From the SelectedWorks of Guillermo Arosemena July, 2013 ¿Por qué hay pocas empresas longevas? Guillermo Arosemena Available at: http://works.bepress.com/guillermo_arosemena/569/ ¿Por qué hay pocas empresas longevas? Guillermo Arosemena Arosemena Quien inicia un negocio, espera que el mismo sobreviva en el tiempo; es humano querer tener éxito permanente, pero en el mundo empresarial, no siempre es posible hacer realidad los sueños. El futuro es muy difícil de predecir, incluso para aquellos que tienen toda clase de recursos, como el presidente Hoover, quien afirmó que la prosperidad en su país estaba a la vuelta de la esquina, meses antes de iniciarse la crisis bursátil estadounidense, a fines de 1929, que desembocó en la Depresión Mundial. Como estudiante universitario en Estados Unidos tuve que leer libros sobre las grandes empresas de ese país; me llamó la atención la corta vida de la mayoría de ellas, y desde entonces me interesó el tema sobre la mortalidad de las empresas. Razoné que este fenómeno empresarial no era único de una nación, numerosas compañías que operaban en Guayaquil, cuando yo era pequeño, ya no existían en mis años universitarios y otras desaparecerían en mis primeros años de graduado. Ejemplos son: La organización Calero, propietaria de la fábrica de calzado más importante de Ecuador, vendía sus productos en su gran almacén frente al Correo, en la calle Aguirre, donde mi madre me llevaba a comprar zapatos y L.A.Cordovez Compañía de Comercio vendía automóviles, refrigeradoras, llantas y numerosos bienes de consumo. De regreso a Ecuador en 1967, viví en carne propia lo observado en el país del norte y mi país; Arosemena Hermanos, empresa de mi familia, fundada en los treinta, tuvo que liquidar después de 40 años de vida, habiendo sido una de las pioneras en el sector automotriz guayaquileño. No sería la única empresa familiar en cerrar puertas, FdE y Salco, también desaparecerían. Un año antes de mi regreso, habían liquidado empresas como Herederos de Puig Verdaguer y Calvet Martínez, por décadas grandes exportadoras. Estas ingratas experiencias, además de curiosidad profesional, me llevaron a investigar sobre la historia de las empresas ecuatorianas, sus fundadores, el tamaño de ellas, a qué se dedicaban y tratar de conocer por qué desaparecieron. Durante aproximadamente dos siglos, la actividad de textil artesanal fue la principal fuente de riqueza de la Audiencia de Quito. Todo este sector desapareció en pocos decenios, durante la segunda mitad del siglo XVIII. En Europa, el uso de las primeras máquinas a vapor para fabricar telas estandarizadas a bajo costo, y la apertura de la América Española al comercio con todos los países europeos, dieron el golpe mortal a los dueños de los obrajeros que no quisieron modernizar sus procesos industriales. Algo similar ocurrió en la década de los ochenta del siglo XX, cuando todo el sector de elaborados de cacao cerró sus puertas. Las causas fueron el surgimiento de numerosas empresas productoras de manteca y pasta de cacao, cuya capacidad de molienda era el doble de la producción agrícola del grano. El encarecimiento de la materia prima y el descenso de los precios internacionales, por excesiva competencia, además de los efectos del fenómeno El Niño, llevaron a esas empresas a incurrir en enormes pérdidas y eventualmente venderse o liquidarse. Del período colonial no hay mayores fuentes para identificar a las empresas y estudiar su evolución. Lo poco que existe se encuentra en las crónicas de viajeros que no vivían en la Audiencia de Quito, en documentos oficiales y escasos reportes de la Aduana de Guayaquil. A pesar de ello, encontré las actividades de empresarios de Guayaquil de fines del siglo XVIII, como Ycaza, Roca, Rocafuerte, Navarrete, Barragán y Bejarano, todos ellos hicieron grandes fortunas que desaparecieron medio siglo más tarde. Para el siglo XIX hay mayor número de fuentes. En el Archivo Histórico del Guayas ubiqué estatutos de empresas fundadas desde 1822. En mi estudio logré identificar aproximadamente 1000 empresas correspondientes a algo más de un siglo; en ese período surgieron y desaparecieron el 95%. La mayoría de las empresas no llegaron a la tercera generación, liquidaron o se vendieron a terceros. No siempre la causa de la mortalidad empresarial se debe a mala gerencia. Las crisis en las