4. Los ámbitos de ejercicio del poder social.

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Calduch, R.- Relaciones Internacionales.- Edit. Ediciones Ciencias Sociales. Madrid, 1991
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todos los actores sociales que participan de esa relación. En otras palabras, una
relación de poder social se articula como la resultante dialéctica de las dinámicas de
poder de sus actores sociales.
En términos generales, los actos de poder social dan origen a tres formas de
relación: la cooperación, el conflicto y la asociación. Las tres nacen del poder social,
pero existen notables diferencias entre ellas. Es importante subrayar, en contra de una
creencia muy generalizada, que el ejercicio del poder social no conduce siempre a una
relación de conflicto, y mucho menos a una situación de conflicto violento. Las
relaciones de cooperación o asociación son también posibles gracias a la existencia
de distintos grupos capaces de ejercer su poder con el fin de colaborar o asociarse
con otras colectividades. 25
4. Los ámbitos de ejercicio del poder social.
El poder de una sociedad puede ejercerse, y habitualmente se ejerce, en dos
contextos diferentes: el nacional o el internacional. La existencia de diferencias en
cuanto a las causas, formas y efectos del ejercicio del poder social, en cada una de
estas esferas, no permite presumir una desconexión entre ellas. Ni tan siquiera cuando
abordamos el estudio de esa parte del poder social constituida por el poder del Estado.
Entre estos dos ámbitos de ejercicio del poder social existen recíprocas
influencias y condicionamientos. En efecto, el poder ejercido en el seno de una
sociedad constituye la base indispensable para que pueda organizar y movilizar sus
capacidades en orden a ejecutar sus actos de poder respecto de otras sociedades, es
decir, para proyectar su poder en el contexto internacional. De modo semejante, la
evolución en las relaciones internacionales de poder provocará modificaciones en los
medios y actos de poder, desarrollados en el ámbito interno (nacional) de esa
sociedad.
Las sociedades, al igual que los individuos, han ido transcendiendo
históricamente sus localismos y su aislamiento. En la medida en que han evolucionado
y se han intensificado las relaciones entre las distintas sociedades, el ámbito
internacional de ejercicio del poder social ha experimentado una progresiva
ampliación, aumentando su importancia e influencia sobre el ámbito nacional. Esta es
una de las razones por las que cada vez resulta más difícil disociar la política exterior y
la política interior de los Estados. 26
25
.- Resulta chocante la posición sostenida por Knorr, quien admitiendo la existencia de unas relaciones
(interestatales) de cooperación, conflicto o indiferencia, sostiene que: “En términos analíticos, el poder es
relevante sólo cuando las relaciones interestatales son conflictivas, no cuando son cooperativas (o
indiferentes). Pero la influencia no sólo tiene peso en situaciones de conflicto, sino que también puede
tenerlo en el establecimiento, el mantenimiento y la expansión de una empresa cooperativa. Silo tiene, no
es sin embargo una influencia derivada del poder”.
KNORR, K.E.- op. cit.; pág. 25.
26
.- En este mismo sentido Marcos Kaplan ha escrito: “Es necesario por tanto, en mi opinión, que el
análisis no mantenga, antes al contrario reduzca al mínimo posible o suprima totalmente la disociación
analítica entre la esfera interna de los Estados-naciones y la esfera del sistema internacional, tomand en
consideración que entre ellas existen diferencias cuantitativas y no cualitativas, vínculos y no una
solución de continuidad, y restableciendo la imbricación e interacción de la dinámica interna y la
dinámica exterior.”
KAPLAN, M.- “La structure du pouvoir dans les relations internationales”.- Revue Internationale des
Sciences Sociales; vol. XXVI, nº 1 (1974); pág. 105.
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De las ideas precedentes cabe deducir el concepto de poder internacional,
entendiéndolo como la expresión del poder social interno, el de cada grupo o
sociedad, en un marco social exterior y diferenciado, que es la sociedad internacional.
Desde luego, las relaciones de poder en el ámbito internacional (poder
internacional) presentan diferencias de las que se desarrollan en el ámbito nacional,
pero ello se debe fundamentalmente a los condicionamientos y particularidades que
existen de elementos sustancialmente diferenciables entre los procesos de poder
desarrollados en los dos ámbitos señalados.
5. Elementos característicos del poder internacional.
La proyección del poder social en el contexto internacional (poder
internacional), nos muestra varios elementos característicos:
1. Es un poder directa y fundamentalmente ejercido por grupos sociales
Las relaciones de poder en el mundo internacional nacen de, y se desarrollan
entre, grupos humanos y/o sociedades que constituyen directamente los auténticos
protagonistas de la sociedad internacional.
Para que un grupo humano, que por el simple hecho de serlo manifiesta unas
relaciones de poder entre sus propios miembros, sea capaz de ejercer un cierto
protagonismo en las relaciones internacionales, es imprescindible el cumplimiento de
dos condiciones.
Primero, que posea una mínima autonomía para proyectar su poder hacia el
exterior, hacia el campo de las fenómenos internacionales. En segundo término, que
ejerza su poder a través de relaciones internacionales significativas para el conjunto
de la sociedad internacional.
La autonomía de poder hacia el exterior que ostenta una sociedad existe desde
el momento mismo en que es capaz de ejercer un cierto poder social de un modo
directo y sin mediación en alguna parcela de las relaciones internacionales.
