La interpretación y el conocimiento de la realidad: una mirada a la

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CUADRANTEPHI, 26-27
2014, Bogotá, Colombia
La interpretación y el conocimiento de la realidad: una mirada a la
filosofía de Donald Davidson
Daniella Prieto Arrubla
Carrera de filosofía
Facultad de Filosofía
Pontificia Universidad Javeriana
Bogotá, Colombia
[email protected]
Resumen
En el presente trabajo se pretende examinar la teoría del significado de Donald
Davidson y mostrar que en ella se encuentra la base sobre la cual se construye la noción de
triangulación. Para ello, se analizará en primer lugar el elemento semántico y el elemento
sintáctico que se encuentran en la teoría del significado; y en segundo lugar, se evaluará
cómo estos elementos constituyen las variedades de conocimiento que hay en la
triangulación. De este modo, se esclarecerá el vínculo que hay entre la teoría del significado
y la teoría epistemológica de Davidson.
Introducción
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La cuestión de si el significado es una correspondencia del lenguaje con objetos
externos o si es una característica de la estructura intrínseca del lenguaje es una cuestión
ampliamente discutida. Por un lado, Frege y el Wittgenstein del Tractatus han establecido
que el significado de una oración está dado por una entidad, por una referencia en el
mundo. Esta visión de un significado determinado por la referencia es una concepción
semántica del significado. Mientras que una postura en la que el significado se encuentra en
la estructura formal de las proposiciones es una concepción sintáctica del significado.
En este horizonte surge el pensamiento del filósofo norteamericano Donald
Davidson. Sus principales aportes a la filosofía del lenguaje se encuentran en los artículos:
“Verdad y Significado” e “Interpretación Radical”. La teoría del significado que propone
Donald Davidson constituye un avance frente a las anteriores, ya que su noción de
significado, construido desde la noción de verdad, conjuga tanto un elemento sintáctico
como un elemento semántico, tanto la estructura del lenguaje como la referencia al mundo.
En adición a sus aportes en la filosofía del lenguaje, Davidson también trabaja en
epistemología, donde plantea la triangulación como el mecanismo mediante el cual
llegamos a tener conocimiento de la realidad. Esta teoría se encuentra, entre otros, en su
artículo “Tres variedades de conocimiento”.
En el presente escrito analizaremos el tránsito que hay entre la teoría del significado
y la teoría de la triangulación de Davidson, es decir, la relación entre la interpretación y el
conocimiento del mundo. En un primer momento se analizará la teoría del significado
haciendo énfasis en los elementos sintáctico y semántico. En un segundo momento, se
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elucidará el vínculo que hay que hay entre los elementos del lenguaje y la triangulación; y
por último, se harán unas consideraciones en torno a esta.
1. Acerca de la sintaxis y la semántica en la interpretación
En “Verdad y Significado” Davidson propone una teoría del significado tomando la
categoría de verdad que Tarski había construido y trasladándola al lenguaje natural. Esta es,
a saber:
(V): o es verdadera, si y sólo si p
Cuando se tiene un primer encuentro con esta definición de verdad puede
arriesgarse una interpretación sintáctica de la teoría de Davidson. Esto ocurre por dos
razones. Davidson reconoce a Quine como una gran influencia para su obra. Pero, Quine
establece como mecanismo principal de su teoría la traducción, es decir, la práctica de
cambiar un signo de un lenguaje desconocido por un signo del lenguaje conocido. Cambiar
un signo por otro es un ejercicio meramente sintáctico, que no es suficiente para la
interpretación. Además, también motiva una interpretación sintáctica de la teoría de
Davidson el hecho de que su definición de verdad, al ser construida con una estructura
lógica determinada por el conector bicondicional, aparece como una definición que
igualmente pertenece al dominio de la sintaxis.
Frente a una concepción sintáctica de la verdad en Davidson, puede objetarse que
hay un segundo elemento: el semántico. Este está dado en la definición de verdad por el
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predicado “es verdadero”. El ser verdadero supone una correspondencia de lo que se dice
con lo que sucede en el mundo. En este orden de ideas, se da un tránsito de la traducción de
Quine a la interpretación en Davidson. Además, interpretar no es simplemente cambiar un
signo por otro; porque esto no garantiza la comprensión. Entender el significado es hacer de
lo no comprendido algo comprendido.
