de edad escolar que aún se mantienen en este nivel a causa de su ingreso tardío al sistema escolar, fenómeno conocido en la zona rural (Anexo N f i 18). C o n relación a los hijos se indagó, además, las aspiraciones que las informantes tenían respecto a su educación, expresadas en las opiniones sobre su importancia y en los niveles de instrucción que esperan que ellos obtengan. 50 CUADRO H 0 7 OPINIONES DE LAS INFORMANTES RESPECTO A LA EDUCACIÓN DE SUS HIJOS OPINIONES M u y importante Importante Poco importante Nada importante TOTAL HIJOS N» 189 15 2 - 206 HIJAS % 91,7 7,3 1,0 - 100,0 N° 151 13 5 1 % 88,8 7,7 2,9 0,6 170 100,0 C o m o ya se indicó, el nivel de aspiraciones educacionales para los hijos es alto; la gran mayoría de las informantes opinó que la educación de ellos es m u y importante, con pequeñas discrepancias a favor de los varones. Estas, se visualizaron m á s claramente en el nivel de instrucción que esperan que alcancen. Aproximadamente las dos terceras partes de las entrevistadas declararon que aspiran para sus hijos por lo menos la educación primaria, y añadieron que de disponer de recursos económicos ampliarían a la educación media. En la otra tercera parte fueron significativas las opiniones de las informantes que esperan que sus hijos culminen la educación media: 29,0% para los varones y 21,6% para las mujeres. Esto muestra una persistente tendencia favorable a los varones (Anexo N 0 19). Las razones por las cuales quisieran que sus hijos estudien constan en el Anexo N f i 20, donde se plantearon una serie de ideas, desde aquellas que ven en la educación una respuesa para llenar necesidades esenciales, c o m o aprender a firmar, leer, escribir y calcular correctamente, hasta expresiones que privilegian la función de la educación en todos los momentos de la vida, tipificadas en anrmacio- 51 nés c o m o éstas: "el estudio es lo único que sirve", "el estudio sirve para todo", "sin el estudio uno no es nada". La principal motivación para educar a sus hijos se vincula con la factibilidad de adquirir conocimientos y habilidades indispensables para el desempeño eficiente en alguna actividad remunerada, de preferencia fuera de su c o m u nidad. Ellas esperan que con esta formación sus hijos se encuentren en condiciones de obtener ingresos superiores a los de sus padres; ingresos que, de acuerdo con su criterio, les permitirían ayudar al sostenimiento de la familia paterna primero y en el futuro responsabilizarse adecuadamente de sus propios hogares. Las opiniones que validaron la educación en las mujeres en el ámbito del trabajo remunerado se presentan en proporción significativamente menor. Las aspiraciones exteriorizadas por las informantes respecto a la adquisición de una profesión u oficio para sus hijos indican de mejor manera la subsistencia del pensamiento del campesino, de asignar todavía funciones diferenciadas al varón y a la mujer. Efectivamente, las opiniones de las entrevistadas que deseaban para sus hijos una profesión representan el doble de aquellas que aspiraban lo m i s m o para sus hijas. Para estas últimas, por el contrario, las respuestas que consideraron propicio el aprendizaje de un oficio fueron notablemente m á s elevadas. En el tipo de profesión u oficio se confirma la prevalência de aspiraciones distintas para hombres y mujeres. Se espera que los primeros lleguen a ser abogados, profesores, electricistas, mecánicos, choferes; para las mujeres, si bien en mínimos porcentajes, también se mencionó la abogacía y el magisterio, pero las preferencias se concentraron en contadoras, secretarias, costureras, tejedoras, bordadoras. Cabe aclarar que la información respecto a profesiones solamente corresponde a una parte de las entrevistadas, en vista de que este aspecto no se incluyó en la investigación. 52 Sin embargo de lo arriba anotado, algunas mujeres (11,5%) reflejaron una actitud positiva respecto a la educación de sus hijas: opinaron que tanto hombres c o m o mujeres requieren de iguales niveles educacionales, porque ellas tienen el mismo derecho que los hombres, y ven en la educación de la mujer una oportunidad para mejorar su posición en el mercado laboral y para cumplir con eficiencia las funciones inherentes a la maternidad. 3.2. T R A B A J O Entender el papel que la mujer del sector rural c u m ple al interior de la unidad familiar exige un análisis de la situación actual de la economía campesina y su vinculación al contexto nacional. Sin embargo, esta es materia que rebasa los límites del presente estudio; por tanto, se harán únicamente referencias generales que intentarán delinear particularmente la situación de la mujer analfabeta. Las actividades de la mujer campesina están orientadas a la sobrevivencia de su unidad productiva, de tal m a nera que, de una u otra forma, ella participa tanto en el á m bito económico-productivo c o m o en las tareas del hogar, todo lo cual se asimila bajo la denominación de quehaceres domésticos. Esto ha significado subestimar su presencia en la economía del país y desconocer su participación efectiva. N o obstante, algunos investigadores de la problemática de la mujer han propuesto planteamientos "en el sentido de que los quehaceres domésticos son una forma de trabajo y que en m u c h o de ese trabajo se enmascara lo que se ha llamado el trabajo invisible o producción oculta"9, que 9 . Duran, en Breilh, 1991. Pág. 32. 53 es precisamente la q u e posibilita la reproducción d e la fuerza de trabajo, pero desconocida monetariamente. El trabajo doméstico no ha sido considerado c o m o una aportación económica al ingreso familiar, sino c o m o u n conjunto de actividades obligatorias del a m a de casa, y, por tanto, no cotizadas. Las agotadoras jornadas domésticas de la mujer del sector rural comprenden actividades propiamente del hogar -preparación d e alimentos, casi siempre en condiciones rudimentarias; provisión de agua y leña; aseo de la vivienda, vestuario y otras-, c o m o la socialización y atención a su familia, la producción de la parcela y crianza de ganado menor, la elaboración de productos artesanales para uso familiar y para la venta, tal es el caso del hilado, tejido y bordado. El trabajo en la parcela es quizás el m á s fatigante, porque debe utilizar todo su esfuerzo físico para contrarrestar el poco o nulo empleo de fuerza animal o mecánica y, en general, la ausencia de una tecnología agraria apropiada. Esta actividad involucra tareas de preparación del terreno, siembra, riego, deshierbe y cosecha. Sin embargo, es notorio que en las últimas décadas las transformaciones agrarias han incorporado, cada vez m á s , a la mujer campesina en actividades productivas fuera de su unidad familiar. Esta situación representa para la mujer u n a carga adicional, con la venta d e su fuerza de trabajo de una manera irregular, inestable y precaria, por lo que su vida se vuelve m á s difícil, a causa de las condiciones desventajosas en las que entra al mercado laboral, dado su inexistente o bajo nivel de instrucción. La discriminación de que es objeto la mujer, en general, es palpable en el tratamiento estadístico de la información censal. D e inmediato se presenta una visión global del grupo de mujeres que forma parte de la población económicamente activa (PEA), por rama de actividad económica y categoría de ocupación, con énfasis en la situación de la mujer analfabeta. 54 C U A D R O Ni0 8 POBLACIÓN ECONOMICAMENTE ACTIVA, POR SEXO, SEGÚN RAMA DE ACTIVIDAD ECONÓMICA Rama de actividad Total N° Masculino N° % Femenino N° % Agricultura, caza y silvicultura 1*035.712 904.701 36,6 131.011 14,7 Explotación de minas y canteras 20.870 18.849 0,8 2.021 0,2 Industrias manufactureras 370.338 248.157 10,0 122.181 13,8 Electricidad, gas y agua 12.660 10.741 0,4 1.919 0,2 Construcción 196.716 192.034 7,8 4.682 0,5 Comercio al por mayor y menor restaurantes y hoteles 476.730 295.855 12,0 180.875 20,4 Transporte, almacenamiento y comunicaciones 131.084 123.807 5,0 7.277 0,8 Establecimientos financieros, seguros, etc. 81.357 54.043 2,2 27.314 3,1 Servicios comunales, sociales y personales 838.129 483.821 19,6 354.308 39,9 Actividades no bien especificadas 157.730 111.919 4,5 45.811 5,2 Trabajador nuevo 38.441 27506 1,1 10.935 1,2 TOTAL PORCENTAJES 3*359.767 2*471.433 100,0 100,0 73,6 888.334 100/) 26,4 FUENTE: INEC, V Censo de Población y IV de Vivienda, 1990, Resultados Definitivos. Elaboración: F U N D E L A M 55 A nivel national, la información estadística del Censo de 1990 muestra importantes diferencias entre el sector masculino y el femenino. H a y cuatro ramas de actividades económicas en las cuales los porcentajes fueron los m á s altos para los dos grupos: agricultura, caza y silvicultura; servicios comunales, sociales y personales; comercio al por m a y o r y menor, restaurantes y hoteles; y las industrias manufactureras. Si se establece la comparación entre los dos grupos se puede constar la superiodad porcentual que tuvo el hombre en la rama de la agricultura, caza y silvicultura, mientras que en las otras tres la mujer alcanzó una representación m á s significativa, sobre todo, en la d e servicios comunales, sociales y personales. H a y otras ramas que exhiben una casi nula participación de la mujer, tal es el caso de la construcción, y el transporte, almacenamiento y las comunicaciones. Si se restringe el análisis de la P E A al sector rural, se observa que la población masculina y femenina económicamente activa estuvo ubicada sobre todo en la agricultura, caza y silvicultura, con el 67,1% y 43,7%, respectivamente. La población femenina mantuvo también la tendencia a concentrarse en las otras tres ramas inicialmente señaladas a nivel nacional, con porcentajes que generalmente representaron el doble de la población masculina incluida en las mismas ramas (Anexo N f i 21). £1 análisis de la situación de las mujeres alfabetas del sector rural muestra que, aunque los mayores porcentajes se concentraron en las cuatro ramas ya indicadas, se dio u n a u m e n t o ostensible en la agricultura, caza y silvicultura respecto a las otras tres ramas (35,5%). Esta tendencia se observó también en el grupo de mujeres analfabetas, quienes exhibieron una abrumadora concentración en la misma rama (70,6%) (Anexo N ° 22). 56 CUADRO N a 9 POBLACIÓN E C O N O M I C A M E N T E ACTIVA POR SEXO, SEGÚN CATEGORIA D E OCUPACIÓN Categoría de ocupación Total Masculino N8 N° % Patrono o socio activo 218.738 175.188 7,1 Cuenta propia 1'315.739 1'023.503 41,4 Empleado o asalariado 1'427.759 985.902 39,9 Trabajador familiar sin remuneración 147.965 107.796 4,4 N o declarado 211.125 151.538 6,1 Trabajador nuevo 38.441 27.506 1,1 Femenino N° % 43.550 4,9 292.236 32,9 441.857 49,8 TOTAL 2'471.433 100,0 888.334 99,9 73,6 26,4 3*359.767 PORCENTAJES 100,0 40.169 4,5 59.587 6,7 10.935 1,2 FUENTE: J N E Q V Censo de Población y IV de Vivienda, 1990, Resultados Definitivos. ELABORACIÓN: FUNDELAM CUADRO N° 10 POBLACIÓN EMPLEADA O ASALARIADA, SEGÚN SEXO Población empleada o asalariada N° Del municipio o consejos provinciales Del estado Del sector privado 59.245 324.341 1'044.173 46.981 209.937 728.984 4,7 21,3 74,0 12.264 114.404 315.189 2,8 25,9 71,3 TOTAL 1'427.759 985.902 100,0 441.857 100/) PORCENTAJES Total 100/) Masculino N° Femenino N° % 69,1 % 30,9 FUENTE: JNEC, V Censo de Población y IV de Vivienda, 1990. Resultados Definitivos. ELABORACIÓN: FUNDELAM 57 Al revisar la categoría de ocupación a nivel nacional que presentan los cuadros 9 y 10 se notó en los grupos m a s culino y femenino una concentración en cuenta propia (41,4% y 32,9%) y en empleado o asalariado, (39,9% y 49,8%), principalmente del sector privado. La diferencia aparece cuando se establecen comparaciones entre sí; pues, mientras el sector masculino mostró u n porcentaje mayor en cuenta propia, lo contrario sucedió en la categoría del empleado asalariado en la cual las mujeres superaron porcentualmente a los hombres. La población rural mantuvo la misma concentración porcentual en las categorías de ocupación a nivel nacional; es decir, tanto el sector masculino c o m o el femenino tuvieron los porcentajes m á s altos en cuenta propia y en empleados o asalariados. A d e m á s , en u n o y otro caso, los porcentajes de los hombres fueron mayores respecto a los de las mujeres (Anexo N f i 23). Según condición de alfabetismo, las mujeres alfabetas del sector rural presentaron porcentajes que continuaban siendo los mayores en cuenta propia y en empleadas o asalariadas. En cambio, en los porcentajes dentro del grupo de las mujeres analfabetas h u b o u n a u m e n t o significativo en la categoríacuenta propia (59,6%) y una disminución porcentual m u y sensible en el grupo de empleadas o asalariadas (18,4%). El trabajo familiar sin remuneración no deja de ser importante en ambos grupos, particularmente en el de las analfabetas (Anexo N°24). C o n estos antecedentes, es posible reafirmar que la presencia estadística de la mujer dentro de la población económicamente activa a nivel nacional es visiblemente menor que la del hombre. En el sector rural, su participación se restringe aún m á s en varias ramas de actividad económica y se conentra mayormente en la agricultura, caza y silvicultura, y m á s en trabajos por cuenta propia. E n el caso de las mujeres analfabetas del sector rural, su falta de instrucción las empuja al cumplimiento preferentemente de tareas agrícolas. 