Cuestiones probatorias en derecho cambiario

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Universidad de Buenos Aires
From the SelectedWorks of Martin Paolantonio
1997
Cuestiones probatorias en derecho cambiario
Martin Paolantonio
Salvador Bergel, Universidad de Buenos Aires
Available at: http://works.bepress.com/martin_paolantonio/21/
Revista de Derecho Privado y
Comunitario N° 14
CUESTIONES PROBATORIAS
EN DERECHO CAMBIARIO
por Salvador D. Bergel y Martín E. Paolantonio
Sumario: 1. Introducción. 2. Tasa procesal y tasa sustancial de excepciones: el Derecho cambiario
como Derecho de fondo. 3. Cuestiones probatorias en materia cambiaria: plan de trabajo.
3.1. Cuestiones probatorias en la creación del documento cambiario: carácter de las suplencias
legales. 3.2. Cuestiones probatorias relacionadas con el libramiento o suscripción del documento cambiario en blanco. 3.3. Cuestiones probatorias relacionadas con la circulación del
documento cambiario. 3.4. Cuestiones probatorias referidas al aval: la identificación del
avalado y la calificación de las firmas “extravagantes”. 3.5. Cuestiones probatorias relativas
a la presentación al pago del documento. 3.6. Cuestiones probatorias concernientes a la
relación causal: el documento cambiario como prueba de la relación subyacente. 3.7. Cuestiones probatorias atinentes a la acción de enriquecimiento: la carga de la prueba del enriquecimiento. 3.8. Cuestiones probatorias en las alteraciones de los documentos cambiarios.
3.9. Cuestiones probatorias en el proceso de cancelación. 3.9.1. Cuestiones probatorias en
la cancelación cambiaria: la prueba de la desposesión y el contenido de la cambial. 3.9.2.
Cuestiones probatorias en la cancelación cambiaria: la prueba en la oposición al auto de
cancelación.
1. Introducción
Las características propias de la disciplina cambiaria, incluyendo
aquellas compartidas con la categoría general de los títulos valores1,
forman un terreno fértil para el surgimiento de una multiplicidad de
cuestiones relacionadas con la materia probatoria.
Tanto es así, que no han faltado históricamente tentativas doctrinales
1
Por ej.: aptitud para la interrelación de una pluralidad de sujetos, tutela de la
circulación de créditos con normas exorbitantes al Derecho Privado general, y utilización de un documento –como regla autosuficiente– como medio de existencia y
ejercicio del derecho del acreedor.
237
DOCTRINA
de subsumir la teoría general de los títulos valores en el marco del
Derecho probatorio2.
Aun fuera de ese marco conceptual, hoy superado, las cuestiones
probatorias continúan impregnando la disciplina cambiaria, en atención
muy especialmente a la naturaleza de título ejecutivo que la ley asigna a
los documentos cambiarios (art. 523, inc. 5º, Cód. Proc. Civ. y Com.; art.
60, decreto-ley 5965/63 –L. C.–).
Si observamos con detenimiento la legislación cambiaria, podremos
encontrar una serie de soluciones prácticas que conforman un sistema
dirigido a evitar mayores controversias en cuanto al contenido y alcance
de los derechos del acreedor cambiario.
Todas las ventajas que en lo económico y en lo jurídico representan
los títulos valores se desvanecerían si no se afirman dos objetivos
fundamentales: la certeza en cuanto al contenido del derecho al tiempo
de su adquisición, y la seguridad en su realización al tiempo de exigirse
la prestación comprometida en el título.
La simplificación de las formalidades y la desvinculación del derecho incorporado al título respecto de los negocios extracartulares sólo se
puede asegurar en tanto se protejan los señalados objetivos.
El derecho incierto, señala Ascarelli, es derecho ineficaz, elemento
perturbador de las relaciones jurídicas, siendo por tanto beneficiosos los
esfuerzos tendientes a volverlo cierto y eficaz3.
El título valor, por otra parte, no podría ser admitido en el comercio
ni podría cumplir la función de facilitar la circulación de la riqueza, en
tanto no se diera seguridad al portador en el momento crucial de su vida.
Los principios liminares que gobiernan el régimen jurídico de los
títulos valores (legitimación, exclusión de excepciones o autonomía)
están asegurados y reflejados por distintas presunciones que se esparcen
dentro del contenido de la legislación cambiaria.
2
Nos referimos a las teorías francesas clásicas que consideraban a la letra de
cambio como un mero instrumento probatorio y medio de ejecución de la obligación
causal, o a las construcciones de carácter procesalista de la doctrina italiana, tales
como la teoría de la prueba legal desarrolladas principalmente por Redenti y Carnelutti.
Sobre el tema, remitimos a nuestra Acciones y excepciones cambiarias, Depalma,
Buenos Aires, 1992, t. I, ps. 5 y ss.
3
ASCARELLI, Tulio, Teoría general de los títulos de crédito, México, 1947, p. 5.
238
CUESTIONES PROBATORIAS EN DERECHO CAMBIARIO
Ello determina que el sistema en su conjunto funcione como un reloj
de precisión. No obstante las previsiones legales, no todas las situaciones que se pueden generar en la vida de un título valor encuentran debida
respuesta en su propia regulación.
Existen situaciones, de las que damos cuenta más abajo en las que
resulta necesario acudir al Derecho común. Esto no destruye los méritos
del sistema, que cumple adecuadamente con su función de tutelar la
circulación del crédito.
De todas formas, cabe destacarlo, las situaciones que quedan libradas
exclusivamente a las decisiones de los tribunales son las menos.
Aquí vamos a referirnos tanto a las presunciones legales como a los
temas más frecuentes que –por no estar específicamente contemplados–
requieren de la valoración de la prueba por el órgano jurisdiccional.
2. Tasa procesal y tasa sustancial de excepciones:
el Derecho cambiario como Derecho de fondo
La referida fuerza ejecutiva de los títulos cambiarios no debe hacernos perder de vista que el Derecho cambiario es Derecho de fondo o
sustancial.
De allí que la asociación título cambiario/título ejecutivo no debe
llevarse al extremo de obviar que el proceso es la vía para el ejercicio
del derecho cambiario, pero no determina su naturaleza.
La disciplina de las excepciones oponibles en el proceso de ejecución
cambiaria, por estar íntimamente ligada a la existencia y la normal
circulación del título no puede quedar librada a los códigos procesales.
Las notas propias del derecho cambiario imponen la existencia de un
juicio de ejecución caracterizado por la rapidez en cuanto a la realización del derecho creditorio y a la consecuente limitación de las defensas,
tratando de asegurar una cierta uniformidad en la materia.
Nuestro Código de Comercio limitaba en su artículo 676 las excepciones oponibles en el juicio ejecutivo a la de pago, compensación de
crédito líquido y exigible, prescripción o caducidad de la letra y espera
o quita concedida por el demandante, que se pruebe por escritura pública
o por documento privado judicialmente reconocido.
239
DOCTRINA
La norma debía complementarse con la contenida en el artículo 212,
en cuanto interpretado a contrario sensu admitía la posibilidad de
oponer excepciones personales entre vinculados directos4.
La supresión de dicho artículo 676 en la reforma de 1963 (decreto-ley
5965/63) pudo hacer pensar de que la acción ejecutiva cambiaria quedaba librada en cuanto a su regulación a las disposiciones de los códigos
procesales.
Sin embargo es necesario examinar en detalle el ordenamiento legal
de la letra de cambio a partir de la Ley de Concursos. En él encontramos
una serie de normas que importan excepciones sustanciales5: el artículo
2º, en cuanto se refiere a los requisitos necesarios para la existencia
formal del título; el artículo 18 (en su fórmula negativa y en su fórmula
positiva), el artículo 11, en cuanto prohíbe oponer al portador la defensa
de haber sido completada la cambial en forma contraria a los acuerdos
que lo determinaron; el artículo 19, en cuanto admite a los obligados
oponer al portador sólo las excepciones que hubiesen podido oponer a
quien endosó a título de mandato; el artículo 20 en cuanto prescribe que
los obligados no pueden invocar contra el portador las excepciones
fundadas en sus relaciones personales con quien hizo el endoso en
garantía; el artículo 22, en cuanto regula las excepciones oponibles al
cesionario; el artículo 57 en cuanto admite la excepción de caducidad de
la letra, el artículo 88 en cuanto prescribe que en caso de alteración los
firmantes responden en los términos del texto originario, y el artículo 96
en cuanto admite la excepción de prescripción.
Dejando de lado la falta de sistemática, todas la normas mencionadas
autorizan la oposición de excepciones sustanciales, a más de quedar
subsistente el mencionado artículo 212 del Código de Comercio.
En esta materia nada tienen que hacer los códigos procesales para
4
En este sentido, el voto de Fontanarrosa en los autos “Pelozzi Hnos. c/Pavisich”,
donde se efectúa un prolijo estudio de las referidas normas con relación al régimen
cambiario (Jurisprudencia de los Tribunales de la Provincia de Santa Fe, t. 30, p.
1470).
5
Alegaciones de hechos que deben ser probados por el interesado y en mérito a
las cuales se argumentan la ineficacia de los hechos constitutivos o de un pretendido
derecho o bien la extinción o modificación del derecho mismo (DE SEMO, Giorgio,
Trattato di Diritto Cambiario, 3ª ed., Cedam, Padova, p. 589).
240
CUESTIONES PROBATORIAS EN DERECHO CAMBIARIO
restringirlas ni para ampliarlas, desvirtuando el contenido que la ley de
fondo asigna al título.
Teniendo las provincias amplia libertad para regular el ejercicio del
juicio ejecutivo es indudable que si dejamos librada la ejecución cambiaria a los diversos regímenes se daría una situación de inseguridad que
conspiraría contra la función asignada a los títulos de crédito.
Pero es más, existe otro tema de fundamental importancia para
circunscribir la esfera de acción de los códigos procesales en esta
materia.
Los códigos procesales no atienden al principio de la personalidad de
las excepciones, principio que –tal como es sabido– es fundamental en
materia cambiaria.
Las excepciones tasadas en dichos códigos, pueden ser opuestas por
cualquier deudor a cualquier acreedor.
