7. Factores que llevaron a la derrota de los imperios centrales. En este apartado trataremos de analizar las causas que hacen que los Imperios Centrales se hundan en el último momento de la guerra. Algunas son evidentes: derrotas militares, pero otras veces cuentan también los medios económicos y recursos de que disponían estos países que eran mucho menores que los del bando enemigo. Por si fuera poco el bloqueo económico al que la marina aliada sometió a los centrales hizo, además, que las penalidades de la población de estos países fueran insostenibles y produjeran una oposición creciente a la guerra. En el interior de Austria-Hungría, por añadidura, el sistema se resquebrajaba y una multitud de pueblos pedían abiertamente la independencia lo cual no contribuía a presentar un frente sólido contra el enemigo. Por si fuera poco, la entrada de Estados Unidos del lado de los aliados, con su enorme potencial económico y demográfico produjo un claro desequilibrio en el frente. 1. Los factores militares: las últimas operaciones y sus resultados. a) La situación bélica en 1917. El año 1917 fue tremendamente duro para los contendientes. En el aspecto militar se notaba un gran cansancio tras tres años de esfuerzo bélico ininterrumpido. La guerra en el frente occidental se había estancado en las trincheras y los intentos de salir de esa particular forma de luchar se veían abocados al fracaso en los dos bloques, era la confirmación de que las fuerzas a estas alturas estaban relativamente equilibradas. En abril los aliados habían iniciado una gran ofensiva en las proximidades de Reims para tratar de arrollar las líneas alemanas, terminó en fracaso, tras quince días Francia perdió 270.000 hombres y no logró mover el frente de forma significativa. Otro intento aliado en agosto, esta vez llevado a cabo por los británicos en Flandes, también se estrelló con la férrea defensa germánica, el balance aterrador: 400.000 ingleses muertos y 200.000 alemanes. Del lado de los Imperios Centrales, en el frente austriaco ese año las fuerzas imperiales se impusieron a las italianas en la batalla de Caporetto, 7. Factores que llevaron a la derrota de los Imperios Centrales. donde quedaron medio millón de italianos, no obstante, y a pesar del triunfo, el Imperio Austro-húngaro estaba al borde del colapso. Sólo en un frente secundario como fue Oriente Próximo las potencias aliadas tuvieron éxito, las posesiones turcas en los países árabes cayeron en sus manos (Palestina, Irak, Siria…) Pero este año trae dos novedades importantes: la salida de Rusia de la guerra tras el triunfo de la revolución bolchevique, y la entrada en el bando de los aliados de Estados Unidos. Estas novedades tendrán unas consecuencias decisivas. A continuación analizaremos la primera de ellas, la segunda queda reservada para otro apartado. b) 1918, el año decisivo. La ofensiva final de Alemania. La retirada rusa de la guerra significó para Alemania el fin de la pesadilla del plan Schlieffen, es decir, la enorme dificultad de tener que luchar simultáneamente en dos bandos: el frente oriental contra Rusia, y el occidental contra Francia y Gran Bretaña. En marzo de 1918 se concretó de manera oficial la retirada de los bolcheviques en el tratado de Brest-Litovsk, por ese acuerdo los soviéticos eran duramente castigados y quedaban rodeados de todo un rosario de países hostiles a modo de cordón sanitario para intentar evitar la propagación de la peste comunista: Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Ucrania y Armenia. Tras la eliminación del frente oriental Alemania reactivó el occidental, y debido al desequilibrio favorable a este país, se intentó poner punto y final a la guerra con una ofensiva demoledora, definitiva. El tiempo apremiaba pues la situación interna en Alemania y, sobre todo, en Austria-Hungría era muy preocupante; por otro lado la intervención americana era a estas alturas inminente. El encargado de ejecutar el golpe final era el general Ludendorf y era consciente de que se jugaba el todo o nada. Con un grueso de tres millones y medio de soldados, un millón de ellos procedentes del frente ruso, decidió atacar un frente de 50 kilómetros en la zona del Somme, en las proximidades de San Quintín a finales de marzo, el objetivo 2 7. Factores que llevaron a la derrota de los Imperios Centrales. final era romper la defensa francesa y tomar París. 