Estados financieros dictaminados Se recibió su escrito radicado en

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220-107153
Asunto: Estados financieros dictaminados
Se recibió su escrito radicado en este Despacho con el número 393,100-0, por medio del cual eleva la siguiente
consulta:
"En relación con el Balance General de una sociedad comercial legalmente obligada a tener Revisor Fiscal, en qué
casos es necesario el dictamen del respectivo Revisor Fiscal? Qué consecuencias legales genera la falta de dictamen,
afecta ello de algún modo la validez del Balance? Cuando el Revisor Fiscal ha certificado el correspondiente Balance
General en los términos del Artículo 37 de la Ley 222 de 1.995, es necesario también adicionar el dictamen de
aquél? Se afecta la validez de su Balance General cuando el Revisor Fiscal lo ha Certificado sin dictaminarlo o sin
anexar el correspondiente dictamen?"
Para responder sus interrogantes, es preciso determinar en primera instancia qué se entiende por estados
financieros certificados, y qué por estados financieros dictaminados:
Estados Financieros Certificados: De acuerdo con el artículo 37 de la Ley 222 de 1.995, "El representante legal y
el contador público bajo cuya responsabilidad se hubiesen preparado los estados financieros deberán certificar
aquellos que se pongan a disposición de los asociados o de terceros. La certificación consiste en declarar que se han
verificado previamente las afirmaciones contenidas en ellos, conforme al reglamento, y que las mismas se han
tomado fielmente de los libros."
Estados Financieros Dictaminados: prevé el artículo 38 que "Son dictaminados aquellos estados financieros
certificados que se acompañen de la opinión profesional del revisor fiscal o, a falta de éste, del contador público
independientemente que los hubiere examinado de conformidad con las normas de auditoría generalmente
aceptadas."
Aunque en su consulta alude únicamente al "Balance General", conviene precisar que existen varias clases de
estados financieros como se puede observar de la lectura del artículo 20 del Decreto 2649 del 29 de diciembre de
1.993 al prever que teniendo en cuenta las características de los usuarios a quienes van dirigidos o los objetivos
específicos que los originan, los estados financieros se dividen en estados financieros de propósito general y estados
financieros de propósito especial.
1. Estados Financieros de Propósito General se dividen en: a) básicos y b) consolidados.
Son estados financieros básicos: el balance general, el estado de resultados, el estado de cambios en el patrimonio,
el estado de cambios en la situación financiera y el estado de flujos de efectivo.
2. Estados Financieros de Propósito Especial, entre otros, según los términos del artículo 24 del decreto en
mención se encuentran: el balance inicial, los estados financieros de períodos intermedios, los estados de costos, el
estado de inventarios, los estados financieros extraordinarios, los estados de liquidación, los estados financieros que
se presentan a las autoridades con sujeción a las reglas de clasificación y con el detalle determinado por éstas y los
estados financieros preparados sobre una base comprensiva de contabilidad distinta de los principios de contabilidad
generalmente aceptados.
Como se señaló, existen diferentes clases de estados financieros pero no en todos los eventos se exige que los
mismos sean dictaminados.
Así por ejemplo en el artículo 37 de la ley 222 de 1.995, se puede observar que en términos generales, los estados
financieros que se presenten a los socios o a los terceros deben ser certificados, esto es que, el represente legal y
el contador público bajo cuya responsabilidad se hubiesen preparado, deben extender adjunto a los mismos la
declaración de que se han verificado previamente las afirmaciones en ellos contenidas conforme al reglamento y
que las mismas se han tomado fielmente de los libros.