Por el contrario, cuando un grupo humano se encuentra mediatizado por otros
grupos sociales en el ejercicio de su poder en todos los campos de sus actuación
exterior, dicha colectividad carece de autonomía, y por consiguiente no puede
convertirse en un actor con poder internacional.
También habrá que tener presente que aun cuando un grupo pueda ejercer de
modo autónomo su poder en el exterior, si las actuaciones que realiza o las relaciones
en las que participa resultan irrelevantes para la estructuración y dinámica de la
sociedad internacional, nos permitirá . excluirlo del análisis.
En línea con lo apuntado, la consideración de los individuos, al margen de los
grupos en los que participan, carece de importancia para el estudio de las relaciones
del poder internacional. No obstante, este aspecto del problema sigue siendo objeto de
profundos, y todavía no zanjados, debates doctrinales.
Esta dimensión social del ejercicio del poder internacional fue ya destacada por
QUINCY WRIGHT, cuando definió las relaciones internacionales como:
«Las relaciones entre grupos poderosos». 27
27
.- WRIGHT, Q.- The Study of International Relations.- Nueva York, 1955; pág. 7.
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2. Es un poder descentralizado
Si consideramos los innumerables grupos que gozan de autonomía suficiente
para ejercer un cierto grado de poder internacional, comprenderemos una de las
causas por las que este poder se encuentra fuertemente descentralizado o disperso.
Al carecerse internacionalmente de centros únicos, o unificados, para el
ejercicio del poder, la sociedad internacional experimenta una complejidad mayor que
otras formas más simples de agrupación social, y en consecuencia, resulta mucho
más difícil la adopción de pautas de comportamiento que gocen de una aceptación o
rechazo universal. Esta mayor complejidad de las relaciones de poder en el mundo
internacional provoca unas trabas y/o distorsiones que dificultan la «estandarización»
de las conductas de los actores internacionales, y su plasmación en normas o
instituciones que unifiquen las formas y limites del ejercicio del poder internacional. 28
Muchos autores han creído encontrar en esta descentralización del poder la
causa de la anarquía imperante en el contexto internacional. Nada más lejos de la
realidad. La existencia de unas relaciones de poder internacionales genera un orden
jerárquico entre los miembros de la sociedad internacional.
Paralelamente podemos comprobar que la dispersión del poder nos evidencia
la tendencia hacia una mayor participación. En efecto, cuanto más descentralizado
está el poder en una sociedad mayor es también su carácter participativo, y también
resulta mucho más compleja su organización normativa e institucional.
La evolución histórica de las sociedades internacionales muestra una tendencia
recurrente entre las formas centralistas y dispersas de organización de las relaciones
del poder internacional. En las épocas en que han dominado unas estructuras de
poder fuertemente centralizadas, por ejemplo, en el contexto de los grandes imperios
coloniales, la sociedad internacional ha logrado implantar fórmulas e instituciones
(jurídicas, económicas, ideológicas, etc.) ampliamente generalizadas y
extraordinariamente eficaces. Sin embargo, el precio de esta eficacia y de este
centralismo ha sido el de mantener una sociedad escasamente participativa y
democrática. Resulta interesante contrastar esta situación con la emanada del proceso
de descolonización iniciado a fines del siglo XVII.
Conviene destacar que el aspecto participativo de la sociedad internacional, en
tanto que una consecuencia derivada del mayor o menor grado de descentralización
del poder entre sus miembros, no coincide totalmente con la idea de interdependencia.
Ciertamente el grado de interdependencia entre los actores internacionales ha
experimentado en los últimos siglos una notable acentuación, pero todavía se
encuentra muy lejos del que impera en el seno de los propios actores internacionales.
Por ejemplo, existe mucha más interdependencia entre los miembros de un estado o
una empresa multinacional que entre distintos estados o empresas multinacionales.
3. Es un poder fuertemente inestable
El ejercicio del poder internacional contiene, intrínsecamente, un alto grado de
inestabilidad. La inestabilidad se manifiesta en la dificultad, o incapacidad para
mantener inalteradas ciertas relaciones de poder a lo largo del tiempo.
28
.- Muy acertadamente apunta Arenal sobre esta cuestión: “...Lo que hay es una diferencia de grado,
derivada de las propias características de la sociedad internacional, especialmente de la
descentralización del poder, como consecuencia de la escasa institucionalización de la misma, que en
ningún caso puede estimarse como base para considerar el poder de las relaciones internacionales como
algo sustancialmente diferente del poder y de la dominación general.”
ARENAL, C. del- “Poder...” op. cit.; pág. 505.
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Esta inestabilidad deriva de dos causas fundamentales. En primer lugar, del
alto grado de descentralización del poder internacional. En segundo término, es una
consecuencia del carácter grupal de los actores internacionales, ya que toda crisis o
alteración significativa de las relaciones internas de poder en uno o varios actores
terminarán por afectar sus actos internacionales de poder, y con ellos la propia
estabilidad de las relaciones internacionales en las que participan.
El conjunto de las características apuntadas confieren al ejercicio del poder
internacional unas diferencias que deben ser estudiadas detenidamente, con vistas a
descubrir y precisar las regularidades que existen en las relaciones internacionales.
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