47 divisiones iniciaron el ataque, pero era un señuelo, pretendía atraer a las fuerzas enemigas a ese punto para disimular el principal ataque que pensaba dar al norte de Ypres en la zona de Flandes, y así debilitar al ejército aliado frente al ataque final. La táctica empleada era nueva, consistía en ataques rápidos y ágiles a los puntos débiles del enemigo, evitando el ataque frontal, con ello se volvía a la guerra de movimientos de los tres primeros meses de la guerra. Los resultados iniciales fueron espectaculares, consiguieron avanzar 65 kilómetros. Pero al final los aliados con el apoyo efectivo de las fuerzas estadounidenses, contuvieron la ofensiva. El resultado fue el agotamiento alemán y que Ludendorff tuviera que olvidarse del ataque en Flandes. A cambio de atacar Flandes, lanza un ataque improvisado y desesperado en el Marne con el objetivo de tomar rápidamente París, pero las fuerzas de Foch resistieron el empuje y pasaron a la ofensiva, es el principio del fin, el ejército alemán está agotado, ha llegado al límite. La contraofensiva aliada. La debilidad alemana en estos momentos es manifiesta. Los aliados lo saben y a partir de este momento llevarán siempre la iniciativa, dando a probar a los alemanes su propia medicina, es decir, una presión inmensa, golpes rápidos y ágiles en puntos débiles… y añadiendo una especial coordinación entre los tanques, la infantería y la aviación. Ferdinand Foch, artífice de la defensa francesa se convierte, además, en el jefe de todas las fuerzas aliadas. El retroceso alemán era evidente conforme aumentaba la presión aliada y el incremento de las fuerzas americanas, entre julio y principios de agosto los aliados recuperaron todo el terreno perdido por la ofensiva de Ludendorff. Entre mediados de agosto y principios de septiembre, las líneas alemanas habían sido rotas en varios puntos, un repliegue para montar una barrera defensiva más atrás sólo consiguió retrasar lo inevitable, el colapso alemán. El máximo jefe de las fuerzas alemanas es consciente de la imposibilidad del triunfo, el 29 pide al káiser la formación de un gobierno de amplia base parlamentaria para negociar la paz antes de que se produjera el colapso total. El 11 de noviembre y tomando como base los 14 puntos de Wilson, el ejército alemán pidió el armisticio en el bosque de Compiegne. Simultáneamente se producía también el hundimiento austriaco ante un doble empuje: los italianos por el oeste y el resto de los aliados desde el sur. Poco antes también se habían hundido Turquía y Bulgaria. Como conclusión diremos que los aliados utilizaron una estrategia mucho más flexible que los imperios centrales, y que dispusieron de una superioridad material evidente a finales de la guerra. Gran importancia hemos de dar también a la utilización masiva de los tanques por parte de los aliados, cosa que no hizo en el mismo grado el ejército alemán. También señalaremos el papel clave del dominio del mar por las potencias aliadas, esto generaba un bloqueo económico efectivo al enemigo y la posibilidad de abastecerse sin problemas de recursos y tropas traídos de las colonias o de cualquier otro lugar. 3 7. Factores que llevaron a la derrota de los Imperios Centrales. 