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SUPLEMENTO DE
EL CORREO GALLEGO
Domingo, 10 de agosto de 2014
“Nadie que
se haya
diferenciado
de la manada
ha pasado
desapercibido”,
apunta el
investigador
Ramón
Cacabelos,
presidente de
EuroEspes, al
que le gusta
definirse como
un obrero
amante de la
ciencia que
trabaja por el
bienestar y la
salud de las
personas
Nacido en Cambados, Ramón Cacabelos dice no aspirar a ser profeta en su tierra pero sí a darle lo mejor en términos de progreso científico y tecnológico
RAMÓN CACABELOS Catedrático de Medicina Genómica
“La medicina genómica
va a dominar la praxis
médica en años venideros”
texto Silvia Viqueira
Médico, investigador, científico, profesor, divulgador,
empresario... si tuviese que
definirse ¿cómo lo haría?
Soy un obrero de la ciencia y
un amante del conocimiento
que trabaja por el bienestar y la
salud de las personas. Esa es mi
vocación.
Tras haber sido profesor en
Santiago o la Complutense,
abandonó por propia voluntad
la universidad pública y se marchó a la privada para ocupar la
primera cátedra de Medicina Genómica de España en la
Universidad Camilo José Cela.
¿Cree que el modelo público
universitario e investigador
español está desfasado? ¿Siente
que a usted le ha negado algo?
Aunque me he educado en
Japón, donde pasé los mejores años de mi formación en el
departamento de Psiquiatría de
la Universidad de Osaka, estoy
muy agradecido a las personas
que influyeron en mi decisión
de volver a España. Toda mi
gratitud para el exrector Carlos
Pajares y el exdecano de Medicina Jesús Otero, que fueron los
artífices de mi venida a la Universidade de Santiago. Ambos,
además, fueron personas determinantes, en su momento, del
progreso y modernización de
esta universidad. También
estoy muy agradecido al profesor Francisco Rubia y al exrector Gustavo Villapalos, que
propiciaron mi ingreso en la
Universidad Complutense de
Madrid, tras aprobar la oposición correspondiente. En la universidad pública española están
los mejores profesionales, entre
otras cosas porque hasta ahora
tampoco tenían oportunidad
de estar en otra parte; pero la
situación está cambiando. La
universidad, igual que la política, necesita una profunda regeneración. Hay que pasar de la
meritocracia endogámica a un
auténtico mercado libre curricular, donde la competencia
limpia esté por encima de intereses viciados; hay que pasar de
una gestión pseudodemocrática a un modelo competencial
donde la excelencia
esté por encima de la
mediocridad; hay que
cambiar la rigidez
administrativa por la
flexibilidad
contractual. Algunas de estas
cosas son las que tiene
que implantar la universidad privada para ser competitiva. Yo me fui de la pública
cuando era un treintañero porque me aburría y porque aquellos valores en los que había
sido educado en Japón, como la
honestidad, el espíritu de progreso, la sana competitividad,
la cooperación, la solidaridad y
el respeto, no eran moneda de
cambio común en el ambiente
universitario; y volví a la universidad siendo un cincuentón
para crear la primera cátedra
de Medicina Genómica de España y para dirigir el Vicerrecto-
“Si tu conducta y obras
satisfacen a todo el
mundo, algo haces mal o
eres un pobre mediocre”
rado de Investigación y Ciencia
en la Universidad Camilo José
Cela con la intención de poner
en valor lo que debe ser una universidad moderna del siglo XXI.
Aunque preside las asociaciones española y mundial de
Medicina Genómica, además de
la nacional de Neurogerentología y Neurogeriatría, algunos
de sus colegas no han dudado
en cuestionar su labor, ¿a qué
achaca que se haya convertido en una persona que genera
controversia? ¿Basta utilizar
el poder de seducción, como le
achacan, para acceder a los cargos que ostenta?
Decía un amigo mío que no
hay peor amenaza que la lengua de un ignorante. En el
mundo real lo único que vale
son los resultados, no las artes
de seducción de los incapaces.