58 GRÁFICO » 1 6 D SdoOODO S OODD y actv remunerada OCUPACIÓN ACTUAL DE LAS INFORMANTES La presente investigación se interesó por averiguar el aporte de la mujer campesina analfabeta a la economía familiar, mediante la indagación de su desempeño en las actividades domésticas y remuneradas, sus ingresos y frecuencia del trabajo. D e las 415 investigadas, u n poco m á s de la mitad (53,5%) aseguró que se dedicaba solo a quehaceres domésticos, mientras que el 46,5% combinaba sus labores de casa con una o varias actividades remuneradas. D e la información proporcionada por 120 mujeres de la ocupación quehaceres domésticos se puede observar que las jomadas de trabajo doméstico -que c o m o ya se dijo anteriormente implican tareas propiamente del hogar, producción de la parcela, crianza de animales y trabajos artesanales-, empiezan desde m u y temprana edad: por lo general, de los 6 a los 8 años. Desde esa edad tienen ya la responsabilidad de involu- 59 erarse en algunas actividades parcelarias y en el cuidado de los animales, su alimentación y provisión de agua. Inician estas actividades casi siempre a las 4 ó 5 a m . y terminan a las 8 Ó9pm. Del grupo investigado, 193 mujeres participaban, a d e m á s d e las tareas domésticas, en distintas actividades remuneradas, simultáneas o alternadas, a fin de distribuir el tiempo entre los dos tipos de obligaciones. D e esta manera han tratado de completar los ingresos que necesitan para sobrevivir. A veces lo han logrado, pero en la mayoría de casos las condiciones del mercado laboral han restringido esta aspiración. GRÁFICO N» 17 30 - 25 - 20 - 15 - 10 - 5 - 0 H 26.9 l• 21.2 18.1 • i•• 1 • 1 • • • 13 9 3 7.3 4 1 «• £ ° OCUPACIÓN REMUNERADA DE LAS INFORMANTES « Otr >- ve ndeda -S .y Jörn agrfc r >, artesar u agrl « Jörn agrie 2 « Jörn cd Arte san Vend«»dor « 60 1 • • MLM H Jl M^ J*- MÊ| Se pudo constatar que el 26,9% de las entrevistadas dijo ocuparse c o m o vendedoras; el 21,2%, c o m o artesanas y el 18,1% como jornaleras agrícolas. Estos fueron los grupos m á s numerosos. A d e m á s , el 13,4% alternó la ocupación de jornalera agrícola con las de artesana y vendedora. En otras actividades remuneradas (13,0%), se agruparon principalmente lavanderas, cocineras, empleadas de hacienda y ordeñadoras. Entre las actividades artesanales se puede mencionar el tejido de sombreros de paja toquilla, en Cañar; los bordados de prendas, en Imbabura; los tejidos de lana y defibravegetal, en Bolívar. D e la información que proporcionó este grupo se conoce que empezaron a incursionar en todas estas ocupaciones desde los 9 años de edad. Principalmente entre las jornaleras agrícolas, artesanas y empleadas domésticas (64,7%) se registraron los casos de mujeres m á s jóvenes (Anexo N 11 25). La frecuencia del trabajo remunerado es bastante irregular. La investigación constató que las actividades ocasionales superaban ampliamente a las permanentes. El 85,4% de las artesanas afirmó que su desempeño remunerado era solo ocasional. En este mismo caso estuvo el 80,0% de las jornaleras agrícolas; el 75,0% de las vendedoras y el 57,1% de las e m pleadas domésticas. Cuando se trataba de actividades combinadas, la tendencia al trabajo ocasional fue también la misma; así lo señaló el 77$% de quienes se desempeñaban c o m o jornaleras agrícolas y artesanas y el 62,5% de quienes hacían de jornaleras agrícolas y vendedoras. Unicamente 100 mujeres del grupo que percibía remuneraciones pudieron estimar cuáles serían sus ingresos mensuales: el 60,0%, con u n trabajo agotador, no ganaba m á s de S / . 20.000,00; el 33% los ubicó entre S / . 21.000,00 y S/.50.000,00 y solo el 7,0% de S / . 51.000,00 y m á s . C u a n d o se examinan los ingresos al interior de cada ocupación se advierte que fueron las artesanas y las empleadas domésticas 61 quienes recibían las remuneraciones m á s bajas, q u e en ningún caso superaron los S/.40,000.00 mensuales (Anexo N f i 26). La presencia de centros productivos en la zona rural genera posibilidades de trabajo para la mujer. C o n la presente investigación se pudo constatar que en Salinas, provincia de Bolívar, las mujeres analfabetas entrevistadas podían obtener ingresos económicos ocasionales cuando la organización comunitaria requería de trabajos específicos. Algunas mujeres entregaban leche para la producción de las queserías; para otras, el tejido de sacos, medias y shigras (bolsos) les representaba u n ingreso eventual; varias trabajaban en la elaboración de turrones con un jornal diario o en la recolección de hongos. Es ilustrativo el caso de una mujer de 46 años que contribuía económicamente a su hogar mediante el desempeño de varias ocupaciones: tejía u n suéter por semana y le pagaban S / . 3.500,00; 2 pares de medias a la s e m a n a , a S/.l.000,00 cada par; recogía hongos y los vendía a S/.80,00 la libra; ordeñaba y entregaba alrededor de 20 litros diarios a una quesería, a razón de S / . 250,00 cada uno; vendía colas y comida en los partidos d e fútbol y recibía aproximadamente S/.30.000,00; trabajaba c o m o jornalera agrícola en época de verano. Todo esto para resistir el sustento de una familia de 5 hijos, entre 9 y 20 años, en apoyo al trabajo de su esposo, agricultor. En zonas donde no existe u n centro productivo, la situación es m u c h o m á s difícil, porque la mujer analfabeta se ve empujada a esforzarse aisladamente y a idear maneras de vincularse al mercado laboral. Es la situación por ejemplo, de una mujer esmeraldeña de 40 años, separada de su pareja, que combinaba la ocupación de lavandera en la capital provincial con las de jornalera agrícola, recolectora y vendedora de camarones, para mantener a 10 hijos cuyas edades oscilan entre 1 y 24 años. Para el cumplimiento de esta última actividad, con bastante regularidad se trasladaba al río, acompañada d e 62 varios de sus hijos, para lo que debían caminar cuatro horas entre ir y regresar. La recolección de camarones es una actividad sujeta a las contingencias del clima y a otras propias de su búsqueda. La escasez de trabajo remunerado en su propia comunidad ha obligado a la mujer a buscar varias alternativas laborales en otros lugares (79 casos). Por consiguiente, el fenóm e n o de la movilidad temporal o diaria se vuelve m á s frecuente. En la investigación se detectaron dos razones fundamentales que obligaban a la mujer analfabeta a salir: los escasos ingresos económicos para la subsistencia de la familia (92,4%) y la posibilidad de vender algunos de sus productos en el mercado (59,5%). A d e m á s de estas hay otras razones (7,6%) que les exigían movilizarse, entre las que constan la terminación de los trabajos temporales de siembra y cosecha en sus comunidades. Las 79 mujeres (19,0%) que salían de sus comunidades en busca de actividades remuneradas, se movilizaban, de preferencia, al interior de su provincia, con m á s frecuencia a su capital (46,8%); a otras ciudades (26,6%) o a otras comunidades (15,2%). Sin embargo, hubo pocos casos de mujeres que acudieron a otras provincias y a la capital del país. Fuera de su comunidad, las mujeres trabajan usualmente c o m o vendedoras de mercado (59,4%), ambulantes (5,1%), c o m o jornaleras agrícolas (223%) y c o m o empleadas domésticas (8,9%). Principalmente las mujeres de la provincia de Cotopaxi y, en menor proporción las de Imbabura, se trasladaban a los mercados provinciales, cantonales o parroquiales, para vender algunos productos de sus parcelas. Los casos de las vendedoras ambulantes son comunes en Esmeraldas, donde la movilización se efectuaba diariamente. Está m u y extendida, también, la actividad de jornalera agrícola, que, aunque es una ocupación temporal y de cobertura variable, es una de las m á s accesibles a las mujeres 63 campesinas analfabetas. H u b o casos de jornaleras agrícolas de la provincia de Cotopaxi que formaban parte de traslados masivos hacia Tulcán, para trabajar temporalmente. En las comunidades investigadas de Esmeraldas es c o m ú n el desempeño de otras ocupaciones, a m á s de las mencionadas, como las de lavanderas y cocineras. 3.3 S A L U D "... Mientras una época de bonanza y apogeo c o m o la del petrolerismo de los años 70 ilustró una fase de recuperación social y mejoramiento consiguiente de los índices de salud, en cambio el deterioro de la vida desde el decenio anterior, una era de crisis, ha producido un profundo desconcierto de la salud en general y de la mujer particularmente. -El caso del Ecuador puede ilustrar el estancamiento y desmejoramiento de la salud de la mujer desde los años 80... el empeoramiento o estancamiento de la situación de la mujer ecuatoriana en edad productiva se puso de manifiesto en la obra del C E A S "El deterioro de la Vida". D e 147 municipios (cantones) estudiados, el 95% mostró u n estancamiento o emperoramiento de los niveles de mortalidad por enfermedades relacionadas con deterioro básico de la calidad de vida -formas de trabajo atrasadas y privación extrema de consumo de alimentos, viviendas, etc. -que se relacionan a infecciosas, formas d e cáncer d e pobreza extrema, como el cervicouterino y gástrico y mortalidad obstétrica ocasionada por severa carencia de servicios..."10. 10 . BREILH, Jaime, 1991, Págs. 63 y 64. 64 E n la zona rural los índices carenciales en materia d e salud d e la población se ligan estrechamente con factores c o m o la insuficiente cantidad y baja calidad d e la red d e servicios d e infraestructura básica y d e los servicios d e atención médica, las actitudes y comportamientos d e los campesinos respecto a su salud y las condiciones d e extrema pobreza d e la mayoría d e sus habitantes. L a disponibilidad d e los servicios básicos en las viv i e n d a s d e las i n f o r m a n t e s n o es sino el reflejo d e la situación generalizada en el sector rural. Del total d e 860.313 viviendas ocupadas, el 60,0% n o disponían d e agua potable o entubada; el 46,2% n o tenían luz eléctrica y el 52,9% n o contaban con servicio higiénico11. E n cuanto a la situación d e las viviendas d e las entrevistadas, se encontró q u e e n las c o m u n i d a d e s d e la muestra únicamente el 14,7% tenía a g u a potable o entubada a su interior, y fuera d e ésta, el 24,1% (Anexo N ° 27). Alrededor d e las d o s quintas partes n o tenían luz eléctrica y las tres quintas partes n o disponían d e servicio higiénico o letrina (Anexos N f i 28 y 29). E n lo q u e tiene q u e ver c o n las condiciones d e salud d e la mujer campesina analfabeta, se incorpora en este estudio información sobre algunos aspectos globales relacionados con las actitudes y los comportamientos frente a sus problemas d e salud y d e su familia. Indagada la presencia d e las enfermedades o malestares físicos m á s c o m u n e s d e las entrevistadas, se encontró q u e el patrón usual era la a m b i g ü e d a d en las respuesta. Las informantes tuvieron dificultad para identificar los tipos d e enfermedades. Esta circunstancia se relaciona con la escasa concurrencia al médico, la limitada o nula información q u e éste proporciona a la paciente y su inaccesibilidad a la infor- «. INEC, 1991, Págs. 239-244. 65 mación escrita sobre este tema. La actitud del médico frente a la paciente analfabeta parece ser una de las causas más importantes que interviene en el hecho de que ella se refiera más a la sintomatologia que a la enfermedad que le molesta. Generalmente, desconoce el nombre de la dolencia, su evolución, sus causas, consecuencias y repercusiones en su estado de salud. Los dolores de cuerpo: espalda, cadera, piernas, rodillas, brazos, manos, cabeza y estómago fueron las molestias mencionadas con mayor frecuencia (53,0%). Expresaron que en ocasiones estas dolencias se presentaban simultáneamente; en otras hubo predominio de una de ellas. La mayoría de las informantes que dijeron adolecer de alguna molestia desconocía las causas; algunas asociaron con afecciones del pulmón, los dolores de espalda; con artritis o reumatismo, los dolores de cuerpo. En m u y pocos casos los nombres de las enfermedades mencionadas se originaron en el diagnóstico del médico; más bien surgieron como consecuencia de las experiencias personales o de la información difundida entre su familia o miembros de la comunidad. Por ejemplo, las entrevistadas de la provincia del Cañar, ocupadas gran parte del día en el tejido de los sombreros de paja toquilla, adujeron sus dolencias físicas a los años continuos en el desempeño de esta tarea. En cambio las informantes de las provincias de Cotopaxi y Chimborazo relacionaron los dolores de piernas, brazos y manos con los efectos del clima extremadamente frío en estas zonas. Entre otras enfermedades citadas constan las siguientes: paludismo, dolencias derivadas de la mordedura de la serpiente, dengue, sobreparto, úlcera, epilepsia, ataques, vesícula, tumor en el seno, desmayos, cólera, hemorragia, gripe, diabetes, hepatitis, gastritis, hongos, sinusitis, bronquitis. Averiguado el comportamiento de las informantes ante la presencia de enfermedades o malestares físicos, se 66 encontró que, en la generalidad de los casos, recurrieron en primera instancia a la medicina natural. Esta, que es el primer recurso para resolver sus problemas de salud, surge por la vigencia de prácticas tradicionales extendidas principalmente en el sector rural, en las cuales el curandero desempeña un papel protagónico dado el prestigio adquirido y ganado por el éxito de sus tratamientos. El curandero, como agente de salud, atiende los síntomas y las causas de la enfermedad con determinadas hierbas, cuyas propiedades químicas alivian las dolencias, ayudado por el efecto psicológico de las sesiones curativas. Sin embargo, existe también el uso casero de hierbas y tratamientos varios, como respuesta a las afecciones físicas12. El empleo de la medicina tradicional es a veces complementado con la medicina occidental, por lo que fue común encontrar la combinación de remedios caseros con pomadas o pastillas recomendadas en farmacias o tiendas cercanas. El empleo de la medicina occidental fue menos frecuente. Cuando tuvieron problemas de salud, las entrevistadas demandaron este servicio a través del centro de salud, el médico particular, el hospital y el dispendario del Seguro Social Campesino. La atención en este último y en el centro de salud estuvo vinculada con la posibilidad de obtener el servicio y las medicinas. Comúnmente acudieron a los puestos de salud ubicados en su propia comunidad o en lugares cercanos. La asistencia del médico particular o en el hospital fue más rara; se produjo cuando las molestias se prolongaron o agravaron, y desde luego, condicionada casi siempre por la disponibilidad de recursos económicos para cubrir los costos de la consulta al profesional y la adquisición de las medicinas. 12 . Iglesias, 1989, Pág. 42. 67 La concurrencia al médico, a m á s de estar condicionada por el factor económico, lo estuvo también por el nivel de confianza en su calidad profesional y en la validez de la medicina occidental. Ello implicó que, a veces, casos con molestias permanentes o de gravedad extrema posterguen su decisión de solicitar los servicios del médico e incluso durante toda su vida, "nunca" los demanden. Esta actitud la confirmaron con frases c o m o las siguientes: " m e he hecho curar con el médico, pero de nada ha valido"; "el doctor solo m e da calmantes, pero no m e ha curado, ya estoy tres meses con este dolor"; "el médico no m e cura"; "fui al doctor, gasté harta plata, pero no cura el dolor"; "los remedios del doctor no hacen nada". La preferencia por la medicina tradicional, acentuada por la carencia de los mecanismos básicos de la cultura escrita, se aprecia en la narración de los siguiente casos: una mujer de 40 años, de habla hispana, casada y con cinco hijos, después de su cuarto parto sufrió hemorragia vaginal d u rante seis meses; al cabo de este lapso, sin nunca antes haber consultado al médico, se hospitalizó; aquí le detectaron la existencia de u n fibroma que requería de intervención quirúrgica; el día anterior a la operación salió del hospital sin autorización de los médicos para someterse a un tratamiento casero, tratamiento con el cual expulsó el mencionado fibrom a ; u n m e s y medio después de este hecho tuvo u n aborto, también sin atención médica, y posteriormente se embarazó y tuvo su último hijo en condiciones normales; a partir de entonces, no ha tenido ningún tipo de molestias. El otro caso es el de una mujer de 40 años, de habla hispana, casada, con 10 hijos, que en la actualidad sufre de dolores permanentes en la espalda y los pies; nunca en su vida ha concurrido al médico, pese a tener, desde hace algún tiempo, un tumor en el seno; solamente se sujetó a u n tratamiento de remedios caseros; su salud ha ido deteriorándose constantemente, pero aún así no piensa ir al médico. 