2. La situación interna de los Imperios Centrales. El trascurso de la guerra produce un agotamientos progresivo en ambos bloques, tal y como hemos citado anteriormente, si bien ese cansancio era más acusado en los Imperios Centrales. De la euforia y oleada patriótica de los inicios del conflicto, se había pasado a una oposición creciente por parte de la población civil, eso era común a todos los contendientes, si bien, debido al bloqueo naval y las penurias de la población civil produjeron que estos movimientos de rechazo fueran especialmente significativos en Alemania, Austria-Hungría, Turquía o Bulgaria. En Alemania crece el antimilitarismo y la oposición a la guerra principalmente en los movimientos de izquierda, es famosa la postura de los espartaquistas, llamados así por el título de una de sus publicaciones, dirigidos por Liebnescht y Rosa Luxemburg. La postura ante el conflicto produce fuertes tensiones en el seno del SPD o Partido Socialista, enfrentándose los sectores partidarios de mantener el esfuerzo bélico y los que se oponían radicalmente a la guerra. El partido del Centro, donde se aglutinan los católicos alemanes, ve crecer también la oposición a la contienda, este partido logra la caída del canciller Bethmann-Hollveg. Fuera de los partidos la postura de la gente de a pie era de descontento creciente ante la carestía y la escasez, produciéndose de vez en cuando, y de forma cada vez más creciente motines y levantamientos que son duramente reprimidos. Incluso dentro de la flota hay algún conato de insubordinación. Por último, las repercusiones de la revolución rusa son importantes, entre el 28 de enero y el 3 de 1918 de febrero se produce un paro general de un millón de obreros contra la guerra. En este contexto Ludendorff sabe que tiene que darse prisa en lanzar la ofensiva final pues las revueltas internas amenazaban con hacer saltar por los aires a los antiguos imperios. En el Imperio Austro-húngaro la situación es todavía más explosiva, desde 1917 se encontraba al borde del colapso, de ahí el intento del nuevo emperador Carlos de sondear tratados de paz con Francia, si se mantenían era debido al apoyo alemán, y Alemania era consciente de las enormes dificultades que atravesaba el imperio de los Habsburgos. Pero con ser muy importante la situación económica el problema más grave que tenía que afrontar el gobierno de Viena era el problema de las distintas naciones que formaban el imperio y que ahora, en momento de suma debilidad de éste, reclaman abiertamente la independencia. Si al principio de la guerra una oleada patriótica barrió momentáneamente la ola de particularismo regionales, la continuación de ésta y el apoyo decisivo por parte de los aliados hacia los distintos movimientos nacionales para debilitar al gobierno central, hicieron peligrar, más que las bombas enemigas, la integridad territorial del Estado. En el exilio existía, con apoyo de la Entente, el Comité Sudeslavo que pretendía la integración en Serbia de las zonas pobladas por croatas y eslovenos, es decir, lo que después de la derrota de Austria-Hungría se llamaría Yugoslavia. El nacionalismo checo también había creado un Consejo Nacional Checo en París, y abiertamente, en el parlamento de Viena, clamaban por la independencia. 4 7. Factores que llevaron a la derrota de los Imperios Centrales. La Polonia dependiente de Austria y dirigida por Pilsudski hace saber al gobierno central su intención de independizarse del imperio y unirse a la Polonia ex rusa y a la Polonia alemana para formar un estado independiente, cosa que logró en gran medida tras la derrota del Imperio. Ante esta situación el emperador Carlos, que sube al trono en 1916 tras la muerte del anciano Francisco José, reabre en 1917 el Parlamento, los distintos grupos nacionales claman por la independencia y por la consiguiente creación de estados separados, la propuesta del emperador de crear un estado federal llegaba ya demasiado tarde. Parece que la agitación nacionalista estaba en relación directa con el descontento por el racionamiento y las protestas, es decir, los movimientos nacionalistas encontraban muchos adeptos en esta época tan turbulenta, el señuelo de la independencia de las distintas naciones era sinónimo de solución de todos los problemas. En el caso concreto de Hungría, confederada con Austria desde el augleich o compromiso de 1867, también se daban problemas, había trascurrido cincuenta años y según el acuerdo había que renovarlo en 1917, aunque el parlamento húngaro estaba de acuerdo en principio, se pospuso para más adelante la decisión. Cuando se decida ya será en 1918 y en un sentido contrario, una vez que la derrota definitiva era más que evidente. 