La ley procesal, lo afirma Garrigues, no tiene por qué resolver ningún
problema de excepciones personales en la letra de cambio. Se limita a
establecer una tasa de excepciones cuando la acción ejecutiva se funda
en el título cambiario. Esta tasa responde a motivos puramente procesales de rapidez del procedimiento y no al deseo de proteger al tercer
poseedor de la letra contra excepciones derivadas de un contrato en el
que el no ha intervenido6.
En consecuencia, entendemos que la esfera reservada a los códigos
procesales debe limitarse en materia de excepciones oponibles en el
proceso ejecutivo cambiario, a las que hacen a la válida constitución del
mismo. Estas excepciones aun cuando no estaban taxativamente numeradas en el artículo 676 del Código de Comercio fueron admitidas
unánimemente por doctrina y jurisprudencia7.
Para la ley cambiaria, la autonomía del tercer poseedor respecto a las
excepciones oponibles a los tenedores anteriores del título constituye un
principio fundamental que hace al correcto funcionamiento de todo el
sistema.
Para la ley procesal es exactamente lo mismo que en el proceso se
6
GARRIGUES, Joaquín, Tratado de Derecho mercantil, Revista de Derecho Mercantil, Madrid, t. II, p. 234.
7
Ver referencias en CAMARA, Héctor, Letra de cambio y vale o pagaré, Ediar,
Buenos Aires, 1970, t. III, p. 306.
241
DOCTRINA
encuentren las partes que reconocen vínculos directos en la creación o
transmisión del título o que se encuentre el actor frente a un tercero
cambiario.
Por ello, para responder de alguna forma a los requerimientos de la
ley sustancial, se exageran los límites de la apariencia: no se pueden
oponer excepciones personales o excluibles en el proceso ejecutivo
cambiario, ni inter partes ni inter tertios.
Aceptamos que no contemplando la ley cambiaria un procedimiento
especial cabe remitirse a la legislación procesal, mas lo relevante es que
la aplicación del procedimiento no desconozca los principios fundamentales en los que se inspira la ley de fondo.
El problema no estriba tanto en que el juicio ejecutivo se desnaturalice, como en que la acción cambiaria reniegue de sus principios básicos
en función de la vía elegida para su ejercicio. No es posible fundar
soluciones prácticas en principios que no le otorgan sustento jurídico.
Para sustraer al régimen de las excepciones personales que autoriza
el artículo 18 de la ley cambiaria de la esfera del juicio ejecutivo –y el
mismo razonamiento vale respecto de todas las excepciones que la
jurisprudencia encuadra en la veda genérica del artículo 544, inciso 4º,
del Código Procesal Civil y Comercial– se ha llegado a argumentar que
tales normas son de aplicación en el proceso ordinario (sea el promovido
en forma directa o el promovido a tenor de lo autorizado por el art. 553
del Cód. Proc.).
Ello entraña un error que se produce al no comprender debidamente
el espíritu de la legislación ginebrina en la que abreva la nuestra. La ley
de fondo no diferencia en cuanto a la aplicación de los principios
procesales que la informan, el ejercicio de las acciones cambiarias por
vía ordinaria o por vía ejecutiva.
Lo común, lo ordinario y lo normal –lo hemos señalado antes– es que
la acción cambiaria se ejerza por vía ejecutiva y cabe presumir que ello
fue tenido en cuenta por el legislador al incorporar las reformas de 1963.
Recapitulando cuanto hemos referido hasta aquí tenemos que no
altera el régimen sustancial de la letra de cambio la circunstancia de que
en el proceso ejecutivo cambiario se admitan las excepciones personales
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CUESTIONES PROBATORIAS EN DERECHO CAMBIARIO
que tenga el ejecutado contra quien resulte su vinculado directo en la
relación sustancial que le dio origen.
Por el contrario consideramos que se vulneran elementales principios
de justicia al no admitir la oposición de tales excepciones, sin existir
causas que razonablemente lo justifiquen.
Sin perjuicio de lo dicho nuestra jurisprudencia –incluyendo a la
Corte Suprema de Justicia– ha afirmado la prevalencia de las disposiciones procesales limitativas (vgr., arts. 544 y 545, Cód. Proc. Civ. y Com.)
sobre las normas de carácter sustancial de la Ley de Concursos8.
Esta solución, que creemos alejada de una interpretación adecuada
del Derecho positivo, ha paralizado prácticamente el análisis jurisprudencial de múltiples cuestiones de la disciplina cambiaria, contribuyendo en buena medida al anquilosamiento de conceptos, y a una aplicación
desnaturalizada de medios previstos para la protección de la circulación
en casos en los que, precisamente, falta ese elemento9.
3. Cuestiones probatorias en materia cambiaria: plan de trabajo
Teniendo presente las consideraciones precedentes, creemos que el
método más adecuado para abordar el tema de las cuestiones probatorias
en materia cambiaria consiste en individualizar las diferentes situaciones que se dan en el curso de la creación y eventual circulación de un
documento cambiario.
Es con esta base, y atendiendo a las soluciones jurisprudenciales
dadas, que emprendemos el desarrollo siguiente.
3.1. Cuestiones probatorias en la creación del documento
cambiario: carácter de las suplencias legales
Como es sabido, los documentos cambiarios presentan como nota
esencial la regulación legal del contenido mínimo del acto de creación,
8
Ver sobre el tema los precedentes jurisprudenciales que citamos en nuestra Acciones... cit., t. II, ps. 291 y ss.
9
En otros términos, la exclusión o inoponibilidad de excepciones, pensada para
proteger la circulación y únicamente justificable en este marco (inter tertios), ha sido
extendida en base a la tasa procesal de excepciones a cualquier situación de tráfico,
lo que incluye a los obligados directos o inmediatos (inter partes).
243
DOCTRINA
tradicionalmente identificado con la referencia a los “requisitos formales” del título10.
Sin que sea necesario entrar en detalles, la normativa considera nulos
a los títulos cambiarios que no cumplan con las exigencias legales de
contenido mínimo (por ej., arts. 2º y 102, L. C.; art. 2º, Ley de Cheques
24.452 –L. Ch.–; art. 3º, Ley de Facturas de Crédito 24.760 –L. F. C.–).
Ello, salvo que operen las suplencias legales previstas por la propia
normativa cambiaria.
Surge aquí la primera cuestión probatoria: la integración de la voluntad del creador del documento cambiario, ¿es una presunción iuris
tantum o iuris et de iure?
La legislación cambiaria no da una solución expresa a este interrogante.
No obstante ello, creemos con apoyo en los principios esenciales de la
teoría general de los títulos valores que la presunción legal, en cuanto a la
integración de la voluntad del creador, no admite prueba en contrario.
Esta conclusión no presenta dudas entre terceros, dado que la protección del tráfico es el bien jurídico fundamental tutelado por la disciplina
cambiaria. Y al mismo resultado se llega considerando la fuente de la
obligación cambiaria inter tertios: la situación de apariencia11.
Entre partes, la solución dependerá –cuestiones procesales al margen– de la voluntad del creador del documento.
Así:
(i) Si los requisitos formales omitidos lo fueron voluntariamente,
la integración legal de la obligación cambiaria es igualmente
definitiva;
(ii) si se trató de omisiones no queridas, puede ocurrir que los requisitos formales obviados estén o no cubiertos por un pacto
de completamiento. En estas hipótesis, la solución se encuadra
10
En rigor, y aun cuando la denominación tradicional presenta un significado
unívoco en la doctrina, tales requisitos no son de forma, sino de contenido. Rectamente
hablando, la forma de los títulos cambiarios es la escrita y privada. La forma no es
el contenido sino el continente (art. 974, Cód. Civ.). Los requisitos que comúnmente
se llaman formales son en realidad exigencias para la eficacia de las singulares obligaciones cambiarias.
11
Sobre el tema remitimos a nuestra Acciones... cit., t. I, ps. 20 y ss.
244
CUESTIONES PROBATORIAS EN DERECHO CAMBIARIO
en los principios que delineamos más abajo respecto del libramiento del título en blanco.
3.1.1. Cuestiones probatorias en la creación del documento: la
determinación de la obligación debida y el “error de pluma”
En interés de la protección de la circulación del crédito, la normativa
cambiaria contiene diferentes disposiciones que contemplan el “error
de pluma” en la referencia a la suma debida (art. 6º, L. C.; art. 2º,
inc. 5º, L. Ch.).
En estos supuestos, entendemos que la regla legal de interpretación
de una voluntad divergente12 es una presunción iuris et de iure en el
plano inter tertios 13. En cambio, en el plano inter partes, no existiendo
por hipótesis necesidad de tutela de la circulación, el creador del título
podrá oponer a su vinculado inmediato el contenido de su voluntad real,
operando la solución legal como una presunción iuris tantum.
3.2. Cuestiones probatorias relacionadas con el libramiento
o suscripción del documento cambiario en blanco
El documento cambiario 14 admite la conformación sucesiva del contenido mínimo exigido para el acto de creación. De este modo, se
permite una inversión del iter formativo normal (redacción y posterior
suscripción): primero se firma, y luego –pero siempre antes de la presentación del documento al pago– se integran las menciones inicialmente
faltantes (art. 11, L. C.; art. 8º, L. Ch.)15.
Esta posibilidad da lugar a diferentes cuestiones probatorias, las que
abarcan:
12
Por ej., la indicación: “páguese la suma de diez mil pesos” y la referencia
numérica a “$ 1.000”.
13
En este sentido, IGLESIAS PRADA, Juan, El libramiento de la letra de cambio,
en MENENDEZ MENENDEZ, Aurelio (dir.), Derecho cambiario. Estudios sobre la
ley cambiaria y del cheque, Madrid, 1986.
14
Cabe señalar que de los títulos cambiarios existentes: letra de cambio, pagaré,
cheque, cheque de pago diferido, letra hipotecaria y factura de crédito, los dos últimos
mencionados no admiten su libramiento en blanco.
15
Los únicos requisitos que no pueden faltar en el momento inicial son la firma
y la denominación del documento, ambos esenciales para la identificabilidad del documento en blanco como tal (Acciones... cit., t. I, p. 431 y sus referencias).
