¿Puede o debe la mujer ejercer dominio sobre el varón fuera de las

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¿PUEDE LA MUJER EJERCER DOMINIO SOBRE EL VARÓN?
¿Puede o debe la mujer ejercer dominio sobre el varón
fuera de las reuniones de la iglesia local?
Los que amamos la verdad, bien entendemos y aplicamos lo que enseña el patrón de
Cristo respecto a la mujer en la asamblea local, "Y si quieren aprender algo en
particular, pregunten a sus mismos maridos en casa: porque es cosa indecorosa
que una mujer hable en la asamblea" (1 Cor. 14:35, VM). Si desea profundizar este
punto, consulte la obra “Mujeres predicadoras”.
"En las iglesias humanas (católicas y protestantes) en los tiempos de la actualidad
más y más se está introduciendo la mujer en la dirección de los cultos públicos y en la
administración (el clero) de dichas iglesias. Esto se debe al modernismo clásico que controla
a las denominaciones principales de hoy en día. Más y más iglesias de Cristo en los EE.UU.
se están moviendo en la misma dirección antibíblica" (Notas sobre 1 de Corintios, Bill H.
Reeves).
"Los modernistas acusan a Pablo, y a los que hoy en día abogamos por la doctrina
apostólica (Hech. 2:42; 1 Jn. 4:1-6) de ser machistas o chauvinistas, mal representándonos
de tener prejuicios en contra de la mujer, al no permitir que ella participe en el liderazgo de
la iglesia local. Pero el caso es todo lo contrario: son ellos los que tienen prejuicios,
teniéndolos en contra de la Palabra de Dios. ¡No temen a Dios, ni respetan su
palabra! Ellos acusan a Pablo de prohibir a la mujer hablar en la iglesia (en el sentido del
contexto que estamos comentando) porque era soltero, y no hombre casado. Tal
argumento implica que las Sagradas Escrituras son la palabra de hombres ordinarios, y por
eso nada inspirados por el Espíritu Santo. ¡Los modernistas niegan la inspiración de las
Escrituras! Mis hermanos en la fe, que hacen los mismos argumentos que se basan en la
cultura del día, revelan que están contagiados del modernismo. Tampoco respetan éstos la
inspiración de las Escrituras. La cuestión del papel de la mujer en la iglesia no tiene nada
que ver con la cultura del día" (Ibíd).
El apóstol Pablo, por el Espíritu, también dijo “Porque no permito a la mujer
enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre…” (1 Tim. 2:12). Entonces, la
prohibición de “enseñar” impuesta a la mujer está calificada por la frase“sobre el
hombre”. Lo mismo sucede con “ejercer dominio”.
Obviamente, la mujer nunca puede “ejercer dominio sobre el hombre” y querer
agradar a Dios al mismo tiempo (1 Tim. 2:12-15; 1 Cor. 14:34-35). ¿Por qué? 1) Porque
Adán fue formado primero, después Eva (1 Tim. 2:13). 2) Porque Adán no fue engañado,
sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión (1 Tim. 2:14).
El Espíritu Santo, revela dos razones por las cuales existe este orden de autoridad, y
son: 1) “El orden de creación”. 2) “Las circunstancias que rodearon el fracaso en el Edén”.
Recordemos, además, que esta verdad de Dios el apóstol Pablo la enseñaba “en
todas partes y en todas las iglesias” (1 Cor. 4:17).
Respecto a lo anterior, alguno podría afirmar: “ESTA ENSEÑANZA ESTÁ LIMITADA
SOLAMENTE A LAS REUNIONES DE LA IGLESIA LOCAL”.
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Por Josué I. Hernández
www.JosueEvangelista.com
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¿PUEDE LA MUJER EJERCER DOMINIO SOBRE EL VARÓN?
Pero, notemos que el apóstol no dijo “Porque no permito a la mujer enseñar, ni
ejercer dominio sobre el hombre EN LAS REUNIONES DE LA IGLESIA LOCAL”.
El Espíritu Santo reveló claramente, por boca de Pablo, “Porque no permito a
la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre…” Y esta declaración no está
limitada a LAS REUNIONES DE LA IGLESIA LOCAL.
La Escritura también dice: “Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de
todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo” (1 Cor.
11:3). Por lo tanto, la doctrina de Cristo revela claramente EL ORDEN DE AUTORIDAD en el
patrón de Dios, es decir, el significado y aplicación de ser “cabeza” en la voluntad del Señor.
Esta cuestión de liderazgo es la idea central que corre a través del capítulo 11 de la 1 de
Corintios.
El Señor Jesús se ha sujetado al Padre, aun siendo igual a él en poder, en gloria y
naturaleza divina (Cristo es Dios, Jn. 1:1; Rom. 9:5; Col. 1:15). La sujeción de Cristo al
Padre no significa alguna inferioridad, sino subordinación (Jn. 8:29). Así también, la sujeción
de la mujer al varón no involucra su inferioridad sino la sujeción de ella en el orden de
autoridad de Dios, su subordinación obediente por temor del Señor, y esto bajo la voluntad
de Cristo, es decir “sujeción en el Señor” o “conforme a la voluntad del Señor”.
La mujer piadosa no intentará ejercer alguna autoridad por sobre el varón en ningún
momento o lugar, porque esto simplemente no agrada a Dios, no es parte de la voluntad de
Cristo y la quita de su verdadero rol revelado claramente en la páginas del Nuevo
Testamento (1 Tim. 2:15; 5:14; Tito 2:3-5).
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Por Josué I. Hernández
www.JosueEvangelista.com
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