3. El fin de la guerra en Bulgaria y el Imperio Turco Otomano. En Bulgaria el colapso fue también brusco, en 1917 se habían producido contínuos motines. La presión de los aliados desde el sur fue detenida por poco tiempo, el hundimiento, a pesar de intentar el ejército búlgaro una retirada ordenada, se precipitó, las tropas se morían de hambre y nada les importaba ya la guerra. Estas tropas famélicas precipitaron los acontecimientos y marcharon sobre Sofía donde proclamaron la república aunque fueron derrotadas por batallones leales al rey Fernando con apoyo austro-alemán, estamos en septiembre de 1918. Pero la realidad se impuso y el primer ministro negoció el armisticio el 29 de septiembre y forzó el exilio del rey. En el Imperio Otomano ya vimos como durante 1917 iba desapareciendo su dominio sobre los países árabes, los turcos sólo se mantenían firmes en Damasco donde las tropas de Mustafá Kemal lograron aguantar hasta el día 1 de octubre, Alepo cayó el 25. La situación era desesperada, habían sido derrotados en todos los frentes, el descontento popular era creciente y era imposible lograr apoyos para seguir con la guerra. Al final capitularon el día 30 de octubre en la isla de Mudros en una situación donde los británicos avanzaban hacia Estambul a través de Anatolia sin encontrar casi resistencia. 4. El frente económico. Las operaciones militares, que a principios de 1918 no hacía prever un desenlace tan inesperado, no hacían justicia a la realidad, a una realidad que acabó por 5 7. Factores que llevaron a la derrota de los Imperios Centrales. imponerse: en el frente económico era muy superior la posición de los aliados. Los imperios centrales estaban mucho más próximos al agotamiento que sus rivales, y eso que en sus territorios no se había desarrollado la guerra. La causa fundamental era su inferioridad naval, los aliados, ya lo vimos, les impusieron un severo bloqueo económico que les estrangulaba económicamente, éstos tenían que autoabastecerse; si a eso unimos la falta de brazos para la agricultura, comprenderemos la situación de penuria extrema en la que vivía gran parte de la población y las consecuencias que eso tendría: protestas, levantamientos... Por si fuera poco, la producción de trigo en Alemania en 1918 se había reducido casi a la mitad de la cosecha de 1913, otros productos imprescindibles como los combustibles escaseaban de manera evidente. Aunque protestas y racionamiento existían también en el otro bloque contendiente, las condiciones de vida eran mucho mejores que en el bloque de los viejos imperios. Estaba claro que en el frente económico Alemania y sus aliados habían perdido la guerra a principios de 1918. Si a esto añadimos la intervención norteamericana, con un enorme potencial industrial y demográfico, tendremos una visión justa de lo desequilibrada que estaba la balanza a favor de los aliados en el aspecto económico. Cierto que antes de la entrada de EEUU en el conflicto ya había apoyado masivamente a los aliados con material bélico, productos de primera necesidad, abundantes créditos, en mucho mayor grado que a los imperios centrales, con la declaración de guerra a Alemania el enorme peso de ese país caía del lado de los aliados. Los gastos de guerra aliados excedieron a los de sus adversarios en casi dos veces y media. 