Es necesario considerar que Davidson hace una teoría del significado, así pues “las
teorías de la verdad son el centro de la investigación de Davidson en la medida en que dan
estructura a la teoría del significado.” (Ramberg,1989:7)1 De este modo se entiende la
definición de verdad como la base para la teoría del significado, y lo que la definición de
verdad hace es dar las condiciones de verdad de una oración. Para Davidson “dar las
condiciones de verdad es una manera de dar el significado de una oración (Davidson,
1991a, p.321)”. Decíamos antes que desde la definición de verdad: (V) o es verdadera si y
sólo si p, se involucran ya el elemento sintáctico y el semántico por la estructura misma.
Pero un análisis adicional que hace Davidson nos lleva a pensar que esta definición no es
tan simple como parece. Cuando se evalúa la oración “«La nieve es blanca» es verdadera si
y sólo si el césped es verde” el elemento sintáctico se muestra con más claridad ya que se
estipula que p tiene que ser consecuente con o. “Esta pincelada se añade en virtud del hecho
de que la oración que remplaza p es verdadera si y sólo si o lo es.” (Davidson, 1967, p.324)
Es decir, la relación que hay entre o y p es una relación entre signos, una relación que no
depende del uso, ni del mundo, sino de la estructura misma del lenguaje, y en este sentido
es llamada sintáctica. En este orden de ideas << La nieve es blanca>> es verdadero si y sólo
1La
traducción es mía
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si la nieve es blanca gracias a un predicado semántico que permite articular estructuras
sintácticas.
La presencia de elementos sintácticos y semánticos en el significado se refleja
también en otros de los elementos de la interpretación que son la coherencia y la
correspondencia. La coherencia es una relación sintáctica y la correspondencia es una
relación semántica. Davidson advierte que para maximizar el acuerdo en la interpretación el
intérprete debe valerse de un supuesto necesario: el intérprete “inviste necesariamente a la
persona interpretada de una racionalidad básica.” (Davidson, 2003:288)Este es el principio
de caridad. El principio de caridad exige que se considere al hablante como una persona
que al hablar se atiene a un principio de coherencia y a un principio de correspondencia.
Para Davidson si no hay coherencia en la mente, no es posible que haya pensamientos. Así
pues, los pensamientos que tienen contenido proposicional deben tener propiedades lógicas.
De ahí que el intérprete considere que el hablante mantiene en un momento determinado
una oración como verdadera o falsa, nunca como ambas; en esto consiste conservar la
sintaxis lógica.
Por otro lado, el intérprete debe admitir que las emisiones del hablante tienen una
correspondencia con algo que sucede en el mundo. Según el principio de correspondencia
el intérprete “asigna contenidos a las creencias del hablante de tal modo que él mismo las
crea bajo las condiciones dadas” (Gluer,2011, p.121)2. Este hablar de las condiciones dadas
deja entrever que la interpretación se da como un evento que ocurre en un momento y en un
2La
traducción es mía
5
lugar determinado y en este sentido depende del mundo. El intérprete debe situarse tanto en
la situación externa como en las palabras del hablante.
Sólo una vez que se acepta que el hablante actúa de acuerdo a los principios de
coherencia y de correspondencia, principios sintáctico y semántico respectivamente, somos
capaces de continuar e interpretar sus palabras: podemos decir lo que las palabras
significan en esa ocasión.
2. De la interpretación al conocimiento del mundo
Con el análisis que se ha hecho de la teoría del significado de Davidson, hemos
podido identificar que para que haya una comprensión del significado se debe atender tanto
a elementos sintácticos como a elementos semánticos. Es claro que no nos podríamos
comunicar sin suponer que las emisiones del hablante tienen una coherencia lógica, es
decir, que tienen un componente sintáctico; y tienen además una correspondencia con el
mundo: un componente semántico.
Es importante prestar atención al hecho de que el elemento sintáctico de la teoría del
significado, es propiamente una relación. Es una relación por un lado, entre la emisión: o y
p a través del bicondicional; es decir, una relación intralingüística entre las lenguas del
hablante y del intérprete. Y por otro lado, una relación intralingüística entre las oraciones
mismo del hablante.