245
DOCTRINA
(i) La prueba del estado subjetivo del tercero, necesaria para la
oposición de excepciones relativas al abuso –en sentido lato–
de la firma en blanco;
(ii) la prueba del contenido del pacto de completamiento, al efecto
de oponer inter partes las excepciones correspondientes, y
(iii) la prueba de la inexistencia del pacto de completamiento.
3.2.1. Cuestiones probatorias relacionadas con el
libramiento o suscripción del documento cambiario
en blanco: la prueba del estado subjetivo del tercero
La normativa cambiaria, no obstante considerar relevante en diferentes normas el estado subjetivo del tercero (vgr., arts. 11, 17 y 18, L. C.),
no contiene reglas probatorias sobre dicha circunstancia.
Ante ello, la jurisprudencia ha señalado uniformemente que, tal como
ocurre en Derecho común (art. 2362, Cód. Civ.)16, la buena fe se presume17. Ello se justifica, primariamente, porque resultando la buena fe un
hecho básicamente psicológico, sería prácticamente imposible –o al
menos extremadamente difícil– la prueba de un hecho negativo: la
ausencia de mala fe.
Esta conclusión, sin embargo, no puede entenderse absoluta. La
prueba del estado subjetivo del demandado18, si éste pudiera tomar una
actitud esencialmente pasiva en el proceso, sería prácticamente imposible. De allí que, atendiendo a que el acreedor (ahora demandado vía art.
553, Cód. Proc. Civ. y Com.) está generalmente en mejores condiciones
para aportar la prueba que hace a su derecho, consideramos que la teoría
de las cargas probatorias dinámicas19 tiene un interesante ámbito de
operatividad en este terreno.
16
Para este resultado es también muy importante la presunción de titularidad del
art. 17, L. C., cuestión de la que nos ocupamos más abajo.
17
Ver, por ej., Cám. Apel. Civ. y Com. de Concepción del Uruguay, 12-3-71, E.
D. 37-326; Cám. Apel. Civ. y Com. de Dolores, 1-9-79, “Corporación Comercial de
La Plata S. A. c/Scarfatti”; Cám. Apel. Civ. y Com. de San Martín, sala II, 2-4-85,
E. D. 113-577; Cám. Nac. Com., sala A, 2-11-72, E. D. 48-510.
18
Tomamos como hipótesis al juicio de conocimiento posterior en el cual el
previamente ejecutado pretende hacer valer en vía de acción las excepciones vedadas
por la tasa procesal de excepciones y su interpretación jurisprudencial.
19
Ver sobre este tema en el número anterior de la Revista el trabajo de PEYRANO,
246
CUESTIONES PROBATORIAS EN DERECHO CAMBIARIO
3.2.2. Cuestiones probatorias relacionadas con el libramiento
o suscripción del documento cambiario en blanco:
la prueba del contenido del pacto de completamiento
El pacto de completamiento o acuerdo de integración, aunque no es
oponible al tercero de buena fe, tiene su ámbito de influencia en el marco
de la relación inter partes (vgr., suscriptor-tomador).
En dicho ámbito, no existiendo en la legislación cambiaria normas
específicas para la prueba del completamiento abusivo o arbitrario, debe
recurrirse al Derecho Privado general.
De este modo, y conforme a los artículos 1017 a 1019 del Código
Civil:
(i) El abuso de firma en blanco –lato sensu– no puede ser probado
inter partes por testigos;
(ii) el abuso de firma en blanco no puede oponerse al tercero de
buena fe –lo que coincide con lo previsto por la normativa cambiaria–, y
(iii) las reglas enunciadas en (i) y (ii) no son aplicables si el documento en blanco fue sustraído fraudulentamente a la persona a
quien se hubiera confiado –solución inaplicable respecto del tercero cambiario–.
En lo que respecta a la carga de la prueba, la situación es diferente de
la referida en materia de prueba de la mala fe del tercero. En este caso,
siendo ambos sujetos del litigio partes del acuerdo de completamiento,
la carga de la prueba de su violación debe recaer en el que alega tal
circunstancia.
3.3. Cuestiones probatorias relacionadas con la
circulación del documento cambiario
La circulación del derecho cambiario es una condición necesaria para
que operen los principios propios de la disciplina cambiaria (vgr., adquisición a non domino, exclusión o inoponibilidad de excepciones).
En este ámbito, la legislación cambiaria ha establecido una de las
Jorge, Carga de la prueba. Conceptos clásicos y actuales, ps. 97 y ss., y las reflexiones
de LORENZETTI, Ricardo, Teoría general de distribución de la carga probatoria,
ps. 61 y ss.
247
DOCTRINA
reglas más relevantes orientadas a la certeza en la adquisición del
derecho y a la seguridad en su realización: la caracterización del portador legitimado y la del titular del derecho cambiario (art. 17, L. C.; art.
17, L. Ch.).
Adicionalmente, se introducen presunciones tendientes a determinar:
(i) Quién resulta ser endosatario en el caso de un endoso en blanco
o al portador, y
(ii) el tiempo de realización del endoso (art. 21, L. C., y art. 22,
L. Ch.).
3.3.1. Cuestiones probatorias relacionadas con la
circulación del documento cambiario: la
legitimación y titularidad del derecho cambiario
La legitimación se constituye en un concepto de gravitante interés en
la teoría general de los títulos valores en cuanto facilita la actuación del
sujeto que ejerce las acciones cambiarias (art. 17, L. C.), y al mismo
tiempo otorga certeza y seguridad a la situación del sujeto que efectiviza
el pago (art. 43, L. C.)20.
No es un instituto propio del Derecho cambiario, ni tan siquiera del
Derecho Privado, en su acepción más amplia. La idea de legitimación
llega al Derecho Privado desde la órbita del Derecho Procesal. Fue la
doctrina procesalista la que elaboró el concepto de legitimación que
luego fue recibido por el Derecho Privado, especialmente por los comercialistas21.
La legitimación en materia cambiaria alcanza una precisión técnica
afinada.
El concepto de legitimación cartular y su exacta delimitación respecto de la titularidad del derecho, fue elaborado fundamentalmente por
Savigny sobre la base de las nociones paralelas de posesión y propiedad.
De la misma manera que el poseedor puede ejercitar el derecho –usar,
disfrutar y disponer de la cosa–, sin necesidad de ostentar la propiedad,
así puede el tenedor legitimado formalmente pretender el derecho sin
Para un desarrollo más amplio de esta temática, remitimos a nuestra Acciones...
cit., t. I, ps. 72 y ss.
21
LADARIA CALDENTEY, Juan, Legitimación y apariencia jurídica, Bosch,
Barcelona, 1952, p. 42.
20
248
CUESTIONES PROBATORIAS EN DERECHO CAMBIARIO
pertenecerle. Por ello, han de separarse netamente las nociones de
legitimación y titularidad. El legitimado dispone a su favor únicamente
de una presunción iuris tantum de titularidad, como el poseedor.
En este orden de ideas, la legitimación cambiaria es la posibilidad de
hacer valer el derecho de crédito sobre la base del título, sin que se
requiera la demostración de la real titularidad.
Las necesidades prácticas del tráfico negocial determinan que el
legislador se preocupe por establecer con certeza la situación del portador y la del obligado requerido al pago, facilitando el ejercicio del
derecho del primero a satisfacer su crédito, y la liberación del segundo.
Existe un interés incuestionable en el portador en recibir la prestación en base al hecho posesorio, adicionado de formalidades de fácil
comprobación (detentación conforme a la ley de circulación del título).
Paralelamente, el legislador debe asegurar al solvens que paga en base
a tales circunstancias, que no será constreñido a pagar nuevamente.
En materia cambiaria, el artículo 17, primera parte, expresa que “el
tenedor de la letra de cambio es considerado como portador legítimo si
justifica su derecho por una serie ininterrumpida de endosos...” Esto es
la que se denomina función de legitimación del endoso, y su importancia
radica en el hecho de que crea una presunción iuris tantum a favor del
poseedor; el que está legitimado formalmente por una cadena de endosos
regular (ley de circulación de los títulos a la orden) es considerado
también como legitimado material (id est: titular del derecho), en tanto
no se pruebe lo contrario.
En base a las ideas expuestas sobre la legitimación cambiaria, cabe
efectuar las siguientes conclusiones:
(i) La simple legitimación formal no faculta sin más al tenedor
para pretender la realización del crédito incorporado a la letra.
Toda vez que la legitimación importa una presunción iuris tantum
de titularidad, puede el deudor desvirtuarla con los medios probatorios que estén a su alcance.
(ii) La falta de legitimación formal no releva necesariamente al
deudor del pago de la suma cambiaria. Lo que ocurre en esta
hipótesis es que no se verifica la presunción iuris tantum de
titularidad derivada de la legitimación formal, por lo que el
249
DOCTRINA
portador deberá probar su legitimación material (titularidad). Así,
el heredero acompañará la declaratoria correspondiente, y el cesionario el instrumento de cesión.
(iii) Por ello es acertado afirmar que la legitimación formal no es
condición suficiente ni necesaria para pretender el cobro de la
cambial. No es suficiente, en tanto admite prueba en contrario
destinada a hacer caer la presunción iuris tantum de titularidad.
No es necesaria, en cuanto sustituible por otros medios de prueba.
3.3.2. Cuestiones probatorias relacionadas con la circulación
del documento cambiario: la determinación
del endosatario de un endoso en blanco
Tradicionalmente, la legislación cambiaria basada en la propuesta
unificadora de Ginebra no admite –salvo en el caso del cheque– el
libramiento de un título cambiario al portador (art. 1º, L. C.), aunque sí
permite el denominado endoso en blanco o al portador, luego del cual es
factible la transmisión del derecho por la simple tradición del documento (art. 15, inc. 3º, L. C., y art. 15, inc. 3º, L. Ch.).
Para estos casos 22, la normativa cambiaria prevé que en el caso de una
transmisión posterior se considera que el firmante (endosante) ha adquirido la letra por efecto del endoso en blanco.
