TEMA 7.- EL HOMBRE Y EL PECADO ORIGINAL

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TEMA 7.- EL HOMBRE Y EL PECADO ORIGINAL
DOCUMENTO DE APOYO
En este tema vamos a reflexionar sobre dos situaciones diferentes de la
condición del ser humano: el hombre, varón y mujer, tal como fue creado
por Dios, y el hombre caído, tras apartarse de Dios los primeros progenitores
de la historia de la humanidad. La gracia de Dios en la Creación aportaba al
hombre ser libre y tener control sobre sus acciones. Obedeciendo a Dios en
el “paraíso terrenal”, el hombre era dueño de sí y señor del mundo. Estaba
destinado a una relación de amistad con Dios, que le proporcionaría felicidad y eternidad.
Pero, según nos dice la Revelación de Dios en la Biblia, las relaciones con Él se
desordenaron. El hombre no obedeció a Dios, quiso ser señor por sí mismo y reclamó el
mundo como propiedad suya. Desde ese momento, la historia de la humanidad quedó marcada
por la culpa originaria y por la perturbación que en el hombre y en el mundo introduce.
El hombre ha sido creado a imagen de Dios, en el sentido de que es capaz de
conocer y amar libremente a su propio Creador. Es la única criatura sobre la tierra
a la que Dios ama por sí misma, y a la que llama a compartir su vida divina, en el
conocimiento y en el amor. El hombre, en cuanto creado a imagen de Dios, tiene la
dignidad de persona: no es solamente algo, sino alguien capaz de conocerse, de
darse libremente y de entrar en comunión con Dios y las otras personas.
(Compendio nº 66)
Explicación de términos y frases:
“Ama por sí misma”: No como paso o mediación para amar a otras.
“Persona”: Dios no considera al hombre ‘algo' sino ‘alguien': único, interlocutor, capaz
de amistad con Él, etc.
Principales ideas a resaltar:
• La imagen de Dios consiste en la capacidad de conocer y de amar libremente a Dios.
• Dios ama al hombre por sí mismo y quiere compartir su vida divina con él.
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• La dignidad del ser humano le viene de ser persona, por lo cual puede entablar una
relación con un Dios personal y con las demás personas.
La dignidad del ser humano como persona no se la otorga el hombre a sí mismo, ni
depende de la perfección de sus dones y genes. Es Dios quien convierte a un ser
humano en un ‘tú', en un sujeto digno de ser amado, aun cuando según nuestro criterio
no responda al ‘modelo' de hombre que nos hemos formado. Los no nacidos, tanto por
causas naturales como consecuencia de un aborto consentido, los ignorantes, los
disminuidos, enfermos, degradados, incapaces en general son todos PERSONAS.
¿Para qué fin ha creado Dios al hombre?
Dios ha creado todo para el hombre, pero el hombre ha sido creado para
conocer, servir y amar a Dios, para ofrecer en este mundo toda la Creación a
Dios en acción de gracias, y para ser elevado a la vida con Dios en el cielo.
Solamente en el misterio del Verbo encarnado encuentra verdadera luz el
misterio del hombre, predestinado a reproducir la imagen del Hijo de Dios
hecho hombre, que es la perfecta «imagen de Dios invisible» (Col 1, 15).
(Compendio nº 67)
Principales ideas a resaltar:
*Dios ha creado todo para el hombre, pero el hombre ha sido creado para conocer,
servir y amar a Dios.
* Sólo él está llamado a participar, por el conocimiento y el amor, en la vida de Dios.
*Para este fin ha sido creado y ésta es la razón fundamental de su dignidad.