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Al volver sobre la definición de verdad podemos situar el elemento sintáctico en o y
el elemento semántico en el predicado “es verdadero”. Pero podemos también observar los
diferentes lenguajes que participan en la interpretación. Encontramos en primer lugar el
lenguaje objeto que es el lenguaje de la emisión del hablante. En segundo lugar,
encontramos el lenguaje de la teoría o el metalenguaje que está en la expresión “es
verdadero si y sólo si”; y en tercer lugar, encontramos el lenguaje sujeto que es el lenguaje
del intérprete. Empieza acá a dibujarse esa relación entre los tres lenguajes que permite
llegar a la teoría de la triangulación. Hacer estas caracterizaciones es posible en virtud de
que la definición de verdad sirve como un esquema para pensar la interpretación. En la
interpretación se pasa del lenguaje objeto al lenguaje sujeto, del lenguaje desconocido al
conocido; y siempre en un marco determinado por lo que sucede en el mundo.
Ya dijimos que existen tres lenguajes en el proceso de interpretación. Podemos
identificar que el elemento sintáctico está dado en el lenguaje objeto y el elemento
semántico está dado en el lenguaje de la teoría. Sin embargo, nos falta analizar el tercer
elemento.
Como ya hemos dicho en la definición de verdad pensada como esquema de la
interpretación encontramos tres tipos de lenguajes que determinan las tres variedades de
conocimiento que propone Davidson. Estas son el conocimiento subjetivo, objetivo e
intersubjetivo. El lenguaje objeto constituye el conocimiento intersubjetivo porque es a
través de él que llegamos al conocimiento de las demás personas. El lenguaje de la teoría
exige mediante el “es verdadero” un correlato con el mundo, ese elemento semántico del
cual hablábamos antes que viene a constituir el conocimiento objetivo; y finalmente, el
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lenguaje sujeto que es el lenguaje que el intérprete comprende y que constituye el
conocimiento subjetivo. De este modo, las estructuras que se analizaron como elementos
fundamentales de la teoría del significado, y que se reflejan tanto en la oración v como en el
principio de caridad, se transforman para dar lugar a las tres variedades de conocimiento
que permiten conocer la realidad, una realidad que se nos muestra como compleja y
constituida al menos por tres ámbitos: el subjetivo, el objetivo y el intersubjetivo.
3. Consideraciones acerca de la triangulación
La teoría del significado que Davidson propone, lleva a una teoría de la
interpretación que sirve no sólo para interpretar el lenguaje, sino también para interpretar
las acciones en general. Las acciones y el lenguaje son el punto de partida para el
conocimiento del mundo. El conocimiento intersubjetivo es el conocimiento de las mentes
de las demás personas. Sin embargo, no podemos conocer la mente de las demás personas
de manera directa. Debemos acudir al lenguaje y a las acciones del agente para poder
conocer sus actitudes proposicionales. Cuando observamos las acciones de una persona o
atendemos a sus palabras podemos llegar a aprehender sus creencias, deseos e intenciones.
“Esto se debe a que todo el que entiende el lenguaje puede reconocer aseveraciones y sabe
que quien hace una aseveración se representa a sí mismo como alguien que cree lo que
dice.” (Davidson, 2003, p.285) Lo mismo sucede en el caso de las acciones. Cuando una
persona actúa asumimos que lo hace obedeciendo a ciertas actitudes proposicionales. Una
vez más, por el principio de caridad, consideramos las acciones de las personas como
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intencionales y racionales. En síntesis, podemos decir que a partir de las acciones y de las
emisiones lingüísticas de las personas conocemos sus actitudes proposicionales, y conocer
las actitudes proposicionales es conocer lo que hay en la mente de una persona.
Pero para alcanzar a comprender las acciones de los demás, como ya decíamos en la
teoría del significado, no podemos atender únicamente a las palabras mismas. Debemos
reconocer las acciones como respuestas a objetos o acaecimientos del mundo. Según
Davidson, “el Principio de Correspondencia exige al intérprete considerar que el hablante
está respondiendo a los mismos rasgos del mundo a los que él respondería en circunstancias
similares” (Davidson, 2003: 288). Por esto debemos situarnos en un contexto espacio
temporal y esto constituye el conocimiento objetivo. El conocimiento objetivo es el
conocimiento que obtenemos del mundo por medio de nuestros sentidos. Aquí se forma el
triángulo entre las dos personas y el mundo en que habitan. Sólo podemos conocer las
mentes de las otras personas si reconocemos que nos encontramos en un mundo que
compartimos con ellas.
