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PROPOSICIÓN CON PUNTO DE ACUERDO POR EL QUE SE EXHORTA A LOS ENTES
PÚBLICOS DE LOS TRES ORDENES DE GOBIERNO, PARA EL EFECTO DE QUE SE
CONSIDERE LA PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES, EN IGUALDAD DE
CONDICIONES, EN LOS PROCESOS DE CONTRATACIÓN DE OBRA PÚBLICA.
Las que suscriben Graciela Ortiz González, Blanca María del Socorro Alcalá Ruíz
y Marcela Guerra Castillo Senadoras de la República, integrantes del Grupo
Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional de la LXIII Legislatura del
Senado de la República, con fundamento en lo dispuesto en los artículos 8, párrafo 1,
fracción II y 276 numeral 1 del Reglamento del Senado de la República, someto a la
consideración de ésta Asamblea, proposición con punto de acuerdo, al tenor de las
siguientes:
CONSIDERACIONES:
Sabemos bien que no basta decretar la igualdad en la ley si en la realidad no es un
hecho. Para que así lo sea, la igualdad debe traducirse en oportunidades reales y
efectivas para ir a la escuela, acceder a un trabajo, a servicios de salud y seguridad
social; competir por puestos o cargos de representación popular; conformar una familia
y participar en organizaciones, partidos políticos así
Las mujeres que han incursionado en el ámbito de la edificación de obra desde el punto
de vista empresarial, se han abierto camino a través de su trabajo, capacidad y
vocación, y contribuyen al crecimiento de la producción y economía en su conjunto.
Hoy en día hay mexicanas que son un referente por su creatividad, ingenio y entrega.
El tema de la igualdad de género, constituye un principio constitucional que estipula
que hombres y mujeres son iguales ante la ley”, lo que significa que todas las personas,
sin distingo alguno tenemos los mismos derechos y deberes frente al Estado y la
sociedad en su conjunto.
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El reconocimiento de la igualdad de género ha sido una conquista histórica de las
mujeres. Hace 250 años plantearse la igualdad de derecho era un hecho inconcebible
ya que se consideraba que las mujeres eran naturalmente diferentes e inferiores a los
hombres.
La igualdad de género es un principio constitucional que estipula que hombres y
mujeres son iguales ante la ley, lo que significa que todas las personas, sin distingo
alguno tenemos los mismos derechos y deberes frente al Estado y la sociedad en su
conjunto.
Ciertamente, hoy las mujeres gozan de más libertad para ejercer sus derechos como
elegir pareja o el número de hijas/os que deciden tener y el espacio entre ellos; también
para ejercer un oficio o profesión o su participación en organizaciones ciudadanas o
políticas. No obstante afrontan obstáculos para gozar de más recursos, oportunidades
y espacios para desarrollar sus deseos o capacidades.
Las administraciones públicas, por su parte, tienen la responsabilidad de asegurarse
que todos los ciudadanos puedan beneficiarse de sus inversiones en servicios públicos
y deberían estimular el cumplimiento de la legislación incluyendo consideraciones
sobre igualdad de oportunidades y accesibilidad en los procedimientos de
contratación.
Desde hace algunos años, el reconocimiento y la necesidad de incluir a un mayor
número de mujeres en las actividades de gobierno se ha fortalecido; esta necesidad
se sustenta en un principio de equidad desde el cual se impulsa la idea de que mujeres
y hombres deben tener las mismas oportunidades para participar en las instituciones
y en la toma de decisiones.
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Con base en este enfoque sobre la necesidad de promover la equidad de género en
las instituciones gubernamentales, la información estadística permite comprobar que
existen desequilibrios en lo que corresponde a la participación femenina en las
administraciones públicas.
El Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 considera fundamental garantizar la
igualdad sustantiva de oportunidades entre mujeres y hombres. Señala que es
inconcebible aspirar a llevar a México hacia su máximo potencial cuando más de la
mitad de su población se enfrenta a brechas de género en todos los ámbitos.
Es el primer Plan Nacional de Desarrollo que incorpora una perspectiva de género
como principio esencial. Es decir, que contempla la necesidad de realizar acciones
especiales orientadas a garantizar los derechos de las mujeres y evitar que las
diferencias de género sean causa de desigualdad, exclusión o discriminación.
El objetivo es fomentar un proceso de cambio profundo que comience al interior de las
instituciones de gobierno. Lo anterior con el objeto de evitar que en las dependencias
de la Administración Pública Federal se reproduzcan los roles y estereotipos de género
que inciden en la desigualdad, la exclusión y discriminación, mismos que repercuten
negativamente en el éxito de las políticas públicas.
En la actualidad en México de cada cinco pequeñas y medianas empresas que se
abren tres están lideradas por mujeres. (Secretaría de Hacienda y Crédito Público,
2013).
El Informe sobre el Desarrollo Mundial 2011 del Banco Mundial sugiere que la
productividad podría aumentar hasta un 25% en algunos países si las barreras
discriminatorias contra las mujeres desaparecieran (Banco Mundial 2011).
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En los últimos años a cambiado la presencia de la mujer en las industrias llamadas “no
tradicionales” y esto se ve reflejado desde el número de mujeres inscritas en carreras
como Derecho, medicina, ingenierías, arquitectura, etc.
Cada día hay más empresarias que rompen con paradigmas sociales para
incorporarse al mundo de los negocios, nicho que durante años estuvo dominado por
los hombres: los datos del Banco de Información Estadística (BIE) del INEGI revelan
que 2.6% de las mujeres económicamente activas son empleadoras, en contraste con
la cifra de 2005, cuando era sólo 1.8 por ciento.
No obstante, en últimos años se han elevado solicitudes por parte de empresarias
mexicanas para que sus empresas sean tomadas en cuenta para la adjudicaciones y
licitaciones de obra, en la búsqueda de fortalecer la equidad de género entre el gremio
de la construcción.
La participación de las mujeres en la fuerza laboral ha tenido logros significativos y ha
ido acortando la brecha de género en el empleo; sin embargo, ésta sigue siendo
considerable. Aún existe segregación por sector y ocupación, así como una aparente
falta de movilidad que podría tener costos significativos en términos de eficiencia y
reducción de la pobreza.
Es importante mencionar que este sector de mujeres empresarias lleva a cabo
acciones en sus compañías, como dar la oportunidad a las y los jóvenes estudiantes
y egresados de carreras relacionadas con la industria de la construcción, tanto para
realizar su servicio social como para su incorporación al mercado laboral, estrategia
que ha funcionado en la mayoría de los casos y que otros empresarios del gremio han
adoptado.
Por todo lo anteriormente expuesto, someto a la consideración de esta H. Cámara de
Senadores, la siguiente proposición con punto de acuerdo:
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ÚNICO: El Senado de la Republica, con absoluto respeto a la división de poderes y la
soberanía de los Estados, exhorta a los entes públicos de los tres órdenes de gobierno
a efecto de que se considere la participación de las mujeres, en igualdad de
condiciones, en los procesos de contratación de obra pública.
SUSCRIBEN:
GRACIELA ORTIZ GONZÁLEZ
SENADORA DE LA REPÚBLICA
BLANCA MARÍA DEL SOCORRO
ALCALÁ RUÍZ
SENADORA DE LA REPÚBLICA
MARCELA GUERRA CASTILLO
SENADORA DE LA REPÚBLICA
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