Todos los hombres forman la unidad del género humano por el origen común
que les viene de Dios. Además Dios ha creado «de un solo principio, todo el
linaje humano» (Hch 17, 26). Finalmente, todos tienen un único Salvador y
todos están llamados a compartir la eterna felicidad de Dios. (Compendio nº
68)
Principales ideas a resaltar:
*Debido a la comunidad de origen, el género humano forma una unidad. Porque Dios
"creó de un solo principio, todo el linaje humano" (Hch 17,26; cf. Tb 8,6)
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«Maravillosa visión que nos hace contemplar el género humano en la unidad de su
origen en Dios; en la unidad de su naturaleza, compuesta de igual modo en todos de un
cuerpo material y de un alma espiritual; en la unidad de su fin inmediato y de su misión
en el mundo; en la unidad de su morada: la tierra, cuyos bienes todos los hombres, por
derecho natural, pueden usar para sostener y desarrollar la vida; en la unidad de su fin
sobrenatural: Dios mismo a quien todos deben tender; en la unidad de los medios para
alcanzar este fin; en la unidad de su Redención realizada para todos por Cristo (Pío XII,
Enc. Summi Pontificatus, 3; cf. Concilio Vaticano II, Nostra aetate, 1).
"Esta ley de solidaridad humana y de caridad, sin excluir la rica variedad de las
personas, las culturas y los pueblos, nos asegura que todos los hombres son
verdaderamente hermanos. (CIC368)
¿De qué manera el cuerpo y el alma forman en el
hombre una unidad?
La persona humana es, al mismo tiempo, un ser corporal y espiritual. En el
hombre el espíritu y la materia forman una única naturaleza. Esta unidad
es tan profunda que, gracias al principio espiritual, que es el alma, el
cuerpo, que es material, se hace humano y viviente, y participa de la
dignidad de la imagen de Dios. (Compendio nº 69)
Principales ideas a resaltar:
La persona humana es, al mismo tiempo, un ser corporal y espiritual: El hombre
creado a imagen de Dios es un ser a la vez corporal y espiritual, o sea, un ser que por
una parte está unido al mundo exterior y por otra lo trasciende: en cuanto espíritu,
además de cuerpo es persona.
La persona humana es una síntesis de lo material y lo espiritual: «en su propia
naturaleza une el mundo espiritual y el mundo material. Una importante consecuencia
de esta doctrina es que las dimensiones materiales son buenas y queridas por Dios: «La
persona humana, creada a imagen de Dios, es un ser a la vez corporal y espiritual. El
relato bíblico expresa esta realidad con un lenguaje simbólico cuando afirma que Dios
formó al hombre con polvo del suelo e insufló en sus narices aliento de vida y resultó el
hombre un ser viviente (Gen. II, 7). El texto distingue en el hombre un elemento que
proviene de la tierra (del polvo de la tierra) y un elemento insuflado por Dios (la vida, el
alma) Por tanto, el hombre en su totalidad es querido por Dios. El cuerpo es algo bueno,
querido por Dios, y destinado a la vida eterna: Por consiguiente, no es lícito al hombre
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despreciar la vida corporal, sino que, por el contrario, tiene que considerar su cuerpo
bueno y digno de honra, ya que ha sido creado por Dios y que ha de resucitar en el
último día.
Cada alma es creada directamente por Dios
El alma espiritual no viene de los progenitores, sino que es creada directamente por
Dios, y es inmortal. Al separarse del cuerpo en el momento de la muerte, no perece;
se unirá de nuevo al cuerpo en el momento de la resurrección final. (Compendio nº
70)
Principales ideas a resaltar:
Dios interviene directamente en el momento de la concepción de cada ser humano
creando un alma inmortal
El alma, por lo tanto no es “producida” por los padres.
*El alma es inmortal: no perece cuando se separa del cuerpo en la muerte y está
destinada a unirse de nuevo con el cuerpo en la resurrección.