68 En el caso de enfermedades de sus hijos, las entrevistadas mostraron una actitud parecida a la que adoptaron respecto a sí mismas. El uso de la medicina tradicional fue el principal medio a través del cual intentaron encontrar respuestas a los problemas de salud de sus hijos o de cualquier otro familiar. M á s de las cuatro quintas partes recurrieron a los remedios caseros; alrededor de una quinta parte concurrió, además, al curandero. El empleo de los servicios médicos profesionales fue menor: prefirieron también el centro de salud y el dispensario del Seguro Social Campesino, a causa de la gratuidad de su atención (Anexo N ö 30). Al respecto únicamente el 17,3% de las informantes declararon estar asociadas a este servicio; el restante 82,7% no formaba parte de este o desconocía su naturaleza y alcance. Por cuanto la vacuna constituye una de las importantes medidas preventivas contra cierto tipo de enfermedades infantiles, se trató de conocer el nivel de generalización en su uso. Las respuestas de las informantes dejaron ver que casi la totalidad de sus hijos, en la actualidad adultos, no fueron vacunados durante su niñez, básicamente por falta de centros d e salud cercanos, contrariamente a lo q u e sucedió con los hijos menores. Aproximadamente las dos terceras partes de las 335 informantes que respondieron a esta pregunta habían vacunado tanto a los varones como a las mujeres con una ligera diferencia entre uno y otro sexo: el 66,6% vacunó a los niños y el 63,2% a las niñas. Ciento veinte y cuatro mujeres expresaron que la muerte de uno o más familiares se produjo por falta de atención médica. C o m o se aprecia en el Anexo N ö 31, el número mayoritario correspondió a los hijos. La ausencia de los servicios profesionales del médico determinó el hecho de que las informantes desconozcan las causas del deceso (62,1%); en este grupo sobresale la defunción de los niños al m o m e n to del parto, a las pocas horas o a los pocos días de haber nacido (Anexo N°32). 69 La relativa alta mortalidad de los hijos en el m o mento del parto o en las subsiguientes horas o días -68 de 121- está vinculada, entre otras razones, con la ausencia del médico en los alumbramientos de las informantes. CUADRO N° 11 PERSONAS QUE ATENDIERON A LAS INFORMANTES EN EL MOMENTO DEL PARTO PERSONAS N° -Médico -Comadrona -Familiares o vecinas -Sola 15 133 113 109 4,1 35,9 30,5 29,5 TOTAL 370* 100,0 % * N o se consideran 45 casos que no respondieron. C o m o se puede apreciar en este cuadro la presencia del médico en la generalidad de los partos de las mujeres campesinas analfabetas fue m u y escasa (4,1%), contrariamente, las tres quintas partes de las informantes enfrentaron solas sus alumbramientos o únicamente contaron con la asistencia de familiares, amigas o vecinas. Los esposos o compañeros, las madres, hermanas o hijos fueron las personas que con mayor frecuencia las auxiliaron en esas circunstancias. La demanda de los servicios médicos profesionales en el m o m e n t o del parto, de alguna manera se relaciona con el idioma que hablan las entrevistadas. Las dos terceras partes de aquellas que sí contaron con su presencia corresponden a mujeres de habla hispana. U n a situación inversa se produjo en el grupo que no tuvo ningún tipo de asistencia. 70 Es decir, aproximadamente las dos terceras partes de las mujeres de habla quichua esperaron el nacimiento de sus hijos completamente solas (Anexo N a 33). Entre algunas de las razones vinculadas con este hecho se mencionó la situación económica de las entrevistadas, la dificultad de comunicación con el médico, la lejanía de las viviendas respecto de los centros poblados. Ciento seis informantes (25,5%) indicaron que en algún momento de su vida se vieron abocadas a la interrupción espontánea del proceso normal del embarazo; se registraron 2,9 abortos promedio por informante y un número máximo de diez. La edad de las entrevistadas se asocia con el número de abortos; esto es, en el grupo de 20 a 34 años se presentó de uno a dos, en tanto que en el grupo de 35 años y más el número de abortos ascendió a medida que aumentaba la edad de la mujer: el mayor número se encontró en el grupo de mujeres que tuvieron 55 años en adelante (Anexo N a 34). 3.4. PARTICIPACIÓN E N O R G A N I Z A C I O N E S COMUNI- TARIAS En la mayoría de las comunidades investigadas la vida comunitaria está cruzada por el componente de la organización de sus habitantes, fundamentalmente en las provincias de Imbabura, Cotopaxi, Chimborazo y Bolívar, donde el elevado porcentaje de la población indígena se asocia con la importancia del movimiento organizativo. En cambio, en Cañar y Esmeraldas, la trascendencia que han alcanzado sus organizaciones no ha irradiado suficientemente a las comunidades de la muestra; no obstante, aparecen algunas modalidades que, de ninguna manera han 71 logrado un carácter envolvente como para comprometer la participación amplia de su población, menos aún de las mujeres. En términos generales, las organizaciones de las seis provincias guardan cierta similitud en cuanto tiene que ver con sus modelos de estructuración y funcionamiento. La formalidad y la jerarquización de funciones, que todavía prevalecen, han impedido la modificación substancial de las raíces socio-culturales sobre las cuales se asienta la subordinación de la mujer en el contexto de la sociedad patriarcal campesina. Ella sigue siendo objeto de discriminación como en otras esferas de su vida, en el ámbito organizacional. D e otro lado, la participación femenina en las organizaciones trae aparejado el recargo de responsabilidades a su pesada jornada de trabajo. En muchos casos implica además, aceptar un papel secundario al ser ejecutora de tareas que son una prolongación del escenario doméstico. Significa, también, comprometerse con una estructura organizativa que exige de ella el mismo tipo de participación que tiene el hombre en los trabajos comunales, en las movilizaciones en procura de las demandas colectivas, pero que restringe sus derechos en la toma de decisiones. Sin embargo, en los últimos años, la mujer campesina está siendo impulsada a involucrarse en organizaciones locales, parroquiales, cantonales, provinciales, regionales, aunque sus estructuras jerárquicas determinan que estén sujetas a mecanismos que limitan su participación plena. En un intento por contrarrestar esta tendencia, se está promoviendo la organización femenina. En algunas oportunidades estas agrupaciones han surgido en el marco de las estructuras matrices, concordando en general, con sus objetivos, planteamientos y modalidades de acción. En otras, estas han emergido ligadas a los programas o proyectos que ejecutan organismos gubernamentales y no gubernamentales. D e todos modos, parece ser que se asiste a un momento en el cual se intenta promover la organización del sector femenino campesino sobre la base del trabajo colectivo, en torno a objetivos que reivindiquen sus aspiraciones particulares, sin apartarse de los intereses comunales. En suma, las organizaciones de las mujeres campesinas están iniciando la apertura de espacios a través de los cuales el sector femenino espera conseguir presencia, a partir del diálogo y la reflexión sobre sus experiencias vitales y la búsqueda de soluciones conjuntas a problemas derivados de su cotidianidad13. La situación de la mujer campesina analfabeta reproduce esta caracterización, m u y brevemente aludida, pero con ciertas particularidades que intensifican sus niveles de subordinación, a causa de su marginamiento de las herramientas básicas de la cultura escrita. Para comenzar la descripción de las condiciones que rodean los niveles de calidad de su participación en el contexto organizativo, se hará referencia a su inserción c o m o miembro activo de algún tipo de organización local: comité de padres de familia, comuna, asociación, cooperativa y / o agrupaciones femeninas. Doscientas cuarenta y cinco (59,0%) declararon pertenecer a una o m á s de estas organizaciones. El comité de padres de familia fue la organización m á s nombrada: 170 de las 415 informantes (41,0%) declararon formar parte de este; es decir, la casi totalidad de las mujeres que tenían niños en la escuela, grupo al que fue dirigida esta pregunta. En lo que respecta a la comuna, únicamente 122 informantes reconocieron pertenecer a esta agrupación. 13 . Comité Ecuménico de Proyectos, 1990. 73 Entre los tipos de organizaciones femeninas existentes en estas comunidades se citó a una asociación de tejedoras de paja toquilla, en la provincia del Cañar; clubes de m a dres, centros de salud, comités femeninos, comités de ayudas mutua y voluntarias de salud en todas las provincias investigadas. Analizada la pertenencia a las organizaciones, por edad de las informantes, se aprecia el predominio del grupo que oscila entre 25 y 49 años, a excepción de la comuna, en la cual la participación de la mujer se dio a m á s temprana edad. La calidad de la participación de la mujer c a m pesina analfabeta en el entorno organizativo está asociada con su acceso a los niveles de decisión, por ello se incluyó algunos referentes que podrían mostrar las modalidades y grados con los cuales se caracterizaría su inserción en este ámbito, tales como: asistencia a reuniones formales, expresión verbal de opiniones en el marco de estas reuniones, intervención en comisiones para el cumplimiento d e determinadas actividades y el ejercicio de cargos directivos. La asistencia a las reuniones formales fue m á s regular en el caso de las organizaciones femeninas y del comité de padres de familia. En una y otro, alrededor de las tres quintas partes de la informantes concurrían siempre que eran convocadas; pero el comportamiento c o m ú n fue la asistencia ocasional. Por lo contrario, la participación en reuniones informales, trabajos comunitarios, movilizaciones, evidencia u n nivel m á s activo y u n compromiso mayor con la organización. Sin embargo su presencia obedece también al carácter obligatorio que se impone a estas actividades. D e todos m o d o s , en el trabajo de c a m p o de la investigación, se observó que en varias comunidades las mujeres se encontraban trabajando, conjuntamente con los varones, en la apertura de caminos, en la limpieza de acequias en la 74 construcción de infraestructura básica para instalación de agua potable o entubada, luz eléctrica u otro servicio comunal. El grado de inserción de estas mujeres resultó ser m e n o r c u a n d o se trató d e emitir sus opiniones en la búsqueda de alternativas de solución o la diversidad de situaciones o problemas planteados en el contexto de las reuniones formales. La expresión verbal ocasional resultó ser la nota característica del grupo. La excepción la constituyeron las organizaciones femeninas, en cuyo ámbito las mujeres analfabetas hablaban con mayor frecuencia, porque dijeron sentir mayor confianza para expresar sus criterios. Desde su perspectiva, las informantes que opinaban en las reuniones siempre u ocasionalmente, lo hacían porque consideraban que tenían derecho a expresar lo que pensaban, porque deseaban contribuir a encontrar respuestas a los problemas comunes que afrontaban en la escuela y en la comunidad o bien para "vigilar el cumplimiento de las resoluciones" tomadas colectivamente. E n este sentido, su preocupación fue mayor en el comité de padres de familia, dada la trascendencia que tiene para ellas la educación de sus hijos. D e otro lado, es importante destacar las razones por las cuales algunas informantes preferían abstenerse de manifestar sus opiniones: ellas admitieron q u e siempre permanecían en silencio en las reuniones de la organización, por lo general: porque no se encontraban capacitadas para hablar en público; por tener m e r m a d a su autoestima a causa de su analfabetismo; por estar acostumbradas a sobrevalorar la opinión masculina y someterse a ella, sobre todo en el contexto organizativo, donde el hombre tiene a su haber mayor experiencia. Preferían, entonces, escuchar a expresar sus ideas; solo intervenían ocasionalmente cuando tenían mayor segu- 75 ridad sobre la pertinencia de sus criterios, cuando eran inducidas a exponer sus opiniones o cuando la urgencia de una situación que comprometía sus intereses les hacía olvidar sus inseguridades. Estas afirmaciones se corroboran con algunas expresiones d e las informantes q u e indicaron: "sólo los hombres hablan siempre", "a las mujeres no nos gusta hablar", "una tiene miedo de quedar mal", "no se puede hablar bien", "no se habla por los nervios", "da vergüenza hablar", "los hombres no dejan hablar a las mujeres", "las mujeres hablamos poco". La intervención de las informantes c o m o parte de comisiones designadas para cumplir tareas específicas supone un mayor nivel de compromiso con su organización. Sin embargo, c o m o esto exige contar con cierta formación básica general que les permita desenvolverse adecuadamente en el ámbito de los organismos públicos y privados, donde casi siempre deben tramitar asuntos legales o administrativos de la organización, su analfabetismo se convierte en u n obstáculo que les impide poner en juego sus potencialidades. D e ahí que únicamente alrededor de una quinta parte del grupo que pertenece a cada una de las organizaciones haya señalado que alguna vez fue delegada para formar parte de una comisión; pero en algunos casos las responsabilidades asignadas tuvieron que ver con actividades propias del ámbito doméstico. A pesar de la situación descrita, es halagador conocer que aunque sea u n número reducido de estas mujeres (37), hayan desempeñado, en alguna oportunidad, cargos directivos en sus agrupaciones. En orden de mayor a menor frecuencia, fueron nombradas c o m o vocales, vicepresidentas, presidentas, secretarias o tesoreras. Si se relaciona el nivel de instrucción de las informantes -último grado aprobado- con su actitud respecto a la importancia de pertenecer a una organización, no se encuen- 76 tra conexión alguna. Si bien los niveles de instrucción de estas mujeres actúan c o m o condicionantes que de alguna manera regulan su comportamiento al interior de las organizaciones, no constituyen u n inconveniente para su ingreso. Su actitud m á s bien parece estar ligada al carácter obligatorio, en lo que a las comunas y comités de padres de familia se refiere, y en las otras organizaciones, a la madurez de las estructuras locales, al grado de desarrollo de la conciencia organizativa de su población y al tipo de reinvindicaciones que se demandan. Contrariamente, el idioma que hablan las mujeres investigadas parece ser una variable que, d e cierta forma, interviene en el interés organizativo. Efectivamente, un poco m á s de las tres quintas partes de las quichua-hablantes respondieron favorablemente respecto al valor de integrar una organización femenina, a diferencia del grupo hispanohablante en el cual la proporción supera las dos cuartas partes. Esta circunstancia tiene probablemente que ver con el hecho de que la organización de la población indígena durante los últimos años haya adquirido mayor solidez, en comparación con la observada en la población campesina no indígena. En general, se aprecia u n mayor interés hacia las organizaciones mixtas que hacia las femeninas. La proporción de las informantes que valoraron la pertenencia a las primeras bordea las tres quintas partes, en tanto que para las segundas apenas es superior a sus dos quintas partes. A continuación, en los siguientes cuadros se presentan las razones por las cuales las informantes creen que es importante formar parte de una organización mixta o de una femenina. 