En la historia de la humanidad, nadie que se haya diferenciado de la manada ha pasado
desapercibido; por lo tanto, si
tu conducta y obras satisfacen
a todo el mundo, algo estás
domingo
haciendo muy mal o eres un
pobre mediocre camaleónico
que cambia la chaqueta cuando le conviene para tener contentos a todos; en cambio, si
mantienes una dirección definida y tus hechos generan división de opiniones, entonces lo
que haces tiene sentido porque al menos despierta la conciencia de los defensores y de
los detractores por igual. Ningún buen colega emite juicios
de valor sin conocimiento, y es
muy frecuente que tus peores
enemigos estén dentro de tu
sector o compartiendo techo;
pero también es corriente que
a todo cerdo le llegue su san
martín.
¿Y estima que a usted puede
considerársele profeta en su
tierra o, por el contrario, se le
valora más fuera?
No me gustan ni los tópicos ni
los profetas. No he pretendido
nunca ser profeta en mi tierra,
pero sí he querido dar lo mejor
a mi tierra en términos de progreso científico y tecnológico;
por eso decidimos crear el Centro de Investigación Biomédica EuroEspes en Coruña y no
en otro lugar de España, donde probablemente el respaldo
institucional hubiese sido más
noble. Sin embargo, la respuesta y capacidad de entendimiento de la gente de Galicia ha sido
excelente. Por otra parte, hoy
vivimos en una gran aldea global, que es el mundo, donde el
reconocimiento científico es un
premio que te otorga la comunidad científica internacional
que, en definitiva, es quien te
juzga y evalúa. A nivel nacional, hay entidades como la Aneca, del Ministerio de Educación
y Ciencia, que analiza nuestra
trayectoria profesional y acredita nuestro valor científico. A la
ciencia y a las personas no se las
debiera juzgar en las tabernas
o en las discusiones de sobremesa. En estos ambientes prevalece más el efecto etílico y la
opinión intoxicada que la razón.
Hace un año el grupo de investigadores del Centro Médico
EuroEspes, que usted fundó,
presentaba una vacuna contra
el alzhéimer que, a diferencia
de otras, además de ser preventiva es terapéutica, y confiaban
en iniciar en breve los ensayos
clínicos con humanos, ¿en qué
punto se encuentra de desarrollo actualmente?
Registramos la vacuna EB101
contra el alzhéimer en la Oficina de Patentes de Estados
Unidos en 2011 y presentamos
el primer trabajo científico
internacional en 2012. Desde
entonces han salido otras dos
publicaciones, confirmando los
efectos preventivo y terapéutico
Domingo, 10 de agosto de 2014
de esta modalidad
de inmunoterapia.
En la actualidad
estamos
completando los estudios
preclínicos y analizando diferentes
formas de administración. Hemos iniciado gestiones para
su venta a multinacionales del sector,
con el fin de que
asuman el alto coste de su desarrollo
clínico.
En estos momentos, se están investigando más de dos
decenas de vacunas
contra el alzhéimer.
La
competencia
supongo que será
un estímulo para
los investigadores
pero, al mismo tiempo, deja entrever
falta de colaboración e intercambio
de conocimientos
¿cuál es realmente
la situación?
En el entorno de
la industria farmacéutica existe una
terrible competición
por lograr algún tratamiento eficaz para
el alzhéimer, puesto
que los medicamentos disponibles son
de escasa eficacia y
pobre relación coste-beneficio. En este alto nivel
de competencia industrial, en el
cual las inversiones en desarrollo son millonarias, no es fácil
establecer convenios de colaboración. Esta guerra no la van a
ganar los mejores sino aquellos
que dispongan de mayor capacidad económica y poder inversor. Por ejemplo, los chinos son
los que mejores trabajos están
realizando, pero seguramente
serán las multinacionales de
Estados Unidos las que primero pondrán en el mercado una
nueva vacuna. Europa se ha
quedado atrás.
Ustedes también desarrollaron ya hace unos años una
tarjeta farmacogenética digital que permite personalizar el
tratamiento farmacológico.
¿cómo se explica que no se
generalice su uso? ¿Por qué
la comunidad médica y las
autoridades sanitarias no
muestran mayor interés?