Igual dignidad entre el hombre y la mujer
El hombre y la mujer han sido creados por Dios con igual dignidad en cuanto
personas humanas y, al mismo tiempo, con una recíproca complementariedad en
cuanto varón y mujer. Dios los ha querido el uno para el otro, para una
comunión de personas. Juntos están también llamados a transmitir la vida
humana, formando en el matrimonio «una sola carne» (Gn 2, 24), y a dominar la
tierra como «administradores» de Dios. Compendio nº 71)
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Principales ideas a resaltar:
El hombre y la mujer son creados, es decir, son queridos por Dios: por una parte, en una
perfecta igualdad en tanto que personas humanas, y por otra, en Su ser respectivo de
hombre y de mujer. “Ser hombre", "ser mujer" es una realidad buena y querida por
Dios: el hombre y la mujer tienen una dignidad que nunca se pierde, que viene
inmediatamente de Dios su creador (ver Gén 2,7.22). El hombre y la mujer son, con la
misma dignidad, "imagen de Dios". En su "ser-hombre" y su “ser-mujer" reflejan la
sabiduría y la bondad del Creador" (CIC 369).
*El hombre y la mujer han sido creados por Dios con igual dignidad en cuanto
personas humanas y, al mismo tiempo, con una recíproca complementariedad en
cuanto varón y mujer. Dios los ha querido el uno para el otro, para una comunión de
personas. Juntos están también llamados a transmitir la vida humana, formando en
el matrimonio «una sola carne»
* «Ser hombre», «ser mujer», son realidades buenas, queridas por Dios: el hombre y
la mujer tienen una dignidad, que les viene inmediatamente de Dios creador. El hombre
y la mujer son, con una misma dignidad, "imagen de Dios". En su «ser hombre» y «ser
mujer» reflejan la sabiduría y la bondad del Creador.
*El hombre y la mujer son «el uno para el otro», no porque Dios les hiciera «a medias»
o «incompletos». Los creó para una comunicación de personas, en la que cada uno
puede ser «ayuda» para el otro, ya que a la vez son iguales como personas («hueso de
mis huesos...») y complementarios como masculino y femenino.
Condición original del hombre
Al crear al hombre y a la mujer, Dios les había dado una especial
participación de la vida divina, en un estado de santidad y justicia. En este
proyecto de Dios, el hombre no habría debido sufrir ni morir. Igualmente
reinaba
en elenhombre
una
armonía
perfecta
consigo mismo, con
el Creador,
Son creados
estado de
justicia
original:
Es fundamentalmente
un estado
de santidad
entre
hombre
y
mujer,
así
como
entre
la
primera
pareja
humana
y
toda
especial constituido por un conjunto de dones sobrenaturales y preternaturales. la
Creación. (Compendio nº 72)
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El primer hombre fue no solamente creado bueno, sino también constituido en la
amistad con su creador y en armonía consigo mismo y con la creación en torno a él;
amistad y armonía tales que no serán superadas más que por la gloria de la nueva
creación en Cristo.
Explicación de términos o frases:
*Estado de Justicia original: Consiste en un estado de santidad especial constituido por
un conjunto de dones sobrenaturales y preternaturales.
Principales ideas a resaltar:
*La Iglesia, interpretando de manera auténtica el simbolismo del lenguaje bíblico a la
luz del Nuevo Testamento y de la Tradición, enseña que nuestros primeros padres Adán
y Eva fueron constituidos en un estado «de santidad y de justicia original». Esta
gracia de la santidad original era una «participación de la vida divina»
* La «soberanía» del mundo que Dios había concedido al hombre desde el comienzo, se
realizaba, sobre todo, en el hombre, como un dominio de sí mismo. El hombre era
intacto y ordenado en todo su ser, libre de la triple concupiscencia que le somete a los
placeres de los sentidos, a la codicia de los bienes terrenales ya la afirmación de sí
mismo contra los imperativos de la razón.
* El signo de la familiaridad con Dios es que Dios lo colocó en el paraíso. Vivía «para
cultivarlo y guardarlo»: el trabajo no es un castigo, sino la colaboración del hombre y de
la mujer con Dios en el perfeccionamiento de la creación visible.
