La institución ha ido adaptando sus funciones a los

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La Real Academia Española fue fundada en 1713 por iniciativa
de Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena, a imitación
de la Academia Francesa. Felipe V aprobó su constitución el 3 de
octubre de 1714 y la colocó bajo su "amparo y Real Protección".
Su propósito fue el de "fijar las voces y vocablos de la lengua
castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza". Se representó
tal finalidad con un emblema formado por un crisol en el fuego con la
leyenda Limpia, fija y da esplendor, obediente al propósito enunciado
de combatir cuanto alterara la elegancia y pureza del idioma, y de
fijarlo en el estado de plenitud alcanzado en el siglo XVI.
Para la celebración de su III centenario, se realizará una gran
exposición conmemorativa, titulada Real Academia Española: la
lengua y la palabra, que se podrá ver en la Biblioteca Nacional de
Madrid, en el último trimestre de 2013 y cuyos comisarios serán los
académicos Carmen Iglesias y José Manuel Sánchez Ron.
Manuscritos de la Gramática de Nebrija (dcha.); Milagros de Nuestra
Señora, de Gonzalo de Berceo (izda.) y Cantar de Mio Cid (abajo).
La institución ha ido adaptando sus funciones a los tiempos que
le ha tocado vivir. Actualmente, y según lo establecido por el artículo
primero de sus Estatutos, la Academia "tiene como misión principal
velar porque los cambios que experimente la Lengua Española en su
constante adaptación a las necesidades de sus hablantes no quiebren la
esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico".
El edificio que alberga en la actualidad la institución, situado en
la calle Felipe IV, fue construido especialmente para ella por el
arquitecto Miguel Aguado de la Sierra en unos terrenos del conjunto del
Buen Retiro cedidos por la Casa Real. La nueva sede se inauguró el 1 de
abril de 1894, con la asistencia de la regente María Cristina de
Habsburgo y el rey Alfonso XIII.
Por los 46 sillones de la Academia han desfilado escritores de la
talla de Miguel Delibes, científicos como Ramón y Cajal, nobles como
Jesús Aguirre, duque de Alba, clérigos como el cardenal Tarancón o
dibujantes como Antonio Mingote.
Entre sus publicciones se encuentran: Diccionario de la lengua
española, Diccionario panhispánico de dudas, Ortografía de la lengua
española, Nueva gramática de la lengua española y Gramática
descriptiva de la lengua española.
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