130_seguridad_social_210.qxp 23/04/2007 20:52 Página 130 SEGURIDAD SOCIAL La responsabilidad de las empresas en el pago indebido de prestaciones de incapacidad temporal DANIEL TOSCANI GIMÉNEZ, Profesor Titular del Departamento de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social, de la U. de Valencia Como es sabido por todos, las situaciones de incapacidad temporal son una causa de suspensión del contrato de trabajo con derecho a reserva del puesto de trabajo (arts. 45.1 c) y 48 del Estatuto de los trabajadores). De tal forma que cesa la obligación del operario de prestar los servicios pactados y de la empresa de pagar el salario convenido. Sin embargo, como también se sabe, aún cuando en dichos supuestos el trabajador pasa a percibir una prestación de la Seguridad Social, no obstante, es la empresa (por regla general en régimen de colaboración obligatoria (letra C) del art. 77 de la LGSS y Orden de 25 de noviembre de 1966) la encargada del pago del subsidio por I.T. De esta forma las empresas anticipan a sus trabajadores la cuantía de la prestación de I.T., mediante lo que se ha denominado como pago delegado, resarciéndose posteriormente del importe de lo abonado de la entidad gestora responsable, mediante la compensación correspondiente en la liquidación de las cuotas a pagar a la Seguridad Social. En efecto, en estos casos el artículo 17 de la Orden de 25 de noviembre de 1966, todavía vigente a la sazón, prevé la obligación empresarial de iniciar el pago de la prestación tan pronto como se curse el correspondiente parte médico de baja y los sucesivos de confirmación. Sin embargo, como también es sabido, para tener derecho al cobro del subsidio cuando la situación de I.T. es causada por enfermedad común, se requiere que el trabajador reúna un pe- Capital Humano 130 riodo de cotización de al menos 180 días (6 meses) en los últimos cinco años. Así, cuando el trabajador hubiera prestado sus servicios, durante al menos 6 meses en la empresa donde causa la baja, esta última sabe obviamente que reúne los requisitos. Sin embargo, por el contrario, cuando en el momento de causar la baja por enfermedad común, no lleve como mínimo seis meses trabajando en dicha empresa, ésta no sabe con certeza si reúne el periodo de carencia exigido por haber trabajado en otras empresas con anterioridad. Por ello, a tales efectos, el mentado artículo 17 de la Orden de 25 de noviembre de 1966, establece que cuando el trabajador no tuviera cubierto en su empresa actual el periodo de cotización exigible para causar derecho a la prestación, lo podrá acreditar, bajo su responsabilidad, mediante una declaración en la que haga constar el tiempo trabajado en otras empresas, a efectos de completar el referido periodo exigible. Por consiguiente, la duda que se plantea ahora es. ¿Qué responsabilidad se le puede exigir a la empresa cuando el trabajador no reúne el necesario periodo de cotización y a pesar de ello se procede a abonar la prestación por parte del empresario? En primer lugar, en el supuesto de que la prestación indebidamente abonada fuera debido directamente a causa de la presencia de inexactitudes o falsedades en la correspondiente declaración del trabajador, la solución siempre ha sido pacífica: la empresa no tendrá responsabilidad alguna en el pago indebido de la prestación. Sino que la deuda la ostentará la entidad gestora frente al propio trabajador beneficiario que deberá reintegrar la cantidad indebidamente percibida, pudiendo la empresa resarcirse de la cantidad que haya abonado al trabajador a través de su compensación en el boletín de cotización correspondiente, por así preverlo expresamente el art. 18 de la misma Orden. Sin embargo, si por el contrario, la empresa procediera a satisfacer la correspondiente prestación, sin exigirle al trabajador la necesaria declaración, en este caso el art. 18 de la mentada Orden le impide expresamente a la empresa poder llevar a cabo la compensación con la Seguridad Social en el correspondiente boletín de cotización, sin perjuicio de poder dirigirse frente al trabajador para poder restituirse de lo indebidamente cobrado por este último. Así, lo había entendido también, hasta hace