La presunción elimina, en aras de la circulación del derecho, la
necesidad de indagar la existencia de transferencias intermedias, permitiendo en estos casos la verificación de la cadena regular de endosos,
elemento esencial para la legitimación cambiaria activa (art. 17, L. C.)23.
Ahora bien, cabe preguntarse cuáles son los alcances de la presunción legal.
La respuesta, en atención a las diferentes relaciones jurídicas existentes en la circulación cambiaria, no es única.
Así:
22
La letra hipotecaria (art. 40, ley 24.441) y la factura de crédito (art. 7º, L. F.
C.) no admiten el endoso en blanco o al portador.
23
Y esencial también para la posibilidad del pago liberatorio al legitimado no
titular del derecho (art. 43, L. C.), tema del que nos ocupamos en nuestra Acciones...
cit., t. I, ps. 469 y ss.
250
CUESTIONES PROBATORIAS EN DERECHO CAMBIARIO
(i) Desde la perspectiva del obligado cambiario al que se le reclama
el pago, y en tanto la cadena regular de endosos es un elemento
objetivo, la presunción es iuris et de iure: no puede discutirse
la legitimación cambiaria en base a vicisitudes de transferencias
intermedias no incorporadas al cartular24;
(ii) desde la posición del endosante en blanco y su presunto endosatario, la presunción tiene valor iuris tantum, ya que:
(a) el endosatario presunto no tendrá acción causal contra el
endosante si el documento hubiera circulado por tradición
manual25, y
(b) en los casos de desposesión involuntaria, el endosatario
presunto podrá acreditar su carácter de tercero para rechazar
la pretensión de reivindicación del endosante desposeído26.
3.3.3. Cuestiones probatorias relacionadas con la circulación del
documento cambiario: la determinación de la fecha del endoso
La legislación cambiaria permite como regla que el endoso no requiera como condición de validez la inclusión de la fecha en que se
realiza27.
No importa ello que el tiempo de realización del endoso sea indiferente desde la perspectiva cambiaria, en tanto el denominado endoso
tardío tiene efectos de cesión de derechos (art. 21, L. C.; art. 20, L. Ch.;
art. 7º, L. F. C.).
La solución legal importa básicamente:
(i) Que el endosante, en tanto asume la posición de cedente, no
responde cambiariamente (arg. art. 1476, Cód. Civ.), y
24
Lo que nada prejuzga sobre la necesidad de que el pago se efectúe sin dolo o
culpa grave (art. 43, L. C.).
25
En este caso, como lo señala CAMARA (Letra... cit., t. III, p. 420), le queda
al endosatario presunto la posibilidad de accionar frente a su transmitente, por hipótesis
sin responsabilidad cambiaria.
26
La solución es consistente con la aceptación legislativa del endoso en blanco,
y la consideración del endosatario como un legitimado sin cortapisas (art. 17, primera
parte, L. C.), lo que permite el funcionamiento de la adquisición a non domino (art.
17, segunda parte, L. C.).
27
La excepción es la letra hipotecaria (art. 40, ley 24.441).
251
DOCTRINA
(ii) que el endosatario, en tanto cesionario, queda sujeto a las mismas
excepciones oponibles al endosante (arg. art. 1474, Cód. Civ.).
El alcance de la presunción legal no es uniforme en los títulos
cambiarios.
Así, para el caso de la letra de cambio y el pagaré, se trata de una
presunción iuris tantum28 (art. 21, L. C.), en tanto es una presunción que
no admite prueba en contrario para el caso del cheque (art. 22, L. Ch.)29.
De todas maneras, aun cuando en la Ley de Concursos la presunción
es iuris tantum, en los casos de documentos protestados regularmente no
existe posibilidad práctica de producir prueba en contrario30.
3.4. Cuestiones probatorias referidas al aval: la identificación
del avalado y la calificación de las firmas “extravagantes”
En materia de aval, la legislación cambiaria sienta una presunción
respecto de quién es el avalado cuando el avalista omite indicar tal
circunstancia.
Sin admitir prueba en contrario en el plano cambiario 31, se establece
que la garantía se presta a favor del creador del instrumento (art. 33, L.
C.; art. 52, L. Ch.)32.
La solución, sin embargo, admite ser desvirtuada entre el avalista
y el avalado en tanto ello no afecte el orden cambiario, de modo que
–por ejemplo– el librador podrá negar su carácter de legitimado pasivo
28
Creemos que, en vía analógica, igual solución corresponde a la factura de
crédito.
29
La distinción se justifica en tanto la constancia del rechazo del girado es un
elemento indubitable en cuanto al tiempo de realización del endoso.
30
CAMARA, Letra... cit., t. I, p. 530, señala que en caso de formalizarse el
protesto, como éste reproduce literalmente la cambial y se deja constancia en ésta de
su realización, no existen problemas para la delimitación; llevando el título la cláusula
sin protesto cobra vigencia la presunción revistada.
31
En este sentido, ROJO, Angel, El aval, en MENENDEZ MENENDEZ, Derecho
cambiario cit., ps. 563 y ss., aunque calificando a la solución legal como una norma
de integración de la declaración del avalista, y no una presunción. La solución, como
lo muestran las citas de Rojo, es la mayoritaria en el Derecho Comparado. Para
nuestro Derecho, ver ALEGRIA, Héctor, El aval, Astrea, Buenos Aires, 1975, p. 110.
32
La solución no es uniforme en el Derecho Comparado: la ley cambiaria española
(art. 36) considera que el aval se presta por el aceptante, y en defecto de éste, por
el librador.
252
CUESTIONES PROBATORIAS EN DERECHO CAMBIARIO
de la acción causal, y en el mismo orden de ideas, el avalista podrá
demandar causalmente a quien corresponda, sin verse sujeto a la presunción legal. En otros términos, la disposición legal referida no despliega efectos materiales entre las partes, para las cuales no posee
eficacia imperativa33.
Sin perjuicio de ello, y no existiendo en esta hipótesis razones para
alterar las reglas generales, corresponde a quien la alega la destrucción
de la presunción legal34.
La segunda cuestión probatoria en materia de aval tiene relación con
las denominadas firmas extravagantes, esto es, la simple firma puesta en
el dorso del documento cambiario fuera de la cadena de endosos. El
silencio legal ha dado origen a una amplia discusión doctrinal acerca de
la eficacia cambiaria de la firma extravagante35.
En nuestro medio, y siguiendo esencialmente la posición desarrollada por Alegría36, la jurisprudencia ha creado la presunción de que la
simple firma puesta en el dorso del documento, y a la que no pueda
atribuírsele otro valor cambiario, resulta ser un aval37.
Sin necesidad de extendernos en esta interpretación jurisprudencial
y su análisis o corrección, creemos que dicha presunción sólo puede
considerarse operativa para el tercero ajeno a la suscripción del aval, en
tanto opere a su favor la verificación de la situación de apariencia38.
Diferente es la solución para quien conoce las circunstancias en que
la simple firma del “avalista” fue incorporada al documento. Respecto
33
FERNANDEZ-ALBOR BALTAR, Angel, El aval cambiario, Cívitas, Madrid,
1992, ps. 182 y ss.
34
En igual sentido, FERNANDEZ-ALBOR, El aval... cit., p. 182.
35
Ver referencias en ROJO, El aval... cit.; ALEGRIA, El aval cit., ps. 141 y ss.
y FERNANDEZ-ALBOR, El aval... cit., ps. 224 y ss.
36
ALEGRIA, El aval cit., ps. 145 y ss.
37
En general, los fallos señalan que “si quien firmó en el reverso de un pagaré
como primer endosante no es beneficiario, resulta avalista, pues nadie estampa su
firma en un título de crédito sin intención de asumir una obligación cambiaria, siendo
indiferente la circunstancia de que la firma no haya sido precedida de la aclaración
‘por aval’, tal como resulta del art. 33 del decreto-ley 5965/63” (Cám. Nac. Com.,
sala C, 27-2-87, E. D. 124-548). En un sentido similar, Cám. Nac. Com., sala B,
27-12-88, E. D. 135-233; Cám. Nac. Com., sala A, 23-3-83, E. D. 105-356.
38
Sobre la situación de apariencia como fuente de la obligación cambiaria, remitimos a nuestra Acciones... cit., t. I, ps. 50 y ss.
253
DOCTRINA
de éste, la existencia de la obligación cambiaria puede ser desvirtuada
acreditando que la firma fue puesta sin voluntad negocial39.
3.5. Cuestiones probatorias relativas a la
presentación al pago del documento
La presentación al pago del documento, y la jurisprudencia existente
en torno a su prueba y efectos es uno de los temas de mayor relevancia
práctica.
La referencia legal al “deber” de presentar la letra de cambio o el
pagaré al pago40, combinada con la posibilidad de inclusión de la cláusula sin protesto y la presunción de presentación (art. 50, L. C.) ha dado
lugar a una larga controversia jurisprudencial y doctrinaria que intentaremos sintetizar en los apartados siguientes.
Todo comienza –en nuestro criterio– con un fallo plenario de 1975
en el cual se afirmó que “la norma del artículo 509 del Código Civil,
referente a que en las obligaciones a plazo la mora se produce por su solo
vencimiento, no es aplicable a las obligaciones instrumentadas en pagarés”41.
A partir de allí, tal como lo expresa Legon42, se inició el torturante
recorrido investigatorio de la doctrina y jurisprudencia tendiente a establecer a quién corresponde probar la presentación del documento o su
ausencia, a falta de protesto; las presunciones que juegan en el tema; el
alcance de la cláusula sin protesto; en qué varía la situación si la
39
No es ajeno a la práctica bancaria que quien verifica las firmas de algún obligado
cambiario inicia el documento, indicando generalmente que su firma o visado certifica
firmas, y en su caso facultades, de un obligado cambiario. En esta hipótesis, o en
otras análogas, si se omitiera la referencia a la función del visado o firma, la apariencia
de la existencia de un aval no podría ser aprovechada por quienes, no revistiendo
por hipótesis el carácter de terceros cambiarios, participaren o tuvieren conocimiento
del carácter de la suscripción del empleado bancario.