empresas también tienen relación con crisis políticas y económicas, y lamentablemente en Ecuador éstas han sido recurrentes. En cada una de las crisis desaparecieron empresas importantes, ocurrió en los siglos XIX y XX; seguramente ocurrirá en el actual. En las provincias de la costa, la crisis por las epidemias del cacao a partir de 1916 y prolongada hasta cerca de los treinta, hicieron polvo inmensas fortunas logradas con arduo trabajo; destruyó las más grandes haciendas y liquidó a los exportadores más importantes. Entre ellos se encontraban los Puga, Morla, Burgos, Guzmán, Aspiazu, Caamaño, Seminario, Reimberg, Barrionuevo, Durán Ballén, Rhode y Reyre. De esas ruinas surgieron nuevos exportadores que lamentablemente desaparecerían en la segunda mitad del siglo XX; los surgidos en los cincuenta, siguieron igual ciclo. La Depresión Mundial de los treinta causó devastadores efectos en el sector empresarial, numerosas empresas desaparecieron, entre ellas el Banco de Ecuador, el más importante del siglo XIX. En las dos más recientes crisis: 1982 al 1983 y 1996 al 2001, también dejaron de operar empresas líderes en sus respectivos sectores. En algunos casos se trató de empresarios con negocios originados en otras provincias y ampliados a Guayaquil, Quito y Cuenca. Fue el caso de las familias Azua y Balda, grandes exportadores e importadores. Son numerosas las causas del fracaso empresarial. Entre 1999 y 2003 dicté la clase Análisis del entorno en la ESPAE, usando para estudio un libro que tuve que escribir, fue texto de la citada materia. La ESPAE quería que los alumnos, futuros directores de empresas, estén preparados para enfrentar la inevitable adversidad y salir adelante. Hay numerosas fuerzas que afectan al desempeño de las empresas; entre ellas: entorno hostil, falta de institucionalidad, no uso de tecnología, gerencia deficiente, fenómenos de la naturaleza, etc. Crear y administrar empresas no es fácil, especialmente en países como Ecuador; la labor está llena de obstáculos de toda índole. Lamentable en el siglo XXI, las condiciones no han mejorado, se han agravado; evidencias abrumadoras lo confirman: índices publicados anualmente por el Banco Mundial y el Foro Económico Mundial ubican a Ecuador como uno de los peores países ses para facilitar los negocios; mala ubicación de las empresas ecuatorianas entre las 500 más importantes de América Latina, Latina etc. etc Numerosos estudios confirman que la vida de las empresas tiene ciclos que terminan con la caída y desaparición de ellas. Pero es posible extender la curva de crecimiento sin tener que llegar a las etapas de madurez y declive. El arte de la gerencia consiste en tomar decisiones que ayudan a prolongar la etapa de crecimiento. Desde hace cerca de un siglo siglo se comenzó el estudio de lo que hay que hacer para evitar el fracaso en las empresas. Los primeros en escribir fueron empresarios de éxito, que quisieron dejar testimonio de sus conocimientos y experiencias. Uno de ellos fue Henry Ford, quien en 1922 escribió escribió My Vida y Trabajo,, obra que jamás quedará desactualizada y debe ser lectura obligada para toda persona que incursiona en gerencia. Los comentarios que escribió siguen siendo válidos y de actualidad. Pero como ser humano, Ford se sobrevaloró al no cumplir mplir con una de las recomendaciones escritas en su obra: :”… cuando un hombre comienza a pensar que finalmente ha encontrado su método, debe más bien iniciar un profundo examen de su persona para determinar si una parte de su cerebro se ha ido a dormir...los dormir...los empresarios fracasan en sus negocios porque les gusta tanto el viejo orden que no son capaces de cambiar...”.Ford Ford tuvo problemas muy serios en su empresa; en 1927 cerró la fábrica durante cinco meses y dió asueto a decena de miles de trabajadores. Él no o había puesto atención al consumidor y se había empecinado con hacer un solo modelo de automóvil pintado de negro. Ford incumplió lo afirmado en su obra; por querer mantener el viejo orden, pudo haber enterrado a Ford Motor Co; pero reconoció su error, repensó pensó para lograr la transformación a través de la renovación de la organización, tomando medidas correctivas. Mientras tanto, General Motors con más conocimientos de mercadeo, lanzaba anualmente un nuevo modelo de diferentes colores y se convertiría en el más grande