77 CUADRO N° 12 RAZONES POR LAS CUALES LAS INFORMANTES CONSIDERARON IMPORTANTE PERTENECER A UNA ORGANIZACIÓN MIXTA RAZONES -Obtener mejoras para la comunidad (construcción de caminos, carreteras; dotación de servicios de luz eléctrica, agua potable, servicio médico; expedición de títulos de propiedad; lograr apoyo económico, préstamos). -Ayudarse mutuamente a buscar respuestas a sus necesidades. -Aprender algo e informarse -Ser fuertes mediante la unión y trabajar por la comunidad. -Estar protegidas y no permitir que les hagan daño. -Otras TOTAL Ne % 97 48,0 36 33 17,8 16,3 16 8,0 7 13 3,5 6,4 202 100,0 CUADRO N Q 13 RAZONES POR LAS CUALES LAS INFORMANTES CONSIDERARON IMPORTANTE PERTENECER A UNA ORGANIZACIÓN FEMENINA RAZONES N° % -Aprender a cocinar, tejer, coser, bordar; cuidar a los niños, a los animales. 69 -Buscar solución a los problemas y necesidades de las familias y la comunidad, a través de la unión. 31 -Otras 32 23,5 24,2 TOTAL 100,0 78 132 523 D e los criterios expuestos en estos cuadros se puede colegir que existe u n grupo de mujeres con conocimientos y alguna experiencia en el accionar organizativo, y que, independientemente de estar involucradas, ven en la organización campesina una estrategia viable que les posibilitaría mejorar la calidad de vida en el contexto familiar y comunal. A d e m á s , ven en la organización una estrategia a través de la cual podrían plasmar sus aspiraciones personales. En las organizaciones mixtas existen otras razones que ponen de manifiesto su falta de información o sus dudas sobre el valor, propósito y potencialidades de las organizaciones comunitarias. Sin embargo de lo cual no dejaron de considerar la importancia de formar parte de una de ellas. La actitud en favor a pertenecer a las organizaciones femeninas se asocia, también, con la posibilidad de encontrar en este ámbito espacios que les permitan evadir la rutina del quehacer cotidiano: "compartir las penas", "salir de la casa", relacionarse con otras mujeres y poder dialogar sobre problemas comunes. Las dos cuartas partes de las informantes que concordaron en la importancia de pertenecer a una agrupación femenina pensaron que esta les posibilitaría ampliar sus conocimientos inherentes a las tareas domésticas, mejorar su desempeño en el cuidado de la familia, así c o m o en las actividades agrícolas y pecuarias. El interés por aprender a tejer, coser, bordar, tiene el propósito de encontrar alternativas para obtener ingresos monetarios. En las organizaciones femeninas, u n número reducido, 10 informantes asociaron la relevancia de pertenecer a una organización de este tipo con la probabilidad de ejercitar sus derechos, "iguales a los de los hombres" y de encontrar mecanismos que les ayuden a "no depender siempre de ellos". El alcance de la unión y el trabajo cooperativo en el marco de las organizaciones femeninas fue mirado desde la 79 óptica de sus experiencias, sino personales, por lo m e n o s cercanas a las desarrolladas en sus comunidades o en lugares aledaños. En dichas acciones la naturaleza de la organización femenina está vinculada con la ejecución de pequeños proyectos productivos agrícolas, artesanales, y de crianza de ganado menor. En estos proyectos ellas vieron la factibilidad de generar ingresos q u e serían empleados en el mejoramiento de las condiciones de vida de sus familias. Las informantes que negaron la validez de una organización tanto mixta c o m o femenina, consideraron que en las reuniones "se pierde el tiempo", que son el marco propicio para "peleas y chismes", que sus esposos o compañeros se oponen a su participación o que desconocen el significado y alcance del quehacer organizativo. 3.5. PARTICIPACIÓN E N LAS ELECCIONES PRESIDEN CÍALES La participación de la mujer analfabeta en el accionar político del país adquiere connotaciones particulares, diferentes en cierta forma a las del conjunto de las mujeres campesinas por su marginamiento de los mecanismos básicos de la cultura escrita, por ello se optó por averiguar algunos indicadores que permitirían mostrar el carácter singular de esta situación. En este sentido, interesó conocer el nivel y calidad de su participación en las decisiones nacionales, a partir de la consignación del voto en las contiendas electorales para elegir al Presidente de la República, el grado de autonomía en su decisión para seleccionar al candidato, el número de veces que han intervenido en los comicios y la importancia que conceden al acto del sufragio. 80 Los resultados de la investigación indicaron que la mitad de las informantes sufragaron en las elecciones realizadas en m a y o de 1988, lo que en otras palabras significa que una de cada dos mujeres analfabetas se abstuvo de concurrir a las urnas. Las dos terceras partes de las 205 sufragantes tenían edades que fluctuaban entre 25 y 49 años. Los grupos inferiores y superiores a este estrato alcanzaron porcentajes m e nores de participación. El idioma de las informantes no actuó c o m o u n factor modificante de su comportamiento en la contienda electoral de 1988; es decir, la proporción de las votantes de habla quichua, español y bilingüe se mantuvo alrededor del 50%. En cambio, la concurrencia anterior de las mujeres analfabetas a u n centro de alfabetización, así c o m o el hecho de saber firmar, mostraron una relación m á s directa con la consignación del voto en dicha ocasión: las dos terceras partes de quienes asistieron a u n centro declararon haber sufragado, en tanto que la abstención entre las mujeres que nunca concurrieron a un centro fue de 56,5%. Asimismo aproximadamente las dos terceras partes de las informantes q u e aprendieron a dibujar su firma votaron en estas elecciones. En u n intento por desprender algunos elementos que expresen el grado d e autenticidad del voto d e las mujeres iletradas del sector rural, se averiguó sobre el tipo de motivaciones que estarían operando en su decisión para elegir al candidato; esto, desde luego, sin pretender profundizar en los matices de dichas motivaciones. La mitad del grupo expresó que hubo influencia externa en la opción tomada. D e este grupo, el 30,7% declaró que la selección del candidato fue orientada por el criterio masculino de su hogar: indicación directa de su esposo o compañero, de su padre, hijo u otro varón adulto de la familia; el 2,9% imitó la decisión asumida por ellos. E L 16,1% 81 hizo referencia a otra clase de factores a los que la mujer analfabeta está sujeta en épocas eleccionarias, incluso en el m o m e n t o m i s m o de la consignación del voto: se mencionó su sometimiento a la decisión comunitaria, tomada colectivamente, a través de la asamblea general de la organización a la que pertenece; en este ámbito se seleccionó al candidato que, de acuerdo al criterio de los socios, ofrecía respuestas coherentes con las d e m a n d a s que la agrupación reivindicaba. A d e m á s , se hizo referencia a la intromisión directa de funcionarios de algunos organismos gubernamentales que trabajaban en la zona, quienes les indicaron q u e debían votar por los candidatos del partido político que ejerda el poder en esa época. N o faltaron las sugerencias de integrantes de diversos partidos políticos, presentes en el m o m e n t o del sufragio, así c o m o de miembros de las juntas electorales y de los policías encargados de la vigilancia del orden en el desarrollo del proceso electoral (Anexo N ° 35). D e otro lado, la décima parte que no respondió estuvo integrada por las informantes que no recordaban o simplemente no sabían por quién votaron. Esto despierta dudas sobre la independencia del criterio femenino en el sufragio, c o m o también suscita incertidumbre sobre la validez de su voto. Estas afirmaciones fueron ratificadas con algunos comentarios que estas mujeres realizaron durante la entrevista: que ellas se limitaron a doblar la papeleta y a ponerla en la urna; que los esposos les enseñaron c ó m o debían votar, pero que ellas no tenían la seguridad de haber procedido de dicha manera; que las correspondientes papeletas marcaron "por donde quiera". Por cuanto la Constitución de 1979 reconoció a los analfabetos el derecho al voto, las informantes con la edad exigida tuvieron tres oportunidades para ejercer esta facultad. A continuación se presenta la información obtenida. 82 CUADRO N Q 14 N U M E R O DE VECES QUE LAS INFORMANTES PARTICIPARON EN LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES NUMERO DE VECES N° % Una dos Tres N o responden TOTAL 33 47 112 13 205 16,1 23,0 54,6 6,3 100,0 El interés en el acto del sufragio estuvo también condicionado por la concurrencia de las informantes a u n centro de alfabetización. Las dos terceras partes de las que en alguna oportunidad ingresaron a u n centro, expresaron haber intervenido en las tres contiendas electorales realizadas desde 1979 a 1988. Contrariamente, el idioma de estas mujeres no reguló su comportamiento en este aspecto. Las tres quintas partes de las informantes reconocieron la importancia de la participación ciudadana en el acto del sufragio; una quinta parte declaró la inexistencia de algún significado positivo en el contexto de su cotidianidad; y, la restante quinta parte que no respondió, incluye a quienes dijeron "no saber nada al respecto". Esto podría ser u n indicador de su falta de información sobre el alcance, las implicaciones y la trascendencia de este hecho, así c o m o también del desconocimiento de su marco legal. Las razones que se expusieron para justificar su posición frente al acto electoral muestran, de manera m á s clara, la influencia que ejerce en esta actitud la ausencia de información socio-política; expresan, también, el tipo de 83 motivaciones que les animan en el sufragio y dicen de la existencia o inexistencia de algún grado de compromiso con el quehacer político del país, como se puede ver en el siguiente cuadro. C U A D R O NP15 R A Z O N E S POR LAS CUALES LAS INFORMANTES CREYERON QUE ERA IMPORTANTE SUFRAGAR RAZONES NJL -El certificado de votación es necesario para cualquier gestión. 108 -Es obligatorio. 22 14 -Para evitar la multa. 13 -Para que cambie la situación actual. - C o n un buen presidente los precios de las 11 cosas bajan. -Es necesario que exista presidente y autoridades. 8 -Para obtener servicios básicos comunitarios 5 (carreteras, caminos, puentes, luz eléctrica). 4 Otras. 18 - N o saben. TOTAL 203 53,2 10,8 6,9 6,4 5,4 3,9 2,5 2,0 8,9 100,0 La mayoría de las informantes (70,9%) ligaron la importancia del sufragio al cumplimiento de u n deber m á s que a la práctica de u n derecho; no obstante, dicha obligatoriedad la expresaron fundamentalmente, a través d e la necesidad de contar con el certificado de votación, como el fin último de su participación. Manifestaron que es indispensable disponer de este documento, porque es exigido en los trámites legales o administrativos, en el caso del bautizo 84 de los hijos, de matrimonio, de expedición de escrituras, etc. Alrededor d e u n a décima parte d e este grupo vinculó su intervención en el sufragio con la posibilidad de que el presidente electo pudiera contribuir a mejorar la situación actual refiriéndose particularmente a las difíciles condiciones económicas en que se debaten sus familias. Sus opiniones reflejaron el interés de encontrar respuestas concretas a sus m á s inmediatas y urgentes necesidades. Esperaban que el presidente n o m b r a d o "baje los precios' d e los productos básicos, preferentemente d e los alimentos, y "suba los precios" d e los productos agrícolas q u e ellos destinan al m e r cado. Las informantes que dijeron no saber en qué radica la importancia del voto, emitieron comentarios c o m o los siguientes: "se vota por votar", "se vota porque todos votan", "porque nos llevan a votar", "porque dicen que es bueno votar", "porque es bonito", "para algo ha de servir". Los criterios de las informantes que no creyeron en la importancia del sufragio constan en el cuadro N ° 16. CUADRO N ö 16 RAZONES POR LAS CUALES LAS INFORMANTES NO CREYERON EN LA IMPORTANCIA DEL SUFRAGIO RAZONES N° % -Nos engañan, nunca cumplen lo que ofrecen; los gobiernos solo sirven para sacar plata; los presidentes matan de hambre. -El campesino no saca nada; nadie ayuda a los campesinos. -Otras 17 34,0 15 18 30,0 36,0 TOTAL 50 100,0 85 En el grupo de otras razones constan expresiones a través de las cuales se pudo percibir que existe una falta de información sobre las exigencias requeridas para sufragar, al afirmar, por ejemplo, que el desconocimiento de la lectura y escritura les incapacitaba para el ejercicio de este derecho. También dejaron entrever su desconocimiento total sobre el significado de este deber, la desconfianza o inconformidad con los resultados, al decir: "no comprendo nada de eso", "no m e interesan las votaciones", "es mejor no votar", "todos los presidentes suben las cosas", no m e ha gustado ningún gobierno", "el trabajo es lo único que sirve al campesino". 