40
Aunque la Ley de Cheques contiene una norma similar (art. 25), la inexistencia
de obligados directos, la falta de una cláusula similar a la “sin protesto” y su carácter
de instrumento a la vista le resta prácticamente toda posibilidad de controversia a la
cuestión.
41
Cám. Nac. Com. en pleno, 28-4-75, “La Docta Cooperativa de Seguros c/García
Freire, Juan”, L. L. 1975-B-576.
42
LEGON, Fernando, Indexación e intereses en letras de cambio y pagarés, en
E. D. 123-906.
254
CUESTIONES PROBATORIAS EN DERECHO CAMBIARIO
demanda se dirige contra un obligado directo o de regreso, o si el
documento es a la vista; etcétera.
Aun cuando el tema tiene una vinculación directa con el contenido
económico de las acciones cambiarias43, la cuestión puede ser igualmente visualizada analizando las reglas probatorias, y su interpretación
jurisprudencial, respecto a la presentación al pago, su ausencia, y sus
consecuencias.
3.5.1. Principales normas cambiarias involucradas en la controversia
Para una mejor comprensión del tema, y sin perjuicio del análisis más
detenido que luce más abajo, entendemos importante señalar las principales normas cambiarias comprometidas en la controversia.
La primera de ellas es el artículo 40 de la ley concursal, según la cual
“el portador de una letra de cambio pagable a día fijo o a cierto tiempo
fecha o vista debe presentarla para el pago el día en el cual la letra debe
pagarse o en uno de los dos días hábiles sucesivos”44.
La segunda es el artículo 50, Ley de Concursos, que refiriéndose a la
cláusula sin protesto establece que “esta cláusula no libera al portador
de la obligación de presentar la letra de cambio en los términos prescriptos ni de dar los avisos. La prueba de la inobservancia de los términos
incumbe a quien la invoca contra el portador”.
La tercera norma es la contenida en el artículo 52, Ley de Concursos,
que determina el contenido económico de la pretensión cambiaria.
La última la refiere el artículo 63 de la ley concursal, que sienta el
principio de insustituibilidad del protesto en los casos en que este acto
sea requerido (art. 48, L. C.).
3.5.2. La controversia jurisprudencial y los fallos
plenarios de la Cámara Nacional en lo Comercial
El equívoco primario que tiñó la evolución de la jurisprudencia en el
tema que nos ocupa es la exageración del rol de la presentación del
documento al pago.
Así, nuestro desarrollo en Acciones... cit., t. I, Cap. III.
El art. 36, L. C., establece que las letras a la vista deben presentarse dentro
del año de su fecha, salvo cláusula en contrario inserta por el librador –quien puede
disminuir o ampliar el plazo– o por los endosantes –los que sólo pueden abreviarlo–.
43
44
255
DOCTRINA
Partiendo de la consideración de la deuda cambiaria como una dette
quérable45, Williams46 sostuvo como autor y juez:
(i) Que la existencia de la cláusula sin protesto no dispensa al portador de la presentación del título al pago, sino que sólo pone en
cabeza del deudor acreditar que el documento no fue presentado
en los términos legales, circunstancia que presupone lógicamente
la prueba de la presentación por parte del accionante, y
(ii) que si bien el artículo 52, Ley de Concursos, se refiere al vencimiento como elemento determinante para el devengamiento de
los intereses, de ello no puede inferirse que los mismos procedan
de pleno derecho sin presentación del título. En este sentido
señala que no debe olvidarse que el artículo 40, Ley de Concursos,
dice que la presentación se deberá hacer el día en el cual la letra
deba pagarse o en uno de los dos días hábiles sucesivos. La
función del artículo 52 del mismo cuerpo legal –en su concepto–
es precisar desde cuándo corren los intereses para evitar la posible
discusión acerca de si los mismos se devengan desde el vencimiento o desde uno de los dos días hábiles posteriores, de manera
tal que los retrotrae al vencimiento si es que la presentación se
hizo en alguno de estos dos días posteriores.
Esta posición, y la existencia de fallos contradictorios, desembocó en
diversos plenarios de la Cámara Nacional en lo Comercial, los que
establecieron como doctrina legal obligatoria que:
45
La doctrina francesa distingue las deudas en quérables y portables. Las primeras
deben pagarse en el domicilio del deudor y el acreedor debe requerir (quérir) allí la
prestación; las segundas deben pagarse en el domicilio del acreedor y el deudor debe
llevar (porter) a aquél, el objeto de la prestación. Tal diferenciación, como expresa
Jorge Bustamante Alsina (La mora del deudor y la concepción dinámica del patrimonio, en L. L. 1977-D-843), carece de sustento en nuestro Derecho positivo, que
no tiene una norma del tenor del art. 1219 del Cód. Civ. italiano de 1942, que establece
como principio general el de la interpelación al deudor, salvo cuando existe plazo
expreso y la deuda debe pagarse en el domicilio del acreedor. Diferentes plenarios,
en Derecho Privado general, negaron la existencia de la distinción al poner en cabeza
del deudor la prueba de la no concurrencia del acreedor a su domicilio: Cám. Nac.
Com. en pleno, 2-8-82, L. L. 1982-D-116, y Cám. Nac. Civ. en pleno, 21-3-80, L.
L. 1980-B-123.
46
WILLIAMS, Jorge N., La mora en las obligaciones cambiarias, en R. D. C.
O. 1981-135.
256
CUESTIONES PROBATORIAS EN DERECHO CAMBIARIO
1.a) En el caso de pagarés con cláusula sin protesto, la mora del
deudor se produce por el vencimiento del plazo fijado en el
documento, y
1.b) quien invoque la falta de presentación de los documentos al
cobro tiene la carga de la prueba de tal inobservancia47.
2) En los casos de pagarés con cláusula sin protesto exigibles a la
vista y con lugar de pago en el domicilio del deudor, la carga
de probar la omisión de la presentación pesa sobre el ejecutado
invocante de esa carencia48.
3) En la acción directa contra el suscriptor de un pagaré con vencimiento absoluto, y que carece de cláusula sin protesto, es necesaria la presentación para que proceda la revalorización del
capital y el curso de los intereses moratorios49.
4) A los efectos de la aplicación de la doctrina establecida por el
tribunal plenario el 27 de junio de 1986 en la causa seguida
por “Pirillo, José c/Astilleros Carupá S. R. L.”, no constituye
óbice que el domicilio de pago sea el del acreedor. Ante tal
circunstancia sigue siendo carga suya alegar haber presentado
el documento al cobro50.
3.5.2.1. La jurisprudencia posterior a los plenarios
y la presunción de presentación al pago
Si quisiéramos expresar en pocas palabras las consecuencias derivadas
de los referidos fallos plenarios, podríamos decir que para el devengamiento de intereses ex artículo 52, Ley de Concursos, se requiere la mora
del deudor, la que se verifica a través de la presentación del título al pago51.
47
Cám. Nac. Com. en pleno, 17-6-81, “Kairús, José c/Romero, Héctor”, L. L.
1981-C-281. Votaron en disidencia Williams, Martiré y Morandi.
48
Cám. Nac. Com. en pleno, 3-8-84, “Caja de Crédito de los Centros Comerciales
c/Bagnat, Carlos Augusto”, L. L. 1984-C-539. Votaron en disidencia Williams, Martiré,
Morandi y Viale.
49
Cám. Nac. Com. en pleno, 27-6-86, “Pirillo, José c/Astilleros Carupá S. R.
L.”, L. L. 1986-C-475. Votaron en disidencia Arecha, Alberti, Cuartero, Guerrero,
Míguez de Cantore y Garzón Vieyra.
50
Cám. Nac. Com. en pleno, 27-10-86, “Helvetia Argentina Cía. de Seguros
c/Conde, Luis y otros”, L. L. 1986-E-551.
51
No es éste el lugar de realizar una crítica de la solución jurisprudencial, y la
257
DOCTRINA
Tal presentación, como surge con claridad del artículo 50 de la ley
concursal, y de la posición mayoritaria plasmada como doctrina legal
obligatoria en los plenarios referidos, se presume iuris tantum en el caso
de los documentos con la cláusula “sin protesto” o equivalentes (inversión del onus probandi).
La jurisprudencia posterior a los plenarios se ha encargado de clarificar los alcances de la presunción de presentación, de acuerdo a los
siguientes lineamientos:
a) En virtud de que puede resultar ciertamente dificultoso para el
deudor la prueba del hecho negativo –la no presentación–, es
menester que el acreedor señale circunstanciadamente (lugar y
tiempo) haber cumplido con la carga de presentación52: la conducta del acreedor en los pagarés sin protesto debe estar orientada
no sólo a facilitar al tribunal el esclarecimiento de la verdad
objetiva, sino también a posibilitar el ejercicio razonable del
derecho de defensa en juicio del obligado53, lo que por otra
parte resulta una exigencia derivada del principio general de la
buena fe que preside las relaciones jurídicas (art. 1198, Cód.
incorporación de un concepto jurídico extracambiario como la mora en contra del
claro texto del art. 52, inc. 2º, L. C. Sobre el tema, remitimos a nuestro desarrollo
en Acciones... cit., t. I, ps. 119 y ss.
52
Salvo los casos en que la presentación no es legalmente requerida (por ej. art.
48, L. C.), su existencia es insustituible por otros actos (vgr., requerimiento postal o
telegráfico: Cám. Nac. Com., sala A, 23-4-79, L. L. 1980-D-753, y 20-3-96, “Deutsche
Bank Argentina S. A. c/Yamasato, Ernesto”; íd. sala B, 13-2-85, E. D. 116-548).
53
Cám. Nac. Com., sala C, 29-12-89, L. L. 1990-C-210 y 30-5-91, “Iberia Líneas
Aéreas de España S. A. c/López Talabera, Francisco”. En sentido similar, Cám. Nac.
Com., sala B, 5-12-88, L. L. 1989-D-581; íd. sala D, 15-5-90, “Caja de Crédito Díaz
Vélez Coop. Ltda. c/Cono Cancher, V.”; íd. sala E, 6-4-90, L. L. 1990-D-492; S. C.