5. El papel de Estados Unidos. a) La postura inicial de neutralidad. La postura inicial del presidente Wilson fue de mantener la neutralidad en el conflicto europeo, su idea era apoyada por mucha gente y seguía la línea del tradicional aislamiento de la política exterior americana. Al igual que otros países neutrales, su población sí mostraba sus preferencias, en función de su lugar de procedencia: los de origen irlandés eran antibritánicos, los de origen germano eran partidarios de los Imperios Centrales… pero predominaba una gran ola de simpatía hacia Gran Bretaña, un país al que EEUU se sentía muy próximo, Gran Bretaña y Francia representaban la democracia, aun cuando en su bando estuviera la autocracia zarista de antes de 1917. Aunque el país permanecía neutral, la banca privada proporcionó a los gobiernos aliados un gran número de créditos. b) Alemania, la guerra submarina y el cambio de actitud de Estados Unidos. Durante la etapa anterior Alemania se había esforzado por mantener a EEUU al margen del conflicto, el país germano cambiará de actitud y, como Estados Unidos proporcionan un balón de oxígeno a sus aliados, intentan evitar el aprovisionamiento de Gran Bretaña a través de la guerra submarina. El 1 de febrero se impone una guerra total bajo la superficie del mar, Alemania declara que cualquier barco en el Mediterráneo o 6 7. Factores que llevaron a la derrota de los Imperios Centrales. en las proximidades de las Islas Británicas puede ser hundido por sus torpedos. Este cambio de estrategia fue impuesto por el gobierno alemán dominado por los militares con la intención de hundir a Gran Bretaña al dejarla aislada, para ello se minimizó el riesgo de que Estados Unidos entrara en la guerra, se calculaba que cuando quisiera llegar a Europa el conflicto habría acabado con un triunfo alemán. Esta guerra se mostró muy efectiva, en febrero los submarinos alemanes hunden 548.000 toneladas de barcos, en abril ya son 874.000, Londres se sentía aterrorizado. Tal y como preveía Alemania, el hundimiento de varios barcos americanos produjo un cambio de actitud en ese país, decantándose el presidente Wilson por declarar la guerra a Alemania, contaba para ello con un entusiasta apoyo que el Congreso concedió el día 6 de abril. A estos motivos hemos de añadir el famoso telegrama Zimmermann interceptado por los británicos y dirigido por los alemanes a México, en él se prometía a este país los territorios que Estados Unidos le había arrebatado a lo largo del siglo XIX, con la intención de crear un frente que detuviera en el continente a las tropas de Washington. Por cierto, la guerra submarina fue neutralizada con la utilización de minas submarinas, cargas de profundidad, reconocimientos aéreos y, sobre todo, por viajar los barcos mercantes con buques de guerra provistos de bombas antisubmarinos, Estados Unidos puso parte de su flota en estas misiones de protección. c) La participación de Estados Unidos en la contienda. Una vez que se produzco la declaración de guerra se le dio a Estados Unidos un tiempo prudencial para prepararse. De los 130.000 soldados de que disponía en 1916, llegó con el reclutamiento a 3,5 millones, una cifra verdaderamente impresionante, si a esa cifra sumamos el número de marineros tenemos los 4 millones de combatientes. Por otro lado la marina de guerra pasó de un millón de toneladas a 10 millones. Estaba claro que el peso específico de esta máquina de guerra produciría un desequilibrio a favor de los aliados. En lo económico, el propio gobierno federal, proporcionó a los aliados europeos un crédito de 10.000 millones de dólares para continuar el esfuerzo bélico. La industria y la agricultura del país, que se habían beneficiadote la venta de productos a los aliados, ahora detienen la producción civil para centrarse en la producción de guerra: cañones, aviones… y alimentos sobrantes para el frente europeo. Desde el punto de vista estrictamente militar la contribución Estados Unidos fue más discreta, las fuerzas dirigidas por el general Pershing llegaron a Europa cuando faltaban cuatro meses para el final de la guerra, aunque participaron activamente en las ofensivas finales podemos decir que de cada cien disparos de artillería de los aliados, 51 eran franceses, 43 británicos y, tan solo, 6 americanos. También tuvieron menos bajas que cualquiera de los países contendientes en una de las batallas más significativas: 300.000. En definitiva, fueron más las reservas materiales de Estados Unidos las que desequilibraron la balanza, de haberse prolongado el conflicto hubiera sido mucho más decisivas las fuerzas americanas. 7