4. C O N C L U S I O N E S En el país el analfabetismo en la población de 15 años y más experimentó una reducción significativa, tanto en cifras absolutas c o m o en relativas, durante los períodos intercensales 1974,1982 y 1990. El índice de 26,1 en 1974 bajó a 16,4% en 1982 y 11,7 en 1990. Las cantidades absolutas corresponden a 945.044 analfabetos en 1974, a 770.606 en 1982 y a 691.422 en 1990. Esta reducción es atribuible al efecto de los programas de educación primaria regular y de adultos, gubernamentales y no gubernamentales, desarrollados en las dos últimas décadas; y, en cierta manera también a los cambios que se vienen suscitando en cuanto se refiere al reconocimiento del valor de la educación de la mujer. En la zona rural, según los datos del Censo de 1990, se concentran las tres cuartas partes del analfabetismo nacional (505.402), no obstante la tendencia descendente observada en los tres últimos censos, que permitió reducir las cifras absolutas en 281.369 personas, entre 1974 y 1990, equivalente a 35,8%, y a haber perdido en forma sostenida 86 parte d e su población total a causa de los movimientos migratorios hacia las ciudades. Este fenómeno demográfico explica el ligero incremento del analfabetismo en la zona urbana durante el m i s m o lapso. E n 1990 hubo en esta zona 27.747 personas analfabetas m á s que en el año 1974, incremento que representa el 17,5%. La población analfabeta de 15 años y m á s es predominantemente femenina: 416.691 mujeres y 274.731 h o m bres, con índices de 13,8% y 9,5%, respectivamente, según resultados del censo de 1990. Esa disparidad por género se reproduce d e manera acentuada en la zona rural, d o n d e existen 297.330 mujeres analfabetas (58,8%) y 208.072 h o m bres (41,2%). El analfabetismo absoluto no es exclusivo de personas adultas que nunca ingresaron a la escuela o a u n centro de alfabetización, c o m o resulta c o m ú n aceptar, sino aun en aquellas que durante su niñez, juventud o vejez, tuvieron acceso a instituciones de educación básica. C o m o resultado de ello, la investigación comprobó la presencia de algunas destrezas de la cultura escrita en niveles incipientes. El manejo del cálculo mental en un circulo m u y reducido y la escritura de su nombre, con dificultad e inseguridad, son las características dominantes en el grupo. A m b a s destrezas, incluso en estos niveles, son de suma utilidad en la diversidad de funciones que la campesina analfabeta tiene en su vida privada y comunitaria. La investigación efectuada en una muestra de 415 mujeres analfabetas puras en 6 provincias, con las anteriores características, descubrió que, aproximadamente, una de cada tres mujeres había concurrido antes a las escuelas o al centro d e alfabetización y a veces a las dos instituciones. H u b o quienes habían alcanzado el cuarto grado de la escuela o el tercer ciclo de alfabetización. N o obstante, retornaron, con el tiempo, a su condición inicial de analfabetas, por falta de solidez d e los conocimientos adquiridos en el proceso d e 87 aprendizaje y, sobre todo, por falta de utilización de estos instrumentos culturales. El retorno al analfabetismo se vincula estrechamente con las condiciones de pobreza en las que se hallan inmersas las campesinas analfabetas, condiciones que las sumergen en una larga y dura jornada de trabajo, en la que las múltiples tareas en el ámbito doméstico, agrícola, c o m u nitario y en el mercado laboral, no les dejan espacios para actividades formativas o recreativas, c o m o la práctica sistemática de la lectura. Adicionalmente, la ausencia de materiales escritos en el hogar o en la comunidad ha impedido que ellas consigan afianzar y dar el carácter permanente a los conocimientos y habilidades aprendidos. El fenómeno de la regresión al analfabetismo se asocia, también con los elevados niveles d e abandono y repetición. Las campesinas analfabetas, generalmente desertaron sin haber concluido los grados o ciclos reglamentarios. La tercera parte de las que concurrieron a la escuela se retiraron sin aprobar ningún grado, en tanto que la tercera parte de las que continuaron asistiendo, repitieron dos y tres años antes de aprobar algún grado. E n la educación de adultos, las cuatro quintas partes de quienes ingresaron a los centros de alfabetización se retiraron sin aprobar ningún ciclo. En el primer ciclo la deserción se produjo desde la primera semana y durante el período de aprendizaje. Después de los tres primeros meses, solo continuaban concurriendo alrededor de una quinta parte de quienes iniciaron este ciclo. Las condiciones socio-económicas de los sectores menos favorecidos del campo, son también las que generan el ausentismo femenino a los servicios de educación básica, tanto de la escuela primaria c o m o de los centros de alfabetización, y la deserción, cuando han tenido la oportunidad de acceder a ellos. El ausentismo de las niñas a la escuela o el hecho de haber ingresado a ella para luego abandonarla, se debe, sobre todo, a la necesidad d e asumir, parcial o total- 88 mente, los quehaceres domésticos, participar en las tareas agrícolas o pecuarias y hasta cumplir prematuramente actividades remuneradas para aportar al sustento familiar o para su propio sostenimiento. Por las mismas limitaciones económicas, los padres se ven imposibilitados de cubrir los gasto escolares de sus hijos. Entre los factores de carácter socio-cultural, la actitud de los padres, esposos, o compañeros, de menospreciar la educación de la mujer -niña, joven o adulta- y de preferir la de los varones, constituye una importante causa de marginalidad y deserción. Esta actitud aunque se haya venido modificando, se mantiene, con sus efectos negativos, en los logros educacionales de las mujeres. E n este m i s m o ámbito está la subvalorización q u e las campesinas analfabetas tienen c o m o personas, al igual que en lo relacionado con sus potencialidades y capacidades de aprendizaje. Actúan c o m o causas endógenas del sistema educacional, los desequilibrios de la oferta en la zona rural, expresados por la ausencia de escuelas y centros de alfabetización cercanos, así c o m o las dificultades de acceso, sobre todo en las épocas de invierno, en la Costa y Amazonia, con mayor incidencia. La instalación de los servicios educacionales para la población campesina no representa en sí misma la capacidad de retener a las campesinas, niñas y adultas, entre otras razones por la desvinculación del currículo del contexto social, económico y cultural, de los problemas y necesidades de la población; las actitudes antipedagógicas y antiandragógicas de los profesores de las escuelas y animadores de los centros de alfabetización; las barreras idiomáticas por la presencia de docentes hispanos en escuelas y centros de habla quichua, que m e n g u a el nivel d e comunicación y afecta el proceso de aprendizaje, la falta de observancia de las características bio-sico-sociales de las niñas y mujeres adultas al interior de las instituciones educacionales del campo. 89 Cabe destacar que, pese a la situación descrita, hay mujeres que mantienen latente su interés por superar su analfabetismo, quienes no obstante los resultados negativos de experiencias anteriores, las difíciles condiciones económicas y los obstáculos socio-culturales que debe enfrentar en el contexto familiar y comunitario, persisten en sus intentos por aprender los mecanismos básicos d e la cultura escrita. Este es el grupo que en su niñez asistió a la escuela, del mism o que, alrededor del 50%, ingresó a u n centro de alfabetización y d e ellas, el 20,9% también inició el proceso d e aprendizaje d e la lecto-escritura con la orientación de sus amigos y / o parientes. E n cuanto a las consecuencias del analfabetismo, la investigación constató que este incide, de diversas formas en la vida de las mujeres de la zona rural, al generar limitaciones y carencias con efectos en las esferas actitudinarias y del comportamiento. Cuatro de cada cinco mujeres analfabetas investigadas dieron cuenta del impacto del analfabetismo en su cotidianidad. Para ellas se han limitado sus aspiraciones personales relacionadas con el desempeño de un trabajo mejor remunerado; con la educación de sus hijos; en su participación c o m o m i e m b r o s d e organizaciones comunales; en las relaciones comerciales; en desenvolverse solas en el desplazamiento a lugares ajenos a su habitat, principalmente a ciudades; y, en otros asuntos de simple resolución, lo que les ha creado la dependencia frecuente a familiares, amigos y hasta de personas desconocidas. A m e n u d o genera en ellas vergüenza ante sus hijos, familiares, amigos y la comunidad, el tener que descubrir su condición de iletradas. D e otro lado, las campesinas que no ven al analfabetismo c o m o u n problema en su vida y q u e no tienen consciência de las repercusiones que trae consigo el desconocimiento de los mecanismos básicos de la lecto-escritura y el cálculo, muestran una actitud de resignación e indiferen- 90 cia; aceptan el analfabetismo c o m o una condición natural, propia de las mujeres del sector rural que n o requiere ser cambiada. En términos de aspiraciones educacionales para sí mismas, las campesinas analfabetas, en su m a y o r parte (91,3%), consideran que adquirir una educación básica es m u y importante. Señalan que ella es u n medio a través del cual podrían obtener respuestas a la diversidad de circunstancias o problemas de su vida. Reconocen y valoran el significado de la educación, precisamente en base a las difíciles experiencias que se han visto obligadas a vivir a causa de la carencia de ellas. N o obstante la alta valoración que tienen de la educación y la actitud eminentemente positiva hacia los logros de la educación formal, su comportamiento en la realidad difiere notablemente. Si bien casi la totalidad de las entrevistadas habrían querido tener algún tipo de educación, en la actualidad solamente el 60% quisiera aprender a leer, escribir y calcular; el 52,3% piensa ingresar a u n centro de alfabetización; pero únicamente el 46,7% se matricularía efectivamente el próximo año lectivo. Las altas aspiraciones educacionales de las campesinas analfabetas se ven limitadas o postergadas temporal o definitivamente. Conceden prioridad a la educación de sus hijos, nietos, esposos o compañeros. Sin duda, el contexto económico, social y cultural en que se hallan inmersas incide en el heho de que su interés por superar el analfabetismo no se convierta en una realidad. La situación de pobreza que las envuelve diariamente, en una inmunerable serie de actividades que empieza al amanecer y se prolongan hasta el anochecer, sigue constituyendo el principal obstáculo que les resta la posibilidad de que encuentren el tiempo y la tranquilidad suficientes c o m o para concurrir al centro de alfabetización regularmente y permanecer en éste el tiempo necesario c o m o para lograr el dominio del aprendizaje. 91 La experiencia en los centros d e alfabetización interviene, también, c o m o u n factor que, a veces, contribuye a desalentarles en sus intentos de retomar o comenzar el proceso d e aprendizaje en el marco de la educación d e adultos o de la educación permanente. Por ello, su ingreso a u n centro lo condicionan con la creación de uno en sus comunidades o por lo menos en lugares cercanos a sus domicilios; con la necesidad de que el asunto de los horarios sea resuelto de manera consensual con las participantes, en base a su realidad; aspiran que el trabajo del educador mejore; que los contenidos y metodologías se ajusten a las características económicas, sociales y culturales de su entorno, a sus necesidades, a sus problemas; y, que el proceso en su globalidad, consiga motivarles c o m o para concluir el período de alfabetización y continuar con la postalfabetización, asegurando, de esta manera, la permanencia del aprendizaje. A d e m á s de la lecto-escritura y el cálculo, ellas esperan adquirir algunos conocimientos de destrezas prácticas relacionadas con las artesanías, la nutrición, la salud, el cuidado de los niños, las técnicas agrícolas y el cuidado de los animales. Consideran que estos conocimientos y destrezas les habilitarían para mejorar su desempeño en las tareas domésticas y, eventualmente, se podrían convertir en una fuente de generación de ingresos complementarios para su familia. Por otro lado, interesa recalcar que el analfabetismo de las campesinas guarda una relación directa con la presencia de este fenómeno en sus familias paternas, particularmente entre las mujeres. La mayor parte de los padres de las campesinas analfabetas no ingresaron a la escuela: 72,8% para los padres y 88,0% para las madres. Entre los hermanos, la ausencia de la escolaridad se reduce notoriamente: 13,8% para los varones y 283% para las mujeres. Las diferencias observadas entre padres y hermanos son producto: por un lado, de los esfuerzos desplegados 92 por el Estado en las últimas décadas en procura de elevar los niveles educacionales de la población del país; y, por otro, de la modiñcación que viene operándose en las actitudes y comportamientos del campesino respecto a la educación de la mujer. D e ahí que el analfabetismo en la familia de los padres está presente fundamentalmente en la población adulta, en tanto que los jóvenes han sido partícipes de estos cambios, pese a lo cual se evidencia el predominio de condiciones desfavorables para las mujeres. Las campesinas analfabetas conscientes de la compleja problemática en que se han visto involucradas por su condición, demuestran en general, una actitud positiva y de compromiso hacia la educación de sus hijos, pero con una tendencia en favor de los varones. La proporción de los niños de seis y m á s años sin escolaridad es del 11,6% para los hombres y del 29,1% para las mujeres, porcentajes que, de alguna manera, variarán en el futuro, por el ingreso tardío de los niños del sector a la escuela. Las aspiraciones hacia la educación de los hijos, en términos generales, son elevadas. Quisieran q u e ellos estudien "todo lo que puedan". La mayoría considera que la educación de ellos es m u y importantes: 91,7% para los varones y 88,8% para las mujeres. También, en este caso, las condiciones económicas de los padres