fabricante de vehículos. Son numerosas las causas de los fracasos empresariales. En el caso de Ford fue haber ignorado al mercado. Los negocios monopólicos puede haber longevidad haciendo lo mismo década tras década, pero son escasos y están desapareciendo. sapareciendo. En mercados competitivos a los que pertenecen la mayoría de los sectores productivos, las empresas deben diferenciarse de las demás, haciendo cosas diferentes. El cambio se convierte en una constante. General Electric ha logrado sobrevivir más más de un siglo por haber evolucionado en productos y satisfecho las necesidades del mercado. Comenzó fabricando focos y productos eléctricos, cuando la energía eléctrica era una de las nuevas maravillas de la modernidad. Actualmente la línea original representa una fracción del giro del negocio; sus divisiones más importantes son: energía, atención a la salud, aviación y financiación. En Ecuador, el Grupo Vilaseca es ejemplo de adaptación a la evolución de la economía y mercados, comenzó en los treinta con una curtiembre, siguió con la extracción de aceite y posteriormente ingresó a la fabricación de una variedad de productos alimenticios y no alimenticios. Lo mismo ha ocurrido con PRONACA en Quito, se inició con venta de huevos y de pollitos importados, posteriormente producción de alimento balanceado, porcicultura, embutidos, alimento en conserva, entre otras líneas. Vivir de éxitos pasados y ser renuente al cambio están entre las numerosas causas que llevan a las empresas al cementerio corporativo. Hay dos fuentes de fracaso: interno y externo. La primera es de entera responsabilidad de los accionistas, directores y administración de las empresas. La segunda es más difícil de evitar por no tener total control de los eventos que precipitan las crisis en las empresas: devaluaciones, altas tasas de interés, desastres naturales, equivocadas políticas de gobierno, etc. Ellas son frecuentes en países como Ecuador donde es muy difícil hacer empresa. En ciertas causas externas, las empresas comparten responsabilidades. Las epidemias del cacao en los años veinte, gran parte se debió a la falta de cuidado en las plantaciones. Teodoro Wolf, en su Geografía del Ecuador, publicada en 1892, advirtió que las hojas de los árboles de cacao mostraban estar enfermas y los productores ignoraron la advertencia. Posteriores, se han dado epidemias en otros cultivos, sin que los productores hayan estado preparados para combatirlas oportunamente. Shell, poderosa multinacional petrolera, al cumplir un siglo de operaciones, designó a un alto ejecutivo para identificar las fuentes de longevidad de las empresas con más de un siglo. Entre ellas, el autor ubicó compañías con 700 años de vida. Los resultados fueron publicados en el libro La empresa viviente. Las cualidades que tienen en común son: sensibles al entorno, es decir reaccionar oportunamente, adaptándose a los cambios que se dan en los consumidores; ser conservadoras en el manejo de las finanzas, sin arriesgar innecesariamente el capital y mantener suficiente liquidez para enfrentar la adversidad; ser receptivas a las nuevas ideas para desarrollar la creatividad e innovación; finalmente, desarrollar sentido de pertenencia en empleados y ejecutivos, que se sientan parte importante de la empresa. Hay otras causas que ayudan a las empresas a triunfar y no fracasar. En 1994 escribí el libro titulado El desastre empresarial, donde hago referencia a la importancia de: liderazgo gerencial, estructura de organización, estrategias y tácticas correctas, sistema de costos y control financiero, optimización de activos de la empresa, diversificación no excesiva y sistema de meritocracia. En nuestro medio, siendo la mayoría empresas familiares, frecuentemente los fundadores permiten a hijos no capacitados adecuadamente, asumir cargos que pueden afectar el negocio, en lugar de contratar a gerentes profesionales. Uno de los éxitos de la Corporación Carvajal de Colombia, con más de un siglo de vida, es tener un filtro para la selección de las nuevas generaciones de la familia. No todos son contratados. Sólo los que reúnen las condiciones. Los interesados pueden conocer el protocolo familiar a continuación: http://mexico.smetoolkit.org/mexico/es/content/es/6741/Constituci%C3%B3nFamiliar-Estudio-de-Caso-2-El-Grupo-Carvajal-Protocolo-Familiar%C3%8Dndice-