A la luz de la Biblia, el estado del hombre antes del pecado se presentaba como una
condición de perfección original, expresada, en cierto modo, en la imagen del 'paraíso'
que nos ofrece el Génesis. Si nos preguntamos cuál era la fuente de dicha perfección, la
respuesta es que ésta se hallaba sobre todo en la amistad con Dios mediante la gracia
santificante y en aquellos dones, llamados en el lenguaje teológico 'preternaturales':
Inmortalidad por la cual el hombre podría no morir. Impasibilidad por la cual no sentiría
dolor ni pena. Integridad por la cual el control de las pasiones estaría sujeto a la razón.
Ciencia, es decir un conocimiento sin error y que el hombre perdió por el pecado.
Gracias a estos dones divinos, el hombre que estaba unido en amistad y armonía con su
Principio, poseía y mantenía en sí mismo el equilibrio interior
La presencia de la justicia original y de la perfección en el hombre, creado a imagen de
Dios, que conocemos por la Revelación, no excluía que este hombre, en cuanto criatura
dotada de libertad, fuera sometido desde el principio, como los demás seres espirituales,
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a la prueba de la libertad. La misma Revelación que nos permite conocer el estado de
justicia original del hombre antes del pecado en virtud de su amistad con Dios, de la
cual derivaba la felicidad del existir, nos pone al corriente de la prueba fundamental
reservada al hombre y en la cual este fracasó.
LA CAIDA
Toda esta armonía de la justicia original, que Dios destinaba al
hombre, se perdió con el pecado de nuestros primeros padres.
En la historia del hombre está presente el pecado. Esta realidad se esclarece
plenamente sólo a la luz de la divina Revelación y, sobre todo, a la luz de Cristo,
el Salvador de todos, que ha hecho que la gracia sobreabunde allí donde había
abundado el pecado. (Compendio nº 73)
El hombre, tentado por el diablo, dejó apagarse en su corazón la confianza hacia
su Creador y, desobedeciéndole, quiso «ser como Dios», sin Dios, y no según Dios.
Así Adán y Eva perdieron inmediatamente, para sí y para todos sus
descendientes, la gracia de la santidad y de la justicia originales. (Compendio nº
75)
Principales ideas a resaltar:
El hombre y la mujer, creados por Dios para vivir felices con él, quisieron vivir al
margen de Dios, no obedeciendo sus mandatos, ni aceptando su condición de criatura.
Es el llamado pecado original de nuestros primeros padres, Adán y Eva. El capítulo
tercero del libro del Génesis nos narra como el pecado rompe la solidaridad y la
armonía del ser humano, introduciendo además una serie de desequilibrios, expresados
mediante la vergüenza de estar desnudos, el temor a Dios, la fatiga del trabajo, etc. En
la historia de Adán y Eva se condensa la historia de toda la humanidad. El drama de la
primera pareja representa, en cierto modo, el de todos los seres humanos.
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“pecado original”, por haber
El pecado original, en el que todos los hombres nacen, es el estado de privación de
la santidad
y deorígenes.
la justicia
originales.
«contraído»
nosí«cometido»
ocurrido
en los
Pero
el pecadoEsnounespecado
“originario”
–aunque
“originarte”por
de
nosotros;
es
una
condición
de
nacimiento
y
no
un
acto
personal.
A
causa
de
la
los
unidad de origen de todos los hombres, el pecado original se transmite a los
Pecados
personales
realizados
la historia–,
sino que
ha entrado
en elimitación
mundo como
descendientes
de Adán
con laenmisma
naturaleza
humana,
«no por
sino
fruto
por propagación». Esta transmisión es un misterio que no podemos comprender
plenamente. (Compendio nº 76)
del mal uso de la libertad por parte de las criaturas (primero los ángeles, después el
hombre).