Por su parte los artículos 41 y 46 de la misma ley, prevén que en qué eventos deben ser compulsados con el
respectivo dictamen, determinando dos eventos para el efecto: uno, cuando dichos estados financieros van dirigidos
a la cámara de comercio para su depósito correspondiente, creando la obligación tal solo en los casos de haber una
persona autorizada para tal efecto (Artículo 41); y otro, en el evento en que los estados financieros van a ser
presentados al máximo órgano social para su aprobación o improbación (Artículo 46)
De todas formas para la elaboración de estados financieros certificados o dictaminados, será necesario allanarse a
las exigencias y necesidades del destinatario, quien será en últimas, el que determine la obligatoriedad de su
presentación en una u otra forma. Vr. Gr., esta Superintendencia, con fundamento en el artículo 34 de la Ley 222
de 1.995 podrá solicitar a las sociedades sujetas a su inspección, vigilancia o control la preparación de estados
financieros de períodos intermedios dentro de la periodicidad que para tal efecto determine, los cuales según las
instrucciones impartidas al respecto mediante la Circular No. 15 del 24 de septiembre de 1.997, , deben ser
certificados o dictaminados, de conformidad con los artículos 37 y 38 de la ley 222 en comento, según sea el caso.
De otra parte, se pregunta si la ausencia del dictamen invalida los estados financieros, respecto de lo cual resultaría
oportuno dilucidar qué se entiende por invalidar, cuya acepción de acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española
quiere decir: "Hacer inválida, nula o de ningún valor y efecto una cosa, que es precisamente la connotación que le
da esta Entidad a los balances que adolecen de tal requisito. (Circular Externa 001, Feb.2 de 1.999, punto 8.3)
Pues bien, al faltar la certificación o dictamen de los estados financieros en oposición a las exigencias previstas por
ley o por un tercero, sencillamente habrá lugar a tenerlos por no recibidos o presentados como en efecto procede
esta Superintendencia que, ante similares circunstancias los rechaza sin ninguna otra consideración; además hay
que tener en cuenta que, según las voces del artículo 10 de la Ley 43 de 1.990, la atestación o firma de un
Contador Público en los actos propios de su profesión hará presumir, salvo prueba en contrario, que el acto
respectivo se ajusta a los requisitos legales lo mismo que a los estatutarios en el caso de personas jurídicas.
Tratándose de balances, se presumirá además que los saldos se han tomado fielmente de los libros, y que éstos se
ajustan a las normas legales y que las cifras registradas en ellos reflejan en forma fidedigna la correspondiente
situación financiera en la fecha del balance.
Por su parte el artículo 8º. De la misma ley determina que los Contadores Públicos están obligados, entre otras, a
actuar con sujeción a las normas de auditoría generalmente aceptadas, a cumplir con las normas legales vigentes,
como las disposiciones emanadas de los organismos de vigilancia y dirección de la profesión.
A su pregunta tendiente a establecer si no obstante haberse certificado el balance general por parte del revisor
fiscal en los términos del artículo 37 de la Ley 222 de 1.995, es requisito necesario el dictamen correspondiente,
debe precisarse, que los revisores fiscales no certifican sino que dictaminan, esto es, que emiten su juicio sobre el
trabajo de otros. El contador y el revisor fiscal de una compañía son personas diferentes, tienen funciones
diferentes, ya que a su vez no pueden ser juez y parte. Uno, (el contador), es el que prepara los estados financieros
junto con el representante legal y dan crédito de que las afirmaciones contenidas en los estados financieros se han
verificado previamente conforme al reglamento y que las mismas se han tomado fielmente de los libros. El otro
(revisor fiscal), es el que da su opinión profesional sobre los estados financieros. Ahora, si lo que se pretende es
conocer las consecuencias de la presentación de estados financieros sin dictaminar, la respuesta está dada
anteriormente; sí por ejemplo, el destinatario es la Superintendencia de Sociedades tratándose de la presentación
de estados financieros, de acuerdo con la Circular Externa No. 001 del 2 de febrero de 1.999, deben venir
certificados por el representante legal y el contador y dictaminados por el revisor fiscal de la sociedad (punto 7); y
tal y como lo dispone más adelante el punto 8.3, "Carecerán de validez oficial los estados financieros presentados
en medio magnético que no se acompañen del escrito mediante el cual el representante legal y contador certifican y
el revisor fiscal los dictamine, por lo que habría que determinar en cada caso particular, cuáles serían las
consecuencias que su ausencia acarrearía.
En los anteriores términos se da respuesta a su consulta y se le advierte que el alcance de la misma es el previsto
en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.
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