PARA QUE LOS ESTADOS FINANCIEROS SE TENGAN COMO CERTIFICADOS, ES INDISPENSABLE QUE SE MANIFIESTE EXPLÍCITAMENTE POR PARTE DE LAS PERSONAS QUE LOS SUSCRIBIERON 1. El artículo 290 del Código de Comercio, establecía de manera sencilla que "El Balance Certificado es el suscrito con las firmas autógrafas del representante legal, del contador de la sociedad y del revisor fiscal, si lo hubiere". 2. Posteriormente el Decreto 2649 de 1993 en su artículo 33, con relación a los Estados Financieros certificados y dictaminados consagró que "Son estados financieros certificados aquellos firmados por el representante legal, por el contador público que los hubiere preparado y por el revisor fiscal, si lo hubiere, dando así testimonio de que ha sido fielmente tomado de los libros". "Son estados financieros dictaminados aquellos acompañados por la opinión profesional del contador público que los hubiere examinado con sujeción a las normas de auditoría generalmente aceptadas". 3. La Ley 222 de 1995 en su artículo 37, establece con relación a los estados financieros certificados que "El representante legal y el contador público bajo cuya responsabilidad se hubiesen preparado los estados financieros deberán certificar aquellos que se pongan a disposición de los asociados o de terceros. La certificación consiste en declarar que se han verificado previamente las afirmaciones contenidas en ellos, conforme al reglamento, y que las mismas se han tomado fielmente de los libros". (se resalta). Así mismo, el artículo 38 de la mencionada ley, define lo que se entiende por estados financieros dictaminados al estipular que son "...aquellos estados financieros certificados que se acompañen de la opinión profesional del revisor fiscal o a falta de éste, del contador público independiente que los hubiere examinado de conformidad con las normas de auditoria generalmente aceptadas..." En este asunto, es claro que solo se pueden dictaminar los estados financieros que han sido debidamente certificados y por lo tanto, el representante legal y el contador público que los preparó, deben necesariamente firmar dichos documentos y declarar "que se han verificado previamente las afirmaciones contenidas en ellos, conforme al reglamento, y que los mismos se han tomado fielmente de los libros". 4. Ahora bien, con el fin de ubicarnos dentro del entorno que conlleva las definiciones contenidas en los artículos 37 y 38 de la Ley 222 de 1995, en cuanto a los estados financieros certificados y dictaminados, debemos tener en cuenta el significado de las palabras CERTIFICAR, DECLARAR Y DICTAMINAR contenidas en el Diccionario de la Lengua Española: CERTIFICACIÓN: "Instrumento en que se asegura la verdad de un hecho". CERTIFICAR: "...dar por cierta alguna cosa". DECLARAR: "Manifestar o explicar lo que esta oculto o no se entiende bien". DICTAMINAR: "Dar dictamen". (Vigésima Edición 1984, Tomo I, Páginas 310, 444 y 494). 5. En la Circular Externa número 17 del 30 de octubre de 1997, que se refiere a los estados financieros certificados y dictaminados, en el punto tres, se manifiesta que con base en lo contemplado en el artículo 37 en cuestión, le corresponde al representante legal y al contador público, bajo cuya responsabilidad se preparó la información financiera, certificar los estados financieros. Así mismo, con relación al artículo 37 agrega que "...determina el alcance del concepto de CERTIFICACIÓN de estados financieros, al indicarnos que consiste en DECLARAR que se han verificado previamente las afirmaciones contenidas en ellos...". "En consecuencia, el representante legal y el contador público que preparó los estados financieros, deberán dejar consignada una manifestación expresa o certificar lo antedicho, declarando junto a su firma o en documento adjunto, que "han verificado previamente las afirmaciones contenidas en los estados financieros, conforme el reglamento, y que las mismas se han tomado fielmente de los libros..." (se resalta). 6. Sobre los estados financieros, es oportuno traer a colación la opinión del doctor Hernando Bermúdez, acerca de la gran importancia que reviste la denominada certificación, cuando expresa que "En la vida diaria muchos representantes legales y miembros de juntas directivas no se sienten responsables por los estados financieros que ponen a disposición de los socios y terceros. En donde hay revisores fiscales a éstos se asigna tal responsabilidad, conociéndose casos en los cuales olímpicamente dan traslado a este funcionario de las glosas que se les hacen a la información. Aquellos han olvidado que mediante tales estados rinden cuentas de su gestión y quienes lo eligen deberían saber que, en consecuencia, los administradores deberían estar capacitados para entenderlos y hacerse responsables de ellos..." "La ley ha recogido (artículo 37) el deber de certificación, que deberá ser cumplido en todos los casos en los cuales se ponga a disposición de asociados o terceros estados financieros, la cual consiste en garantizar su adecuada preparación y de otra parte, su registro en libros..." "Esta norma debe entenderse como un instrumento que amplifica el régimen de responsabilidad de los administradores y conectarse con las sanciones penales que la misma ley establece". (La Reforma al Código de Comercio - Ley 222 de 1995 - Cámara de Comercio y Colegio de Abogados Comercialistas-1996). Valga anotar que indiscutiblemente, los estados financieros certificados, tal como fueron consagrados en el artículo 37 de la Ley 222 de 1995, conlleva a que los representantes legales de las sociedades, actúen con verdadera responsabilidad, no sólo al suscribir junto con el contador de la sociedad los mencionados documentos, sino que dejen su constancia de manera explícita en el mismo o en nota anexa. 7. En este orden de ideas, podemos afirmar que para que los estados financieros se tengan como debidamente certificados, no basta con la sola firma del representante legal y del contador de la sociedad, sino que es indispensable que se manifieste explícitamente por parte de las personas que lo suscribieron, que el mismo ha sido comprobado de manera fehaciente y que los datos son fiel reflejo de lo contenido en los libros de comercio respectivos. En nuestro concepto, los estados financieros certificados son unos solos, independientemente del fin para el cual se soliciten, y por lo tanto no se puede, so pena de no tenerse como tales, prescindir de los requisitos que les fija la ley. (Oficio 340-45830 del 4 de agosto de 1998)