Explicación de términos o frases:
“Pecado original”, por haber ocurrido en los orígenes. Por “pecado original”
entendemos el acto de desobediencia, de ruptura con Dios, que llevaron a cabo
nuestros primeros padres. Esa ruptura fue transmitida a sus descendientes que la
heredan del mismo modo que la vida. Arranca de una tentación del demonio. Adán
y Eva caen en la desobediencia y en la desconfianza.
Es un pecado contraído o heredado, no cometido por nosotros. Lo heredamos
como se hereda la piel clara u oscura, el pelo rubio o negro, etc. Se transmite con la
misma naturaleza humana, la cual heredamos de Adán y Eva. Y por este pecado
perdimos todos los dones preternaturales y sobrenaturales que tuvieron inicialmente
Adán y Eva. ¿Por qué? Esta transmisión es un misterio que no podemos
comprender plenamente.
El Credo dice que Dios, además de ser creador del Cielo y de la Tierra es creador de
“todo lo visible y lo invisible”. Esta palabra “invisible” hace referencia a esos seres
espirituales, no corporales, a los que denominamos “ángeles. Toda la vida de la
Iglesia, dice el catecismo (nº 334) “se beneficia de la ayuda misteriosa y poderosa
de los ángeles”. Desde la infancia a la muerte, la vida humana está rodeada de su
custodia y de su intercesión. (nº 336)
La Iglesia enseña que el primer pecado corrió a cargo de un ángel bueno creado por
Dios que, junto con los otros demonios, “se hicieron a sí mismos malos” (nº 391).
“La Escritura habla de un pecado de estos ángeles”
Pues bien, el demonio se convirtió no sólo en pecador, sino en enemigo de todo bien
y en incitador al pecado, en tentador. “La más grave consecuencia de estas obras dice el Catecismo- ha sido la seducción Pecado original.
Las consecuencias serán inmediatas y espantosas. La pérdida o expulsión del Paraíso,
las resume todas. El Catecismo lo expresa así: “La armonía en la que se encontraban,
establecida gracias a la justicia original, queda destruida; el dominio de las facultades
espirituales del alma sobre el cuerpo se quiebra; la unión entre el hombre y la mujer es
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sometida a tensiones; sus relaciones estarán marcadas por el deseo y el dominio. La
armonía con la creación se rompe; la creación visible se hace para el hombre extraña y
hostil. A causa del hombre, la creación es sometida a la servidumbre de la corrupción.
Por fin, la consecuencia explícitamente anunciada para el caso de desobediencia se
realizará: el hombre ‘volverá al polvo del que fue formado’. La muerte hace su entrada
en la historia de la humanidad” (nº 400).
Después del primer pecado, el mundo ha sido inundado de pecados, pero Dios no ha
abandonado al hombre al poder de la muerte, antes al contrario, le predijo de modo
misterioso –en el «Protoevangelio» (Gn 3, 15)– que el mal sería vencido y el hombre
levantado de la caída. Se trata del primer anuncio del Mesías Redentor. Por ello, la
caída será incluso llamada feliz culpa, porque «ha merecido tal y tan grande
Redentor» (Liturgia de la Vigilia pascual). (Compendio nº 78)
Explicación de términos o frases:
*Proto-evangelio (el primer Evangelio), porque es el anuncio de Jesucristo, el Redentor
del mundo. Está en la Biblia, en el primer libro, después de la caída de Adán y Eva.
Principales ideas a resaltar:
Dios no abandona al hombre . Tras la caída, el hombre no fue abandonado por Dios. Al
contrario, Dios lo llama (cf. Gn 3,9) y le anuncia de modo misterioso la victoria sobre el
mal y el levantamiento de su caída (cf. Gn 3,15). Este pasaje del Génesis ha sido llamado
"Protoevangelio", por ser el primer anuncio del Mesías redentor, anuncio de un combate
entre la serpiente y la Mujer, y de la victoria final de un descendiente de ésta. (Catecismo
de la Iglesia católica, n. 410)
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