bien poco, la propia jurisprudencia del Tribunal Supremo, al establecer que la empresa antes de iniciar el pago de la prestación debía verificar que el trabajador reunía los requisitos de carencia, debiendo exigirle a éste que acreditase las cuotas de trabajos anteriores si fuera necesario. De otro modo, en caso de abono de prestaciones indebidas, el INSS o, en su caso la Mutua, de haber optado el empresario por la cobertura de la I.T. por contingencias comunes a través de una MATEP, podía exigirle la devolución de las mismas (SS.T.S. u.d. Nº 210 • Mayo • 2007 130_seguridad_social_210.qxp 23/04/2007 20:54 de 25 de septiembre de 2001 y 14 de diciembre de 2002). Sin embargo, en sentencias más recientes, el Tribunal Supremo ha modificado dicho criterio jurisprudencial, estimando que sí procede la compensación por parte de la empresa, que no tendrá responsabilidad en la devolución de lo indebidamente percibido por el trabajador. A tales efectos argumenta el Alto Tribunal que el artículo 17 de la Orden de 25 de noviembre de 1966 tan sólo establece que si el trabajador no hubiera cubierto, en la empresa donde causa la baja, el periodo de cotización legalmente establecido para tener derecho a la prestación podrá acreditarlo, bajo su responsabilidad, mediante una declaración en la que haga constar el tiempo trabajado en otra u otras empresas y que complete los 180 días (seis meses) exigidos. La obligación la impone el legislador al propio trabajador (bajo su responsabilidad) y no al empresario. De esta forma, no hay base legal para gravar al pagador delegado con la obligación de constatar el cumplimiento de las condiciones legales y, en concreto, la cobertura de un periodo mínimo de cotización. Lo cual compete exclusiva y únicamente a la propia entidad gestora. La relación jurídica de Seguridad Social nace entre esta última y el trabajador, beneficiario. Limitándose la empresa a cumplir, previa presentación de los correspondientes partes médicos de baja y confirmación, eso sí, con su obligación de pago delegado de la prestación. Sin que proceda repetir contra el pagador la prestación www.ccsagresso.com Página 131 indebidamente abonada, pues está fuera de su ámbito el control del periodo de carencia. De tal forma que procederá la compensación en el correspondiente boletín de cotización por parte de la empresa de lo pagado indebidamente al trabajador. Debiendo la entidad gestora dirigirse directamente contra el trabajador para el reintegro de las cantidades indebidamente percibidas. (SS.T.S. u.d. de 2 de abril, 15 de julio y 11 de diciembre de 2003). Ahora bien, cabe recordar ahora que, en todo caso, el empresario deberá abonar a su cargo la cuantía del subsidio del 4º al 15ª día de la baja, cuando ésta derive de enfermedad común o accidente no laboral (art. 131.1 de la LGSS). Así, no cabe confundir este periodo con el pago delegado compensable, pues al correr a cargo exclusivamente de la empresa no cabe ningún tipo de reembolso. Por lo tanto, en el supuesto contemplado, el empresario, como se ha dicho, podrá descontarse lo pagado indebidamente al trabajador, pero únicamente a partir del 16º día de la baja, sin que la entidad gestora le pueda exigir ningún tipo de responsabilidad por el pago delegado indebido de la prestación y debiéndose dirigir directamente contra el trabajador para su restitución. Sin embargo, precisamente por ello y en sentido contrario, del 4º al 15ª día de la baja, la empresa no puede repercutir a la entidad gestora las cantidades que ha abonado al trabajador, debiendo dirigirse directamente contra el trabajador para su reintegro. Del mismo modo, si la empresa ha aceptado colaborar voluntariamente en la gestión de las prestaciones de I.T., en los supuesto de las letras a), b) y d) del artículo 77 de la LGSS, hay una asunción directa por la empresa de la responsabilidad del pago de las prestaciones por incapacidad temporal, sin que exista en estos supuestos pago delegado. Por lo tanto, de nuevo, tampoco en estos casos puede la empresa repercutir a la entidad gestora las cantidades que ha abonado al trabajador de forma indebida, debiendo dirigirse directamente contra el trabajador para su reintegro.