J. B. A., 13-10-87, L. L. 1988-A-141. En contra, y a nuestro juicio agravando innecesariamente la carga probatoria que recae sobre el deudor cambiario, la sala A de
la Cám. Nac. Com. expresó que: “No cabe sostener válidamente que sólo puede
invocarse la falta de presentación al cobro del título cuando la contraparte ha invocado
la presentación. Ello no concuerda con la doctrina plenaria ‘Kairús’, pues el momento
en que la presentación debe efectuarse, y el lugar de la misma surgen del documento,
fecha de vencimiento y lugar de pago, que no han sido cuestionados, de lo que se
sigue que no ha habido imposibilidad de ofrecer prueba” (“Peralta Ramos, H. c/Roahmer, A.”, 11-8-89). También negó que exista la carga de circunstanciar la presentación
el T. S. J. de Córdoba, 21-12-93, E. D. 160-411.
258
CUESTIONES PROBATORIAS EN DERECHO CAMBIARIO
Civ.). La aplicación de la doctrina plenaria “Kairús” supone que
el ejecutante haya afirmado adecuadamente el lugar y tiempo
de presentación, pues al ejecutado le sería imposible probar que
el documento no fue presentado “en ningún momento y en ningún lugar”54.
b) La carga de indicar las circunstancias de la presentación no es
aplicable a los títulos pagaderos en el domicilio del acreedor55.
c) Todos los medios probatorios son, en principio, válidos para
acreditar el defecto de presentación, inclusive las presunciones.
Pero no existe consenso definitivo a la hora de valorar la eficacia
probatoria de la testimonial de empleados de la demandada56.
d) La declaración del ejecutante que expresa no haber presentado
el título al cobro, o haberlo hecho en un domicilio diferente al
debido, hace caer la presunción de presentación57 .
3.5.2.2. La prueba de la presentación al pago: recapitulación
Aun con los errores conceptuales y falencias valorativas que en otra
54
Cám. Nac. Com., sala D, 31-5-96, “Deutsche Bank Argentina S. A. c/Minujín,
Reynaldo”.
55
Cám. Nac. Com., sala D, 31-3-89, “Naios Najchaus c/Zalcwuas, Manuel” y
10-10-90, Bol. Cám. Nac. Com. 1990-7-861, en el que se expresó que “en el caso
de un pagaré a la vista, con cláusula sin protesto y pagadero en el domicilio del
tomador o primer beneficiario, si bien la tenencia se confunde con la presentación,
ello fue aceptado por el deudor en tanto suscribió el título, por lo que también deberá
aceptar las consecuencias. Por ello, resulta contrario a toda lógica exigir una actividad
especial del ejecutante, o una complementación extracambiaria en la fecha de presentación, por lo que es notorio que el título se encontraba en el lugar donde debía
ocurrir aquélla. El deudor asumió, al aceptar el domicilio de pago, la carga de concurrir
a dicho lugar. Debe aceptarse en consecuencia la fecha de presentación mencionada
por el acreedor –presentación realizada unilateralmente por el tomador del título–”.
56
Por su eficacia, Cám. Nac. Com., sala C, 26-10-84, L. L. 1985-A-110, y 16-6-87,
J. A. 1988-I-657; íd. sala B, 23-2-89, L. L. 1989-D-582; íd. sala E, 6-4-90, L. L.
1990-D-492. Por su inadmisibilidad, Cám. Nac. Com., sala B, 19-11-85, R. D. C. O.
1986-97. Sobre el punto, compartimos lo expresado por Daniel Vítolo (La falta de
presentación de títulos al cobro) al anotar el último fallo mencionado, en cuanto no
es posible enunciar en esta cuestión normas abstractas de apreciación, correspondiendo
a quien juzga determinar en cada caso el valor de los testimonios.
57
Cám. Nac. Com., sala B, 22-4-83, L. L. 1985-A-644, n. 12; íd. sala D, 8-9-89,
E. D. 135-554; íd. sala E, 31-10-89, L. L. 1990-B-152.
259
DOCTRINA
oportunidad hemos señalado58, la jurisprudencia plenaria y los fallos sucesivos son relevantes para determinar las reglas probatorias aplicables a la
presentación del documento cambiario. En este sentido, su utilidad es
manifiesta, ya que la falta de presentación al pago, aunque ajena como regla
al contenido económico de las acciones cambiarias59, posibilita la oposición
de la caducidad de la obligación cambiaria por parte del deudor regresivo60.
Conforme a las normas legales aplicables61, y a la elaboración jurisprudencial realizada al respecto, entendemos que la carga probatoria en
materia de presentación al pago juega en la siguiente forma:
a) Documentos protestables: en la hipótesis de documentos que no
contengan cláusula de dispensa de protesto, la falta de pago del
título, ausente una expresa previsión legal en contrario 62, debe
ser constatada mediante protesto (art. 48, L. C.). En los casos
en que este acto es requerido, ningún otro acto o instrumento
puede suplirlo (art. 63, L. C.)63. De allí que la presentación sólo
podrá ser probada mediante el protesto, ocasionando su falta la
caducidad de las obligaciones regresivas (art. 57, L. C.).
b) Documentos con la cláusula “sin protesto” o equivalentes: en
este caso, conforme a la doctrina plenaria referida y al artículo
50 de la Ley de Concursos, la presentación al pago se presume.
Sin perjuicio de ello, y teniendo en consideración la jurisprudencia posterior a los plenarios:
(i) corresponde al actor referir circunstanciadamente (al menos
tiempo y lugar) la presentación al pago, de forma tal que el
ejecutado pueda controvertir razonablemente la prueba del
hecho negativo;
(ii) la carga de circunstanciar la presentación al pago no es exigible
en los documentos pagaderos en el domicilio del acreedor, y
En nuestra Acciones... cit., t. I, ps. 119 y ss.
Salvo la hipótesis del documento a la vista, en el cual la exigibilidad del documento depende de la presentación al pago.
60
En el juicio ejecutivo, vía inhabilidad de título.
61
Principalmente, arts. 40, 50 y 63, L. C.
62
Por ej., art. 48, última parte, y 58, L. C.
63
Cám. 1ª Civ. y Com. de Bahía Blanca, sala I, 1-9-81, Rep. L. L. XLII-1521,
Nº 57; S. C. J. B. A., 13-10-87, J. A. 1989-II-17.
58
59
260
CUESTIONES PROBATORIAS EN DERECHO CAMBIARIO
(iii) la presunción de presentación no opera si el ejecutante expresa no haber presentado el título al cobro64, o haberlo
hecho en un lugar diferente del debido (art. 41, L. C.).
3.6. Cuestiones probatorias concernientes a la relación causal: el
documento cambiario como prueba de la relación subyacente
Como lo hemos expresado y justificado en otra oportunidad65, la
relación jurídica cambiaria ha de pensarse y reconstruirse intelectualmente como distinta de la relación causal.
Este esquema intelectual, no debe hacernos olvidar la naturaleza
esencialmente utilitaria de dicha dualidad de vínculos obligatorios, y las
relaciones de alternancia y concurrencia entre ambos66 .
Cabe ahora preguntarnos por la influencia de la cambial al momento
del ejercicio de la acción causal, y en especial por su relevancia probatoria respecto de la existencia y alcance del negocio subyacente67.
No existen dudas posibles a la hora de determinar a quién le cabe la
carga de la prueba de la existencia de la relación fundamental, carga que
pesa sobre el portador (arg. art. 377, Cód. Proc. Civ. y Com.)68.
Pero el debate surge al momento de asignar al instrumento cambiario
–con independencia de su validez o exigibilidad– el carácter de principio
de prueba por escrito de la existencia y características de la obligación
causal, o el de un documento continente de una promesa de pago o
reconocimiento de deuda69.
64
Incluyendo en este supuesto a la demanda ejecutiva que hace referencia a la
notificación o aviso de vencimiento, sin mencionar una presentación posterior.
65
En nuestra Acciones... cit., Cap. 1.
66
Ver Acciones... cit., t. II, p. 81.
67
Recordamos que la emisión o transmisión del documento cambiario, excepción
hecha de la emisión de la letra hipotecaria (art. 37, ley 24.441) no produce la novación
de la relación causal (art. 61, L. C.).
68
En este sentido la sala E de la Cám. Nac. Com. expresó que “quien promueve
acción causal, en razón de haber prescripto la acción cambiaria, deberá probar la
relación fundamental que generó la creación del pagaré, no pudiendo pretender que
acreditada la firma del documento el negocio subyacente se presuma y pruebe con
la sola presentación del título” (autos “San Miguel, A. c/Harrington, J.”, del 3-10-86).
69
Esta última opción habilitaría en ordenamientos jurídicos como el italiano, a
dispensar al actor de la carga de probar la relación fundamental (art. 1988, Cód. Civ.).
261
DOCTRINA
No existiendo en nuestro Derecho positivo la figura de la promesa de
pago (art. 1988 del Cód. Civ. italiano), cabe analizar primeramente si el
documento cambiario puede considerarse un reconocimiento expreso de
deuda70.
En tanto no consideramos a la mención de “la causa de la obligación
original” (art. 722, Cód. Civ.) como derecho disponible para las partes,
salvo que la cambial contenga una referencia a la relación de valuta
(lo que no es habitual en las letras y sí lo es en los pagarés), y se
cumplan los demás requisitos exigidos por el artículo 722 del Código
Civil –lo que ciertamente no es de práctica–, entendemos que no puede
considerarse a la cambial como un reconocimiento de deuda expreso,
al que pudiera aplicarse la presunción del artículo 500, Código Civil,
y la consecuente inversión del onus probandi de la relación fundamental.
Creemos, en consecuencia, que al documento cambiario sólo puede
asignársele –con carácter genérico– un alcance de principio de prueba
por escrito de la relación fundamental, esto es el valor que tiene “cualquier documento público o privado que emana del adversario, de su
autor o de parte interesada en la contestación o que tendría interés si
viviera” (art. 209, Cód. Com.).
Lógicamente, el valor indiciario de dicha prueba será mayor en el
caso de que el documento cambiario haga referencia a la relación de
valuta (o, en su caso, de provisión).
Este es, por otra parte, el criterio tradicionalmente sostenido por
nuestra doctrina y jurisprudencia71.
