220-402 Ref: Aprobación de Avalúos de aportes en especie en sociedades Vigiladas y Controladas. En atención a la consulta presentada por usted ante esta Superintendencia y radicada con el número 247.823-0, en la cual en primer lugar solicita nuestro concepto acerca de la necesidad de autorización previa por parte de la Superintendencia de Sociedades de los avalúos de los bienes que han de aportarse como capital a una sociedad vigilada y en segundo lugar nos pide establecer una clara diferenciación entre los términos entidad vigilada y entidad controlada, nos permitimos informarle lo siguiente: 1- En cuanto a la necesidad de autorización previa de esta Superintendencia del avalúo de los bienes que han de aportarse como capital a una sociedad vigilada, hay que tener presente que el tema de los avalúos de aportes en especie, se encuentra desarrollado por el artículo 132 del Código de Comercio en los siguientes términos: "Cuando se constituya una sociedad que deba obtener permiso de funcionamiento, los aportes en especie se avaluarán unánimemente por los interesados constituidos en junta preliminar, y el avalúo debidamente fundamentado se someterá a la aprobación de la Superintendencia de Sociedades. El valor de los aportes en especie posteriores a la constitución será fijado en la Asamblea o en Junta de Socios con el voto favorable del sesenta y cinco por ciento o más de las acciones, cuotas o partes de interés social, previa deducción de las que correspondan a los aportantes, quienes no podrán votar en dicho acto. Estos avalúos debidamente fundamentados se someterán a la aprobación de la Superintedencia de Sociedades. Sin la previa autorización por la Superintendencia del avalúo de bienes en especie, no podrá otorgarse la correspondiente escritura. El Gobierno reglamentará el procedimiento que deba seguirse ante la Superintendencia de Sociedades para la aprobación de los avalúos a que se refiere este artículo". Ahora bien, el texto de el artículo 132 del Código de Comercio fue modificado con la expedición del Decreto 2155 de 1.992 y la Ley 222 de 1.995, en primer lugar, porque el citado Decreto suprimió la necesidad de obtener permiso de funcionamiento para el caso de la constitución de sociedades, y por su parte la Ley 222 de 1995, en sus artículos 84 y 85 numeral 8o, define los conceptos de vigilancia y control sobre una sociedad y las atribuciones derivadas de esas dos situaciones, precisando que únicamente para el caso de presentarse una situación de control, una de las facultades indicadas en el numeral mencionado es que la Superintendencia de Sociedades debe aprobar el avalúo de los aportes en especie, por lo anterior, podemos concluir que la aprobación previa del avalúo de los aportes en especie al capital social por parte de esta Superintendencia, únicamente es obligatoria para el caso de las Sociedades Controladas y no se exige para el caso de sociedades vigiladas. 2.- En cuanto al segundo punto, tenemos que vigilancia y control, son dos de los tres niveles de intervención que esta entidad ejerce sobre las sociedades comerciales, precisamente la Ley 222 de 1.995, en su afán de clarificar los conceptos de Inspección, Vigilancia y Control, trae una precisa definición de cada uno de estos niveles de intervención en su Capítulo IX ; el artículo 84 define LA VIGILANCIA, como la "...atribución de la Superintendencia de Sociedades para velar porque las sociedades no sometidas a la vigilancia de otras Superintendencias, en su formación, y funcionamiento y en el desarrollo de su objeto social, se ajusten a la Ley y a los estatutos. La vigilancia se ejercerá de forma permanente. Estarán sometidas a vigilancia, las sociedades que determine el Presidente de la República. También estarán vigiladas aquellas sociedades que indique el Superintendente cuando del análisis de la información señalada en el artículo anterior o de la práctica de una investigación administrativa, establezca que la sociedad incurre en cualquiera de las siguientes irregularidades. a. Abusos de sus órganos de dirección, administración o fiscalización, que impliquen el desconocimiento de los derechos de los asociados o violación grave o reiterada de las normas legales o estatutarias. b. Suministro al público, a la Superintendencia o a cualquier organismo estatal, de información que no se ajuste a la realidad. c. No llevar contabilidad de acuerdo con la Ley o con los principios de contabilidad generalmente aceptados. d. Realización de operaciones no comprendidas en su objeto social...." En este nivel corresponde a la Superintendencia, entre otros, practicar visitas, autorizar emisiones de bonos, autorizar las reformas estatutarias consistentes en fusión y escisión, verificar que las actividades que desarrolle la sociedad estén dentro del objeto social, decretar la disolución y ordenar la liquidación de la misma y designar liquidador en los casos previstos en la Ley, convocar al máximo órgano a reuniones extraordinarias, autorizar la colocación de acciones con dividendo preferencial y sin derecho a voto y de acciones privilegiadas, ordenar la modificación de las cláusulas estatutarias cuando éstas no se ajusten a la Ley y ordenar la inscripción de acciones en el libro de registro correspondiente. Por su parte el artículo 85 de la Ley 222 de 1.995, define EL CONTROL como: "....la atribución de la Superintendencia de Sociedades para ordenar los correctivos necesarios para subsanar una situación crítica de orden jurídico, contable, económico o administrativo de cualquier sociedad comercial no vigilada por otra Superintendencia, cuando así lo determine el Superintendente de Sociedades mediante acto administrativo de carácter particular..." El nivel de control sólo se ejerce sobre sociedades que se encuentren en situaciones críticas y respecto de las cuales se podrán ejercer un mayor número de facultades, en orden a lograr la pronta recuperación de las empresas que se encuentren en tal situación, tales como, promover la presentación de planes y programas encaminados a mejorar la situación que hubiere originado el control y vigilar la cumplida ejecución de los mismos, autorizar la solemnización de toda reforma estatutaria, autorizar todas las colocaciones de acciones, ordenar la remoción de los administradores, revisor fiscal y empleados, cuando se presenten irregularidades que así lo ameriten, conminar bajo apremio de multas a los administradores para que se abstengan de realizar actos contrarios a la Ley, los estatutos, las decisiones del máximo órgano social o junta directiva, efectuar visitas especiales, convocar a la sociedad al trámite de un proceso concursal y aprobar el avalúo de los aportes en especie (el subrayado es nuestro). De esta forma se ha dado contestación a las inquietudes por usted planteadas en su consulta, no sin antes manifestarle que los efectos del presente pronunciamiento son los descritos en el artículo 25 del Código Contencioso Administrativo.