limitan los logros educacionales reales que alcanzan sus hijos. Aproximadamente las dos terceras partes de las entrevistadas quieren que sus hijos culminen por lo menos la educación primaria y de disponer de recursos, esperan que continúen con la educación media y universitaria. Educar a sus hijos les significa propiciar las condiciones que les favorezcan, en el futuro, el desempeño eficiente de alguna actividad remunerada, de preferencia fuera de la comunidad. Esta aspiración, que si bien apunta al m e joramiento de sus condiciones de vida, también incidiría en reforzar los movimientos migratorios campo-ciudad. Consi- 93 guientemente, estos aspectos deberían ser tomados c o m o contenidos para ser tratados en el marco de la educación de adultos o de la educación popular permanente. El valor de la educación para sus hijas en el ámbito del mercado laboral es diferente del que conceden a los varones. Aspiran que ellos adquieran una profesión de nivel superior, mientras que para las mujeres creen que basta el aprendizaje de u n oficio. Aparte, son pocas las campesinas analfabetas que confieren importancia a la educación de la mujer, c o m o una estrategia que les permitiría mejorar sus funciones c o m o madres. E n resumen, si bien el analfabetismo de la madre no interviene, en la actualidad, en la educación de sus hijos, de la manera que lo hizo en el pasado respecto a su propia situación, en cierta forma sigue ejerciendo influencia en los niveles de instrucción de sus hijas, independientemente, del peso gravitante que ejerce la situación de la pobreza en este sentido. Las condiciones generales de salud de las campesinas analfabetas guardan similitud con las que caracterizan a la población campesina de los grupos menos privilegiados. Están afectadas por la escasa cobertura de los servicios médicos atendidos por el Estado, por el insuficiente número de sus recursos humanos y, además, por la limitada red de servicios de infraestructura básica. Las particularidades de la atención médica ofrecida por el Estado, a través de los centros de salud o del Seguro Social Campesino, limitan, el acceso de los campesinos a ella. Esto s u m a d o a las condiciones económicas, sociales y culturales de la población del sector rural, determina que las mujeres analfabetas recurran, de manera preferencial, a la medicina tradicional para enfrentar los problemas de salud. El analfabetismo contribuye a agravar la situación de la campesina en casos de enfermedad. La imposibilidad de acceso a la información escrita, de leer las recetas médi- 94 cas, de comunicarse adecuadamente con el médico, cuando acude a este, entorpece el proceso de curación e intensifica su desconfianza en la potencialidad curativa de la medicina occidental. El escaso contacto con la medicina occidental influye en la persistencia de las enfermedades y malestares que podrían ser erradicados definitivamente o tratados oportunamente; y, en el elevado número de abortos y muertes de familiares, especialmente niños, por falta de atención médica. La discriminación de género, acentuada por la condición de analfabetismo, restringe en las mujeres las posibilidades de incursionar en el ámbito laboral. En el sector rural, su participación se concentra en lo relacionado con las actividades agrícolas. D e la información censal de 1990 se advierte que el 70,6% se dedica a la rama económica de agricultura, caza y silvicultura. Según categoría de ocupación, el 59,6% de las mujeres analfabetas trabajan por cuenta propia. Las actividades remuneradas que desempeñan las mujeres no les eximen del cumplimiento de sus obligaciones domésticas, sin el reconocimiento de la importancia de esta tarea de reproducción social de su familia y sin ninguna retribución económica. Por lo general, las mujeres se involucran en las ocupaciones domésticas desde los 6 a los 8 años, y en las remuneradas desde 9 años. La necesidad obliga a la mujer a buscar distintas maneras de participar del mercado laboral. El 26, 9% de las entrevistadas se desempeñan c o m o vendedoras; el 21,2% artesanas; el 18,1%, jornaleras agrícolas. Sin embargo, la investigación reveló que u n 13,4% de las mujeres acudían a la combinación de actividades remuneradas; por ejemplo: jornalera agrícola, con las ocupaciones de artesana y vendedora. La baja oferta de trabajo en la comunidad empuja a la mujer a buscar otras alternativas laborales fuera de su 95 lugar de residencia. Los escasos ingresos económicos para la subsistencia de la familia (92,4%) y la posibilidad de vender sus productos (59,4%)/ son las principales razones que determinan que la mujer se involucre en movilizaciones, frecuentemente diarias, y por lo general dentro d e su m i s m a provincia. Fuera de su comunidad, las mujeres comúnmente se ocupan c o m o vendedoras (64,5%), jornaleras agrícolas (22,8%) y empleadas domésticas (8,9%). U n aspecto generalizable a las mujeres campesinas analfabetas que tienen actividades remuneradas es la imposibilidad de estimar sus ingresos económicos, debido a la misma naturaleza eventual de tales actividades; sin embargo, de lo que la investigación pudo apreciar, las remuneraciones son bajas y sensiblemente menores de las que reciben los hombres en el desempeño de la misma ocupación. Las entrevistadas reconocen las ventajas de participar en procesos educativos c o m o uno de los requisitos indispensables para acceder a mejores situaciones laborales; no obstante las condiciones socio-culturales y económicas que viven les han forzado a abandonar, en m u c h o s casos, sus aspiraciones. Para ello, a m á s de ampliar y mejorar la cobertura del subsistema educativo escolarizado regular, en correspondencia con la realidad que rodea a la mujer campesina, podría recomendarse reforzar los programas de capacitación con temas de su interés que tomen en cuenta la situación de la mujer inmersa en la problemática del sector rural, y en la suya propia; de discrimen por género, por su condición de analfabeta y por su papel de madre de familia, a m a de casa y empleada asalariada. Estas acciones deberían inscribirse en el marco de la organización comunitaria, instancia que se convierte en el eje del desarrollo campesino, entre otras razones porque generaría oferta de trabajo para sus integrantes y, por ende, para las mujeres analfabetas y, además promovería su activa participación. 96 En las provincias investigadas se evidenció que la organización tiene u n a importancia de primer orden. La población de casi todas las comunidades de la muestra está agrupada en diversas modalidades organizativas, con algunas excepciones en la provincias de Esmeraldas y Cañar. N o obstante la trascendencia de la organización en estas provincias, los niveles de participación de las mujeres campesinas son aún débiles. El predominio de las estructuras jerárquicas y la prevalecenáa de una situación de subordinación al género masculino, impiden la participación plena de las campesinas. Las mujeres analfabetas ven m u c h o m á s restringido el espacio en el contexto organizativo. En el sector femenino del c a m p o , las analfabetas están involucradas en u n proceso en el que se intenta estructurar su presencia mediante la incursión en las agrupaciones mixtas y / o femeninas. Las campesinas se adhieren a las demandas comunes que se reivindican y procuran incorporar planteamientos relacionados con su problemática particular. E n este ámbito, el analfabetismo no constituye u n factor condicionante para el acceso de aquellas a las organizaciones, afecta m á s bien a la calidad de su participación en la toma de decisiones. Alrededor de las tres quintas partes de las campesinas analfabetas entrevistadas pertenecen a u n a o dos organizaciones. El comité de padres de familia, la comuna y las agrupaciones femeninas son las m á s comunes. Su inserción en las dos primeras responde, básicamente, al carácter obligatorio que ellas imponen a los padres de los niños que concurren a los establecimietnos educacionales y a todos los miembros de una comunidad. Las últimas, en cambio, a la posibilidad de encontrar respuestas a sus problemas desde la perspectiva de su género. La incipiente participación de las campesinas analfabetas en los niveles decisorios de las organizaciones, está reflejada en la concurrencia ocasional a las reuniones for- 97 males. Generalmente asisten en reemplazo de su esposo o compañero. Acuden con mayor regularidad a las sesiones convocadas por el comité de padres de familia y por las agrupaciones femeninas. En el ámbito formal, la actitud característica es el silencio. Ellas se abstienen de expresar verbalmente sus criterios; prefieren escuchar a hablar. La abstención verbal, a m á s de estar marcada por su analfabetismo, se vincula con la desvalorizada opinión que tienen ellas de sí mismas c o m o personas: tienen arraigada la creencia de que son incapaces de hablar en público; están acostumbradas a sobrevalorar la opinión masculina y a someterse a su criterio, m á s aún en el contexto organizativo, donde el hombre tiene mayor experiencia. Igualmente, su papel secundario en las organizaciones se acentúa por la falta de una educación básica, que les impide o limita acceder a los cargos directivos y les restringe la esfera de su participación. Por ello se constata una escasa intervención en comisiones especiales para cumplir tareas específicas delegadas por su organización y, cuando forman parte de estas, se les encarga actividades que son una prolongación del ámbito doméstico. N o obstante, m á s de la mitad de las campesinas analfabetas valoran la pertenencia a una organización. Las de habla quichua demuestran mayor interés que las de habla hispana; esto, probablemente, a causa del mayor desarrollo organizativo alcanzado entre la población campesina indígena. Por lo general, prefieren las organizaciones mixtas a las femeninas, evidenciando con ello su resistencia a incursionar en u n ámbito nuevo y la aceptación de la supremacía masculina en el contexto organizativo. Sin embargo, aquellas que cuentan con alguna experiencia en las organizaciones femeninas, reconocen que estas favorecen su participación. Admiten que en ellas encuentran un ambiente propicio para expresar sus ideas con mayor seguridad y confianza; incluso, comienzan a vislumbrar la posibilidad de 98 que a través de ellas, se promueva el ejercicio pleno de sus derechos. En todo caso, entre las motivaciones que les animan a reconocer la importancia de una organización, se destacan: la posibilidad de obtener servicios básicos para las comunidades; y, el aprendizaje de los contenidos relacionados con las actividades domésticas y con algunas artesanías, que eventualmente podrían significar una fuente d e ingresos para sus familias. E n resumen, si bien se aprecia el surgimiento de una actitud favorable hacia la organización, el analfabetismo se convierte en una importante barrera que limita su participación consciente y responsable. D e otro lado, el analfabetismo en la campesina no significó u n impedimento para su participación en las contiendas electorales, con la consignación de su voto para presidente de la república. La mitad de las mujeres investigadas concurrió a las urnas, con mayor frecuencia aquellas que tenían entre 25 y 49 años. El idioma que hablan -quichua, español, o ambos-, no es u n factor que modifique su comportamiento. En cambio, el manejo de algunos mecanismos rudimentarios de la cultura escrita, especialmente la capacidad para escribir su nombre, favorece su participación. E n el m i s m o sentido opera la asistencia anterior a u n centro de alfabetización, independientemente de los logros alcanzados allí. Pese a la presencia relativamente alta de las campesinas analfabetas en el acto del sufragio, no se puede hablar de un comportamiento consciente. D e hecho, no tienen claridad de la trascendencia de sus decisiones en la vida política del país. Su concurrencia a las urnas la asocian con la obligatoriedad de cumplir con un deber, sin tener consciência de las repercusiones de su ausentismo. En general, la razón que les impulsa a sufragar, es la necesidad de contar con el certificado de votación. Consiguientemente, la opción elegida para presidente de la república, en una de cada dos campesinas anal- 99 fabetas, está sujeta a una serie de influencias externas. La m á s importante proviene del criterio masculino de su hogar. Las campesinas analfabetas escogen el candidato que les impone su pareja, padre, hijo u otro varón de la familia, o simplemente imitan la decisión tomada por ellos. Adicionalmente influye la imposición de la organización comunitaria, de los funcionarios públicos del partido político que ejerce el poder en el m o m e n t o de las elecciones y hasta el criterio de los m i e m b r o s de las juntas electorales y de los policías encargados de vigilar el orden en el desarrollo del acto electoral. 