70
La figura del reconocimiento expreso de deuda (art. 722, Cód. Civ.) es la única
relevante a la hora de determinar la eficacia probatoria del documento cambiario.
Que la emisión o transmisión del documento cambiario importe un reconocimiento
de deuda tácito (art. 721, Cód. Civ.), con el alcance de interrumpir la prescripción
de la obligación causal, a ninguna conclusión lleva en el tema que ahora nos ocupa.
71
DASSEN, Julio, Efectos de la emisión de un título cambiario sobre la relación
jurídica originaria, en L. L. 4-222; SABATE PREBISCH, Eduardo, El ejercicio de
la acción causal cuando la acción cambiaria está prescripta, en Revista Jur. de la
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de Tucumán 1957-I-135; CAMARA, Letra...
cit., t. III, p. 437. En jurisprudencia, Cám. Nac. Com., sala A, 8-11-77, E. D. 78-248;
Cám. Nac. Com., sala B, 30-6-78, “Etchegoin, M. c/Dipieri, C.”; Cám. Nac. Com.,
sala E, 7-8-85, E. D. 117-267.
262
CUESTIONES PROBATORIAS EN DERECHO CAMBIARIO
3.7. Cuestiones probatorias atinentes a la acción de
enriquecimiento: la carga de la prueba del enriquecimiento
Adoptando el modelo germánico, y siguiendo casi literalmente al
artículo 67 de la ley italiana, el artículo 62, Ley de Concursos, dispone
que “si el portador hubiese perdido la acción cambiaria contra todos los
obligados y no tuviese contra ellos acción causal, puede accionar contra
el librador, el aceptante o el endosante por la suma en que se hubiesen
enriquecido injustamente en su perjuicio”.
Se incorpora así al ordenamiento cambiario72 un último remedio en
beneficio del portador del título: la acción de enriquecimiento73.
En el ámbito de este trabajo, la cuestión más relevante pasa por el
análisis de la carga de la prueba del enriquecimiento.
Tradicionalmente, la doctrina entiende que corresponde al accionante la carga de la prueba de los requisitos objetivos de la acción (daño y
enriquecimiento)74.
Así, según esta orientación, el portador deberá acreditar la pérdida de
las acciones cambiarias respecto de todos los obligados, la inexistencia
de acción causal (lógicamente, respecto de su vinculado directo) y la
locupletatio o enriquecimiento del accionado.
Aun cuando la prueba es particularmente difícil, toda vez que el actor
resulta normalmente extraño a la relación que ha determinado el enriquecimiento, tal rigidez inicial se morigera permitiendo al juez la valoración de la conducta de las partes durante el proceso (en base a normas
de un tenor similar al art. 165, inc. 5º del Cód. Proc. Civ. y Com.) y la
presunción simple de existencia del enriquecimiento75.
72
La acción de enriquecimiento es admisible en el cheque (art. 65, L. Ch.), en
la letra hipotecaria (art. 46, ley 24.441) y a la factura de crédito (art. 15, L. F. C.).
73
Del tema nos ocupamos en extenso en nuestra Acciones... cit., t. II, Cap. 15.
74
DE SEMO, Trattato... cit., p. 618, CASTELLANO, Gaetano, La responsabilità
cambiaria nei limiti dell´arrichamento, Cedam, Padova, ps. 354 y ss.; CAMARA,
Letra... cit., t. III, p. 456. En este sentido, fallo de la Casación italiana, 27-6-56, B.
B. T. C. 1956-II-518. En el Derecho español, Pérez de la Cruz sostiene que la carga
de la prueba corresponde al actor cuando el sujeto pasivo no resulta el librador (PEREZ
DE LA CRUZ, Antonio, Las acciones cambiarias, en MENENDEZ MENENDEZ,
Derecho cambiario... cit., p. 695).
75
Así, CASTELLANO, La responsabilità... cit., p. 356.
263
DOCTRINA
En nuestra opinión, tal criterio debe ser parcialmente modificado,
considerando que la liberación de la deuda cambiaria sin justificación en
el plano causal era la circunstancia determinante de la locupletatio76.
Ahora bien, en tanto la liberación en el plano cambiario resulta un
hecho constitutivo del enriquecimiento, su falta de justificación en el
plano causal es a nuestro entender una circunstancia modificativa, que
debe ser alegada y consecuentemente probada por el accionado.
De esta manera, nos parece que se logra una adecuada composición
de los intereses en juego, y se pone en cabeza del sujeto pasivo de la
acción la prueba de la circunstancia que él está en condiciones inmejorables de producir: la neutralización causal del enriquecimiento verificado en el plano cambiario.
Poner en cabeza del actor dicha carga, importa casi negar la posibilidad de ejercitar la acción, u obliga a construir atenuaciones a la regla
afirmada (vgr., valoración de la conducta de las partes, presunción
simple), que prácticamente la vacían de contenido.
3.8. Cuestiones probatorias en las alteraciones
de los documentos cambiarios
Las alteraciones (falsificación) del documento cambiario afectan los
elementos materiales77 del acto cambiario, pero presuponen la autenticidad de la firma del obligado requerido al pago78.
La falsificación exige la previa existencia de los elementos que el
76
En nuestra Acciones..., t. II, ps. 148 y ss., explicamos que el enriquecimiento
puede ser identificado con la liberación de la responsabilidad cartular sin justificación
en el plano de las relaciones subyacentes. Ello significa que el enriquecimiento que
se verifica en el plano cambiario no debe encontrar justificativo en el plano causal,
lo que ocurriría –por ej.– si la relación subyacente fuere nula.
77
Téngase presente que si lo que se alega es la discordancia del texto de la
cambial con la realidad, o el incumplimiento del pacto de completamiento de la cambial
en blanco, no estamos ante un supuesto de falsedad material, sino ideológica, no
cubierta por la excepción en estudio, y además –según la jurisprudencia dominante–
improponible en el juicio ejecutivo (ver, por ej., Cám. Fed. de Resistencia, 19-7-84,
E. D. 112-499; Cám. Nac. Com., sala E, 11-3-86, L. L. 1986-D-520; Cám. 3ª Civ. y
Com. de Córdoba, 7-8-87, L. L. C. 988-209; Cám. Nac. Com., sala C, 4-5-90, L. L.
1990-E-90).
78
Si se falsifica la firma y el contenido del documento cambiario, la excepción
oponible es la de falsedad.
264
CUESTIONES PROBATORIAS EN DERECHO CAMBIARIO
falsificador altera; constituye una modificación de una anterior realidad
cartular.
Pero esta modificación no llega al extremo de destruir en todos sus
términos el acto cambiario inicial. Simplemente, a consecuencia de la
maniobra, la obligación no puede ser determinada en el título en sus
términos originales. Afecta las exigencias de contenido del acto de
creación (requisitos formales).
Dos cuestiones probatorias son particularmente relevantes en materia
de alteraciones: la carga de la prueba de la falsificación y el alcance de
la presunción establecida por el artículo 88 de la ley concursal.
3.8.1. Cuestiones probatorias en las
alteraciones: la carga de la prueba
Contrariamente a lo que sucede en materia de falsedad de firma, cuya
carga probatoria pesa –a nuestro entender– sobre el accionante79, en
materia de falsificación del texto documental, reconociéndose como
auténtica la firma del requerido, la prueba corresponde a éste.
Tal como lo enseña Vivante, la presunción de que la declaración
cambiaria antepuesta a la firma auténtica es verdadera, acompaña a la
letra de cambio en su circulación y la sostiene cuando hay que hacerla
valer en juicio. El adquirente de la letra de cambio, que ha comprobado
la autenticidad de la firma, está autorizado para confiar en la declaración
antepuesta porque, pudiendo ser escrita la misma por cualquiera y
también impresa o litografiada, no habría manera de comprobar su
legitimidad. Si la carga de esta prueba recayese sobre el tenedor del
título, casi siempre en la imposibilidad de proporcionarla, el valor de la
letra de cambio resultaría verdaderamente irrisorio80.
79
La solución de la jurisprudencia plenaria en Buenos Aires es diferente: por ej.,
Cám. Nac. Com. en pleno, 28-7-70, L. L. 139-581, que estableció como doctrina
legal obligatoria que “para resolver la excepción de falsedad opuesta en la ejecución
de un documento cambiario protestado, fundada en la negativa de la autenticidad de
la firma, debe estarse a la norma del art. 549 del Cód. Proc. en lo que atañe a la
carga de la prueba”. La solución de la doctrina plenaria fue objeto de nuestra crítica
en Acciones... cit., t. I, ps. 397 y ss.
80
VIVANTE, Cesare, Tratado de Derecho mercantil, 5ª ed., Reus, Madrid, 1936,
t. III, p. 270.
265
DOCTRINA
No estará de más recordar que “todo aquel contra quien se presente
en juicio un instrumento privado firmado por él está obligado a declarar
si la firma es o no suya” (art. 1031, Cód. Civ.), resultando el reconocimiento judicial de la firma suficiente para que el cuerpo del instrumento
quede también reconocido (art. 1028, Cód. Civ.).
Quien comienza por reconocer la autenticidad de su firma, admite la
válida constitución de la obligación cambiaria a su respecto, creando la
presunción de que el cuerpo del instrumento es igualmente auténtico.
Si ello no fuera así, estaría invocando un hecho modificativo o
extintivo de tal obligación, y aquí no habría inconveniente en admitir el
libre juego de los principios que gobiernan la carga de la prueba. En este
punto, el régimen de la falsificación difiere notablemente del propio de
la falsedad81.
3.8.2. Cuestiones probatorias en las alteraciones:
la presunción del artículo 88 de la ley concursal
La alteración del documento cambiario, frente a la situación relativa
de los diversos firmantes es materia de especial preocupación para el
Derecho cambiario, en la medida que su dilucidación toca aspectos
centrales de la disciplina.
