220-12037 Ref: Conformación de mayorías decisorias. Se recibió su comunicación radicada bajo el número 496,650-0, mediante la cual manifiesta que en una sociedad anónima de familia el socio mayoritario quien posee el 75% de las acciones, se encuentra desaparecido por haber sido secuestrado y dada esa situación surgen una serie de inquietudes, teniendo en cuenta que en la asamblea general de accionistas algunas decisiones sociales requieren para su adopción de un quórum mínimo especial del 70%; que la sociedad está conformada por 5 accionistas, de los cuales otros dos están en la nómina como empleados, uno como representante legal con el 10% de la participación accionaria y otro como director de producción también con el 10% de las acciones. Para concretar sus inquietudes formula varios interrogantes que sintetizan en los siguientes temas: l. Validez de las decisiones si se convoca a una reunión de segunda convocatoria o si es por derecho propio, conforme a lo establecido en el Código de Comercio y especialmente frente a la aprobación de los estados financieros del año 2000 y el informe de gestión del Representante Legal (suplente), por cualquiera que sea la cantidad de acciones representadas por los accionistas minoritarios. 2. Validez de las decisiones frente a la aprobación de los estados financieros y el informe de gestión del año 2000, si los estatutos contemplan que: "Los administradores y empleados no podrán votar con sus acciones propias en las decisiones de la Asamblea General que tengan por objeto aprobar los balances y cuentas de fin de ejercicio o la liquidación?, en razón a que el 20% restante de las acciones son empleados y tienen injerencia directa en la administración?. 3. El papel que debe jugar el Revisor Fiscal de la empresa frente a la situación planteada, las medidas que debe adoptar y en particular frente a los socios minoritarios. Para responder las inquietudes planteadas procede efectuar algunas consideraciones: l. En primer término es preciso anotar que el artículo 68 de la ley 222 de 1995, dispone: "la asamblea puede deliberar con un mínimo plural de socios que represente por lo menos la mitad más una de las acciones suscritas, salvo que en los estatutos se pacte un quórum inferior". Así pues, en el caso planteado procede antes que todo revisar los estatutos para determinar el quórum acordado que eventualmente podría corresponder al 25% de las acciones suscritas, en cuyo caso la asamblea podrá deliberar válidamente sin la presencia del accionista que por razones de fuerza mayor no puede asistir a la reunión; si por el contrario, el quórum deliberativo aplicable a la sociedad equivale a la mitad mas una de las acciones suscritas, como al parecer corresponde con la situación real de la empresa, la asamblea no podrá deliberar por falta de quórum y tendrá el gerente que proceder a citar nuevamente a una reunión de segunda convocatoria en los términos del artículo 429 del Código de Comercio. La conclusión que antecede tiene sustento legal en los preceptos contenidos en los artículos 186 del Código de Comercio y 422 ibídem, que señalan la obligación de realizar las reuniones en el lugar del domicilio social, con sujeción a lo prescrito en las leyes y en los estatutos en cuanto a convocatoria y quórum. Agrega esta última disposición que si no fuere convocada la asamblea se reunirá por derecho propio el primer día hábil del mes de abril, a las 10 a.m., en las oficinas del domicilio principal donde funcione la administración de la sociedad. De lo expuesto se derivan las siguientes precisiones de orden legal: la primera, que es obligación de los administradores convocar a los socios a fin de celebrar una reunión ordinaria para examinar la situación de la sociedad y tomar las medidas legales y estatutarias a que haya lugar; y la segunda, que frente al incumplimiento de los administradores, el legislador dejó a salvo el derecho y la posibilidad de los socios de constituirse en asamblea ordinaria por derecho propio. En consecuencia, el primer interrogante se resuelve, según que se hubiere cumplido o no por parte de los administradores la obligación de convocar a sesión ordinaria el máximo órgano social. En el primer caso, procede la citación para la reunión de segunda convocatoria bajo el entendido que la primera no se llevó a cabo por falta de quórum, en el segundo, la reunión por derecho propio. En ambos casos el máximo órgano social sesiona y decide válidamente con un número plural de socios cualquiera que sea la cantidad de acciones que esté representada, de acuerdo con lo dispuesto por el artículo 429 del Código de Comercio, en concordancia con el artículo 186, lo que implica que podrán adoptarse todas las decisiones que sean de su competencia, excepción hecha de aquellas para las cuales los estatutos o la ley exijan una mayoría especial.. 2. En cuanto al segundo interrogante, cabe anotar que el mismo fue resuelto por esta entidad cuando mediante oficio 220-16368 del 21 de marzo de 1997, expresó: " tal prohibición se aplica absteniéndose el representante legal y los miembros de junta directiva, en caso de que sean socios, de votar en la asamblea general de accionistas, al momento de ser sometidos a consideración los estados financieros de fin de ejercicio; en consecuencia haciendo abstracción del quórum deliberativo, la mayoría decisoria para el efecto se establecerá descontando previamente las acciones que posean las personas que están impedidas para votar." Por tanto, frente al caso planteado en el evento en que las decisiones deban adoptarse dentro del marco de una reunión de segunda convocatoria o de derecho propio, la mayoría decisoria para aprobar los balances y cuentas de fin de ejercicio, se establecerá sobre el número de acciones aptas para votar descontando aquellas que pertenezcan a quienes tengan la condición de administradores y empleados, cualquiera sea el porcentaje de acciones que represente y en el evento en que todos ostentaran las condiciones anotadas, es obvio que tendrán que considerar mutuamente sus propias cuentas, las que habrán de entenderse aprobadas en la medida en que no haya objeciones pues de concluir lo contrario se estaría frente a una situación imposible de resolver que traería como consecuencia la paralización de la empresa social. Con relación al informe de gestión, también la entidad emitió un pronunciamiento mediante el oficio 220- 38083 del 9 de julio de 1998, en el sentido de concluir que no existe impedimento legal para que los administradores que sean a la vez socios o accionistas expresen su voto en relación con el informe de gestión, pues so pretexto de la previsión contenida en el artículo 185 del Código citado, no sería posible pretender su aplicación analógica, si se tiene en cuenta que se trata de una norma de carácter eminentemente restrictivo, que en virtud de las claras reglas de hermenéutica jurídica, no puede hacerse extensiva a casos similares. 3. El papel que cumple el revisor fiscal frente a la situación anotada, tema que coincide con el tercer interrogante, debe responderse en el sentido de afirmar que corresponde al desarrollo de las funciones por ley asignadas, vale decir, las previstas en el artículo 207 del Código de Comercio. En este sentido, es su obligación cerciorarse de que los administradores cumplan la ley y los estatutos, para lo cual, el mismo precepto le otorgó entre otros, la facultad de convocar el máximo órgano social a reuniones extraordinarias cuando lo juzgue necesario. En los anteriores términos considero haber atendido las inquietudes presentadas, con la advertencia de que este oficio tiene los efectos previstos en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.