100 5. ANEXOS ANEXO N° 1 NOMINA DE CONGLOMERADOS DE LA MUESTRA POR PROVINCIAS, CANTONES Y PARROQUIAS Provincias Cantones Parroquias Conglomerados Chimborazo Alausí Achupallas -Letrapungo -Totoras -Pallaguchi -Cochaloma -Santa Julia -Cortijo -Cocán San Patricio -Santa L u d a -Silveria -Ugshaloma -Huayrapungo -Casa Q u e m a d a -Chilla Chico -Rumipamba Grande -Paniquindra -Cashaloma -Paniquindra Alto -Mururco -Huablincay -PUlcomarca -San Jacinto -Usno -San José -Cojitambo -San Miguel -Pambabuela -Apagua -Las Mercedes de Punun -Agua Mineral -Salinas -La Lucha -Boca de Tazones -La Unión -Guachal -Cuba -Piedra Pina -Gualte -Margarita Tixán Cotopaxi Pup Guangaje Imbabura Saquisilí Ibarra Canchagua La Esperanza Cañar Azogues Cojitambo Bolívar Guaranda Salinas Esmeraldas Esmeraldas La Unión Sua Atacames Montai vo -BPan Rió Verde -Palestina ANEXO N 0 2 POBLACIÓN DE 15 AÑOS Y MAS POR CONDICIÓN DE ALBAFETISMO, SEGÚN REGIONES Y PROVINCIAS Total Alfabeta NP % N8 Sierra Carchi Imbabura Pichincha Cotopaxi Tungurahua Bolívar Chimborazo Cañar Azuay Loja 2'725.165 85.947 162.370 1'134.799 162.869 230.674 91.426 215.026 109.292 307.488 225.274 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 100 7365.683 77.238 132.442 V052.083 124272 198.425 71.248 157.151 86.528 265.050 201246 Costa Esmeraldas Manabí Los Ríos Guayas 2934.398 167.138 600.368 312.922 1597.060 256.910 100 100 100 100 100 100 2'634.151 142.969 507313 263393 V478.759 241.717 89^ 855 845 842 Amazónica Sucumbíos Ñapo Pastaza Morona Santiago Zamora Chinchipe 203.991 43.047 55.261 24.128 100 100 100 100 178570 38.339 47.156 20.664 875 44.725 100 36.830 100 Insular Galápagos Zonas no delimitadas 6.665 6.665 100 100 38.746 5'908.965 El Oro TOTAL Analfabeta % N8 863 359.482 8.709 29.928 82.716 38.597 32.249 20.178 57.875 22.764 42.438 24.028 89,9 81,6 92,7 763 86,0 77,9 73,1 792 862 893 % 132 10,1 18,4 7,3 23,7 14,0 22,1 26,9 203 133 10,7 300247 24.169 93.055 49.529 118.301 15.193 102 145 155 153 7,4 5,9 125 85,6 25.421 4.708 8.105 3.464 10,9 14,7 14,4 39215 87,7 5.510 123 33.1% 90,1 3.634 9,9 6.474 6.474 97,1 97,1 191 191 2,9 2,9 100 32.665 843 6.081 15,7 100 5217343 883 691.422 11,7 92,6 94,1 89,1 853 F U E N T E INEC, V Censo de Población y IV de Vivienda, 1990, Resultados Definitivos. ELABORACIÓN: F U N D E L A M 104 ANEXO N° 3 POBLACIÓN ANALFABETA DE 15 AÑOS Y MAS POR SEXO, SEGÚN REGIONES Y PROVINCIAS Masculino Femenino N» % Na % N» % 100.0 100/) 100,0 100,0 100,0 100,0 100/) 100/) 100,0 100/) 100/) 120.124 3.062 10.764 27566 12.456 10.509 7.666 19.451 7239 11.731 9.680 33,4 Imbabura Pichincha Cotopaxi Tungurahua Bolívar Chimborazo Cañar Azuay Loja 359.482 8.709 29.928 82.716 38597 32249 20.178 57.875 22.764 42.438 24.028 239.358 5.647 19.164 55.150 26.141 21.740 12512 38.424 15.525 30.707 14.348 66,6 64,8 64,0 66,7 67,7 67,4 62,0 66,4 Costa Esmeraldas Manabí Los Ríos Guayas El Oro 300247 24.169 93.055 49529 118.301 15.193 100/) 100/) 100/) 100/) 100/) 100/) 141.079 11.402 44.069 25.487 53.534 6587 47,0 159.168 12.767 48.986 24.042 64.767 53,0 52,8 52,6 25.421 4.708 8.105 3.464 5510 100/) 100/) 100,0 100/) 100/) 10.359 2.182 3251 1232 2.139 40,7 46,3 40,1 35,6 38,8 15.062 2.526 4.854 2232 3371 53,7 59,9 64,4 3.634 100,0 1555 42,8 2.079 572 191 191 100/) 100/) 82 82 42,9 42,9 109 109 57,1 57,1 6.081 100/) 3.087 50,8 2.994 492 691.422 100/) 274.731 416.691 603 Regiones y Provincias Sierra Carchi Amazónica Sucumbíos Ñapo Pastaza Morona Santiago Zamora Chinchipe Insular Galápagos Zonas no delimitadas TOTAL Total 352 36,0 33,3 32,3 32,6 38,0 33,6 31,8 27,6 40,3 472 47,4 515 45,3 43,4 39,7 0.6U6 682 72,4 59,7 485 54,7 56,6 593 612 FUENTE: INEC, V Censo de Población y IV de Vivienda, 1990, Resultados Definitivos. ELABORACIÓN: F U N D E L A M 105 ANEXO N 0 4 POBLACIÓN ANALFABETA RURAL DE 15 AÑOS Y MAS POR SEXO, SEGÚN REGIONES Y PROVINCIAS Regiones y Provincias N Sierra Carchi Imbabura Pichincha Cotopaxi Tungurahua Bolívar Chimborazo Cañar Azuay Loja 282.072 6.617 23.942 43.433 35.512 26.490 18.655 52.714 19.659 35.065 19.985 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 97.291 2.452 8.888 15.832 11.593 8.833 7.179 18.050 6257 9.956 8251 Costa Esmeraldas Manabí Los Ríos Guayas El Oro 195.168 18.642 71.080 38.982 59.086 7378 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 98.548 9.198 34.868 20.798 30226 3.458 22.014 Amazónica 3.857 Sucumbíos 7264 Ñapo 2.943 Pastaza 4.759 Morona Santiago Zamora Chinchipc; 3.191 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 100,0 9.115 1.825 2.943 1.078 1.887 1382 Insular Galápagos Zonas no delimitadas TOTAL Total 8 % Masculino N" % 31 31 34^ 37,1 37,1 36^ 32,6 333 383 342 31,8 28,4 413 503 493 49,1 53,4 512 46,9 41,4 473 403 36,6 39,7 433 Femenino N2 % 184.781 4.165 15.054 27.601 23.919 17.657 11.476 34.664 13.402 25.109 11.734 62,9 62,9 633 67,4 66,7 613 65,8 682 71,6 58,7 96.620 9.444 36.212 18.184 28.860 3.920 493 12.899 2.032 4.321 1.865 2.872 1.809 58,6 52,7 67 67 100,0 100,0 6.081 100,0 3.087 503 2.994 505.402 100,0 208.072 412 297.330 463 463 653 50,7 50,9 46,6 48,8 53,1 593 63,4 603 56,7 36 53,7 36 53,7 492 58,8 F U E N T E DMEC, V Censo de Población y IV de Vivienda, 1990, resultados definitivos. ELABORACIÓN: F U N D E L A M 106 ANEXO N° 5 POBLACIÓN ANALFABETA DE 15 ANOS Y MAS POR AREA, SEGÚN GRUPOS DE EDAD Grupos de edad Total 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64 65 y+ 33.695 40.718 46.508 52.860 60.509 63.753 63.969 65.591 55.955 60.809 147.055 9.845 11398 13.104 14590 15.947 16275 16.096 16.337 14.991 15.444 41.793 5,3 62 7,0 7,8 8,6 8,8 8,6 8,8 8,1 8,3 225 23.850 29.120 33.404 38270 44.562 47.478 47.873 49.254 40.964 45.365 105262 20,8 TOTAL 691.422 186.020 100,0 505.402 100,0 Urbana % Na Rural N» % 4,7 5,8 6,6 7,6 8,8 9,4 95 9,7 8,1 9fl FUENTE: INEC, V Censo de Población y IV de Vivienda, 1990, Resultados definitivos. ELABORACIÓN: F U N D E L A M ANEXO N° 6 POBLACIÓN ANALFABETA RURAL DE 15 AÑOS Y MAS POR SEXO, SEGÚN GRUPOS DE EDAD Masculino N° % Femenino % N» Grupos de edad Total 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 45-49 50-54 55-59 60-64 65y + 23.850 29.120 33.404 38270 44.562 47.478 47.873 49254 40.964 45.365 105262 11331 12.468 12.958 14553 16.881 18.787 19.149 20343 17274 19.418 44.910 55 6,0 62 7,0 8,1 9,0 92 9,8 8,3 93 21,6 12519 16.652 20.446 23.717 27.681 28.691 28.724 28.911 23.690 25.947 60.352 42 5,6 6,9 8,0 93 9,6 9,7 9,7 8,0 8,7 203 TOTAL 505.402 208.072 100,0 297330 100,0 FUENTE: INEC, V Censo de Población y IV de Vivienda, 1990, Resultados definitivos. ELABORACIÓN: FUNDELAM 107 ANEXO N 0 7 EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN ANALFABETA DE 15 AÑOS Y MAS, SEGÚN AREA Total Población analfabeta área Urbana Rural 945.044 770.606 691.422 158273 152298 186.020 786.771 618.308 505.402 Años censales 1974 1982 1990 Incremento/decremento absoluto _ área Urbana Rural Períodos intercerisales Total 1974-82 1982-90 1974-90 -174.438 -79.184 -253.622 -168.463 -112.906 -281369 Incremento/ decremento relativo área Urbana Rural Períodos intercerisales Total 1974-82 1982-90 1974-90 .5.975 33.722 27.747 -18,5 -10,3 -26,8 -21,4 -183 -35^ -33 22,1 17,5 F U E N T E INEC, Censas de Población 1974,1982,1990, Resultados Definitivos. ELABORACIÓN: F U N D E L A M ANEXO N° 8 TASAS PROMEDIO DE CRECIMIENTO ANUAL DEL ANALFABETISMO, SEGÚN A R E A Tasas Areas Total Urbana Rural 1974-1982 1982-1990 -2,52 -0,48 -2£7 -1,35 2,53 -2,49 F U E N T E INEC, Censos de Población 1974,1982,1990, Resultados Definitivos ELABORACIÓN: F U N D E L A M 108 ANEXO N 0 9 EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN ANALFABETA DE 15 AÑOS Y MAS, SEGÚN SEXO Años censales Población analfabeta 1974 1982 1990 Incremento/decremento absoluto Total 1974-82 1982-90 1974-90 -174.438 -79.184 -253.622 Períodos intercensales Masculina Femenina -91249 -30593 -121.842 -83.189 ^8591 -131.780 Incremento/decremento relativo Total 1974-82 1982-90 1974-90 548.471 465282 416.691 396.573 305.324 274.731 945.044 770.606 691.422 Períodos intercensales Femenina Masculina Total Femenina Masculina -18,4 -10,3 -26,8 -152 -10,4 -24,0 -23,0 -10,0 -30,7 FUENTE: INEC, Censos de Población 1974,1982,1990, Resultados Definitivos. ELABORACIÓN: F U N D E L A M ANEXO N° 10 TASAS PROMEDIO DE CRECIMIENTO ANUAL DEL ANALFABETISMO, DEL AREA RURAL SEGÚN SEXO Sexo Tasas Nacionales 1974-82 Masculino Femenino -322 -2,04 Rurales 1982-90 1974-82 1982-90 -1,31 -1,37 -3,65 -2,46 -252 -2,47 FUENTE: INEC, Censos de Población 1974,1982,1990, Resultados Definitivos. ELABORACIÓN: F U N D E L A M 109 ANEXO N 0 11 EVOLUCIÓN DE LA POBLACIÓN ANALFABETA DE 15 AÑOS Y MAS, DEL AREA RURAL, SEGÚN SEXO A ñ o s cen sales Población analfabeta 1974 1982 1990 Períodos Total Masculina Femenina 786.771 618.308 505.402 343.584 255.170 208.072 443.187 363.138 297.330 intercíensaies Incremento / decremento absoluto Total 1974-82 1982-90 1974-90 Masculina Femenina -88.414 -47.098 -135512 -80.049 -65.808 -145.857 -168.463 -112.906 -281.369 Períodos intercerisales Incremento/ decremento relativo Total 1974-82 1982-90 1974-90 Masculina Femenina -25,7 -18,1 -18,1 -32,9 -21,4 -18,3 -35,8 -185 -39,4 F U E N T E INEC, Censos de Población 1974,1982,1990, Resultados definitivos. ELABORACIÓN: F U N D E L A M ANEXO N° 12 ULTIMO GRADO AL QUE ASISTIERON Y APROBARON LAS INFORMANTES. Ultimo grado al que asistieron Primero Segundo Tercero Cuarto Ultimo grado que aprobaron Total Ninguno Primero Segundo Tercero Cuarto N» % N8 % NP % I *> % N 0 % N 2 % 77 100,0 55 71,4 22 28,6 42 100,0 33 78,6 9 21,4 25 100,0 21 84,0 4 16,0 3 100,0 2 66,7 1 33,3 TOTAL 147 55 55 30 Porcentaje 100,0 37,4 37,4 20,4 110 1 4,1 0.7 ANEXO N° 13 NUMERO DE VECES QUE LAS INFORMANTES REPITIERON, SEGÚN GRADOS N ú m e r o de veces Grados que repitieron Total Una Dos Tres 41 18 13 9 3 22 7 3 5 1 - Primer Segundo Tercero Cuatro Cinco ANEXO N° 14 EDAD A LA QUE INGRESARON LAS INFORMANTES AL CENTRO DE ALFABETIZACIÓN EDAD N° Menos de 15 años 15-19 20-24 25-29 30-34 35-39 40-44 4S49 50 y m á s 5 19 23 19 23 14 10 11 10 3,7 14,2 17,2 14,2 17,2 10,4 7,5 8,2 7,5 134» 100,0 TOTAL *No se consideran 11 casos que no respondieron. ANEXO N 0 15 ASISTENCIA DE LAS INFORMANTES A UN CENTRO DE ALFABETIZACIÓN, POR IDIOMA QUE HABLAN Idioma que hablan Asistencia a u n centro d e alfabetización Total Si No NP % Nfl % Ns Solo quichua Solo español Quichua y español 37 100,0 183 100,0 183 100,0 TOTAL PORCENTAJE 403* 100,0 8 72 65 21,6 39,3 353 29 111 118 145 258 36,0 64,0 78,4 60,7 64^ *No se consideran 12 casos que no respondieron. 111 ANEXO N11 16 NIVEL DE INSTRUCCIÓN DE LOS PADRES DE LAS INFORMANTES 1Padres Nivel de instrucción ]Madres NB % Ne % Ninguno Segundo ciclo Tercer ciclo Primero a tercer grado Cuarto a quinto grado Primaria completa NR/NA 302 1 40 7 11 54 72,8 88.0 13,0 365 1 14 2 3 30 TOTAL 415 100,0 415 100,0 0,2 9,6 1,7 2,7 0,2 3,4 0,5 0,7 7,2 ANEXO N° 17 NIVEL DE INSTRUCCIÓN DE LOS HERMANOS DE LAS INFORMANTES, POR SEXO Nivel de instrucción Hermanos Hermanas Total N" % N8 % 886 13 4 4 392 166 229 15 283 7 1 1 232 119 160 12 13,8 28,3 5,8 7,8 0,6 603 6 3 3 160 47 69 3 Ninguno Primer ciclo Segundo ciclo Tercer ciclo Primero a tercer grado Cuarto a quinto grado Primaria completa Primero a tercer curso Cuarto a sexto curso 2479 1240 60,3 1239 58,2 TOTAL 4188 2055 100,0 2133 100,0 112 0,3 0,0 0,0 11,4 0,3 0,1 0,1 7,5 2,2 3,2 0,1 ANEXO N° 18 NIVEL DE INSTRUCCIÓN DE LOS HIJOS DE LAS INFORMANTES, POR SEXO Nivel de instrucción Ninguno Primer ciclo Segundo ciclo Tercer ciclo Primero a tercer grado Cuarto a quinto grado Primaria completa Primero a tercer curso Cuarto a sexto curso Universidad TOTAL Hijos Hijas Total N° % N8 % 269 6 4 6 82 3 11,6 29,1 3 0,4 187 3 4 3 460 261 36,8 199 30,9 187 104 14,7 83 12,9 338 210 29,6 128 19,9 50 29 4,1 21 33 29 3 16 1 2,3 0,1 13 2 20 03 1352 709 100,0 643 100,0 0,4 0,5 0,6 0,5 ANEXO N 0 19 NIVEL DE INSTRUCCIÓN QUE LAS INFORMANTES DESEAN PARA SUS HIJOS Nivel de instrucción Hijas Hijos N» % N» % Primero a tercer ciclo de alfabetización Primer grado Segundo grado Tercer grado Cuarto grado Quinto grado Sexto grado Primer curso Segundo curso Tercer curso Sexto curso Carreras cortas Universidad 1 3 3 2 139 1 1 2 64 5 0,4 1,4 1,4 0,9 1,1 03 2,1 13 2,1 663 03 1,1 23 2 1 4 3 4 126 1 2 41 2 4 TOTAL 221 100,0 190 62,9 0,4 0,4 0,9 29,0 21,6 1,1 2,1 100,0 113 ANEXO N° 20 RAZONES POR LAS CUALES LAS INFORMANTES DESEAN QUE LOS HIJOS ESTUDIEN Hijos Razones -Conseguir o mejorar un trabajo remunerado -E3 estudio es importante -Aprend r una profesión - N o ser analfabetos c o m o sus padres -Aprender u n oficio -La mujer también necesita estudiar -Los varones necesitan el estudio para trabajar y sostener su familia -Para que eduquen a sus hijos -Hombres/mujeres tienen igual derecho para estudiar -Actualmente hombres y mujeres tienen que trabajar -Las mujeres necesitan m á s educación que los hombres -Otras TOTAL 114 Hijas N» % N» % 66 35 28 353 18,8 15,1 41 38 17 20,7 19,2 14 2 73 1,1 14 13 7,1 6,6 - - 11 5,6 9 - 4,8 - 9 43 - - 7 33 - - 7 33 32 17,2 5 36 18,2 186 100,0 198 100,0 8,6 23 ANEXO N° 21 POBLACIÓN RURAL ECONOMICAMENTE ACTIVA POR SEXO, SEGÚN RAMA DE ACTIVIDAD ECONÓMICA R a m a de actividad Agricultura, caza y silvicultura Explotación de minas y canteras Industrias manufactureras Electricidad, gas yagua Construcción Comercio al por mayor y menor, restaurantes y hoteles Transporte, almacenamiento y comunicación Establecimientos financieros, seguros, etc Servicios comunales, sociales y personales Actividades no bien especificadas Trabajador nuevo TOTAL PORCENTAJES Total N» Masculino % N° Femenino % NP 902.214 782.887 67,1 119.327 43,7 12.908 11.786 1,0 1.122 0,4 116.766 73567 6,3 42.899 15,7 2.540 65330 2.320 64307 0,2 5,5 220 1.023 0,0 0,4 79.155 51.470 4,4 27.685 10,1 29.694 28.930 2,5 764 03 5.554 4.245 0,4 1.309 0,5 183.589 115.897 10,0 67.692 24^ 30.755 11255 22.687 8.257 1,9 0,7 8.068 2.998 3,0 1,1 1'439.760 1166.653 100,0 273.107 100,0 100,0 81,0 19,0 FUENTE: INEC, V Censo de Población y IV de Vivienda, 1990, Resultados Definitivos. ELABORACIÓN: FUNDELAM 115 ANEXO N 0 22 POBLACIÓN FEMENINA RURAL ECONOMICAMENTE ACTIVA POR CONDICIÓN DE ALFABETISMO, SEGÚN RAMA DE ACTIVIDAD ECONÓMICA R a m a de actividad Agricultura, caza y silvicultura Explotación de minas y canteras Industrias manufactureras Electricidad, gas y agua Construcción Comercio al por mayor y menor, restaurantes y hoteles Transporte, almacenamiento y comunicaciones Establecimientos financieros, seguros, etc. Servicios comunales, sociales y personales Actividades no bien especificadas Trabajador nuevo Total NP Alfabeto N» % Analfabeto Na % 119.327 74275 35,5 45.052 70,6 1.122 844 0,4 278 0,4 42.899 36.353 17,4 6.546 10,3 220 1.023 199 818 0,1 0,4 21 205 0,0 0,3 27.685 23.655 11,3 4.030 6,3 764 748 0,4 16 0,0 1.309 1280 0,6 29 0,0 67.692 60.970 29,1 6.722 10,5 8.068 2.998 7.435 2.743 3,5 1,3 633 255 1,0 0,4 TOTAL 273.107 209.320 100,0 63.787 99,8 PORCENTAJES 100,0 76,6 23,4 FUENTE: INEC, V Censo de Población y IV de Vivienda, 1990, Resultados Definitivos. ELABORACIÓN: FUNDELAM. 