Apartándose de la opinión de Vivante –quien entendía que los firmantes anteriores a la alteración no respondían cambiariamente82– el
artículo 88, Ley de Concursos, regula específicamente el tema, y expresa
que: “en caso de alteración del texto de la letra de cambio, los que
hubiesen firmado después de la alteración quedan obligados en los
términos del texto alterado; los firmantes anteriores responden en los
términos del texto originario. Si no resultase del título o no se demostrase que la firma fue puesta antes o después de la alteración, se presume
que ha sido puesta antes”.
La solución legal es plenamente congruente con la teoría de la
apariencia, ya que no resulta lógico imputar a los firmantes anteriores a
81
Aunque paradójicamente, conforme la doctrina plenaria referida, la solución
termina siendo la misma.
82
VIVANTE, Tratado... cit., t. III, p. 267.
266
CUESTIONES PROBATORIAS EN DERECHO CAMBIARIO
la alteración la apariencia generada por el documento falsificado, así
como sí lo es respecto de los firmantes posteriores a la alteración.
La alteración no es imputable al firmante anterior desde el punto de
vista del criterio del riesgo aumentado que gobierna la disciplina cambiaria, ya que el riesgo de falsificación no es dominable de antemano por
el firmante. El riesgo de falsificación es un riesgo general del tráfico, no
particular a la circulación cambiaria, y debe ser soportado por los
adquirentes83.
La solución a que arriba la ley, si bien equilibra los intereses en juego,
presenta la singularidad de que la cambial alterada es susceptible de
contener obligaciones de disímiles características según el momento de
la suscripción.
La presunción legal, como surge del texto transcripto, es de carácter
probatorio o iuris tantum84.
3.9. Cuestiones probatorias en el proceso de cancelación
La incorporación y objetivación del derecho en el título valor, así
como la operatividad de la legitimación cartular, exigen la posesión,
exhibición y –en su caso– restitución del título como condición básica y
primaria.
Tal circunstancia era ya puesta de manifiesto por la clásica doctrina
de la materia.
Vivante, en su conocida definición de título de crédito como “un
documento necesario para ejercitar el derecho literal y autónomo expresado en el mismo”, alegaba que el título es un documento necesario para
ejercitar el derecho porque, en tanto el título existe, el acreedor debe
exhibirlo para ejercitar cualquier derecho85.
Brunner, por su parte –y en la definición mayoritariamente seguida por
83
PAZ ARES, Cándido, Las excepciones cambiarias, en MENENDEZ MENENDEZ, Derecho cambiario... cit., p. 303, con cita de Canaris.
84
CAMARA, Letra... cit., t. I, p. 492, y su nota 433, con los antecedentes de la
solución legal, y afirmando que se trata de una norma interpretativa consistente con
los principios probatorios.
85
VIVANTE, Tratado... cit., t. III, p. 136. Recordemos que en la construcción
vivantiana, el concepto de necesidad resultaba la forma técnica adecuada que reemplazaba a la incorporación.
267
DOCTRINA
la doctrina alemana–, conceptualizaba al título valor como “un documento
que incorpora un derecho de carácter privado de tal forma que para el
ejercicio del mismo es necesaria la posesión del documento”86.
De ambas definiciones, se sigue que el documento es necesario para
el ejercicio del derecho, pero no para su existencia.
La pérdida, sustracción o destrucción del documento cambiario, si
bien no implica la extinción del derecho de su poseedor legitimado,
importa la desaparición del soporte material sobre el cual se basan
principios esenciales de la disciplina jurídica, orientada a representar en
el título las garantías de certeza y seguridad en cuanto a la existencia y
exigibilidad de la prestación.
El sujeto desposeído –en sentido lato– del título, si pretende ejercer
su derecho y exigir la prestación dineraria, debe probar los extremos que
justifiquen la existencia, adquisición y contenido del mismo.
El Título IX de la Ley de Concursos (arts. 89 a 95), bajo el acápite
De la cancelación, se ocupa del procedimiento a seguir en caso de
pérdida, sustracción o destrucción de una letra de cambio o pagaré (art.
103, L. C.)87.
Teniendo en cuenta las graves consecuencias que origina para el
portador la desposesión del documento, en tanto le imposibilita ejercitar
los derechos a él inherentes, la ley ha previsto un procedimiento particular –la cancelación cambiaria–, mediante el cual es posible conseguir
un “subrogado” del título, dotado de análoga eficacia a los fines del
ejercicio del derecho cartular88.
Lógicamente, y teniendo en cuenta la finalidad objetiva de la disciplina cambiaria, el procedimiento no podría desplazar la titularidad del
crédito cambiario, ya que ello equivaldría a asignar carácter no excluible
a las excepciones derivadas de la pérdida o sustracción del título. Y esta
solución, no es compatible con una adecuada tutela de la circulación.
Por ello, y aun cuando el portador desposeído obtenga la cancelación
de la cambial, ello –según expresa el artículo 93, Ley de Concursos– “no
HUECK, Alfred y CANARIS, Claus, Derecho de los títulos valor, 1ª ed. en
español, Ariel, Barcelona, 1988, p. 1.
87
El procedimiento es aplicable en vía analógica a los demás instrumentos cambiarios.
88
PAVONE, Cambiale, p. 711.
86
268
CUESTIONES PROBATORIAS EN DERECHO CAMBIARIO
perjudica los derechos que eventualmente pudiera tener el poseedor que
no formuló oposición contra el que obtuvo la cancelación”.
Dos temas centrales vinculan este procedimiento de cancelación con
la prueba:
a) La comprobación de los extremos denunciados por el actor que
pretende la cancelación del título, y
b) la prueba de la oposición prevista por el artículo 89.
3.9.1. Cuestiones probatorias en la cancelación cambiaria:
la prueba de la desposesión y el contenido de la cambial
La demanda de cancelación (art. 89, L. C.) se basa en dos circunstancias básicas: la desposesión involuntaria y la legitimación del cancelante. Vamos a analizar someramente ambas situaciones.
A diferencia de lo regulado por otras legislaciones, nuestra ley no
contiene disposición alguna sobre los medios de los cuales puede valerse
quien ejerce la acción de cancelación, pudiendo inferirse que existe
amplitud de criterio respecto a su admisibilidad.
En consecuencia cabe admitir como medio de prueba la documental
(principio de prueba por escrito), la testimonial y la de presunciones o
indicios.
Considerando el carácter voluntario y la ausencia de contradictor, es
a cargo del cancelante la prueba de:
(i) El contenido literal de la letra y la preexistencia de la misma
en su poder, como portador legitimado;
(ii) el hecho concreto que produjo la desposesión: pérdida, sustracción o destrucción, que podría corroborarse conforme a la naturaleza de cada caso (constancias de la denuncia policial, de
la causa penal, etc.).
Si bien existe amplitud probatoria, la apreciación de los extremos
invocados por el cancelante debe ser severa, en atención a la circunstancia que conforme a la regulación legal el auto que dicte el juez en el
supuesto de inexistencia de oposición va a tener carácter definitivo.
269
DOCTRINA
3.9.2. Cuestiones probatorias en la cancelación cambiaria:
la prueba en la oposición al auto de cancelación
Quien presenta oposición dentro del término legal (60 días de la
última publicación edictal: art. 89, L. C.) debe acompañar la cambial, de
cuyo tenor literal o documentación acompañada (vgr., contrato de cesión) debe surgir la legitimación invocada.
Esta etapa eventual89 del proceso de cancelación tiene por objeto
permitir al tercer adquirente de buena fe y que recibió la cambial
conforme su ley de circulación (art. 17, L. C.) impedir la eficacia del
auto de cancelación, la que anula toda posibilidad de cobro en base al
documento, toda vez que produce la desincorporación y pérdida de
legitimación formal del adquirente.
No existen dudas, en base a la esencialidad de la función circulatoria
en la disciplina cambiaria, que en el eventual conflicto de intereses entre
el portador desposeído y el actual legitimado de buena fe90 habrán de
prevalecer las razones de este último, por lo que la oposición habrá de
desestimarse.
Pero deducida la oposición, cabe preguntarse por la distribución de
la carga probatoria, en orden a la ya delineada función de legitimación
de los títulos valores en general, y de los cambiarios en particular.
En forma coherente con los efectos asignados a la publicidad edictal,
creemos que la presunción iuris tantum de titularidad que importa la
legitimación cambiaria no deja de ser operativa por la publicidad del
auto de cancelación (arg. art. 92, L. C.).
Por lo tanto, corresponderá al cancelante desvirtuar dicha presunción91, de manera tal que para el caso de adquisición a non domino (art.
17, segunda parte, L. C.), se deberá acreditar la mala fe o culpa grave en
la adquisición (id est: conocimiento o desconocimiento en forma gravemente negligente de la falta de derecho de su transmitente).
89
La calificación de eventual de esta etapa del procedimiento, no sólo se debe a
que su ausencia no perjudica los derechos del tercero de buena fe (art. 93, L. C.),
sino también a que no en todos los supuestos fácticos que permiten la cancelación
(art. 89, L. C.) ella es proponible (vgr., destrucción del título).
90
Sobre el concepto de buena fe, remitimos a lo expuesto en el t. I, ps. 407 y ss.
91
En este sentido, PAVONE, Cambiale cit., p. 739 (con referencias en nota de
jurisprudencia de la Casación italiana).
270
CUESTIONES PROBATORIAS EN DERECHO CAMBIARIO
La solución del tema planteado debe, sin embargo, considerar algunos matices. Quien se opone, exhibe un derecho ante quien acciona por
cancelación. Se da una contradicción entre la legitimación reclamada y
la legitimación presentada92.
Esto impone una morigeración, al menos en los casos en que la
adquisición del título es posterior a la publicidad edictal del auto de
cancelación93, de la directa imposición de la carga de la prueba al
cancelante.
En estos casos, la decisión judicial debe fundarse en la valoración de
las pruebas aportadas por ambas partes, debiendo ir a la sustancia del
derecho invocado.
CORTEZ, Luis, La amortización de los títulos cambiarios, en MENENDEZ
MENENDEZ, ob. cit., p. 866.
93
Recordamos que el auto de cancelación, en tanto no tenga fuerza definitiva,
no enerva la aptitud circulatoria del documento. Ver sobre el tema nuestra Acciones...
cit., t. II, ps. 194 y 195 y sus referencias.
92
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