Nuevo ataque a los medios de prensa independientes

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EDITORIAL
Buenos Aires, 15 de enero de 2011
Fuente: diario Clarín
Nuevo ataque a los medios de prensa independientes
El bloqueo de militantes K a las plantas de Clarín y La Nación en Barracas, fue un
nuevo paso en la campaña de ataque a la prensa independiente que llevan adelante el
Gobierno y dirigentes sindicales aliados.
Desde el inicio de su gestión, el kirchnerismo mantuvo una actitud recelosa y hostil
ante los medios de difusión independientes, que se fue agravando a medida que se
acumularon informaciones sobre los casos probados o sospechados de corrupción que
alcanzan a altos funcionarios y sindicalistas oficialistas. En los últimos dos años, la
agresión oficial se concentró particularmente sobre Clarín y, como parte de la misma,
inició una ofensiva para tomar el control de Papel Prensa, la fábrica en la cual el Grupo
Clarín tiene una participación, junto a La Nación y al propio Estado.
Por estos motivos, las organizaciones periodísticas del país, regionales e
internacionales hicieron, en el curso de los últimos años, numerosos llamados de
atención sobre los peligros que deben afrontar medios de difusión y periodistas que
ponen en circulación informaciones u opiniones críticas con el oficialismo. El último
caso en este sentido fue el balance anual de la Sociedad Interamericana de Prensa, en
el que coloca a la Argentina entre los países con gobiernos hostiles a la libertad de
prensa.
Poco antes de que se diera a conocer el mismo, en noviembre del año pasado, un
grupo de militantes del sindicato de camioneros, dirigido por Pablo Moyano, bloqueó el
acceso a la planta de Clarín en Barracas, y en diciembre, hizo lo propio en la imprenta
de Artes Gráficas Rioplatenses, del Grupo Clarín, impidiendo el ingreso de insumos y
la salida de publicaciones. En esa ocasión, a los activistas se sumaron personas ajenas
a la empresa y hasta el canciller, Héctor Timerman.
Ante un reclamo de la empresa perjudicada, a principios de este año, un fallo del juez
Gastón Polo Olivera consideró que el bloqueo “apunta a dañar a Clarín y a otros
diarios” y que es violatorio de los artículos 161 y 194 del Código Penal, por
obstaculizar la circulación de publicaciones e interrumpir el transporte.
Desconociendo la orden judicial, en la madrugada de ayer, medio centenar de
activistas kirchneristas y del gremio de camioneros que lidera Pablo Moyano,
utilizando la excusa de un conflicto gremial, obstaculizaron durante seis horas, la
salida de los camiones que distribuyen los ejemplares del diario. El titular de la CGT y
padre del sindicalista, Hugo Moyano hizo llegar su adhesión.
La Policía Federal tampoco acató el fallo, y observó pasivamente lo que el juez ha
calificado claramente como un delito penal.
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Más aún, el canciller Héctor Timerman, en una de sus habituales intervenciones en
Twitter hizo comentarios burlones sobre la obstrucción. El ministro de Trabajo Carlos
Tomada, por su parte, justificó la acción aludiendo al conflicto. Ambas intervenciones
ponen de manifiesto, por si ello fuera necesario, el carácter político de la acción
sindical.
Como en ocasiones anteriores, los medios de difusión estatales –utilizados por el
Gobierno como medios partidistas– y medios privados financiados con propaganda
oficial, cubrieron desde el primer momento el bloqueo.
La Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA), así como asociaciones
empresarias y diputados opositores cuestionaron el bloqueo y la inacción oficial.
El bloqueo de militantes kirchneristas a plantas de Clarín y La Nación,
apoyado por el Gobierno, es un nuevo ataque a la prensa independiente.
Tanto los activistas como la Policía, que contempló pasivamente el hecho,
desconocieron un reciente fallo judicial que condena esas acciones. La
política del Gobierno ante los medios de comunicación ha generado críticas
en organismos periodísticos y de medios de comunicación.
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