116 ANEXO N° 23 POBLACIÓN RURAL ECONOMICAMENTE ACTIVA POR SEXO, SEGÚN CATEGORÍA DE OCUPACIÓN Categoria de ocupación Total N» Patrono o socio activo Cuenta propia Empleado o asalariado Trabajador familiar sin remuneración N o declarado Trabajador nuevo TOTAL PORCENTAJES Masculino Femenino N» N» % 5,5 74.101 687.858 451258 64.745 565.620 367.953 48,5 31,6 9.356 122238 83.305 125279 90.009 11255 92.177 67.901 8257 7,9 5,8 0,7 33.102 22.108 2.998 1'439.760 1'166.653 100,0 % 3,4 44,8 30,5 lil 8,1 1,1 100,0 273.107 100,0 81,0 19,0 F U E N T E INEC, V Censo de Población y IV de Vivienda, 1990, Resultados Definitivos. ELABORACIÓN: F U N D E L A M ANEXO N° 24 POBLACIÓN FEMENINA RURAL ECONOMICAMENTE ACTIVA POR CONDICIÓN DE ALFABETISMO, SEGÚN CATEGORIA DE OCUPACIÓN Categoría de ocupación Total N8 Alfabeta N» % Analfabeta N9 % Patrono o socio activo Cuenta propia Empleado o asalariado Trabajador familiar sin remuneración N o declarado Trabajador nuevo 9.356 122238 83.305 7565 84223 71.607 3,6 402 342 1.791 2,8 38.015 59,6 11698 18,4 33.102 22.108 2.998 23522 19.660 2.743 11,3 9,4 1,3 9.580 15,0 2.448 3,8 255 0,4 TOTAL 273.107 209.320 PORCENTAJES 100,0 100,0 63.787 100,0 76,6 23,4 FUENTE: INEC, V Censo de Población y IV de Vivienda, 1990, resultados Definitivos. ELABORACIÓN: FUNDELAM 117 ANEXO IM12 25 EDAD A LA QUE COMENZARON A TRABAJAR LAS INFORMANTES, POR OCUPACIÓN ACTUAL REMUNERADA Edad Ocupación actual Total Nfl % Jornalera agrícola 23 Artesana 32 Vendedora 15 Empleada doméstica 9 Jornalera agrícola y vendedora 4 Jornalera agrícola y artesana 14 Otras 11 TOTAL 108 9 ISP % 10-14 Na % 15-19 20 y + N» % ISP % 100,0 4 17,4 16 69,6 3 100,0 8 25,0 21 65,6 3 100,0 2 133 8 53,3 4 13,0 9,4 26,7 1 100,0 2 2y 3 33,3 3 33,3 1 11,1 100,0 1 25,5 1 25,0 1 25,0 1 25,0 100,0 3 21,4 10 71,5 1 7,1 100,0 2 18,2 7 63,6 2 18,2 100,0 22 20,4 66 61,1 17 15,7 3 6,7 2,8 ANEXO N 2 26 INGRESOS MENSUALES DE LAS INFORMANTES POR OCUPACIÓN REMUNERADA Ocupación Total remunerada ISP % Jornalera agrícola 10 100,0 Artesana 38 100/) Vendedora 14 100/) Empleada doméstica 7 100/) Jornalera agrícola y artesana 13 100/) Jornalera agrícola y vendedora 1 100/) Otras 17 100/) T O T A L 100 100/) 118 10.000 11.000- 21.000 31.000 41.000 51.000 20.000 30.000 40.000 50.000 y más NP % N 5 % N f i % N a % N» % N 8 % 1 10,0 4 40,0 - - 2 20,0 2 20/) 1 10,0 21 55,3 12 31,6 3 7,9 2 5,2 - - - - 1 7,2 4 28,6 3 21,4 6 42,8 2 28,6 2 28,6 2 28,6 1 14,2 - - - - 5 38,5 6 46,1 1 7,7 1 - - - 7,7 - 1 100/) - 1 5,9 6 35,3 8 47,0 2 11,8 - - 30 30,0 30 30/) 15 15,0 12 12,0 6 6/) 7 7/) ANEXO N° 27 DISPONIBILIDAD DE AGUA EN LAS VIVIENDAS DE LAS INFORMANTES Disponibilidad de agua A g u a potable o entubada dentro la casa. A g u a potable o entubada fuera de la casa. Río/acequia Pozo/vertiente Otros N.R. NP % 61 14,7 100 63 127 58 24,1 15,2 30,6 14,0 6 1,4 415 TOTAL 100,0 A N E X O N ° 28 DISPONIBILIDAD D E L U Z ELECTRICA E N L A S VIVIEN- D A S DE LAS INFORMANTES N» % Sí No NR 248 158 9 59,8 38,1 2,1 TOTAL 415 100.0 Disponibilidad de luz eléctrica ANEXO N° 29 DISPONIBILIDAD DE SERVICIO HIGIÉNICO EN LAS VIVIENDAS DE LAS INFORMANTES Tipo Servicio higiénico de uso exclusivo Letrina dentro de la vivienda Letrina ruera de la vivienda Ninguno N8 NR 3 94 29 273 16 TOTAL 415 % 0,7 22,6 7,0 65,8 3,9 100,0 119 ANEXO N° 30 FORMA COMO LAS INFORMANTES ENFRENTARON LA ENFERMEDAD DE UN FAMILIAR Formas N» % -Utiliza remedios casetos -Acude al puesto de salud -Acude al médico particular -Compra remedios en la botica -Acude al curandero -Acude al hospital -Otros 366 129 126 100 70 63 21 88,2 31,1 30,4 24,1 16,9 15,2 5,1 ANEXO N° 31 FAMILIARES DE LAS INFORMANTES QUE MURIERON POR FALTA DE ATENCIÓN MEDICA Familiares muertos N° % -Hijos -Hermanos -Padres -Esposos -Otros familiares ¡28 23 10 6 16 80,6 TOTAL 283 100,0 8,1 3,5 2,1 5,7 ANEXO N° 32 CAUSAS DE LA MUERTE DE LOS HIJOS DE LAS INFORMANTES Causas N» % -Vómito y diarrea -Tos, tosferina -Sarampión -Calentura, fiebre •Gripe, bronquitis -Convulsiones 10,2 •Ousas desconocidas 20 13 12 9 7 5 8 121 62,1 TOTAL 195 100/) •Otras 120 6,7 6,1 4,6 3;6 U> 4,1 ANEXO N° 33 PERSONAS QUE ATENDIERON A LAS INFORMANTES EN EL MOMENTO DEL PARTO POR IDIOMA Idioma Médico Total N8 Quichua y bilingües Español TOTAL % N8 % Personas Comadrona Familiares N8 % 199 53,8 5 33,3 69 51,9 171 46,2 10 66,7 64 48,1 N8 59 54 % o Sola vecinas N" % 52,2 66 60,6 47,8 43 39,4 3 70* 100,0 15 100,0 133 100,0 113 100,0 109 100/) * N o se consideran 45 casos que no respondieron. ANEXO N° 34 NUMERO DE ABORTOS DE LAS INFORMANTES, POR EDAD Edad delas informantes Número de abortos Total N8 % 20-24 años 25-29 años 30-34 años 35-39 años 40-44 años 45-49 años Uno 100,0 Tres Cuatro Cinco y más N8 % N8 % N8 % 5 5,1 5 7 7,1 7 6 6,1 3 10 10,2 3 12 12,3 2 11 1U 4 50-54 años 13 133 3 55ymásaños34 34,7 11 TOTAL 98 100,0 38 Porcentaje Dos 13,2 18,4 7,9 7,9 53 10,5 3 143 2 9ß 1 43 1 43 7,9 7 333 28,9 7 333 100,0 21 1003 38,8 21,4 3 3 5 N8 % N8% 17,6 17,6 293 1 8 3 1 10,0 3 25/) 3 30,0 1 103 1 8,3 2 203 6 353 7 58/4 3 303 17 100,0 12 100,0 10 100,0 173 123 10,2 121 ANEXO N° 35 NIVEL DE AUTONOMÍA EN LAS DECISIONES DE LAS INFORMANTES EN LAS ELECCIONES DE 1988 PARA PRESIDENTE DE LA REPUBLICA Niveles de autonomía en las decisiones Su esposo/companero, padre o hip le indicó por quién debía votar Ella votó por el candidato que su esposo/companero, padre o hijo votó Ella creyó que el candidato elegido era la mejor opción Otras N o responde TOTAL 122 N» % 63 30,7 6 2,9 84 33 19 41,0 16,1 9,3 205 100,0 ANEXO N° 36 1. OBJETIVOS D E L A INVESTIGACIÓN 1.1. Conocer la situación cuantitativa del analfabetismo en la población de 15 años y más, a nivel nacional, regional y provincial. 1.2. Indagar, en una muestra, la naturaleza y caracterización del analfabetismo en la mujer campesina, sus raíces y consecuencias, en lo que se refiere a educación, trabajo, salud, participación en organizaciones comunitarias y participación política. 1.3. Conocer en qué medida el analfabetismo de la mujer campesina constituye un factor de generación de bajos niveles educacionales y de analfabetismo en las familias de los estratos pobres de la zona rural. 1.4. Investigar el nivel de aspiraciones educacionales de la mujer campesina analfabeta y las posibilidades reales de superar esta condición. 1.5. Obtener algunas conclusiones que permitan extraer u n perfil aproximado de la mujer campesina analfabeta. 2. M E T O D O L O G Í A D E LA INVESTIGACIÓN 2.1. M U E S T R A El diseño muestral se basó en el método de conglomerados, con propósito y definición aleatoria. La utilización de este método se justificó en razón de resultar casi imposible la selección aleatoria de las mujeres analfabetas de 15 y más años14. Esta selección se dificultaba por la dispersión poblacional en la zona rural y la ausencia de listados completos con localización domiciliaria de los sujetos de interés de este estudio. Otro tipo de método habría implicado mayor tiempo para su realización y costos m u y elevados. N o intervino como criterio de muestreo la región; sin embargo, previamente a la conformación de la muestra, se realizó una selección intencional de seis provincias del país: cinco de la Sierra y una de la Costa15. 14 . Para el tratamiento unificado de las estadísticas de analfabetismo, el país viene utilizando c o m o límite inferior la edad de 15 años. 15 . La selección de estas provincias fue sugerida por la U N E S C O , a base de los datos del Censo de Población del año 1982, en el grupo de edad de 10 años y más. ' 123 La muestra quedó integrada por cuarenta conglomerados (comunidades), calculada al 15% de error admisible de un universo de 429 unidades de muestreo, mediante la siguiente fórmula16. PQxN n= E2 (N-l) +PQ K2 Donde: N: Conjunto, universo o población, definidos por una característica distinguible, n: T a m a ñ o de la muestra que se busca para cumplir la condición de representatividad. P Q : Constante que permite tomar en cuenta como base un cuartil de la población, es decir la proporción 0.25 x N . (N-l): Corrección paramétrica constante, para el cálculo de muestras grandes. E: Error máximo admisible para las inferencias. "E" varía entre 2% y 30%. K: Constante de variabilidad equivalente a 2. El cuadro N * 17 exhibe la muestra de conglomerados por provincias, cantones y parroquias (Anexo N f i 1). C U A D R O N 8 1 7 MUESTRA D E C O N G L O M E R A D O S Provincias Chimborazo Cotopaxi Cantones 1 Parroquias 2 2 Imbabura Comunidades 9 2 1 4 1 4 Cañar 1 1 8 Bolívar 1 1 5 Esmeraldas 1 5 10 Total 7 12 40 I6 . CIENES, Centro Interamericano de Ensenaza de Estadística. En: Flores O . Luis, 1982, pág. 210 y 211. 124 La selección intencional de los conglomerados no respondió a un criterio de estratificación de la población en indígena y no indígena, por el inconveniente de encontrar los indicadores que permitan delimitar las características de cada grupo y establecer con claridad sus diferencias. El número de entrevistadas en cada conglomerado obedeció a la asignación de u n a cuota de aproximadamente 70 por provincia, a excepción de Esmeraldas con 65, por los problemas d e acceso a las viviendas de las informantes, ocasionados por la época invernal. La muestra tuvo un total de 415 investigadas17. 1 2 TÉCNICAS E INSTRUMENTOS El estudio se desarrolló mediante u n diseño de investigación descriptiva, q u e necesitó de información primaria y secundaria. La primera fue obtenida mediante el trabajo de campo en las comunidades y la segunda, a través del análisis documental. En vista de que para la objetividad de la investigación el ubicar a las entrevistadas en los diversos niveles de analfabetismo presentaba ciertas dificultades, se trabajó con analfabetas absolutas, calificadas c o m o tales según el criterio de profesores y dirigentes de la comunidad; esto es, mujeres que, al m o m e n t o de la investigación, no sabían leer, escribir ni calcular en forma escrita. Esta condición fue verificada antes de iniciar la entrevista, al solicitar la lectura d e cualquier material escrito disponible. Para el trabajo de campo, la entrevista individual fue la técnica indicada. Se impuso la necesidad de q u e la investigadora obtenga las evidencias a través de una relación personal con las mujeres analfabetas incluidas en la muestra, para lo cual se dispuso de una guía de entrevista elaborada exclusivamente con este fin. Este instrumento contenía preguntas estructuradas, parcialmente estructuradas y sin estructurar, que otorgaron mayor flexibilidad a la investigadora según la naturaleza de la pregunta, afinde garantizar la veracidad y confiabilidad de la información. La guía de la entrevista, antes de ser aplicada definitivamente en la muestra, fue puesta a prueba en la población indígena y no indígena de dos comunidades de la provincia del Imbabura y en tres de la provincia del Tungurahua. Su aplicación permitió introducir los reajustes necesarios de contenido y forma. 17 Este criterio fue definido conjuntamente por U N E S C O , U N I C E F y F U N D E L A M , tomando en cuenta la asignación presupuestaria para este estudio. 125 Las unidades y variables d e la guía de entrevista se estructuraron en torno a los aspectos socio-económicos del analfabetismo y sus implicaciones. Unidad N " 1.- La mujer campesina analfabeta. Variables: -Edad -Estado civil -Idioma -Situación educacional -Actitud frente a la educación de sus hijos -Situación laboral -Migración -Situación de salud -Participación en organizaciones comunitarias -Participación en las elecciones presidenciales Unidad N a 2.- La familia de la mujer campesina analfabeta. Variables: -Núcleo familiar: • Sexo de los hijos •Edad • Nivel de instrucción -Situación educacional de los padres y hermanos de la entrevistada. El trabajo de campo estuvo a cargo de un equipo de tres investigadoras con amplia experiencia en programas de alfabetización y educación de adultos. U n a de ellas asumió la coordinación, por ser miembro permanente del Organismo responsable de realizar este estudio y por tener formación y experiencia en investigación social. N o obstante el nivel satisfactorio de competencia del equipo, sus componentes fueron capacitadas, a través de un cursillo dirigido por la Coordinadora, sobre el diseño de la investigación, sus objetivos, el propósito de cada ftem y las características del trabajo de campo. Esta actividad contó con el apoyo de un instructivo. Se prefirió la conformación de un equipo femenino para facilitar su acercamiento a las informantes y eliminar las barreras que podían haber surgido en caso contrario. El m i s m o equipo de trabajo cubrió la investigación de campo en las seis provincias de la muestra, aproximadamente en cinco semanas consecutivas. Este trabajo se pudo realizar en menor tiempo con mayor n ú m e r o de entrevistadoras, pero la ventaja de la decisión t o m a d a 126 respondió al propósito de enriquecer la experiencia del equipo en favor de la confíabilidad de la información obtenida. El trabajo directo en el c a m p o requirió de la coordinación previa con el personal del Departamento de Educación Popular y del Programa £2 Ecuador Estudia de las Direcciones de Educación de las provincias de la muestra, con el objeto de obtener información general sobre las condiciones geográficas y el apoyo logístico. Las entrevistadoras se apoyaron, también, en las cartas parroquiales del último censo de población, a cuyo interior se encontraban las comunidades seleccionadas. La relación con los líderes, autoridades civiles y especialmente con docentes de cada comunidad fue un paso siempre necesario y previo a la entrevista con las mujeres analfabetas. El análisis documental fue la técnica utilizada en la recopilación y el tratamiento de los datos estadísticos del analfabetismo, en general, y de la mujer en particular, tomados de los Censos de Población de 1974,1982 y 1990. 2.3. P R O C E S A M I E N T O D E L A I N F O R M A C I Ó N La información obtenida en las 415 guías de entrevista fue sometida al siguiente proceso de control de calidad, previamente a su tratamiento manual y electrónico. Se inició en el trabajo de campo con la revisión "in situ" a cargo de las entrevistadoras y de la Coordinadora del equipo, al término de cada jornada diaria, con el ñn de ir efectuando algunos ajustes técnicos de operación. U n control más riguroso de consistencia le correspondió realizar al personal técnico de F U N D E L A M asignado a este estudio, utilizando una tabla de criterios de limpieza preelaborada, que permitió asegurar coherencia, eliminar información no pertinente y procesar en forma manual las preguntas no estructuradas y parcialmente estructuradas. Una última instancia la ejercieron los técnicos de procesamiento electrónico, con aplicación a los ítems codificados mediante matrices de tratamiento simple y cruce de variables. 127 BIBLIOGRAFIA y otros, Ecuador: El mito del Desarrollo, Editorial del Conejo, ILDIS, Quito, Ecuador. ACOSTA, ALBERTO 1982 y otros, Mujer y transformaciones agrarias en la sierra ecuatoriana, C E P L A E S , Corporación Editora Nacional - INFOC - Quito, Ecuador. 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Introducción 11 2. 2.1 2.2 2.3 Situación cuantitativa del analfabetismo El analfabetismo desde el punto de vista geográfico El analfabetismo en la población femenina Evolución del analfabetismo 13 13 17 20 3. 3.1 3.1.1 3.1.2 3.1.3 Caracterización de la mujer campesina analfabeta 25 Educación 25 Nivel de analfabetismo 25 Participación en el Subsistema Escolarizado Regular 27 Causas de la marginalidad y abandono de la escuela 30 3.2 3.3 3.4 3.5 Participación en la educación d e adultos Problemas vinculados con su situación de analfabetismo Aspiraciones educacionales Niveles d e Instrucción d e la familia Trabajo Salud Participación en organizaciones comunitarias Participación en las elecciones presidenciales 35 39 44 49 53 64 71 80 4. Conclusiones 86 5. Anexos 101 Bibliografía 129 3.1.4 3.1.5 3.1.6 3.1.7 134