En adición al conocimiento objetivo y al conocimiento intersubjetivo, tenemos
además el conocimiento subjetivo, ese tipo de conocimiento que parecía escapársenos
antes, a pesar de ser el único que conocemos sin mediación. En la teoría del significado se
hacía énfasis principalmente en que para aprehender el significado de una emisión
debíamos suponer que el discurso del hablante era coherente y que tenía correspondencia
con un hecho del mundo. No obstante, cuando hablábamos del lenguaje sujeto, de ese
lenguaje que el intérprete comprende, empezábamos a vislumbrar una tercera variedad de
conocimiento, el conocimiento subjetivo. Este es el conocimiento de la propia mente o el
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autoconocimiento. Si bien el conocimiento subjetivo es conocimiento no mediado, “no es
posible el conocimiento de los contenidos proposicionales de nuestras propias mentes sin
las otras formas de conocimiento, puesto que no existe conocimiento proposicional sin
comunicación.” (Davidson, 2003: 291) Cuando atribuimos pensamientos a los demás
establecemos correspondencias entre los comportamientos de estas personas y nuestras
propias proposiciones. Por lo tanto, para atribuir pensamientos a las otras personas debemos
conocer lo que nosotros mismos pensamos.
Así como en la interpretación era indispensable contar con las emisiones del
hablante, con el contexto espacio temporal y con el lenguaje propio de quien interpreta; en
la triangulación es necesario contar con las tres variedades de conocimiento. Las emisiones
del hablante pasan a ser el conocimiento de la mente de las demás personas, el contexto
espacio temporal es el conocimiento del mundo y ese que era el lenguaje del intérprete se
revela como el conocimiento subjetivo, el conocimiento de la propia mente. Davidson dice:
“los tres tipos de conocimiento forman un trípode: si se perdiera alguna de las patas,
ninguna de sus partes se mantendría en pie” (Davidson, 2003: 300). Las tres variedades de
conocimiento, dependen cada una de las otras dos; y nos permiten conocer la realidad en la
medida en que todas son conocimientos de la misma realidad pero los obtenemos de
manera distinta.
De esta manera hemos pasado del análisis de la teoría del significado de Davidson a
la teoría de la triangulación. La interpretación es el camino que permite pasar de la primera
a la segunda. Por un lado, porque para conocer necesitamos interpretar el lenguaje y las
acciones de los otros a luz del principio de caridad. Por otro lado, porque los elementos que
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hacen posible la interpretación son los mismos elementos que nos permiten conocer el
mundo. Así pues, para ambas cosas necesitamos de dos personas y del mundo en que ellas
habitan. De ahí que vale la pena resaltar la importancia que se le atribuye a la comunicación
como base para la teoría epistemológica. La teoría del significado de Davidson resulta
innovadora porque involucra tanto elementos semánticos como elementos sintácticos. Su
teoría de la triangulación es igualmente innovadora porque no reduce nuestro conocimiento
de la realidad a una de las formas de conocimiento, sino que involucra las tres. De este
modo, Davidson se presenta como un filósofo que logra articular los diferentes elementos
que nos permiten comprender tanto al mundo como a los demás, sin caer en la necesidad de
priorizar alguno o de zanjar una distancia entre ellos. Este es quizás su aporte más
importante. Si la teoría de la interpretación es la base de nuestro conocimiento del mundo,
nuestras prácticas comunicativas se compadecen de la propia complejidad de lo real; en ese
sentido, Davidson ha ilustrado que si la comprensión es compleja es porque no menos
compleja es la realidad humana.
Bibliografía
Davidson, D. (1991)Verdad y Significado. En L.M.Valdés (Ed.), “La búsqueda del
significado”. Madrid: Tecnos, pp. 314-334
Davidson, D. (1991) Interpretación Radical. En L.M.Valdés (Ed.), “La búsqueda
del significado”. Madrid: Tecnos, pp. 354-369
Davidson, D. (2003) Tres variedades de conocimiento. En O.Fernández Prat
(Trad.), “Subjetivo, intersubjetivo, objetivo”. Madrid: Cátedra, pp. 280-300
11
Ramberg, B. (1989) “Donald Davidson´s Philosophy of Language.An introduction”.
Oxford: Blackwell.
Lepore, E & Ludwig, K. (2013) “A companion to Donald Davidson”. WileyBlackwell.
Gluer, K. (2011). “Donald Davidson. A short introduction”. New York: Oxford
university press
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