La Tarjeta Farmacogenética EuroEspes fue el
primer producto que desarrollamos para que los médicos y los usuarios tuviesen un
instrumento útil que les permitiese saber qué medicamento
debían prescribir o qué medica-
Una vacuna contra el alzhéimer
y la tarjeta farmacogenética son
dos de los logros más conocidos
obtenidos por investigadores de
EuroEspes, radicada en Bergondo
mentos debían evitar. En España hay más de 6.000 personas
que disponen de esta tarjeta
y varias instituciones la han
adquirido para sus empleados
y ejecutivos. El interés por el
perfil farmacogenético de nuestra tarjeta ha hecho que en los
últimos tres años, al menos seis
laboratorios nacionales intenten hacer lo mismo con otros
formatos. La generalización
del uso de este tipo de producto
no es fácil por varios motivos:
genómica y la farmacogenómica son disciplinas muy modernas
cuyo conocimiento no
está al alcance de toda
la comunidad médica, a pesar de ser los
instrumentos
más
potentes con los cuales todas las especialidades médicas van a
afrontar el futuro; (c)
la información disponible en los prospectos
de los medicamentos es incompleta y
no ayuda al médico a
prestar atención sobre
aquellos fármacos con
especial repercusión
farmacogenética. Esta
situación se corregirá en los próximos 510 años porque tanto la FDA
americana como la EMEA
europea ya están recomendando a la industria farmacéutica
la incorporación de información farmacogenética tanto en
fármacos viejos como en productos de nuevo desarrollo. Al
mismo tiempo, en las facultades de Medicina estamos incorporando nuevos programas
educativos para que los futuros
médicos se familiaricen con la
Medicina Genómica que dominará la praxis médica en años
venideros.
¿Por qué no resulta rentable
la investigación médica siendo
la salud una prioridad básica?
En tiempos como los actuales
de crisis, ¿cómo se financia?
El tema es complejo. En
cualquier sociedad moderna la investigación médica
es un tema prioritario; y la
investigación científica y
técnica, en cualquier ámbito, es el principal motor
de progreso en una sociedad avanzada; por lo tanto,
debemos partir de la base de
que toda buena investigación es
rentable, entre otras cosas porque la investigación es fuente de
conocimiento y el conocimiento
“A nivel personal, mi
reto inmediato es irme a
pescar a la Ría de Arousa
y encontrar una sirena”
(a) la salud pública tiene otras
prioridades y otras necesidades
más urgentes, además de estar
sumida en una profunda crisis económica; (b) la medicina
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es la principal fuente de poder.
Sin conocimiento el dinero no
vale nada. Con la crisis económica se restringieron los presupuestos para investigación
tanto en el sector público como
en el privado, y ello está generando un importante retroceso
en nuestro poder competitivo como país. Obviamente, la
situación en otros países es
completamente diferente. China, Corea, Japón, Alemania,
USA y países emergentes como
Kazajistán, siguen manteniendo un nivel de inversión científica muy razonable. Pero lo
más importante es que los fondos para investigación deben
proceder en gran medida del
sector privado; y la desgracia
es que en nuestro país esos fondos son escasos y para colmo la
industria desconfía de la universidad porque no es competitiva, con lo que entramos en un
bucle desastroso. Necesitamos,
además de dinero, un profundo cambio de mentalidad. El
sector público debe entender
que depende del privado, vive
de los impuestos privados, y no
puede ser enemigo o denigrar
de lo privado; y esto no es un
problema de dialéctica política
entre un marxismo-leninismo
decadente y un neoliberalismo
delirante. Es un vulgar problema económico que se resuelve
con una ecuación de responsabilidad profesional: toda
inversión científica en medicina debe obtener algún retorno
que redunde en beneficio de la
sociedad. En este modelo no
cabe el parasitismo institucional, la investigación estéril, o la
incompetencia vitalicia.
¿Cuál establece como su reto
más inmediato?
Desde el punto de vista científico, estamos trabajando en
varios frentes: un nuevo producto para prevenir la muerte neuronal prematura en la
enfermedad de Alzheimer;
un nuevo bioproducto para
la enfermedad de Parkinson;
estamos explorando un segmento del genoma que podría
estar relacionado con la arteriosclerosis y el envejecimiento
tisular; y también estudiamos
nuevos genes potencialmente
involucrados en la seguridad y
eficacia de varios medicamentos para el ictus, las enfermedades del corazón y el cáncer,
con el fin de reducir efectos
secundarios y mejorar la eficacia de los medicamentos de
uso común en el tratamientos
de estas enfermedades. Desde un punto de vista personal,
mi reto más inmediato es irme
a pescar a la Ría de Arousa y
encontrar una sirena por fuera
de Sálvora.
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